Exposiciones
El esplendor de Génova

Pintura de los siglos XVI al XVIII en la Colección del Palazzo Bianco
Edificio Bancaja Pl.Tetuan, 23 Valencia
Del 3 de marzo de 2004 al 29 de Abril de 2004


Edificio de Bancaja, lugar de la exposición Giovanni Andrea de Ferrari. Santa Apolonia. Oleo sobre lienzo. 114 x 85 cm. Stefano Magnasco. Suicidio de Cleopatra. Oleo sobre lienzo. 95 x 119 cm. Giovanni Benedetto Castiglione. Estudio de tres cabezas de ternero. Oleo sobre papel pegado a lienzo. 24 x 35 cm. Valerio Castello. Moises niño y la prueba de los carbones ardientes. Oleo sobre lienzo. 121 x 174 cm.

Domenico Piola. Gentilhombres genoves con caballo. Oleo sobre lienzo. 61 x 49 cm. La presente exposición nos muestra una selecta representación de la pintura barroca y manierista genovesa, procedente de la Galeria del Palazzo Bianco, en donde se ven representados los mejores artistas a través de tres siglos de su historia.

La Galeria del Palazzo Bianco
El Palazzo Bianco se encuentra actualmente en via Garibaldi, la antigua Strada Nuova que fué la imagen más importante del esplendor de la Republica de Génova, un esplendor que cautivó a todos lo viajeros que llegarón a aquel puerto a los pies de los Alpes.

El edificio que acoge el Museo se construyó a mediados del siglos XVI por una rama de la familia Grimaldi. Posteriormente pasó por distintas familias genovesas, hasta que Maria Durazzo Brignole-Sale encargó, entre 1711 y 1714, su reconstrucción al arquitecto Giacomo Viano. Esta reestructuración cambió totalmente su aspecto, abriéndolo a la Strada Nuova y adoptando el color claro que le da nombre, en oposición al Palazzo Rosso, que está enfrente.

La segunda gran reforma se realizó en 1762 por Pietro Cantone y fué decorada entre 1804 y 1806 por el pintor Paolo Gerolamo Brusco. Durante este periodo el edificio se convirtió en residencia de alquiler de coleccionistas, nobles y burgueses, y era cita indispensable para aquellos que realizaban el "grand tour" o los "connaisseurs" locales que preparaban guias ilustradas. Fué en este momento cuando empezó a convertirse en un referente y en una colección con voluntad museística.

En 1884 Maria Brignole-Sale De Ferrari, última descendiente de la familia, donó el edificio y su colección con la intención de que fuera galería pública.

En su testamento se establecía que la propiedad pasaría al Comune di Genova y más tarde, en 1893, la Galeria abrió sus puertas al público. Albergaba todo tipo de objetos artísticos desde restos arqueológicos a muestras de artesanía o tapices y documentos, organizados según la tradición decimonónica.

Durante la Segunda Guerra Mundial sufrió algunos daños, pero se reconstruyó y se reinaguró en 1949, con una exposición de Alessandro Magnasco. En 1950 se sistematizó su discurso museistico aunque la institución continuaba manteniendo una colección variopinta. Sería en 1971 cuando la Galeria del Palazzo Bianco se transformó en pinacoteca. Actualmente, los fondos de la Galeria del Palazzo Bianco están constituidos por patrimonio de la antigua República de Génova, donaciones, propiedades eclesiasticas, legados y piezas provenientes de testamentos o de distintas adquisiciones. Hasta el 2002 el museo constaba de veinte salas de exposición y catorce de depósito. Durante el 2003 ha estado realizandose una profunda transformación de las instalaciones para ampliar la zona de exposición y mejorar sus condiciones. Ahora el Palazzo Bianco es un ámbito privilegiado para conocer la pintura de los siglos XVI al XVIII en Génova.

De Luca Cambiaso al Barroco
Hasta la primera década del siglo XVI la escena artistíca genovesa se encontraba dominada por artistas lombardos, toscanos y flamencos, debido a las relaciones comerciales de la Républica, pero con la llegada del almirante Andrea Doria al poder, se creó un ambiente nuevo. Doria, consciente del papel de las artes para su propia promoción politica, se rodeó de los mejores artistas en la construcción de su propio palacio, en 1528, y esta obra sirvió de modelo para la clase genovesa enriquecida por los florecientes negocios con los reinos hispanicos de Carlos V. Los principales exponentes de la nueva época artistíca son Luca Cambiaso (1527-1585) y Giovanni Battista Castello , el "Bergamasco", ambos conocidos por su gran dominio de la técnica del fresco. Luca Cambiaso siguió en parte el legado miguelangelesco, pero en la década de los 60 su estilo evoluciona, adaptándose a las exigencias de la Contrarreforma. Posteriormente se trasladó a España para trabajar en el Escorial por encargo de Felipe II. Bernardo Castello, movido por sus inquietudes culturales, se afincó en Roma, donde el genovés Giustiniani le dió varos encargos importantes. También destacó como ilustrador de libros en el taller de San Pedro del Vaticano.

Giovanni Battista Paggi, de familia noble, recibió una educación completa en todas las artes. Estuvo en Florencia, exiliado, durante 20 años, y esto le permitió conocer muy bien la corte de los Medicci. Paggi no sólo consiguió romper la tradición artística marcada por Cambiaso y renovar el lenguaje pictórico, sino que revolucionó su misma profesión. Su condición social le permitió defender su trabajo como un arte liberal e intelectual antes las posturas de proteccionismo corporativo. En Génova creó una escuela de pintura inspirada en la Academia florentina.

Durante un tiempo dominó la influencia de Paggi y la cultura toscana, pero más tarde llegarón a Génova figuras como Rubens, Caravaggio, Giulio Cessare Procacini, Simón Vouet, Orazio Gentileschi, Antoon Van Dyck y otros flamencos, atraidos por los encargos de los coleccionistas.

Protagonistas del siglo XVII
Este periodo está lleno de personajes singulares, como Andres Ansaldo y Giulio Benso, que investigan nuevas soluciones espaciales y se interesan por las posibilidades expresivas de la perspectiva.

También destaca la pintura del fraile capuchino Bernardo Strozzi, quien, después de una vasta producción en Génova, en 1633 se trasladó a Venecia, donde realizó, sobre todo, retratos y temas profanos para clientes privados.

Otras dos figuras que destacarón durante el siglo XVII fuerón Gioacchino Assereto y Domenico Fiasella. Este último, tras triunfar en Roma, y en especial tras la muerte de Paggi, Castiglione y Strozzi, fué el más apreciado de la Republica de Génova y creó un solido taller. Entoncés también estaban en plena actividad Andrea De Ferrari, discipulo de Bernardo Castello y de Strozzi, el paisajista Antonio Travi, Giovanni Battista Carlone y Orazio De Ferrari.

Siguiendo la tradición flamenca y el interés naturalista, aparecierón después una serie de autores como Antón Maria Vassallo, apreciado por su pintura de animales, o Giovanni Benedetto Castiglione, que será un creador de iconografias pastorales de tema bíblico. Valerio Castello, aunque murió a muy temprana edad, representa la transición hacia el rococó y Stefano Magnasco que fué su mejor discipulo.

"Casa Piola" y las experiencias de Roma
Domenico Piola fué el artista más activo de la segunda mitad del siglo XVII y formó un importante taller familiar. Su hegemonia duró hasta que perdió el concurso de 1700, del que nos quedan unos bocetos que se pueden contemplar en esta exposición.

Giovanni Battista Gaulli, "el Baccicio", que bajo la protección de Bernini ingresó en la Academia de San Lucas de Roma, se convirtió en uno de los pintores más solicitados y fué considerado la alternativa de la corriente clasicista de Poussin, Lorena y Maratta.

Hacia el siglo XVIII
En el tránsito entre los dos siglos, la personalidad mas creativa e innovadora fué Gregorio De Ferrari, artista ligur que comenzó con Domenico Fiasella y colaboró con Domenico Piola. Trabajó el fresco con perspectivas arquitectónicas ilusionistas y estucos y aplicó una nueva lectura de temas sacros. Vittorio Amadeo de Saboya le encargó la realización de los frescos del Palazzo Reale de Turín. Dos pintores dificiles de catalogar son Carlo Antonio Tavella y Alessandro Magnasco, cuya vida artística se desarrolló sobre todo en Milán, realizando pintura de paisaje. Destacan el paisaje arcádico de gusto clásico y romano de Tavella y la pintura de género de Magnasco, en clara oposición al rococó de la cultura del Ancien Régime, aunque en los últimos años del siglo el gusto se orientaba cada vez más hacia Francia.

Texto y fotos: Folleto exposición