Historia del Cristo del rescate - Valencia

El Cristo del rescate es una talla de Jesús crucificado que se custodia en la iglesia de san Esteban de Valencia. Recibe este nombre porque fue rescatado de los piratas berberiscos previo pago de un rescate en monedas de plata.

La historia comienza en 12 de octubre de 1529 cuando unos piratas berberiscos atacan la costa alicantina adentrándose por el interior hasta llegar a la baronía de Parcent. En ella se encontraban Pedro Andrés de Perandreu y Roda, señor de Parcent y con él, Juan del Castañar, su esposa Úrsula de Medina, el hijo de ambos, Cristóbal de pocos meses de edad y la hermana de Úrsula, Magdalena de Medina de once años de edad. Hechos prisioneros, fueron llevados cautivos a Argel con el fin de pedir un rescate por cada uno de ellos.

Hacia 1533 o 1534 los hermanos Pedro y Andrés de Medina, ricos comerciantes y hermanos de las cautivas Úrsula y Magdalena de Medina viajaron hasta Argel con el objetivo de pagar un rescate por la liberación de los cautivos. Este primer viaje fue un fracaso, pero sentó las bases para realizar un futuro segundo viaje. En este segundo viaje realizado en 1535, tuvieron mas suerte y consiguieron liberar a su hermana Úrsula y a su pequeño hijo Cristóbal, el esposo Juan del Castañar había fallecido pocos días después del secuestro y el barón de Parcent había sido llevado a Constantinopla donde fallecería en fecha indeterminada, pero que se podría situar hacia 1534. Quedaba por tanto por rescatar a Magdalena que se encontraba esclava en el harén del cadí a quien los piratas la habían vendido. No pudo ser su liberación y los hermanos Medina regresaron a Valencia en compañía de su hermana Úrsula y su sobrino Cristóbal.

En 1539 realizaron un tercer viaje en un intento de rescatar a Magdalena, pero nuevamente el cadí se negó a liberar a la joven y ya no les quedó ninguna esperanza de rescatar a su sobrina del cautiverio. Coincidiendo con su estancia en Argel, tuvieron conocimiento de un hecho milagroso relacionado con la imagen de un Cristo crucificado que había sido robado por piratas.

Un barco que navegaba por el Mediterráneo rumbo a Barcelona y que llevaba entre sus mercancías una talla de Cristo en la cruz, fue asaltado por piratas. Los marineros que no murieron en el asalto fueron vendidos en el mercado de esclavos de Argel, y el Cristo quedó en poder del jefe pirata con el objetivo de hacer escarnio con él hacia los cristianos de Argel. Una vez en tierra firme el pirata arrojó al fuego al Cristo, pero la madera no se consumía por lo que lo que no hubo manera de quemar al Cristo, para mas inri se desató repentinamente una gran tormenta de agua que apagó la hoguera.

Los hermanos Medina tuvieron conocimiento de este milagro y decidieron comprar el Cristo y pagar un rescate por Él. Acordaron que pagarían el peso del Cristo en monedas de plata, a lo que el pirata dio su conformidad. Una vez puesto en la balanza el Cristo, y puestas las monedas en el platillo solo igualaba el peso con treinta monedas de plata, el mismo número de monedas que Judas Iscariote había cobrado por Jesús. El jefe pirata considerando que había engaño de por medio no quiso entregar el Cristo a los Medina, pero estos recurrieron al cadí de Argel y este se pronunció a favor de los Medina, obligando al jefe pirata a entregar el Cristo por las treinta monedas de plata. Se producía por tanto un segundo milagro en el rescate del Cristo, pero aún tuvo lugar un tercer milagro y es que el barco donde debían regresar los Medina a Valencia y a pesar del viento favorable no lograba salir del puerto, percatado uno de los Medina que al Cristo le faltaba un dedo, acudió en su búsqueda a la casa del pirata y una vez localizado y repuesto en el Cristo, el barco pudo iniciar el viaje de regreso con viento favorable.

Cuando la nave llegó a la ciudad, toda ella tenía ya conocimiento de los milagros que habían acontecido y todos querían ver al Cristo del rescate. El barco de los Medina llegó al puerto de Valencia el 31 de mayo de 1539, una vez desembarcado hizo una primera parada en la iglesia parroquial del Grao, al día siguiente visitó el ya desaparecido convento de Nuestra Señora de los Remedios y el día 2 de junio de 1539 hizo su entrada por la puerta del Mar con destino al convento de san José, situado en la actual calle de la Corona, donde la familia Medina tenía su capilla funeraria. El Cristo fue colocado en la capilla situada junto al altar mayor y allí empezó a recibir culto. La visita al convento de Nuestra Señora del Remedio era obligada ya que este convento dependiente de los monjes trinitarios era lugar de paso de todos los cautivos que eran liberados por las ordenes redentoras a su regreso de Argel. Uno de los cautivos que pasaron por este convento en el año 1580 fue Miguel de Cervantes que estuvo cautivo en Argel durante cinco años.

Haciendo una pequeña parada en nuestra historia, añadiremos que aún realizaron los Medina un cuarto viaje a Argel en 1541, pero en esta ocasión el plan era secuestrar por la fuerza a su hermana de casa del cadí y regresar con ella a Valencia. El intento fue un absoluto fracaso, tuvieron que regresar de vacío, perdiendo las mercancías y por poco las vidas, de la hermana de los Medina ya nunca se supo nada de ella. Andrés de Medina falleció al poco de este infructuoso viaje, concretamente el 3 de mayo de 1541, mientras que su hermano Pedro lo hizo en 1579. El relato de la historia del Cristo del rescate lo conocemos por Joseph Benito de Medina, notario e hijo de Pedro Medina que lo paso por escrito de boca de su padre, protagonista y conocedor de los hechos acontecidos.

Ya en Valencia el destino del Cristo del rescate queda unido a la historia del convento de San José, en 1556 las monjas del convento se trasladan hasta la capilla de santa Tecla en la calle del Mar y con ellas llevan el Cristo del rescate y en la nueva capilla de los Medina queda depositado. En 1622 el fraile franciscano Pedro Esteve crea la cofradía del Cristo del rescate con el fin de fomentar el culto a esta imagen, para ello en 1623 encarga a un joven pintor, Jerónimo Jacinto de Espinosa, que pinte un lienzo con destino a la capilla de los Medina, cuadro que lleva por título El milagro del Cristo del rescate, hoy en manos particulares y al que se considera poco menos que parte integrante en la historia del Cristo.

En 1732 el clavario de la cofradía, Raimundo Cuenca, encarga dos lienzos para los muros laterales de la capilla de los Medina, llevan por título Desembarco, quema y milagroso rescate del Cristo en Argel y Procesión de entrada en Valencia delante del Palacio del Real, cuadros de autor anónimo, pero este último de especial interés porque de fondo se puede ver el palacio del Real tal y como era en el siglo XVIII. En este último lienzo se puede leer en el ángulo inferior izquierdo una cartela que dice: se colocaron las dos historias siendo clavario Raimundo Cuenca. En el año MDCCXXXII a sus expensas.

En 1868 el convento de san José y santa Tecla es demolido y después de unos años de itinerancia las monjas recalan en 1881 en el convento de san Vicente de la Roqueta donde nuevamente queda el Cristo depositado. Mientras tanto el Cristo había quedado en poder de la familia de La Cuadra Oliag, descendientes de la familia Medina y propietarios-patronos del Cristo. En 1931 Manuel Oliag Oliag propietario del Cristo, ante el mas que probable asalto al convento por fuerzas incontroladas, esconde el Cristo en su domicilio particular. Finalizada la guerra civil, el Cristo, por mediación de Manuel Oliag Giner regresa nuevamente al convento de san Vicente de la Roqueta, pero ante un nuevo traslado de las monjas a un nuevo convento fuera de la ciudad, la familia Oliag propietaria del Cristo, hace entrega de la talla en 1970 a la parroquia de san Esteban de la ciudad de Valencia, donde permanece en la actualidad.