Introducción
Nombre: Iglesia de San Miguel de Escalada.
Ubicación: Gradefes (León) Comunidad Autónoma de Castilla y León
Estilo: Arte mozárabe Siglo X
Declaradado Monumento Nacional en 1886.
En el margen del río Esla
Historia
En los inicios del siglo X y mas concretamente en el año 913, el abad Alfonso y un grupo de
monjes cordobeses, durante el reinado de Alfonso III, levantaron, en un solo año según una
inscripción, un monasterio en tierras
leonesas , reutilizando para ello los vestigios de una anterior iglesia visigoda que habria estado
consagrada al arcángel San Miguel. La iglesia de este monasterio, que actualmente conocemos con
el nombre de San Miguel de Escalada, sufrió diversas reformas posteriores y añadidos, entre ellos
el imponente torreón que sobresale de su silueta,
la iglesia es lo único que queda del antiguo monasterio.
La lápida fundacional (hoy desaparecida) que estaba encima de una de las puertas de
entrada al templo, rezaba asi:
“ Hic locus antiquitus Michaelis archangeli honore dicatus, brevi opere unstructus, post ruinis abolitus, diu
mansit dirutus; donec Adefonsus abba cum sociis adveniens cordubensi patria edis ruinam erexit sub
valente sereno Adefonso principe. Monachorum numero crescente, demum hoc templum decorum miro
opere a fundamine exumdique amplificatum erigitur; non iussu imperiali vel oppresione vulgi, sed abatis
Adefonsi et fratrum instanti vigilantia duodenis mensibus peracta sunt hec opera, Garsea sceptra regni
peragens Mumadonna cum regina, Era DCCCCLI.
Sacratumque templum ab episcopum Jenadium XII Kalendas Decembrium”.
y cuya traducción sería:
“ Este lugar, ya desde antiguo consagrado en honor del arcángel Miguel, de reducidas dimensiones,
caído en ruinas después, permaneció así durante mucho tiempo; hasta que el abad Alfonso que
venía de Córdoba, su patria, con su comitiva, levantó las ruinas del edificio bajo el eficaz patrocinio
del rey Alfonso. Como aumentara el número de los monjes, por fin construyen el presente
templo desde sus cimientos; estas obras se fueron realizando durante doce meses, en el reinado de
García con su esposa Mumadonna, no por mandato real o valiéndose del sudor del pueblo, sino por la
atenta tenacidad del abad Alfonso y de sus monjes, en la Era novecientos cincuenta y uno.
Fue consagrado el templo por el obispo Genadio.
Es, desde luego, la más bella de todas las iglesias mozárabes leonesas, habiendo sufrido daños
cuando Almanzor asoló León, en el 988.
En el 1050 siendo abad Sabarico se renovó la fundación, abriéndose la puerta por la que hoy
se accede al templo, según reseña la tosca inscripción que corona el arco, indicando la fecha
de fallecimiento del abad y su enterramientos a los pies de la puerta.
En el 1155 el monaserio es cedido por el rey Alfonso VII y su hermana Sancha a los
monjes agustinos de San Rufo de Avignon, que establecierón en ella un priorato.
La Desamortización pusó punto y final a la vida del monasterio.
En 1968 y gracias a las excavaciones, salierón a la luz en el subsuelo de la capilla románica
los restos del ábside de la primigénia iglesia visigótica.
Más fotos de la iglesia
Características
Tiene la planta de esta iglesia forma basilical, contando con tres naves separadas por columnas
que sostienen arcos de herradura. El elemento más
sobresaliente de la iglesia es el pórtico situado en el lado sur, bellisimo, de doce arcos,
enmarcados por un característico alfiz corrido.
Poseé tres capillas en la cabecera con forma de herradura en el interior y planas en el exterior,
cubiertas con bóvedas califales de cascos.
Más fotos del interior de la iglesia
Las tres naves del templo se separan por medio de columnas, cuyos capiteles, en su mayoría, son
piezas reaprovechadas, de edificios romanos o visigodos, sobre los que voltean arcos de herradura. La diafanidad
del espacio interior
se ve interrumpida por el iconostasio y los canceles que aíslan la cabecera tripartita del
cuerpo de la iglesia, a la altura del presbíterio. Los capiteles carecen de cimacio.
Dispone de crucero, si bien no acusado éste
al exterior. En el interior separando las naves, se ofrecen serie de cinco arcos y otro más
ancho, limitando con el iconostasis,
cerrado a su vez por tres arcos de herradura apoyados en dos columnas, cuyas enjutas no
alcanzan la altura de la cubierta, constituyendo un cuadrado pefecto.
Sobre la bóveda del ábside central y hasta la cubierta sorprende encontrar un espacio o estancia que recuerda
los aposentos de las iglesias del prerrománico asturiano.
Los muros son de mamposteria con sillares en sus esquinas, asi como el
paramento exterior del ábside central y la nave principal. Las naves laterales se
continuarón de ladrillo y barro, quizás para aligerarla de peso. Cuenta a cada lado con seis
ventanas de arquillos de medio punto, el último no acusable al exterior, así como con dos
celosias en los hastiales de la portada y del testero, parecidos a otros asturianos y rematando
las esquinas del tejado, modillones de piedra, lobulados, de estirpe cordobesa, adornados con
rosetas. En el lado sur, donde estuvo situado el claustro, está una de las dos portadas ahora
accesibles, con arco de herradura, muy rebajado, de tradición visigótica, sobre el que hay
inscripción de caracteres mozárabes, donde se consagra la fundación a San Miguel en el año 1050.
Una de ellas da acceso a la nave y la otra accede directamente al presbiterio.
San Miguel de Escalada es el triunfo de las arquerias mozárabes, con típico peralte, de despiece
desigual, sosteniendo columnas monolíticas, de mármol, de traza visigoda; algunas; se dijo, con
capiteles entregos de influjo asturiano.
Fustes de mármol graso y capiteles unas veces rudos y desvastados, obra del siglo IX, que aquí
se aprovecharón, recordando los de Gobiendes. En otros casos, tallados para la iglesia, en
mármol grasiento o en caliza los arremetidos en los muros, asi como las tres aras, más grande la
de la capilla mayor, con exornaciones de animales y vegetales. Impostas molduradas rematan las
jambas de los ábsides menores y los brazos del crucero; y recorren los muros, bajo las ventanas,
frisos de dientes de sierra.
La torre es románica de finales del siglo XI reforzada con estribos. Tenia tres plantas, de las
que la inferior tuvo bóveda. Destaca el ventanal que se abre en el muro oeste con arco de medio
punto en el que se inscribe un doble arco de herradura. En el muro opuesto un arco comunica con
una capilla de dos tramos cubierta con bóvedas de ojivas ya caidas.
Es interesante su iconostasis, que separa al oficiante de los feligreses limitado por tres arcos
de herradura que se apean sobre dos columnas; y un
cancel decorado con motivos vegetales y geométricos.
La iluminación de la nave central viene determinada por una galería de ventanas
abiertas en el cuerpo
alto de la misma que, al igual que las laterales, se cubre con armadura de madera.
La iglesia se cubre con
techumbre de madera del siglo XIV, y los modillones del alero son de origen morisco.
La ventana del testero se compone de dos arcos de herradura labrados en una sola pieza, con
columna central, y presenta quicio al interior para encaje de contraventanas, lo que indica que
es reutilizada.
El pórtico consta de doce arcos de herradura, siendo los siete más occidentales obra mozárabe del
siglo X muy similares a los elementos de la iglesia de Santiago de Peñalba. Los cinco restantes
son añadido posterior con capiteles de mayor tamaño.
Los doce arcos del pórtico se apean en fustes de caliza fina con basas y capiteles corintios y
cimacios de mármol blanco.
Va cerrado el pórtico a su izquierda, por muro de silleria, con
ventana geminada, con alfiz de esmerado trazado, con los arcos de herradura determinados por un
parteluz. Los cinco arcos restantes son añadido posterior, y tienen capiteles de mayor
tamaño, con una de sus caras planas, por haber estado adosados a un pilar o muro.
Más fotos del pórtico
La puerta se abre en el extremo oriental de la galeria que da paso a la capilla de San
Fructuoso, bajo la torre, y es de arco de medio punto, habiéndose utilizado en su timpano un
fragmento del cancel mozárabe citado anteriormente.
La iglesia tuvo otras dos puertas, hoy cegadas, pero identificables en el exterior.
Constituye esta pieza un auténtico
repertorio de motivos ornamentales, que se repiten en el
resto del edificio, así como en otros templos. Los tallos sinuosos que al abrirse y entrecruzarse
dibujan espacios interiores, donde se ubican trazos vegetales, florales y animalisticos -especialmente
aves afrontadas-; los entrelazados, sogueados y temas geométricos, cuentan todos ellos con
precedentes en la tradición hispanovisigoda e incluso, en algunos casos concretos, reproducen
modelos decorativos de antiguo origen indígena, básicamente céltico.
Son las aras de caliza piezas coetáneas al edificio, con caracteres epigráficos comparables a los
fragmentos de Bollar, Montes y Caja de las Agatas de Oviedo, que deshacen toda hipótesis de una
mayor antiguedad al siglo X. Tambien cuenta con dibujos en relieve.
Cuenta la iglesia con notable colección epigráfica en el hastial meridional y hasta con seis
fragmentos de pretil, que forman el iconostasis, con exornaciones de relieves de tradición
visigótica, así como otro fragmento, tambien de pretil, en el dintel de la portada de acceso a
la torre.
Ficha técnica
Fecha de realizacion página: 29 de Agosto de 2.003
Fecha última modificación: 19 de Julio de 2.004
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