Retablo del Arzobispo don Sancho de Rojas
Juan Rodríguez de Toledo

TÍTULO: Retablo del Arzobispo don Sancho de Rojas (hacia 1410-1415)
TÉCNICA: Temple sobre tabla
AUTOR: Juan Rodríguez de Toledo

El Retablo del Arzobispo don Sancho de Rojas es un interesante ejemplo de arte gótico con influencias de la pintura trecentista florentina, realizado por los pinceles de un pintor castellano.

La estructura del conjunto está compuesta por tres cuerpos que forman siete calles, cinco de ellas rematadas por pequeños tabernáculos con agudos gabletes. En la predela, dentro de medallones lobulados, se representan cabezas de santos y santas, las cuales no pueden ser identificadas ya que no llevan ningún atributo.

Los temas desarrollados en cada una de las tablas se pueden asociar con el ciclo de la Infancia de Cristo (Anunciación, Natividad, Adoración de los Magos y Presentación en el Templo), con el ciclo de la Pasión (Cristo ante Caifás, Flagelación, Camino del Calvario y Crucifixión) y, por último, con el ciclo de la Muerte y Glorificación de Cristo (Quinta Angustia, Santo Entierro, Bajada al Limbo, Pentecostés, Ascensión y Misa de San Gregorio). Cada una de estas escenas presenta la iconografía que era habitual en la época.

El conjunto está presidido por la imagen de Cristo Triunfante en actitud de bendecir, con la bola del mundo sobre su rodilla. Más abajo, dos profetas que portan filacterias en sus manos flanquean las figuras del ángel y la Virgen en la Anunciación.

La tabla central está dedicada a la Virgen Entronizada con el Niño rodeada de un coro de ángeles con instrumentos musicales. Esta iconografía deriva de la Virgen en Majestad bizantina (Panagia Nikopoia) y está también relacionada con la tradición de la pintura trecentista italiana. La Virgen impone la mitra al arzobispo don Sancho de Rojas, mientras el Niño corona al rey de Aragón, don Fernando de Antequera, gestos ambos que son una clara alusión al origen divino del poder eclesiástico y real. El pintor introduce una iconografía que aparece en el siglo XIV, al representar a los dos donantes precedidos por la imagen de un santo. Estos santos protectores suelen ser identificados con San Benito y San Bernardo.

Entre los pináculos aparece el escudo de la familia de los Rojas, muy vinculada a Toledo: cinco estrellas azules en campo de plata. Este blasón permite identificar al prelado con Sancho de Rojas, el cual estuvo muy relacionado con el rey de Aragón.

Aunque es posible que en algunas tablas haya intervención de taller, ya que se aprecian modelos diferentes, en especial en las escenas de la derecha, el conjunto está plagado de detalles sugestivos como el interés del pintor por encontrar soluciones espaciales, los incipientes estudios del cuerpo humano, la expresividad en los rostros de algunos personajes y la riqueza en la decoración de las telas y los nimbos.

El retablo fue encargado por el arzobispo don Sancho de Rojas para la primitiva iglesia del monasterio de San Benito el Real de Valladolid. A finales del siglo XVI fue sustituido por un retablo de Alonso de Berruguete y enviado a la iglesia parroquial del pueblo de San Román de la Hornija. En 1929 fue adquirido por el patronato del Museo del Prado.

Texto y foto: Museo del Prado