Exposiciones
Valencia y los Papas

La Comunidad Valenciana está ligada al Papado desde antiguo por profundos y múltiples vínculos, siendo numerosas y fecundas las relaciones que ha mantenido con los pontífices romanos a lo largo de la historia.

Tu eres Petrus

El Papa es para los católicos el Vicario de Cristo en la tierra, que continúa ejerciendo el servicio de pastor supremo de la iglesia confiado por Cristo al apóstol San Pedro "Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" ... "Te daré las llaves del Reino de los Cielos". "Apacienta mis ovejas".

La figura de San Pedro estuvo presente en Valencia desde el mismo momento en que llegó el cristianismo a nuestras tierras y su primacía sobre la Iglesia -así como la de sus sucesores los Papas- ha quedado reflejada en el arte valenciano.

El nacimiento de Valencia como reino cristiano en 1238, por obra del rey Jaime I de Aragón fue favorecido y respaldado por los papas: Gregorio IX emitió once bulas de cruzada que facilitaron la empresa del conquistador.


La renacida iglesia valentina fue objeto de una particular solicitud por parte de los pontífices, quienes intervinieron de modo especial en la estructuración diocesana del nuevo reino. La creciente importancia de éste ante la Santa Sede se manifestará en una serie de disposiciones que afectaron a la organización eclesiástica del mismo:

1246: Inocencio IV ordena cerrar el pleito entre los metropolitanos de Toledo y Tarragona por la posesión de la diócesis Valentina y se reserva la decisión de la causa que no llega a emitirse. Valencia quedará integrada de hecho en la archidiócesis tarraconense.

1470: Pablo II separa la diócesis de Valencia de la provincia eclesiástica de Tarragona y la declara inmediatamente sujeta a la Santa Sede.

1492: Inocencio VIII eleva la diócesis de Valencia al rango de archidiócesis metropolitana, asignándole como sufragáneas la diócesis de Cartagena y Mallorca.

1564: Pío IV crea la diócesis de Orihuela y la incorpora a la archidiócesis de Valencia.

1577: Gregorio XIII separa la diócesis de Segorbe y Albarracín y agrega la primera a la archidiócesis de Valencia.

Es significativo el hecho que los colores de la enseña valenciana coincidan con los colores tradicionales de la Santa Sede: rojo y amarillo (hasta 1808, en que por orden de Pío VII, fueron sustituidos por los actuales amarillo y blanco). Probablemente ello se debe a que el rey Sancho Ramírez de Aragón adoptó como emblema propio los colores pontificios al declararse vasallo de la Santa Sede en 1068.

Con el cisma de Occidente, iniciado en 1378 Valencia adquiere un papel protagonista en la historia del Papado, cuando Benedicto XIII se refugia en la fortaleza de Peñiscola. Con él llego a nuestras tierras, parte del tesoro y de la biblioteca de los papas de Aviñon. Una delegación del Concilio de Constanza vino a Morella (Castellón) para negociar la renuncia del antipapa, pero no lo logró. Cuando el Papa Luna murió en 1423 le sucedió el canónigo de Valencia, Gil Sánchez Muñoz, Clemente VIII, quien renunció al pontificado en 1429, poniendo así fin al Cisma. En esta renuncia intervino decisivamente el clérigo valenciano Alfonso de Borja, futuro papa Calixto III.

Durante este revuelto periodo de la vida eclesial, numerosos valencianos ocuparon puestos de relieve en la curia pontificia, especialmente en la diócesis de Aviñon. Entre todos ellos destaca el dominico San Vicente Ferrer, vehemente partidario de la legitimidad de los papas aviñonenses, en defensa de la cual escribió su Tratado del Cisma moderno de la Iglesia (De moderno Ecclesiae Echismate). Consejero, teólogo pontificio y confesor de Benedicto XIII, ante la obstinada negativa de éste a abdicar acabó abandonándolo y se lanzó a recorrer la parte occidental de Europa como legado de Cristo, predicando la penitencia para obtener así la renovación de la Iglesia y la solución del Cisma.

En la segunda mitad del siglo XV Valencia llega al solio pontificio en la persona de dos hijos y obispos suyos: Alfonso de Borja y sus sobrino Rodrigo de Borja, que ocuparán la sede de Pedro con los nombres de Calixto III (1455-1458) y Alejandro VI (1492-1503). Los papas Borja marcan la época de mayor esplendor de las relaciones entre Valencia y el Papado y de mayor presencia de Valencia en Roma.

Calixto III puso en marcha una cruzada que frenó el avance otomano sobre Europa y su sobrino Alejandro VI estableció con los breves "Inter caetera" las demarcaciones de Castilla y Portugal sobre las tierras descubiertas en el Nuevo Mundo, al tiempo que promovió la evangelización de éste mediante el envío de misioneros.

Los papas Borja nombraron cardenales a dieciocho valencianos y a muchísimos otros paisanos suyos los emplearon en la curia papal o en el gobierno de los Estados Pontificios. Gracias a su mecenazgo diversos valencianos estudiaron en las universidades italianas y tuvieron ocasión de entrar en contacto con la nueva cultura del Renacimiento.

Calixto III y Alejandro VI continuaron usando su lengua valenciana y honraron su tierra natal con la concesión de numerosas gracias, reliquias y obras de arte. Al patrocinio del cardenal Rodrigo de Borja se deben los hermosos frescos de la capilla mayor de la Catedral de Valencia y a su influencia que ésta fuese elevada al rango de sede metropolitana en 1492. Como papa Alejandro VI creó en 1501 el "Estudi General" o Universidad de Valencia.

La familia Borja dio también a la Iglesia un santo: San Francisco de Borja, cuarto duque de Gandia, donde nació en 1510 y donde fundó el primer colegio de la Compañía de Jesús (1546), que Pablo III elevaría a Universidad (1547). Tras renunciar a su ducado, en 1551 ingresó públicamente en la Compañía, de la que llegaría a ser tercer general. Como tal impulsó las primersas misiones jesuitas en America y fundó diversos colegios, entre ellos el Colegio Romano (actual Pontificia Universidad Gregoriana) y gozó de la confianza de los papas Pío IV y San Pío V.

Prueba de los estrechos lazos que unen Valencia con el Papado es el elevado número de cardenales valencianos que ha habido desde finales del siglo XIV: cuarenta y uno, de los cuales treinta y cuatro han sido naturales de la Comunidad u oriundos de la misma y el resto obispos o arzobispos de Valencia. En la actualidad dos valencianos forman parte del Colegio Cardenalicio: el Em.mo Ricardo María Carles Gordó (Valencia, 1926) y El Em.mo Antonio Cañizares Llovera (Utiel, 1945),

Además los papas honraron a dos arzobispos de Valencia con la alta dignidad del Patriarca de Antioquia: el oriolano Fernando de Loaces (1567-1568) y el sevillano Juan de Ribera (1568-1611). Este último, beatificado por Pío VI en 1796 y canonizado por Juan XXIII en 1960, es una de las figuras más relevantes de la Iglesia valenciana, que, siguiendo el dictado de los sumos pontífices, la reformó según las disposiciones del concilio de Trento.

En la Comunidad Valenciana han quedado numerosas huellas de las relaciones mantenidas con los papas a lo largo de la historia. Diversos documentos, obras de arte, libros, objetos devocionales, relicarios, medallas, ornamentos, cartas, grabados, fotos, etc. testimonian los contactos de nuestra Comunidad con los sucesores de Pedro.

Desde el Santo Cáliz conservado en la Catedral de Valencia, que bien pudo ser el cáliz eucarístico de los primeros papas (de San Pedro a San Sixto II), hasta la casulla con que Juan Pablo II celebró la misa de ordenación sacerdotal en el paseo de la Alameda de Valencia el 8 de noviembre de 1982, pasando por otras piezas significativas, como el privilegio que Urbano VIII concedió en 1632, gracias al cual el "Misteri d'Elx" es la única obra de teatro religioso que continua celebrándose regularmente en el interior de un templo católico a pesar de la prohibición del concilio de Trento, así como las obras del arzobispo fray Juan Tomás de Rocabertí en defensa del papado contras las ideas galicanas, o el breve de Juan XXIII declarando a la Virgen de los Desamparados patrona principal de la entonces Región Valenciana, son muchos de los vestigios que los papas han dejado en Valencia y cuantiosas también las muestras de devoción del pueblo valenciano hacia ellos.

En nuestros días Valencia ha sido honrada con la vista de dos papas: Juan Pablo II (1982) y Benedicto XVI (2006) y distinguida en 2003 con su designación como sede del V Encuentro Mundial de las familias.

Texto y fotos: Folleto de la Exposición
Lugar: Museo de la Ciudad. Valencia
Julio-Agosto de 2.006
Colaboran: Biblioteca Valenciana, Generalitat Valenciana, Ajuntament de Valencia, Fundació Jaume II el Just, Instituto de Humanidades Angel Ayala (CEU) y 32 America's Cup Valencia.