Catedrales de España
Catedral de León

Introducción

Nombre: Catedral de Santa María de Regla
Ubicación: León. Comunidad de Castilla y León
Gentilicio: leoneses. Diócesis de León (diócesis legionense)
Estilo principal y fecha construcción general: gótico siglo XIII
Conocida como la pulchra leonina, la bella leonesa
León se encuentra a orillas del río Bernesga. En el Camino de Santiago
Declarada en 1844 Monumento Nacional
En 2011 la UNESCO declaró a la ciudad de León como "cuna del parlamentarismo"

Historia

León hacia el 29 a. C. fue lugar de asentamiento de la legión romana Legio VI Victrix y aquí permanecieron hasta el año 70 d. C. en que fue trasladada a Germania. No obstante sería la Legio VII Gemina quien en el 74 d. C. se asentaría con carácter definitivo construyendo un campamento militar que acabaría dando nombre a la población. El nombre de León es una evolución fonética del término romano legio. El asentamiento de esta unidad militar tuvo lugar por orden del emperador Vespasiano y tenía como fin proteger las minas de oro de Las Medulas, la Vía de la Plata y servir de control de los pueblos astures y cantabros, que aunque pacificados por Augusto no dejaban de entrañar cierto peligro.

León fue conquistada por los musulmanes en el 712 y recuperada por los cristianos del rey de Asturias Ordoño I en el 853. No obstante todo el territorio estuvo parcialmente despoblado sin que hubiera una ocupación estable y consolidada, siendo un lugar de frontera con escasa población.

Será el rey de Asturias García I, hijo de Alfonso III quien trasladó la capitalidad del reino de Asturias a la ciudad de León, convirtiéndose en el primer rey de León en 910. Será su hermano y sucesor el rey Ordoño II quien consolidaría la capitalidad leonesa, iniciando uno de los periodos más gloriosos de la historia de España, con la formación del reino de León como uno de los ejes principales de la historia española.

Dentro de la historia leonesa hay que nombrar al rey Alfonso V el Noble, quien en el 999 fue coronado como rey de León en la catedral. Alfonso V está enterrado en la Real Colegiata de San Isidoro y en 30 de julio de 1017 concedió el "Fuero de León" a todos los pobladores que quisieran residir en el reino, un territorio todavía muy despoblado y muy peligroso por ser territorio de frontera. El fuero de León ha quedado como uno de los hitos fundamentales en la historia española, pues entre otros muchos aspectos garantizaba la inviolabilidad del domicilio y daba ciertas garantías jurídicas a las mujeres en ausencia de sus esposos. El fuero de León se compone de 48 normas. Las veinte primeras se referían al Reino, mientras que las veintiocho restantes se aplicaban a la ciudad de León.

La importancia del reino de León, iría acompañada por la creación de otro gran reino, el reino de Castilla. Con la conquista de Toledo en 1085 por el rey Alfonso VI el Bravo a los musulmanes, la frontera cristiana se desplazaría al sur y León como capital del reino castellano-leonés dejaría de ser decisiva, pasando a una posición secundaria.

A destacar la fecha del 18 de abril de 1188 en que las cortes de León, convocadas por el rey Alfonso IX de León, acuden por primera vez en la historia, los representantes de las ciudades que tienen derecho a voz y voto, lo que se considera como el primer acto parlamentario de Europa, y por lo que se reconoce a León como cuna del parlamentarismo. Las cortes tuvieron lugar en el claustro de la Real Colegiata de San Isidoro y es la primera vez como hemos comentado que se reúnen todos los estamentos sociales del reino, incluido el ciudadano.

Características

La catedral leonesa está levantada sobre lo que fue parte del palacio del rey Ordoño II que a su vez aprovechaba unas antiguas termas romanas. El rey cedió los terrenos al obispo Fruminio II (obispo entre 915 y 928) para la erección de la sede catedralicia en el 916. Esta antigua catedral debía tener tipología prerrománica o tal vez mozárabe y debía contar con tres altares en honor a san Juan Bautista, el Salvador y Santa María. El paso del caudillo musulmán Almanzor (* Torrox, Málaga ca. 939 † Medinaceli, Soria 09-08-1002) en 988 por la ciudad de León, trajo consigo la destrucción del templo y de la ciudad.

Entre los años 1065 y 1073 el obispo Pelayo (obispo entre 1065 y 1085) decide levantar una nueva catedral que lo será en estilo románico, con planta de tres naves y tres ábsides, realizada en ladrillo y mampostería. En el subsuelo de la actual catedral, el arquitecto Demetrio de los Rios, pudo estudiar y dibujar en 1884 los restos de esta vieja catedral románica. Esta catedral fue auspiciada por el rey de Castilla y León, Fernando I el Magno que por esa época estaba enfrascado en la construcción de la Colegiata de San Isidoro. La catedral fue consagrada el 10 de noviembre de 1073 siendo rey de Castilla y León Alfonso VI y se considera que sus artífices serían los mismos que trabajaron en San Isidoro. El nombre de Santa María de Regla, lo adquiere al acogerse el cabildo catedralicio, al menos desde el 960 a una regla de vida en común.

La actual catedral gótica fue comenzada en el siglo XIII siendo obispo Manrique de Lara (obispo entre 1181-1205 / † 1205) contando con el patrocinio del rey leonés Alfonso IX. Las obras comenzaron en 1205 y solo alcanzaron poco más que la cimentación del edificio, debiendo esperar hasta 1255, al obispo Martín Fernández (obispo entre 1254 y 1289) y al rey castellano-leonés Alfonso X el Sabio para levantar la nueva catedral tal y como hoy la conocemos. Martín Fernández antes que obispo, fue arcediano de Saldaña (Palencia), notario del rey Fernando III el Santo y hombre de confianza del rey Alfonso X el Sabio.

El planteamiento constructivo enraíza con el estilo gótico francés. Fueron sus primeros artífices el maestro Simón, del que se sabe que en 1261 trabajaba en las obras de la catedral y el maestro Enrique († Burgos 1277) (Enricus magister operis), al que se considera de origen francés y por tanto conocedor de las catedrales que se estaban levantado en el país galo. El maestro Enrique que trabajaba en la catedral de Burgos, se hace cargo de las obras, completando las partes más importantes del templo y marcando las pautas constructivas para sus sucesores. A la muerte de este, se hace cargo de las obras el maestro de origen hispano Juan Pérez († Burgos 1296). Las obras de la catedral se darían por acabadas en 1302 en lo que respecta a su obra principal.

El templo articula su planta en forma de cruz latina, tres naves de cinco tramos que a la altura del transepto se transforma en cinco naves con otros cinco tramos. La nave de transepto es muy amplia, está formada por tres naves con los cinco tramos comentados. Dispone de crucero, girola con cinco capillas absidiales de planta hexagonal precedida por dos tramos rectos, claustro en el lado del evangelio y sacristía añadida posteriormente a la cabecera del templo por el lado de la epístola. Tiene unas medidas de 91 metros de longitud x 40 metros de ancho y una altura de 30 metros en la nave central. Dispone de un profundo presbiterio de tramos rectos, necesarios ya que antiguamente en el mismo se disponía el coro.

Las naves se separan por arcos formeros apuntados que descansan en gruesos pilares cruciformes con columnas adosadas. Un segundo cuerpo en altura lo forma el triforio o galería que asoma al interior de la catedral y finalmente los muros del claristorio en los cuales se abren las grandes vidrieras que tamizan la luz del sol que penetra desde el exterior. Las bóvedas que cubren las naves son en su gran mayoría de crucería simple. Rectangulares o cuadrangulares en las naves centrales, mientras que en la girola se transforman en bóvedas trapezoidales. La bóveda de crucero es de crucería simple, realizada en el siglo XIX ya que en una de las reformas sufridas en el templo se llegó a colocar una cúpula barroca, cúpula que tuvo que ser desmontada ante el excesivo peso de la misma que ponía en peligro la integridad del templo.

El coro se sitúa en la nave central, en origen este se situaba en la capilla mayor, pero en el siglo XVIII fue trasladado a la nave central. La catedral fue abierta al culto en 1302 siendo obispo Gonzalo de Hinojosa (obispo entre 1301 y 1313 / † Burgos 15-05-1327), aunque las obras continuaron en el tiempo.

La fabricación de vidrieras se desarrolló en tres etapas: la primera, las realizadas entre los siglos XIII y XV. Una segunda etapa son las confeccionadas en el siglo XVI y una tercera etapa las realizadas en el siglo XIX que además incluye la reparación y consolidación de aquellas que se encontraban en mal estado. Nombres asociados a los trabajos de las vidrieras son: Pedro Guillermo y Juan Pérez (siglo XIII), maestro Arquer, Alfonso Díez, Valdovín, Juan de Almunia y Anequín (siglo XV). Diego de Santillana y Rodrigo de Herreras en el siglo XVI. Las últimas que se realizaron son del siglo XIX elaboradas por Juan Bautista Lázaro de Diego (* León 1849 † Ciempozuelos, Madrid 1919) usando técnicas medievales.

Si algo destaca del interior de la catedral es por la presencia luminosa de todos sus vanos cubiertos por grandes vidrieras historiadas y policromadas. En total 230 vidrieras de distintos tamaños que suman 1800 m2 de superficie vidriada. Las vidrieras más antiguas son las de la cabecera, nave de crucero y el claristorio alto, realizadas en los siglos XIII y XIV, aunque la mayoría han sido restauradas en los siglos XIX y XX. Se distribuyen en el templo a razón de 31 ventanales altos, 74 en el triforio, 10 en las naves bajas y tres grandes rosetones en sus hastiales, el resto distribuidas entre las capillas. La temática de las vidrieras de las naves bajas se refieren al mundo vegetal, científico, artístico, tareas agrícolas, virtudes y vicios, es la parte más mundana del quehacer diario. Las del triforio o tribuna alta, representa un nivel superior, es la nobleza o realeza, se representan símbolos de instituciones de poder, escudos civiles, nobiliarios o eclesiásticos. Las vidrieras de la parte alta o claristorio nos hablan del mundo celestial superior, la historia de la salvación, con profetas, reyes, patriarcas, apóstoles, mártires, confesores, etc.

Destacan sus tres grandes rosetones que se abren en sus tres fachadas: la occidental o principal (a los pies del edificio) tiene en su círculo central la figura de la Virgen con el Niño, alrededor de ella, doce ángeles tocando instrumentos musicales. Es del siglo XIII restaurada completamente en el XIX. La situada en la fachada sur, frente al palacio del obispo, es del siglo XIX y tiene en su círculo central como tema la coronación de la Virgen. El rosetón de la fachada norte, oculta parcialmente por el claustro, fue realizada en el siglo XIII con añadidos del XV, y tiene en su círculo central a Cristo, rodeado por rayos y por dieciséis reyes del Antiguo Testamento tocando instrumentos de cuerda.

En el siglo XV se realizan obras de reforzamiento de muros, ventanales y contrafuertes, lo que no evitará que en 1631 la bóveda central se desplome obligando a realizar importantes modificaciones que se alargaron durante varios años. A mediados del siglo XVIII la bóveda vuelve a hundirse y nuevamente se vuelven a efectuar labores de reconstrucción. En 27 de enero de 1869 es nombrado arquitecto restaurador para las obras de la catedral Juan de Madrazo Kuntz (* Madrid 1829 † Madrid 07-03-1880) que efectúa obras de consolidación y logra detener el peligro de derrumbe que se cernía sobre el templo desde prácticamente sus inicios. En 21 de octubre de 1879 Madrazo es destituido y sustituido por el arquitecto Demetrio de los Ríos y Serrano (* Baena, Córdoba 27-06-1827 † León 27-01-1892) que continúa con el programa edificativo y restaurador iniciado por Madrazo. De este periodo es la reconstrucción total de los hastiales oeste y sur que como se puede comprobar a simple vista tienen distinto color de piedra. Finalmente en 1901 se dieron por terminadas las obras de la catedral, siendo estas las últimas importantes realizadas en la misma.

Fachada occidental (oeste) Es la fachada principal, desarrolla su estructura con tres portadas y dos torres en los extremos. Entre las torres un cuerpo central (hastial) exento a las torres por la presencia de los arbotantes. La torre de la izquierda lleva por nombre: torre de las campanas, la de la derecha: torre del reloj. Las jambas de las portadas se encuentran en este momento vacías, las veintitrés figuras que permanecían en sus habitáculos fueron retiradas en 2009 para evitar su deterioro, veinte de ellas se trasladaron al claustro donde pueden ser vistas y las tres restantes se conservan en una capilla de la catedral situada bajo la torre norte (capilla de san Juan). Los personajes que componen este grupo de esculturas en piedra son personajes del Antiguo Testamento y apóstoles.

El cuerpo central de la fachada que se levanta exento entre las torres, articula su alzado en cuatro cuerpos horizontales, en el cuerpo inferior encontramos la triple portada, el segundo cuerpo está ocupado por un triforio o terraza con cuatro vanos apuntados, el tercero por un gran rosetón con vidrieras de colores y el cuarto y último se remata por un gablete triangular flanqueado por dos pináculos. En el centro del gablete un pequeño rosetón y por encima de este en el interior de una hornacina, la Anunciación a la Virgen. El actual hastial neogótico es una reconstrucción efectuada en el siglo XIX y que viene a sustituir al plateresco del siglo XVI que efectuara Juan de Badajoz el Mozo (* León ca. 1498 † León 1552 / maestro de obras entre 1525 y 1552). Este esquema compositivo se repite con similares características en la fachada meridional.

Entre la puerta del juicio final y la de san Juan, encontramos una lápida pétrea conocida como locus appellationis (lugar de apelación). Junto a esta lápida se encontraba la figura (ahora en el claustro) que representa a la Justicia, ya que ambos elementos marcaban el lugar donde los representantes del pueblo se reunían para impartir justicia.

Torre de las campanas Situada en el lado norte, comenzó a construirse en el siglo XIII completándose la parte maciza y los dos cuerpos con ventanales en el siglo XIV, finalmente el arquitecto José Joaquín de Churriguera y Ocaña (* Madrid 20-03-1674 † Plasencia, Cáceres 30-09-1724) levantó en el siglo XVIII el remate de la torre. Tiene una altura de 65 metros.

Su nombre obedece a que en su cuerpo superior se alojan las trece campanas principales que dispone la catedral. Sus nombres y años de fundición son las siguientes: Pascualeja menor (1848), Pascualeja mayor (1854), Josefina menor (1929), Josefina mayor (1929), Sardinera menor (1835), La Ferial (1728), Sardinera mayor (1835), Cimbalillo o Aguijón (1853), La Semidoble (1671), La Dominicana (1929), La Trinidad (1929), La María (1929) y La Froilana (1929). A título de curiosidad digamos que la Froilana es la campana más grande con más de 2.000 kilogramos de peso, la más antigua es La Semidoble, cuya fecha de fundición se desconoce pero se estima hacia 1671.

Torre del reloj Situada en el lado sur, es algo más alta que su hermana norte, aunque inapreciable para ojos no expertos, fue construida en el siglo XIII y finalizada en la segunda mitad del siglo XV por el maestro Jusquín (maestro de obras entre 1445 y 1468). En total mide 68 metros de altura. Aunque ambas torres puedan parecer iguales, difieren bastante en los elementos decorativos que son distintos y sobre todo en los remates de ambas torres en las que se aprecian diferencias considerables, el remate en aguja de esta torre es calado, mientras que el de su compañera es macizo. Toma su nombre por el reloj que dispone en su paramento occidental. El reloj y su mecanismo fue obra de 1788 del relojero Ramón Duran de Madrid y reparado en 1992 pues hacía años que había dejado de funcionar.

En la torre del reloj hay dos pequeñas campanas del siglo XVIII que mediante un pequeño ordenador señalan acústicamente las horas y los cuartos, son las llamadas campana de las horas y campana de los cuartos.

Puerta del juicio final Ocupa el vano central de la triple portada. El tímpano está presidido por la figura entronizada de Cristo Juez, lleva corona real y muestra las llagas de sus manos. Le acompañan dos ángeles llevando instrumentos de la pasión y las figuras orantes y suplicantes del apóstol Juan y la Virgen María intercediendo ante su hijo (escena conocida en el mundo de la historiografía como la Deesis). En un registro superior, dos ángeles sujetan la corona de espinas. En el nivel inferior, la figura del arcángel san Miguel pesando las almas de los hombres (la psicostasis), a su izquierda los condenados, a la derecha los bienaventurados. En este grupo vemos a obispos, reyes, clérigos y monjes, un personaje toca un órgano y un segundo acciona un fuelle en los tubos. Los condenados situados a la izquierda (derecha del espectador) se encuentran en el interior de dos ollas con agua hirviendo mientras unos diablos torturan a los pecadores y unas caras monstruosas devoran a los condenados.

En el parteluz de la portada la figura en piedra de la Virgen Blanca, ejecutada hacia 1265 o algo posterior, esta es una copia fiel realizada por Andrés Seoane Otero (* Santiago de Compostela 12-06-1912 † León 10-05-1978) ya que la original se encuentra situada en la capilla absidial central en el interior del templo para su conservación. La imagen de la Virgen Blanca fue pintada y dorada en 1551 por Antón Fernández de la Mesa, pero en la actualidad la policromía ha desaparecido. En las tres arquivoltas de la portada se representan multitud de personajes relacionados con el tema del juicio final: santos, reyes, obispos, gente humilde, ángeles tocando trompetas llamando al juicio final, muertos resucitados, los justos con ángeles, los condenados con diablos etc. Las puertas batientes son de madera de nogal del siglo XVI y están decoradas con bajorrelieves geométricos con pequeños motivos ornamentales a base de angelillos, bustos, caras, jarrones, figurillas etc.

Puerta de san Juan Construida entre 1275 y 1280, se encuentra a la izquierda de la puerta principal, al norte. Su tímpano dividido en cuatro registros horizontales se llena con escenas de la infancia de Jesús (la Visitación, la Natividad, la Adoración de los pastores, Herodes, la Epifanía, la Huida a Egipto y la Matanza de los inocentes). Destacan por su realismo las escenas de la matanza de los inocentes y el anuncio a los pastores. En las arquivoltas vemos escenas del árbol de Jesé y otras alusivas a san Juan Bautista, por quien toma nombre la portada. También vemos representados personajes del Antiguo Testamento, junto con monjes y obispos. Las batientes de la puerta se decoran con veinte plafones tallados en madera con escenas historiadas en su mayoría.

Puerta de san Francisco [de Paula] Construida entre 1275 y 1285 algo posterior a su compañera de san Juan, es la que se encuentra a la derecha de la puerta principal, hacia el sur. El tímpano se divide en dos registros horizontales, el inferior recoge escenas de la muerte de la Virgen (la dormición) siendo acompañada por el colegio apostólico. En el registro superior la coronación de la Virgen María por parte de Jesús, ambos se encuentran sentados, les acompañan dos ángeles con cirios encendidos, mientras otros dos coronan a la Virgen. De las tres arquivoltas que tiene, la exterior se reserva a diez figuras femeninas que representan todas ellas la parábola de las virgenes necias y las prudentes. En las otras dos arquivoltas vemos representaciones de figuras angélicas en actitudes de glorificación de las escenas que se representan en el tímpano.

Fachada meridional (sur) Esta fachada guarda similitudes con la fachada principal oeste ya que sigue un esquema parecido en cuanto al hastial y a la triple portada. Las portadas se corresponden con la nave de transepto del interior, la cual está formada por tres naves que se corresponden con cada una de las puertas. El cuerpo central (hastial) en este caso está flanqueado por pequeñas torrecillas prismáticas rematadas por pináculos. A san Froilán lo podemos encontrar en una escultura en piedra realizada por Agustín Mustieles, en el remate triangular central de la fachada, en el punto más alto de la fachada. La fachada fue reconstruida en su totalidad en el siglo XIX, al igual que el rosetón central obra de Matias Laviña Blasco. Solo la triple portada es original del siglo XIII.

Puerta del Apocalipsis Construida entre 1265 y 1275 en fecha algo anterior a la del juicio final. La puerta central es conocida como del Apocalipsis o también en menor medida como del Sarmental, del Obispo o de san Froilán. En el parteluz encontramos a este santo, mientras que en el tímpano vemos a Cristo en Majestad acompañado por los cuatro evangelistas que escriben sobre mesas de trabajo; junto a Cristo los símbolos de los evangelistas. En el nivel inferior del tímpano el registro se llena con un apostolado, mientras que las ojivas se llenan con ángeles turiferarios, reyes ancianos, músicos y otros personajes portadores de objetos. En las jambas encontramos esculturas de la Virgen María, el profeta Samuel y los Reyes Magos.

Puerta de la muerte Situada a la izquierda de la puerta central. Su decoración es sencilla a base de elementos vegetales y escudos nobiliarios en las arquivoltas. Su curioso nombre procede de una figura en piedra en forma de esqueleto con alas que se apoyaba en una de las ménsulas de la portada. El tímpano es liso y los sopotes de las jambas permanecen vacías, pues todo parece indicar que no se llegó a terminar la parte escultórica.

Puerta del traslado Situada a la derecha de la puerta central. Su iconografía nos relata el traslado de los restos de san Froilán desde el monasterio de la Moreruela a la catedral. Por este motivo toma su nombre la portada. Esta puerta en la actualidad es impracticable ya que por el interior está cegada y ocupada por la capilla de Nuestra Señora del Carmen. En origen esta era la puerta habitual de entrada del obispo ya que el edificio frontero se corresponde con el palacio episcopal. También era la puerta habitual de entrada de los peregrinos que llegaban a la catedral de León

Fachada septentrional (norte) No es visible desde el exterior, ya que la misma se encuentra oculta por el claustro catedralicio. Desde su interior, vemos el alzado del cuerpo central que guarda similitudes con las ya vistas. La triple portada se mantiene aunque en la actualidad ha quedado desdibujada por la configuración interior del templo. Esta fachada es la que menos intervenciones ha sufrido a lo largo del tiempo, por lo que ha servido de guía para las reconstrucciones de las otras dos.

Interior del templo El acceso al templo para las visitas turísticas se realiza a través de la fachada principal, por la puerta de san Francisco. No podemos pasar por alto antes de hablar del interior de la catedral, con el quehacer de dos maestros que durante los siglos XV y XVI efectuaron obras de importancia en el interior de la misma. El primero de ellos es Juan de Badajoz el Viejo († 1522 / maestro de obras entre 1492 y 1522). A él se deben como obras importantes: la puerta del Cardo y la biblioteca (hoy capilla de la Virgen del Camino). El segundo artista es su hijo Juan de Badajoz el Mozo (* León ca. 1498 † León 1552 / maestro de obras entre 1525 y 1552) que realizó el actual claustro y la escalera de acceso a la sala capitular.

Traspasada la puerta accedemos al interior de la catedral y encontramos las siguientes capillas:

Capilla de santa Lucía antiguamente conocida como de san Francisco de Paula por ser esta su anterior advocación y de donde toma su nombre la puerta por la que hemos penetrado. Ocupa la planta baja de la torre del reloj (torre sur). Actualmente está ocupada por la oficina de atención al público y es paso obligado al templo para las visitas turísticas. No es visitable.

Capilla de san Juan de Regla Situada en la planta baja de la torre de las campanas (torre norte), según entramos a nuestra izquierda. Ya estaba abierta al culto en 1274. Conserva un retablo churrigueresco del siglo XVIII con escenas alusivas a la vida de san Juan Bautista, san Juan Evangelista y la Asunción de la Virgen. Conserva tres de las esculturas que se encontraban en la fachada principal y que fueron retiradas de su emplazamiento original para su protección atmosférica. La reja que cierra la capilla es del siglo XV.

Junto a la puerta de san Juan y colgando del muro, se puede ver un elemento extraño difícil de identificar a simple vista. El objeto nos recuerda la leyenda del topo. Según esta, un topo de gran tamaño se dedicaba a excavar por las noches túneles por debajo de la catedral, lo que provocaba el derrumbe de todo lo construido por el día. Hartos de la situación los obreros se dedicaron a la caza del topo, lograron atraparlo y matarlo, como recuerdo de la hazaña se decidió colgar en la puerta la piel del topo. Hoy día se sabe que lo que cuelga de la puerta no es ninguna piel de topo, sino el caparazón de una tortuga, que no sabemos como ha llegado hasta León.

La historia del topo no deja de ser una leyenda con un trasfondo de verdad. Desde prácticamente sus inicios, la catedral no ha tenido unos cimientos muy sólidos, por lo que las reparaciones y los refuerzos sustentantes han sido muy frecuentes, así como los derribos, grietas y peligros de derrumbe. Una justificación a este problema se podía explicar con la leyenda del topo, que al menos dejaba a salvo las reputaciones de los maestros de obras.

Trascoro Iniciado en 1577 según trazas ya diseñadas desde hacia años por Juan de Badajoz el Mozo y terminado por Baltasar Gutiérrez († 1608) en 1585. Concebido como un arco de triunfo, se conforma con un gran arco central de medio punto que permite una visión perfecta de la capilla mayor situada al fondo. Todo el conjunto se decora con elementos de estética renacentista: grutescos, motivos vegetales, putis, sibilas, atlantes, bucráneos, animales, virtudes, figuras humanas, etc.

Flanquean la portada cuatro paneles con relieves en alabastro de: la Natividad de la Virgen María, la Anunciación, la Natividad de Cristo y la Adoración de los Reyes Magos, salidas de la mano de Esteban Jordán en 1577, al igual que el resto de esculturas que decoran el trascoro. En un segundo nivel dos esculturas de san Pedro y san Pablo y en un tercer nivel sobre el arco de medio punto, san Isidoro y san Marcelo sedentes. Marcelo fue un legionario romano que sufrió martirio en 298 y que por pertenecer a la Legio VII Gemina está muy ligado a la historia de la ciudad. En el centro entre ambos personajes y en el interior de una hornacina, la Asunción de la Virgen. Se remata todo el conjunto con Cristo en la cruz. A espaldas de la Asunción de la Virgen, pero en el interior del coro y mirando a la capilla mayor, la hornacina aloja una imagen de san Froilán.

Coro La sillería fue labrada entre 1467 y 1481 por un grupo de artistas flamencos bajo la dirección de Juan de Malinas († 1475) y Diego Copín de Holanda a la muerte del primero. Copín de Holanda, está enterrado en el claustro de la catedral. En origen el coro se situaba en la capilla mayor, pero en 1746 fue trasladado al centro de la nave principal en su actual ubicación. La sillería del coro se distribuye en dos niveles, el coro alto formado por 44 asientos y el coro bajo formado por 32 asientos, lo que hace un total de 76 asientos. Está confeccionado en madera de nogal y ocupa dos tramos de la nave central. La sillería alta estaba reservada para los canónigos mientras que la baja estaba reservada a los beneficiados.

En los respaldos de la sillería alta están representados de cuerpo entero personajes del Nuevo Testamento: apóstoles y algunos santos. En la sillería baja, los respaldos están tallados de medio cuerpo con representaciones de personajes del Antiguo Testamento: reyes, sibilas y profetas. En la mayoría de los asientos figura el nombre del personaje al que representan. Completa el conjunto, toda una serie de tallas en las misericordias, brazos, capiteles, etc., con escenas historiadas profanas, ángeles, monstruos y representaciones de vicios con carácter moralizante. La sillería del lado del evangelio es conocida como coro del rey (por tener en este lado una silla reservada al rey), las del lado de la epístola, como coro del obispo (por el mismo motivo que el anterior, pero reservada al obispo).

En el arco de triunfo del acceso desde el trascoro, en la misma situación que la Asunción de la Virgen que hemos visto en el trascoro, aquí se representa a san Froilán mirando a la capilla mayor. En el lado del evangelio podemos ver el órgano de la catedral, pieza realizada en el siglo XX de gran sonoridad ya que dispone de mas de 4.000 tubos y cinco teclados.

Crucero sur En el brazo crucero sur junto a la puerta de acceso a la calle, se encuentra en el interior de un arcosolio del muro, el sepulcro del obispo Martín Fernández († León 24-03-1289 / obispo entre 1254 y 1289), que fue el personaje que dio impulso definitivo a las obras de la catedral después del parón de medio siglo en las obras. Bajo una triple arcada apuntada reposa la estatua yacente del obispo, al que acompaña en los tímpanos de los arcos, un calvario, la flagelación y la figura de san Martín de Tours partiendo su capa con un pobre, en alusión al patronazgo del santo sobre el obispo difunto de igual nombre. Bajo el tímpano otras tres escenas: la Anunciación, la huida a Egipto y el Ecce-Homo, las tres muy deterioradas.

Capilla Mayor El actual retablo conserva cinco tablas del pintor Nicolás Francés (Nicolao Francés, activo entre 1434 y 1468) recuperadas del original que fue desmontado y dividido en el siglo XVIII. Este último tenía dieciocho grandes tablas y otras de pequeño formato del pintor Francés que trabajó en esta ocasión bajo el patrocinio del obispo Alfonso o Alonso de Cusanza († León 1437 / obispo entre 1424 y 1437). El retablo fue sustituido por otro barroco en 1740 realizado por Narciso Tomé Martín (* Toro, Zamora 07-11-1694 † Toledo 13-12-1742) y su sobrino Simón Gabilán Tomé (* Toro, Zamora 15-10-1708 † Salamanca 15-06-1781). A finales del siglo XIX este retablo barroco fue desmontado y depositado en la iglesia de los padres capuchinos (donde permanece) y sustituido por el actual de trazas mucho más sencillas, pues se consideró que un retablo barroco tan ostentoso no reflejaba la sencillez del templo catedralicio.

El actual retablo está presidido por una talla barroca de la Asunción del siglo XVIII. Fue reconstruido con formas neoclásicas por Juan Bautista Lázaro de Diego (* León 1849 † Ciempozuelos, Madrid 1919) a finales del siglo XIX con partes del anterior y otras procedentes de otros templos de la diócesis de León. Las cinco tablas mayores son del propio Nicolás Francés recuperadas del anterior retablo, mientras que las restantes fueron traídas de la iglesia de Palanquinos y de la iglesia de santa María del Mercado de León. Las rejas que cierran la capilla mayor son obra de los rejeros conocidos como maestro Dionís (siglo XVI) y Fernández Cancelo (siglo XVIII).

La tabla central del nivel superior representa el traslado de los restos del apóstol Santiago a Iría Flavia, futura Santiago de Compostela. La escena representa a un carro tirado por dos bueyes que lleva un arca con los restos del apóstol que hace entrada en la catedral. Una segunda tabla a la izquierda de la central, representa la consagración de san Froilán como obispo de León. Un nutrido grupo de personajes del clero ataviados con ricas vestiduras, entre ellas san Atilano, se disponen a consagrar a san Froilán como obispo de León. La tercera tabla del nivel superior, a la derecha de la central, vemos la visita del rey de Asturias Alfonso III a san Froilán en el monasterio de Moreruela a fin de pedirle que acepte ser obispo de León. A destacar la pequeña escena situada en el ángulo inferior izquierda, en la que se puede ver una pequeña escena donde un hombre muestra sus "partes" a una mujer.

En un nivel intermedio dos pequeñas tablas con un total de seis apóstoles a razón de tres por tabla: san Andrés, san Juan, san Pablo, san Pedro, Santiago y santo Tomás.

En el nivel inferior y a la izquierda de la Virgen, tabla representando la vocación de san Froilán. En dos escenas distintas se narran las dos pruebas a las que se sometió el santo para confirmar su vocación predicadora. La quinta y última tabla de Nicolás Francés, a la derecha de la Virgen, una escena de la presentación de la Virgen en el templo, vemos a la Virgen niña subir por unas escaleras a presentarse a dos sacerdotes. Detrás de ellas un grupo de personajes, entre ellos san Joaquín y santa Ana (sus padres).

Finalmente en el banco seis tablas con seis escenas: la muerte de la Virgen (la dormición), la Anunciación, Pentecostés, la natividad de Cristo, la Adoración de los Magos (la Epifanía) y la presentación de Jesús en el templo.

Bajo el altar y en interior de una arqueta se guardan las reliquias de san Froilán (* Lugo 833 † León 05-10-905 / obispo de León entre 900 y 905). La arqueta fue realizada en 1635 por los orfebres Jerónimo de Neira y Juan de Candanedo († 1660). En el museo podemos encontrar una segunda arca, realizada en plata en 1520 por el orfebre Enrique de Arfe (* Alemania ca. 1475 † León 1545) que durante algún tiempo guardaron los restos del santo. Sus diez arcos de medio punto, separados por pilastrillas, cobijan los relieves de: santa Catalina de Siena, san Pedro, san Bartolomé, san Esteban, san Pablo, san Juan, Santiago, san Lorenzo, y santa Catalina de Alejandría.

A la muerte de san Froilán en 905, el obispo fue enterrado en la antigua catedral prerrománica, pero para preservar sus restos de los ataques musulmanes, en el siglo XI fueron trasladados en un primer momento al monasterio de San Juan de Valdecésar (León) y finalmente al de Moreruela (Zamora). Hacia 1181 los restos del santo obispo pudieron regresar a León y los mismos fueron depositados en un sepulcro cerca de la puerta que lleva su nombre en la fachada sur. En el siglo XVI el orfebre Enrique de Arfe cinceló un arca de plata para contener los restos del obispo.

Capilla de Nuestra Señora del Carmen Con anterioridad estuvo dedicada a san Miguel. Esta capilla es junto con la de santa Teresa que se encuentra al otro extremo, de las más grandes de la catedral ya que ocupan el espacio formado por dos tramos. Preside la capilla la talla en madera de la Virgen del Carmen, obra atribuida al círculo de Gregorio Fernández.

En uno de sus muros encontramos el retablo dorado de san José, de estilo rococó, siglo XVIII, tiene una talla central representando a san José, se encuentra flanqueado por san Alfonso María de Ligorio y san Benito. En el ático la figura de san Miguel.

Conserva el sepulcro del obispo Rodrigo Álvarez († 1232 / obispo entre 1208 y 1232) en el interior de un arcosolio en el muro de la pared. Formado por un arco de medio punto polilobulado, se estructura en tres niveles, en el inferior el sarcófago con la figura yacente del difunto y en su frontal un friso con las obras pías realizadas por el obispo, en el interior del arco en el nivel intermedio un friso con varios personajes que asisten al funeral y en el nivel superior un Calvario: Cristo y los dos ladrones con san Juan y la Virgen. En la clave superior del arco vemos la pequeña figura del alma del obispo que es llevada a los cielos. En la arquivolta del arco ocho ángeles portando diversos elementos en sus manos.

Conserva también la pila bautismal del siglo XVI, obra de Juan de Badajoz el Mozo.

Capilla del Santo Cristo Pequeña capilla situada en el arranque de la girola. De planta rectangular, conserva un retablo renacentista obra de Juan de Valmaseda († Palencia 1576) realizado en 1524. Preside este retablo la figura de Cristo en la cruz acompañado por la Virgen y san Juan. Flanqueando a Cristo encontramos a los cuatro evangelistas reconocibles por sus símbolos habituales. Estos fueron tallados también por Juan de Valmaseda, pero unos años después. A destacar la figura de san Lucas con gafas (figura superior izquierda).

Frente a la capilla, en el muro de la girola, encontramos la conocida como Puerta del Cardo, realizada por Juan de Badajoz el Viejo como puerta de acceso a la capilla mayor desde la sacristía. Abierta en arco rebajado, se encuentra profusamente decorada con elementos vegetales: cardinas, hojas de robre, vides, pámpanos, animales fantásticos, etc. El arco se remata con un complicado juego de arcos conopiales que se entrecruzan con un círculo, formando una extraña maraña en cuyo centro se aloja una talla en piedra de la Virgen con el Niño. Es una de las piezas más notables de la catedral.

Capilla de tránsito (antesala sacristía), sacristía y oratorio La primera capilla de la girola, es de planta hexagonal, actualmente sirve de capilla de tránsito hacia la sacristía, construida exterior a la catedral. Antiguamente estuvo dedicada a san Clemente y a Santiago. Conserva el sepulcro del obispo Gonzalo de Osorio Villalobos († ca. 1371), atribuido al maestro Jusquín (siglo XV). Las vidrieras realizadas en el siglo XIX tienen escenas de la vida de la Virgen y personajes del Antiguo y Nuevo Testamento.

La sacristía es obra del maestro Alfonso Ramos construida a finales del siglo XV, se cubre por una bóveda de cañón y no reviste especial interés artístico. Tiene una sala anexa que era un oratorio privado para uso de los canónigos de la catedral. Esta sala construida por Juan de Badajoz, el Mozo en el siglo XVI, conserva un retablo churrigueresco del siglo XVIII, conocido como retablo de las reliquias. Este se encuentra presidido por la figura de Jesús en actitud de bendecir, mientras que en la parte superior encontramos a Dios Padre entre nubes y ángeles. Habitualmente estas estancias no son visitables.

Altar de san Pelayo Frente a la sacristía, abierto en el muro de la girola y con vista al interior de la capilla mayor, el arquitecto Juan López de Rojas abrió en 1565 un altar que debía contener los restos de san Pelayo (obispo entre 875 y 878). El altar en forma de arco de medio punto guarda la urna con los restos del prelado.

Capilla de san Antonio de Padua Conserva una talla de mediados del siglo XVII en madera policromada del santo portugués. A sus pies un icono de la Virgen del Perpetuo Socorro en su habitual iconografía. Con anterioridad estuvo dedicada a Nuestra Señora de la Consolación, cuya imagen titular se encuentra en la actualidad en el claustro de esta catedral. Los muros fueron decorados con pinturas murales en el siglo XVI, en su lado izquierdo, la Anunciación y san Clemente, a la derecha: san Mamés y santa Catalina (en pareja), y santa Marta y María Magdalena (también en pareja). Las vidrieras representan a san Clemente y a san Antonio, fueron realizadas por Gonzalo de Escalante en 1476.

Capilla de la Virgen Blanca Ocupa la capilla absidial central de la girola. La imagen en piedra de la Virgen fue trasladada a este lugar en 1954 desde la fachada principal y su apelativo por el que es conocida de Virgen Blanca, hace alusión al color blanco de la piedra caliza que tenía, al perder la policromía original. Con anterioridad estuvo dedicada al Salvador.

Preside la capilla, la talla original en piedra de la Virgen Blanca que antiguamente podíamos encontrar en el parteluz de la portada principal. La Virgen se halla coronada y pisa al demonio en forma de dragón. Sostiene en sus brazos al Niño Jesús que sujeta en su mano izquierda una esfera, mientras su mano derecha se encuentra en actitud de bendecir.

La capilla conserva dos sepulcros, ambos del siglo XIV, a la izquierda el de la condesa doña Sancha Muñiz (fundadora del monasterio de Cabreros del Río, León) que murió asesinada por un sobrino suyo por haber hecho donación del monasterio a la catedral. En el frontal del sepulcro está esculpida la macabra historia: la donación de la condesa a la catedral y su asesinato por parte de unos sicarios pagados por el sobrino que contempla la escena. A continuación monta en el caballo y Dios le castiga tirándole del caballo y arrastrándolo por el suelo al enganchársele el pie en el estribo.

El segundo sepulcro, situado a la derecha, es del nieto de Alfonso X el Sabio, el infante Alfonso de Valencia, este último con escudos reales, tiene una inscripción que dice: maestre marcos me fecit. Alfonso de Valencia "de Campos" murió en Morales de Toro, Zamora en 1316, era hijo del infante Juan de Castilla († Granada 25-06-1319), apodado "el de Tarifa" e hijo del rey Alfonso X el Sabio.

Las tres vidrieras que se conservan en sus muros fueron realizadas en 1565 por Rodrigo de Herreras y representan en su vano central la Sagrada Familia, y las laterales la adoración de los pastores y los ángeles.

Trasaltar Situado frente a la capilla de la Virgen Blanca. En el trasaltar podemos encontrar dos puertas renacentistas que fueron abiertas como altares para contener dos sepulcros, uno de ellos de san Alvito. El segundo corresponde al obispo san Pelayo, también del siglo XVI y obra de Juan López de Rojas.

El trasaltar está presidido por el sepulcro del rey de León Ordoño II protegido por una reja de poca altura. Vemos el sepulcro del rey con su figura yacente y sobre este, un arco apuntado dividido en dos registros horizontales: en el registro inferior, dos escenas distintas: Cristo en la cruz mientras el centurión Longinos le clava la lanza, y en otra escena se representa el descendimiento de Cristo de la cruz, en ambas acompañados por diversos personajes agrupadas sin solución de continuidad y que requiere prestar atención a la secuencia. Algunos de los personajes representados son los dos ladrones y san Juan y la Virgen.

En el registro superior del tímpano, Jesús entre dos profetas o apóstoles y dos ángeles arrodillados que miran al espectador. En las arquivoltas representaciones repetidas con los emblemas de los reinos de Castilla y León. Todo el conjunto está profusamente policromado en vivos colores. Es obra del siglo XIII, aunque el alfiz que rodea el conjunto es un añadido del siglo XV realizado por el maestro Jusquín. En las enjutas que forma el alfiz vemos a dos ángeles con filacterias que recogen pasajes del Apocalipsis. En la base dos personajes: un clérigo (izquierda) y un heraldo (derecha) señalan epitafios laudatorios al rey Ordoño. Por encima de ellos imágenes de san Pedro y san Pablo. Las arquivoltas descansan en leones en posición recostada. Se remata el conjunto con tres figuras de profetas situados sobre la cornisa, dos en los laterales y la tercera en el vértice central.

En los muros del trasaltar encontramos dos pinturas murales, una de ellas representa una Piedad (Cristo bajado de la cruz), lleva por título Llanto sobre Cristo muerto (frente a la capilla de san Antonio). El segundo mural está dedicado al Ecce Homo en el interior del palacio de Pilatos. En realidad la figura del Ecce Homo ha desaparecido ya que el muro fue abierto en el siglo XVIII para hacer una puerta de comunicación con la capilla mayor y el mismo fue destruido. En la actualidad la puerta ya no está y el Ecce Homo tampoco. Ambos lienzos son del pintor Nicolás Francés. Este segundo mural se encuentra frente a la capilla de la Virgen de la Esperanza.

Capilla de la Virgen de la Esperanza o de la Concepción Anteriormente dedicada a la Virgen del Rosario. La talla gótica de la Virgen que preside la capilla está realizada en piedra y fue policromada en época posterior, se fecha a finales del siglo XIII. En el muro izquierdo se encuentra el sepulcro del obispo Diego Ramírez de Guzmán (obispo entre 1344 y 1354) en el interior de un arcosolio en arco de medio punto. Con características similares a otros de este mismo templo, sobre la urna sepulcral la figura yacente del difunto y en el frontal las obras pías realizadas por el obispo. En el fondo del arco dos registros horizontales: el inferior con el cortejo fúnebre y el superior con un Calvario. En la clave del arco el alma del difunto alzado por unos ángeles. Las vidrieras realizadas en el siglo XIII fueron restauradas en el XIX y representan escenas de la vida de Jesús y de la Virgen.

Capilla del Nacimiento Última capilla de la girola. De planta hexagonal. Toma su nombre por el grupo escultórico realizado en madera policromada representando el nacimiento de Jesús. Realizado a finales del siglo XV por artistas flamencos probablemente los mismos que trabajaban en el coro. Las vidrieras del siglo XIII fueron restauradas en el siglo XIX y representan a san Pedro y a san Ildefonso a quienes estaba dedicada la capilla con anterioridad. En el muro de la izquierda sepulcro del obispo Arnaldo († 1253). Otras vidrieras representan a san Froilán y a otro obispo que se suele considerar como san Hipólito.

Altar de san Alvito Frente a la capilla del Nacimiento y abierto en el muro de la girola con vista a la capilla mayor, encontramos el altar de san Alvito. Construida en 1527 a iniciativa del obispo Pedro Manuel (obispo entre 1523 y 1534) por Juan de Badajoz el Mozo. Adopta forma de arco triunfal en arco de medio punto, en la parte superior y en el interior de pequeño sarcófago, se encuentran los restos de san Alvito, cuyo sepulcro primigenio se encuentra adosado a uno de los muros del crucero norte, bajo al mural de san Cristóbal.

Capilla de tránsito Situada en la embocadura de la girola por su lado del evangelio, su compañera frontera por el lado de la epístola es la capilla del santo Cristo. La presente capilla permite el paso a la capilla de la Virgen del Camino, actual dedicada a la adoración del Santísimo. Se cierra por una reja de fundición.

Capilla de santa Teresa de Jesús Ocupa dos tramos del templo, es más grande que el resto de capillas e igual con la ya vista de Nuestra Señora del Carmen. Con anterioridad estuvo dedicada a san Fabián y san Sebastián. Preside la capilla una talla de santa Teresa de Jesús, obra de 1639 del escultor Antonio de Paz († 1647).

Detrás de ella pinturas murales realizadas en 1459 por Nicolás Francés, una de ellas restaurada, representa el martirio de san Sebastián, anterior titular de la capilla junto con san Fabián. En la base del registro vemos representados a los ballesteros y arqueros disparando a san Sebastián que se encuentra atado en la escena superior. En el registro bajo vemos en el interior de arcos de medio punto a cuatro santos: san Fabián, san Antonio Abad, san Bartolomé y san Antolín. En las enjutas que forman los arcos vemos representado el escudo del obispo Pedro Fernández Cabeza de Vaca († 1459 / obispo entre 1448 y 1459).

La capilla se encuentra cerrada en todos sus flancos por rejas, alguna de ellas del rejero Bartolomé Carense en 1644.

Crucero norte En el brazo crucero norte, junto a la puerta de acceso al claustro, vemos en el interior de un arcosolio empotrado en el muro, el sepulcro del obispo Martín Rodríguez, el Zamorano († León 16-01-1242 /obispo entre 1238 y 1242). Su sobrenombre "zamorano" hace referencia a que antes de ser obispo de León, lo fue de Zamora. Realizado en el siglo XIII, vemos la estatua yacente del difunto y en el frontal del sepulcro un grupo de personajes con escenas alusivas a la vida del obispo con especial relevancia a sus obras de caridad entre pobres y enfermos. En el mismo vemos a una serie de personajes que salen de un palacio y reparten ayuda a los más necesitados en nombre del obispo.

En el fondo del arco polilobulado que le sirve de marco, en el registro inferior un séquito de personajes que asisten al funeral, entre ellos vemos a un grupo de plañideras (a la izquierda), en el registro superior un Calvario en un estado de deterioro avanzado. En la clave de la parte superior del arco vemos el alma del difunto que es elevado a los cielos por un grupo de ángeles. Todo este conjunto se encuentra enmarcado en el gran arco polilobulado delicadamente decorado por figuras angélicas y motivos vegetales.

Junto a la puerta de acceso al claustro, vemos una pintura mural de gran tamaño de san Cristóbal portando al Niño Jesús sobre sus hombros. Según la tradición asociada al santo, quien contempla a san Cristóbal no fallecerá en ese mismo día.

A sus pies encontramos un sepulcro en piedra, vacío y sin ningún tipo de decoración, que albergó las cenizas de san Alvito († Sevilla 05-09-1063 / obispo entre 1057 y 1063) cuando fueron traídas a León, al tiempo que se trajeron los restos de san Isidoro. Según cuenta la tradición, san Alvito había sido encomendado por el rey Fernando I de Castilla, para traer los restos mortales de las mártires hispalenses Justa y Rufina, no pudiendo cumplir con la orden por desconocerse su paradero, el rey moro sevillano le entregó en su lugar los restos de san Isidoro († Sevilla 04-04-636). Poco antes de regresar a León, san Alvito murió y sus cenizas regresaron junto con las de san Isidoro. San Alvito fue a parar a la catedral y san Isidoro al monasterio de san Pelayo, ahora conocida como de Basílica de san Isidoro de León.

En relación a este sepulcro existe una leyenda según la cual, quien meta la cabeza a través de una rotura existente en el sepulcro y mire en el fondo del mismo podrá ver su futuro. Cuando algún valiente mete la cabeza solo encuentra la oscuridad del interior, revelándose en ese mismo momento cual es el futuro: la oscuridad y la nada. Otra leyenda más popular y piadosa predica que una vez con la cabeza en su interior, hay que pedir un deseo y este se cumplirá.

Junto a la entrada al claustro encontramos también el retablo gótico hispano-flamenco de san Babilés, del siglo XV, procedente de la población de Quintanilla de los Olmos (Zamora). El retablo está presidido por la talla de la Virgen con el Niño. En el banco encontramos ocho tablas con imágenes de apóstoles, las dieciocho tablas restantes representan escenas alusivas a la vida y muerte de san Babilés junto con otras de la Pasión de Cristo. El retablo fue traído a la catedral de León en 1901. San Babilés es un santo del que se saben muy pocas cosas; de origen navarro, fue martirizado hacia el 715 por los musulmanes.

Desde el crucero podemos tener unas preciosas vistas de los tres rosetones, tanto del rosetón norte situado en la fachada por encima del mural de san Cristóbal, como el rosetón sur de la fachada meridional que aunque reconstruido en el siglo XIX no pierde ni un ápice de su belleza. Finalmente el rosetón oeste de los pies, observándolo a través del coro.

Pasada la cancela que nos permitirá acceder al claustro, entramos en una capilla de tránsito que alberga el sepulcro del obispo Manrique de Lara († León 14-02-1205 / obispo entre 1181 y 1205) considerado como el iniciador de las obras catedralicias en su primera etapa.

Portada de la Virgen del Dado Construida en el siglo XIII, fue policromada en el siglo XVI y como tal se mantiene. En el tímpano encontramos a Cristo Salvador de pie, en actitud de bendecir y en el interior de una mandorla sujeta por cuatro ángeles. Completa la iconografía del tímpano la presencia de los cuatro evangelistas junto con sus símbolo (el tetramorfos). En las jambas las figuras de san Pablo, san Pedro y Santiago el Mayor (a la izquierda) y en su lado frontero una Anunciación y el apóstol san Andrés. En el parteluz una figura de la Virgen María con el Niño Jesús en su brazo izquierdo y una rosa en su mano derecha. En las dos arquivoltas podemos ver en la inferior, figuras femeninas de vírgenes y mártires, mientras que en la arquivolta superior vemos figuras masculinas con personajes eclesiásticos: el papa, cardenales, obispos, etc.

El sobrenombre de la Virgen del Dado, tiene su origen en la historia de unos soldados que jugaban a los dados, uno de ellos enfadado por perder el dinero, lanzó violentamente el dado contra la fachada, golpeando el ojo del Niño Jesús que empezó a sangrar, de este milagro tomó su nombre la portada. Actualmente este milagro está narrado en la vidriera que hay frente a la portada, realizada por el maestro vidriero Valdovín en el siglo XV según dibujos de Nicolás Francés.

Capilla de san Andrés Capilla adosada entre el claustro (panda sur) y la catedral. Es conocida como antigua de san Andrés, hoy es utilizada como capilla de paso hacia la de la Virgen del Camino. Dispone de una gran portada plateresca formada por un arco carpanel muy decorada al gusto plateresco, con casetones, columnillas, guirnaldas, escudos y figuras historiadas. El arco de ingreso es obra de Juan de Badajoz el Mozo entre 1533 y 1534. El escudo que figura en la portada es el del obispo Pedro Manuel (obispo entre 1523 y 1534). En la capilla fueron enterrados Rodrigo Alfonso de Mansilla (Adelantado Mayor de León) y su esposa María de Velázquez.

Capilla de la Virgen del Camino Esta capilla se encuentra adosada a la panda este del claustro, tiene entrada desde el interior de la catedral a través de una pequeña capilla de tránsito situada en la girola. Actualmente la entrada se realiza a través de la capilla de san Andrés. Construida entre 1492 y 1505, es una gran sala de planta rectangular de tres tramos y bóvedas de crucería nervadas que descansan en grandes ménsulas decoradas con escenas historiadas: vemos a un hombre luchando con dos serpientes, a la reina de Saba, a Sansón y a un fraile algo gordito.

En origen fue construida como librería del cabildo. Fue diseñada por Juan de Badajoz el Viejo en colaboración con su hijo. También ha sido conocida como capilla de Santiago y actualmente está dedicada a la adoración del Santísimo.

Las vidrieras fueron realizadas en el siglo XVI por Diego de Santillana. En la actualidad preside la capilla una talla escultórica policromada de la Virgen del Camino en su representación de la Piedad, talla de la escuela castellana del siglo XVI. En el muro testero y sobre tres peanas tres imágenes representando a Santiago peregrino (en el centro), san Roque (a la izquierda) y un obispo, tal vez san Alvito. A ambos lados escudos con las armas de los obispos Alonso de Valdivieso († 1500 / obispo entre 1485 y 1500) y Francisco Desprats (* Orihuela, Alicante ca. 1454 † Roma 09-09-1504 / obispo entre 1500 y 1504) que impulsaron la construcción.

Claustro Comienza su construcción a finales del siglo XIII alargándose en el siglo XIV. En el siglo XVI sufre una profunda reforma con la modificación de las cubiertas y las arcadas exteriores, por lo que en el mismo encontramos tanto elementos góticos como renacentistas. Esta fisonomía claustral es la que podemos ver en la actualidad. Su construcción oculta parcialmente la fachada norte y solo permite la visión de la parte alta de la misma.

De planta cuadrada, sus pandas tienen una longitud de 30 metros cada una de ellas con ocho tramos por lado. Se abren al patio interior a través de arcos ojivales levantados sobre un podio corrido, y sus cubiertas se cubren con bóvedas de crucería nervadas renacentistas profusamente decoradas. De época gótica conserva los muros, los pilares adosados, las impostas y los capiteles de las columnas. En ellos podemos ver escenas historiadas tanto de carácter religioso como profano (cetrería, leyendas, tareas agrícolas etc.).

Será Juan de Badajoz el Mozo quien en el siglo XVI efectúe las reformas antes mencionadas. Derriba las viejas cubiertas de crucería simple por las actuales de crucería nervada, y las decora con terceletes, florones, pinjantes, claves, medallones, roleos, filacterias etc. Los trabajos en el claustro se alargarían hasta 1566.


 Más fotos del claustro 

En la panda este, en el interior de un lucillo abierto en el muro encontramos la imagen de piedra policromada de Nuestra Señora de la Consolación, atribuida al maestro de la Virgen Blanca. La talla de Nuestra Señora de la Consolación originalmente se encontraba en la actual capilla de san Antonio de Padua, pues a ella estaba dedicada la capilla con anterioridad. Es una imagen de la Virgen sedente con el Niño Jesús sentado sobre sus rodillas. Es una de las imágenes más queridas de los leoneses.

Como suele ser habitual en muchos claustros, las pandas se llenan con una gran variedad de sepulcros, arcosolios, lápidas, laudas y otros elementos funerarios, de personas que quisieron ser enterradas en suelo sagrado. Entre los sepulcros que hayamos en sus pandas, citaremos el sepulcro del chantre Munio Ponzardi († 1240), el sepulcro de Domingo Juan († 1272) y el más famoso, el sepulcro del canónigo Juan Martínez de Grajal († 1447), obra atribuida al maestro Jusquín y famoso por la inscripción que se puede leer en su frontal. "Oh, tú, quien quiera que seas, que pasas y contemplas la mezquina superficie de este mármol; mira dónde lleva la vana gloria del mundo. Fui canónigo de León y estudié las leyes civiles para proteger a los necesitados; un nombre cubierto de títulos y unas sienes coronadas de laurel proclaman mi amor a la Justicia. Pero, ¿para qué sirven tales honores y la multitud desolada de amigos y deudos? Nadie puede ayudarte en este trance. Mi patria fue Grajal y Juan tuve por nombre. El espíritu asciende a lo alto, mas los huesos quedan bajo la piedra”.

Otros personajes que han sido enterrados en el claustro de la catedral han sido: el maestro de obras de la catedral Diego Copín de Holanda y el arquitecto restaurador de la catedral en el siglo XIX Demetrio de los Ríos († 1892). Por norma general los obispos suelen recibir sepultura en el interior del templo.

Los muros interiores del claustro se encontraban pintados, se conservan algunos murales realizados por Nicolás Francés en el siglo XV, muy deteriorados por las inclemencias del tiempo. Las pinturas fueron restauradas en el siglo XX por Juan Crisóstomo Toledo.

En las pandas del claustro actualmente podemos encontrar todas las esculturas (menos tres que se encuentran en el interior de la catedral) que ocupaban su espacio en la fachada occidental (principal) y que fueron retiradas hasta este lugar para su protección de las inclemencias del tiempo. El patio central se ha habilitado como un pequeño museo con aquellas piezas arquitectónicas retiradas de la catedral y que por su tamaño no pueden estar en salas, hablamos de pináculos, rosetones de piedras y otros elementos pétreos de gran tamaño.

Museo catedralicio diocesano Todas las capillas que asoman al claustro forman parte en la actualidad del museo catedralicio diocesano, reestructurado en su actual configuración en 1981. Este museo nace de la unión del museo de la catedral y del museo de arte sacro de León.

Las salas (antiguas capillas y estancias) se encuentran divididas por agrupaciones artísticas. La entrada al museo se realiza por la panda norte, en el vestíbulo encontramos la escalera volada y de tres tiros que sube a la antigua sala capitular, obra plateresca del maestro Juan de Badajoz el Mozo. En esta sala encontramos un lienzo de gran valor que lleva por título, Llanto ante Cristo muerto, atribuido con dudas a Nicolás Francés.

En las distintas salas encontramos piezas de gran valor, en la llamada Sala de piedra, se guardan esculturas y elementos de piedra de la antigua catedral románica y gótica. La que antaño fue sala capitular, conserva lienzos del gótico internacional y pintura flamenca. Conserva algunas tablas que pertenecían al desmontado retablo mayor de Nicolás Francés. Otra sala lleva por nombre sala de los marfiles. Una de las salas más importantes es la conocida como Sala de torreón, por encontrarse sobre uno de los cubos de la muralla. En esta se conservan códices de gran valor: un antifonario mozárabe del siglo X, una biblia mozárabe fechada hacia el 920 y el conocido como libro de las estampas del siglo XII, que fue robado en 1969 y recuperado en 1977 a falta de unas páginas.

En la sala de orfebrería se guarda el arca de san Froilán del artista Enrique de Arfe, realizada en el siglo XVI, con alma de madera y chapada en plata. Otras salas son la sala arqueológica con restos arqueológicos, la sala del rosetón que conserva una vidriera realizada en el siglo XX y la sala del románico.

La última sala a visitar se sitúa en la panda noroeste, es la conocida como antigua capilla de san Nicolás y desde aquí se sale a la calle.

Ficha técnica

Fecha de realización página: 1 de mayo de 2023
Fecha última modificación:

Lugares de interés de León

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