La Mezquita de Córdoba



Introducción

Nombre: Mezquita de Córdoba
Ubicación: Córdoba. Comunidad Autónoma de Andalucía
Gentilicio: cordobeses
Fecha de construcción: siglos VIII al X
Estilo: hispano-musulmán
Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984
A orillas del río Guadalquivir

Historia

La ciudad de Córdoba (Corduba) fue fundada por Claudio Marcelo hacia el año 169 ac con el status de colonia romana. Fue capital de la Bética. Durante la época visigoda continuó siendo una importante ciudad aunque en decadencia y totalmente eclipsada por Sevilla.

Los musulmanes hacen su entrada en la península en el año 711, en pocos años conquistan el territorio peninsular y cruzan los Pirineos hasta que son detenidos definitivamente en el año 732 por el franco Carlos Martel en la batalla de Poitiers. La ciudad de Córdoba es conquistada en agosto del 711 y en ella se quedarían hasta el 1236 en que es reconquistada por el rey castellano-leonés Fernando III el Santo (1217-1251).

La ciudad de Córdoba será elegida primero como capital del Emirato independiente creado por Abd al-Rahman I (* Damasco ca.731 - + Córdoba 788) y posteriormente del Califato de Abd al-Rahman III (* Córdoba 891 - + Medina Azahara-Córdoba 961).

Abd al-Rahman I de la dinastía omeya y nieto del califa de Damasco Hixem, había logrado salvar la vida de un golpe de estado dado por los partidarios de Abul Abbas (dinastía abasí) en el año 750 que prácticamente acabó con la vida de la familia real omeya. Abd Al-Rahman I logra escapar y después de un periplo por el norte de África perseguido por la nueva dinastía, llega a Ceuta en el 755 para posteriormente desembarcar en la playa granadina de Almuñecar el 14 de agosto del mismo año. Con ayuda de los omeyas peninsulares crea un ejercito y en el 756 conquista Córdoba, se autoproclama emir en la mezquita del viernes de la ciudad (tal vez la Iglesia de San Vicente) y crea lo que se conoce como el emirato omeya independiente, poniendo poco tiempo después bajo su control al resto de los territorios peninsulares (Al-Andalus).

En su nueva capital, Córdoba, Abd al-Rahman I construye una finca de recreo que llamará Ruzafa (Munya al-Ruzafa) en recuerdo de la finca que su abuelo Hixem tenía en Damasco y que él tanto añoraba. Además y como emblema de su nuevo estado se propone la construcción de una gran mezquita que con el tiempo y con sus sucesores se convertirá en una de las más importantes del mundo musulmán.

Características

En el ámbito musulmán, una mezquita es un local destinado principalmente a la oración de los musulmanes. Como punto de partida cabría hacer mención que al contrario que en otras religiones, en el interior no reside la divinidad, sólo se reza y se invoca a Alá (Dios). La mezquita es un edificio realizado a imagen y semejanza de la casa de Mahoma en Medina, actual Arabia Saudí. La casa de Mahoma disponía de un gran patio con un pequeño pórtico y las habitaciones interiores. Según las enseñanzas de Mahoma para entrar en la mezquita hay que descalzarse y lavarse para limpiar toda impureza del cuerpo, de ahí la importancia que tienen los patios con fuentes. Las oraciones que son cinco al día, se realizan mirando hacia La Meca y a la llamada del almuédano desde el alminar o torre todos deben acudir a rezar. Lo normal es que existan distintas mezquitas, ahora bien se suele considerar la principal o mezquita aljama aquella que reúne a la oración los viernes. La oración del viernes al mediodía es obligatorio hacerlo en la mezquita el resto de los días puede realizarse en otro lugar. La mezquita además y en las horas que no había rezo solía servir de escuela y lugar donde el cadí o juez aplicaba justicia. Los sabios musulmanes se sentaban apoyados en las columnas o muros de la mezquita y a su alrededor se sentaban sus alumnos a los que enseñaba y transmitía materias de aritmética, medicina, literatura, poesía etc.

Los almuédanos llamaban a la oración desde el alminar gritando: "Alá es más grande, testifico que no hay más Dios que Alá, testifico que Mahoma es el enviado de Alá, venid a la oración, venid a la salvación, no hay otro Dios sino Alá".

La construcción de la mezquita se desarrolla en varias fases, tiene su comienzo hacia el 785 de la mano de Abd al-Rahman I y diversas ampliaciones llevadas por sus sucesores bien emires, califas o caudillos como tendremos ocasión de comprobar. El modelo que sigue la mezquita de Córdoba es la mezquita al-Aqsa de Jerusalén con sus naves perpendiculares al muro de la quibla donde se encuentra el mihrab o punto a donde se debe dirigir la oración.

Aunque no se ha podido constatar se cree que sus orígenes hubo en este lugar un templo romano dedicado al dios Jano, más tarde los visigodos levantaron una Basílica bajo la titularidad de San Vicente, los musulmanes levantarían su mezquita sobre esta iglesia y finalmente los cristianos al reconquistar Córdoba levantaron su nueva catedral sobre la mezquita, tal y como la conocemos en la actualidad.

La mezquita de Córdoba desarrolla una planta rectangular con un total de 850 columnas. Dispone de numerosas puertas que fueron abriéndose en la medida que la mezquita iba ampliándose. En el siglo XVI se levantó en su centro la actual Catedral cristiana de Córdoba quedando por tanto en la actualidad la Catedral rodeada por una miríada de columnas que en su día fue mezquita.

La actual mezquita ocupa una superficie total de 23.000 m2, con una longitud de 179 metros de norte a sur y una anchura de este a oeste de 129 metros. Los muros exteriores disponen de contrafuertes y a ellos se abren distintas puertas que guardan una cierta similitud arquitectónica con las lógicas diferencias y posteriores transformaciones realizadas en tiempos cristianos. En las portadas predominan los arcos de herradura con decoración de placas de barro esmaltado en diversas policromías. El remate de los muros se realiza por almenas escalonadas o merlones. El suelo de la mezquita era de tierra apisonada y estucada con almagre (pigmento rojizo) y sobre ella se extendían esteras o alfombras. En la zona del mihrab el suelo era de mármol como corresponde a tan importante espacio de culto, mientras que la macsura debió tener baldosas de barro.

En la fachada norte que comunica el patio con la sala de oración, en tiempos de Almanzor se disponían una veintena de arcos de herradura que permitían el paso al interior. En la actualidad todos estos arcos permanecen cerrados pues en su correspondiente interior se levantaron capillas cristianas.

La iluminación de la mezquita se resolvía a través de lucernarios, las propias puertas de entrada o también pequeños vanos con celosías que se distribuían por los distintos muros de la sala de oración, pero como es de suponer esta era insuficiente. Para suplir esta deficiencia el uso de velas y cirios era habitual y en los lugares más importantes se colocaban lámparas de aceite que colgaban del techo, siendo la más importante la que colgaba de la cúpula de la macsura que era el lugar donde el emir o califa realizaba la oración. Como hecho anecdótico podemos decir que es reiterativo en las crónicas, que cuando Almanzor asaltó la ciudad de Santiago de Compostela se llevó las campanas a hombros de cautivos cristianos para que sirvieran de lámparas en la mezquita. Cuando el rey castellano Fernando III el Santo conquistó Córdoba devolvió las campanas a Santiago pero esta vez a hombros de cautivos musulmanes.

Desde los tiempos de la conquista musulmana de Córdoba, la basílica de San Vicente era compartida por cristianos mozárabes y por musulmanes para sus prácticas religiosas. Esta se encontraba frente al palacio del gobernador visigodo, más tarde de los emires y califas y en la actualidad por el Palacio Episcopal. Abd al-Rahman I compra a los cristianos su parte de iglesia y decide construir sobre ella la nueva mezquita aljama o principal.

La mezquita de abd al-Rahman I al-Dájil (El Inmigrado)

El emir comienza la construcción de la mezquita en el 785. En este primer momento desarrolla una planta cuadrangular de 75 metros de lado. Esta se divide en dos sectores, el patio de las abluciones y el oratorio. En el patio de las abluciones plantó cipreses, palmeras, laureles y olivos traídos de Damasco, es el actual Patio de los Naranjos que debe su nombre a los naranjos que fueron plantados por el rey Alfonso X el Sabio y no por los musulmanes. El oratorio se componía de once naves de doce tramos, la central más ancha que las laterales, y que miraban hacia el muro de la quibla donde se encontraba el mihrab que era el lugar hacia donde los musulmanes tenían que dirigir su oración. Las dos naves más extremas eran algo más estrechas y eran usadas para el rezo por las mujeres. Las naves de las mujeres se encontraban separadas de las restantes por rejas. Por cuestiones todavía no resueltas el mihrab que debía estar orientado hacia La Meca, lo está en este caso dirigido hacia el sur en dirección a Damasco. La orientación correcta a La Meca desde Al-Andalus sería el sur-este.

Esta primera mezquita tenía 142 columnas, estas disponían de basa, fuste y capitel, la gran mayoría eran materiales reaprovechados de antiguas construcciones romanas, visigodas y de todo aquello que pudiera ser aprovechado de la antigua iglesia de San Vicente. Sobre los capiteles de las columnas apoyan arcos de herradura y sobre pilares que se sustentan sobre los mismos capiteles se alzan arcos de medio punto creando un efecto como de doble arcada en alzado o de doble arco superpuesto. Sobre el capitel de la columna se encuentra una pesada imposta, encima de la cual se levanta el grueso pilar que sirve de sustentación al arco superior. Esta imposta se decora con un tipo de decoración en forma de rollo, propio del arte musulmán y que se denomina modillones de rollo y que sería ampliamente utilizado en la arquitectura posterior del ámbito cristiano. Las dovelas de los arcos se alternan en piedra y ladrillo rojo lo que da un color bicromo a los arcos que le proporciona esa imagen tan característica a la mezquita cordobesa.

La entrada principal en esta primera mezquita se hacía por la conocida como Puerta de San Esteban o del Visir y es la más antigua de toda la mezquita. La techumbre original del oratorio era a base de tablas de madera sobre vigas esculpidas y pintadas. Las bovedillas que ahora vemos cubriendo el techo son de época bastante posterior. Junto con estas techumbres encontramos bóvedas góticas y techumbres de madera restauradas y otras reconstruidas que siguen el modelo de las originales.

Las obras finalizaron hacia el 787 un año antes de la muerte del emir. Un periodo constructivo de tiempo muy corto, apenas dos años, pero que se explica por una parte por las prisas del emir en terminar las obras antes de su muerte y en que la mayoría de los elementos eran reaprovechados de otros edificios.

Esta primera mezquita disponía de cuatro puertas: la primera en el eje longitudinal que enfrentaba con el mihrab y que recae al patio, otras dos en el eje este-oeste en su parte recayente al patio y la cuarta y última la conocida como Puerta del Visir o Puerta de San Esteban que daba directamente a la sala de oración y era usada habitualmente por los funcionarios palaciegos y el emir.

El hijo de Abd al-Rahman I y sucesor Hixem I (emir entre 788-796) construyó el alminar, una galería para la oración de las mujeres y una fuente para realizar las abluciones (midá) pero sin llegar a realizar ninguna ampliación en extensión.

Ampliación de Abd al-Rahman II

La ampliación de la mezquita sería llevada por el nieto de Hixem I, Abd al-Rahman II (emir entre 822-852) nacido en Toledo en el 792. Esta fue realizada en dos fases, en una primera hecha en el 833 se aumentó el espacio para la oración de las mujeres y en el 848 se hizo una nueva ampliación, lo que suma un total de ocho tramos durante su gobierno. Esta ampliación sigue la misma ordenación hacia el sur respetando las once naves originales y la anchura de la mezquita primitiva. Al finalizar la ampliación la longitud de la sala de oración era de 64 metros.

Esta ampliación se articula en 80 nuevas columnas, en este caso sin basa y los capiteles algunos son reaprovechados pero otros muchos son de nueva fabricación tallados por artesanos cordobeses y destinados ex-profeso para la mezquita aljama. Predominan los arcos de herradura y comienzan a aparecer los arcos lobulados. Muchas de las columnas reaprovechadas proceden del teatro romano de Mérida, ciudad en la que Abd al-Rahman II realizó incursiones contra sus opositores. El muro de la quibla de la mezquita primitiva es demolido y se construye uno nuevo que todavía se conserva y donde se colocaría el nuevo mihrab y que además de servir de guía para el rezo solía utilizarse para guardar el Corán.

El emir Mohammed I (emir entre el 852-886), hijo de Abd al-Rahman II hizo construir en el 873 una macsura inmediato al mihrab, este espacio estaba reservado en exclusiva para el emir y los miembros de la realeza. Esta macsura además de cumplir una función de reservado, servía también como elemento disuasorio ante la posibilidad de un atentado. La macsura era un elemento ya conocido en la corte oriental omeya que fue transplantado a esta mezquita. Al principio era un reservado realizado en madera pero según avanzaba el tiempo esta se fue enriqueciendo y adquiriendo mayor protagonismo.

Abd al-Rahman III (emir entre el 912 y el 929 y califa entre 929-961) primer califa de occidente (Príncipe de los Creyentes) y uno de los mayores gobernantes de la época no realizó grandes ampliaciones en la mezquita. Se limitó a ampliar en 60 metros el patio que se había quedado pequeño en comparación con la sala de oración y rodeó los tres costados interiores del patio con una galería de 6 metros de profundidad. También construyó en el 951 un nuevo y soberbio alminar de 40 metros de altura que vino a sustituir al antiguo realizado en tiempos de Hixem I, también realizó en 958 la fachada norte que da al patio de los naranjos ya que la anterior peligraba ante el empuje de los arcos del interior. Esta fachada se encontraba abierta al interior por once vanos con arcos de herradura que fueron tapiados cuando al convertirse en Catedral cristiana su parte interna se llenó de capillas. En los años treinta del siglo XX en las excavaciones realizadas por el arquitecto Félix Hernández Giménez se descubrieron los restos del antiguo alminar, por lo que dejó un testigo en forma de lápida de granito con una inscripción explicativa. Fuera de la mezquita Abd al-Rahman III fue el constructor de la ciudad de Medina Azahara (936-940), palacio fastuoso que para su propio recreo realizó cerca de la ciudad. La titulación de Califa llevaba consigo el reconocimiento de que ninguna autoridad religiosa ni política del mundo musulmán estaba por encima del califa.

Ampliación de Al-Hakam II

La segunda ampliación de la mezquita fue llevada por el hijo de Abd al-Rahman III, Al-Hakam II (califa entre 961-976) conocido como el rey sabio de los musulmanes hispanos. Comenzaron las obras en el 962 al poco de subir al poder y terminaron hacia el 966. Las obras fueron llevadas a cabo por Chafar ben Abd al-Rahman apodado el eslavo.

La ampliación de cerca de 40 metros y con doce nuevos tramos continúa hacia el sur en dirección al río Guadalquivir respetando la estructura de once naves longitudinales al muro de la quibla y el ancho de la mezquita. Es en este lugar donde la magnificencia, el lujo y la belleza arquitectónica se plasma y convierte la mezquita de Córdoba en paradigma de las construcciones musulmanas e hispanas. Las columnas son ahora originales (no reaprovechadas), de mármol rosas y azules y se utiliza la técnica del mosaico traída por artesanos bizantinos. Según se cuenta el califa solicitó al emperador de Bizancio Nicéforo Focas (entre 963-969) que le enviara un artesano para trabajar en la mezquita con la técnica del mosaico; el emperador bizantino no sólo le envío un artesano sino que además le envió 300 quintales de teselas de pasta vítrea. En poco tiempo el artesano pudo volver a su pais cargado de riquezas ya que artesanos cordobeses habían aprendido a realizar mosaicos y aún se dice que superaron en técnica a su maestro bizantino.

La techumbre se cubre con artesonados esculpidos y pintados en simétricos coloridos. Los capiteles son todos construidos por artesanos cordobeses para este fin y los arcos de herradura y los lobulados alcanzan el máximo de perfección. Es por tanto este lugar donde la belleza de la mezquita se manifiesta en su mayor esplendor.

Cuando el rey Fernando III el Santo conquistó la ciudad, esta parte de la mezquita fue la que más transformaciones sufrió al levantarse en el inicio de esta ampliación una nueva parroquia bajo la titularidad de la Asunción de María, iglesia que fue bendecida el 29 de junio de 1236. La iglesia tenía por cabecera la actual capilla de Villaviciosa.

El califa construye un nuevo muro de cierre o quibla y construye un nuevo mihrab, el que vemos en la actualidad y que está considerado como el más bello e importante de todo el mundo musulmán. En el lugar donde se encontraba el antiguo mihrab ahora se alza la capilla de Villaviciosa famosa por la cúpula o lucernario que la cubre. Este lugar se considera el punto de arranque de la mezquita califal, desde esta capilla y hasta el mihrab la calle nos llevará por la vía sagrada. La embocadura o el arranque de las once naves de esta ampliación se realiza mediante arcos de herradura, excepto las tres naves centrales. La arcada central que enfrenta con el mihrab es un arco de herradura trasdosado por otro de veintiun lóbulos, mientras que los dos laterales están trasdosados por once lóbulos.

En este espacio encontramos tres capillas: la capilla de Villaviciosa, la Capilla Real y la Capilla de San Pablo, las tres cerradas por cúpulas, las dos laterales más altas que la central. Sólo la cúpula de la capilla de Villaviciosa es original de la época califal. La actual capilla de Villaviciosa era en origen un lucernario que mandó levantar el califa para dar iluminación a la sala de oración, pues las obras habían avanzado tanto que la luz que penetraba era insuficiente. La actual capilla y anterior lucernario ocupa el espacio de tres tramos con arcos polilobulados y entrecruzados que sostienen una cúpula sobre ocho nervios que se cruzan sobre una base cuadrada, los espacios geométricos resultantes están decorados con elementos variados y a través de unos pequeños vanos penetra la luz al interior. La actual capilla de Villaviciosa fue la Capilla Mayor del primer templo cristiano levantado por obispo Fernando de Mesa (entre 1257 y 1274) en el siglo XIII. Detrás de la capilla de Villaviciosa se construyó entre 1258 y 1260 una capilla funeraria, que en 1371 y por orden del rey Enrique II la destinaría para enterramiento de su padre y abuelo. Se cubre con una bóveda mudéjar de arcos cruzados similar a la que tiene la capilla de Villaviciosa pero esta ya es del siglo XIV.

Al Hakam II construye una nueva macsura en el 966 que venía a sustituir a la anterior destruida en la ampliación. Esta nueva macsura adquiere carácter monumental, pues aparte de acotar el lugar con celosías de maderas nobles se construyó unos cierres arquitectónicos a base de arcos entrecruzados y tres cúpulas situadas delante del mihrab. El espacio central está cubierto por una cúpula gallonada totalmente forrada de mosaicos; uno de los motivos que la decora es una esfera celeste con estrellas y rayos luminosos rodeada de ricos motivos vegetales; es uno de los lugares más ricos de toda la mezquita, lo cual nos habla de la importancia que tenía el lugar por ser esta la zona donde oraba el califa, representante de Mahoma en la tierra y máxima autoridad del califato occidental. La macsura ocupaba los dos tramos más cercanos al mihrab y se encontraba delimitado por una serie de arquerías con arcos polilobulados entrecruzados. Además de la cúpula central ya comentada disponía de otras dos en los extremos que la flanquean con nervios entrecruzados al modo de la que dispone la capilla de Villaviciosa.

Las arquerías de este lado difieren de las originales del primer momento de su construcción. Aquí los arcos inferiores son polilobulados (con cinco lóbulos) y sobre ellos se apoyan arcos de herradura. Los herradura apoyan en pilares con semicolumnas adosadas que se alzan sobre modillones lisos situados en el capitel de la columnas inferior. En el caso de la policromía esta se reinterpreta abandonando la típica policromía bicolor original.

Junto al mihrab se sitúa la sala del tesoro (Bayt al-Mal) y el almimbar que es una especie de púlpito escalonado y móvil desde el cual el imán realiza la "jutba" o sermón del viernes que puede tratar tanto de temas religiosos como políticos. La Sala del Tesoro en el caso de nuestra mezquita era una pequeña habitación que a pesar de su nombre no albergaba ningún tesoro, en ella se guardaban algunos elementos necesarios para el culto, el Corán etc. Habitualmente también se guardaban los donativos y limosnas que entregaban los fieles pero sin que ello pueda considerarse como un tesoro. La entrada a la sala se ha conservado a pesar de las modificaciones y destaca por su decoración a base de mosaicos.

La entrada al mihrab está formada por un gran arco de herradura cuyas dovelas tienen en su frente mosaicos de oro decorados con arabescos. El arco apoya en cuatro delgadas columnas con basas y capiteles. Estas columnas son las que poseía el antiguo mihrab de Abd al-Rahman II que fue demolido al ser ampliada la mezquita por Al Hakam II. El arco va encuadrado por el típico alfiz musulmán y tiene como fondo arquitectónico un conjunto de siete arcos ciegos trilobulados en su parte superior mientras que por la inferior destacan los mosaicos y la decoración e inscripciones coránicas. El interior del mihrab que en nuestro caso se trata de una pequeña habitación, se articula en una planta heptagonal y se cubre con una cúpula octogonal en forma de concha realizada en yeso.

Como caso excepcional consta los nombres de los decoradores o artesanos de la obra, en el zócalo está escrito: "Obra de Fatah y de Tariq, obra de Nasr, su siervo, obra de Badr, su siervo".

En el zócalo que corre por el interior del mihrab podemos leer:

"En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. ¡Observad las oraciones y estad con devoción ante Dios! El imán al-Mustansir bi-Llah, siervo de Dios, al-Hakam, Príncipe de los Creyentes, ¡Dios le beneficie!, mandó, con la ayuda de Dios, erigir este mihrab y revestirlo de mármol, anhelando abundante recompensa y excelente lugar de reposo en la otra vida. Y se terminó aquello bajo la dirección de su liberto y chambelán Ya‘far ibn ‘Abd al-Rahman, ¡Dios esté satisfecho de él!, con la inspección de Muhammad ibn Tamlij, Ahmad ibn Nasr y Jald ibn Hashim, jefes de la policía, y de Mutarrif ibn ‘Abd al-Rahman, el secretario, sus siervos, en la luna de du-l-hiyya 354 (diciembre de 965). Quien se somete a Dios y hace el bien se agarra al asidero más firme. El fin de todo es Dios".

Adosado al muro interior de la quibla se encontraban cinco habitaciones a cada lado del mihrab, una por cada nave de la mezquita. Las más cercanas al muro occidental quedaban unidas con la puerta del "sabat" o puente elevado utilizado por el califa para cruzar a la mezquita desde su palacio sin ser visto. Estas habitaciones estaban comunicadas entre si por puertas, formaban una especie de pasillo y quedaban ocultas a la vista desde la sala de oración. En la actualidad parte de esta estructura ha desaparecido con las obras realizadas en el siglo XVII. Fue realizado entre los años 970 y 972 por Al Hakam II aunque este "sabat" no fue el único ya que con anterioridad otros emires habían construido su propio "sabat" aunque con distintas características; en el caso que comentamos el "sabat" se limitaba al simple paso elevado sobre la calle sin continuación por el interior de la mezquita. Por encima de estas habitaciones corren una serie de once habitaciones cuya finalidad no está todavía determinada.

La techumbre de la ampliación de Al Hakam II estaba realizada en madera de alerce, árbol típico del norte de África cuya principal cualidad es su agradable olor lo que le hacía muy preciada y cara. En el siglo XVIII la techumbre se desmontó y fue sustituida por bóvedas de yeso. A finales del siglo XIX fueron encontrados restos originales de la madera que cubría la techumbre y se ha podido reconstruir en parte recreando el ambiente original de la época. La decoración del maderamen era a base de motivos geométricos, vegetales, atauriques, cintas y lazos de diversa policromía. Hay que mencionar la expresa prohibición de representar las figuras humanas en el mundo musulmán por lo que estas formas no se encuentran en la mezquita.

Ampliación de Almanzor

La última de las ampliaciones fue la llevada por Muhammad ibn Abí Amir, de sobrenombre Almanzor (el Victorioso). Almanzor consiguió hacer del califa Hixem II (entre 976-1009) un títere en sus manos y por ello a él es atribuible esta última ampliación. La ampliación hacia el sur como se habían realizado las anteriores era imposible ya que se encontraba el río, por lo que esta tuvo que hacerse en dirección este. Fue la mayor ampliación realizada en la mezquita, se realizaron ocho nuevas naves paralelas a las anteriores y de misma profundidad que tenía en ese momento la mezquita. Además se amplió el patio en la misma proporción quedando completada la mezquita en su actual configuración formando una gran superficie rectangular. Este considerable aumento en extensión de la mezquita obedeció a dos factores, uno el considerable aumento de la población que había sufrido la ciudad y por otra parte la propia vanidad de Almanzor que quiso dejar su huella e impronta en la mezquita usurpando el poder al califa títere.

Las obras comenzaron en el año 987 y con esta nueva ampliación el mihrab quedaba descentrado para siempre. Con ser la ampliación más importante de las realizadas es también sin embargo la mas pobre en cuanto a decoración y técnica, la obra es monótona y repetitiva y no aporta ninguna novedad constructiva. Las naves denotan que fueron realizadas rápidamente buscando más lo utilitario que lo decorativo; no obstante también hay que decir que en este momento el califato de Córdoba ya empezaba a dar muestras de declive y una falta de recursos económicos a los que no fue ajena la ampliación de la mezquita. En este dédalo de columnas que forma esta ampliación destaca una columna que lleva marcada en su fuste una cruz y que según la tradición/leyenda fue realizada por uno de los esclavos cristianos que trabajaron en ella y que a fuerza de tiempo y con la uña logró realizarla. Esta columna es conocida como la columna del cautivo cristiano.

Las columnas son de mármol violeta o azul y apoyan directamente en el suelo sin basa. Los arcos son todos de herradura tanto los inferiores como los superiores y se encuentran pintados con motivos ornamentales. Los capiteles son todos muy repetitivos y son los conocidos como de pencas, que es una estilización de los clásicos capiteles corintios.

No sabemos cuando finalizaron las obras de ampliación ya que Almanzor se encargó de ningunear al califa prohibiendo que se hiciera ninguna referencia al mismo. En los capiteles y cimacios de las columnas se pueden encontrar algunos signos que se cree correspondan a los artesanos que trabajaron en la obra, muchos de ellos son símbolos cristianos (tau, cruz, áncora etc) de lo que se infiere que algunos artesanos eran mozárabes libres, no así la mano de obra que correspondía a esclavos cristianos, principalmente aunque no exclusivamente, del norte hispano.

La Catedral cristiana

Una primera Catedral de menor tamaño fue levantada en el arranque de la ampliación de Al-Hakam II bajo el episcopado de Iñigo Manrique (obispo entre 1485-1496). Se construyó a finales del siglo XV una nave gótica con techumbre de madera. La cabecera de esta catedral se encontraba en la actual Capilla de Villaviciosa con su preciosa cúpula califal. Detrás de esta capilla se encuentra la Capilla Real que toma su nombre de los reyes Fernando IV y Alfonso IX que estuvieron enterrados en ella hasta su traslado a la Colegiata de San Hipólito.

En el siglo XVI se decidió levantar una nueva Catedral pues la antigua se había quedado pequeña; para ello se ocupó el espacio de la ampliación de Abd al-Rahman II y la cabecera quedó situada en la ampliación de Almanzor, ocupando el espacio central de la sala de oración de la mezquita. La obra fue llevada por iniciativa del obispo Alonso Manrique (entre 1516-1523) y la labor constructiva fue llevada por Hernán Ruiz I, Hernán Ruiz II, Hernán Ruiz III y Juan de Ochoa. Las obras se dilataron durante todo el siglo XVI y principios del XVII. Ejecutadas las obras en diversas fases, las más importantes fueron llevadas entre 1523 y 1606 en la cual se levantó la Capilla Mayor con su Altar, el crucero y el Coro, las partes más importantes de la Catedral. Sobre el crucero se levantó una soberbia cúpula oval firmada por Juan de Ochoa entre 1597 y 1601.

La Capilla Mayor se cubre con una soberbia bóveda de crucería estrellada con terceletes. El Retablo Mayor es obra de Alonso Matías, realizado con mármol rojo en 1688 y con lienzos del pintor cordobés Antonio Palomino. La sillería del coro es obra en madera de caoba de Duque Cornejo y fue realizada en 1757. La custodia procesional que se guarda en la Sala del Tesoro es obra de Enrique de Arfe realizada hacia 1514.

Al mismo tiempo y ya desde tiempo atrás el perímetro interior de toda le mezquita se había llenando de capillas bajo diversas titulaciones y propietarios que deseaban ser enterradas en ellas, muchas de estas capillas todavía se conservan. En el ángulo sur-este encontramos la parroquia del Sagrario una de las más decoradas de la Catedral con pinturas murales del italiano Cesar Arbais, del siglo XVI. Otra capilla digna de citar es la de San Bartolomé, adosada al muro de la quibla pues en ella descansan los restos del poeta cordobés Luis de Góngora y Argote. Otra capilla situada junto al mihrab y de gran tamaño es la de Santa Teresa también conocida como Capilla del cardenal Salazar porque sus restos se encuentran enterrados en ella. Es obra realizada en el siglo XVIII.

En 1593 Hernán Ruiz III construyó el actual alminar. En realidad lo que hizo fue cubrir el alminar musulmán de Abd al-Rahman III con una carcasa renacentista que le da su actual configuración, pero en su interior se encuentra el alminar musulmán. La torre se encuentra rematada por la figura de San Rafael Arcángel tallada por Pedro de Paz.

Como hemos citado la mezquita dispone de abundantes entradas muchas de ellas en la actualidad cegadas, destacamos las siguientes:

Fachada Sur

Puerta del Perdón Mandada construir por Abd al-Rahman III, la actual es de estilo mudéjar reformada en 1377 en tiempos del rey Enrique II. En las enjutas que forma el arco se pueden ver las armas de Castilla y León y en el alfiz se pueden ver labores con decoración de ataurique. Su actual configuración procede del siglo XVII. Esta puerta es actualmente la entrada habitual a la mezquita y permite el paso desde la calle al patio de los naranjos. Se encuentra junto a la torre campanario. En la parte superior de la portada podemos ver tres arcos polilobulados cegados en cuyo interior se encuentran tres pinturas al fresco representando a los arcángeles San Rafael, San Miguel y el centro la Asunción de la Virgen, obras atribuidas al cordobés Antonio del Castillo. Recibe su nombre porque en esta puerta recibían el perdón los penitentes.

Puerta del Caño Gordo en la misma fachada pero en el lado contrario. Hablamos de una portada de estilo neoclásico rematada por un frontón triangular realizada en el siglo XVIII y tal vez reedificada sobre otra anterior del siglo XVI. Recibe su nombre por tener en su cercanías la llamada Fuente del Caño Gordo.

Junto a la portada se encuentra una capilla adosada al muro exterior de la mezquita con un lienzo de la Virgen de la Asunción realizado en 1928 por el pintor cordobés Julio Romero de Torres. Rodeando a la Virgen encontramos un total de once faroles, de donde toma el nombre popular por el que es conocida, como Virgen de los Faroles. A destacar que el actual lienzo es una copia realizada por Rafael Romero en 1936, ya que el lienzo original fue llevado al museo cordobés dedicado a su padre Julio Romero de Torres.

Puerta de las Palmas también conocida como Puerta de las Bendiciones. Situada en el muro norte del oratorio, comunica el patio de los naranjos con el interior de la mezquita. Enfrenta con la ya comentada Puerta del Perdón y es la habitual entrada a la mezquita. En esta puerta eran bendecidas las banderas de las tropas que partían a la conquista de Granada. En 1533 Hernán Ruiz I añadió el retablo de la Anunciación que figura en el cuerpo de su parte superior. Esta puerta era una de las once que mandó hacer el califa Abd el-Rahman III y la única que ha sobrevivido de todas ellas. En su momento era la puerta central de las once naves de la mezquita. Al ampliar Almanzor la mezquita esta puerta quedó descentrada del eje perpendicular.

Fachada de Levante

Postigo de la leche situado en la fachada occidental en la esquina norte. Recibe este nombre porque por esta puerta eran acogidos los niños abandonados (expósitos) que eran recogidos por el cabildo. Su actual configuración es la que le dio Hernán Ruiz I en el siglo XVI. Daba acceso al patio de los naranjos.

Puerta de los Deanes. Fachada occidental. Permite el paso al patio de los naranjos. Era la puerta por donde entraba el deán en la Catedral cuando tomaban posesión del cargo.

Puerta de San Esteban (también conocida como de san Sebastián o de los Visires [Bab al-Wuzara]). Es la más antigua de la mezquita y fue construida en tiempos del emir Abd al-Rahman I. En el tímpano de la puerta existe una inscripción cúfica referente a Mohammed I fechada hacia el 855/856, pero que en realidad no debe indicar que fuera construida por este emir sino que llevaría a cabo obras de restauración en la portada. Esta portada se puede considerar arquetípica de la mezquita. Formada por una puerta adintelada sobre la que voltea un arco de herradura bicromo con alfiz, este elemento propio del arte musulmán. Por encima de la portada un tejaroz sobre nueve modillones de rollos. Remata todo el conjunto una serie de almenas escalonadas de cuatro gradas.

Puerta de San Miguel o de los obispos, reformada a principios del siglo XVI por el obispo Juan Daza cuyo escudo podemos contemplar en ella. En origen esta puerta permitía el paso a través de un paso elevado o puente cubierto entre el palacio del emir y la macsura lo que evitaba que el emir tuviera que cruzar la calle que separaba ambos edificios y fuera objeto de atentado. Las obras de este paso elevado fueron ordenadas por Abd Allah (emir entre 888-912). La puerta construida en tiempos de Abd al-Rahman II en la actualidad está redecorada al estilo gótico por el obispo Daza.

Puerta del Espíritu Santo Esta puerta es prácticamente gemela de la de San Ildefonso y recoge los elementos clásicos de la portada típica de la mezquita. También conocida como de Alhaquen II.

Puerta de Palacio, Puerta de la Paloma o Puerta de San Pedro. Tiene un arco conopial enmarcado por fuertes baquetones. Muy modificada con elementos góticos y otros que desfiguran su antigüedad.

Puerta de San Ildefonso o del Sabat.

Fachada Occidental

• Puerta de Jerusalén

Puerta del Sagrario situada en la fachada de Levante casi esquina con la fachada sur, daba acceso a la cercana capilla del Sagrario.

Puerta de Santa Catalina renacentista, realizada hacia 1565 por Hernán Ruiz II, situada en la fachada este, permite el paso al patio de los naranjos. En una de las enjutas que forma el arco podemos ver un escudo en relieve con el alminar de Abd al-Rahman III antes de ser modificado por el campanario cristiano.

• Puerta de la Grada Redonda, también conocida como churrigueresca, por ser esta su estilo arquitectónico. Realizada en 1738.

Ficha técnica

Fecha de realización página: 17 de Agosto de 2.013
Fecha última modificación:

Lugares de interés de Córdoba

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Bibliografía básica utilizada
Arquitectura islámica en Andalucía de Marianne Barrucand y Achim Bednorz
La Catedral en España. Catedral de córdoba de Pedro Navascués Palacio
Maravillas de España. La Mezquita de Córdoba de Julio Manegat
Fotos: Wikipedia, Banco de Imágenes y Sonidos del Ministerio de Educación y Ciencia y fotos del autor