ORENSE

ALLARIZ
A orillas del rio Arnoya
Fundada por los visigodos en el siglo VI. "Vila Alaricii"
Antiguo hospital de peregrinos siglo XVII
Casa Castro-Oxea (fachada barroca)
Fonte da Praza (1793) en un arco de la barbacana de la muralla
Iglesia de San Benito (patrón de la villa)
Iglesia parroquial de Santiago (románica)
Puente románico de Vilanova
Iglesia de Santa Maria de Vilanova
Restos del Castillo

Iglesia de San Pedro Construida en el siglo XII, conserva de aquella época el ábside, los canecillos del alero y la torre campanario. La portada, de estilo gótico de transición, pertenecía a la iglesia de San Salvador de Piñeiro, trasladada a este nuevo emplazamiento cuando un rayo destruyó el templo y mató a varios feligreses que allí rezaban.

Real Monasterio de Santa Clara de construcción barroca (siglo XVIII), el Real convento se alza en el solar del convento medieval. Según venerable tradición, su fundación se debió a la reina doña Violante de Castilla y León, esposa de Alfonso X el Sabio. En 1282 la reina mandó llevar a Allariz a dos destacadas religiosas del convento de las clarisas de Zamora. Años después, a partir de las querellas familiares por la sucesión de la corona protagonizadas por su hijo Sancho IV y los sobrinos de éste, los infantes de la Cerda, sería la propia reina Violante quien viviria en el convento. En su testamento pidió ser sepultada en el recinto, pero la muerte le llegó en 1300 en Roncesvalles, a su regreso de un viaje a Roma, y tuvo que ser enterrada en la localidad navarro pirenaica.

No hay que perderse la iglesia del cenobio. Tiene un precioso retablo que, al igual que el claustro anejo, es de factura barroca. Por cierto, los datos hablan sobre la magnificencia de este último: con sus 3.600 metros cuadrados de superficie y 72 arcos es el mayor de España.

Antes de abandonar el monasterio conviene visitar un museo sacro en el que se conservan dos excelentes piezas góticas: una virgen de marfil y una cruz de plata y cristal de roca, dos obras de referencia absoluta dentro del panorama de las artes suntuarias en Europa.

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Iglesia visigoda de Santa Comba de Bande www
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BOROBÁS
Iglesia de san Mamede de Moldes Monumento Histórico Nacional, desde 1946, se asienta en la cumbre de un antiguo castro. Construida en el S. XII y comienzos del XIII, es románica. Nave rectangular a la que se le añadió una capilla sobresaliente y ábside cuadrada. En la fachada principal se abre una decorada y hermosa portada románica por la que se accede al interior de la propia Iglesia. Esta fachada remata con una espadaña doble sobre la que se alza una cruz antefija.

En el interior de la iglesia destaca el gran arco triunfal y una capilla lateral con la esta inscripción Esta capilla fvndó i dotó el capitan Barme Rs. Tizón i Dona Bitoria de Lvzón sv mvger. Año 1638, y en la cual se encuentra actualmente enterrado el insigne guía de la Generación NOS (grupo de escritores que se agruparon en torno a la revista NOS y que fue editada hasta el año 1936), Antón Losada Dieguez. En un de los panteones exteriores del cementerio descansan los restos del ilustre historiador y arqueólogo Manuel Chamoso Lamas.

CASTRO CALDELAS
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Monasterio de San Salvador
Iglesia mozarabe de San Miguel de Celanova www
NOGUEIRA DE RAMUÍN
Monasterio de santo Estevo de Ribas de Sil El monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil es uno de los conjuntos más destacados y espectaculares del rico patrimonio monumental de Galicia. Fue construido entre los siglos XII y XVIII. La tradición más antigua, habla de que Santo Estevo fue fundado en el siglo VI por San Martín Dumiense. Es probable que así fuese, porque la cristianización de Galicia llegó por la ruta del sur, a través de las calzadas romanas de la Bética a Braga y de esta última a Astorga y Lugo. Por ellas llega también el primitivo monacato.

Con el privilegio de Ordoño II, expedido el 12 de octubre del año 921, comienza la historia documentada de este monasterio. El rey le concede al abad Franquila el territorio ruinoso y abandonado de San Esteban, con sus sotos, pesqueras y riberas para que edifique allí una basílica o monasterio. Franquila, parece ser que regía una comunidad de ermitaños y decidió restaurar la vida cenobítica en San Esteban. Importante fue este monasterio, porque a él se retiraron nueve obispos que renunciaron a sus sedes episcopales y escogieron el cenobio para finalizar sus días a lo largo del siglo X y quizás, parte del XI. El monasterio guardó sus restos y como recuerdo llevó a su escudo las nueves mitras.

La iglesia presenta planta basilical, espaciosa y proporcionada. Conserva la cabecera románica con tres ábsides, siendo el central de menor altura que los laterales, caso inusual en el románico gallego. La fachada de la iglesia es de finales del siglo XVI o comienzos del XVII. En la parte superior existe un sencillo óculo que da luz al interior y remata en una hornacina dentro de la cual está la imagen de San Esteban.

En el interior del templo, destaca el retablo de la capilla, obra renacentista realizada por Juan de Angés en el siglo XVI. De todas las escenas representadas, destacamos en el cuerpo inferior la escena doble de martirio de un hombre y una mujer, que se identifica con la doble escena de flagelación de San Vicente y de Santa Cristina, como homenaje a las dos abadías agregadas, San Vicente de Pombeiro y Santa Cristina de Ribas de Sil. En un lateral del crucero de la iglesia se puede ver un retablo pétreo, ejemplar único en su género, difícil de datar, ya que algunos autores lo sitúan en el siglo XII y otros en el XIII. Se trata de una pieza realizada en granito, de forma rectangular prolongada cuya parte superior remata en frontón, algo inusual para la época. Representa a Cristo en Majestad con los doce Apóstoles.

La fachada del monasterio es de estilo barroco, construida en 1736. En ella podemos ver entre columnas dos imágenes de santos de la orden: San Benito y San Vicente. Encima de éstos, dos escudos. A la izquierda, el del monasterio con las nueve mitras que recuerdan a los nueve obispos. A la derecha, el de la Congregación de Castilla. Remata el conjunto, el imperial de Carlos V.

Entramos al monasterio y nos encontramos con el claustro de portería, también llamado de los caballeros. Es de gran amplitud y dimensiones. Es una obra de Diego de Isla, renacentista, del siglo XVI. Tiene tres cuerpos, a diferencia de los otros que tan sólo tienen dos, ya que el monasterio está construido en un terreno escalonado hacia el río Sil. Llama la atención la cristalera que ocupa uno de los laterales, fruto de la restauración de monasterio. Desde el claustro de portería, accedemos al de los obispos, que con la iglesia es lo más antiguo que se conserva en el monasterio. Se llama así, porque en el estuvieron enterrados los nueve obispos que se retiraron a este monasterio hasta que sus cuerpos fueron trasladados a la iglesia. Está compuesto por diversos estilos arquitectónicos, que conforman un conjunto homogéneo y armónico. Tiene dos cuerpos: el inferior de estilo románico y el superior con una transición del gótico al renacimiento. El monasterio tiene otro claustro más pequeño que es conocido como el de la cocina. Como el de portería, es renacentista y su autor es Diego de Isla. Aquí estaba la cocina del monasterio y el refectorio.

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La romana Auria
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Monasterio cisterciense
PARADA DE SIL
Monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil
PAZOS DE ARENTEIRO
Comarca del Ribeiro
Conjunto Historico Artistico (1973)
SAN PEDRO DE ROCAS
Monasterio de San Pedro de Rocas En este monasterio, único por estar excavado en la roca natural, no encontraremos ligeras estructuras góticas ni armoniosas proporciones renacentistas. Se trata de un recinto antiquísimo, tosco, casi primitivo, testigo de los primeros asentamientos eremitas en estas tierras. El valor de San Pedro de Roca es antropológico más que estético.

La presencia de los primeros ocupantes de este lugar se remonta al año 573. Según las inscripciones de la lápida fundacional, conservada en el Museo Arqueológico Provincial, sus fundadores fueron siete varones que escogieron este bello enclave para retirarse a una vida de oración. Posteriormente, ya en el siglo IX, el caballero Gemodus redescubre el lugar en una jornada de caza y se establece en él, siendo elegido abad por sus compañeros. Leyenda o realidad, el caso es que existe constancia de la existencia de Gemodus, tal como figura en el privilegio que Alfonso V concede a Rocas en 1007. En los siglos posteriores, este monasterio, nunca demasiado rico ni muy habitado, pasó a depender del de Santo Estevo de Ribas de Sil y del de San Salvador de Celanova. En 1923 fue declarado Monumento Histórico-Artístico.

La iglesia del monasterio, del siglo VI, es uno de los templos cristianos más antiguos que se conocen. Sus tres naves están excavadas en la roca. El techo de la nave central presenta una abertura por la que entra luz desde el exterior. Una pilastra hace las veces de altar. En la pared de la capilla de la izquierda, un reducido espacio de 5 x 3,40 m, se abre un hueco en el que se supone que estaba el sepulcro del caballero Gemodus. En él se descubrió una pintura mural al fresco, datada entre 1175 y 1200, que muestra imágenes de los apóstoles y un mapamundi.

También podemos ver unos sepulcros esculpidos en los que se representan figuras yacientes. En el suelo de la iglesia y el atrio está excavados en la roca numerosos sepulcros. El recinto de la iglesia fue ampliado con una nueva nave de posterior construcción. El campanario, obra de Gonzalo de Penalva en el siglo XV, está situado en la parte superior de una enorme formación rocosa de casi 20 m de altura que da nombre a este lugar.

Un arco sirve como acceso a un pequeño espacio, empleado hasta hace poco como cementerio parroquial. Es de forma cuadrangular y está cerrado por un muro. Desde este punto sale un camino que baja por la pendiente de la montaña y llega hasta la Fuente de San Bieito, también excavada en la roca.

Texto: Turismo de Galicia - Xunta de Galicia

SERANTES
Iglesia de Santo Tomé La Iglesia de Santo Tomé de Serantes, de estilo Románico, está ubicada en un entorno natural especialmente hermoso. Data, según se puede comprobar en su fachada, de 1170. Su planta es rectangular, de una sola nave. En el exterior apreciamos su rica decoración a base de canecillos, que se extienden por los muros laterales. La portada principal está encuadrada entre dos contrafuertes prismáticos. En su parte superior vemos un rosetón bajo arco semicircular tórico, que descansa sobre columnas acodilladas.

En su interior se conserva un interesante baldaquino gótico de priedra que el visitante hará bien en conocer antes de continuar su camino. En él su puede observar una representación de la Anunciación.

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Castillo de Monterrey