Personajes de Benimàmet
Eduardo Muñoz Burgos (sacerdote)

Eduardo Muñoz Burgos vio la luz en Benimamet (Valencia) el 16 de septiembre de 1890. Tras estudiar en el Seminario Conciliar de Valencia, se ordenó sacerdote en 1916. Tuvo numerosos destinos en su vida presbiterial: coadjutor de san Vicente de Piedrahita (Alto Mijares-Castellón) en 1916 y hasta 1919, coadjutor de Campo de Mirra (Alto Vinalopó-Alicante) en 1919, capellán de la ermita del Salvador en Godella (no lejos de Valencia ciudad) en 1920, y coadjutor de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles en el barrio capitalino de El Cabañal desde 1921 y hasta 1935.

Allí permaneció hasta ser nombrado capellán del noviciado, que la Orden de las Esclavas de María tenía en el pueblo de Burjasot, también cercano a la ciudad. Recuerdan los que le conocieron su gran confianza en la Providencia, hasta el punto de que su coletilla favorita era “Dejemos hacer a Dios”. El 30 de julio de 1936 fue detenido por orden del comité de Burjasot, ingresando en la cárcel modelo de Valencia. Se conservan cartas desde la prisión a su hermana, en las que le pedía que no hiciesen nada por su libertad, diciéndole: “no te preocupes por mí; el Señor, que se cuida de los pajarillos, sabe lo que ha de hacer conmigo”. A un compañero de reclusión que le aconsejó que no se dejase ver en el patio con el Santo Rosario, para evitar represalias, le respondió “estoy aquí por ser sacerdote, ¿por qué me he de avergonzar o temer por llevar el Rosario en la mano?.” A finales de noviembre del mismo año fue sometido a una parodia de juicio por un comité.

El cargo fue el de enemigo de los revolucionarios, del que se defendió afirmando “yo no tengo enemigos”. Al acusarle de haber predicado contra ellos, contestó “yo he predicado siempre y sólo el Evangelio”. Sacado de la cárcel la madrugada del 5 de diciembre de 1936, fue fusilado en el picadero de Paterna, donde muchos otros hallaron también la muerte. Tenía 46 años.

Texto: Luis I. Amorós en Infocatolica.com