Catedrales de España
Catedral de Sevilla


La magna hispalense

Introducción

Nombre: Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Santa María de la Sede
Ubicación: Sevilla. Comunidad autónoma de Andalucía
Archidiócesis de Sevilla
Gentilicio: sevillano o hispalense
A orillas del río Guadalquivir
La catedral fue declarada monumento nacional en 1928
En 1987 el conjunto formado por la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Características   Recorrido exterior   Recorrido interior   La Giralda

Historia

Sevilla surge en la historia con los romanos que la llamaron Hispalis. Esta se levantó sobre un antiguo asentamiento tartésico, turdetano o tal vez cartaginés con el probable nombre de Ispali, Spali o Hispal y que los romanos transformaron en Hispalis. Los romanos entraron en la península en 206 a. C. en el trascurso de la segunda guerra púnica entre romanos y cartagineses. Vencidos y expulsados estos últimos, los romanos se hicieron con el control de la península que denominaron Hispania. Hispalis se encuadraría en la provincia romana de la Bética y en el 45 a. C., Julio Cesar le otorga el título de colonia. Durante el dominio romano, tendría lugar el martirio de las santas Justa y Rufina, que con el trascurrir del tiempo serían consideradas como patronas de la ciudad.

Con la decadencia del imperio romano de occidente, los visigodos ocuparon la península. Dos personajes importantes de la Hispalis visigoda fueron san Leandro de Sevilla (* Cartagena 534 † Sevilla 13-03-600) y su hermano san Isidoro de León (* Cartagena 556 † Sevilla 04-04-636). El primero fue arzobispo de Sevilla entre 578 y 600 y su mayor logro fue conseguir la conversión del pueblo visigodo al catolicismo, ya que estos eran arrianos. El segundo gran hombre ligada a la diócesis de Sevilla en época visigoda fue su hermano san Isidoro de León, arzobispo de Sevilla entre 600 y 636, quien además de ayudar a su hermano en la conversión de los visigodos, escribió una historia de los reyes godos que todavía es lectura obligada para todo historiador. Otro personaje ligado a la historia sevillana es san Hermenegildo (* Sevilla 564 † Tarragona 13-04-585), hijo del rey visigodo Leovigildo y hermano del futuro rey Recaredo. En un periodo de conflicto y de lucha civil entre Recaredo y Hermenegildo por cuestiones religiosas y también por que no, políticas, este fue asesinado en Tarragona.

La siguiente cultura que pasó por la ciudad sería la musulmana quienes en el 711 entrarían en Hispania y se apoderarían de Hispalis convirtiéndola en una cora musulmana (una especie de provincia) y años más tarde en el 1023 en reino de taifa. La ciudad cambiaría su nombre por el de Ishbilia. Reyes de esta taifa fueron: Abu ul-Cásim (1023-1042), Al-Mu'tadid (1042-1069) y su hijo Al-Mu'támid (1069-1091) quien ante el avance cristiano llamaría en su ayuda a los almorávides que entrarían en 1091 en la península y se apoderarían de la Hispania musulmana, dando por finalizado el periodo de taifas y uniendo Al-Andalus al imperio almorávide.

Los almohades entran en la península en 1146 y un año después se apoderan de Ishbilia arrebatándosela a los almorávides. En 1172 el califa almohade Abu Yaqub Yusuf (* Marruecos 1138 † Évora-Portugal 29-07-1184) ordena la construcción de una nueva mezquita aljama que vendría a sustituir a la ya vieja y pequeña de Ibn Addabás que con la ciudad tomada por los cristianos pasaría su solar a convertirse en la iglesia del Salvador que todavía mantiene culto religioso. Empezaron las obras de la nueva mezquita aljama en 1172 dándose por finalizadas en 1176, fueron llevadas a cabo por el alarife musulmán Ahmed ibn Baso. De esta mezquita solo se conserva la torre alminar (hoy la Giralda), el patio de abluciones (shan) (hoy patio de los naranjos) y la actual puerta del Perdón aunque muy modificada. La torre alminar fue comenzada en 1184 por ibn Baso pero al poco tiempo murió el califa Abu Yaqub, y las obras fueron continuadas por su hijo Abu Yusuf al-Mansur (* 1160 † Marruecos 23-01-1199) y el alarife Alí de Gomara a quien se le debe de considerar como el artífice de la torre alminar. Las obras se dieron por finalizadas en 1198 con la colocación del yamur. La planta de la mezquita era un rectángulo de 150 metros x 110 metros y su interior estaba dividida en 17 naves separadas por arcos de herradura.

Ishbilia fue conquistada a los musulmanes por el rey Fernando III el Santo en 23 de noviembre de 1248 que por corrupción fonética acabarían llamándola Sevilla. El primer arzobispo de la diócesis restaurada fue el propio hijo del rey Fernando, el infante Felipe (arzobispo entre 1250 y 1258) que no llegó a tomar posesión de la diócesis, por lo que habitualmente se cita a Raimundo de Losana (Remondo) (arzobispo entre 1259 y 1286) como el primer arzobispo titular de la diócesis restaurada. En 23 de diciembre de 1248 (un mes después de la conquista) la mezquita aljama de Sevilla es cristianizada. La orientación interior de la mezquita es modificada y el mihrab se convertirá en la capilla de la Virgen de la Antigua. El rey Fernando decidió que Sevilla sería su lugar de sepultura, por lo que ordena levantar un espacio en la mezquita-catedral cerca del Altar Mayor como lugar de enterramiento.

En 1401 el cabildo decidió la construcción de un nuevo templo catedralicio de nueva planta ya que la antigua mezquita-catedral se había quedado pequeña y amenazaba ruina. Según cuenta la tradición (no documentada), el cabildo expresó la idea de "hagamos una iglesia tan grande que los que la vieran acabada nos hagan por locos". La construcción del templo fue relativamente rápido ya que se inició en 1433 y para 1507 estaba acabada. No obstante se sabe que siendo arzobispo Alonso de Egea (arzobispo entre 1403 y 1407) habían obras en marcha. El 11 de mayo de 1507 se colocó la última bóveda (la del cimborrio) con lo cual se daban por finalizadas las obras de la catedral.

Con el descubrimiento de América, Sevilla se convirtió en puerto y puerta de América. Personajes importantes de la Sevilla medieval, fueron Fernando III el Santo (conquistador de la ciudad), su hijo Alfonso X el Sabio y el rey Pedro I el Cruel que mandó construir un palacio propio en el recinto del Real Alcázar de los reyes moros.

Características

La catedral de Sevilla tiene planta basilical (126,18 metros de longitud x 82,60 metros de ancho), dispone de un testero recto sin girola. La cabecera está ocupada por una capilla denominada "capilla real" de construcción posterior, esta termina en un pequeño ábside pero vista desde el exterior da la sensación disponer de una cabecera triabsidial. Su interior se distribuye en cinco naves de diez tramos y capillas laterales. Por el lado de la epístola (fachada sur) sobresalen en planta dos grandes cuerpos de construcción más tardía que prácticamente tienen la misma longitud que el templo solo separados por la Puerta de san Cristóbal.

Por el lado del evangelio (fachada norte), el espacio está ocupado por el patio de los naranjos, antiguo patio de abluciones almohade y que se conserva al ser utilizado como una especie de falso claustro. En total la catedral dispone de 36 pilares centrales y 68 bóvedas de crucería de distintas formas y tamaño. Las bóvedas son de crucería simple (cuatripartitas), aunque las bóvedas del coro, capilla mayor, capilla de la Virgen de la Antigua y las tres centrales del crucero son de crucería estrelladas con terceletes. La anchura de la nave central es de 16,24 metros, mientras que las laterales tienen 11 metros cada una de ellas. Tiene el templo la particularidad, que en la cabecera dispone de dos puertas de acceso al interior, algo no muy usual en los templos españoles.

El autor de los planos y quien dio inicio a las obras se desconoce, se cita sin mucha convicción al maestro de obras Alonso Martínez ya que esta era la persona encargada de las obras en la todavía mezquita-catedral, su presencia está documentada en la ciudad entre 1386 y 1396. Con él colaboraba y le sucedería en el cargo, el maestro de origen flamenco Jean Ysanbarte, maestro de obras entre 1433 y 1434. Con algo más de convicción se cita a Ysanbarte como autor de las trazas de la catedral, pero ciertamente se desconoce su tracista. Se considera a Ysanbarte como el primer maestro en las obras de la nueva catedral cristiana, aunque su ejecución práctica es muy pequeña.

Entre 1435 y 1448 el maestro de obras de la catedral fue el francés Charles Galtés de Ruan († ca. 1448), conocido como maestro Carlin, persona bien documentada en las obras de la catedral y que les dio un gran impulso. A Carlin le sucedería entre 1454 y 1478 el francés Jean Normant quien ya trabajaba con Carlin en la catedral desde 1439. A la jubilación de Normant se encargan de las obras conjuntamente tres maestros canteros Francisco Rodríguez de Sevilla, Pedro Sánchez de Toledo y Juan de Hoces. Esta conjunción de esfuerzos no es del todo satisfactoria y finalmente sería Juan de Hoces quien entre 1482 y 1496 se encarga en solitario de las obras de la catedral hasta su fallecimiento en 1496. Con Juan de Hoces, trabajaría Simón de Colonia quien a la muerte del anterior se queda al frente de las obras entre 1496 y 1498. Con Simón de Colonia trabaja Alonso Rodríguez († 1513) quien debido a las constantes ausencias de Simón de Colonia, se hace cargo de las obras hasta 1512.

Es al jerezano Alonso Rodríguez a quien corresponde en 1507 la finalización de las obras en la catedral, siendo arzobispo de la diócesis fray Diego de Deza (* Toro-Zamora 1443 † Sevilla 09-06-1523 / arzobispo entre 1504 y 1523). Este maestro de obras fue destituido a consecuencia del derrumbamiento de la bóveda del crucero en 28 de diciembre de 1511, siendo sustituido en 1513 por Juan Gil de Hontañón (* Rasines-Cantabria ca. 1480 † 04-04-1526), quien levantaría una nueva bóveda de crucero entre 1514 y 1517. En 1 de agosto de 1888 esta nueva bóveda se volvió a caer y el arquitecto Joaquín Fernández Ayarragaray (* Hernani-Guipuzcoa 17-08-1821 † Sevilla 26-03-1900) levantó la actual bóveda que es la que ha llegado hasta nosotros y que mantiene las mismas características que la anterior.

En el periodo 1528 y 1593 (siglo XVI) se acomete una ampliación de la catedral, es la adición de un cuerpo situado en la fachada sur, lado de la epístola ocupando desde la cabecera hasta la puerta del Príncipe y que tenía como fin dotar a la catedral de toda una serie de salas y dependencias adecuadas principalmente a estancias capitulares, así se construye la nueva sacristía mayor, la sala capitular y sus dependencias anexas, la capilla real en sustitución de la antigua situada en el mismo lugar y se acaban las obras ya comenzadas de la sacristía de los cálices y las capillas de los alabastros en los laterales exteriores del coro.

En un nuevo periodo entre 1758 y 1823 tiene lugar una nueva ampliación de la catedral, se levanta un nuevo cuerpo que se prolonga desde los pies de la catedral hasta la puerta del Príncipe, formando cierta pareja con el anterior. En este caso su estilo es neoclásico o académico y fue realizado por los arquitectos Manuel Nuñez y el sevillano Fernando Rosales († 1830). El destino de este nuevo cuerpo era para tareas administrativas y vulgarmente se le conoce con el sobrenombre del "muro".

La última etapa edilicia de la catedral pasa por levantar o completar las puertas de acceso que faltaban por construir: las de la nave del transepto (de la Concepción y la del Príncipe) y la principal de la Asunción. Se realizarán en estilo neogótico y en ellas trabajará el arquitecto Adolfo Fernández Casanova (* Pamplona 14-01-1844 † Madrid 11-08-1915) desde 1895.

Recorrido exterior

Recorrido exterior Empezaremos el recorrido exterior por la plaza de la Virgen de los Reyes, donde se localiza la Giralda y junto a ella los tres falsos ábsides de la catedral. Nuestra primera parada como no podía ser de otra manera, será pues, la Giralda, para a continuación y siguiendo el recorrido de las agujas del reloj empezar un camino por las distintas puertas de la catedral.


La Giralda Toma su nombre de la gigantesca veleta que remata el edificio y que recibe el nombre de "giraldillo". La actual torre campanario (la Giralda) tiene una altura total de 94,69 metros. Está construido mayoritariamente en ladrillo a excepción de la base que se utilizó la piedra, en ocasiones con sillares reaprovechadas de construcciones romanas.

La construcción de la torre alminar tuvo lugar cuando la mezquita musulmana ya había sido finalizada. Comenzó en 1184 por el mismo alarife que había realizado la mezquita, Ahmed ib Baso pero la muerte del califa Abu Yaqub Yusuf († 1184) supuso la interrupción de las obras al poco de comenzar. El reinicio de las obras tuvo lugar con el hijo de Abu Yacub, Abu Yusuf al-Mansur († 1199) y un nuevo alarife, Alí Ben Gomara (Alí al-Gumari) quien terminó la torre en 10 de marzo de 1198 y a quien se le debe el crédito de su construcción. La última fase fue la colocación del yamur o remate de bolas en lo alto de la torre alminar.

La torre alminar tiene planta cuadrada, el ascenso se realiza a través de rampas en lugar de escaleras, rampas que se cierran con bóvedas de aristas. Las rampas son adecuadas para subir hasta la terraza con caballerías. En origen la terraza estaba rematada con almenas escalonadas y en su centro se emplazaba un remate con el "yamur" con bolas doradas. Las cuatro caras de la torre son distintas aunque siguen un modelo similar. En total la torre alminar tenía una altura de 50,85 metros en siete plantas con una base cuadrada de 13,50 metros por lado. En los cuatro frentes de la torre se abren balcones y ventanas que iluminan los tramos de las rampas de su interior. En cada planta, una sala con entrada por las rampas de subida. Al añadir el cuerpo de campanas, la altura de la torre campanario se elevó a 60,45 metros y el resto de añadidos hace elevar la altura total de la Giralda en 94,69 metros.

Con las conquista cristiana el yamur fue desmontado y aprovechando el remate ya existente se colocaron las campanas y una cruz en lo más alto, este remate se vino abajo con el terremoto de 1356, siendo reconstruido en repetidas ocasiones aunque siempre de manera provisional. Finalmente el cabildo catedralicio decidió la construcción de un nuevo cuerpo de campanas y la persona elegida para su construcción fue Hernán Ruiz el joven (* Córdoba ca. 1514 † Sevilla 21-04-1569) quien lo realizó entre 1558 y 1568 siendo arzobispo Fernando Valdés (* Salas-Asturias 1483 † Madrid 09-12-1568 / arzobispo de Sevilla entre 1546 y 1568). El cuerpo de campanas se remató en 1568 con una escultura en bronce del triunfo de la Fe, a quien los sevillanos comenzaron a denominar giraldillo (voz procedente del italiano con el significado de veleta) por ser esta además una veleta. El giraldillo es una escultura de 3,50 metros de altura realizada en bronce, diseñada por Luis de Vargas, ejecutada por Juan Bautista Vázquez el viejo y fundida por Bartolomé Morel en Triana. Una copia del mismo tamaño de esta figura, se ha colocado en el atrio de entrada de la Puerta del Príncipe lo que permite una mejor contemplación de la misma, ya que la original al estar a tanta altura resulta bastante difícil de contemplar. Esta réplica fue colocada en lo alto de la Giralda, en tanto se procedía a la restauración de la original. En 1999 la figura original del giraldillo fue repuesta en su lugar y la copia que durante unos años había lucido en lo alto de la Giralda pasó a ocupar la puerta del Príncipe.


El cuerpo de campanas realizado entre 1560 y 1562 se sitúa encima de la antigua terraza del alminar y sobre este se añaden tres cuerpos o templetes. El cuerpo de campanas que es la parte más espectacular del coronamiento del alminar, tiene la misma base que el alminar almohade, se remata en cada uno de sus ángulos por jarrones de azucenas realizados en bronce y colocados en 1751 aunque los actuales fueron repuestos en 1981. Sobre el cuerpo de campanas cristiano se eleva un templete de planta cuadrangular que recibe el nombre de cuerpo del reloj, pieza que fue instalada en 1765 por el francisco fray José Cordero. El segundo cuerpo es conocido como cuerpo de las estrellas (por la decoración que tiene en sus frentes), el tercer cuerpo circular recibe el nombre de cuerpo de las carambolas, por las que bolas de las que arranca el templete. Finalmente y sobre una linterna se eleva una pequeña cúpula que sirva de apoyo a la figura del Giraldillo que a su vez descansa en una esfera de bronce conocida como la tinaja. El cuerpo de las estrellas tiene una inscripción sacada del libro de los Proverbios que dice: Turris fortissima nomen domini (El nombre del Señor es torre fuerte).

Puerta del Lagarto (Vieja) en ocasiones llamada de la Granada por una capilla contigua que lleva tal nombre. Esta puerta de época almohade, es muy sencilla y totalmente secundaria, permite el paso entre la calle y el patio de los naranjos. Está realizada en ladrillo a los pies de la Giralda. Se suele utilizar para las entradas turísticas. Su nombre procede por la presencia de un cocodrilo disecado que cuelga del techo del vestíbulo de entrada.

La historia del cocodrilo que se cuenta es la siguiente. El sultán de Egipto deseaba contraer matrimonio con la hija del rey Alfonso X el Sabio, para ello envió unos presentes al rey, entre ellos un cocodrilo y una jirafa que hicieron las delicias del rey, pero la hija de este no deseaba contraer matrimonio con un musulmán y rechazó la oferta. No obstante el rey Alfonso decidió quedarse con los regalos y fueron alojados en el Alcázar. A la muerte del cocodrilo, el animal fue disecado y se colocó en el lugar que hoy ocupa. No obstante el animal que hoy podemos ver, es de madera y fue colocado en el lugar en el siglo XVI en sustitución del real.

Puerta de Palos situada en la cabecera de la catedral, entre la Giralda y el ábside semicircular de la capilla real. Su entrada se corresponde con la nave lateral en su lado del evangelio. Su nombre procede por unas rejas de madera correspondiente a una construcción dependiente del cabildo que recibía el nombre de "Corral de los Olmos" y que se encontraba a pocos metros de la catedral. Fue construida por Juan de Hoces (activo entre 1482 y 1496) y Pedro Sánchez de Toledo.

Muy estrecha y encajonada, es una puerta del gótico tardío. Una reja metálica separa el espacio previo de la portada con la calle. En su tímpano encontramos una escena en relieve con la Adoración de los Magos obra de hacia 1520 del francés Michel Perrin († Sevilla 1552). También de Perrin son las diez esculturas de ángeles con filacterias que encontramos en las jambas de la portada. Toda la estatuaria está realizada en barro cocido.

Puerta de la Campanilla Ocupa el espacio entre el edificio de las estancias capitulares y el ábside de la capilla real. Su entrada se corresponde con el acceso a la nave lateral en su lado de la epístola. Su nombre procede por una pequeña campana situada en este lugar y que servía para regular el horario de trabajo de los obreros de la catedral. Fue construida por Juan de Hoces (activo entre 1482 y 1496) al mismo tiempo que su gemela la puerta de Palos.

La estatuaria es obra del francés Michel Perrin entre 1522 y 1523, en su tímpano se narra la entrada de Jesús en Jerusalén a lomos de un borrico. Prácticamente ambas portadas (la de Palos y esta) son gemelas entre sí, solo difieren en algunos elementos muy puntuales. En los flancos de la portada cuatro ángeles en la parte superior y seis profetas en el nivel inferior, todas las figuras al igual que el relieve principal realizadas en barro cocido.

Puerta del Príncipe más conocida como de san Cristóbal. Es la puerta que enfrenta con los Reales Alcázares por lo que era la entrada natural para príncipes y reyes que estaban alojados en el palacio. Su entrada permite el acceso a la nave del transepto por su fachada sur. Su segundo nombre de san Cristóbal lo recibe de la pintura mural de este santo que se encuentra junto a la entrada en el interior del templo.

De estructura neogótica, es obra del arquitecto navarro Adolfo Fernández Casanova (* Pamplona 14-01-1844 † Madrid 11-08-1915) entre 1887 y 1895 y se encuentra sin terminar ya que falta la decoración escultórica en la portada. Se cierra por una reja de hierro que forma un pequeño atrio descubierto. En este espacio se ha colocado una copia a escala natural del Giraldillo. A la izquierda de la este atrio una pequeña puerta secundaria permite el acceso al interior de la catedral a zonas de servicios y administración. Suele ser la entrada habitual para turistas. Destaca el gran rosetón de la parte superior de la nave del transepto rodeada por una serie nervios lo que puede recordar la figura del sol.

La portada solo dispone de una escultura de Santiago el menor, copia fiel en barro cocido de una de las que se encuentra en el interior de la catedral. Esta fue realizada por el escultor Adolfo López Rodríguez (* 1862 † 1943) y como ya hemos apuntado anteriormente es la única que hay, ya que la portada quedó inacabada en su decoración escultórica.

Puerta del Nacimiento o de san Miguel. en la fachada occidental del templo, a los pies de la catedral y a la derecha de la puerta principal. Portada del gótico tardío (mediados siglo XV) que da entrada a las naves laterales lado de la epístola.

En el tímpano escena del nacimiento de Cristo, obra de Lorenzo Mercadante de Bretaña († 1480), quien también realizó las esculturas en barro cocido de los cuatro evangelistas, san Laureano y san Hermenegildo que en las jambas y bajo doseletes nos vigilan desde la portada. Labradas entre 1464 y 1467. El resto de las esculturas de las arquivoltas son de Pedro Millán de 1467, con personajes de profetas en posición sedente. Hay estudios bastantes fundamentados que hacen autoría de estas esculturas al propio Mercadante.

Puerta de la Asunción Situada en la fachada occidental, a los pies de la catedral permite el paso a la nave central de la misma. Nada más traspasada lo primero que vemos es el trascoro. Es la puerta principal de la catedral y por tanto la más grande y más decorada.

Solo se abre en contadas ocasiones, para recibir y despedir a los nuevos arzobispos de la diócesis, en la visita del papa Juan Pablo II en 1982 y en visita de reyes a la catedral. Las obras de la portada no se llegaron a realizar en su momento histórico, en 1827 el arzobispo cardenal Francisco Javier Cienfuegos y Jovellanos (* Oviedo 12-03-1766 † Alicante 21-06-1847 / arzobispo de Sevilla entre 1824 y 1847) decidió acometer su construcción. En la parte arquitectónica trabajó el arquitecto Fernando Rosales († 1830). Después a partir de 1877 las obras son reanudadas por el también arquitecto Joaquín Fernández Ayarragaray (* Hernani-Guipuzcoa 17-08-1821 † Sevilla 26-03-1900) quien la finaliza en 1883. Se realizó en estilo neogótico respetando el estilo gótico de todas las portadas de la catedral.

La parte escultórica se encargó al escultor Ricardo Bellver Ramón (* Madrid 23-02-1845 † Madrid 20-12-1924) quien trabajó en ella entre 1882 1899. El material escogido para la realización de las mismas fue la piedra artificial, en lugar del barro cocido con las que están realizadas las esculturas del resto de las portadas. El tema central de la portada en el tímpano es la Asunción de la Virgen. En ella vemos a la Virgen camino del cielo elevada por una gloria de ángeles, en la parte superior dos ángeles en actitud de coronar a la Virgen en presencia de Dios Padre. Este tímpano fue realizado por Ricardo Bellver entre 1882 y 1885.

La segunda fase de la decoración de la portada llevó al escultor entre 1885 y 1899 a la realización de las esculturas de la portada. En las jambas de la portada y en los apilastrados exteriores encontramos un total de cuarenta esculturas de bulto redondo, realizadas por el propio Ricardo Bellver o por su taller. Los personajes que habitan la portada los relacionamos en el dibujo que se acompaña. Hay que decir que los huecos de las arquivoltas no dispone de decoración.

Puerta del Bautismo de estilo gótico tardío de mediados del siglo XV. En la fachada occidental del templo, a los pies de la catedral y a la izquierda de la puerta principal. Su entrada da paso a las naves laterales del lado del evangelio. Toma su nombre por ser la puerta utilizada para aquellas personas que debían recibir el sacramento del bautismo, la pila bautismal se encontraba al poco de entrar. La parte arquitectónica se atribuye al maestro Carlín (Charles Gauter de Ruán † ca.1448) hacia 1439. La parte escultórica es obra de Lorenzo Mercadante de Bretaña, realizada en barro cocido, su tema principal es el bautismo de Cristo que encontramos en el tímpano de la portada. En él vemos a Jesús siendo bautizado por san Juan Bautista en presencia de un ángel. El resto de imágenes en las jambas de la puerta son: santa Justa y santa Rufina en los exteriores, y en la zona interior: san Leandro, san Isidoro, san Fulgencio y santa Florentina, realizadas entre 1464 y 1467. En las arquivoltas se encuentran personajes del Antiguo Testamento (ángeles y profetas) atribuidas a Pedro Millán (discípulo de Mercadante).

Puerta de la parroquia del Sagrario No se trata exactamente de una portada de la catedral, ya que lo es de la propia parroquia que aunque unida a la catedral es independiente de ella. La portada de estructura renacentista fue realizada a mediados del siglo XVII y se remata en un frontón triangular. La portada es muy sencilla solo una par de figuras alegóricas descansando en el frontón y algunos jarrones de piedra forman su escasa decoración. Es la entrada habitual a la parroquia y aunque por el interior tiene comunicación con el templo catedralicio, en la práctica dicha portada permanece cerrada.

Puerta del Perdón antigua entrada a la mezquita que enfrenta a la capilla de la Virgen de la Antigua donde se situaba el antiguo mihrab musulmán. Permite el paso al patio de los naranjos, antiguo patio de abluciones con los musulmanes y su puerta principal. Original musulmán solo es el doble arco herradura realizado en ladrillo. Las batientes de la puerta son también originales de época almohade, están realizadas en madera de cedro recubiertas con laminas de bronce con dibujos de figuras geométricas, decoración incisa y con inscripciones en caracteres cúficos ("el poder pertenece a Alá" y "la eternidad es de Alá"). Las aldabas no son las originales, pero se conservan en el interior de la catedral a resguardo.

En 1520 se colocó en la parte superior un relieve con la escena de la "Expulsión de los mercaderes del templo" y a los lados en dos niveles esculturas de san Pedro y san Pablo en el nivel inferior, y el ángel san Gabriel y la Virgen María, en lo que es una escena de la Anunciación en la parte superior. Son obras realizadas en barro cocido por el francés Michel Perrin († Sevilla 1552).

Las yeserías y los escudos que adornan la puerta son obra de 1522 realizadas por Bartolomé López. En la parte superior de la puerta vemos en el dintel un relieve de la mezquita flanqueada por dos jarrones con azucenas. Más alto una sencilla espadaña con dos campanas.

La puerta por el lado que mira al patio de los naranjos, es donde más se nota la trazas almohades, repitiéndose el doble arco apuntado realizado en ladrillo, el tejaroz de madera y en la parte superior una galería de arquillos lobulados alternados con paños con decoración de sebka y rematando el conjunto almenas escalonadas.

Patio de los Naranjos Originales se conservan dos de sus cuatro fachadas, la fachada norte y la este, la sur está ocupada por la catedral y la oeste por la parroquia del Sagrario. En el centro del patio se conserva una fuente cuya taza es de procedencia visigoda.

Puerta de la Concepción también llamada de los naranjos. Comunica el interior de la catedral con el patio de los naranjos. Permite el acceso a la nave del transepto por su fachada norte o lado del evangelio. Está realizada en estilo neogótico por el arquitecto Adolfo Fernández Casanova (* Pamplona 14-01-1844 † Madrid 11-08-1915) en 1895. Es de una belleza espectacular y es una pena que la vista se vea menguada por los naranjos y el arbolado que tiene el patio.

De estructura neogótica, en el tímpano aparece la figura de la Inmaculada Concepción (de donde toma el nombre la portada) en compañía de san Juan Evangelista (con el águila) y el arcángel san Miguel alanceando al dragón. En el vértice del triangulo superior (gablete) escultura de Cristo Rey y en un amplio friso flanqueándolo los doce apóstoles (seis a cada lado). A los lados del gablete y en el interior de pequeñas hornacinas cuatro mujeres, dos en cada lado y en dos niveles. La obra escultórica fue realizada entre 1910 y 1917 en barro cocido por el escultor Adolfo López Rodríguez (* Sevilla 17-09-1862 † 1943), bajo la dirección de Joaquín Bilbao Martínez (* Sevilla 27-08-1864 † Sevilla 30-01-1934). En total la puerta tiene un total de veinte figuras.

Recorrido interior



Recorrido interior Iniciamos el recorrido por el interior de la catedral desde el trascoro, independientemente de por la puerta que hayamos accedido. Nos encontraremos por tanto a los pies de la catedral, que fue el lugar por donde tuvo su inicio la construcción de la catedral hispalense, algo que sin ser excepcional no es muy frecuente.

Trascoro El altar del trascoro está realizado en mármoles y jaspes mientras que los elementos decorativos son de bronce. Fue diseñado en 1619 en estilo barroco por Miguel de Zumárraga († 1630), y ejecutado por Luis González entre 1619 y 1635 aunque entre medias hubo un parón en las obras de mas de diez años. Finalmente el proyecto del trascoro y ya fallecido Miguel de Zumárraga, sería retomado por Pedro Sánchez Falconete († Sevilla 1666), que culminaría las obras.

En el centro del altar, tabla de Santa María de los Remedios, pintura anónima de hacia 1400 (siglo XV) de clara inspiración sienesa. En la tabla podemos ver en el centro la imagen de la Virgen con el Niño, y a su lado un obispo, a los pies de la Virgen el donante en posición orante. A ambos lados de la tabla dos bustos en bronce dorado de las santas patronas de Sevilla: santa Justina y santa Rufina. Flanqueando a la Virgen de los Remedios, un total de cuatro bajorrelieves en mármol blanco con escenas extraidas de las sagradas escrituras. En el centro dos puertas permiten el paso al interior del coro, mientras que las dos de los extremos permiten subir a la parte alta del órgano.

Sobre la puerta de la Asunción que enfrenta con el trascoro, rosetón con vidriera realizada en 1577 por Vicente Menardo con una representación de los cuatro evangelistas.

En el suelo frente al trascoro podemos encontrar la sepultura de Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón. La lápida de bronce que se encuentra sobre su tumba fue colocada en 2005 y en ella rodeando el escudo de la monarquía hispánica reza una inscripción que dice: "A Castilla y a León mundo nuevo dio Colón". Hernando Colón (* Córdoba 15-08-1488 † Sevilla 12-07-1539) segundo hijo del descubridor fue escritor y biógrafo de su padre, escribió un total de 4 libros cuya representación podemos ver también en la lápida rodeando el escudo.

Parroquia del Sagrario Mandada construir por el arcediano Mateo Vázquez de Leca (* ca. 1542 † Madrid 05-05-1591). Comenzada en 1618 por Miguel de Zumárraga († 1630) en estilo renacentista y continuada por Fernando de Oviedo y Lorenzo Fernández de Iglesias que la finalizó en 1662. Mateo Vázquez fue secretario del rey Felipe II y personaje muy influyente en la corte.
br> Dispone de cuatro portadas, la exterior que mira a la calle, la interior que pone en comunicación la iglesia con la catedral y dos más que miran al patio de los naranjos. Esta portada interior fue realizada hacia 1682 por Pedro Sánchez Falconete († Sevilla 1666) y recibe el nombre de puerta de san Fernando. La que mira al interior de la catedral es de corte renacentista, se distribuye en dos cuerpos, el inferior con un arco de medio punto flanqueado por dos columnas de orden corinto. En el piso superior un cuerpo rematado en frontón curvo, en cuyo centro se alza una escultura de san Fernando rey, y a ambos lados san Leandro, san Isidoro, santa Justa y santa Rufina, todos ellos relacionados de una u otra forma con la iglesia hispalense. Actualmente las puertas son de cristal para ser visto el interior desde la catedral, pero de normal esta puerta permanece cerrada ya que la entrada para el culto se realiza por la puerta de la calle.

El tramo más cercano al altar mayor dispone de una cúpula con linterna. El retablo mayor de la parroquia es obra realizada entre 1665 y 1669 por Francisco Dionisio de Ribas (* Córdoba 1616 † Sevilla 1679), mientras que la obra escultórica fue realizada por Pedro Roldán.

Capilla de las Angustias o de la Quinta Angustia, también conocida como de los Jácomes o de Flandes, por ser sus primeros patronos la familia de Adrián Jácomes, de origen flamenco, quien a la muerte de este, su viuda y herederos establecieron su patronazgo sobre la capilla como lugar de enterramiento, algunos de cuyos miembros se encuentran enterrados en el suelo de la capilla. Situada los pies junto a la puerta del bautismo y junto a la parroquia del Sagrario. Se cierra por una reja metálica con escudos de la familia Jácomes, mientras que los muros se adornan con decoración barroca de yeserías, al igual que el interior. Preside la capilla un retablo barroco dorado realizado entre 1658 y 1660 por Francisco Dionisio de Ribas (* Córdoba 1616 † Sevilla 1679), en su centro un lienzo de la Virgen de la Piedad pintado en 1609 por Juan de Roelas (* Flandes ca.1570 † Olivares-Sevilla 1625). En el lienzo vemos la figura de la Virgen sosteniendo a su hijo muerto mientras le acompañan san Juan y la Magdalena. En el ático relieve del paño de la Verónica sostenido por dos ángeles, acompañados por dos alegorías de la Fe y la Esperanza. En los muros laterales dos lienzos representando a san Pedro penitente y a Jesús Nazareno.

Frente a esta capilla se encuentra expuesto en una vitrina el pendón (bandera o estandarte) del rey Fernando el Santo, estandarte que ondeó sobre la torre alminar tras la conquista de la ciudad en 1248. Tiene la particularidad esta bandera que tres de sus cuarteles están ocupados por castillos en representación del reino de Castilla, y el cuarto con un león rampante en representación del reino de León, siendo esta la primera ocasión donde se pueden ver los reinos de Castilla y León juntos en una misma bandera. En este mismo lugar se encontraba la pila bautismal pero al ser construida la parroquia del Sagrario esta fue trasladada a su ubicación actual.

Entre esta capilla y la puerta del bautismo, altar dedicado a la Visitación de la Virgen. Erigido por el capellán de la catedral Diego Bolaños. Preside el retablo un lienzo de la Visitación (escena que representa la visita de la Virgen María, embarazada de Jesús a santa Isabel su prima, y la alegría de esta al anunciar su embarazo), lienzo de 1566 de Pedro de Villegas Marmolejo (* Sevilla 1519 † Sevilla 1596). En las calles laterales: san Blas, el bautismo de Cristo, Santiago el menor y el martirio de san Sebastián. En el banco del retablo el donante Diego Bolaños y sus familiares (los hombres a la izquierda y las mujeres y niños a la derecha). En el centro de este banco altorrelieve en madera policromada de san Jerónimo penitente, obra realizada en 1566 por Jerónimo Hernández de Estrada (* Ávila ca.1540 † Sevilla 1586). Cierra la capilla una reja realizada en 1568.

Capilla de san Leandro Entre la puerta de la Asunción y la puerta del Bautismo y en posición simétrica a la de san Isidoro. Pequeña capilla que sin embargo dispone de una portada espectacular. Con un acceso en arco de medio punto cerrado por una reja metálica y enmarcado el conjunto por un marco trilobulado muy ornamentado con elementos de estética barroca. Esta portada es obra de Matías de Figueroa (* Sevilla 1698 † Sevilla 1765) y Diego de Castillejo, realizada entre 1733 y 1734 a expensas del obispo de Segovia Domingo Valentín Guerra-Arteaga Leiva (* Italia 1660 † 29-05-1742). La reja es obra de Francisco Guzmán y de Francisco Ocampo el mozo, de 1734. El retablo realizado en 1730 por Manuel de Escobar en estilo barroco, está presidido por una escultura de san Leandro con un libro en la mano, obra de Pedro Duque-Cornejo Roldán (* Sevilla 14-08-1678 † Córdoba 1757). Flanquean al santo titular: san Fulgencio y san Antonio Abad. En el ático escultura de santo Domingo de Guzmán.

En los muros laterales dos lienzos barrocos firmados por un pintor de apellido italiano J. Mausola en 1735 que representan a san Leandro en el III concilio de Toledo y a san Leandro instruyendo a su hermana santa Florentina en las reglas monásticas.

A ambos lados de la embocadura de la capilla dos pequeños altares: uno representando a la Piedad y el otro conocido como del Niño mudo.

El altar de la Piedad es más conocido como de la Virgen de la Alcobilla. El grupo se encuentra en un pequeño retablo barroco dorado y muy recargado fechado hacia 1730. La imagen de la Piedad que contiene está realizada en barro cocido policromado, se fecha hacia finales del siglo XV y guarda cierta tradición flamenca.

El altar del Niño Mudo, es un retablo barroco de hacia 1730 con una talla de las de vestir, del Niño Jesús que por la posición apretados de sus labios, ha sido denominado como mudo. El Niño mudo se fecha hacia 1650 y es de autor anónimo. En el ático lienzo de Jesús camino del Calvario.

A ambos lados de la puerta principal de la Asunción y mirando hacia el interior de la catedral, encontramos dos pequeños altares: uno de ellos dedicado a la Virgen del Consuelo y el segundo al santo Ángel de la Guarda.

Bajo un gablete gótico el altar de la Virgen del Consuelo (Consolatrix Aflictorum), con una pintura sobre tabla realizada en 1720 por el artista Alonso Miguel de Tovar (* Higuera de la Sierra 1678 † Madrid 11-09-1752). Vemos a la Virgen con el Niño entre san Antonio de Padua y el apóstol Santiago el menor. A los pies el donante en actitud orante, Diego López de Enciso, enterrado en el suelo de la capilla. Flanqueando el retablo dos esculturas exentas en madera policromada de san Agustín de Hipona y san Nicolás de Bari ambas del siglo XVII. El altar se cierra por una pequeña reja.

Junto a la capilla de san Isidoro y adosada a la misma puerta de la Asunción encontramos el altar del Ángel de la Guarda. Lo preside un lienzo de Bartolomé Esteban Murillo realizado entre 1665 y 1669 para la iglesia de los capuchinos de Sevilla, y traído a la catedral en 1814. El altar cerrado por una pequeña reja fue costeada por el canónigo Pedro Ruiz de Porras en 1478 y se sitúa bajo un gablete gótico flanqueado por dos pináculos y en el vértice superior un florón en forma de cruz.

Capilla de san Isidoro Construida en origen por el maestro Carlin junto a la puerta principal de la Asunción y la puerta del Nacimiento como sala para guardar los libros de canto del coro. En 1661 fue usada por los canónigos Francisco y Fernando de la Puente Verástegui como capilla funeraria quienes le dieron su configuración actual. Su embocadura se abre al templo por un arco de medio punto, el cual se encuadra con una decoración con arcos polilobulados a modo de retablo de inspiración barroca. Preside la capilla un retablo policromado realizado entre 1661 y 1665 por Bernardo Simón de Pineda (* Antequera-Málaga 1637 † Sevilla 1703) bajo la titulación de san Isidoro de Sevilla. El dorado corrió a cargo de Agustín Franco y Juan de Valdés Leal. Las imágenes que encontramos en el retablo son de autor anónimo y representan a san Isidoro (en el centro), san Leandro, san Francisco y al franciscano san Diego de Alcalá que lleva una gran cruz en su pecho. En el ático talla del rey san Fernando, conquistador de la ciudad de Sevilla. La puerta de madera de la sacristía es también obra de Bernardo Simón. A destacar las claves pinjantes (colgantes) que cuelgan de la bóveda. Se cierra por una reja realizada en Amberes hacia 1660.

Sobre la puerta del Nacimiento se encuentra un rosetón con vidriera policromada, realizada hacia 1555 por Vicente Menardo con el tema de la Anunciación. Flanqueando la capilla, encontramos dos altares: el altar de la Virgen del Madroño y el Altar de la Virgen de la Cinta.

El altar de la Virgen del Madroño está presidida por un conjunto escultórico en alabastro policromado realizada en 1454 a expensas de Diego Alonso de Sevilla y atribuido a Lorenzo Mercadante de Bretaña († 1480). Vemos un conjunto con la Virgen de Belén en actitud de amamantar al Niño Jesús, mientras un ángel arrodillado le ofrece unos madroños. Destaca la mirada despreocupada del Niño Jesús que mira al espectador en lugar de ser participe de la escena.

El altar de la Virgen de la Cinta estuvo realizado a expensas del canónigo Antón González de Chaves († 1478) cuyo enterramiento se encuentra al pie del altar. Está presidido por un pequeño retablo barroco del siglo XVII en cuyo centro encontramos una escultura de la Virgen realizada hacia 1470 en barro cocido policromado, atribuida a Lorenzo Mercadante de Bretaña († 1480). El conjunto está formado por la imagen de la Virgen que sostiene al Niño Jesús en su izquierda mientras le ofrece un libro para leer. En el ático del pequeño retablo pintura de Dios Padre. El nombre de la capilla se debe al cinto o cíngulo que lleva la Virgen en su cintura. Según la tradición, un feligrés que tenía un fuerte costado en su cintura curó de su dolencia al encomendarse a la Virgen y encontrar poco después un cinto en el suelo, al colocárselo en la cintura los dolores desaparecieron.

Aún encontramos un último altar adosado junto a la puerta del nacimiento y a la capilla de san Laureano, es el conocido como Altar del Nacimiento o de la Providencia. En su interior encontramos un retablo con ocho tablas realizadas en 1555 por el sevillano Luis de Vargas (* ca.1505 † 1567) a expensas del comerciante sevillano Francisco de Baena. Se cierra este altar con una reja plateresca de 1551 costeada también por Baena. La tabla central está formada por una escena de la Adoración de los Pastores, con un nutrido grupo de personajes. El resto de las tablas repartidas entre las calles laterales y el banco son: la Anunciación, la Presentación en el templo, san Juan, san Lucas, san Mateo, san Marcos y la Adoración de los Magos.

Capilla de san Laureano (Lauriano) Primera capilla del lado de la epístola comenzando por los pies. Según la documentación por esta capilla se comenzó la construcción de la catedral. Se tiene constancia que en 1412 ya impartía culto. Reja de 1702. La capilla se cubre con bóveda de crucería gótica con nervio de refuerzo al igual que la mayoría de las capillas laterales de toda la catedral.

En el muro lateral izquierdo retablo barroco dorado con columnas salomónicas de principios del siglo XVIII realizado a expensas del canónigo Valentín Lampérez Blázquez. En el centro del retablo escultura del obispo hispalense del siglo VI, de origen húngaro san Laureano. El santo lleva en su mano un gran cuchillo, símbolo de su martirio, ya que le fue cortada la cabeza. A su derecha conjunto escultórico del santo orando mientras se le aparece un ángel, a la izquierda el santo orando en el interior de un templo y en el segundo piso escena del martirio del santo, acompañado en las calles laterales por esculturas de ángeles.

En el frontal de la capilla podemos encontrar el sepulcro en mármol blanco del cardenal Joaquín LLuch Garriga (* Manresa-Barcelona 22-02-1816 † Umbrete-Sevilla 28-09-1882 / arzobispo entre 1877 y 1882), obra realizada en 1885 por Agapito Vallmitjana Barbany (* Barcelona 1833 † Barcelona 1905). Sobre el sarcófago encontramos la figura orante del cardenal frente a un atril. Dos ángeles tenantes en los ángulos de la base del sepulcro.

En los muros de la capilla cinco grandes lienzos sobre la vida del santo realizados entre 1700 y 1702: la resurrección de un joven en Marsella, san Laureano ante el papa Virgilio en Roma, la curación de un tullido en Roma, el martirio del santo y la entrega de la cabeza de san Laureano al clero de Sevilla, todos ellos obras del pintor Matías de Arteaga Alfaro (* Villanueva de los Infantes-Ciudad Real 1633 † Sevilla 1703).

En el suelo de la capilla losas sepulcrales del arzobispo Alonso de Egea (arzobispo entre 1403 y 1417) y del canónigo Valentín Lampérez Blázquez, a cuyas expensas se realizó el retablo. Una inscripción sobre la losa del arzobispo dice: "Aquí yace el reverendísimo seño don Alonso de Exea patriarca de Constantinopla, y administrador perpetuo de la iglesia de Sevilla. Fino miércoles víspera del Corpus Christi a 9 de junio de 1417".

Capilla de santa Ana, del Cristo de Maracaibo o de los Marmolejo. La capilla toma su peculiar nombre por el lienzo de Cristo que preside la capilla y que es llamado "Cristo de Maracaibo". Fue construida entre 1436 y 1447 por el maestro de obras Carlín (Charles Gauter de Ruán † ca.1448). En 1486 fue dotada por el arcediano de Écija y canónigo de la catedral Diego Hernández de Marmolejo. Maracaibo es una ciudad de Venezuela y la devoción por este Cristo fue traída desde aquellas tierras por el obispo de Santa Fe en Bogotá, al instituir un altar en la catedral en agradecimiento por haber salvado la nave en que viajaba de regreso a España de una tempestad.

En el muro lateral izquierdo elevado sobre una tribuna, retablo de san Bartolomé, con catorce tablas pictóricas más una imagen de bulto redondo de la Virgen con el Niño, finalizado en 1504 en estilo gótico primitivo. En el banco del retablo tablas de: la flagelación, Cristo camino del calvario, la crucifixión, el descendimiento y la Piedad. En el primer piso tablas de: Santiago, san Blas, san Bartolomé, san Nicolás y san Sebastián. En el segundo piso en el centro, escultura de la Virgen con el Niño y flanqueándola tablas de: san Juan Bautista, santa Ana, santa Marta y san Miguel. El retablo fue costeado por la familia Hernández de Marmolejo de donde toma su nombre en ocasiones la capilla. En el frontal de la tribuna una lápida nos indica que en la capilla están enterrados los condes de Casa-Galindo y marqueses de Cubas (familia Lasso de la Vega) (siglo XX).

El retablo frontal de la capilla fue encargado en 1914 por la familia de los condes de Casa Galindo al escultor Joaquín Bilbao Martínez (* Sevilla 27-08-1864 † Sevilla 30-01-1934) como lugar de enterramiento. En el centro lienzo con una representación del Cristo de Maracaibo y a los lados bajorrelieves escultóricos de la Virgen María y san Juan. Sobre estos: bustos de san Pedro y san Pablo. El lienzo del Cristo de Maracaibo es copia del original del siglo XVIII que se ha perdido.

A la derecha encontramos el sepulcro en mármol blanco con la figura del cardenal Luis de la Lastra Cuesta (* Cubas-Cantabria 01-12-1803 † Sevilla 05-05-1876 / arzobispo entre 1863 y 1876) realizado en 1880 por el escultor Ricardo Bellver Ramón (* Madrid 23-02-1845 † Madrid 20-12-1924). Vemos al cardenal que se encuentra en posición orante frente a un reclinatorio y en los ángulos de la base dos ángeles en actitud de descanso.

Capilla de san José Construida entre 1436 y 1453 por el maestro de obras Carlín (Charles Gauter de Ruán † ca.1448) y a la muerte de este por Jean Normant, sucesor en el cargo de las obras de la catedral entre 1449 y 1478.

En el muro lateral izquierdo, retablo neoclásico realizado entre 1785 y 1800 en mármoles y jaspes según diseño del académico de san Fernando Juan Pedro Arnal (* Madrid 19-11-1735 † Madrid 14-03-1805). La escultura del titular san José es obra en madera realizada en 1800 por José Esteve Bonet, las dos laterales san Miguel y san Blas y las del ático (santa Lucia, santa Teresa y un relieve en tondo de la Virgen del Rosario con santo Domingo) son obras realizadas entre 1801 y 1804 por Alfonso Giraldo de Bergaz (* Murcia 23-01-1744 † Madrid 19-11-1812).

En el muro de la derecha, sepulcro en mármol de hacia 1865 del cardenal Manuel Joaquín Tarancón Morón (* Covarrubias-Soria 20-03-1782 † Sevilla 26-08-1862 / arzobispo entre 1857 y 1862).

En el frontal de la capilla sepulcro del cardenal José María Bueno Monreal (* Zaragoza 11-09-1904 † Pamplona 20-08-1987 / arzobispo entre 1954 y 1982) realizado en 1995 por José Antonio Monreal, y sobre él, adosado a la pared relieve en bronce realizado por José Antonio Márquez (de Aracena).

Capilla de san Hermenegildo contruida por el maestro de obras Jean Normant entre 1449 y 1453. Sepulcro del cardenal Juan de Cervantes Bocanegra (* Lora del Río o Sevilla 1382 † Sevilla 1453 / arzobispo entre 1449 y 1453) que fundó la capilla. Realizado en alabastro por Lorenzo Mercadante de Bretaña († 1480) entre 1453 y 1458. Sobre el sepulcro se puede ver la figura yacente del cardenal vestido de pontifical y con la mitra y una cierva recostada a sus pies. En el frontal del sepulcro ángeles tenantes sostienen el escudo del prelado. La cabeza del cardenal mira de frente al retablo que titula la capilla. En la cabecera del sepulcro figura la firma de Mercadante ("Lorenzo Mercadante de Bretaña entalló este bulto").

En el muro de la izquierda, retablo barroco de san Hermenegildo, cuya imagen titular es obra del sevillano Bartolomé García de Santiago, el retablo lo es sin embargo de su hijo Manuel García de Santiago realizado en 1752. Le acompañan en el retablo san Leandro y santa Florentina.

A los lados del retablo pero ajenas a este, dos esculturas de bulto redondo de Santiago el Mayor (madera policromada y autor anónimo del siglo XVI) y Santiago el Menor (de piedra policromada, obras atribuidas a Pedro Millán hacia 1500 y procedente del desaparecido cimborrio de la catedral que se hundió en 1511).

En el muro de la derecha sepulcro del almirante mayor de Castilla, Juan Mathé de Luna (* Aragón ca.1230 † Sevilla 09-08-1299) y su madre Varela. El sepulcro fue traído a esta capilla en 1848 ya que con anterioridad estuvo en la desaparecida capilla de san Martín y quedó olvidado hasta su redescubrimiento durante unas obras en la catedral.

Capilla de la Virgen de la Antigua situada en el lado de la epístola junto a la puerta del Príncipe. Construida en estilo gótico en el siglo XIV. Se da por cierto que el lugar que ocupa esta capilla era donde se situaba el mihrab de la antigua mezquita, de hecho su situación se encuentra enfrentada con la puerta del Perdón que era la antigua entrada a la mezquita. Recibe el apelativo de la Antigua ya que una capilla con está advocación ya existía en la antigua mezquita cristianizada antes de la construcción de la catedral. Se cubre la capilla con una bóveda estrellada con nervios y terceletes realizada en 1734 siendo esta una reconstrucción fiel de la original. La capilla fue ampliada en 1500 por el cardenal Diego Hurtado de Mendoza Quiñones (* Guadalajara 1444 † Madrid 14-10-1502 / arzobispo entre 1485 y 1502) tanto en altura como en profundidad ya que debía ser su lugar de enterramiento. Tiene la capilla una sacristía anexa cuya puerta está realizada en madera de ébano con incrustaciones de carey y bronce.

El retablo de corte neoclásico realizado en mármoles y jaspes de diversos colores fue financiado por el arzobispo Luis de Salcedo Azcona (* Valladolid 09-12-1667 † Sevilla 1741 / arzobispo entre 1722 y 1741), realizado en 1738 por Juan Fernández de Iglesias. Dispone el retablo de un total de diez esculturas de mármol blanco realizadas por Pedro Duque-Cornejo y Roldán (* Sevilla 14-08-1678 † Córdoba 1757). El centro está ocupado por la titular de la capilla, la Virgen de la Antigua, a ambos lados san Joaquín y santa Ana, y sobre ellas dos bajorrelieves con los bustos de santa Justa y santa Rufina, en el piso superior y en el centro Cristo Salvador, y a ambos lados san Juan Bautista y san Juan Evangelista. Sobre el frontón dos ángeles alados y en la cornisa del retablo las virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad. Los ángeles fueron añadidos posteriores por Antón Pérez, mientras que los nimbos y las coronas de oro son obra de orfebrería realizadas en 1929.

La Virgen de la Antigua que preside el retablo, está representada con una rosa en su mano derecha mientras que con la izquierda sujeta al Niño Jesús que sujeta un pajarito. Dos ángeles colocan una corona sobre la cabeza de la Virgen (coronada canónicamente en 1929) mientras un tercero extiende una filacteria que dice Ecce Maria venit. La imagen de la Virgen de la Antigua es una pintura mural que en origen estaba pintada en un pilar de la antigua mezquita cristianizada, en 1578 el arzobispo Cristóbal de Rojas Sandoval (* Fuenterrabia-Guipuzcoa 26-06-1502 † Sevilla 22-09-1580 / arzobispo entre 1571 y 1580) encargó al arquitecto Asensio de Maeda (* Granada 1547 † Sevilla 1607) el traslado de dicha pintura a esta capilla para que pudiera recibir un culto adecuado ya que era una imagen que tenía mucha devoción en Sevilla.

En el muro lateral izquierdo, sepulcro de corte renacentista del cardenal arzobispo de Sevilla Diego Hurtado de Mendoza Quiñones, realizado en mármol en la ciudad de Génova por el escultor italiano Domenico Fancelli (* Italia 1469 † Zaragoza 1519). Fue colocado en su emplazamiento en 1510 por el propio artista que se desplazó desde Italia a Sevilla. El sepulcro con la efigie yacente del difunto, está inserto en un doble arco de medio punto. La decoración del sepulcro de estilo plateresco se realiza con esculturas de santos, relieves de temas bíblicos y escudos del cardenal. El sepulcro fue un encargo de Íñigo López de Mendoza, conde de Tendilla, hermano del cardenal.

Frente a este, aún podemos encontrar el sepulcro del arzobispo Luis de Salcedo Azcona, ejecutado por Pedro Duque-Cornejo Roldán en 1741 que guarda características similares con el anterior ya que se quiso que ambos guardaran uniformidad.

La reja renacentista fue realizada por varios maestros siguiendo un diseño de Hernán Ruiz el joven (* Córdoba ca. 1514 † Sevilla 21-04-1569). Fue iniciada en 1565 por el rejero granadino Juan López y finalizada en 1601 por Rodrigo de Segovia.

Dispone de una portada renacentista que comunica el interior de la capilla con el primer tramo de la nave del transepto a la altura del monumento funerario a Cristóbal Colón. Realizada en 1570 por el escultor y rejero Juan López, abre el interior de la capilla a través de un arco de medio punto que sustenta un arquitrabe y un frontón triangular, todo decorado con elementos platerescos. Las dos columnas de mármol verde que la flanquean son reutilizadas ya que antes eran los soportes de los púlpitos de la catedral. En la parte superior de las mismas sobre el arquitrabe pequeñas figuras de san Pedro (a la izquierda) y san Pablo (a la derecha). En el intradós que forma el arco, seis pequeñas esculturas de san Juan Evangelista, Santiago el Mayor, Santiago el Menor, santo Tomás, san Felipe y san Andrés.

En la capilla están enterrado entre otros muchos, el músico de capilla de la catedral y sacerdote Francisco Guerrero de Burgos (* Sevilla 04-10-1528 † Sevilla 08-11-1599) y el arzobispo Gaspar de Zúñiga y Avellaneda (* Cáceres 1507 † Jaén 03-01-1571 / arzobispo entre 1569 y 1571).

Capillas de los alabastros (epístola) En el muro lateral exterior del coro lado de la epístola encontramos dos capillas que son conocidas como capillas de los alabastros, por la piedra con las que están construidas. Se encuentran frente a la capilla de san Hermenegildo. Realizadas entre 1515 y 1518 por Juan Gil de Hontañón (* Rasines-Cantabria ca. 1480 † 04-04-1526) en estilo gótico florido, mientras que las del lado del evangelio fueron realizadas hacia 1523 por Diego de Riaño († 1534). Las rejas que las cierran son de 1630 con unos áticos barrocos muy recargados. En el pilar intermedio de ambas capillas, encontramos una imagen en piedra de la Virgen María con el Niño Jesús, realizada en alabastro policromado, es conocida como Virgen de Génova. Estas capillas ocupan un tramo de la nave, el otro tramo situado a la derecha de estas, son puertas de entrada al coro, están realizadas en jaspes de diversos colores, y las puertas son de madera de ébano realizadas en 1730 por Luis Vilches.

La capilla de la derecha es conocida como de la Inmaculada Concepción o de la Inmaculada Chica, también de la "cieguecita" por la expresión de sus ojos casi cerrados. La imagen de la Virgen que preside esta pequeña capilla es obra realizada en 1631 en madera de cedro por Juan Martínez Montañés (* Alcalá la Real-Jaén 16-03-1568 † Sevilla 18-06-1649). También lo es el retablo que aloja la imagen, y que fue encargo como capilla funeraria del jurado de la ciudad Francisco Gutiérrez de Molina y su esposa Jerónima de Zamudio, enterrados en el suelo de la capilla. El retablo fue policromado por Francisco Pacheco quien además pintó a los donantes en los extremos del banco del retablo en 1631. Acompañan en el retablo a la Virgen, las figuras de san Gregorio, san Juan Bautista niño y relieves de san Joaquín, san José, san Jerónimo y san Francisco, realizadas todas ellas por Juan Martínez Montañés, estos últimos en honor a los patronos fundadores.

La capilla de la izquierda es la conocida como de la Encarnación. Fue costeada por el comerciante sevillano Juan Serón Olarte y su esposa Antonia de Verástegui, patronos de la capilla hacia 1637. Tiene un retablo en alabastro confeccionado entre 1630 y 1635, en su interior podemos ver un conjunto escultórico representando a la Encarnación o Anunciación, con la Virgen María y el arcángel san Gabriel. Vemos sobre este la paloma del Espíritu Santo y en el ático la figura de Dios Padre. Una inscripción dice: Verbvm caro fact mest (La palabra se hizo carne). En el banco del retablo relieves de san Juan Bautista, san Juan Evangelista, santo Domingo, san Francisco de Asís y san Antonio de Padua. Es obra del escultor Francisco Ocampo Felguera (* Villacarrillo-Jaén 1579 † Sevilla 28-12-1639).

Capilla Mayor y retablo La capilla mayor se cierra por una grandiosa reja renacentista de bronce dorado, confeccionado por el dominico Francisco de Salamanca entre 1518 y 1529. Los laterales de la capilla se cierran por otras rejas de menor tamaño de Sancho Muñoz, Juan de Yepes, el maestro Esteban, Diego de Huidobro y Juan de Conillana, realizadas entre 1518 y 1522. En total ocupa todo el conjunto de la capilla mayor dos tramos de la nave central.

El retablo mayor de madera dorada y policromada, es de estilo gótico con elementos ya renacentistas dado el largo tiempo de su realización. Tiene unas medidas de 20 metros de alto x 18 metros de ancho. Se dispone en un total de 35 casas con doseletes góticos en su cuerpo principal, mas dos costados o alas con 10 casas más. En la parte superior por encima de un friso de casetones octogonales un apostolado completo y en el centro una figura de La Piedad y rematando el conjunto un Calvario. Tiene más de 200 esculturas, 44 relieves y 8 figuras con reyes de Judá e Israel en las alas laterales. Está considerado como el retablo gótico más grande del mundo. En el ático un Calvario gótico del siglo XIV conocido como "Cristo del Millón" (por el millón de peticiones que lleva atendidas), este calvario no es original del retablo, ya que lo tenía guardado la catedral y se dispuso en este lugar.

El retablo está formado por un doble banco dorado y cinco pisos altos con siete calles en cada uno de ellos. La casa central del primer piso está ocupada por la titular catedralicia (la Virgen de la Sede), el resto a su lado diversas escenas relacionadas con la ciudad de Sevilla o santos ligados a la ciudad. Por encima de este cuatro pisos de siete calles cada una, lo que hace un total de 28 casas. En ellas se representan escenas relacionadas con la vida y muerte de Jesús siguiendo un criterio ordenado de los acontecimientos de abajo a arriba.


A ambos lados del retablo dos costados formados cada uno de ellos por cinco casas lo que hace un total de 10 casas. Aquí el repertorio iconográfico se extiende a historias del Nuevo y Antiguo Testamento. Las alas de los extremos se guardan para situar en ellos a 8 reyes de Judá e Israel, reinos que se separaron del reino único de Israel a la muerte de Salomón. En la parte superior un apostolado completo, la casa central ocupada por una Piedad y el remate alto ocupado por el Calvario con el Cristo del Millón.

Se construyó en dos fases, en una primera fase iniciada en 1482 por el flamenco Pyeter Dancart, se realizó toda la parte frontal del retablo, esta labor fue terminada en 1529 y en ella intervinieron además de Dancart, Pedro Millán, Jorge Fernández Alemán (a partir de 1508) y su hermano Alejo Fernández Alemán (en calidad de pintor) entre otros. La viga o parte superior del retablo donde se encuentra el apostolado fue realizada por Jorge Fernández Alemán.

En una segunda fase iniciada en 1550 se llevó a cabo los costados laterales. En los mismos trabajaron: el flamenco Roque de Balduque, Pedro de Heredia y Juan Bautista Vázquez el viejo (* Pelayos-Salamanca 1510 † LLerena-Badajoz 12-06-1588) que lo terminó en 1564.

La figura central, la Virgen de la Sede fue un regalo del rey Alfonso X el Sabio a la Catedral de Sevilla, está realizada en madera y chapada en plata y ya se encontraba en la antigua mezquita catedral.

A ambos lados de la reja, dos púlpitos en hierro dorado realizados en 1532 por fray Francisco de Salamanca. En el púlpito de la izquierda decoración iconográfica de los cuatro evangelistas, en el de la derecha cuatro escenas de la vida de san Pablo.

En los muros laterales exteriores de la capilla mayor podemos encontrar toda una serie de pequeñas esculturas de santos, obispos y reyes dispuestos en ménsulas bajo doseletes. Realizadas en barro cocido entre 1517 y 1575 por Miguel Florentín, Juan Marín y Diego de Pesquera.

En el trasaltar (parte trasera de la capilla mayor) y mirando a la capilla real, encontramos cincuenta y nueve estatuas de santos, obispos y reyes, divididos en dos niveles destacando en el centro del nivel inferior a a Nuestra Señora del Reposo, a quien se encomiendan las mujeres embarazadas. Obra atribuida a Miguel Perrin, realizada hacia 1523 en barro cocido y policromada. Esta imagen de la Virgen es popularmente conocida como "Enhorabuena lo pariste". Bajo ellas se encuentra la cripta funeraria neogótica de los marqueses de Yanduri reformada para este fin hacia 1920, antes era conocida como capilla de la Virgen del Soterraño. Se encuentra algo mas baja que el suelo de la catedral.

Coro Ocupa dos tramos de la nave central frontero con la Capilla Mayor y solo separado de esta por el tramo del crucero. La sillería de estilo gótico-mudéjar está realizada en madera de ébano, tiene forma de U y consta de dos niveles, en el nivel alto 67 sillas con doseletes y altos respaldos, en el nivel inferior 50 sillas de elaboración más sencilla. La silla conocida "del rey" porque en ella se sentaba el monarca en los oficios religiosos a los que acudía, tiene una inscripción que dice: Este coro fizo Nufro Sanchez entallador que Dios aya acabose año de 1478, está decorado con los escudos de Castilla y León. Por tanto conocemos a uno de los carpinteros que trabajaron en ella, sin embargo también se conocen a otros carpinteros que intervinieron en la misma: Pyeter Dancart, Gonzalo Gómez Horozco y Diego Guillén. Las obras del coro se dieron por finalizadas en 1511.


La silla del arzobispo se sitúa en el centro y al fondo del coro, se eleva sobre una tribuna, está formado por una alta silla con pináculos góticos y la flanquean dos puertas que comunican con el trascoro. La sillería está tallada con escenas del Nuevo y Antiguo Testamento, mientras que los respaldos de la sillería baja se decoran con relieves de la Giralda, mientras que las del nivel alto son de traza geométrica. Cada una de las sillas altas están separadas entre si por pequeñas columnillas talladas con santos. Las misericordias de las sillas están trabajadas con figuras monstruosas haciendo referencia a los vicios terrenales, también hay representaciones de juegos que en el medievo eran considerados como un vicio.

En el centro, el facistol, tallado por Juan Marín, Juan Bautista Vázquez el viejo (* Pelayos-Salamanca 1510 † LLerena-Badajoz 12-06-1588) y Francisco Hernández, realizado entre 1562 y 1565. Los relieves de bronce fueron realizados por Bartolomé Morel. Se remata el conjunto con un pequeño templete con imagen de la Virgen María y el Niño Jesús, obra de Juan Bautista Vázquez y sobre este los cuatro evangelistas y Cristo en la cruz, también de Bautista Vázquez.

Los órganos son dos, independientes entre sí, aunque pueden ser tocados de forma conjunta. Fueron realizados entre 1901 y 1903 por Aquilino Amezua Jaúregui (* 1847 † 1912). Las cajas que albergan los tubos son de hacia 1724, realizadas en estilo barroco y en su color natural por Luis Vilches con esculturas de Pedro Duque-Cornejo Roldán (* Sevilla 14-08-1678 † Córdoba 1757).

Cerrado por una reja de fray Francisco de Salamanca entre 1518 y 1523. Se remata en un crestería donde se representa el árbol de Jesé (genealogía de Cristo).

Sepulcro del almirante Cristóbal Colón Nave transepto sur, junto a la entrada del Príncipe. En ella encontramos el sepulcro de Cristóbal Colón. El almirante falleció en Valladolid en 19 de mayo de 1506 dejando instrucciones en su testamento que quería ser enterrado en el Nuevo Mundo. En principio fue enterrado en el convento de san Francisco en la ciudad de Valladolid. Tres años después sus restos fueron trasladados a la Cartuja de Sevilla y cuando el rey de España autorizó en 1537 el traslado de Colón al Nuevo Mundo fueron llevados a la catedral de Santo Domingo en la isla de la Española (hoy República Dominicana). Cuando en 1796 los franceses se hicieron con el control de Haití (vecino de la República Dominicana), los restos de Colón fueron llevados a la isla de Cuba. Al independizarse Cuba de España en 1898, los restos fueron trasladados a Sevilla a bordo del buque de la armada "Conde de Venadito" que los devolvió hasta Cádiz y de ahí en el yate real "La Giralda" a Sevilla donde remontó el río Guadalquivir y sus restos colocados definitivamente en 1902 en su actual ubicación. El sepulcro fue realizado en 1891 por el madrileño Arturo Mélida Alinari (* Madrid 24-07-1849 † Madrid 15-12-1902) con destino a la catedral de La Habana pero finalmente la isla se independizó antes de la llegada del monumento.

El sarcófago es llevado en alto por cuatro reyes de armas realizados en bronce policromado con rostros y manos de alabastro, cada uno representa a unos de los históricos reinos de España: Castilla, León, Aragón y Navarra. El conjunto se alza sobre un podio de mármol. Una inscripción en el mármol dice: "Cuando la isla de Cuba se emancipó de la madre España, Sevilla obtuvo el depósito de los restos de Colón y su Ayuntamiento erigió este pedestal".

Junto a los restos de Colón hay en el muro lateral izquierdo una gigantesca pintura mural de san Cristóbal, realizada en 1584 por el italiano Mateo Pérez de Alesio (* Italia 1547 † Lima 1628). En la parte superior de la puerta del Príncipe también conocida de san Cristóbal por la que figura que hemos mencionado y debajo del rosetón de la Asunción, se puede ver un reloj eclesiástico, realizado en 1789 por fray José Cordero de Torres (* El Puerto de Santa María 1717 † Sevilla 1797) y Manuel Núñez. El reloj que se encuentra protegido por una caja de madera neoclásica rige los horarios internos de la catedral.

Realizadas pruebas de ADN se ha podido demostrar que los escasos restos contenidos en la urna, corresponden a Cristóbal Colón y a su hijo Diego. Ello a raíz de las noticias que decían que los restos de Colón continuaban en Santo Domingo.

Altar de la Concepción o de La Gamba. A la derecha de la puerta de entrada del Príncipe, encontramos una pequeña capilla gótica con pináculos y gablete con florón crucífero, obra probablemente de Juan Gil de Hontañón (* Rasines-Cantabria ca. 1480 † 04-04-1526) realizada en 1515. Se cierra por una reja plateresca del siglo XVI realizada por Juan Méndez y concluida en 1562 por Pedro Delgado (* Salamanca † Sevilla ca. 1571). En su interior encontramos un retablo con multitud de personajes y como tema central Adán y Eva y la Virgen con el Niño en el nivel superior. Son obras del pintor Luis de Vargas (* ca.1505 † 1567) realizadas en 1561 y su promotor fue el chantre Juan de Medina. En los laterales del retablo san Pedro y san Pablo y en el banco una representación alegórica de la iglesia triunfante y junto a ella el donante del retablo y su escudo de armas.

La capilla es conocida como "La Gamba" por un hecho anecdótico que tuvo lugar en el momento de su confección. Junto a la capilla se encuentra el san Cristóbal de Pérez de Alesio, y este y Luis de Vargas trabajaban al mismo tiempo cada uno en lo suyo, en una ocasión el italiano le dijo a a Vargas: piu vale la tua gamba che il miotutto san Cristoforo que traducido quiere decir "más vale tu pierna que todo mi san Cristóbal" ya que en italiano gamba es pierna y era una forma de mostrar la maestría que Vargas demostraba en su lienzo al pintar la pierna de Adán. La obra fue terminada en 1561.

Altar de la Piedad o de la Santa Cruz. En el mismo lugar pero en el costado izquierdo encontramos la capilla de la Piedad, de características idénticas a la de la Concepción. En su interior encontramos un retablo donado por la viuda Mencía de Salazar con un lienzo ejecutado en 1527 por Alejo Fernández Alemán, en el mismo están representadas las figuras de Cristo muerto y la Virgen en compañía de san Juan, José de Arimatea, María Magdalena, María Salomé y María de Cleofás. En las tablas laterales del retablo, lienzos de san Andrés, san Miguel, Santiago y san Francisco de Asís. En el banco Cristo atado a la comuna con san Pedro arrodillado, y en los extremos los donantes de la obra Mencía de Salazar y su esposo Alonso Pérez de Medina.

A los pies del altar están enterrados los promotores del retablo con una inscripción que dice: "Aquí están enterrados Alonso Pérez de Medina, jurado que fue de esta ciudad, el qual falleció a los 13 días del mes de agosto año de 1524, e de doña Mencía de Salazar, su muger, la qual falleció a 15 días del mes de octubre de 1546, de los quales y de sus hijos y descendientes es este entierro, capilla y altar. Rogad al Señor por ellos".

Capilla de los Dolores o de santo Tomé, este último nombre por uno los patrocinadores que tuvo la capilla antes de su actual advocación. Primera capilla nave de la epístola una vez pasada la puerta del Príncipe y capilla de paso para la conocida como sacristía de los cálices.

Preside la capilla en el muro lateral derecho un retablo barroco de mitad del siglo XVIII con una talla de madera a tamaño natural de Cristo Crucificado de finales siglo XVI en la hornacina central y una Virgen Dolorosa (de vestir) en la hornacina central inferior, atribuida al escultor Pedro de Mena Medrano (* Granada 1628 † Málaga 13-10-1688) hacia 1680. Flanquean a Cristo en las calles laterales, tablas de san Juan Bautista y la Virgen María. En el ático del retablo dos ángeles y en el centro Dios Padre.

En el frontal de la capilla sepulcro en mármol blanco del cardenal y beato Marcelo Spinola Maestre (* San Fernando-Cádiz 14-01-1835 † Sevilla 19-01-1906 / arzobispo entre 1896 y 1906), realizado en 1912 por Joaquín Bilbao Martínez (* Sevilla 27-08-1864 † Sevilla 30-01-1934). Sobre un marco arquitectónico vemos la figura orante del prelado frente a un reclinatorio donde se ve un libro abierto que lee. Por encima de su figura un bajorrelieve de la Virgen Inmaculada.

En el suelo se encuentra la cripta de la familia Ybarra. A la izquierda del sepulcro cardenalicio una puerta adintelada sin mayor decoración nos lleva a la Sacristía de los Cálices.

Sacristía de los cálices De planta rectangular y realizada toda ella en piedra sillar, está formada por tres tramos, los tres abovedados con crucerías estrelladas y terceletes, siendo el tramo central el más importante ya que los dos de los extremos están reducidos a su mínima expresión. Fue iniciada por el maestro de obras Alonso Rodríguez en 1509 y continuada por Juan Gil de Hontañón (* Rasines-Cantabria ca. 1480 † 04-04-1526). Después de años de inactividad fue continuada en 1532 por Diego de Riaño († 1534) y finalizada en 1537 por Martín de Gainza (* Vizcaya 1505 † Marchena-Sevilla 06-06-1556). Destaca esta sala por la presencia en su testero de un óleo sobre lienzo de Goya, santa Justa y santa Rufina, una de las mejores creaciones del pintor, realizada en 1817 ex-profeso para esta sacristía. Al fondo de la sala dos pequeños oratorios uno de ellos dedicado a la Virgen del Rosario y el segundo a san Francisco de Paula. Dispone además en la parte trasera de un pequeño patio conocido como de "los óleos". Toma su nombre la capilla por la amplia representación de cálices que se exponen en la sala a modo de pequeño museo.

Capilla de san Andrés o del Sagrado Corazón por una imagen de Cristo que en la actualidad se encuentra en la parroquia del Sagrario en la propia catedral. La capilla en piedra sillar fue realizada entre 1488 y 1496 por Juan de Hoces (activo en Sevilla entre 1482 y 1496). Preside la capilla una imagen en madera de cedro del Cristo de la Clemencia, obra de Juan Martínez Montañés (* Alcalá la Real-Jaén 16-03-1568 † Sevilla 18-06-1649), encargo del canónigo y arcediano de Carmona Mateo Vázquez de Leca en 1603 para su oratorio particular de la Cartuja. Con la desamortización de Mendizábal de 1835, el Cristo pasó a la catedral. En ocasiones es llamado Cristo de los Cálices por haber presidido esa sala durante años. La capilla toma su nombre por un lienzo del martirio de san Andrés que se conserva en la capilla pero que con anterioridad la presidía, antes de pasar a un lugar secundario. Es una mala copia de un lienzo de Riaño que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. La capilla se cierra por una reja.

En el interior se conservan los sepulcros góticos de la familia Pérez Guzmán-Ayala: Álvaro Pérez de Guzmán y su esposa Elvira de Ayala, el padre del difunto y uno de los hijos del matrimonio. Son dos sepulcros, en uno de ellos las estatuas yacentes de la mujer y el hijo pequeño, en el otro, Álvaro Pérez de Guzmán y su padre Alfonso Pérez de Guzmán. Se fechan hacia 1400 y se atribuyen al taller toledano del escultor Ferrand González. Estos sepulcros proceden de la anterior catedral-mezquita.

Sacristía Mayor Su paso se realiza a través de una capilla sin uso que hace funciones de antesacristía. Esta última tiene a ambos lados dos grandes armarios tallados en 1743 por Pedro Duque-Cornejo Roldán (* Sevilla 14-08-1678 † Córdoba 1757). En el armario de la derecha aparecen relieves de "la recogida del maná en el desierto" y "Moisés haciendo brotar agua de la piedra", en el armario de la izquierda "Adán y Eva en el paraíso" y veinte figuras de santas.

La entrada a la sacristía se realiza a través de una puerta en esviaje de estilo plateresco cuyas puertas de madera fueron talladas hacia 1546 por el francés afincado en España Diego Guillén Ferrant († Alcántara-Cáceres 1558) con imágenes de san Leandro, san Isidoro y las santas Justa y Rufina.

Las obras de la sacristía dieron comienzo en 1532 siendo maestro de obras Diego de Riaño († 1534), contando con la participación de Diego de Siloé y Hernán Ruiz. Las obras fueron finalizadas en 1543 por Martín de Gainza (* Vizcaya 1505 † Marchena-Sevilla 06-06-1556).

Con planta centralizada, tiene unas medidas de 18 metros por lado y una altura de 33 metros. Se cubre con una cúpula semicircular con linterna apoyada en pechinas y columnas. Tanto los arcos torales, como el interior de la cúpula y las pechinas se encuentran prácticamente decorada en su totalidad por estatuillas y elementos decorativos platerescos. En el centro el juicio final con la Virgen y san Juan intercediendo ante Cristo, mientras acompañan la escena: apóstoles, profetas, patriarcas, santos etc.

Al fondo de la sala encontramos tres pequeñas capillas comunicadas entre si, en la central encontramos un óleo sobre tabla del "Descendimiento", obra realizada en 1548 por Pedro de Campaña (Pieter Kempeneer * Bruselas 1503 † ca. 1580) y que fue traída a la catedral en 1814 desde la desaparecida capilla de Fernando de Jaén de la iglesia parroquial de la Santa Cruz de Sevilla. En la capilla de la izquierda lienzo de Lucas Jordán ( Luca Giordano * Nápoles 18-10-1634 † Nápoles 03-01-1705) con el "martirio de san Lorenzo" del siglo XVII y en la capilla de la derecha lienzo de santa Teresa del taller de Zurbarán, datado entre 1641 y 1658. En esta sala destacamos una Inmaculada de Alonso Martínez y una conocida escultura representando al rey Fernando III el Santo realizada por Pedro Roldán en 1671.

Hoy día la sacristía se ha convertido en un pequeño museo con piezas muy interesantes: lienzo de san Leandro (1655) y san Isidoro (1655), ambas de Bartolomé Esteban Murillo, lienzo de santa Marta y santa Magdalena, de Valdés Leal, lienzo de 1788 de Francisco Bayeu representando una Piedad. También en esta sala se guarda la custodia procesional del Corpus Christi labrada en estilo plateresco entre 1580 y 1587 por el orfebre Juan de Arfe Villafañe (* León 1535 † Madrid 03-04-1603). La custodia mide 3,25 metros de altura y pesa 300 kilogramos. La decoración como suele ser bastante habitual son imágenes de padres de la iglesia, teólogos y doctores de la iglesia y en total dispone en cuatro pisos. En 1668 fue modificada por el platero Juan de Segura.

La sacristía mayor se comunica con un pequeño patio, conocido como del cabildo y que sirve de distribuidor con otras salas de la catedral: la sala conocida como antecabildo, la sala de las columnas y a través de esta con la sala capitular. Este patio dispone de una pequeña fuente central. También desde la sacristía y a través de una puerta situada a la derecha, se accede a otro pequeño patio conocido como de los oleos (siglo XVI) y que queda a espaldas de la sacristía de los cálices.

Patio del cabildo o del Mariscal. Es obra de 1562 realizado por Hernán Ruiz el joven (* Córdoba ca. 1514 † Sevilla 21-04-1569) con los canteros Manuel Fernández y Diego de Caravallo. Tiene una fuente central de jaspe rojo y grifería de bronce. Este patio comunica con el antecabildo y con la sala de las columnas.

Sala de las columnas o sala hipóstila. Se accede desde el patio del cabildo. De uso confuso, tal vez pudiera ser utilizada como sala de descanso, estancia de apoyo o sala-vestuario para el arzobispo antes de entrar en la sala capitular a cuyas espaldas se encuentra. Fue proyectada por Hernán Ruiz el joven (* Córdoba ca. 1514 † Sevilla 21-04-1569) entre 1557 y 1562 y no parece que fuera utilizada para ninguno de estos fines, por lo que siempre ha sido una sala secundaria. La pequeña sala de planta cuadrangular se divide en tres tramos separados por dos serlianas apoyadas en cuatro columnas toscanas. Se cubre con un techo raso con formas acasetonadas. En la actualidad es usada como pequeña sala-museo de pinturas.

En la misma encontramos la lápida funeraria del franciscano y poeta fray Iñigo de Mendoza (* Burgos ca. 1424 † Valladolid ca. 1507), junto a su escudo labrado en piedra en gran formato. Su obra más conocida tal vez sea Coplas de Vita Christi y era familia lejana del linaje de los Mendoza. La lápida estuvo en la antigua escalera de la biblioteca colombina y fue traída a esta sala en la búsqueda de un digno lugar para ella.

Antecabildo (antesala de la sala capitular). Sala comenzada hacia 1560 por Hernán Ruiz el joven (* Córdoba ca. 1514 † Sevilla 21-04-1569) y finalizada por Asensio de Maeda (* Granada 1547 † Sevilla 1607) en 1583. De planta rectangular se cubre con una bóveda de piedra con decoración de casetones con rosetas y linterna central. En los muros de la sala encontramos inscripciones en latín con escritos moralizantes de las virtudes que deben reunir los sacerdotes encargados de la administración de la catedral. Esta sala en origen era conocida como "mayordomía" ya que en ella se reunían los canónigos en la toma de decisiones . Los muros están decorados con relieves y esculturas en alternancia que narran escenas del Nuevo y Antiguo Testamento y otras tantas figuras moralizantes (virtudes, alegorías, etc.), se atribuyen a Diego de Pesquera (activo en Sevilla entre 1571 y 1580).

Muro lateral derecho: esculturas de la justicia, la prudencia, la fortaleza, la providencia. Relieves de: Moisés cruzando el mar Rojo, el castigo de Amán, Moisés obrando milagros ante el faraón, la torre de Babel y la ramera apocalíptica sobre la hiedra.

Muro lateral izquierdo: esculturas de la piedad, la templanza, la esperanza, la caridad. Relieves de: la venida del Espíritu Santo, la sabiduría servida por las ciencias y las artes, Jesús entre los doctores, los vicios acechando a la virtud y la justicia expulsando a los vicios.

Muro frontal: los cuatro evangelistas, los animales entrando en el arca de Noé y Noé ofreciendo un sacrificio después del diluvio universal.

Esta sala tiene comunicación por un pequeño vestíbulo con la capilla del mariscal a través de una portada realizada en 1587 por Asensio de Maeda. También este vestíbulo permite el paso a la sala capitular a través de un estrecho pasillo curvilíneo.

Sala capitular De plata elíptica, comenzada en 1558 por Hernán Ruiz el joven (* Córdoba ca. 1514 † Sevilla 21-04-1569) y terminada por Asencio de Maeda (* Granada 1547 † Sevilla 1607) en 1592 con un largo parón entre medias y algunas dificultades añadidas propias de un culebrón. Diáfana en su interior, sus muros están libres de decoración en su primer tercio, mientras que esta se reserva para los dos tercios restantes. Preside la estancia encima de la silla arzobispal una tabla de la Inmaculada Concepción de Bartolomé Esteban Murillo realizada en 1668 para este lugar.

Rodeando todo el perímetro y en distintos niveles lo siguiente: en el primer nivel decorativo y entre columnas de orden jónico encontramos una serie de paneles insertos en arcos de medio punto con un total de 16 relieves realizados en mármol entre 1582 y 1584 por Juan Bautista Vázquez el Viejo (* Pelayos-Salamanca 1510 † LLerena-Badajoz 12-06-1588) y Diego de Velasco. En 1590 el escultor Marcos Cabrera añadiría otro juego de relieves de formato rectangular alternando con los anteriores. El principal de todos ellos es el relieve de la Asunción de la Virgen que se encuentra sobre la silla del arzobispo. Este programa iconográfico fue ideado por el canónigo y erudito Francisco Pacheco (* Jerez de la Frontera-Cádiz 1535 † Sevilla 1599) y en ellas están representadas además de la Asunción de la Virgen las siguientes escenas: milagros de san Juan Evangelista, la expulsión de los mercaderes del templo, el Padre Eterno con los vendimiadores, los siete ángeles llamando a los réprobos, el éxtasis de san Juan Evangelista, la alegoría del cordero místico, el último sermón de Cristo, Daniel en el pozo de los leones, el bautismo de Cristo, Jesús en el mar de Tiberiades, la parábola del sembrador, la oración en el huerto, visión de san Pedro de los animales inmundos y Cristo lavando los pies a los apóstoles.

Además se acompañan una serie de inscripciones con función moralizante que complementan cada uno de los relieves.

En el segundo nivel decorativo centrado por la Inmaculada de Murillo encontramos toda una serie de tondos pictóricos en alternancia con claraboyas acristaladas en cuyo centro se encuentran escudos con la Giralda y jarras de azucenas. Los tondos pictóricos son obra de Esteban Murillo y representan a san Fernando rey, san Leandro, santa Rufina, santa Justa, san Pío, san Isidoro y san Hermenegildo, identificables por su nombre.

En un tercer nivel y ya formando parte de la bóveda la decoración de la Giralda y las azucenas se vuelven a repetir pero esta vez sobre plafones rectangulares.

La silla arzobispal renacentista es de 1592 tallada en madera de caoba por Diego Velasco. Las sillas reservadas a los canónigos se adosan al perímetro ovalado de la sala y son muy sencillos realizados en cuero.

Sala de ornamentos (actual sala del tesoro) y en origen contaduría mayor. Tiene su entrada por la capilla del mariscal a través de una puerta realizada en 1560 por Hernán Ruiz el joven (* Córdoba ca. 1514 † Sevilla 21-04-1569), aunque también tiene paso a través de la sala capitular. De planta rectangular se sitúa junto a la puerta de las campanillas. Se cubre por un artesonado de madera con casetones octogonales inscritas en cuadrados. Preside la sala una escultura de san José con el Niño Jesús realizada en 1664 por Pedro Roldán. En esta sala se encuentran agrupadas todas aquellas piezas tanto escultóricas como de orfebrería que a lo largo de la historia ha ido conservando la catedral de Sevilla y que forman parte de su tesoro catedralicio.

Capilla del Mariscal Junto a la puerta de las campanillas, última capilla de la nave de la epístola. Fue su promotor Diego Caballero de la Rosa en 1553 y la preside un gran retablo diseñado por Pedro Becerril, con tablas del flamenco Pedro de Campaña (Pieter Kempeneer * Bruselas 1503 † ca. 1580) y policromía de Antonio de Alfián en 1555. Diego Caballero de la Rosa fue mariscal de la isla de la Española en 1536 y por tal toma su nombre la capilla, aunque está dedicada a la Purificación de la Virgen María. Desde esta capilla se accede a la sala capitular y al resto de salas que conformaban las estancias capitulares.

El retablo realizado por Pedro de Becerril, es de madera policromada y está compuesta por diez tablas y dos esculturas en los extremos del ático y se sitúa en el muro lateral derecho, ya que el resto de los muros están ocupados por las puertas de acceso a las estancias capitulares. La gran tabla central representa la Purificación de la Virgen, la cual está acompañada por un grupo de mujeres que quiere representar alegorías de virtudes que adornan a María: la caridad, la templanza, la justicia, la fortaleza, la prudencia, la fe y la esperanza. Flanqueando la tabla central en las calles laterales: santo Domingo de Guzmán, san Francisco de Asís, Santiago Apóstol como Santiago matamoros y la imposición de la casulla a san Ildefonso. En el ático la resurrección de Cristo y un Calvario con san Juan y la Virgen. A ambos lados del ático dos tallas de san Pedro y san Pablo. En el banco del retablo a la izquierda el donante Diego Caballero, su hermano Alonso Caballero y su hijo, mientras que a la derecha figura Leonor Cabrera (esposa del donante), su hermana (esposa de Alonso Caballero) y sus tres hijas. En el centro tabla de Jesús entre los doctores.

La reja que la cierra es obra renacentista forjada en 1555 por Pedro Delgado (* Salamanca † Sevilla ca. 1571) con diseño de Hernán Ruiz el joven (* Córdoba ca. 1514 † Sevilla 21-04-1569). En su remate encontramos el Santo Entierro.

Junto a la capilla del Mariscal pero en el intradós de la puerta de las campanillas encontramos dos altares: el altar de las santas Justa y Rufina y el altar de santa Bárbara.

El altar de las santas patronas de Sevilla está formado por una composición escultórica en la que las santas flanquean a la Giralda en una clara alusión al patrocinio de estas sobre la ciudad y la torre Giralda en particular. Es obra realizada en 1728 por Pedro Duque-Cornejo Roldán (* Sevilla 14-08-1678 † Córdoba 1757) y proceden de la iglesia del Salvador de Sevilla, aunque la talla de la Giralda es del maestro Juan de Dios. Este altar fue fundado en 1622 por la familia de los Becquer (Miguel Becquer y Adán Becquer) y puesta bajo la advocación de Santiago el mayor y Santiago el menor.

El segundo altar es el de santa Bárbara, dotado por el canónigo Rodrigo de Solís con un retablo entallado por Antón Ruiz en 1544 y con diez tablas del pintor Antonio Rodríguez de 1545. También se conoce esta capilla como de san Antonio chico por una pequeña escultura del santo de Padua en el interior de un pequeño retablo adosado al muro. Se cierra por una modesta reja de hierro. Distribuido en dos pisos, en el piso inferior: la Sagrada Familia flanqueada por san Jerónimo y santa Bárbara. En el piso superior: la venida del Espíritu Santo flanqueada por san Pedro y san Pablo. En las alas laterales: los cuatro evangelistas: san Lucas, san Marcos, san Juan y san Mateo.

Capilla de la Inmaculada "grande" anteriormente conocida como capilla de san Pablo. Llamada así por la imagen de la Inmaculada Concepción que preside el retablo a tamaño mayor que el natural. Fue sus patrocinador Gonzalo Núñez de Sepúlveda en 1654. Hasta ese momento en la capilla se encontraban inhumados los caballeros que habían participado en la conquista de Sevilla por el rey Fernando III el Santo. La reja es de 1668 y en ella figura el escudo de los Sepúlveda.

El retablo es obra de 1658 del retablista Francisco Dionisio de Ribas (* Córdoba 1616 † Sevilla 1679), mientras que las esculturas son del escultor Alonso Martínez. Preside el retablo la imagen de la Inmaculada Concepción y a ambos lados san José con el Niño Jesús y san Pablo. El segundo piso está ocupado por Cristo crucificado (siglo XVI), conocido como Cristo de san Pablo y en las calles laterales san Gonzalo de Amarante (* Portugal) y san Antonio de Padua. La talla de Cristo crucificado es de tamaño algo excesiva para este retablo por lo que debió ser aprovechado de algún otro retablo anterior a este. Por encima de Cristo la figura de medio cuerpo de Dios Padre. En el ático alegorías de la Fe, Justicia, Fortaleza, Templanza y Prudencia. El retablo se articula con columnas salomónicas, cuya particularidad reside en que fue la primera vez en Sevilla que se vio este tipo de columnas.

En el muro izquierdo losa sepulcral de mármol negro y decoración barroca con inscripciones y escudos de la familia Sepúlveda. En el muro frontero sepulcro en mármol del cardenal y arzobispo de Sevilla Francisco Javier Cienfuegos Jovellanos (* Oviedo 12-03-1766 † Alicante 21-06-1847 / arzobispo de Sevilla entre 1824 y 1847), realizado en estilo neogótico según trazas del arquitecto Manuel Portillo de Ávila y ejecutado entre 1879 y 1881 por el marmolista Rafael Barrado.

Capilla Real situada en la cabecera de la catedral, al exterior a nivel de calle, es reconocible por la presencia de los grandes relieves que forman los escudos de la monarquía hispánica, señal inequívoca lanzada a los cuatro vientos que la propiedad de la capilla era la monarquía hispana.

La actual capilla fue iniciada en 1552 por Martín de Gainza (* Vizcaya 1505 † Marchena-Sevilla 06-06-1556). A la muerte de Martín de Gainza las obras se paralizan hasta 1562 en que son continuadas por Hernán Ruiz el joven (* Córdoba ca. 1514 † Sevilla 21-04-1569) y a la muerte de este por Pedro Diaz de Palacios (* Trasmiera-Cantabria 1549 † Málaga 1636). La capilla fue finalizada en 1575 por Juan de Maeda († Granada 25-06-1576) ya que su antecesor Pedro Diaz fue destituido en 1574 por el cabildo. La reja que cierra la capilla fue costeada por el rey Carlos III, es diseño del ingeniero militar de origen belga Sebastián Van Der Borcht y realizada hacia 1766. En la cúspide de la reja se puede ver una escultura del rey Fernando III a caballo recibiendo las llaves de la ciudad, del cadí almohade Axataf en presencia de san Clemente, es obra de Jerónimo Roldán Serrallonga (* Sevilla 1701 † Sevilla 1780).

La capilla real que ya existía en la antigua mezquita catedral y en este emplazamiento, fue el lugar escogido por el rey Fernando para su descanso eterno. Durante el reinado de Felipe II fue cuando tuvo lugar en 1579 el traslado de los restos del rey y su familia a esta capilla sustituyendo a la anterior. Al tratarse de una capilla de "titularidad Real", debía contar con el permiso del rey de España.

De planta irregular se cierra por una bóveda semicircular con casetones y linterna, trazada por Martín de Gainza, ejecutada por Hernán Ruiz el joven (a quien se le debe el mérito) y finalizada por Juan de Maeda (padre de Asensio de Maeda). En los casetones podemos encontrar todo un repertorio de bustos de reyes y personajes históricos. Su testero se remata en un ábside semicircular cerrado por bóveda de cuarto de esfera y decorado con una gloria angélica. El ingreso a la capilla se realiza a través de un arco de medio punto con doce hornacinas que albergan reyes de Judá. Esta decoración de la portada realizada en estilo plateresco es obra de Pedro de Campos y Lorenzo Bao.

El retablo que preside la sala es obra barroca realizada entre 1643 y 1649 por Luis Ortiz de Vargas (* Cazorla-Jaén ca. 1588 † Sevilla 1649). Ocupando el espacio central encontramos la imagen de la Virgen de los Reyes. En los muros del testero y en dos niveles, hornacinas con esculturas de san Lucas, san Juan, san Mateo y san Marcos en el nivel superior, san Leandro y san Isidoro (a la izquierda) y las santas Justa y Rufina (a la derecha). Flanqueando la talla de la Virgen, esculturas de san Pedro y san Pablo. En la parte superior del retablo relieve con una escena de la Visión de Isaías. En este conjunto escultórico realizado entre 1571 y 1574 intervinieron Diego Pesquera (activo en Sevilla entre 1571 y 1580), Pedro de Campos y Lorenzo Bao.

Adosados a los muros laterales y en el interior de unos nichos, sepulcros del rey Alfonso X el Sabio (lado del evangelio) y de su madre y por tanto esposa de Fernando III el Santo, Beatriz de Suabia (lado de la epístola), las figuras de los personajes en actitud orante fueron labrados en alabastro, el de Alfonso en 1947 por Antonio Cano Correa (* Guajár Faragüit-Granada 04-02-1909 † Sevilla 03-07-2009) y su esposa Carmen Jiménez Serrano y el de Beatriz de Suabia por Juan Luis Vasallo Parodi (* Cádiz 02-05-1908 † Madrid 18-04-1986).

A ambos lados de la capilla real se abren dos capillas más con sus correspondientes sacristías, una de ellas con un retablo con una imagen del Ecce Homo y la otra con un retablo dedicado a san Antonio. La capilla del Ecce-Homo situada a la izquierda alberga un retablo realizado en 1648 por Juan de Torres. La figura central del Ecce-Homo está realizada por el escultor Francisco Ferrili. La capilla de san Antonio situada a la derecha, conserva un retablo realizado en 1638 de Luis de Figueroa.

Sobre las embocaduras de las capillas en la parte alta se encuentran unas tribunas con un órgano en cada una de ellas, realizados en 1807 por el organero Antonio Otin Calvete.

Al exterior (en la calle) estas dos capillas destacan por sus formas redondeadas que pueden resultar engañosas al ser confundidas con ábsides. El ábside central y los pseudos-ábsides laterales están decorados con escudos de la monarquía hispánica.

La imagen de la Virgen de los Reyes, fue donada por el rey Fernando III a la catedral que a su vez se la había entregado el rey de Francia san Luis. Por su fisonomía se fecha hacia el siglo XIII en un periodo de transición del románico al gótico. Tiene la particularidad que la imagen tiene un mecanismo oculto (hoy fuera de uso) que permitía el movimiento de la cabeza de la Virgen y el Niño cuando procesionaba en las fiestas de Semana Santa. La Virgen de los Reyes está confeccionada en madera y se trata de una imagen de vestir, ya que solo tiene talladas la cabeza, las manos y los pies. La Virgen de los Reyes es patrona de la archidiócesis de Sevilla desde 1946 y fue coronada canónicamente en 1904.

A los pies de la Virgen en el interior de una trabajada urna de plata se encuentra el cuerpo incorrupto del rey Fernando III el Santo, realizada en dos periodos: entre 1690 y 1701 y un segundo periodo entre 1717 y 1719 por Juan Laureano de Pina (* Jerez de la Frontera-Cádiz 1642 † Sevilla 1723). En días señalados la urna es abierta para que el cuerpo pueda ser venerado por los fieles. En el pedestal una inscripción en romance castellano, latín, hebreo y árabe dice: "Aquí yace el muy honrado don Fernando / señor de Castilla, de Toledo, de León / de Galicia, de Sevilla, de Córdoba / de Murcia y de Jaén. / El que conquistó toda España / y el más verdadero y el más esforzado / y el más apuesto y el más sufrido / y el más homildoso / y el que más temía a Dios el que más servicio le hacía / y el que quebrantó y destruyó / a todos sus enemigos / y conquistó la ciudad de Sevilla / que es cabeza de toda España / y que murió allí el postrero día de mayo / en la era de mil y doscientos y noventa años." Este epitafio fue escrito por su hijo y rey Alfonso X el Sabio. La fecha indicada se corresponde con la era hispánica, la fecha actual sería 1252.

Bajo el altar mayor se encuentra la cripta regia, entre los ilustres personajes que la ocupan, podemos citar al rey Pedro I el Cruel y a su esposa o amante María de Padilla. El resto son miembros secundarios de la familia real de Castilla y León.

Capilla de san Pedro Preside la capilla un retablo costeado por Guiomar Pardo Tavera de la Cerda, marquesa de Malagón diseñado en 1625 por Miguel de Zumárraga († 1630) y construido por Diego López Bueno († Sevilla 1632). Consta de un total de diez tablas, realizadas todas ellas hacia 1630 por Francisco de Zurbarán excepto la tabla de Dios Padre del ático. En el centro "san Pedro papa con la tiara pontificia", a los lados "san Pedro en la visión de los animales impuros" y a la derecha "las lagrimas de san Pedro". En el centro del segundo piso, una Inmaculada Concepción y en los laterales Quo Vadis y "la liberación de san Pedro por el ángel". En el banco "Cristo y san Pedro sobre las aguas", "Cristo entregando las llaves del cielo a san Pedro" y "san Pedro curando a un paralítico". En el ático la figura de Dios Padre del siglo XVIII que sustituye al original perdido que era también de Zurbarán.

En la capilla encontramos el sepulcro de hacia 1430 del arzobispo fray Diego de Deza (* Toro-Zamora 1443 † Sevilla 09-06-1523 / arzobispo entre 1504 y 1523), con la figura yacente del prelado. Este monumento funerario fue traído a la catedral en 1884 procedente del colegio de santo Tomás en Sevilla, fundado por Deza y donde había sido enterrado. Durante la guerra de la independencia el sepulcro fue abierto por los franceses en busca de objetos de valor y los restos del arzobispo desaparecieron. Con la desamortización de Mendizábal de 1835 el colegio de santo Tomás fue utilizado como cuartel y el sepulcro vacío utilizado como bañera. Ante las protestas generales que se levantaron, el sepulcro vacío fue llevado a la catedral para su custodia. Tiene la característica que a sus pies está la figura de un león recostado, ya que asociado a la figura del arzobispo hay una historia asociada al león.

Según cuentan las crónicas, el arzobispo Deza que por causa de su enfermedad de gota, pasaba muchas horas sentado, le regalaron un cachorro de león, al pobre animal le cortaron las garras y le arrancaron los colmillos y fue criado como si de un perrillo faldero se tratara, sirviendo de felpudo para que el arzobispo colocara su hinchados pies sobre su lomo. El arzobispo le cogió mucho cariño al animal y en el momento de su muerte quiso que este estuviera a sus pies en su sepulcro.

En los muros encontramos una buena muestra de lienzos salidos de la mano de Francisco de Zurbarán colocados en esta capilla a modo de un pequeño museo en honor al pintor. Se cierra por una reja de 1780 realizada por el franciscano fray José Cordero de Torres (* El Puerto de Santa María-Cádiz 1717 † Sevilla 1797) del convento del Puerto de Santa María.

En el intradós de la puerta de los Palos, altar de la Virgen de la Puebla o de la Asunción. Sobre un fondo pictórico con imágenes de san Ildefonso y san Diego de Alcalá, encontramos un relieve escultórico de la Asunción. El altar fue patrocinado por Juan Cristóbal de la Puebla y su esposa en 1593. Sus retratos figuran en el banco del retablo junto a representaciones de profetas y padres de la iglesia. En el guardapolvo tablas del bautismo de Cristo, santa Catalina, ángeles músicos, alegorías de las virtudes y el Padre Eterno.

Al otro lado de la portada y simétrica a la anterior altar de María Magdalena. Los patronos de este altar fueron Pedro García de Villadiego y su esposa Catalina Rodríguez. El retablo fue realizado en 1537 y la tabla central está presidida por una pintura Noli me tangere (Cristo y la Magdalena) que da nombre al altar. A sus lados: el comitente junto a san Benito y la esposa junto a san Francisco. En el piso superior la Anunciación y completando el conjunto pictórico: santa Catalina, santa Bárbara, san Andrés, Santiago, san Pedro y San Pablo. Tablas pintadas en 1593 por Alonso Vázquez (* Ronda-Málaga 1564 † México 1608).

Capilla del Pilar o de los Pinelo. Primera capilla lado del evangelio comenzando por la cabecera. La advocación de la Virgen del Pilar ya existía en la mezquita-catedral, y tiene sus antecedentes en los caballeros aragoneses que vinieron con el rey Fernando a la conquista de la ciudad. En el siglo XVI la capilla pasó a manos de la familia Pinelo por lo que en ocasiones es conocida por su nombre. La familia Pinelo fue una importante familia de origen genovés que se afincó en la ciudad de Sevilla en tiempos de los Reyes Católicos. En ella fueron enterrados Francisco Pinelo y su esposa María de la Torre.

Tiene un retablo barroco de finales del siglo XVII en cuya hornacina central se encuentra la talla de la Virgen pero alejada de la iconografía típica a la que estamos acostumbrados. Es obra de finales del gótico (hacia 1500), realizada en barro cocido por Pedro Millán. La flanquean dos tallas de san Pedro y san Pablo de finales del XVII. La reja está fechada en 1717. En la capilla encontramos un segundo retablo bajo la titularidad de san Judas Tadeo.

Capilla de los evangelistas también conocida en ocasiones como de los Santillanes. Fue su promotor el arcediano de Écija, Rodrigo de Santillán en 1530. En el muro de la derecha encontramos el retablo de 1553 que da nombre a la capilla y que fue un encargo del canónigo Sebastián de Obregón. Las pinturas del retablo fueron realizadas en 1555 por el holandés Hernando de Esturmio († Sevilla 1556). En el banco tres tablas con las figuras de santa Catalina con santa Bárbara, en una segunda tabla, san Juan Bautista, san Sebastián y san Antonio Abad, la tercera con las santas Justa y Rufina. En el centro del retablo en el primer piso: la misa de san Gregorio y a los lados: san Lucas y san Marcos. En el centro del segundo piso, la resurrección de Cristo y a los lados: san Juan y san Mateo. En el ático la paloma del Espíritu Santo.

Capilla de las doncellas o de las Vírgenes. La capilla fue construida entre 1488 y 1496 por Juan de Hoces (activo en Sevilla entre 1482 y 1496). En el muro de la derecha preside la sala un retablo barroco elevado sobre un zócalo-relicario decorado con azulejos, obra de José Rivera en 1771. El centro del retablo está ocupado por el conjunto escultórico de la Anunciación. A su alrededor tablas atribuidas al pintor sevillano Cristóbal Morales (siglo XVI) con: san Bartolomé, san Pedro, santo Tomás y Santiago el menor. En el ático un Calvario y flanqueándolo tablas de san Ambrosio y san Agustín, un poco más abajo una pequeña tabla con el rostro del Salvador. En los laterales del banco san Jerónimo y san Gregorio Magno, en el centro del banco, escena con la entrega de dote a las doncellas en compañía del comitente del retablo micer García de Gibraleón. Estas tablas probablemente procedan del anterior retablo de esta misma capilla y bajo la misma advocación.

La capilla tenía como finalidad ser lugar de reunión de la cofradía (Hermandad de las doncellas o de la Anunciación) encargada de entregar una dote para el matrimonio a aquellas mujeres que carecieran de ella. Esta cofradía o hermandad fue fundada en 1521 por García de Gibraleón. La capilla además de su entrada por las naves de la catedral, tiene otra entrada lateral en el muro de la izquierda. Esta entrada se cierra por una sencilla reja de hierro decorada en su parte superior por la Anunciación. Es obra del rejero Pedro Valera en 1551.

La reja principal es de estilo plateresco, fue realizada en 1579 y está atribuida a Pedro Delgado. En su parte superior se adorna con un motivo de la Virgen de la Caridad acogiendo a las doncellas bajo su manto.

En la cara interna de la portada de la Concepción que sale al patio de naranjos y entre las capillas de las Doncellas y la capilla de san Francisco encontramos dos altares: el de la Asunción y el de la Virgen de Belén.

El altar de la Asunción también es conocida como Virgen de Durango, por su promotor, Nicolás Martínez Durango († 1516) y su esposa Inés Diaz de Sotomayor, enterrados en el suelo de la capilla. Tiene un lienzo de hacia 1700 de la titular atribuido al italiano Carlos Maratta y según otros a Gregorio Ferrari († 1726) de la escuela genovesa. Se encuentra en un pequeño retablo barroco de principios del siglo XVIII y en el interior de una estructura gótica cerrada por una reja. Sobre el altar dos pequeñas esculturas de bulto redondo de san Juan Nepomuceno y san Carlos Borromeo.

El altar de la Virgen de Belén tiene un lienzo de Alonso Cano Almansa (* Granada 19-02-1601 † Granada 03-09-1667) realizado entre 1635 y 1637. El retablo es barroco, obra de 1662 de Jerónimo Franco. En el ático del retablo lienzo de la Santísima Trinidad realizado en 1901 por Virgilio Mattoni de la Fuente (* Sevilla 30-01-1842 † Sevilla 22-01-1923). Se cierra por una reja del principios del siglo XIX. La obra gótica es de Juan de Hoces realizada entre 1488 y 1496.

Altar de plata En el testero del brazo de la nave del transepto encontramos la puerta que da acceso al patio de los naranjos, la puerta de la Concepción. Ocupando parte de la nave encontramos un colosal altar eucarístico en plata. De finales del siglo XVII, en origen se usaba para celebraciones litúrgicas extraordinarias al Santísimo Sacramento (el Corpus y la Inmaculada). Se solía instalar delante del retablo mayor durante las citadas celebraciones.

Realizado en plata por Juan Laureano de Pina (* Jerez de la Frontera-Cádiz 1642 † Sevilla 1723), adquiere forma de gran sol. Sobre el sol, una gran corona de plata. En la base escultura de bulto redondo de la Virgen de la Granada de autor anónimo (siglo XVIII). A ambos lados san Leandro y san Isidoro realizadas en 1741 por Pedro Duque-Cornejo Roldán (* Sevilla 14-08-1678 † Córdoba 1757), cinceladas por Manuel Guererro de Alcántara. Con carácter decorativo siete candeleros de plata realizadas por el platero Andrés Segura.

La obra fue desmontada y trasladada a Cádiz durante la guerra de la independencia, en tan caótica situación algunas de las piezas se perdieron o se fundieron para obtener dinero en la lucha contra el francés. Regresó a Sevilla en 1814 totalmente desmontada y con partes desaparecidas.

Capilla de san Francisco de Asís Realizada por Jean Normant entre 1436 y 1453. Debe su nombre al gran lienzo de san Francisco del pintor Francisco de Herrera Hinestrosa (* Sevilla 1627 † Madrid 25-08-1685) realizado entre 1656 y 1657 y que representa la apoteosis de san Francisco. Se encuentra enmarcado en un gran marco que hace modo de retablo, de Bernardo Simón de Pineda (* Antequera-Málaga 1637 † Sevilla 1703) realizado en 1661. En el ático de este particular marco-retablo de estilo barroco encontramos un pequeño lienzo realizado en 1661 con la imposición de la casulla a san Ildefonso, del pintor Juan Valdés Leal (* Sevilla 04-05-1622 † Sevilla 1690). Este conjunto lo podemos encontrar en el muro lateral derecho.

En el muro lateral izquierdo encontramos también un pequeño retablo de santa Teresa de Jesús (siglo XVII) que ocupa su lugar en la hornacina central. A ambos lados de la santa abulense, dos pequeños relieves de santa Justa y santa Rufina y el ático un tercer relieve de la Visitación de María a su prima Isabel. Este retablo atribuido a Pedro Noguera procede del desaparecido convento dominico de Montesión.

Capilla del apóstol Santiago La capilla acoge en un marco-retablo de 1663 obra de Bernardo Simón de Pineda (* Antequera-Málaga 1637 † Sevilla 1703), con un lienzo pintado en 1609 por Juan de Roelas (* Flandes ca. 1570 † Olivares-Sevilla 1625), de Santiago apóstol en la batalla de Clavijo y en el remate del retablo un lienzo de Juan Valdés Leal (* Sevilla 04-05-1622 † Sevilla 1690) de hacia 1600 con el martirio de san Lorenzo.

En el centro de la capilla mirando de frente al retablo de Santiago, sepulcro con la estatua yacente del arzobispo Gonzalo de Mena Roelas (* Toledo † Sevilla 21-04-1401 / arzobispo entre 1394 y 1401 ), fundador de la cartuja de Santa María de las Cuevas de Sevilla (la Cartuja de Sevilla). De estilo gótico y de principios del siglo XV, en el mismo aparece la estatua yacente del difunto realizada en alabastro. En los laterales vemos diversos relieves con escenas bíblicas y piadosas. Una inscripción dice: Aquí yace D. Gonzalo de Mena / natural e nacido en Toledo, que Dios / perdone, obispo que fue de Calaforra, / e después de Burgos, é después arzobispo de Sevilla: el qual fino en / jueves veinte y un dia de abril, / el año del nacimiento de nuestro / Salvador Iesu Christo de / M. CCCCI años. / Por él digamos Pater Noster.

Entre otras obras artísticas de la capilla, encontramos la Virgen del cojín, en barro cocido vidriado esmaltado en blanco y azul, obra del taller florentino de Andrea della Robbia del siglo XVI.

Capillas de los alabastros (evangelio) Guardan semejanza con sus compañeras del lado de la epístola o lado sur. Se sitúan en el muro lateral exterior del coro frente a la capilla de Santiago. Son dos pequeñas capillas dedicadas una de ellas a san Gregorio y la otra a la Virgen de la Estrella. Iniciadas por Juan Gil de Hontañón (* Rasines-Cantabria ca. 1480 † 04-04-1526) y concluidas por Diego de Riaño († 1534) hacia 1529.

La capilla de san Gregorio tiene una imagen en madera policromada de Manuel García de Santiago (activo en la segunda mitad del siglo XVIII). Se cierra por una reja de 1650 obra de Marcos de la Cruz.

La capilla de la Virgen de la Estrella alberga un retablo datado en 1695, obra de Jerónimo Franco. La imagen de la Virgen (siglo XVI) es obra atribuida a Jerónimo Hernández (* Ávila ca.1540 † Sevilla 1586) o al francés Nicolás de León y aún estas son dudosas. Fue promovida por el mercader Rodrigo Franco en 1566. El nombre de la capilla toma su nombre por la estrella que lleva la Virgen en su mano derecha.

Capilla de Scalas La obra de capilla fue realizada por Jean Normant como maestro de obras de la catedral entre 1454 y 1478. Su titulación es Nuestra Señora de la Consolación y los doce apóstoles, pero es más conocida por el nombre de Scalas. Toma su nombre por el cargo que tenía su promotor Baltasar del Río (* Palencia ca. 1480 † Roma 01-01-1541) obispo titular de Scalas en Nápoles, arcediano de Niebla y canónigo de la catedral de Sevilla.

El muro de la derecha alberga un gran retablo renacentista realizado en mármoles y jaspes elevado sobre una base en forma de tribuna. Se colocó en 1539 y se atribuye al taller italiano de los Gazini de Bissone (Gagini Da Bissone). En la parte más alta y centrando un frontón curvo, la figura de Dios Padre. El tema central del retablo es la Venida del Espíritu Santo, donde podemos ver a la Virgen María en compañía de los doce apóstoles. Debajo de esta escena en el banco, la multiplicación de los panes y peces y a ambos lados en el frontal de los plintos de las columnas, el obispo orante a la izquierda y su escudo a la derecha. En el friso superior una inscripción en latín de Isías 40: consola mini consola mini popule meus (Consuela consuela a mi pueblo).

En la parte inferior de la tribuna se encuentra el sepulcro del obispo Baltasar del Río, pero está vacío porque este murió en Roma en 1541 y nunca llegó a ser ocupado. En el fondo de la tribuna donde se encuentra el sepulcro hay un medallón con un relieve de la Virgen y el Niño, además esculturas de san Pedro y san Pablo en la cabecera del sepulcro y a los pies. En el sepulcro podemos ver la estatua yacente del obispo.

Frente al altar un conjunto escultórico en terracota vidriada de Andrea della Robbia o su taller (siglo XV), la Virgen de la Granada, acompañada por san Francisco de Asís, santo Domingo de Guzmán, santa Casilda y san Sebastián. En el remate en forma de frontón curvo, Cristo varón de Dolores acompañado por san Juan y la Virgen. Ocupa lugar en esta capilla desde 1904.

La reja que cierra la capilla es obra renacentista realizada en 1564 por Pedro Delgado (* Salamanca † Sevilla ca. 1571) según trazas de Hernán Ruiz Jiménez (Hernán Ruiz el joven) (* Córdoba ca. 1514 † Sevilla 21-04-1569). El dorado y la policromia obedece al pintor Antón Pérez. En la crestería del tímpano encontramos a la Virgen de la Consolación y a los doce apóstoles. La vidriera es obra moderna del taller Zettler de Munich, realizada en 1880 con una representación de Pentecostés y los donantes de la obra.

Capilla de san Antonio de Padua En el muro lateral derecho, marco-retablo con un lienzo de la Visión de san Antonio de Bartolomé Esteban Murillo de 1656. En el ático lienzo también de Murillo del Bautismo de Cristo, pintado en 1668 muchos años después que su compañero del piso inferior. Parte del lienzo de la "Visión" fue robado en 1874 y recuperado meses después en Nueva York. El marco-retablo es obra realizada en 1667 por Bernardo Simón de Pineda (* Antequera-Málaga 1637 † Sevilla 1703). El mismo se encuentra dorado y policromado.

En el muro lateral izquierdo se abre un vano con puerta que comunica la capilla con el espacio de tránsito a la parroquia del Sagrario, por tanto a los pies de la iglesia y nuevamente en los pies de la catedral junto al pendón de san Fernando rey.

En su interior se encuentra la pila bautismal renacentista del siglo XVI. Obra en mármol blanco adornada con motivos vegetales en la taza y ángeles en la base.

En la parte superior de la reja que cierra la capilla se ha instalado una viga de retablo que se encontraba algo distraída en la sacristía, con diecinueve tablas del siglo XVI. La central representa una Piedad y las laterales efigies de: profetas, reyes de Judá y apóstoles.

Vidrieras Mención y estudio aparte merecen las vidrieras distribuidas por toda la catedral y en las naves y capillas laterales. En ellas trabajaron artistas de la talla de: Enrique Alemán, Arnao de Vergara, Arnao de Flandes y Vicente Menardo.

Enrique Alemán (* Alsacia-Alemania), activo en la ciudad de Sevilla entre 1478 y 1483, al finalizar su trabajo en Sevilla pasó a la ciudad de Toledo donde siguió trabajando en su catedral. Las vidrieras de Enrique Alemán son las más antiguas de la catedral y a grandes rasgos son las que ocupan el espacio desde el coro hasta los pies del templo. Su confección corrió pareja con la construcción de la catedral.

Arnao de Vergara, hijo de Arnao de Flandes el viejo. Estuvo activo en la ciudad de Sevilla entre 1525 y 1536, fecha en que se marchó a Granada por desacuerdos con el cabildo sevillano. Principalmente realizó su trabajo en la zona del cimborrio y la capilla mayor de la catedral. A título de curiosidad diremos que Arnao de Vergara realizó en 1535 un vitral para la puerta de los Palos (situada en la cabecera), en la efigie que representa a san Sebastián, quiso poner el rostro del emperador y rey de España Carlos V. Con anterioridad a Arnao de Vergara, trabajaba en la catedral el taller de vitrales del francés Jean Jacques (activo entre 1511 y 1520), pero su trabajo fue casi insignificante ya que su obra se limitó a dos vidrieras situadas en la capilla mayor.

Arnao de Flandes el joven, hijo de Arnao de Flandes el viejo y por tanto hermano de Arnao de Vergara. Activo en Sevilla entre 1534 y 1557. Trabajó como pintor de vidrios junto con su hermano, e incluso después que su hermano marchase a Granada enfadado con el cabildo. Junto a Enrique Alemán supone el mayor trabajo en número de vitrales de la catedral.

Vicente Menardo (* Flandes † Sevilla 06-04-1577), activo en Sevilla entre 1560 y 1577 fecha de su muerte. Entre las vidrieras de la catedral, destacan las realizadas en 1572 para la capilla de san Laureano (san Isidoro, san Laureano y san Leandro). Además en 1575 realizó la vidriera de la capilla real que tiene la particularidad que en la misma se plasmó el escudo de España.

Después de Menardo, los trabajos de vidrieras corrieron a cargo de diversos artistas que se fueron encargando de ir completando los espacios vacíos que faltaban o los encargos que los comitentes de las capillas encargaban. Las últimas actuaciones sobre las vidrieras de la catedral se centraron a finales del XIX y principios del XX con la Casa Zettler de Munich y un poco más tarde con la Casa Maumejean de París. Los trabajos de estas empresas se centraron sobre todo en la reparación, rehabilitación, sustitución y mantenimiento de las vidrieras ya existentes.

Ficha técnica

Fecha de realización página: 1 de mayo de 2022 (Día de san Jose Obrero)
Fecha última modificación:

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