Frases en la historia
Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor

Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor, es una frase casi con total seguridad apócrifa, que se atribuye al noble francés Bertrand Duguesclin (siglo XIV).

Bertrand Duguesclin (* Bretaña, Francia ca. 1315 † Auvernia, Francia 13-07-1380) era un capitán de mercenarios de origen bretón, que participó en la guerra de los cien años que se libró en Europa entre 1337 y 1453. Su apellido de nacimiento debía ser De Clequin, en España fue castellanizado como Duguesclin. La guerra de los cien años fue un conflicto europeo cuyos principales protagonistas fueron Francia e Inglaterra. La guerra de los cien años tiene la particularidad que no duró ese intervalo tiempo, en realidad duró 116 años. En esta guerra en la que también intervinieron otros reinos europeos, Castilla solo tenía un papel secundario.

La frase tiene lugar en el curso de la guerra civil castellana entre el rey Pedro I el Cruel (rey entre 1350 y 1369) y su hermanastro Enrique II de Trastámara (rey entre 1369 y 1379) por la posesión de la corona castellana. Tanto Francia como Inglaterra aspiraban al apoyo de Castilla, pues esta tenía una potente flota que podía jugar un importante papel. Inglaterra se posicionó en favor de Pedro I, mientras que Francia lo hacía a favor del pretendiente Enrique. Inglaterra envió en ayuda de Pedro, a Eduardo, príncipe de Gales, apodado el Príncipe Negro, mientras que Francia enviaba a Bertrand Duguesclin que llegaba acompañado por las conocidas "compañías blancas" en ayuda de Enrique.

Según la versión popular, Enrique de Trastámara y Pedro el Cruel se enfrentaron en combate singular, en los campos de Montiel (Ciudad Real), en 23 de marzo de 1369. En un momento del combate, Pedro queda encima de Enrique y la muerte es segura para este, pero en ese momento Bertrand Duguesclin empuja a Pedro permitiendo que Enrique se revuelva y clave el puñal a Pedro el Cruel. Es en ese momento cuando según la leyenda, la tradición o la historia, dice la famosa frase: "Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor". Con este enfrentamiento, el destino de la corona castellano cambiaba de manos, Enrique fue confirmado como rey de Castilla, pues previamente en 1366 se había autoproclamado en Calahorra (La Rioja), rey de Castilla.

El canciller del rey Pedro, Pero López de Ayala, que escribió la "Crónica del rey don Pedro", narra de manera distinta el enfrentamiento. Pedro I fue derrotado efectivamente en los campos de Montiel, después de la batalla se refugió en su castillo y personas de su confianza intentaron establecer algún tipo de pacto que lo beneficiase. Uno de ellos fue un intento de soborno a Bertrand Duguesclin, prometiéndole las villas de Soria, Almazán y Atienza, además de una enorme cantidad de dinero. Bertrand Duguesclin se negó con las siguientes palabras Amigo, vos sabedes bien que yo soy un caballero vasallo de mi señor el rey de Francia, e su natural e que por su mandado so venido aquí en esta tierra a servir al rey don Enrique. No obstante quedó en darle una respuesta a su proposición.

Duguesclin contó la propuesta al vencedor Enrique y ambos quedaron en tender una celada al rey Pedro. Con la excusa de que aceptaba la propuesta, el rey Pedro se acercó a la tienda donde se alojaba el bretón, el rey Enrique que le esperaba armado, mató a su hermanastro de una puñalada mientras este se encontraba herido en el suelo. Bertrand Duguesclin estaba presente pero no se dice nada que ayudara físicamente a su rey en el asesinato.

¿De donde surgió esta frase apócrifa?, se desconoce, pero ya desde bien pronto debió hacerse famosa pues en la segunda parte del Quijote, escrita por Miguel de Cervantes (* Álcala de Henares, Madrid 29-09-1547 † Madrid 22-04-1616), Sancho le contesta en un determinado momento a don Quijote: Ni quito ni pongo rey, sino ayúdome a mí, que soy mi señor, parafraseando la famosa frase.