Personajes valencianos
San Luis Bertrán

Luis Bertrán Eixarch nació el 1 de enero de 1526 en una casa situada en la plaza del Almudín que todavía se conserva. Hijo de Juan Luis Bertrán (notario) y de Juana Ángela Eixarch. Fue bautizado en la Parroquia de San Esteban, en la misma pila donde había sido bautizado San Vicente Ferrer y donde sería bautizado el autor de esta página. Su padre enviudó de su primera mujer (Francisca Galindo) y decidió retirarse al monasterio de Porta-Coeli (Valencia), pero de camino al monasterio se le apareció San Vicente Ferrer y San Bruno y le dijeron que olvidara su idea de hacerse monje y se casara nuevamente. Así lo hizo y casó en segundas nupcias con Juana Eixarch, con la que tuvo nueve hijos siendo Luis el hijo primogénito.

Desde muy joven tuvo Luis Bertrán inclinaciones por la vida religiosa y se entregaba a duras penitencias y mortificaciones. Ingresa en el Convento de Santo Domingo el 27 de agosto de 1545 y el 23 de octubre de 1547 celebra su primera misa. Su primer destino es el Convento de Santa Cruz en Llombay (Valencia), pero en 1549 es llamado a Valencia para hacerse cargo de maestro de novicios en el convento de predicadores. En este mismo año fallece su padre. En 1554 es enviado al convento de Santa Ana de Albaida (Valencia) y en 1560 vuelve nuevamente a Valencia para hacerse cargo otra vez del noviciado.

En 1561 marcha a Nueva Granada (actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá) por voluntad propia y con permiso forzado de sus superiores. En Nueva Granada permanecerá entre 1562 y 1569 donde realiza una activa acción evangelizadora. En 1568 fue elegido prior del convento de Santo Domingo en Santa Fe de Bogotá. Mientras estuvo en America tuvo varios intentos de asesinato por parte de los encomenderos españoles, por su abierta beligerancia a favor de los nativos americanos y también por parte de caciques locales que no estaban dispuestos a la evangelización. De muchos de estos intentos se libró por su acción taumatúrgica que le llevaba a obrar milagros. Poseía el don de lenguas, es decir que aunque se expresaba en castellano todos los indígenas a los que predicaba le entendían perfectamente en su propio idioma.

Regresa en 1569 a Valencia pues su estado de salud es muy delicado. Al volver cojeaba ostensiblemente de una pierna, cojera que le acompañaría toda su vida. Además de siempre había sido de salud precaria, se le veía flaco, pálido y escuálido, además de padecer cierta sordera y miopía. En 1570 es nombrado prior del convento de San Onofre en Museros (Valencia), y en 1573 es encargado nuevamente del noviciado del Convento de Predicadores. El 15 de mayo de 1575 es nombrado prior del Convento de Santo Domingo de Valencia y acabado su mandato vuelve a desempeñar el cargo de maestro de novicios.

En la puerta de su celda colocó un rótulo con una frase de San Pablo: Si tratase de agradar a los hombres no sería siervo de Jesucristo (Si hominibus placerem, Christi servus non essem).

El barrio de la Fuente de San Luis de Valencia debe su nombre a este santo dominico.

Fallece el 9 de octubre de 1581 según había profetizado, en su celda del Hospital de Pobres Sacerdotes de nuestra ciudad de Valencia. Coetáneo de Santa Teresa de Jesús, mantuvo correspondencia con ella. Su cuerpo incorrupto se encontraba en una urna en la Capilla de la Comunión de la Iglesia de San Esteban, hasta donde había llegado después de la Desamortización de Mendizábal, para ser quemado en 1936 al inicio de la Guerra Civil. Según dice la tradición el santo murió acompañado por el beato San Juan de Ribera.

Es recordado en el convento de Santo Domingo y en Valencia en particular, porque mientras estuvo al frente de los novicios del convento, creó una verdadera escuela de monjes altamente preparados intelectualmente y espiritualmente. Entre los más conocidos discípulos salidos de la escuela de novicios del Convento de Santo Domingo figura Domingo Anadón.

Luis Bertrán fue beatificado por el papa Paulo V el 19 de julio de 1608 y canonizado por el papa Clemente X el 12 de abril de 1671. En 1690 en declarado patrono de Colombia por el papa Alejandro VII.