En origen fue una construcción realizada en 1910 en ladrillo macizo por el arquitecto
Luis Ferreres Soler para el
Ayuntamiento de Valencia, con destino a matadero de distrito, pues el ubicado en
la calle Guillén de Castro de Valencia se había quedado pequeño. Cuando dejó de cumplir su función en 1950, el edificio pasó por múltiples usos, lo que lo llevó a
un estado de deterioro bastante
considerable. Hacia 2020 el edificio fue rehabilitado en su totalidad y en la actualidad alberga dependencias municipales para el fomento de la vida cultural y como archivo-memoria
del barrio del Cabanyal y de los
Poblados Marítimos en general.
El conjunto se compone de un edificio central con dos alturas y un gran patio trasero que se utilizaba para la custodia del ganado hasta el momento del sacrificio.
La entrada al edificio se realiza por un portalón en arco rebajado, cuyo dintel queda resaltado por la presencia de un despiece de sillería fingido, y en el vértice del arco, el escudo
de la ciudad de Valencia. Flanqueaban la portada, dos ventanales también de arcos rebajados, aunque en la actualidad solo se conserva uno de ellos, pues el segundo ha sido
modificado en forma de portal de acceso. Al objeto de ampliar la superficie de uso para el fin que se destina, se ha hecho una ampliación con un estrecho edificio contiguo en
su flanco izquierdo, diferenciado del primero por un paramento a modo de
celosía de ladrillo, un recurso barato, bonito, inteligente y que marca la diferencia entre ambas construcciones.
El piso superior abre a la calle a través de cinco vanos en forma de ventanas, uno de ellos transformado en la actualidad, en
pequeño balcón.
Entre los vanos encontramos a modo de elemento decorativo unos pequeños adornos de obra con un friso moldurado en la parte superior. El tejado es de una sola vertiente
y dispone de su correspondiente alero sobre cornisa con adornos de puntas.
En la actualidad y después de la rehabilitación efectuada por el arquitecto David Estal Herrero (* Valencia 15-12-1979), con la colaboración de Luis Francisco Herrero y
Boris Strzelczyk en su última fase, el interior ha sido totalmente
renovado. Pasada la portada entramos en un pequeño y corto
vestíbulo que sin solución de continuidad nos lleva al patio trasero. Desde este vestíbulo y por una
escalera a nuestra derecha se accede al piso superior y a nuestra izquierda en la ampliación del edificio se encuentran los ascensores.
La puerta principal es simétrica con su correspondiente
a la fachada trasera, a ambos lados ya en el patio descubierto, unas vigas de metal sostienen una
estructura para que las plantas enredaderas en un futuro proporcionen sombra al patio.
Formando parte del sostén de esta
estructura, hay un pilar realizado en ladrillo, único elemento que resta de la estructura original del patio.
En las paredes todavía queda algún resto de azulejo y un grafiti con la palabra
Cabanyal.
En la parte central del suelo del patio encontramos un pequeño y corto
camino adoquinado que tiene una leve inclinación, y a nuestra derecha una tarima de obra elevada, hace de pequeño escenario.
El primer piso está ocupado para dependencias administrativas, sala de consulta y depósito de documentos para preservar la vida y la cultura del Cabanyal y de los
Poblados Marítimos.
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