Colegiata de Toro

Introducción

Nombre: Santa, Real e Insigne Iglesia Colegial de Santa María La Mayor
Ubicación: Toro (Zamora). Comunidad Autónoma de Castilla-León
Declarada Monumento Nacional en 1892
La población de Toro ostenta los títulos de Ciudad, Muy Noble, Muy Leal, Muy antigua y del Reino la Mejor
El casco antiguo de Toro está declarado Conjunto Histórico Artístico
Gentilicio: toresanos
Diócesis: Zamora
Estilo arquitectónico: transición del románico al gótico (románico de transición)
A orillas del río Duero (Douro)
El escudo de armas de la Colegiata está formado por una jarra con una ramo de azucenas sobre fondo azul

Historia

La población de Toro tiene sus orígenes en los vacceos, pueblo de raíz ibera que habitaban esta zona antes de la llegada de los romanos a Hispania. Estos la llamaron Albocela o Arbocala aunque tal adscripción no es totalmente fiable según autores. De la presencia romana nos queda el puente que cruza el río Duero y que podemos apreciar desde el mirador que se encuentra frente a la Colegiata. Este puente se encuentra en la calzada romana que unía Zamora con Zaragoza. El actual puente sin embargo es de época medieval.

Toro recibía el nombre de "Campi Gothorum" (Campos Góticos), de aqui derivó Thorum y se castellanizó como Toro.

El rey astur Alfonso III (866-910) encarga en el 899 a su hijo el infante don García, la conquista y repoblación de la villa con el fin de consolidar la frontera astur en el río Duero.

En la ciudad de Toro nació el rey Juan II de Castilla (1406-1454), el 6 de marzo de 1405 en el Palacio del Real Monasterio de San Ildefonso. Juan II fue padre de la futura reina Isabel la Católica. Será este rey quien otorgue a Toro el titulo de ciudad.

Toro siempre ha estado en un lugar estratégico dentro de las vicisitudes de la España medieval. A la muerte del rey castellano-leonés Alfonso VII (1126-1157) los reinos de Castilla y de León se separan, Toro quedara como ciudad fronteriza dentro del reino de León frente a Castilla. En sus alrededores tuvo lugar en 1476 la famosa batalla de Toro, entre los partidarios de Isabel la Católica y Juana la Beltraneja, con resultado favorable para las armas isabelinas. Además fue lugar de destierro, muerte y primer enterramiento del conde duque de Olivares desde 1643 a 1645 fecha en la que falleció.

Toro fue declarada capital de provincia en el año 1749 pero con la reforma provincial de 1833 realizada por la reina regente María Cristina de Borbón, viuda de Fernando VII, perdió tal condición en favor de Zamora. La ejecución de esta nueva división territorial por provincias fue realizada por Javier de Burgos.

Características

Los orígenes de la Colegiata no están claros, en principio sería un monasterio o abadía, pasando a la dignidad de Colegiata de canónigos regulares con los Reyes Católicos y perdiéndola en 1851 a raíz del concordato con la Santa Sede, que entre otras cosas excluía la posibilidad de tal dignidad a las ciudades que no fueran capital de provincia y recordamos que tal condición la perdió en 1833. De cualquier modo la primera referencia que se tiene del templo es del año 1139 (siglo XII) en tiempos del rey castellano-leonés Alfonso VII pero sin que sepamos las características del mismo.

La actual Colegiata comenzó a construirse en el último tercio del siglo XII (hacia 1160) dentro de los finales del románico y principios del gótico. Sigue en cierta manera las formas constructivas de la Catedral de Zamora en quien se inspira. Destacar que en ambos casos, fue Esteban (1150-1174), obispo de Zamora quien promovió la construcción de ambos templos. Reinaba por aquel entonces, el rey Fernando II (1157-1188), rey de León que no de Castilla. Las obras aunque no estaban totalmente finalizadas se dan por concluidas hacia 1240 reinando en León, el rey Fernando III el Santo (1217-1252). Quedaba inacabada la portada occidental conocida como de la Majestad, estas serían finalizadas por el rey Sancho IV (1284-1295) y por su esposa María de Molina, señora de Toro.

De su análisis constructivo se puede inferir que la construcción se realizó en dos fases: en una primera fase, se levanta la cabecera, las portadas laterales y los muros de sustentación hasta una altura que decrece hacia los pies, y en una segunda fase, se concluye la cubierta, el cimborrio y la parte de los muros que restaban todavía por concluir. En el exterior se pueden apreciar las distintas fases de construcción pues en la primera se utilizó piedra caliza de tonalidad clara mientras que en la segunda fase se utilizó piedra arenisca de distinta tonalidad (rojiza), hecho que no pasa desapercibido cuando se contempla el edificio. De su forma constructiva se adivina que el maestro de obras de la primera fase era técnicamente muy diestro, pero el maestro de obras en su segunda fase no lo era tanto y utilizó técnicas más simples y más sencillas. Prueba de ello es que la nave central se cubre con bóveda de cañón, técnica de cubrición ya superada en lugar de hacerlo con crucería, propuesta un poco más arriesgada que la anterior. Esta primera fase la podemos datar desde su comienzo hacia el 1160 hasta el 1188 fecha de la muerte del rey Fernando II, mientras que la segunda fase abarcaría desde el primer tercio del siglo XIII hasta mediados del mismo siglo en que se construiría la portada occidental de los pies pero sin llegar a terminarla. Reinaría entonces Fernando III el Santo.

La iglesia se alza con planta de cruz latina formada por tres naves que desembocan en otros tantos ábsides semicirculares, los laterales de tamaño inferior que el central. Las naves se desarrollan en tres tramos, nave de transepto no sobresaliente en planta, crucero y cabecera triabsidial semicircular precedida por un tramo recto cada una. En el brazo sur del transepto se anexa una capilla de planta rectangular que es la sacristía (de construcción posterior), mientras que a los pies del templo se levanta la torre campanario en el lado del evangelio y otra capilla de bastante amplitud conocida como de Santo Tomás que protege la portada de los pies y que también es un añadido posterior. La nave central y la nave del transepto se cubren con bóvedas de cañón apuntado, mientras que las laterales lo hacen con bóvedas de crucería. La iluminación interior se realiza por grandes rosetones abiertos en los muros laterales tanto de la nave central como en la nave del transepto. La cabecera se encuentra orientada al este como era preceptivo. El templo tiene unas medidas de 47 metros de largo x 34 metros de ancho.

Cabecera Al exterior los ábsides se levantan sobre un zócalo o basamento de piedra sillar. Horizontalmente se dividen en dos cuerpos de altura desiguales separados por una moldura. Los laterales son iguales en su disposición, no así el central que varía respecto a sus pequeños compañeros.

En cuanto a los laterales podemos decir que los cuerpos inferiores son completamente lisos, mientras que en los cuerpos superiores se abre una ventana abocinada en forma de aspillera que la complementa una arquería de medio punto que apoya en columnillas con capiteles decorados con elementos vegetales muy esquemáticos.

El ábside central sigue la misma disposición de dos cuerpos horizontales separados por una moldura, no así la separación vertical, pues cuatro columnas adosadas se elevan hasta el tejado formando un total de tres paños. El cuerpo inferior de cada de uno de los tres paños se decora con una pequeña arquería formada por tres arcos ciegos sin ningún tipo de adorno. El cuerpo superior sigue una misma disposición de tres arcos de medio punto apoyados en columnas con capiteles. De estos, sólo el arco central de cada paño presenta vano abierto en forma de aspillera.

La decoración de los capiteles es de carácter vegetal en todos los arcos de la cabecera, menos en dos de ellos que la decoración es de temática figurativa. Dos de esos capiteles muestran la imagen de un caballo ensillado que parece que este listo para montar, mientras que el segundo nos muestra unas aves rapaces entre ornamentación vegetal.

Por debajo del tejado corre una serie de arquillos de medio punto que descansan en ménsulas piramidales invertidas. Este juego de arquillos de carácter decorativo se repite en los tres ábsides de la cabecera. Los tejados de los ábsides fueron rehechos en 1957 y en 1999 fueron recubiertos con placas de cobre que son los que podemos ver en la actualidad.

Fachada norte o septentrional La entrada habitual al templo se realiza por la portada que se abre en esta fachada. Ésta se abre a la altura del segundo tramo de la nave, en lugar del transepto como suele ser habitual.

En el muro exterior de la nave del transepto hallamos un óculo o rosetón bastante mal realizado, lo que nos habla de la impericia del tallista que lo elaboró. También podemos destacar en este muro la presencia de unos contrafuertes que vista la distribución interior del templo, son totalmente innecesarios y sólo cumplen funciones decorativas.

La portada fechada hacia 1170 está formada por un arco de medio punto polibulado y tres arquivoltas abocinadas. El arco polibulado apoya directamente en las jambas, mientras que las arquivoltas lo hacen sobre un grupo formado por tres columnas cada una de ellas. La decoración de los capiteles abarca la temática vegetal, aves, dos centauros hostigados por lanceros a caballo (lucha entre el bien y el mal), la Anunciación y la Visitación. Los fustes y basas que sirven de sustentación a estos grupos son productos de una restauración sufrida en 1932.

En el intradós del arco polibulado encontramos una serie de angelitos, algunos de ellos con cartelas. En la parte frontal de la rosca hojas pentafolias con las puntas entorchadas, pero sin completar el total de la rosca. Las jambas en que se apoya el arco son lisas.

La primera arquivolta la forman catorce ángeles turiferarios (portadores de incienso), llevan túnicas y sus cabezas están nimbadas. Miran hacia el lugar donde se encuentra la clave central del arco, pues en ella encontramos a Cristo Salvador que en posición frontal bendice a los que se acercan al templo.

La segunda arquivolta se resuelve a base de decoración de tipo vegetal y adornos de bolas.

En la tercera arquivolta encontramos en la clave central nuevamente a Cristo como Juez. Sentado porta el libro en una de sus manos mientras que con la otra bendice. A ambos lados San Juan y la Virgen María. En el resto de la arquivolta los veinticuatro ancianos del Apocalipsis con coronas e instrumentos musicales.

Rodea toda la portada un guardapolvos con decoración geométrica.

Sobre la portada una ventana formada por un arco de medio punto con doble arquivolta que apoya sobre columnas. Los capiteles se adornan con decoración vegetal y rostros humanos, mientras que las arquivoltas llevan adornos de bolas con una distribución muy elaborada.

Previo a la fachada existía un pórtico que en origen debió estar cubierto con una estructura de madera. En el siglo XVIII este pórtico es sustituido por un atrio elevado y se añade la espadaña que podemos ver en esta fachada por encima de la portada. También se talla el escudo de la Colegiata que podemos contemplar por debajo de la espadaña: un jarrón de azucenas. En el muro de la fachada aún podemos ver las ménsulas donde apoyaba la techumbre del pórtico desaparecido.

Fachada sur o del mediodía La portada conocida como del Espolón, es de traza mucho mas sencilla que su compañera del lado norte, se sitúa en el eje formado por el segundo tramo de las naves laterales. Se data al igual que su compañera hacia 1170 y se considera obra del autor que ejecutó la primera fase de construcción del templo. La portada está formada por un arco apuntado con cuatro arquivoltas, la interior apoya en un pilar mientras que las tres restantes lo hacen sobre columnas. El conjunto se alza sobre un alto zócalo o basamento. Las arquivoltas soportan decoración de baquetones, vegetales y motivos geométricos, mientras que los capiteles lo hacen con motivos vegetales en forma de palmetas.

Sobre la portada un óculo permite la iluminación del interior del templo. Adosada al extremo de la nave del transepto, encontramos el muro de la sacristía, sólo roto por dos ventanas adinteladas.

Fachada occidental En ella se encuentra la Puerta occidental o Portada de la Majestad, es la obra maestra de la Colegiata de Toro y sólo por ella merece una visita obligada al templo.

Precede a la portada un pórtico con una bóveda octopartita que apoya en columnas adosadas al muro. Destaca en este pórtico la decoración de los capiteles de las columnas, labradas en un sólo bloque y que nos narran historias de la Pasión de Cristo. En los capiteles del lado sur: la traición de Judas (llevando en sus manos la bolsa con las treinta monedas), el prendimiento de Cristo (con el beso de Judas), la Última Cena (destacar el momento en que uno de los apóstoles hace ademán de comer el pan y la presencia de Judas debajo de la mesa que intenta robar un pez que hay sobre la mesa). En el lado norte: el lavatorio de los pies, la Oración en el Huerto, Pedro cortando la oreja de Malco (servidor del Sumo Sacerdote), Simón Cirene ayudando a Cristo a llevar la Cruz, Cristo en la Cruz con San Juan y la Virgen a sus pies.

La portada fue construida en dos fases, la parte más antigua se corresponde con el grupo de columnas de la parte inferior (tardo-románica). El resto de la portada, la más rica e importante corresponde a finales del siglo XIII en tiempos del rey Sancho IV (1284-1295) y su esposa María de Molina que no hay que olvidar ostentaba el título de Señora de Toro.

El grupo de catorce columnas de la portada inferior se caracteriza por elevarse sobre un zócalo a base de columnas. Las columnas superiores se caracterizan por su fuste liso y sus capiteles historiados dentro de la tradición románica. También el distinto grosor del fuste de las columnas más extremas. La decoración de los capiteles que podemos encontrar de izquierda a derecha son:

Lado izquierdo
• El primer capitel narra la escena en la cual dos hombres tiran de las orejas y el rabo de un burro sobrecargado que se niega a caminar y que al final acaban por arrancarle los apéndices. Es un capitel de clara intención moralizante.
• Decoración vegetal
• Los Reyes Magos camino de Belén
• La Epifanía
• Decoración vegetal

• Decoración vegetal

Lado derecho
• Presentación de Jesús en el templo
• Jesús entre los doctores del templo
• Jesús entre los doctores del templo
• Decoración vegetal
• La matanza de los inocentes. En esta escena cabe destacar la presencia del personaje de Herodes que es aconsejado a sus espaldas por el diablo.
• Decoración vegetal
• Dos parejas de dragones con los cuellos entrelazados

Como ya hemos indicado el templo se consideró acabado coincidiendo con la muerte del rey Fernando III el Santo. La portada quedó por tanto inacabada y no sería hasta tiempo después con su hijo Sancho IV cuando se retomaran las obras en la portada. Estas continuaron con otro estilo, el gótico y una nueva estructura que hace un tanto extraña la portada. Se considera que en la portada intervinieron dos maestros escultores y tal vez un tercer maestro en las figuras de Daniel e Isaías. El material utilizado es piedra arenisca de Aldeanueva. Toda la portada se encuentra policromada y conocemos el nombre del autor de la policromía: Domingo López, criado del rey don Sancho. Su nombre ha aparecido en el dintel de la portada al proceder a una limpieza de los repintes efectuados en siglos posteriores.

Sobre lo ya construido se levantó una serie de ocho grandes figuras bajo doseletes con forma de ciudad amurallada. Estos personajes vienen a recordarnos la genealogía de María, descendiente del linaje de David. De izquierda a derecha son:

Lado izquierdo:
• Un arcángel sin identificar que lleva un libro abierto
• El profeta Isaías. Porta una filacteria donde se lee su nombre: YSAIAS PHA.
• El profeta Daniel. Porta un libro con su nombre: DANIEL
• El rey Salomón. El rey sabio lleva un libro abierto en su mano que dice: Rex Salomón. Destaca también porque en su cintura lleva un ceñidor con dibujos de leones y castillos, símbolos propios de la Corona castellano-leonesa.

Lado derecho:
• El rey David tocando el arpa.
• El profeta Jeremías. Destaca porque está representado sin barba, cosa poco habitual. Lleva un libro en sus manos
• El profeta Ezequiel leyendo un libro
• El arcángel San Gabriel. LLeva una filacteria donde se puede leer su nombre, aunque la mitad está deteriorada y sólo se puede leer las iniciales GA.

Sobre la columna parteluz se levanta la imagen bajo un doselete gótico de la Virgen María de pie y con el Niño Jesús sujeto por uno de sus brazos. Con la otra mano sujeta una flor. El Niño Jesús aparece sedente en actitud de bendecir, en la otra mano debió de llevar un libro que en la actualidad ha desaparecido. La Virgen con el Niño está en relación con las ocho figuras que hemos visto anteriormente ya que los dos reyes son las figuras que se encuentran más cercanas a la Virgen pues como ya hemos comentado este conjunto guarda relación con la genealogía de María, es decir la casa de David y el árbol de Jesé.

En el dintel de la puerta bajo una imposta acastillada se representa la iconografía de la dormición o muerte de la Virgen. En el centro la virgen dormida (muerta) tumbada en una cama. A sus pies un ángel turiferario (con un incensario). Sobre la cama de la Virgen dos ángeles sujetan una sabana como ayudando a su Señora a subir a los cielos. En el centro la figura pequeña que mira de frente es el alma de la Virgen que asciende a los cielos. En el resto del dintel encontramos a los doce apóstoles que se encontraban presentes en el momento de la dormición de la Virgen. El dintel apoya en cuatro mochetas o soportes que representan a cuatro músicos tocando instrumentos musicales. De izquierda a derecha son:

• Apóstol con un libro en sus manos
• Apóstol con un libro cerrado
• Apóstol
• Santiago el Mayor, reconocible por su atuendo de peregrino
• Apóstol
• San Juan Evangelista. Tiene la cabeza apoyada sobre su mano y en la historia fue la persona más cercana a la Virgen, de ahí su posición junto a ella en su cabecera.

• San Pedro, reconocible porque lleva las llaves del paraiso
• San Pablo, calvo y con la inicial P
• Santo Tomás, reconocible porque lleva el cinturón de la Virgen. El Apóstol llegó tarde a la resurrección de la Virgen pero si pudo presenciar su asunción a los cielos. La Virgen en señal de que había resucitado y subido a los cielos le dejó su cinturón o cíngulo como prueba.
• Apóstol
• Apóstol
• Apóstol

En el tímpano sobre el dintel con la Asunción de la Virgen a los Cielos, encontramos una escena con fondo azul que se supone es el cielo. En ella se nos representa a la Virgen que se encuentra sentada y en actitud orante siendo coronada como Reina de los Cielos por su hijo que lleva corona y un libro en su mano. Dos ángeles con una rodilla en el suelo y portando grandes cirios, flanquean a la Virgen y al Salvador. Por encima de este conjunto, dos ángeles en vuelo portadores de incienso santifican el lugar con el perfume de sus incensarios.

Alrededor del tímpano siete arquivoltas en cuyo interior encontramos una miriada de pequeñas figuras que representan todo un conjunto del mundo religioso medieval. Todas estas figurillas se alojan bajo doseletes góticos que a su vez sirven de soporte para la figura que se encuentra encima. Los colores predominantes son las distintas tonalidades de rojizos, verdes y en menor medida el negro.

En la primera arquivolta (la más cercana al tímpano), encontramos ocho ángeles que apoyan una rodilla en el suelo y portan alternativamente candelabros (ángeles ceroferarios) e incensarios (ángeles turiferarios). En la clave de la arquivolta un ángel con una corona en sus manos.

En la segunda arquivolta encontramos en el extremo de nuestra izquierda a San Pedro con las llaves del paraíso, en el extremo de la derecha a San Pablo, calvo y con una cartela que dice: PAVLUS. Entre ellos ocho figurillas coronadas que pueden representar a reyes o a bienaventurados. En total diez figuras. Estas últimas llevan todas un libro en la mano, aunque cada una adopta una actitud distinta con el libro, uno lee, otro pasa la página del libro, otro señala el libro, otro lo tiene cerrado etc. En la clave de la arquivolta un ángel en actitud orante.

La tercera arquivolta está dedicada a mártires y santos varones, hasta un total de doce figuras. La mayoría de los representados tienen iglesias o ermitas dedicadas a ellos en Toro o en las cercanías. Uno de ellos San Gil, no tiene ninguna tradición conocida en Toro, por lo que se supone que es un homenaje a fray Juan Gil de Zamora, preceptor del rey Sancho IV y tal vez diseñador del complejo programa iconográfico que es esta portada. Cada figura lleva un elemento que lo hace reconocible, normalmente alusivo a su martirio o a un hecho de su vida. En la clave de la arquivolta la figura de un ángel orando.

• San Gil Abad, con arco y flecha en el pecho
• San Esteban, con una piedra
• Santiago el Mayor, con el bordón de peregrino
• San Sebastián, con arco y flechas
• San Tirso, con una sierra
• San Lorenzo, con la parrilla
• Mártir sin identificar, con una espada
• Mártir sin identificar, con una espada
• Santo Tomás Apóstol, con el cíngulo de la Virgen y una espada
• Santiago el Menor, con una maza de batanero
• San Bartolomé, con un cuchillo de desollar
• San Felipe, con una pica o lanza

La cuarta arquivolta representa a confesores, abades y obispos: el mundo religioso. En la clave de la arquivolta un ángel rezando. Son catorce personajes de los que sólo es posible identificar su status, si llevan mitra sabemos que son obispos, por lo demás sólo cambia la indumentaria y los objetos que llevan (libros y cartelas). Todos están representados en distintas actitudes, un obispo bendiciendo, un abad leyendo etc. El único personaje reconocible es San Agustín de Hipona, pues lleva una pequeña iglesia en su mano, símbolo habitual con el que se le representa.

La quinta arquivolta representa a mártires y vírgenes del sexo femenino. En total dieciséis personajes, en la clave central de la arquivolta, la consabida figura del ángel rezando. Las ocho figuras a la izquierda de la clave central representan a mujeres que llevan una palma entre sus manos, por lo que son consideradas mártires. A la derecha de la clave central algunas figuras si que pueden ser identificadas porque llevan el símbolo de su martirio: Santa Catalina de Alejandría con la rueda dentada y Santa Bárbara con la torre. Las dos que le siguen no están identificadas, una reza y la otra lee, y las cuatro restantes son las vírgenes necias y las vírgenes prudentes, parábola del Nuevo Testamento. Las vírgenes necias llevan las lámparas de aceite invertidas, mientras que las prudentes las llevan correctamente. Esta parábola nos viene a decir que no sabemos cuando y a que hora llegará el segundo advenimiento de Cristo para juzgar a vivos y muertos.

La sexta arquivolta en cuya clave central encontramos a un ángel en oración, representa a dieciocho músicos que tocan instrumentos musicales de la época. Todos llevan corona y no todos son ancianos.

En la séptima arquivolta está representado el Juicio Final, el Cielo, el Purgatorio y el Infierno. Un total de veintiuna figuras que nos hablan de como se pensaba en el mundo medieval que iba a ser el Juicio Final. En la clave central de la arquivolta Cristo Juez en Majestad entre dos ángeles que le sostienen los brazos, muestra su costado con la herida de la lanza y las palmas de las manos con las señales de los clavos. Lo flanquean La Virgen y San Juan ambos con las manos juntas en actitud intercesora. Junto a la Virgen un ángel lleva la Cruz de Cristo y la corona de espinas, junto a San Juan otro ángel lleva los clavos y la lanza, todos ellos instrumentos de la Pasión de Cristo o "arma Christi".

A continuación viene el relato del Juicio Final, las figuras están representadas de frente en posición radial, en contraposición al resto de las figuras de las demás arquivoltas que siguen el patrón gótico de alineación siguiendo la dirección de la arquivolta.

A espaldas de los ángeles que llevan los instrumentos de la pasión, un ángel a cada lado toca la trompeta del juicio final y a continuación tres muertos se levantan. A la derecha del Salvador (que se corresponde con nuestra izquierda según nuestra perspectiva) se encuentran los justos y bienaventurados, mientras que a la izquierda se encuentran los pecadores y condenados. Ambos grupos se dirigen hacia la base de la arquivolta donde están representados el Cielo y el Infierno.

Entre los justos, personajes con albas y casullas góticas, otros con mitras en representación de los obispos. Comienza la procesión con dos resucitados saliendo de sus sepulcros, le siguen cuatro monjes, uno de ellos San Francisco de Asís, en clara referencia al mentor de la portada que ya hemos comentado, fray Juan Gil Zamora, monje franciscano, preceptor del rey Sancho IV el Bravo bajo cuyo reinado se levantó la portada. Le siguen tres bienaventuradas con velos, sigue la escena de un ángel que toca el velo de una de ellas en clara alusión a la transformación del cuerpo mortal en espíritu. En la siguiente escena encontramos a Dios Padre a la puerta del Paraíso, tres reyes músicos (música celestial), tres cabezas con coronas entre follaje (las almas se encuentran ya en el paraíso), seis cabezas entre el follaje (las almas salen del purgatorio), la siguiente escena es San Pedro recibiendo las almas de los bienaventurados.

A la izquierda de Cristo Salvador (a nuestra derecha en nuestra visión), los condenados marchan hacia el infierno que se encuentra en la base de la arquivolta. Los conducen demonios que los van maltratando. Los condenados llevan los símbolos de sus vicios y pecados. En primer lugar cuatro resucitados salen de sus sepulcros, le sigue un diablo conduciendo a un obeso, un noble y un clérigo, otro diablo conduce a tres condenados, uno de ellos se toca la tripa (la lujuria), otro lleva una bolsa (la avaricia). A continuación un macho cabrio defecando mientras uno de los condenados recoge las heces (la falsa doctrina), es un símbolo del pecado de la herejía. Encontramos a continuación a Lucifer a las puertas del infierno representado por una cortina de fuego, le siguen los castigos que son infringidos a los pecadores: una mujer boca abajo colgada de la vagina con un gancho (la fornicación), un ladrón cuelga con una soga al cuello, un hombre boca abajo colgado de los testículos (actos impuros), el blasfemo es colgado por la lengua, una mujer de cuya vagina sale una serpiente que le muerde los pechos. A continuación un diablo va introduciendo a los réprobos en un caldero hirviendo. La última figura es Leviatán, monstruoso ser que devora a los condenados.

Frente a la portada se levantó en el siglo XV una construcción de planta rectangular a la que se conocía como Capilla de la Majestad. En 1671 fue reutilizada como parroquia bajo la titulación de Santo Tomás por la que es conocida en la actualidad. La portada fue entonces utilizada como el retablo de dicha parroquia. La capilla ha servido para preservar de los agentes atmosféricos la extraordinaria portada que hemos descrito. En la actualidad es utilizada como un pequeño museo arqueológico con materiales recuperados de las iglesias de Toro. En el hastial de la capilla encontramos el retablo procedente de San Esteban de Fuentesecas, obra de Juan Falcote en 1570.

Interior La cabecera está formada por tres ábsides, el central de mayor tamaño que los laterales. Se abren como prolongación de las naves del templo y adoptan forma semicircular precedida por un tramo recto. El ábside central se cubre con bóveda de horno mientras que el tramo recto con bóveda de cañón apuntado. Los ábsides laterales se cubren con bóveda de horno y el tramo recto con bóveda de cañón de medio punto. A destacar que la cabecera es la parte más románica del templo, lo que nos indica claramente que por esta parte se comenzó el edificio, cosa que por otra parte era lo habitual y no es de extrañar.

La nave central de mayor altura que las laterales, se cubre con bóveda de cañón apuntado que se sustenta sobre arcos fajones doblados. Esta se apoya en pilares cruciformes con columnas adosadas que en principio estaban previstas para sustentar una bóveda de nervios, al cambiar el modo de cubrición por la actual, la utilidad de estas columnas son nulas.

Las naves laterales lo hacen con bóvedas de crucería simples en el tramo más cercano a la cabecera, mientras que los dos restantes lo hacen con bóveda de crucería de ocho nervios.

La nave de transepto se cubre con bóveda de cañón apuntado de igual altura que la nave central. Como ya hemos indicado con anterioridad este tipo de cubrición no era la prevista inicialmente y la prueba de ello es que en las esquinas del fondo de la nave encontramos dos columnas adosadas que debían de recibir el peso de los nervios de la bóveda y ante el cambio de planteamiento han quedado como meras columnas decorativas. En los hastiales de la nave se abren dos óculos que permiten la iluminación interior, haciendo sólo la salvedad que uno de ellos es de un mayor tamaño que el que le enfrenta.

La iluminación interior del templo se realiza por una serie de vanos y óculos distribuidos estratégicamente por todos los muros del templo. Además de los óculos abiertos en los testeros del transepto, encontramos una ventana abocinada de doble arquillo apuntado en el muro oriental de brazo sur de la nave del transepto y otra ventana también alargada en el muro sur del tramo recto del ábside central, estos con lunetos en su interior. Otro óculo con columnillas radiales se abre en el testero de la cabecera por encima del ábside, que ilumina la nave central del templo. Destacar las ventanas apuntadas que se distribuyen por los muros laterales de la nave central, entre todas ellas destaca la situada en el último tramo de la nave en su fachada norte. Está formada por un arco apuntado con dos arquivoltas decoradas, en su rosca exterior por cabezas humanas y en el extremo una cabeza de cerdo, la rosca interior se decora con rodillos estriados. Las arquivoltas apoyan en cuatro columnas cuyos fustes quedan divididos por un baquetón. Tres de sus capiteles soportan decoración vegetal, mientras que el cuarto recibe decoración figurativa de animales en forma de reptiles. Completa el juego de luces aparte de los rosetones ya descritos, tres más, uno de ellos sobre la portada sur y los otros dos en el muro de la nave central en su lado de la epístola.

El peso de las bóvedas recae en seis pilares exentos cruciformes que conforman los tres tramos del templo y sus correspondientes naves laterales. Los capiteles del interior del templo se resuelven a base de motivos vegetales, pero entre todos ellos hay que destacar los situados en los arcos torales que forman el crucero. En uno de ellos encontramos el conocido de Daniel en el foso de los leones, en un segundo vemos a una jauría de perros entremezclados con follaje vegetal, en el tercero a un caballero montado a caballo despidiéndose de su dama a las puertas de una ciudad y el cuarto y último muestra a una arpía con cabeza de mujer entre aves rapaces con extrañas formas de reptiles.

Adosados a las columnas que enmarcan el segundo tramo de la nave central, encontramos cuatro esculturas de bulto redondo realizadas en piedra arenisca policromada, representando a San Gabriel, la Virgen embarazada, Santiago Peregrino, y a San Juan, fechadas a mediados del siglo XIII en el mismo momento en que se realizaba la Portada de la Majestad. La Virgen lleva una filacteria con texto de la salutación, mientras que el texto que lleva San Juan en la filacteria, es el comienzo inicial de su evangelio. Las tallas se encuentran bajo doseletes góticos y apoyan en ménsulas historiadas. Así la ménsula donde se apoya La Virgen encontramos una representación de Adán y Eva con la serpiente-diablo origen del pecado original, el arcángel San Gabriel apoya en una ménsula con una representación de la Creación de Adán y Eva con Dios Padre, el apoyo de san Juan es un rostro entre follajes, mientras que Santiago Peregrino lo hace sobre tres personajes genuflexos en actitud de oración. Los doseletes góticos del arcángel San Gabriel y de San Juan son originales, no así los de la Virgen y Santiago que fueron repuestos en 2004.

La capilla Mayor se encontraba desde 1468 bajo el patronato de la familia Fonseca. La capilla se cierra por una reja de hierro forjado del siglo XVII en cuyos extremos hay dos púlpitos o ambones del mismo material. Preside la reja por su parte superior el escudo de la familia Fonseca.

En el Altar Mayor encontramos un retablo barroco, obra del siglo XVIII del toresano Simón Gavilán Tomé. El retablo adopta la forma de un gran templete apoyado sobre seis columnas y una cupulita con imágenes de las virtudes teologales y cardinales en la parte superior. En el interior de este templete imagen de la Virgen de la Asunción, titular del templo. Completa la decoración de este retablo dorado una serie de angelitos distribuidos por todo el conjunto mientras revolotean por la hojarasca que también decora el retablo.

En el tramo recto que precede al ábside, encontramos a ambos lados de la capilla varios sepulcros. En el lado del evangelio bajo arcos carpanales del siglo XV renacentistas, encontramos dos sepulcros, uno de ellos de Juan Rodríguez de Fonseca y el otro de María de Ulloa, padres de los fundadores de la Capilla Mayor en 1468. El sepulcro de María de Ulloa tiene representados en el frontal de su sepulcro relieves de Santa Ana con la virgen y el Niño, La Piedad y San Pedro. Detrás del sepulcro las virtudes teologales portando escudos de la familia Ulloa. En el frontal del sepulcro de Juan Rodríguez se representa a San Antonio de Padua y San Antonio Abad, la Misa de San Gregorio y San Juan Bautista con otro personaje. Detrás del sepulcro las virtudes cardinales sujetan los escudos de la familia Fonseca. En las enjutas de los arcos se repiten los escudos de los Fonseca y los Ulloa.

En el lado de la epístola bajo arcos apuntados pero coetáneos de los anteriores, otros dos sepulcros, en uno de ellos don Pedro de Fonseca y su esposa María Manuel. En el frontal de su sepulcro relieves con escenas de la Epifanía y Pentecostés. En el otro don Diego Fonseca vestido con atributos episcopales pues fue obispo de Coria y de Orense, fallecido en 1486. El frontal de su sepulcro ha perdido los relieves que tenía.

La capilla absidial norte ha tenido diversas titularidades, así nació bajo la advocación de San Nicolás de Bari, más tarde albergó la Cofradía de La Piedad y más tarde la Capilla de la Hermandad de San Valentin. En el siglo XVII la familia Ulloa consiguió el patronato de la capilla. El escudo de esta familia lo encontramos en los nichos sepulcrales de la pared vacios. Hoy día preside la capilla una pequeña tabla procedente de la iglesia de Fuentesecas. El centro de la tabla lo preside el Llanto sobre Cristo muerto, óleo sobre tabla de Lorenzo de Ávila realizado hacia 1550.

La capilla absidial sur estuvo bajo la titularidad de la Cofradía de Nuestra Señora de la Asunción y Santiago (siglo XV), aunque es más conocida como de Nuestra Señora de las Paces (siglo XVII). En ella estuvo el Retablo de Nuestra Señora de la Paces, en la actualidad dicho retablo se encuentra en la Colegiata pero no en esta capilla absidial. Otro retablo compuesto por un total de diez pinturas decora esta capilla absidial.

El retablo de Nuestra Señora de las Paces realizado en 1642 en estilo clásico, fue costeado por Petronila de la Paz Enríquez, de quien toma el nombre. En el centro escultura de la Virgen de las Paces, en el resto cinco óleos sobre tabla del pintor Cristóbal Sánchez. En el ático Cristo en la cruz y a sus pies San Juan y la Virgen. En los laterales, cuatro alargadas tablas de cuatro ángeles (dos por lado) tocando instrumentos musicales: la corneta, el laud, el arpa y el triángulo. En el retablo podemos ver el escudo de los Enríquez, familia bajo cuyo patronato estuvo la capilla absidial sur para uso sepulcral.

En el hastial sur de la nave del transepto se halla el órgano barroco, obra realizada en Salamanca en 1711, por Manuel de la Viña en su parte mecánica, mientras que la caja es obra de Manuel López de Ribera, Francisco Rico y Santiago Rico.

En la nave norte del transepto, retablo de la Asunción y los Santos Juanes. El retablo está formado por banco, dos cuerpos horizontales, mientras que longitudinalmente se divide en tres calles y en la parte superior ático. En total nueve espacios que alojan ocho óleos y temples sobre tabla, la central inferior no se conserva. El retablo fue costeado por Juan Rodríguez Fonseca, arzobispo de Burgos y mecenas de esta Colegiata. En el ático el escudo del obispo Fonseca y en los guardapolvos laterales escudo familiar de los Fonseca, cinco estrellas de gules se siete puntas dispuestas en aspa sobre campo de plata. El retablo se atribuye al toresano Pedro Diez hacia 1530 mientras que las pinturas son de Lorenzo de Ávila (1507-1570). El retablo procede del Hospital de la Asunción y los Santos Juanes de Toro. En el centro del retablo tabla de la Asunción de la Virgen, a ambos lados San Juan Bautista y San Juan Evangelista. En la calle superior calvario con la Virgen y San Juan, a ambos lados la Natividad y la Epifanía. En el banco la tabla del centro ha desaparecido, a ambos lados San Pedro con las llaves y Santiago el Mayor.

En la nave sur del transepto Retablo del Cristo de la Pasión del siglo XVIII. En el centro Cristo en la Cruz, talla atribuida a Juan Calleja, a sus pies tallas de San Juan y la Virgen María. A ambos lados del retablo dos bustos del Ecce-hmo y La Dolorosa. En el ático talla de San Ignacio de Loyola.

Otros retablos de la Colegiata son:

Retablo de San Ildefonso de estilo chrrigueresco de 1767. Costeado por Alonso López de Arce y su esposa Joaquina Ramos. En el centro del retablo escultura de San Ildefonso y en el ático talla de San Joaquín.
• Retablo de Nuestra Señora de las Paces del siglo XVII y del que ya hemos hablado.

Cerrando la nave central en el último tramo de los pies, se encuentra la reja del coro, aunque este ha desaparecido. La reja que procede del Monasterio de San Ildefonso de Toro y que fue demolido a finales del siglo XIX, fue costeada por Rodrigo de Ulloa y Quiñones, I marqués de La Mota cuya familia ostentaba el patronazgo del monasterio de San Ildefonso. La reja es obra de Juan Tomás Celda (* Aragón 1515 † Zaragoza 30-09-1578) y su discípulo Diego Roa que la terminó a la muerte de su maestro. La reja se distribuye en dos cuerpos horizontales y cinco calles. Cuatro esculturas de madera rematan la reja, en el centro escudo del cabildo con el jarrón de azucenas. En cuanto al coro fue desmontado y dividido después de la Guerra Civil Española, solo se conservan unos pocos sitiales en la sacristía de la Colegiata, el resto se desconoce su paradero.

Cimborrio Está inspirado en el de la Catedral de Salamanca. Sobre el crucero de planta cuadrada a consecuencia de que la nave del transepto tiene la misma anchura que la nave central se levanta un cimborrio de planta hexadecagonal (dieciséis lados). Al exterior es la parte más llamativa del conjunto de la Colegiata por su gran belleza. Desde un punto de vista arquitectónico, por su interior se aprecia que fue una solución adoptada a última hora pues su estructura de sujeción no se corresponde con lo construido. La cúpula apoya en un tambor de dos cuerpos que a su vez lo hace sobre cuatro pechinas que forman el crucero. Estas se decoran con cuatro esculturas representando a los cuatro evangelistas con sus símbolos. Dos de ellas se cobijan bajo doseletes góticos y los animales simbólicos que los representan hacen de soporte de los mismos. La figura del león de San Marcos es una creación moderna. Las esculturas están fechadas a finales del siglo XIII, están policromadas y corresponden al mismo momento que las esculturas que decoran la nave central.


El tambor formado por dos cuerpos superpuestos se decora cada uno de ellos por un juego de dieciséis ventanas de medio punto a razón de tres ventanas por paño. En el exterior cuatro gruesas torrecillas hacen la función de contrafuertes para dar la necesaria estabilidad al conjunto. La cúpula está formada por un conjunto de dieciséis nervios en piedra con plementería de ladrillo. Por encima de la cúpula corre un conjunto de vigas de madera que sujetan una cubierta exterior de tejas de estructura piramidal. El tambor apoya en pechinas irregulares a consecuencia de un mal planteamiento de los empujes de la cúpula.

Las torrecillas están formadas por dos cuerpos horizontales separados por una imposta. En cada una de las torres se abren vanos con distintas características, pues mientras en el cuerpo inferior se resuelve con un alargado y simple vano, en el cuerpo superior son varios los que se abren y además se decoran con adornos de bolas. Las torrecillas se rematan con cubierta en forma piramidal, a juego con la cubierta del cimborrio.

Sacristía en la actualidad se utiliza como pequeño museo de arte religioso. Es de construcción posterior al templo y se encuentra adosada a la nave del transepto por la fachada sur. En el podemos encontrar:

• "El cuadro de la Virgen de la mosca" del siglo XVI; se trata de un óleo sobre tabla de roble realizado por un autor anónimo hacia 1520-1525 y que representa a la Sagrada Familia en compañía de María Magdalena y Santa Catalina de Alejandría. Hay autores que afirman que la figura de Santa Catalina que permanece sentada a los pies de la Virgen representa a Isabel la Católica, mientras otros afirman que la figura representa a su hija Catalina. Un tercer grupo afirman que ni una cosa ni otra. Recibe el nombre de la Virgen de la Mosca porque sobre el paño de la Virgen podemos ver claramente a una mosca posada.

• El calvario de marfil y carey, fue realizado en el siglo XVII en Italia, destaca por sus treces pequeños medallones labrados que representan en el centro La Piedad, y los que hay a su alrededor: La Santa Cena, Oración en el Monte de los Olivos, el beso de Judas, Jesús ante Pilatos, la Flagelación, la Coronación, el Ecce Homo, Camino del Calvario, la tercera caída de Jesús, la Verónica, la desnudez de cristo y la Crucifixión. A los pies de la cruz encontramos las imágenes de San Juan y la Virgen María. El trabajo de marfil se atribuye al italiano Claudio Brassonet o Beissonat. El carey es un tipo de madera muy apreciado en ebanistería.

• La Custodia de la Colegiata del siglo XVI fue robada en 1890 y en la actualidad la podemos ver en el Victoria and Albert Museum de Londres.
• San Jerónimo y el ángel del juicio. Óleo sobre tafetan de lino, fechado hacia 1626, copia de un lienzo de Ribalta que se encuentra en el Hermitage de Leningrado.
• Lienzo de Cristo Crucificado siglo XVII
• Retablo de la Virgen de los Remedios, con pinturas de Gaspar de Palencia fechadas en 1585. Procedente de la parroquia de San Román o San Cipriano de la Cuesta
• Busto Relicario de Santa Teresa de Jesús obra de Esteban Rueda realizado entre 1622 y 1626

Torre campanario Se ubica a los pies del templo en la fachada del lado del evangelio. Se estructura en dos estilos, la inferior de época románica y la superior barroca producto de la última reforma que efectuó el maestro Simón Gavilán Tomé en 1863. De planta cuadrada exhibe una cierta desigualdad estilística, debido tal vez a la poca estabilidad de la misma, pues desde bien pronto necesitó reparaciones urgentes. Estas comenzaron en el siglo XVI y volvieron a repetirse en el siglo XIX. En estas fechas fue necesario demoler la parte alta de la torre y en su lugar se construyó un cuerpo octogonal al que se abren ocho ventanas de medio punto al exterior. La subida al campanario se realiza interiormente por una escalera de caracol.

Por el interior la torre se divide en dos habitaciones, la del piso inferior se cubre con una bóveda de medio cañón.

Ficha técnica

Fecha de realización página: 15 de Noviembre de 2.012
Fecha última modificación:

Lugares de interés de Toro

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Bibliografia básica utilizada
La Colegiata de Toro de José Navarro Talegón