Colegiata de San Bartolomé Apóstol - Plaza de Manises
hoy desaparecida

La torre de San Bartolomé, es el único elemento que permanece de la antigua iglesia colegial de San Bartolomé, erigida en 1239 y convertida en parroquia en 1242. Se trataría de una de las iglesias fundacionales de la ciudad reconvertida probablemente sobre una antigua mezquita y entregada a la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro que la pusieron bajo la titularidad de San Bartolomé Apóstol. Reconstruida en estilo gótico, el templo se alzaría de nueva planta entre los años 1667 y 1682 para ser finalmente demolida en el año 1944 por el estado de ruina en que se encontraba después de la guerra civil. La titulación de colegiata la ostenta desde 1903 en que el papa León XIII le concedió tal dignidad.

Según algunas crónicas, la antigüedad de la iglesia de San Bartolomé se remonta al siglo IV, a la época del emperador Constantino que acabó con las persecuciones de los cristianos en el imperio romano. El templo según esta versión, se levantó sobre un templo pagano dedicado al dios Baco y puesta bajo la advocación del Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo. En época musulmana no fue destruido y subsistió durante este periodo como templo mozárabe. Esta versión parece estar bastante alejada de la realidad y solo pretendía intereses particulares que le configurara una antigüedad y una primacía al templo, que no poseía.

La iglesia adoptaba planta trapezoidal irregular, con tres capillas entre los contrafuertes y tres puertas, la principal a los pies del templo y dos más en ambos lados de la nave principal. El altar mayor disponía de tallas del escultor Leonardo Julio Capuz (* Onteniente, Valencia 10-04-1660 † Valencia 08-04-1731) y pinturas de Joan de Joanes, mientras que en el trasagrario las pinturas eran de Francisco Ribalta (* Solsona, Lérida 1565 † Valencia 1628).

Del interior del templo cabía destacar las pinturas al fresco realizadas hacia 1884 por los pintores Antonio Cortina Farinós (* Almassera, Valencia 16-02-1841 † Madrid 06-11-1890), Eduardo Soler LLopis (* Alcoy, Alicante 1840 † Valencia 1928) y Honorio Romero Orozco (* Valencia 1867 † 1920) y que se perdieron en el incendio del templo en la guerra civil. Los frescos más importantes fueron realizados por Antonio Cortina quien pintó en la cúpula cuatro escenas representando: la aparición de Cristo a la Virgen, el traslado del cuerpo de San Bartolomé al cielo, el traslado de la imagen de la Virgen de la Concordia y la victoria de San Miguel sobre Lucifer.

En 1936 al inicio de la guerra civil el templo fue incendiado y destruido; en 1944 tuvo que ser demolido, solo quedando en pie la torre campanario. Hoy por tanto de esta antigua colegiata solo subsiste la torre campanario como hemos comentado. Construida en estilo barroco, tiene planta cuadrada y está dividida horizontalmente en tres cuerpos, diferenciados mediante cornisas y repisas molduradas. El cuerpo inferior está construido en sillería, le sigue un segundo cuerpo con recuadros de cemento, el tercer cuerpo lo forma el cuerpo de campanas, realizado en ladrillo, dispone de una ventana con arco de medio punto en cada uno de sus lados con pilastras estriadas de orden dórico. Se remata por una balaustrada en piedra adornada con pináculos. Anteriormente estaba rematada por un cupulino construido en el siglo XVIII, hoy desparecido.

En 1683 el campanario comenzó a inclinarse pero gracias a los buenos oficios del arquitecto Juan Bautista Pérez Castiel, este consiguió enderezarlo. El campanario empezó a derribarse en 1944 junto con la iglesia, pero ante las protestas de entidades culturales como fueron la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos y la Junta Diocesana para la reparación y reconstrucción de templos, consiguieron que solo llegara a derribarse siete metros de la torre, y el campanario se quedó en altura como esta ahora. Posteriormente se construiría un edificio particular adosado. La torre campanario fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1981.

De las tres portadas que disponía la colegiata, una de ellas, la que recaía a la calle de la Concordia, se encuentra en la Escuela de Artes y Oficios de Burjassot, la segunda se encuentra en la iglesia parroquial del barrio de San Marcelino y una tercera puerta no se sabe donde fue a parar.

La portada colocada en la parroquial de San Marcelino, es de estilo barroco, fechada en 1667. Fue colocada en su actual emplazamiento entre 1957 y 1958, la imagen en piedra que alberga la hornacina de San Marcelino (obispo de Ancona) fue colocada en 1960.

Una nueva iglesia con este nombre de San Bartolomé fue edificada en la avenida del Reino de Valencia por Cayetano Borso di Carminati y Rafael Contell, iglesia que hoy es solo parroquial aunque conserva nominalmente el sobrenombre de colegiata.

Portada ahora en la Escuela de Bellas Artes y Oficios de Burjassot


Portada ahora en la iglesia parroquial de San Marcelino


La Colegiata de San Bartolomé en el recuerdo