Estación Pont de Fusta
Estació Pont de Fusta

La estación de Santa Mónica o del Puente de Madera (Pont de Fusta) (en referencia al puente que atravesaba el Turia frente a ella) se construyó en 1892 a partir del proyecto del arquitecto provincial Joaquín Maria Belda Ibañez.

En ella tenía su sede la Sociedad Valenciana de Tranvías, concesionaria de las lineas de Valencia a Llíria y de Valencia a Bétera y Rafelbunyol, promovidas a partir de 1887 y 1891 respectivamente. Aparte del intenso tráfico de personas y productos entre la ciudad y la comarca del Horta Nord, estas lineas permitieron la consolidación de zonas de veraneo en municipios como Bétera, Godella o Rocafort, de gran arraigo popular. Durante décadas, para muchos valencianos el "trenet" fue el medio habitual para desplazarse a la playa o al chalet, y la de Santa Mónica la estación de partida.

La estación de Santa Mónica es, junto con la del Norte y la desaparecida de Aragón, una de las más monumentales de las que contaba la ciudad a principios del siglo XX. Concebida como estación-termino, se desarrolla en dos alturas (la de abajo para el transito de pasajeros y la superior para administración de la compañía) con cierto aire académico. Con todo, siguiendo las pautas de este tipo de arquitecturas (eminentemente prácticas), está resuelta con sencillez, buscando la belleza arquitectónica a partir del juego de volúmenes, líneas y ángulos antes que el empleo de materiales constructivos costosos.

Frente a ella se encontraba el conocido como Puente de Madera (Pont de Fusta), en origen se trataba de una pasarela de hierro y suelo de madera de donde toma su nombre; la riada del río Turia de 1957 se lo llevó por delante y más tarde se construyó una nueva pasarela ésta toda de hierro y hormigón. En el año 2.012 se ha inaugurado un nuevo puente que en recuerdo del original se sigue llamando Puente de Madera. En la actualidad el edificio es sede de la Policia Autonomica Valenciana.

La estación de madera en el recuerdo