Conventos y monasterios de Valencia
Real Monasterio de San Cristóbal
c/ Poeta Bodría, 2

El actual Real Monasterio de San Cristóbal es un edificio de finales del siglo XIX situado en el margen izquierdo del río Turia. Pero la historia de este convento es mucho mas antigua.

El convento fue fundado en 1409 por monjas canonesas regulares de San Agustín, que procedentes del Monasterio de Santa Bárbara de Alzira se instalaron junto a la iglesia de San Cristóbal en la calle de Mar. La historia de la Iglesia de San Cristóbal no deja de ser curiosa; se cuenta que en el año 1391 apareció bajo el suelo de la sinagoga judía una imagen de San Cristóbal, el hecho se consideró como milagroso y la antigua sinagoga fue consagrada de inmediato como iglesia cristiana. Pues bien junto a esta iglesia se instalaron las monjas y de aquí tomaron su nombre. El monasterio se encontraba aproximadamente frente al Palacio de los Valeriola. El 21 de febrero de 1409 el papa Benedicto XIII expide el breve apostólico fundacional.

Llegados a este punto conviene hacer notar que la calle de Mar era parte del barrio judío en la Valencia medieval, y que previamente a la aparición de la imagen se había desatado un salvaje asalto a la judería. El asalto fue brutal y a la larga sería el principal motivo de la desaparición de los judíos de la ciudad de Valencia. No pasa a nadie desapercibido que la aparición de la imagen en la sinagoga fuera casi contemporánea al asalto a la misma.

También recordar que cerca de este lugar nació el humanista valenciano Luis vives (* Valencia 06-03-1492 † Brujas 06-05-1540) y que en alguno de sus libros cita el nombre de la iglesia recordando escenas de su niñez. Sus padres eran judíos conversos y para evitarle problemas fue enviado al extranjero a cursar estudios y nunca regresaría a Valencia.

La vida monacal de las monjas de San Cristóbal, transcurría con sus más y sus menos a lo largo del tiempo, el convento fue reformado en 1672 para adaptarlo a los gustos barrocos decorativos de la época y a las necesidades monásticas que el paso del tiempo imponía.

De esta fabrica sabemos por diversos autores y por el plano del Padre Tosca de 1704 que el convento disponía de un claustro y un huerto y que su iglesia era de una sola nave de tres tramos. Tenía tres capillas o altares a cada lado. Así en el lado del evangelio encontrábamos citando a Jacinto Ortí, la imagen original de San Cristóbal del siglo XIV con una cartela que decía "Fonc atrobada esta figura del glorios Màrtir San Christófol daball de terra dins la eglesia hon hi está". En València a 9 de juliol de 1391. Además de esta capilla encontrábamos en este lado las dedicadas a San Agustín y la de San José. En el lado de la epístola las capillas de la Virgen del Parto sin dolor, la de Cristo Crucificado y otra dedicada a San Antonio de Padua.

Bajo el coro se encontraba una imagen de la Purísima Concepción y el en el Altar Mayor otra imagen, esta de mayor tamaño de San Cristóbal, titular de la iglesia y del convento.

Pero la tranquila vida de las monjas se truncó cuando un 28 de septiembre de 1868 la Junta Revolucionaria de Valencia que se había formado después del destierro de la reina Isabel II ordenó la expulsión de las monjas y estas se vieron obligadas a abandonar el convento, siendo acogidas en el Convento de Jerusalén de la calle Xátiva. En 1869 el monasterio de San Cristóbal de la calle del Mar fue demolido y en su lugar se construyeron viviendas con fachadas a la calle del Mar y a la calle de la Paz.

Entre 1868 y 1873 permanecieron las monjas canonesas acogidas por las franciscanas del Convento de Jerusalén, pero en esta última fecha la comunidad compró el convento de San Antonio Abad que se encontraba en la calle Sagunto. Pero el monasterio no cumplía los requisitos mínimos de habitabilidad y seguridad por lo que en 1897 las monjas compraron un terreno conocido como el huerto de Vicente Roca y sobre el mismo, el arquitecto José María Belda construyó entre 1897 y 1898 el nuevo convento de San Cristóbal que es el que podemos ver en la actualidad. En esta compra-venta intervino la esposa de Vicente Roca, doña Filomena Fernández Olmos, protectora de las monjas canonesas. El convento de San Antonio Abad fue vendido por las monjas a los padres salesianos. Una vez terminado el convento aún faltaba por construir la iglesia que sería comenzada en 1903.

La planta del actual monasterio tiene planta rectangular y dispone de un claustro de doce arcadas situado a espaldas de la iglesia. El templo fue iniciado en 1903 según proyecto de Antonio Ferrer Gómez y como maestro de obras Andrés Vela. En 9 de julio de 1904 la iglesia pudo ser consagrada. Destaca de la iglesia su gran cúpula cubierta con teja vidriada de color azul y blanca, su interior de un cierto estilo oriental neo bizantino tiene unas medidas de 33 metros de largo por 13 metros de ancho, se cubre con bóveda de cañón y lunetos, y en las pechinas del crucero podemos encontrar pinturas al fresco de los cuatro evangelistas salidas de la mano de Juan Bonet.

En el lado de la epístola encontramos los altares de Santa Catalina Tomás (1531-1574) monja canonesa de San Agustín, la del Sagrado Corazón de Jesús y la de Nuestra Señora de Fátima. En el lado del evangelio el altar compartido por San Agustín y San Antonio de Padua, otro dedicado a San Cristóbal y un tercero a San José. Todas las imágenes son obras recientes de escaso interés artístico ya que las anteriores fueron destruidas en la Guerra Civil. La única excepción es la de San Cristóbal cuya cabeza es la original del siglo XIV.

En el Altar Mayor tenemos un retablo con la imagen del titular del convento y a ambos lados imágenes de San Gabriel y del Ángel Custodio.

Sobre la fachada a los pies de la iglesia se abre una ventana en arco de medio punto que da luz al coro situado a los pies del templo.

Entre las obras de cierto valor que dispone la iglesia tenemos un Cristo Crucificado y un lienzo de San Luis Beltrán ambos del siglo XVII. Otro lienzo, este moderno, del Patriarca San Juan de Ribera y otro de la Conversión de San Agustín, así como el púlpito en piedra con relieves de San Cristóbal, la Purísima, San Agustín y San José que ya se encontraba en el antiguo monasterio de la calle del Mar. También un icono del siglo XIV de Nuestra Señora de la Guardia proveniente del antiguo convento de la calle del Mar.

Desde el siglo XV hasta el presente siglo XXI la permanencia en el monasterio de las canonesas de San Agustín ha sido continuada, eso si en diversas ubicaciones pero continuada, con la sola excepción del periodo de la Guerra Civil donde las monjas fueron nuevamente expulsadas y el convento y la iglesia convertidos en Hospital de Sangre y almacén. Finalizada la Guerra Civil muchas de las obras que habían sido traídas desde el monasterio de la calle del Mar habían sido destruidas, por lo que el mobiliario mueble que podemos encontrar en la actualidad son casi todas de época reciente.

Destacar que la imagen original de San Cristóbal fue escondida en la Alfarería Riera sita en la calle Alboraya, pero ante la presencia de milicianos en el lugar, la imagen fue escondida en el horno encendido con lo que la misma se quemó a excepción de la cabeza. Después de la guerra una nueva imagen fue tallada colocando la cabeza original del santo y así permanece hasta el día de hoy.