Abú Zayd gobernador musulmán de Valencia

Abú Zayd o Abuceit (* ca.1195 † ca.1268), es uno de los personajes clave en la conquista del reino musulmán de Valencia. El ultimo señor almohade de Valencia era biznieto del califa bereber Abd-al-Mucmin, portador, pues, de sangre real. De porte majestuoso, Abú Zayd, natural de Baeza (Granada), se habia iniciado en las tareas políticas de la mano de su sobrino, el califa almohade Yusuf II (* 1197 † 1224), que lo nombró gobernador de Valencia.

La posición de Abú Zayd en Valencia pronto se tornó complicada. El descontento de la población a causa de la corrupción del poder local y las constantes amenazas que provenían, tanto del norte cristiano (Aragón y Castilla) como del sur musulmán (Murcia y Denia) extendieron aún más la impopularidad de los almohades entre los ciudadanos. Uno de los mas firmes aliados de Abú Zayd en esta época de convulsión fue el noble Blasco de Alagón, desnaturalizado del reino de Aragón y que residia en la ciudad del Turia, acomodado en el mismo palacio del gobernador.

Tras la muerte del califa Yusuf II, la descomposición politica se agravó y con esta la soledad, Abú Zayd se vió obligado a buscar la protección de Fernando III, el rey santo de Castilla. Las cosechas arruinadas por una plaga de langostas y la falta de alimentos alentó la rebelión de la población. En este estado de cosas, llega a Valencia desde Onda Zayyan Ibn Mardanis descendiente del rey Lobo, quien capitanea el derrocamiento de Abú Zayd, que tiene que abandonar la ciudad con su séquito y su familia en 1229 camino de Segorbe (Castellón), uno de los pocos territorios seguros donde se puede instalar.

Para salvarse de las amenazas de Zayyan y con el deseo oculto de recuperar la ciudad de Valencia, pacta con Jaime I en 1229, en la ciudad de Calatayud (Zaragoza), la ayuda militar y el vasallaje, así como la rendición de una serie de castillos imprescindibles para la conquista del reino de Valencia. Abú Zayd se convertiría al cristianismo (1232) y colaboraría estrechamente en la reconquista del reino. Jaime I lo recompensó con diversas propiedades (Ibi, Castalla, Onil, Tibi entre otras) y sus descendientes se emparentaron con la nobleza cristiana. Abú Zayd debió de fallecer entre 1265 y 1270.

La conversión al cristianismo de Abú Zayd no ha estado exenta de relatos tradicionales. Uno lo asocian al milagro de la "Cruz de Caravaca", que parece fue presenciado por el mismo Abú Zayd. Otros lo ligan a la muerte de dos misioneros franciscanos, fray Juan y fray Pedro que llegaron a la ciudad de Valencia en 1226 con la intención de predicar el evangelio entre los musulmanes. Esta tarea, absolutamente suicida en aquellos tiempos, llegó a oidos de Abú Zayd, por entonces gobernador de Valencia, que no dudó en torturarlos y ordenar personalmente la ejecución de los monjes por decapitación. Los religiosos no titubearon en ofrecer su vida para la conversión al cristianismo del príncipe almohade, prediciendo además su derrocamiento. El martirio de ambos frailes tuvo lugar el 29 de agosto de 1229, fiesta de la degollación de san Juan Bautista. Al convertirse Abú Zayd acabaría tomando el nombre cristiano de Vicente Bellvís y su palació acabó convertido en convento franciscano que estaba situado en la actual plaza del Ayuntamiento.