Comarca de la Jacetania
Iglesia de Santa María y San Miguel - Lerés

La parroquia de Santa María y San Miguel, se encuentra en la localidad oscense de Lerés, en la comarca de La Jacetania. Desde 1966 depende administrativamente de Jaca, la capital comarcal. Al igual que ocurre con alguna que otra iglesia de La Jacetania, esta iglesia guarda similitudes estéticas con las iglesias de Serrablo y las iglesias de la comarca del Alto Gállego por lo que la incluimos en el grupo de estas iglesias.

El templo tiene sus orígenes a finales del siglo XI o comienzos del XII, de estilo románico rural, solo se conserva original el ábside con características del románico lombardo y el románico serrablés. El templo está formado por una sola nave de planta rectangular cubierta con bóveda de cañón reconstruida. La cabecera está formada por un ábside semicircular con bóveda de cuarto de esfera y un corto tramo recto que le precede y que se cubre con bóveda de cañón. Torre campanario del siglo XVIII, de planta cuadrada, un solo cuerpo y dos vanos en arco semicircular a donde asoman las campanas. Se encuentra adosada a los pies del templo por su fachada Sur. El templo construido en sillarejo, es obra probablemente de canteros locales.

La portada en arco de medio punto, se sitúa en la fachada Sur junto a la torre campanario. Está protegida por un profundo atrio construido en el siglo XVIII. La entrada a la torre se realiza desde este mismo atrio y en la parte superior podemos ver un crismón trinitario, probablemente trasladado desde la portada románica original hoy desaparecida.

El interior abre en sus laterales dos poco profundas capillas laterales, coro alto de madera a los pies y un retablo barroco, todo ello realizado en el siglo XVIII. El templo fue elevado en altura como fácilmente se puede comprobar desde el exterior. Una construcción de epoca posterior situada junto a la cabecera hace función de sacristía.

La parte original como hemos mencionado es la cabecera, orientada al Este, destaca al exterior la decoración del ábside; en la parte superior un friso de baquetones propio del románico serrablés y bajo él, un conjunto de nueve arcos ciegos sustentados en ménsulas propio del románico lombardo. El arco ciego central es de menor tamaño que los ocho restantes. Centra el cilindro absidial una ventana aspillerada de doble derrame.