Convento de Nuesra Señora del Socorro (El Socós)
hoy desaparecido

El convento agustino de Nuestra Señora del Socorro, conocido popularmente como el Socós se encontraba en el solar que hoy ocupa desde el año 1952 el Colegio de Jesús y María en la Gran Vía Fernando el Católico nº 37 entonces extramuros de la ciudad.

Su fundación se debe al noble valenciano Joan de Eixarch, quien durante una tormenta que a punto estuvo de hacer zozobrar el barco del que volvía de las campañas de Italia, hizo promesa de que si se salvaba construiría un convento en honor a la Virgen. LLegado a Valencia tomó los hábitos de los agustinos y se propuso cumplir con la promesa dada y construir un convento en honor a la Virgen del Socorro, cuya advocación había conocido en el convento de los agustinos de Palermo (Italia).

La advocación a la Virgen del Socorro nace en Palermo. La tradición nos cuenta que una madre harta de los constantes juegos de su hijo, le dijo al niño: "A ver si se te lleva el diablo de una vez", dicho lo cual se presentó el diablo con animo de llevárselo. Al instante la buena mujer se aclamó a la Virgen y esta socorrió a su hijo y lo puso bajo su amparo, mientras que con una porra hace escapar al diablo. Desde entonces la Virgen será conocida como Virgen del Socorro y será entronizada en el monasterio agustino de Palermo.

Encontrándose en Roma Joan Eixarch haciendo gestiones para la concesión de los permisos para construir el convento, se le apareció la Virgen y ella misma le hizo entrega de un icono de su persona, mientras que le decía: "Yo seré el Socorro de Valencia".

La fundación del nuevo monasterio se realizó en 1501 y durante todo el tiempo que permaneció en pie fue un centro devocional muy importante de toda la ciudad de Valencia. En 1544 se hospedó en el convento el agustino Santo Tomás de Villanueva antes de hacer su entrada en la ciudad de Valencia para incorporarse a su cargo de Arzobispo de la diócesis. Desde esta fecha es costumbre que todos los arzobispos llegados a dirigir la diócesis hagan noche en el lugar antes de entrar en la ciudad. Según se cuenta Santo Tomás de Villanueva llegó desde Valladolid en compañía de fray Juan Rincón para incorporarse a la diócesis, pero al ser muy tarde prefirió hacer noche en el convento, retrasar unos días su entrada en la ciudad y así descansar de tan largo y penoso viaje.

Durante la Guerra de la Independencia y más concretamente el 28 de junio de 1808, el convento fue asaltado por los franceses y parcialmente quemado, sus ricos tesoros y retablos fueron quemados, incluyendo el icono de la Virgen del Socorro. Solo se conservó el cuerpo de Santo Tomás de Villanueva que había querido ser enterrado en el convento y una estatua de su persona. Los restos del santo fueron trasladados a la catedral donde se encuentran en la actualidad y la estatua obra de José Esteve Bonet se encuentra en el patio del Palacio Arzobispal.

La desamortización de Mendizábal de 1835 puso punto y final a tres siglos de historia conventual, los monjes fueron expulsados del convento y el edificio usado como Asilo de ancianos y aún como almacén de paja, material que provocó sucesivos incendios que en nada ayudaban a su sostenibilidad.

En 1877 las religiosas de Jesús y María adquieren el convento y sobre su solar construyen un colegio-convento y una iglesia que dedicaran a fines educativos. El artífice de esta obra es el arquitecto catalán Agustín Borrell Sensat. El templo actual está realizado en ladrillo cara vista y se articula con tres naves, ábside poligonal, bóveda de cañón con lunetos, cúpula octogonal sobre tambor y linterna. En su interior encontramos una imagen de Nuestra Señora del Socorro obra de Salvador Tuset Tuset.

Al dorso del lienzo de Tuset, podemos encontrar otro lienzo que es una copia realizada hacia 1646 del icono original que fue quemado durante la Guerra de la Independencia. Se dice que la copia fue realizada por la familia Fuster como agradecimiento por la curación de uno de sus hijos por parte de la Virgen del Socorro. Al finalizar la guerra de la independencia la familia Fuster donó el lienzo-copia al convento para que presidiera el Altar Mayor. Con motivo de la desamortización de 1835 la familia Fuster volvió a recuperar el cuadro que sería nuevamente devuelto en 1878 cuando las religiosas de Jesús y María se hacen cargo del convento. Durante la Guerra Civil la copia fue escondida por una antigua alumna del Colegio y devuelta al finalizar la contienda.

Según algunos autores la copia que se exhibe en el trasaltar detrás del lienzo de Salvador Tuset, no es la copia original del siglo XVII de la familia Fuster, sino una copia de la copia original realizada en algún momento de la azarosa vida del convento.

El icono original de la Virgen se encontraba en una de las capillas del templo hasta que en 1765 fue llevado al Altar Mayor desde donde presidía el templo hasta que fue destruido. Por las noticias que nos han llegado, el icono de Nuestra Señora del Socorro seguía en cierta manera la iconografía habitual de los iconos de tradición bizantina, es decir la Virgen cubriendo su cabeza con un velo (maphorion), sujetando al Niño con su brazo derecho y ambos en actitud cariñosa juntando sus rostros. La tabla llevaba la leyenda "Seré el socorro de Valencia".

En el 1505 se fundó la Cofradía de la Virgen del Socorro, siendo elegida la Virgen del Socorro patrona del gremio de galoneros y cinteros desde su creación en el año 1738.

A finales del siglo XIX sobre la portada del convento aún se podía ver un panel cerámico con una imagen de la Virgen y una inscripción que decía: "Santísima Virgo María Consolatrix aflictorum succurre miseris".