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Casa de Beneficencia |
La Casa de Beneficencia se levantó en 1841 sobre los restos del antiguo
Convento
de la Corona por iniciativa de la Diputación Provincial. Consiste en una sucesión de
cuerpos de
tres alturas, construidos en torno a cinco
patios con zócalos
alicatados (revestidos de azulejos), que nos
recrean claramente la imagen de un hospicio decimonónico. Algunos de estos patios se encuentran porticados con delgadas
columnas de hierro. El edificio estaba destinado a centralizar los
servicios asistenciales y benéficos de la Diputación Provincial de Valencia.
Probablemente el elemento más destacado del conjunto sea el
interior de la iglesia (hoy sin culto), erigida en 1883 por
Joaquín María Belda Ibáñez en estilo neobizantino. De planta rectangular, tiene el
techo plano sostenido por una armadura metálica y una curiosa cúpula de hierro con
vidrieras de colores, mientras que las paredes y el techo se visten con pinturas de
Antonio Cortina Farinós (*Almassera-Valencia 16-02-1841 † Madrid 06-11-1890) imitando la estética de los mosaicos, con figuras de ángeles y santos,
todo lo cual contribuye a crear una atmósfera de misterio que, adecuadamente
iluminada, recordaría, en efecto, el interior de un templo bizantino.
En la fachada principal del templo, encontramos las dos torres campanarios de que dispone. La portada de entrada formada por un
alto arco de medio punto dispone de unas
batientes de madera de fina labrada de inspiración bizantina-oriental.
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