Formando parte del entorno de la plaza de Tetuán, históricamente conocida como Rambla de los Predicadores y frente al
convento de Santo Domingo se halla el palacio de los condes de Cervelló o palacio de Cervelló. En ocasiones podemos encontrar el apellido
con la grafía Cervellón como también es conocido.
El origen de la residencia era un palacete gótico que la familia Ponç Castellví (también Pons o Ponce) había recibido en herencia patrimonial.
En 1644 Basilio de Castellví y Pons (* Valencia 26-02-1604 † 23-08-1672), lugarteniente general del Reino de Valencia,
la recibió en herencia de su tío Marco Antonio Pons y Milá, hermano de su madre Luisa
Pons y Milá, que a su vez la había recibido de la suya: Juana de Milá y Pons.
Martín Pons de Castellví (Martino Ponç de Castellví) esposo de Juana de Milá y Pons manda realizar obras en la entonces conocida como Casa Gran y además encarga a
distintos artistas italianos la decoración del interior y lo que es más novedoso, ordena pintar la fachada con
pinturas al fresco de temática mitológica, por lo que fue un edificio muy popular en su momento. Este primer periodo reformista se prolonga entre 1565 y 1571.
En este primer periodo reformista, surgen dos artistas fundamentales en la decoración del palacio, los italianos: Batista de Aprile y Joan Flores.
Batista se encarga de la parte decorativa en estuco, mientras que Joan Flores lo hace de la parte pictórica. Lo más interesante eran las pinturas al fresco de la fachada principal que
recaía a la rambla de los Predicadores y que representaban personajes de la mitología griega y escenas de los conocidos como "trabajos de Hércules", el héroe griego por
antonomasia.
El hijo de Basilio de Castellví, don José de Castellvi y Alagón († Madrid 07-03-1722), I marqués de Villatorcas, disponía en el palacio
de una nutrida biblioteca, por lo que el palacio se convirtió en lugar de encuentro de personajes importantes conocidos como novatores o ilustrados.
Entre los asiduos al palacio destacamos a: Tomás Vicente Tosca, Juan Bautista Corachán, Baltasar Íñigo y Manuel Miñana.
José de Castellví y Alagón, se mostró partidario de la causa borbónica en la guerra de Sucesión, por lo que abandonó el palacio para fijar su residencia en Madrid.
Su hijo Juan Basilio de Castellví y Coloma († 17-01-1754), II marqués de Villatorcas contrae matrimonio en 1702 con Francisca María Cervelló Mercader y Palafox, IV condesa de
Cervelló († 20-03-1752) entroncando los apellidos Castellví y Cervelló en una misma familia. Será con este enlace cuando el palacio
empiece a ser conocido como de los condes de Cervelló. En 1710 Juan Basilio de Castellví, cambia de bando y se pasa al bando austracista; con los avatares bélicos en contra,
tiene que marchar a Barcelona, último reducto del archiduque Carlos y finalmente salir de España, recalando en Viena donde fallecería. Sus bienes y sus intereses
en Valencia, entre ellos el palacio sería gestionado por sus hermanos José y Jaime residentes en la ciudad.
Con el transcurrir del tiempo se van añadiendo las casas contiguas a la construcción original y se va conformando la génesis de lo que será el actual palacio.
Hacia mediados del siglo XVIII y principios del XIX, el palacio adquiere su actual fisonomía dándole unidad al conjunto. Se construye una nueva
fachada neoclásica con dos torres en los extremos, tal y como ha llegado hasta nosotros.
En su configuración actual, solo la fachada conserva su aspecto original, ya que su interior ha sido profundamente remodelado en
diversas ocasiones y hoy día su interior solo obedece a una recreación
historicista moderna dieciochesca. Su estructura exterior es muy uniforme, se conforma
en un cuerpo central con planta baja y dos pisos altos con seis balcones en cada uno de ellos. A los flancos
dos torreones de planta cuadrada de cuatro alturas, todo ello en una estructura neoclásica al gusto de la época. El remate de
toda la fachada se resuelve mediante un antepecho de obra con decoración de jarrones.
Felipe Carlos Osorio y Castellví (* La Granja, Segovia 19-10-1758 † Madrid 23-10-1815), IV marqués de Villatorcas y VI conde de Cervelló, cede hacia 1810 al gobierno
municipal de la ciudad el uso del palacio. Para entonces el edificio estaba deshabitado ya que el noble tenía fijada su residencia en Madrid.
En 1810 los españoles habían demolido el
Palacio del Real que cumplía funciones de residencia real y capitanía militar, por lo que
el palacio comenzará a ser utilizado primero como capitanía y más tarde como residencia real.
El 14 de enero de 1812 el mariscal francés Louis Gabriel Suchet (* Lyon, Francia 02-03-1770 † Marsella 03-01-1826)
toma la ciudad de Valencia y establece su residencia y cuartel general en el palacio, siendo ocupado
hasta el 5 de julio de 1813 en que los franceses se retiran de la ciudad. Será este su primer inquilino importante en la nueva
historia del palacio.
El 16 de abril de 1814 entra en la ciudad procedente de su exilio de lujo en Valençay (Francia), el rey
Fernando VII, que convierte el palacio de Cervelló, en su residencia oficial mientras permanece en la ciudad.
Durante su estancia, el palacio y la ciudad se engalana con arcos de triunfo, se realizan actos festivos con alegorías y retratos del rey al tiempo que se organizan los
absolutistas para dar un golpe a gracia a los constitucionalistas.
En este palacio se firmará el 4 de mayo de 1814 el decreto que disuelve las Cortes y deroga la constitución de Cádiz de 1812 estableciendo nuevamente la
monarquía absoluta. Pocos días después, el rey abandonará Valencia en dirección a Madrid.
Con la finalización de la guerra de la Independencia, el palacio pasa a convertirse oficialmente en residencia real, será a partir
de este momento cuando su interior sea completamente remodelado con una decoración fastuosa que durará prácticamente sin interrupciones
hasta 1870. Así se decora el palacio con estucos imitando mármoles, plafones y lámparas, nuevos suelos, tapices, cortinajes, mobiliario, así como frescos en
paredes y techos.
El 12 de octubre de 1840, la esposa viuda de Fernando VII y regente del reino desde 1833,
María Cristina de Borbón Dos Sicilias y su hija pequeña Isabel (futura reina Isabel II), abdica de la regencia, entregando el gobierno
al general Baldomero Espartero (* Granátula de Calatrava, Ciudad Real 1793 † Logroño 1879) a quien nombra primer ministro del Reino (17 de octubre).
Pues bien la carta de abdicación se redactó y se firmó en el palacio de Cervelló. La regente
partiría hacia el exilio dejando a su hija Isabel bajo la tutoría de Espartero.
Isabel II será la reina que mas visitará este palacio pues estuvo en nuestra ciudad en dos ocasiones más, una en mayo de 1844 ya como
reina y la segunda también en mayo pero de 1858. Posteriormente el efímero rey
Amadeo de Saboya ocupó el palacio entre el 3 y el 7
de septiembre de 1871. En cuanto a los reyes Alfonso XII y Alfonso XIII no ocuparon el palacio en sus visitas a Valencia pues entre otras
cosas el palacio había entrado en una fase de decadencia.
En los años anteriores a la guerra civil el palacio fue la sede de la Derecha Regional Valenciana (1930) y en 1936 sería
la sede del Partido Comunista de España.
Después de la guerra, el palacio fue alquilado por zonas o plantas ejerciéndose diversas actividades; así
el palacio ha llegado a ser: academia de estudios (academia Triunfo y academia Cid), sede de la O. J. E. (Organización Juvenil Española)
e incluso pensión (La Vasca) que algunos valencianos recordarán todavía.
En 1976 el edificio es declarado Monumento Histórico Artístico Provincial y pasa a propiedad del Ayuntamiento de Valencia.
Tras su total rehabilitación, el palacio acoge desde 2003,
el Archivo Histórico Municipal, recogiendo importantes
documentos de la historia de la ciudad. El lema que recoge este archivo es verbo volant scripta manent (la
palabra vuela, la letra permanece). También el palacio conserva la biblioteca privada de Serrano Morales.
Sobre la puerta principal se ha repuesto nuevamente el escudo con las armas de los Cervelló de Valencia: en campo de oro
un ciervo pasante y un águila bicéfala coronada de sable, sobre ellos la corona real y cubriendo el escudo el manto símbolo
de la grandeza en España.
Entre los fondos bibliográficos que dispone el museo podemos destacar el Llibre dels Furs, el Manual de Consells el libro del Mustaçaf, el
libro de Murs i Valls o el libro del Consolat del Mar del siglo XV.
También encontraremos en su interior la Taula de Canvis,
la Caixa Grossa y un arcón con la
primera letra de cambio más antigua de España. Esta letra fue girada en Monzón (Huesca) el 19 de febrero de 1371, iba girada contra los jurados de la ciudad de Valencia por
un importe de 100 florines de oro, tomados de Manuel d'Entenza para ser abonados a Benet de Codinachs.
Además de estos documentos, en sus distintas salas podemos
encontrar lienzos al óleo, grabados de acero, medallas y
facsímiles de gran valor histórico.
Atravesando el portal de la calle entramos en un patio descubierto con una doble arcada en dos de sus lados.
En la actualidad se ha colocado una
cubierta acristalada cubriendo el patio para adaptarlo a su función museística y preservarlo de las inclemencias del tiempo. Una inscripción en la misma dice:
ARCHIVUM CIVITATIS VALENTIAE ANNO DOMINI MMIII.
En el piso bajo encontramos dos ambientes expositivos, en uno de ellos se recoge la historia del palacio y de sus ilustres visitantes a través
de lienzos, medallas, libros y documentos. Estas salas llevan por nombre a ocupantes importantes que ha
tenido el palacio y alrededor de los cuales giran los documentos y cuadros expuestos: así encontramos la sala llamada
de la guerra de la Independencia, la sala de Fernando VII, la sala de la reina regente María Cristina, la sala de Isabel II y la sala de Amadeo de Saboya, un
total de cinco salas.
El segundo ambiente lo ocupa una
sala llamada Tresor de la Memòria, donde se recogen copias de los documentos, códices y facsímiles más
importantes de la historia de la ciudad. Además encontramos la Taula de Canvis y la Caixa Grosa como elementos muebles de importancia.
Subiendo por una moderna escalera alcanzamos un vestíbulo que da paso a las distintas salas del piso noble o principal.
En este piso encontraremos los salones del palacio debidamente rehabilitados con réplicas de mobiliario de época
fernandina e isabelina.
Biblioteca de Serrano Morales
La primera sala que encontramos al salir de la escalera es una sala de planta rectangular, completamente forrada en madera y con la gran e importante
biblioteca de Serrano Morales.
José Enrique Serrano Morales (* Algeciras, Cádiz 1851 † Valencia 17-02-1908) erudito, bibliófilo e historiador, hizo donación
de su valiosa biblioteca a la ciudad de Valencia, con la condición que la colección no fuera desgajada y que siempre estuviera
a disposición y consulta de todos los valencianos. Destaca el gran atril de madera en el centro de la sala con el
busto de Serrano Morales, presidiendo la sala desde lo alto del mismo.
Sala alfonsina
Desde la biblioteca accedemos a una sala de planta rectangular dedicada a la realeza alfonsina y a la actual dinastía Borbón.
En esta sala además del mobiliario de época, encontramos un elenco de retratos de los actuales reyes borbones. Lienzos que adornan las paredes
de la sala y que abre uno de sus muros al patio central.
En el techo pintura de finales del siglo XIX o principios del XX, con una representación alegórica de las Artes, obra del pintor
José Benlliure Gil, procedente de los fondos de la
Casa Museo Benlliure.
Sala de los frescos (torre sur)
La siguiente sala se corresponde con una de las torres, la sur, que une la anterior sala con el salón de baile. En esta pequeña
sala de planta cuadrangular encontramos una serie de pinturas murales al fresco de tonalidades grisáceas
y que debidamente restauradas es lo único que permanece original de la decoración del
palacio. La temática de estas pinturas abarca, decoración de cenefas florales, mascarones, cornucopias, amorcillos, animales fantásticos y nueve grisallas con escenas
mitológicas con episodios amorosos de los dioses del Olimpo.
Salón de baile
La sala de baile es una gran habitación rectangular que tiene su correspondencia al exterior con los seis balcones que dispone la fachada principal y que vemos desde la calle.
El suelo se compone de piezas cerámicas pintadas a mano siguiendo el estilo de la época de esplendor.
Entre las pinturas que podemos encontrar se encuentra el retrato de Carlos IV y María Luisa de Parma, obra
de
José Vergara Gimeno. Los retratos de Fernando VII, Isabel II y el general Narváez son de
Vicente López Portaña.
En el techo de la sala de baile encontramos una pintura representando a la Aurora y a la Noche del pintor valenciano Honorio Romero Orozco (* 1867 † 1920).
Sala fernandina
Al fondo de la sala de baile se encuentra una pequeña sala de planta cuadrada dedicada a la realeza fernandina.
Esta sala se corresponde con la torre norte y guarda diversos lienzos alusivos al rey
Fernando VII que tanta importancia tuvo en la historia del palacio.
El suelo de cerámica toma formas geométricas con decoración de jarrones y ramaje de tonalidades azules.
Sala de paso
Una alargada sala de planta rectangular une el salón de baile con el vestíbulo al que hemos llegado subiendo la escalera. Con este recorrido hemos dado una vuelta completa
al patio interior desde el primer piso.
En esta sala destaca además del mobiliario de época, dos bargueños de madera y adornos de taracea. Los bargueños son pequeños muebles, que
dotados de puertas y cajones, se utilizaban para guardar papeles o documentos e incluso podían servir como escritorios. Este tipo de muebles fueron muy populares entre
los siglos XVI al XVIII en los palacios de la nobleza de toda España.
El segundo piso del palacio está dedicado a uso interno de investigadores, ya que como hemos apuntado el palacio es Archivo Histórico Municipal y sus fondos
pueden ser consultados por los mismos. No están permitidas las visitas turísticas, pero se puede pedir citar para consultar los documentos que guarda el palacio.
El Palacio de Cervelló en el recuerdo
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