Catedrales de España
Catedral de Almería

Logotipo oficial de la Catedral de Almería
Se trata del motivo central de la clave
de la bóveda de la Capilla del Santo Cristo de la Escucha


Introducción

Nombre: Santa Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación
Ubicación: Almería. Comunidad Autónoma de Andalucia
Diócesis: Almería
Gentilicio: almerienses
Almería deriva del árabe Al-Mariyyat (El mirador)
Declarada Bien de Interés Cultural. Monumento Histórico Artístico en 1931
Estilos predominantes: finales del gótico, renacentista y neoclásico

Historia

Almería había sido recuperada del dominio almohade, por los Reyes Católicos el 23 de diciembre de 1489, a los pocos meses en 1490 tuvo lugar un levantamiento de moriscos residentes en la ciudad, después de ser aplastada, la Mezquita Mayor fue transformada en templo cristiano con la advocación de Santa María. El 21 de mayo de 1492 fue restaurada la diócesis de Almería, convirtiéndose el antiguo templo de Santa María en Catedral de Nuestra Señora de la Encarnación.

Según la tradición fue San Indalecio (siglo I) el fundador de la primera comunidad cristiana en la zona, concretamente en una ciudad llamada Arci, posteriormente Pechina y que con diversos avatares llegaría a transformarse en Almería. Es tradicionalmente aceptado a San Indalecio como el primer obispo de Almería y además Patrón de la diócesis Almería. Por circunstancias que no vienen al caso, los restos de San Indalecio que murió mártir reposan en la Catedral de Jaca-Huesca, a excepción de ciertas reliquias que fueron trasladas a la Catedral de Almería ya en el siglo XX y fueron guardadas bajo el Altar Mayor.

La actual Catedral fue iniciativa del obispo fray Diego Fernández de Villalán. Diego Fernández de Villalán, de la orden de los franciscanos (* Villalán de Campos-Valladolid 1466 † Almería 07-08-1556) fue obispo de Almería entre 1523 y 1556. Fue el cuarto obispo de la diócesis y el primero en residir en la ciudad de manera permanente ya que los tres anteriores obispos gobernaron la diócesis por medio de provisores.

El 22 de septiembre de 1522 un terremoto asoló la ciudad y la vieja Catedral quedó en ruinas. Esta había sido construida aprovechando la planta de la antigua Mezquita Mayor musulmana. En la actualidad en estos terrenos encontramos la iglesia de San Juan. La llegada del obispo Villalán a la diócesis y el estado de ruina en que había quedado la vieja Catedral es lo que obligó al obispo a construir un nuevo templo de nueva planta y además en una ubicación distinta a la anterior.

La primera piedra fue colocada por el obispo Villalán el 4 de octubre de 1524 (fiesta de San Francisco de Asís); no hay que olvidar que Villalán era franciscano. El proyecto de construcción se atribuye Diego de Siloé (* Burgos ca.1495 † Granada 22-10-1563) con una planteamiento gótico, y para 1551 pudo ser abierta al culto.

Hacia 1555 el obispo Villalán contrató al arquitecto y escultor Juan de Orea Racionera (* Villalba de la Sierra-Cuenca 1525 † Granada 1580) discípulo y yerno de Pedro Machuca, que estuvo al frente de las obras hasta 1572 que la ultimó en estilo renacentista. Juan de Orea realizaría las dos portadas de la Catedral, el coro, la sacristía, la bóveda estrellada y linterna del crucero, finalización de la capilla de la Soledad, la Capilla de San Indalecio y el cierre de la bóveda de la Capilla del Cristo de la Escucha.

La torre campanario sería finalizada hacia, siendo obispo Juan de Portocarrero. La actual Capilla Mayor y el claustro fueron realizados posteriormente siguiendo tendencias barrocas y neoclásicas respectivamente en siglos posteriores.

Con aspecto de fortaleza, su estilo arquitectónico fluctúa entre el gótico tardío y el renacimiento. Implementada con rasgos barrocos y neoclásicos. Su diseño de fortaleza se debe a que Almería, por su proximidad a la costa africana era lugar frecuentado por piratas berberiscos e incluso moriscos que apoyaban a los piratas desde el interior. Por este motivo la Catedral fue dotada de almenas, torreones y fuertes muros de piedra capaces de resistir un asedio pirata y servir de refugio a la población. También se construyó una cubierta plana que pudiera utilizarse como base para colocar cañones que permitiera la defensa de la ciudad. Con el mismo fin defensivo se abrieron pocos vanos al exterior y cuando se abren estos se sitúan en altura para dificultar el asalto.

Características

La Catedral adopta planta basilical, tres naves no muy altas de igual altura con cuatro tramos, cubierta exterior plana y vanos muy estrechos como corresponde a un templo que adopta tintes defensivos. En su cabecera dispone de girola en la que se abren tres capillas. En el centro de la nave de transepto se alza el cimborrio, un poco más elevado que las terrazas. El cimborrio es obra renacentista de Juan de Orea y destaca por la belleza de su bóveda de crucería. Al interior las naves se cubren con bóvedas góticas estrelladas que apoyan en dieciséis pilares con capiteles corintios.

Las tres capillas absidiales que se abren a la girola, al exterior, a nivel de calle, se transforman en torres defensivas con sus correspondientes almenas, las laterales en forma de cubo semicirculares mientras que la central es una torre octogonal sobre un arranque cuadrangular. El templo dispone de capillas laterales solo en el lado de la epístola que recae al claustro, ya que la nave del evangelio estaba más desprotegida y era necesario restar impedimentos a la fuerza del muro o fachada.

Puerta de la Encarnación - Fachada Norte La puerta principal abre a una plaza peatonal decorada con un número indeterminado de palmeras y frente al Palacio Espiscopal, obra de 1896 de los arquitectos almerienses Trinidad Cuartara Cassinello (* 1847 † 1912) y Enrique López Rull (* 1846 † 1928). Esta plaza fue abierta ya en el siglo XVI y ha sido el punto principal de fiestas, mercados, espectáculos e incluso ceremonias de la Inquisición. Como dato curioso en el siglo XX la plaza participó en algunas escenas de la película Pattón, destacando aquella en que una formación de carros de combate se encuentran alineados en la plaza.

La actual configuración de la plaza se debe a los arquitectos Alberto Campo Baeza y Modesto Sánchez Morales, quienes entre 1999 y 2000 la reformaron, retirando las rejas que cerraban la fachada de la Catedral por este lado y eliminando la fuente que la centraba. El suelo de la plaza es de mármol de Macael.

Destaca en el ángulo nor-oeste, una potente torre de planta cuadrangular a cuyos pies encontramos una escultura que se alza sobre un pedestal prismático y que representa al obispo Diego Ventaja Milán (* Ohanes-Almería 22-07-1880 † Vicar-Almería 31-08-1936 / obispo entre 1935 y 1936) que fue asesinado en la Guerra Civil de 1936. La escultura está realizada al poco de finalizar la guerra por el escultor Enrique Pérez Comendador (* Hervás-Cáceres 17-11-1900 † Madrid 02-03-1981).

La construcción de la torre comenzó en el siglo XVI en tiempos del obispo Villalán pero a su muerte apenas se había comenzado la construcción siendo finalizada en 1622 por el cantero Mancio Infante en época del obispo fray Juan del Castillo Portocarrero (* Salamanca † Almería 1631 / obispo entre 1602 y 1631 ), cuyo escudo puede verse en el lado norte de la torre. La espadaña que la remata es de 1780. En la puerta de acceso a la torre desde el interior del templo se puede leer "Turris Eburnea" (Torre de marfil). Por el interior una escalera de caracol permite la subida a la terraza.

Tiene el campanario un reloj que mira a la plaza y que se sitúa por encima de la Sala de Campanas. En total dispone la torre campanario de ocho campanas, la mayoría fundidas después de la Guerra Civil, en la Sala de Campanas se disponen: la Santa María (1940), San Juan (1942), San Indalecio (1942), Sagrado Corazón de Jesús (1942), Santa Bárbara (1942) y la Campana Gorda (1805). En la espadaña de un solo vano se disponen la campana Santo Arcángel San Rafael (1781) y Santa María del Mar (1781). Fuente: Campaners de la Catedral de Valencia

La portada principal llamada de la Encarnación se sitúa en esta fachada, fue realizada por Juan de Orea en 1567; se abre en la fachada Norte entre poderosos contrafuertes que la delimitan y la encuadran. Juan de Orea fue maestro mayor de las obras de la Catedral de Almería entre 1555 y 1572. De estilo renacentista, la portada distribuye dos niveles en altura, en el inferior se abre la puerta entre dos pares de columnas de fuste estriado y capiteles de orden corintio que se levantan sobre plintos decorados con figuras de efebos o ángeles sedentes sosteniendo una palmera. Entre los intercolumnios encontramos hornacinas, tondos con bustos y querubines. Sobre la puerta adintelada un frontón partido en cuyo centro vemos el escudo de armas del obispo Villalán sostenido por dos ángeles tenantes. Junto a ellos grandes racimos de granadas, símbolo de fecundidad, abundancia y riqueza.

En el segundo nivel, inscrito en un nicho rectangular y entre dos pares de columnas, una imagen de la Virgen María con el Niño, a ambos lados dos tondos de laurel con los bustos realizados en mármol blanco de San Pablo (izquierda) y San Pedro (derecha). Remata el conjunto el escudo imperial de Carlos I en el centro de un frontón partido, flanqueado por las columnas de Hércules y el lema "Plus Ultra". Distribuidos por diversos lugares de la portada vemos jarrones de azucenas, algunos gigantescos y mascarones de cabeza de león.


Puerta de los Perdones Situada en la fachada Oeste, se abre a los pies del templo. Al igual que su compañera norteña, fue levantada por Juan de Orea en 1569. Recibe su nombre en alusión a la protección de los que se acogían a este derecho de asilo que disfrutaba la Catedral.

En el basamento del contrafuerte izquierdo encontramos una cartela con una inscripción que dice: "Alanus Quartus - 1569", donde Alanus es el patronímico del obispo Diego Fernández Villalán y Quartus por ser el cuarto obispo de la diócesis. En el basamento derecho la cartela lleva la inscripción: "Regnante Philipo" en referencia al rey Felipe II bajo cuyo reinado se levantó la portada.

La portada guarda cierta semejanza con su compañera, aunque no es tan espectacular. La puerta adintelada se abre entre dos pares de columnas elevadas sobre plintos. Las columnas sustentan un entablamento de triglifos y metopas. Sobre la portada un frontón curvo en cuyo interior vemos la cabeza de un ángel y sobre él, el escudo del obispo Fernández Villalán. En el segundo cuerpo y con una estructura a base de columnas pareadas de estilo jónico se abre en su centro una hornacina avenerada en la actualidad vacía. Sobre este segundo cuerpo un frontón triangular que guarda la cabeza de un ángel y sobre la parte superior un águila con el escudo del rey Felipe II. Los contrafuertes que enmarcan la portada se rematan con grandes mascarones de cabeza de león con las fauces abiertas. Complementa la decoración de la portada una serie de florones o jarrones de azucenas y frisos con grecas o círculos. Precede a la portada una lonja o atrio construida en 1905 por el arquitecto Enrique López Rull cuya finalidad es salvar el desnivel del terreno sobre la que se asienta la portada.

Cabecera y Capilla Mayor Construida en estilo gótico, la cabecera está formada por una girola a la que se abren tres capillas, la central de testero recto y las laterales en forma semicircular. La Capilla Mayor adopta forma poligonal y tiene estructura gótica, su interior se abre a la girola a través de cinco arcos de medio punto, aunque el retablo y su decoración es completamente barroca. Fue remodelada en 1708 a iniciativa del obispo fray Manuel de Santo Tomás Mendoza (* Madrid 04-01-1643 † Málaga 19-08-1717 / obispo entre 1707 y 1713). Este encargó al maestro granadino José Sánchez que abriera unos vanos en los arcos de medio punto y pusiera en comunicación la Capilla Mayor con la girola, tal y como podemos ver en la actualidad. Se procedió asimismo al dorado de los elementos arquitectónicos.

Centra la capilla mayor un gran tabernáculo en alabastro, jaspe y mármol, realizado por el arquitecto y escultor Eusebio Valdés (* Granada † Granada 1807) entre 1773 y 1776 según diseño de Ventura Rodríguez (Buenaventura Rodríguez Tizón) y a iniciativa del obispo Claudio Sanz Torres y Ruiz de Castañedo (* Torres-Toledo 1704 † Almería 1779 / obispo entre 1761 y 1779). Las trece esculturas exentas y los bajorrelieves que decoran la pieza son obra contratada en 1774 con escultor granadino Juan de Salazar Palomino (* 1718 † 1790). Este tabernáculo vino a sustituir a otro anterior realizado hacia 1709 en madera con plata chapada. Este actual sin embargo tuvo que ser restaurado después de la Guerra Civil de 1936 debiendo de sustituirse algunas piezas que habían desaparecido. Se levanta sobre un basamento en cuyo frontis vemos tres medallones con bajorrelieves, el central con una imagen alusiva a la Encarnación y a los lados San Mateo y San Marcos. En los laterales del basamento bajorrelieves con una escena de la Natividad acompañada de San Gregorio Magno y San Jerónimo, en la parte posterior la Adoración de los Magos junto con San Lucas y San Juan y el siguiente lateral la Resurrección de Cristo acompañado de San Agustín y San Ambrosio. Relieves de Juan de Salazar.

El tabernáculo que se levanta sobre este basamento, obra de Eusebio Valdés, está formado por tres cuerpos, el inferior alberga el Sagrario y se decora en sus laterales con una serie de relieves en mármol de Macael, con representaciones de santos, profetas, ángeles y alegorías de la Fe, la Esperanza y la Caridad. En el segundo cuerpo, un templete sostenido por ocho columnas pareadas y en el cuerpo superior una cúpula apuntada en cuya cúspide vemos una escultura del Salvador. Sobre el segundo cuerpo podemos ver ocho imágenes de Apóstoles en grupos de dos en el mismo eje que alzan las columnas inferiores. Sobre la base del segundo cuerpo cuatro apóstoles que completan junto con los del nivel superior un apostolado completo. Las esculturas están realizadas en mármol de Macael mientras que los bajorrelieves son de alabastro y fueron realizados por Juan de Salazar.

En la Capilla Mayor encontramos más que un retablo, un conjunto de piezas independientes formadas por dos relieves y un total de ocho lienzos. En el eje central dos relieves en dos niveles, el superior ocupado por un Calvario (siglo XVI) y el inferior por una Anunciación (siglo XVI). Las ocho pinturas son obra de Antonio García Puerta (* Lorca-Murcia 1718 † Almería 1783) entre 1755 y 1757 y se distribuyen en dos niveles a razón de cuatro por nivel. Representan escenas de la vida de la Virgen María: en el nivel superior y de izquierda a derecha, la Adoración de los Magos, Presentación de la Virgen, Huida a Egipto y la Asunción de la Virgen. En el nivel inferior y de izquierda a derecha, la Coronación de la Virgen, la Adoración de los Pastores, los Desposorios de la Virgen y la Visitación. Las del nivel inferior son de formato rectangular y los del nivel superior de formato triangular para adaptarse a la curvatura de la bóveda. Los lienzos fueron un encargo del obispo Gaspar Molina y Rocha (* Mérida-Badajoz 1700 † Almería 1760 / obispo entre 1741 y 1760). Los relieves se adscriben a la escuela del granadino Pablo de Rojas. Estos dos relieves sean probablemente lo único que queda del antiguo retablo mayor de madera policromada que ocupó este lugar.

En el arranque del presbiterio, vemos dos púlpitos, realizados a expensas del obispo Claudio Sanz Torres, y contratados por Eusebio Valdés en 1778 en estilo barroco. Realizados con piedras policromas, con placas de falsa ágata melada y jaspe negro para el pasamanos y la base. Se decora con placas de alabastro blanco con relieves de profetas, evangelistas y Padres de la Iglesia, tallas salidas de la mano de Juan de Salazar. También los púlpitos sufrieron los estragos de la Guerra Civil.

Desde este lugar podemos observar el cimborrio o linterna que se alza sobre el crucero. La linterna y bóveda estrellada es obra de Juan de Orea realizada hacia 1560. Unos óculos permiten la iluminación al interior de este espacio tan sagrado.

Capilla del Santo Cristo de la Escucha En el centro de la girola y de planta cuadrangular fue finalizada por Juan de Orea que cubrió la capilla aunque el inicio de su construcción se estima en 1528 en un estilo gótico-tardío. Destaca por la presencia del sepulcro en alabastro del obispo Diego Fernández Villalán obra también de Juan de Orea. Abre a la girola a través de un arco abocinado de medio punto. Se cubre por una bóveda octogonal con un complicado juego de nervaduras en piedra.

El sepulcro realizado en 1560 por Juan de Orea, presenta la figura yacente del obispo con báculo, anillo y vestido de pontifical. A sus pies un perro alano símbolo de fidelidad y además animal presente en el escudo de armas del obispo. El mausoleo se decora con bichas o grifos en las esquinas y el escudo del obispo. En los laterales pueden leerse las siguientes inscripciones en latín: DOM / FRATER DIDACUS FERNANDEZ DE VILLALAN / HUIUS SANCTAE ECCLESIAE EPISCOPUS QUARTUS / HIC IACET IN GELIDO MARMORE CLAMORE CLAUSUS HUMO / QUI HANC ECCLESIA MAGNO ANTEA TERREMOTUS DIRUTAM.

QUEM POST TRIGESSIMUM EPISCOPATUS SUI / VITAE VERO NONAGESSIMUM ANNUM VITA FUNCTUM / ANNO VIDELICET DOMINI MDLVI MENSIS AUTEM JULII DIE VII / EUISDEM ECCLESIAE SANCTAE DECANUS ET CAPITULUM / OPTIMUN PATREM BENEQUE DE SE MERITUM PRAESULEM / HOC TUMULTUM PONENDUM CURARUNT.

Dios Máximo y Omnipotente. Fray Diego Fernández de Villalán, Cuarto obispo de esta Santa Iglesia. Yace aquí, en frío mármol, aquel mismo que, por sí solo, construyó esta iglesia, destruida y echada por tierra poco antes por un terremoto, levantándola desde los mismos cimientos hasta como está ahora, con grandes esfuerzos y gastos de caudales

Dios Máximo y Omnipotente. El Hermano Diego Fernández de Villalán, Cuarto obispo de esta Santa Iglesia. Yace aquí, polvo sórdido, encerrado en frío mármol, aquel mismo que, por sí solo, construyó esta iglesia, destruida y echada por tierra poco antes por un terremoto, levantándola desde los mismos cimientos hasta como está ahora, con grandes esfuerzos y gastos de caudales

Al que, después de treinta años de episcopado y noventa de vida, acabó su existencia el día siete del mes de Julio del año del Señor de 1556, a tan óptimo padre y benemérito prelado el deán y Cabildo de esta Santa Iglesia cuidaron de dedicarle este sepulcro

Comparte los restos del obispo Villalán con una talla de Cristo Crucificado, conocido como Santo Cristo de la Escucha y que da nombre a la capilla. La talla es de madera de nogal policromada. La talla es obra de 1941 del artista Jesús Pérez de Perceval del Moral (* Almería 17-04-1915 † Almería 03-10-1985) y sustituye a la anterior perdida en la Guerra Civil.

La historia del Santo Cristo de la Escucha está rodeada de leyenda, esta afirma, a grandes rasgos, que una vez reconquistada la ciudad, unos cristianos que habían ocupado una casa de moriscos oían por todas las habitaciones la palabra ¡escucha! ¡escucha!, atormentados y asustados, derribaron algunos muros y encontraron escondida la talla de Cristo que desde ese momento recibió el apelativo de Cristo de la Escucha, siendo llevada a la antigua Catedral y desde aquella a la actual.

En el muro exterior de la Capilla del Cristo de la Escucha podemos ver el conocido como "Sol de Portocarrero". Se trata de un bajorrelieve que representa la figura del Sol con rasgos humanos. Se atribuye su realización al obispo Juan del Castillo Portocarrero (* Salamanca † Almería 1631) aunque el pontificado de este obispo es posterior a la realización del bajorrelieve, pues fue obispo de Almería entre 1602 y 1631.

Capilla de la Piedad en la girola junto a la Capilla del Santo Cristo, en el lado del evangelio. De estilo renacentista y testero en forma semicircular. Se cubre en un primer tramo recto con una bóveda de cañón decorada con casetones y un segundo tramo absidial con bóveda de cuarto de esfera. Obra de Juan de Orea hacia 1566. Conserva en el actual retablo tres tablas del antiguo retablo, salidas del pincel de Alonso Cano (* Granada 19-03-1601 † Granada 03-10-1667) en 1666: la Anunciación, la Asunción de la Virgen y Santa Teresa de Jesús. Preside actualmente la estancia un retablo con una imagen de la Virgen de la Piedad, copia realizada después de la Guerra Civil de 1936 por el imaginero valenciano José María Hervás Benet (* 1912 † 1996) en 1940. La imagen original era del siglo XVI y según cuentan las crónicas fue recuperada de un pirata turco que la llevaba en la punta de su lanza. Desapareció en la Guerra Civil. La capilla fue ampliada en el siglo XVIII dándole su actual forma semicircular. El actual retablo es obra de 1970 de Jesús Pérez de Perceval del Moral.

Un cuarto lienzo que ocupa el retablo es un San Antonio de Padua navegando sobre su manto, del pintor Antonio García Puerta realizado en 1743.

La capilla fue lugar de enterramiento del obispo Antonio Corrionero de Babilafuente (* Babilafuente-Salamanca 1476 † Almería 13-05-1570 / obispo entre 1557 y 1570 y sucesor de Fernández Villalán), pero en 1761 su sepulcro de alabastro fue trasladado a uno de los laterales y en 1858 desmontado, del mismo solo queda la lápida superior del sepulcro.

Al exterior de la capilla, en el flanco que mira a la plaza, podemos ver en lo alto de la torre el escudo del obispo Villalán.

Capilla de San Indalecio en la girola junto a la Capilla del Santo Cristo, en el lado de la epístola. Erigida por Juan de Orea entre 1562 y 1564 y dedicada al Salvador. El obispo Gaspar Molina y Rocha cambió en 1743 su advocación por la actual de San Indalecio. En 1777 el obispo Claudio Sanz Torres reformó la capilla abriendo una linterna para iluminar la capilla, vistiéndola con un nuevo retablo e imágenes y dándole su actual forma semicircular.

La capilla guarda paralelismos con la Capilla de la Piedad, pues al igual que aquella, a un tramo recto con bóveda de medio cañón le se sucede un tramo cubierto por una bóveda de cuarto de esfera. Su actual configuración mueble es una reconstrucción efectuada después de la Guerra Civil Española de 1936 ya que todo su patrimonio mueble fue destruido en la guerra. La imagen actual de San Indalecio que centra el retablo es obra del escultor Jesús de Perceval del Moral, tallada entre 1941 y 1942. En los muros laterales de la capilla podemos ver en el interior de sendos altares, a nuestra izquierda escultura de San Nicolás de Bari y a la derecha a Santa Gema de Galgani, ambas tallas del siglo XX.

La capilla es lugar de enterramiento de los obispos Santos Zarate Martínez (obispo entre 1887 y 1906), Bernardo Martínez Noval (obispo entre 1921 y 1934) y Manuel Casares Hervás (obispo entre 1970 y 1989).

Coro Ocupando la nave central y frente a la Capilla Mayor. La sillería es de nogal, con setenta y cinco sitiales en dos niveles (cuarenta y cuatro en el nivel superior y treinta en el nivel inferior, más la silla del obispo, lo que suma un total de setenta y cinco). Obra de Juan de Orea, realizada entre 1558 y 1561 en un primitivo estilo renacentista. El coro fue construido durante el obispado de Antonio Corrionero de Babilafuente. Las representaciones de talla del nivel superior representan a santos, apóstoles y profetas, mientras que la sillería del nivel inferior son personajes tallados en relieve de tipos variopintos. Los personajes del nivel superior son identificables porque sus nombres figuran en la base de la talla. Bajo ellos tondos con bustos de personajes masculinos y femeninos.

Preside el coro la silla del obispo, cubierta por un dosel en madera y en la que podemos ver distintas representaciones alegóricas. En el respaldo de la silla vemos la figura de Cristo Salvador, debajo de este, un relieve representando a la Caridad como una matrona dando de amamantar a unos niños, y por encima del relieve de Cristo, una talla representando a un hombre como alegoría de la sabiduría y la prudencia. En el ático o dosel vemos representada una Anunciación con un jarrón de azucenas.

En origen el coro se cerraba por una reja, hoy inexistente. La actual reja es de forja actual.

A ambos lados del coro, se conservan dos órganos barrocos realizados entre 1768 y 1769, por Leonardo Fernández Dávila en el lado del evangelio, mientras que las cajas están realizadas por Diego Alonso y Anselmo Espinar. Los órganos fueron contratados por el obispo Claudio Sanz y Torres. Los órganos sufrieron los estragos de la Guerra Civil y de su origen solo restan las cajas de los mismos.

Trascoro Realizado en 1772 según trazas de Ventura Rodríguez y ejecución de Eusebio Valdés, con jaspes y mármoles de diversos colores y a iniciativa del obispo Claudio Sanz y Torres. Se puede decir que corresponde a un estilo barroco bastante comedido. En el primer cuerpo y entre cuatro columnas pareadas de orden compuesto encontramos una hornacina con la figura realizada en mármol blanco de la Inmaculada Concepción. La flanquean dos hornacinas con imágenes de Santo Domingo de Guzmán y San Juan Nepomuceno vestidos con ropajes de canónigos de la época. Las tres esculturas son obra del escultor Juan de Salazar Palomino realizadas en mármol de Macael. En el ático una balconada en cuyo centro encontramos un tondo con la figura de Dios Padre con las alegorías de la Fe y la Esperanza apoyadas en el frontón curvo partido. Complementa la decoración una serie de símbolos marianos, ángeles e imágenes alegóricas. Los escudos que rematan las hornacinas laterales corresponden al obispo Claudio Sanz promotor de la obra.

Sobre la reja que cierra el trascoro una leyenda en latín dice: "Toda hermosa eres, amiga mía, y no hay tacha en ti."

Capilla de San Ildefonso También conocida como Capilla de la familia Ballesteros. Lado de la epístola. Se encuentra junto a la portada gótica de entrada al claustro, siendo erigida entre 1591 y 1639 como capilla funeraria de la familia Ballesteros. Se cubre con bóveda de cañón. Centra la capilla un retablo moderno con tres lienzos, el central representa la imposición de la casulla a San Ildefonso, a la izquierda óleo dedicado a María Magdalena y a la derecha óleo del papa Pío X.

Capilla de los Mártires Lado de la epístola, antiguamente conocida como Capilla de Nuestra Señora de la Esperanza. También conocida como Capilla funeraria de la familia Puche. Erigida hacia 1638, de planta rectangular, se cubre con bóveda de cañón y su acceso se realiza a través de un arco apuntado. En 1688 fue puesta bajo la titularidad de la Virgen de la Esperanza, hacia 1718 fue convertida en capilla funeraria de los obispos de la diócesis, por el obispo Jerónimo del Valle Ledesma (* Lucena-Córdoba 1650 † Almería 12-11-1722 / obispo entre 1714 y 1722). Fue el primer obispo en ser enterrado en esta capilla de la Esperanza. Dedicada en la actualidad desde 1997 a los mártires asesinados en la Guerra Civil de 1936. Preside la estancia un gran lienzo donde aparecen el obispo de Almería, Diego Ventaja Milán y el obispo de Guadix, Manuel Medina Olmos junto a un grupo de hermanos de La Salle, todos ellos asesinados en la Guerra. El lienzo es obra de 1993 del pintor Andrés García Ibáñez (* Olula del Río-Almería 1971).

Capilla de Nuestra Señora del Carmen o Baptisterio Lado de la epístola. Erigida hacia 1635 como capilla bautismal. El obispo Gaspar Molina Rocha la dedicó a la Virgen del Carmen en 1750. Su entrada se realiza a través de un arco apuntado abocinado y el interior se cubre con bóveda de cañón. Preside la estancia un óleo sobre lienzo del Calvario, Cristo en la Cruz junto a San Juan y la Virgen. Conserva una pila bautismal de mármol de Macael ya que en la actualidad es capilla bautismal.

Capilla del Sagrario fue iniciada en 1606 a expensas del obispo fray Juan de Portocarrero y ampliada entre 1721 y 1723 por el obispo Jerónimo del Valle Ledesma. El retablo neo-barroco es obra de Juan de Perceval. En 1974 fueron encontrados bajo el suelo de la capilla los restos del obispo Portocarrero. A su muerte en 1631 había dejado escrito que no se levantara monumento alguno en su memoria y expresaba su deseo de ser enterrado en esta capilla.

Sacristía Al inicio de la girola en su lado de la epístola. De estilo renacentista, tiene entrada a través de una portada con arco carpanel abocinado. En la parte superior escudo del obispo Villalán con restos de policromía. Fue realizada en 1566 por Juan de Orea. Adopta planta rectangular dividida en tres tramos por arcos fajones. La bóveda de medio cañón descansa en una decorada cornisa y un friso liso que descarga el empuje a semicolumnas estriadas de orden corintio elevadas sobre plintos. La bóveda se decora a base de casetones lisos y otros con rosetas.

En los muros laterales se dispone una hornacina o hueco por cada uno de los tramos, estos abren a la estancia a través de arcos de medio punto que descansan en pilastras cajeadas. El intrados de los arcos se decora a base de casetones. El fondo de la hornacina se decora con un óculo y diversos elementos decorativos a base de medallones, grutescos, querubines y rosetas. En las enjutas que forman los arcos podemos encontrar medallones, mientras que la arquivolta del arco se decora con ángeles.

La cajonería en madera de nogal se dispone en las hornacinas que se abren en los muros laterales y fueron confeccionadas por Baltasar Moncada en 1774. En su fachada sur dispone de dos puertas en los extremos que llevan a una segunda sacristía y a una tercera sacristía que en la actualidad son usadas como Salas-Museo con acceso desde el claustro. La mesa central es de mármol jaspeado realizada en 1769.

Sala Capitular Junto a la sacristía encontramos la Sala Capitular. Levantada a mediados del siglo XVI al mismo tiempo que la sacristía, no fue sin embargo hasta comienzos del siglo XVII cuando se dio por finalizada. Sería en este siglo cuando el cantero afincado en Almería pero de origen genovés, Mancio Infante construyó la bóveda esquifada que la cubre. La decoración del friso es de estilo renacentista a base de roleos, mascarones y cabezas de querubines. Grandes vanos circulares iluminan el interior de la estancia.

Claustro Construido sobre un antiguo patio que hacia funciones de patio de armas y que en el siglo XVIII fue remodelado como claustro. De planta rectangular, articula su estructura en estilo neoclásico, realizado entre 1785 y 1797 siendo obispo fray Anselmo Rodríguez Merino (* Barral-Orense 13-08-1712 † Almería 14-01-1798 / obispo entre 1780 y 1798).

Tiene entrada al templo en su panda sur. De un apabullante estilo neoclásico fue ejecutado por el arquitecto Juan Antonio Munar (* Madrid † ca.1806), discípulo de Ventura Rodríguez. Abre sus vanos al patio central a través de grandes arcos de medio punto de rosca moldeada y clave en resalto, que descansan sobre pilares con semicolumnas adosadas de orden jónico que sostienen un entablamento bajo la cornisa. Dispone de nueve arcos recayentes al patio central en sus lados mayores y seis arcos en los lados menores.


Las pandas forman tramos cuadrangulares separados por arcos de medio punto y cubiertos con bóvedas baídas. En las esquinas que forman el claustro y al exterior que mira al Sur, se alzan cubos octogonales formando parte del sistema defensivo de la Catedral-fortaleza. El patio de armas antes de su transformación en claustro fue utilizado como cementerio y como huerta. En el centro del claustro encontramos una pequeña fuente-alberca (siglo XX) que vino a sustituir a la anterior del siglo XVIII. En la actualidad los cubos defensivos del claustro son utilizados como salas de museo.

A destacar la puerta de entrada al claustro desde el interior de la iglesia a nivel del transepto, realizada por Juan de Lezcano en 1529 en estilo gótico flamígero. La portada es un gran arco de medio punto abocinado. Desde la rosca exterior arrancar dos delgados y estilizados pináculos y entre ellos una hornacina y decoración a base de cardinas en la pared del muro. La decoración de la portada se realiza a base de motivos vegetales y animales fantásticos, las puertas de madera de nogal fueron talladas en el siglo XVIII y se adornan con jarrones de azucenas.

Ficha técnica

Fecha de realización página: 19 de Agosto de 2.017
Fecha última modificación:

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