Grandes civilizaciones
Imperio neobabilónico

Con la desaparición del imperio asirio en el 612 a. C. alza su estela la ciudad de Babilonia, situada en el actual de Iraq. Esta ciudad fue llamada en la Biblia "la gran ramera" por el lujo y ostentación que tuvo en este periodo de resurgimiento imperial. Etimológicamente Babilonia significa "puerta de los dioses o puerta del cielo" y deriva de la voz acadia babilin, su actual nombre procede del griego. El dios principal de Babilonia fue Marduk y también estaba muy extendido el culto a Isthar, diosa de la guerra, la fertilidad y el amor. Se desconoce cuando se levantó Babilonia, pero no era de las ciudades mas antiguas de Mesopotamia, su antigüedad se remonta al imperio acadio y es citada en tiempos del rey acadio Sharkalisharri (2218 a. C. - 2192 a. C.). La ciudad de Babilonia había sido destruida en su totalidad por el rey asirio Senaquerib en el 689 a. C. por lo que todas las ruinas y hallazgos que encontramos en la actualidad son de época neobabilónica.

En este periodo la ciudad de Babilonia estaba separada en dos núcleos por el río Eufrates, comunicadas ambas zonas por un puente de piedra de 120 metros de longitud. Todo el perímetro de la ciudad estaba rodeada por una gran muralla. La ciudad disponía de nueve puertas: Marduk, Ninurta, Urash, Shamash, Enlil, Adad, Lugalgirra, Sin e Isthar, siendo esta última la principal, la mas importante y la mas decorada. En una de las zonas se encontraba el palacio del rey y el templo del dios Marduk, ambas edificaciones rodeadas a su vez por una muralla que lo separaban del resto de la ciudad. El dios Marduk solía estar representado como un felino con cuerpo cubierto de escamas y cabeza de dragón, era el conocido como el "dragón terrible".

La puerta principal conocida como de Isthar, era la mas importante, ya que por ella circulaba una vía de acceso, conocida como "vía de las procesiones" que llevaba directamente hasta el palacio real y el templo. Estaba formada por dos torres cuadrados, realizados con ladrillos cocidos vidriados, policromados y esmaltados. Se encontraba decorada por relieves de animales, leones, grifos y otros seres mitológicos sobre fondo azul. Esta puerta tenía una altura de veinte metros y desde que se entraba por la puerta hasta que salía por el lado posterior había que recorrer 50 metros. Esta puerta actualmente la podemos encontrar en el museo de Pérgamo en Berlín.

El templo de tipo zigurat, era de planta cuadrada, 90 metros por cada lado y una altura aproximada de 100 metros. Todo parece indicar que este zigurat es el que es citado en la Biblia como torre de Babel. El complejo del templo de Babilonia estaba dedicado al dios Marduk y era conocido como Etemenanki (E-temen-an-ki) que se traduce por "los cimientos de los cielos en la tierra". Los zigurats fueron templos levantados por toda Mesopotamia, tenían forma de pirámides truncadas a las que se accedía hasta su parte alta por rampas y escaleras. En la parte superior una pequeña construcción era la residencia del dios, ya que se creía que los dioses bajaban desde el cielo para residir en el templo, de ahí la necesidad de que estas construcciones fueran lo mas altas posibles para estar lo mas cerca posible del cielo. En total levantaba siete plataformas encontrándose en la última el templo o casa de Marduk.

Sería el rey persa aqueménida Ciro II el grande († 530 a. C.) quien conquistaría la ciudad de Babilonia en 539 a. C. sin prácticamente lucha.

Fue el imperio neobabilónico uno de los mas grandes de la historia, y aunque pueda parecer mentira, este imperio "neo" solo tuvo una existencia de algo mas de cien años, que en términos históricos es muy poco. Solo hubo dos reyes importantes en este periodo, Nabopolasar que fundó la nueva dinastía y su hijo Nabucodonosor II que lo llevó a su máxima expansión. A la muerte de este rey, el imperio se disolvió en apenas cincuenta años.

Nabopolasar (625 a. C. - 605 a. C.) de origen caldeo, es considerado el fundador del imperio neobabilónico. Su nombre que se traduce por "el hijo de nadie" parece dar a entender que no era de ascendencia noble. Nabopolasar era vasallo de Asiria, consiguió establecer lazos de unión con el resto de los pueblos de alrededor como fueron: los elamitas (con su capital Susa), medos, persas, egipcios, escitas y cimerios, lo que los llevó a derrotar al imperio asirio. Babilonia se proclamó independiente de Asiria con Nabopolasar como rey. No obstante sería el rey medo Ciáxares (625 a. C. - 585 a. C.) quien se llevaría el mérito de acabar con Asiria y su capital Nínive en 612 a. C.


Nabucodonosor II (605 a. C. - 562 a. C.) hijo y sucesor de Nabopolasar. Es a Nabucodonosor a quien debemos la reconstrucción de Babilonia después de la destrucción de la ciudad por parte del asirio Senaquerib y quien realizó toda la serie de construcciones por lo que Babilonia fue famosa y conocida. Nació en el territorio de Caldea hacia el año 634 a. C. y falleció en Babilonia en 562 a. C. Su nombre contiene la raíz "Nabu" dios babilónico de la sabiduría y la escritura.

A este rey se atribuye la construcción de los conocidos como jardines colgantes de Babilonia. Según se cuenta, Amytis hija de Astiages, último rey de los medos, casada con Nabucodonosor con el fin de reforzar la alianza existente, sentía nostalgia de la belleza de las montañas de su tierra "Media", (los montes Zagros); para calmar la tristeza de su reina, el rey manda construir a orillas del río, una serie de terrazas superpuestas que al elevarse daban la sensación de una montaña, en cada una de las terrazas se plantaron árboles frutales, plantas colgantes, palmeras etc. Un sistema hidráulico a base de norias elevaba el agua del río lo que permitía la existencia de estos jardines que fueron muy cantados en la antigüedad. Las terrazas estaban construidas con ladrillos cocidos y terminados con asfalto lo que permitía la impermeabilización de los mismos. La historia de Amytis, su añoranza por la tierra de sus antepasados y la descripción de los jardines, los conocemos por fuentes griegas y en particular por el historiador griego Estrabón (* Turquía 63 a. C. † Turquía 23 d. C.) que los conoció.

Además de los jardines colgantes, a Nabucodonosor II se le debe la construcción de un complejo religioso que recibía el nombre de E-temen-an-ki (casa de los cimientos del cielo en la tierra) cuyo principal edificio era un zigurat, considerado un portento arquitectónico y que se considera dio origen a la historia judía de la torre de Babel. El zigurat estaba dedicado a la figura del dios principal de los babilonios, el dios Marduk. También a Nabucodonosor se debe la construcción y ampliación del conjunto amurallado de la ciudad, con su famosa puerta conocida como de Isthar, la cual se encuentra en la actualidad en el Museo de Pérgamo de Berlín.

Hacia el año 598 a. C. el rey babilonio inicia una serie de campañas en Siria y Palestina, su objetivo la conquista del reino de Judá. Conviene recordar que Palestina y el reino de Israel ya había sido conquistado por el rey asirio Tiglatpileser III y que este se había llevado deportados a los hebreos a Mesopotamia dando comienzo a la leyenda de las diez tribus perdidas de Israel. Nabucodonosor puso sitio a la capital de Judá: Jerusalén, que fue conquistada con fuerte resistencia. Su rey Joacim fue asesinado por partidarios de Nabucodonosor y su cuerpo tirado fuera de las murallas. Le sucedió su hijo Joaquín (598 a. C. - 597 a. C.) que solo reinó tres meses ya que la ciudad cayó en manos de los babilonios en 597 a. C. Nabucodonosor saqueó la ciudad y se llevó deportados a Babilonia a las elites hebreas y al propio rey.

Nabucodonosor impuso en Judá como nuevo rey, al sobrino de Joaquín, Sedecías (597 a. C. - 587 a. C.) a quien se considera el último rey de Judá. En este momento en Judá habían dos reyes, Joaquín cautivo en Babilonia y Sedecías con silla en Jerusalén. Este último se rebela contra Nabucodonosor y el babilonio pone sitio a la ciudad por segunda vez. En 587 a. C. Nabucodonosor II entra en Jerusalén, saquea nuevamente la ciudad y destruye el templo de Salomón como venganza. Con este acto se pone punto y final al reino de Judá y con la destrucción del templo se inicia uno de los periodos mas tristes en la vida del pueblo judío. La población que todavía quedaba en la ciudad es definitivamente deportada a Babilonia. Si nos adelantamos al futuro debemos decir que Jerusalén fue nuevamente reconstruida y su templo también, pero en el año 70 d. C. los romanos del emperador Tito destruyeron el templo en el episodio conocido como la destrucción del segundo templo de Jerusalén, destrucción definitiva ya que hasta el momento actual el templo no se ha reconstruido.

La permanencia de los hebreos deportados a Babilonia es parte fundamental en la historia del pueblo elegido. La historia del pueblo hebreo se transmitía vía oral de generación en generación, pero fue aquí en Babilonia donde se comenzó a redactar por escrito la historia de Israel, texto que será conocido como Antiguo Testamento. De las tradiciones orales, más las historias recogidas por contaminación de las propias vivencias de su cautividad en Babilonia, se escribió el Antiguo Testamento. De las leyendas recogidas de tradiciones antiguas tenemos como las más conocidas: la torre de Babel (inspirada en el zigurat babilónico) y el diluvio universal (recogida de tradiciones sumerias). Posteriormente con la desaparición del imperio neobabilónico a manos de los persas de Ciro II, estos permitieron al pueblo judío volver a sus tierras de Palestina y reconstruir la ciudad de Jerusalén y su templo.

Es en este momento cuando los hebreos empiezan a ser conocidos como "judíos" alusivo al "reino de Judá" que por extensión acabaría aplicándose a todos los habitantes que adoraban al dios único: Yahveh. Los judíos deportados por Nabucodonosor pertenecían a las tribus de Judá y Benjamín, ya que el resto de las famosas doce tribus de Israel habían desaparecido y por tanto solo quedaban estas dos.

En el año 586 a. C. Nabucodonosor ataca las ciudades fenicias situadas en la actual costa libanesa que se rinden sin excesiva resistencia: Sidón y Biblos. La ciudad de Tiro que entonces era una isla y no estaba unida a tierra firme como en la actualidad, resistió durante trece años antes de ser conquistada (573 a. C.). La ocupación babilónica de las ciudades fenicias y el pago de tributos que ello llevaba asociado, provocó el colapso de las colonias fenicias en todo el Mediterráneo y que su hegemonía fuera ocupada por griegos y cartagineses que establecieron nuevas colonias en el área, incluida la península ibérica.

Tenemos a Babilonia en el máximo de su esplendor, la ciudad mas poblada del mundo en ese momento. Sin embargo a la muerte de Nabucodonosor, se suceden una serie de reyes efímeros de corto reinado que llevan al imperio a su disgregación. A Nabucodonosor le sucede Amel-Marduk (562 a. C. - 560 a. C.), Nevigllissar (560 a. C. - 556 a. C.), Labashi-Marduk (un par de meses en el 556 a. C.) y finalmente Nabónido (556 a. C. - 539 a. C.), último rey de Babilonia. En total cuatro reyes en menos de diez años. El personaje principal de este periodo es Nabónido, de origen desconocido, no se sabe cual es el motivo, pero se marcha al oasis de Taima en Arabia y allí fija su residencia, dejando el gobierno de Babilonia en manos de un personaje citado en la Biblia con el nombre de Baltasar (Bel-shar-usur). Mientras tanto las revueltas internas en Babilonia se manifiestan cuando Nabónido arrincona el culto al dios Marduk de la vida de la ciudad. Aprovechando el descontento interno encabezado por el clero de Marduk, el rey persa Ciro II el grande (559 a. C. - 530 a. C.) conquista Babilonia en el año 539 a. C. sin prácticamente oposición, excepto por el propio Nabónido que es derrotado. Con la caída de Babilonia en manos de los persas, la ciudad quedará bajo su control y posteriormente bajo el control de los distintos imperios que pasen por la región. Los días de grandeza de Babilonia se han acabado.

Uno de los imperios que pasarían por Babilonia sería el del rey macedonio Alejandro Magno quien conquistará la ciudad a los persas y en ella morirá en 323 a. C. Para entonces, ya el rey persa Jerjes había destruido el zigurat babilónico o al menos lo había arrasado parcialmente.