Conventos y monasterios de Valencia
Convento de Santo Domingo y
Capilla de San Vicente - Plaza de Tetuán, 22
Monestir de Sant Domènech


Declarado el 3 de junio de 1931 Monumento Histórico Artístico Nacional

La primera piedra de este antiguo Convento llamado de Predicadores fue colocada por el propio rey Jaime I, el 11 de abril de 1239, siendo una fundación de fray Miguel de Fabra (fraile dominico confesor del rey y discípulo de Santo Domingo de Guzmán) construyéndose una pequeña iglesia, a la que sucedería en 1250 otra iglesia también muy sencilla. A esta iglesia le siguió un tercer templo construido en 1382 y que sería derribado en el siglo XIX. Aunque no han llegado hasta nuestros días estas edificaciones, salvo el Claustro Mayor y la Sala Capitular, datados en el siglo XIV, es hoy en día uno de los monumentos más importantes y también mas desconocidos de la ciudad.

De su importancia cabe destacar que en este convento vivieron y fueron priores, San Vicente Ferrer (1357-1419) y San Luis Bertrán (1526-1581) (santos valencianos); que en su Sala Capitular se realizaron diversas Cortes del Reino y que ha sido desde antiguo lugar de enterramiento de personajes celebres de la ciudad. En el convento descansaban los restos de fray Miguel de Fabra, aunque ahora descansan en la Basílica de San Vicente Ferrer, actual Convento de Predicadores.

El lugar donde se construyó el convento después de la reconquista, se encontraba extramuros de la ciudad, por lo que en 1276 el obispo de Valencia fray Andrés de Albalat construyó a sus expensas una ampliación de la muralla que abarcara este nuevo convento dominico. Hay que hacer constar que fray Andrés de Albalat era dominico. El lugar escogido se encontraba en las cercanías de la puerta musulmana de la Xerea.

El convento albergó entre sus muros y esta es una nueva prueba de su importancia pasada, la Escuela de Gramática y Lógica (creada por el obispo Andrés de Albalat en 1259, la Cátedra de lenguas orientales (1281), la cátedra pública de Teología creada por el obispo Ramón Gastón en 1345 y la Iniciación de los estudios de hebreo en 1629, y que muchos de sus monjes que procedían de diversos lugares de España y aún del extranjero ejercían de interpretes ante las embajadas de distintos países que llegaban al Reino de Valencia y aún a la España de los Austria y de los Borbones.

El conjunto del Real Convento de Santo Domingo, está formado en la actualidad por las siguientes unidades básicas:

Claustro Mayor o Claustro gótico
Sala Capitular
Capilla Real
Refectorio o Salón del Trono
Capilla de San Vicente
Fachadas del convento y de la iglesia
Celda de San Vicente Ferrer

Claustro Mayor o Claustro gótico
Una de las mas destacadas bellezas arquitectónicas que posee Valencia es el Claustro Mayor del antiguo Real Convento de Santo Domingo, tan ligado a la historia de Valencia desde la reconquista de la ciudad por el rey don Jaime I de Aragón y tan desconocido en nuestra ciudad.

El plano del padre Tosca, realizado en 1704, tan valioso para el estudio de la Valencia antigua, muestra claramente el área que ocupaba aquel importantísimo convento, con su iglesia y sus magníficos claustros. De los dos que tenia este cenobio, destaca ostensiblemente, con toda magnificencia, el llamado Claustro Mayor, donde el estilo ojival florido del siglo XIV resplandece con vigor en todos sus elementos decorativos.

El claustro gótico, iniciado muy a principios del siglo XIV, es de planta cuadrada (34 metros por lado) tiene seis arcos apuntados en cada lado, menos en el del lado norte que tiene cinco, en el centro tiene un pequeño jardín, en cuyo centro existe un brocal de pozo de estilo gótico; el maestro Sala, cronista que fue del convento, advierte que en 1597 se hizo la cisterna, con soporte de hierro forjado, de donde pende la necesaria polea. El que ahora vemos procede de una donación realizada al convento por el Museo de Bellas Artes de Valencia.

El claustro fue construido a iniciativa de don Pedro Boil con derecho a ser enterrado su linaje en el convento. Las bóvedas son de crucería con plementería de ladrillo; los nervios apoyan en ménsulas historiadas. Todas las alas tienen contrafuertes exteriores recayentes al patio interior.

En su panda este las arquerías presentan parteluces y tracerías gótico-flamígeras, floridas y trilobuladas, cosa que no tienen las otras tres pandas del claustro. Las galerías están cubiertas por bóvedas de crucería simple con nervios de piedra y plementos tabicados en ladrillo.


Sobre este claustro gótico del siglo XIV y XV, se levanta un segundo piso formado esta vez por numerosos arcos dispuestos entre pilastras clásicas y rematado por una cornisa soportada por elaboradas ménsulas. Este segundo claustro (siglo XVII) es obra de Francisco Padilla, activo en Valencia entre 1673 y 1703 y fue realizado en ladrillo con arquerías de medio punto.

Las cuatro naves del espléndido claustro estuvieron ocupadas por un buen número de capillas y altares, la mayoría erigidas por notorios caballeros valencianos, algunos de los cuales, con sus familiares, fueron enterrados en aquellos lugares. La única excepción es la nave norte que no disponía de capillas aunque si hubieron altares y enterramientos en el suelo y sepulcros unidos a la pared. El motivo, es que ésta panda hacía de contrafuerte con el muro de la desaparecida iglesia.

El padre dominico José Teixidor Tilles (El Grao 1694-Valencia 1775) escritor laborioso y bibliotecario del convento (falleció aquí mismo), en su obra "Capillas y sepulturas de la iglesia y claustro del Convento de Predicadores de Valencia", cita con detalle curiosidades históricas, especialmente de las capillas del claustro, de las que destacaba principalmente las dedicadas a Nuestra Señora de la Leche y la de la Virgen de la Misericordia. A invocación de la primera "que es lo primer diumenge ans de Nadal", concedió el papa aragonés Benedicto XIII, el famoso Papa Luna, indulgencia "per dos anys e dos quarentenes", según bula de abril de 1406, expedida por el citado pontífice.

Se dice que en la capilla de Nuestra Señora de la Leche predicó San Vicente Ferrer (1357-1419) en diversas ocasiones, el padre Teixidor cita que en el claustro grande, "lleno de lápidas y sepulcros", estaban enterrados los hermanos del santo, Constanza Ferrer, esposa de Pedro Signes, notario, y Pedro Ferrer, mercader, fallecido en 1404.

En la panda OESTE solo encontraremos arcos tapiados de lo que fueron las capillas, ya que las mismas fueron destruidas para levantar la actual Capilla de San Vicente a finales del siglo XVIII.

De las capillas y altares que existieron en esta panda y que ya no existen citaremos:

• Altar de La Oración en el Huerto
• Capilla de la Presentación del Niño Jesús en el Templo. También conocida como capilla de los Benet. Erigida en 1449 a instancias de micer Mateo Benet. Lo único que se conserva de dicha capilla es el escudo familiar en el arco cegado.
• Capilla de las Santas Catalinas. La santas se encontraban en el centro de un retablo ya desaparecido que estaba dedicado a Santa Catalina Mártir y a Santa Catalina de Siena.
• Capilla de San Luis Bertrán, antes llamada de Sant Vicent Ferrer lo Vell. Jerónimo Jacinto de Espinosa pintó varios lienzos de San Luis Bertrán para esta capilla, el principal lleva por titulo la Muerte de San Luis Bertrán y otros dos con representaciones de milagros del santo. El dedicado a la muerte del santo en la actualidad se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Valencia.
• Capilla de San Onofre, también conocida como de Santa María Magdalena y santa María Egipciaca (a partir de 1584). La capilla fue derribada en 1639; uno de sus propietarios fue Abad Santángel.
• Capilla de San Martín Obispo. Fue su propietario don Pedro Limiñana (siglo XIV) que la entregó a su muerte al gremio de los armeros.

En la panda SUR encontramos siete profundas capillas con dos tramos de bóvedas. Empezando por la más cercana al claustro de la palmera:

• Capilla de la Virgen de la Misericordia. La entrada a la capilla está formado por un arco apuntado en la actualidad cegado. Consta que en 1296 la capilla ya estaba construida. Perteneció en primer lugar a la familia Boxeres, después pasó a los Valeriola, a los Catalá y a los señores de Nules. En esta capilla Alfonso el Magnánimo presidió las Cortes del Reino en 1428. En 1460 el gremio de tejedores de velos (fabricantes de velos y tocas para las damas [los veleros]) tomó como patrona a la Virgen de la Misericordia celebrando en esta capilla sus actos. La capilla fue demolida en parte para construir en 1460 el refectorio y en 1756 se arrasó lo que quedaba para construir el claustro alto. El escudo de la familia Boxeres que se encontraba en una de las claves del interior fue colocado sobre la portada.

• Capilla de San Miguel Arcángel, también llamada del Juicio Final y de las Almas del Purgatorio. Uno de los propietarios de la capilla fue la familia de los marqueses de Boil. En el suelo lápida sepulcral de la familia de los Balaguer. Destaca en esta capilla la clave colgante que cuelga de la bóveda y los escudos de la capilla.

• Capilla de San Cristóbal, que antes recibió el nombre de Santa Bárbara y antes de Santo Tomás de Aquino. En el siglo XVI pasaría a llamarse de San Cristóbal. Uno de los propietarios de la capilla fue la familia Borja, en 1509 renunció a la misma en favor de Ximén Ros. En el suelo lápida sepulcral de la familia Ros.

• Capilla de la Virgen de la Leche, fundada por Juan Sivera. En 1796 pasaría a la familia del Marqués de Sotelo y que como ya hemos dicho antes, aquí predicaba San Vicente Ferrer. La capilla fue visitada por el papa Luna, Benedicto XIII. En esta capilla se podía encontrar un retablo de la Virgen de la Leche, en la actualidad en el Museo de Bellas Artes de Valencia.

El retablo obra de Antoni Peris (ca.1365-ca.1436) está formado por tres calles, y en él sólo se conservan seis tablas. La predela y el guardapolvos han desaparecido. Pintado con la técnica de temple sobre tabla. En el retablo vemos las siguientes escenas: San Bernardo recibiendo la leche de la Virgen, La Adoración de los ángeles, La Huida a Egipto, la Adoración de los Magos y en el centro la tabla de La Virgen de la Leche (María Lactans) amamantando al Niño en presencia de los ángeles; en la parte superior el Calvario.

• Capilla de la Santa Cruz fundada por Nicolás Pujades y cuya heráldica encontramos en la clave de la bóveda de crucería. En su interior se encontraba El retablo de la Santa Cruz, obra de Miquel Alcanyis que en la actualidad se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Valencia. En las ménsulas donde apoyan los nervios vemos escudos de la familia Pujades con restos de policromía. Su fundador Nicolás Pujades falleció en 1409. La capilla fue construida a finales del siglo XIV. El escudo de la familia Pujades se compone de un monte de oro y sobre él una flor de lis.

El retablo de la Santa Cruz está formado por tres calles y se data a principios del siglo XV dentro de la corriente del gótico internacional. Es obra realizada al temple sobre tabla por Miquel Alcanyis (documentado entre 1407 y 1447). En el centro del retablo vemos la Crucifixión con un nutrido grupo de personajes, mientras que en la parte superior la escena que se representa es la del Juicio Final. En ella vemos como los muertos al toque de las trompetas de los ángeles salen de sus tumbas para ser juzgadas.

Las seis tablas laterales representan diversos momentos de la historia de la Santa Cruz, técnicamente llamada Invención de la Santa Cruz o Hallazgo de la Santa Cruz. A la izquierda tres tablas: en la superior una escena en la que Set (tercer hijo de Adán) recoge de la mano de un ángel, un tallo del árbol del paraíso y un poco más abajo en otra escena, Set se inclina sobre su padre Adán que ha fallecido. En la tabla del centro se representa la batalla del Puente Milvio entre Constantino y Majencio y en la tabla inferior el hallazgo de la Santa Cruz en Jerusalén por parte de Santa Helena, más abajo otra escena con la estrategia de Santa Helena para averiguar cual de las tres cruces corresponde a la de Jesús.

En la calle de la derecha otras tres tablas: en la tabla superior la lucha entre el rey persa Corroes y el emperador Heraclio por la posesión de la Santa Cruz que había sido robada por el persa, en la tabla central la muerte de Corroes a manos de Heraclio y en la tabla inferior la devolución de la Santa Cruz a Jerusalén.

Por encima de estos paneles una escena de la Anunciación, a la izquierda una tabla con el ángel San Gabriel y a la derecha una segunda tabla con la Virgen María. En el ático la figura de Jesús con un libro abierto donde figura el alfa y omega. El retablo ostenta en diversos paneles los escudos de la familia Pujades sostenidos pos ángeles tenantes que a su vez flanquean al Salvador en el ático del retablo. La predela del retablo ha desaparecido.

• Capilla de San Jerónimo construida en 1389 por el maestro Francesc Corts a expensas de mosén Ramón Nebot. Después de pasar por varios propietarios la capilla pasó a propiedad de la familia Pertusa, cuya heráldica encontramos en la clave de la bóveda y en las ménsulas del arranque de los nervios.

• Capilla del Nacimiento antes llamada de San Antonio de Padua y después de San Amador. En 1511 siendo propiedad de la familia Barro, cambia la advocación de la capilla pasando de San Antonio de Padua a San Amador. En 1640 es cedida a la familia Boil de la Scala para enterramiento de sus criados. Encontramos heráldica de la familia de los Barro en la clave de la bóveda y escenas de la Anunciación y la adoración de los pastores en los capiteles de las columnillas adosadas. El convento cedió ésta capilla a la familia Boil a cambio de la que estos disponían en la panda este con el fin de construir la Sacristía Mayor.

En la panda ESTE del claustro es donde las tracerías que adornan los arcos góticos están más elaborados y trabajados, en ellos podemos ver, nuevamente como símbolo de poder que tuvo este monasterio, los escudos nobiliarios de familias que favorecieron el lugar, así encontramos escudos de armas de las familias de los Esplugues (flor de lis y torre), los Codinats (dos cabrias), los Castellví (castillo de tres torres) e incluso las armas de la Generalitat Valenciana.

En el extremo de la panda en el lugar donde se cruza con la norte, encontramos un busto del Capitán General Urrutia que descansa sobre una ménsula decorada con un escudo nobiliario. En el muro una lápida con una inscripción nos dice: La Real Academia de Bellas Artes de San Carlos / al Capitán General Excmo. Sr. D. Gustavo Urrutia González / cuya generosa iniciativa durante su mando 1950-1953 / devolvió su primitiva dignidad a estos claustros / MCMLXIII.

El busto fue inaugurado el 14 de diciembre de 1963 con la asistencia de Javier Goerlich Lleó, por entonces Presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, promotora del homenaje.

Entre las capillas y salas que encontramos en esta panda están:

• Capilla de San Vicente Ferrer y San Jaime Apóstol Construida a finales del siglo XIV a expensas de Jaime Jofré. La capilla ha sido muy modificada y mutilada debido a las sucesivas reformas que en el claustro han acontecido. Según cuenta la tradición en esta capilla se veneraba un lienzo de San Vicente Ferrer que pasaba por ser la imagen real del santo.

• Capilla de la Virgen de la Escala antes conocida como Capilla de Nuestra Señora de Monte Sión. Construida a principios del siglo XIV por la familia Zapata.

• Capilla de San Pedro y San Pablo. Fundada por el pavorde don Pedro de Esplugues. Los sepulcros que contenían desaparecieron en la exclaustración. De esta capilla cabe destacar que adopta la forma de una pequeña iglesia, ya que dispone de un pequeño ábside pentagonal en donde se abre una estilizada ventana gótica. También dispone de una pequeña puerta que da salida al exterior.

• Sala Capitular

• Sacristía Mayor Construida entre 1640 y 1641 por el maestro albañil Jaime Tárrega sobre las antiguas capillas de las Almas o de la Resurrección y la de Todos los Santos. La capilla de las Almas fue propiedad de micer Bernardo Juan Coscollá y la de todos los Santos era propiedad de la familia Boil donde eran enterrados sus criados. A raíz de la enajenación de esta capilla para construir la sacristía les fue cedida a cambio la capilla del Nacimiento. En la actualidad esta Sala se ha habilitado como pequeño museo de galería de Capitanes Generales. Anteriormente había sido utilizado como comedor de la tropa.

La panda NORTE hacía pared con la desaparecida iglesia del convento, templo que sería arruinado durante la guerra de la independencia y posteriormente con la exclaustración de 1835, para finalmente ser demolida en su totalidad en 1865, a excepción del ultimo tramo de los pies que quedaría unida a la Capilla de San Vicente.

Esta ala del claustro no tenía por tanto capillas, pero si diversos altares y retablos adosados al muro hoy ya desaparecidos. Se considera que esta ala es la más antigua del claustro ya que servía de contrafuerte a los muros de la iglesia conventual. Se fecha a finales del siglo XIII.

Celda de San Vicente Ferrer Sin lugar a dudas una de las salas a comentar es la conocida como Celda de San Vicente Ferrer. Recibe su nombre porque según la tradición en este lugar se encontraba la celda donde habitaba el santo dominico durante su permanencia en el convento. Tiene su entrada a través de una sala situada junto al refectorio y que recibe el nombre de "sala de profundis". Actualmente la sala no reviste interés artístico pues es una reconstrucción ideal de una capilla sobre el lugar donde se encontraba la estancia del santo.

Según la tradición en este lugar se encontraba la celda donde habitó el santo entre 1378 y 1396. En 1453 la celda fue convertida en capilla y el 20 de agosto de 1553 se creó la Cofradía de la Celda de San Vicente Ferrer entre cuyos objetivos era la de encargarse del cuidado de la capilla. La capilla sufrió los avatares del tiempo y dos hechos luctuosos que pusieron punto y final a su historia, en primer lugar la Guerra de la Independencia durante cuyo periodo los franceses la saquearon y la usaron como caballeriza. Terminada la guerra es reconstruida por la Cofradía y consagrada el 11 de abril de 1817. Durante la Desamortización de Mendizábal de 1835 fue utilizada como almacén de artículos varios y más tarde como almacén de artículos militares. La Cofradía pasa a situarse en la Casa Natalicia del Santo y la misma queda abandonada. En 1848 la capilla es reabierta al culto pero nuevamente durante la Revolución de 1868 (La Gloriosa) vuelve a ser cerrada. Nuevas aperturas y cierres tienen lugar en función de los acontecimientos políticos, la más reciente la que tuvo lugar durante la Guerra Civil de 1936 en que la misma es totalmente destruida. En 1943 la capilla es rehabilitada en su actual fisonomía y como tal permanece hasta el día de hoy.

Hoy día es una pequeña capilla sin culto cuyas paredes están chapadas de azulejos hasta mitad altura mientras una pequeña imagen del santo preside la estancia. Los azulejos de 22 x 22 cm. combinan figuraciones florales y vegetales con figuras antropomorfas de ángeles que van haciendo sonar instrumentos musicales o exhiben cartelas con diversas inscripciones. Las paredes laterales tienen 144 azulejos mientras que las frontales disponen de 90 azulejos. Los paneles como es de figurar no son originales de la celda y proceden del refectorio, la sacristía y de la antigua capilla de San Jaime. El aspecto actual de la celda por tanto no tiene nada que ver con la celda que ocupara San Vicente Ferrer.

Sala Capitular Pero lo mas notable de este claustro gótico es su famosa Sala Capitular, construida en estilo gótico entre 1310 y 1320, costeada por el caballero don Pedro Boil. En ella se reunía la antigua comunidad religiosa para la toma de decisiones o actos de especial relevancia como la toma de hábitos.

¡El salón de las palmeras! Así se ha llamado desde antiguo a esta gallarda muestra de la elegante arquitectura gótica valenciana. Cuatro columnas altísimas y delgadas, como verdaderos mástiles de palmeras, suben atrevidas hasta la bóveda y dibujan las aristas con el manojo de sus abiertas palmas. A esta sala se accede por una portada apuntada flanqueada por dos ventanales también apuntados de similar estructura, con el mismo adorno en sus arcadas y un redondo y calado rosetón que se abre en lo alto del muro.


Es de planta cuadrada, de 12 metros de lado, realizada en sillería. Posee cuatro delgadas columnas centrales fasciculares exentas y cuatro adosadas al muro que sustentan la bóveda de crucería, formada por nueve paños cuatripartitos con plementería de ladrillo. De cada columna central arrancan ocho nervios a modo de hojas de palmera, como ya hemos dicho. Las claves se adornan con el emblema de la orden dominica: la cruz flordeliseada.

La estancia se ilumina por tres alargados ventanales góticos en el testero de la sala y por dos ventanales también góticos que flanquean la portada de entrada a la sala. Los ventanales no disponen de columna central (mainel) siendo sustituida esta por un pinjante decorativo. Esta disposición permite un mayor entrada de luz desde el interior del claustro.

En las paredes encontramos diversos blasones de la Corona de Aragón, de don Pedro de Boil (torre y buey) y de su esposa Altadona della Scala (escalera de peldaños), así hasta un total de quince blasones.

Es obra de un arquitecto desconocido contratado por Pedro Boil de Aragón (primer señor de Manises, Mestre Racional de Valencia, mayordomo del rey Jaime II de Aragón, tesorero y embajador ante la Santa Sede), quien costeó el Aula Capitular a sus expensas. Don Pedro Boil dispuso en su testamento, de 5 de marzo de 1321, que fuese enterrado en esta sala, ordenando, entre otras cosas, que se comprase un paño de oro, y después de cubrir su cuerpo, cuando lo llevasen a enterrar, sirviese de ornamento al altar de la propia sala capitular. Don Pedro Boil de Aragón fallecería en 1323.

Rodea todo el conjunto una bancada en piedra formado por dos alturas o escalones donde se sentaban los monjes en el capítulo. En esta sala llegaron a tomar los hábitos San Vicente Ferrer y San Luis Bertrán; se realizaron los capítulos generales de la orden en los años 1370, 1596 y 1647 y se llegaron a celebrar Cortes Generales del Reino en 1349 con Pedro el Ceremonioso, en 1418 con Alfonso el Magnánimo, en 1528 con Carlos I de Austria y en 1645 con Felipe III de Austria. La bancada fue reconstruida entre 1950 y 1953 por el Capitán General Gustavo Urrutia.

En el doble sepulcro de alabastro que encontramos adosado al muro de esta sala, reposan sin embargo, los restos de Ramón de Boil Dies (II señor de Bétera) y de Ramón de Boil Montagut (III señor de Bétera), virrey de Nápoles e hijo del anterior. Ramón Boil Dies es conocido porque tiene una calle dedicada en Valencia llamada Gobernador Viejo, fue asesinado el 06-01-1407 por Joan de Pertusa y es el que figura en la parte de abajo del sepulcro, mientras que su hijo Ramón Boil Montagut, fallecido en 1458, reposa en la parte superior. El sepulcro de mediados del siglo XV fue esculpido a expensas de Berenguer Vives Boil, señor de Bétera, y mide 4,18 metros x 1,65 metros.

Ramón Boil Dies fue gobernador de Valencia entre 1393 y 1407 y como ya hemos indicado se le conoce popularmente como Gobernador Viejo. Tenía su casa en la calle ahora dedicada y fue asesinado en la actual plaza de San Vicente Ferrer (conocida como de los Patos). Joan de Pertusa enemigo declarado del gobernador fue ejecutado por orden del rey Martín el Húmano acusado del asesinato. Unas versiones dicen que el motivo fue un asunto de faldas, y otros argumentan que el asesinato hay que encuadrarlo en el ambiente de guerras internas entre las diversas familias de la ciudad.

Al sepulcro de los Boil, se le llama en tono irónico el del Juicio de Salomón porque cuando en 1865 se decidió quitarlo de su emplazamiento, hubieron discusiones entre el Museo Arqueológico Nacional y el Museo de Bellas Artes de Valencia, llegándose a la solución de dividirlo en dos y dar la mitad a cada uno de ellos. En 1952 gracias al Capitán General Urrutia el sepulcro fue vuelto a unir de manera permanente y colocado en la Sala Capitular. El mismo sería restaurado por Carmelo Pastor.


El sepulcro, propiamente dicho, consta de urna cineraria, estatua inferior, friso inferior, estatua superior y friso superior; todo enmarcado por dos columnas cuadradas, prolongadas en aguja, que sostienen una archivolta exornada con hojas y semicírculos trilobulados. Las columnas tienen cuatro espacios. el inferior, con un escudo; encima un guerrero con gramalla, capucha y espada; en el siguiente, un monje y, finalmente, una dama. Todas las figuras, menos el escudo, las cubre una especie de dosel, y todas ellas aparecen apoyadas y están esculpidas a todo relieve.

La urna cineraria la vemos decorada con combinaciones de arcos y escudos de los Boil, así como dos torres y dos bueyes.

Las dos estatuas yacentes corresponden: la de arriba a don Ramón Boil III, señor de Bétera y virrey de Nápoles en el reinado de Alfonso V el Magnánimo; la inferior a la del padre del anterior, don Ramón Boil II, señor de Bétera, llamado "Gobernador Viejo", y destacado personaje de su época cuyo recuerdo todavía se evoca en una de las calles de la ciudad.

Los frisos historiados representan: el inferior, diecisiete figuras humanas en las que se hacen patentes las actitudes y gestos de dolor, que la maestría del artífice ha sabido reflejar con singular arte; el superior, en el que igualmente se representa una ceremonia fúnebre de carácter religioso, destaca la presencia de un prelado que está bendiciendo los restos mortales, y de nuevo vemos afirmarse en el tallado admirable de las figuras, en la expresión de los rostros, en el plegado de los paños y en la gracia de los ademanes, el buen hacer artístico de su desconocido autor.

Texto: Manuel Sánchez Navarrete

En el suelo tres laudas sepulcrales:

En el centro los señores de Manises (correspondiente a la línea primogénita de los Boil); a la izquierda, los señores de Bétera con una inscripción en latín que dice: "A la memoria de la noble estirpe valenciana de los señores de Bétera"; y a la derecha, los señores del castillo de Boil con una inscripción que dice: "A la memoria de Pere Boil IV señor del castillo de Boil, capitán general defensor de Valencia, caballer senspahor".

Capilla Real o Capilla de los Reyes (Capella del Rei Alfons el Magnànim) A la Capilla Real se entra por una puerta formada por un doble arco moldurado existente en su bello y pequeño patio claustral que hay a la entrada de la iglesia. La capilla obra del segundo tercio del siglo XV, es una de las joyas del tardogótico valenciano. Antoni Ponz (siglo XVIII) que era el que mas sabia de arte en su época dijo: "Es toda de piedra picada, y aunque gótica, es la cosa mas grandiosa y bien construida de todo este recinto".

Fue mandada construir por el rey Alfonso V el Magnánimo (* Medina del Campo, Valladolid 1396 † Nápoles 27-06-1458), siendo colocada la primera piedra el 18 de junio de 1439 y terminada por su sucesor y hermano Juan II (* Medina del Campo 1398 † Barcelona 20-01-1479) el 24 de junio de 1463, su autor sin genero de duda fue Francesc Baldomar, autor también de las obras de las Torres de Quart. Con Baldomar trabajarían como picapedreros Pere Compte y Miquel Navarro. En su origen esta capilla se puso bajo el patrocinio de san Ildefonso por indicación directa del propio rey. La primera misa oficiada en la capilla fue realizada por el obispo Rodrigo de Borja, futuro papa Alejandro VI.

Desde el interior de la capilla de san Vicente se puede acceder a la capilla real a través de una bella portada ojival de tres arcos que se eleva sobre dos escalones y que se cierra mediante una verja de hierro forjado, obra de Aloy Ponç y François Giner.

Se trata de una estancia de planta rectangular algo irregular de 11 x 22 metros construida sobre el lugar que ocupara la antigua iglesia del siglo XIII. La capilla carece de contrafuertes y pilastras ya que los muros de la estancia son de 2,50 metros de espesor y el peso de la bóveda carente de nervios recae directamente sobre los mismos muros. La techumbre de piedra, está formada por bóvedas de aristas de cantería y la forman tres tramos, uno de ellos formado por la cabecera en cuya parte trasera detrás del retablo mayor se sitúa la sacristía, a la que se penetra por una puerta de arco de medio punto moldurada dispuesta en esviaje respecto al muro.

A la izquierda del retablo mayor en el muro lateral podemos ver un pequeño vano abierto en el muro y que es el ventanuco por donde el maestro Baldomar podía observar el desarrollo de las obras.

En esta sala se encuentra una curiosa doble escalera de caracol que asciende una de ellas a una estancia superior y la otra a la terraza y a la torre campanario. En la estancia superior se abrió en el siglo XVIII un balcón al exterior. El hueco que forma la escalera es fácilmente visible desde el exterior de la calle, pues se trata de una pequeña torre octogonal cubierta por un remate piramidal de ocho lados.

En el muro de la epístola un vano con arco conopial abierto en la pared, da acceso a través de una pequeña escalera intramural al púlpito también en piedra que sobresale del muro.

Dos pequeñas estancias a modo de capillas en cada uno de los muros de las paredes laterales, guardan piezas de orfebrería y liturgia a modo de minúsculo museo. Estas dos pequeñas estancias se protegen mediante cristal. Parece ser que estas estancias en realidad son las capillas que debían recibir los restos mortales del rey de Aragón y su esposa, pues en el fondo la capilla real es una capilla funeraria. Refuerza el hecho, que el lugar esté construido en piedra de color oscuro de Morvedre (actual Sagunto) lo que acentúa su condición luctuosa.

Efectivamente la capilla fue construida con la intención de ser el lugar de enterramiento de los reyes de Aragón Alfonso V el Magnánimo y de su esposa María de Castilla, pero por cuestiones que no vienen al caso el rey prefirió ser enterrado en Nápoles y su esposa María de Castilla en el cercano monasterio de la Trinidad. El caso es que ambos no se podían ni ver, el rey permaneció largos años en Nápoles donde a la postre moriría y mientras tanto los asuntos de Aragón eran llevados por la reina María. Posteriormente los restos de Alfonso el Magnánimo fueron traídos al monasterio de Poblet (Tarragona). Los huecos se abren a la capilla a través de arcos escarzanos. Su interior se cubre con una pequeña bovedilla en cuya clave central podemos ver un escudo en cairó con las armas de Aragón (arcosolio lado del evangelio) y en el arcosolio del lado de la epístola el escudo en cairó con las armas de Aragón y Castilla.

La sala se ilumina por seis ventanas ojivales abocinadas, tres en cada uno de sus muros laterales y un rosetón en el muro de unión entre la capilla de san Vicente y la capilla de los reyes.

Al fondo de la capilla un retablo en madera dorada formado por banco, dos cuerpos horizontales, tres verticales, ático y guardapolvos. Realizado por José Esteban entre 1581 y 1588 en estilo renacentista. En el primer cuerpo en la calle central, una imagen en piedra policromada de la Virgen de la Esperanza y dos pequeñas figuras arrodilladas que representan a los reyes Alfonso V el Magnánimo y Juan II (monarcas que dan nombre a la capilla y que promovieron su construcción). La Virgen (embarazada) figura sentada en actitud orante, lleva un sol pintado en su vientre (alusivo a Jesús) y en su regazo tiene un libro abierto. Rodean la figura de la Virgen varios ángeles y a los pies los reyes antes citados.

En el segundo cuerpo un altorrelieve representando La caída de san Pablo camino de Damasco y en el ático Cristo crucificado a quien acompaña san Juan y la Virgen María. En la parte de arriba dominando todo el conjunto el Padre Eterno.

Las pinturas de las calles laterales representan a santo Domingo de Guzmán y a san Vicente Ferrer en el segundo cuerpo y a san Pedro y san Pablo en el primero. Son obra del flamenco Isaac Hermes Vermey (* 1540 † 1596).

El retablo fue mandado hacer por Mencía de Mendoza y vino a sustituir al original contemporáneo a la construcción de la capilla y que tenía como personajes principales a san Ildefonso, san Juan y la Virgen de la Esperanza, todos ellos representados en lienzos. Con el nuevo retablo se respeto la misma iconografía de la Virgen de la Esperanza pero esta vez realizada en piedra y presidiendo el centro del retablo.

Flanqueando el retablo mayor y continuando parcialmente por los muros laterales encontramos una sillería de madera con decoración renacentista-plateresca. Las trazas de estos paneles se atribuyen a Onofre Falcó hacia 1536 mientras que los trabajos de carpintería son de Joan Gregori y su hijo Gaspar.

Pero sin lugar a dudas lo que más destaca de esta capilla es el sepulcro en mármol que ocupa el centro, es magnífico, sin comparación posible con ninguna otra capilla de los templos valencianos, donde los monumentos funerarios son harto escasos.

En 1535 la capilla fue entregada por el emperador Carlos I de España (1517-1556) a doña Mencía de Mendoza, marquesa de Zenete para panteón familiar. María de Mendoza y Fonseca nacida en Jadraque (Guadalajara) en 1508 casó en primeras nupcias con Hendrick (Enrique) III conde de Nassau y en segundas nupcias con Fernando de Nápoles, duque de Calabria (viudo de Germana de Foix). Mencía falleció en Valencia en 1554 probablemente por causas derivadas de su hiperobesidad.

Los ocupantes del gran sepulcro, cuyas figuras aparecen esculpidas sobre él, son de Rodrigo Hurtado de Mendoza y de Vivar, al que tantos disgustos le dieron els agermanats, y su segunda esposa Doña María Fonseca de Toledo, marqueses de Zenete. La hija de los interesados, Doña Mencía, esposa del duque de Calabria y una de las mujeres más gordas que han paseado en todo tiempo su humanidad por nuestra tierra, es quien costeó la marmórea tumba; ella, modestamente yace a los pies de la mismas y se conformó con una simple lápida de alabastro.

Sobre la lápida una inscripción nos dice: A la princesa doña María Mendoza Zenete, hija de don Rodrigo Mendoza y doña María Fonseca su mujer, marqueses de Zenete; esposa de don Fernando de Aragón duque de Calabria, excelentísima y singular matrona enaltecida con las brillantes dotes del espíritu, ingenio, virtud, fortuna y nobleza, que vivió 45 años, 1 mes y 5 días y murió en 4 de enero de 1554. Don Luis de Requesens, comendador mayor de Castilla, de la orden de Santiago, su heredero, para que quedase un perpetuo monumento de su cordial gratitud e imperecedera memoria de los ilustres antepasados de la difunta, de su propio peculio hizo costear estos sepulcros y estatuas de mármol de Paros.

El sepulcro descansa sobre una alta base decorada por cuatro ángeles. Sobre la base, el doble sepulcro con las estatuas yacentes de ambos personajes. El, don Rodrigo Hurtado de Mendoza y de Vivar, ella doña María Fonseca de Toledo (marqueses de Zenete desde 1492). El viste armadura y espada; el yelmo a los pies destaca sobre el conjunto, la dama vestida con traje de corte tiene un libro de oraciones sobre el pecho, a sus pies un perro; símbolo de fidelidad. Las cabezas descansan sobre almohadones. En los laterales unas calaveras nos hablan de la muerte. Los atributos militares del sepulcro nos hablan de él, era un guerrero.

El sepulcro realizado en mármol blanco de Paros fue realizado en Génova hacia 1563 según trazas de Giovanni Battista Castello El Bergamasco, y ejecutado por los escultores Giovanni Carlone y Giovanni Orsolino.

La inscripción de este gran sarcófago dice: "A don Rodrigo de Mendoza, marqués de Zenete, padre de doña Mencía de Zenete, varón esclarecido. Murió en 22 de noviembre de 1523. A doña María Fonseca de Toledo, marquesa de Zenete, madre de doña Mencía de Mendoza, esclarecida dama. Murió en 16 de agosto de 1521". Los restos fueron inhumados en el sepulcro en 1563 por disposición testamentaria de su hija y ejecutado por uno de sus descendientes Luis de Requesens.

Bajo el sepulcro en una cripta subterránea yacen distintos personajes importantes, entre ellos el pintor Joan de Joanes traídos hasta aquí en 1850 desde la iglesia del Carmen de Valencia. Hubo una época que se quiso convertir esta capilla en panteón de valencianos ilustres, pero hasta ahora el único ilustre es el pintor antes citado. Otros personajes enterrados en esta cripta son los dominicos: fray Domingo Anadón, fray Juan Micó, fray Marcelo Meléndez y fray Juan Bautista Espejo.

En otra época hubo en esta capilla dos tablas del taller de El Bosco, una de ellas el Tríptico de los improperios, pero ahora quien quiera verla ha de ir al Museo de Bellas Artes San Pío V. Conviene destacar la ausencia total en esta capilla de cualquier clase de decoración, lienzo o adorno que no sea la piedra desnuda y oscura como correspondería a una capilla funeraria.

El Tríptico de los improperios era propiedad de doña Mencía de Mendoza; a su muerte la tabla pasó al convento de Santo Domingo y con la desamortización de Mendizábal de 1835 al Museo de Bellas Artes de Valencia. La tabla realizada hacia 1510/1515, es un óleo sobre tabla, formada por tres escenas: la coronación de espinas, el prendimiento y la flagelación. La obra se atribuye al taller de El Bosco (Jheronimus Bosch). Las tres tablas del tríptico fueron divididas y la central (la más grande) fue insertada en una de los nichos laterales de esta capilla de los reyes. Por suerte al pasar al Museo de Bellas Artes San Pío V las tres piezas fueron vueltas a unir.

Refectorio o Salón del Trono Situado en el ala sur del claustro gótico, fue construido entre 1560 y 1567 en estilo renacentista, siendo prior fray Pedro de Salamanca. Hoy esta estancia es conocida como Salón del Trono, ya que en 1966 fue habilitada como Salón de Trono de Capitanía por el entonces Capitán General de Valencia, don Santiago Mateo Marcos (1962-1967).

Esta sala se utiliza para actos protocolarios como es: entrega de medallas, nombramientos, ascensos y todos aquellos actos castrenses que precisan de un cierto nivel. También se celebran actos protocolarios de entidades civiles previa autorización.

Se trata de una estancia rectangular de 32 x 10 metros, cubierta con bóveda de crucería de arcos rebajados. En las claves de esta bóveda todavía podemos encontrar imágenes de personajes dominicos como San Vicente Ferrer y en la clave central, la Virgen del Rosario. La sala está construida en piedra de granito. Las paredes fueron chapadas hasta media altura con azulejos en el siglo XVIII, aunque gran parte de ellos han desaparecido y los que no, se han colocado en la celda de San Vicente Ferrer. La plementeria de la bóveda es de ladrillo y el espacio se ilumina por una serie de ventanas situadas en el muro sur. En la cabecera de la sala podemos encontrar además un óculo que ayuda a la iluminación lateral de las ventanas. En el testero de la sala encontramos una vidriera realizada en el siglo XVI con el escudo imperial de España de la época.

La Iglesia de Santo Domingo, Capilla de San Vicente o Parroquia Castrense Aunque normalmente la iglesia recibe el nombre de Santo Domingo y como tal es conocida por los naturales, en realidad su nombre correcto debería ser y es, Capilla de San Vicente, entre otras cosas porque a tal Santo esta dedicada la advocación de la parroquia y porque eso era en realidad; una capilla, resto de lo que fue la gran iglesia conventual que fue destruida por avatares bélicos y desamortizadores en el siglo XIX como hemos comentado.

La primitiva iglesia que databa de la fundación del convento pronto quedó pequeña, por lo que entre 1250 y 1256 se construiría con autorización del obispo de Valencia fray Andrés Albalat un nuevo templo en estilo gótico. Esta primitiva iglesia se situaría aproximadamente en el lugar donde hoy se encuentra la Capilla Real. Al construirse la segunda iglesia junto a la primera, esta quedaría como portería del convento. Será en 1382 cuando por amenaza de ruina del segundo templo, se construya una tercera iglesia de nave única de ocho tramos, capillas entre los contrafuertes, cabecera poligonal, y unida al lado norte del claustro.

En 1460 se construye a los pies del templo por su lado de la epístola, una capilla que sería puesta bajo la titularidad de San Vicente Ferrer. Frente a ella también a los pies de la iglesia pero por su lado del evangelio se construiría a finales del siglo XV, otra capilla bajo el patronazgo de Nuestra Señora del Rosario. Como podemos imaginar este conjunto eclesial debía ser enorme y deja constancia de la importancia que llego a adquirir el convento.

Como ya hemos comentado en diversas ocasiones la iglesia conventual fue demolida en 1865, y de ella sólo quedó a salvo el último tramo de los pies que unía las dos capillas transversales, una de ellas la Capilla de San Vicente. Esta capilla es la que ahora podemos ver y visitar. La Capilla de San Vicente se levantó sobre el lugar que ocupaba el antiguo refectorio y las capillas occidentales del claustro mayor, que obviamente tuvieron que trasladarse a otro lugar. Concretamente el nuevo refectorio se construiría en la panda sur del claustro sobre 1560.

En 1460 para conmemorar la canonización de San Vicente Ferrer el 29-6-1455, se decide la construcción de la capilla dedicada al santo valenciano. Estaba formada por tres tramos rectangulares, cubierta con bóveda de crucería de estilo gótico y era obra de Francesc Baldomar y Nicolau Bonet. Se terminó sobre 1472.

La capilla gótica del siglo XV tuvo que ser renovada entre 1692 y 1694 por Francisco Padilla por defectos estructurales. Padilla renovó el interior con una decoración a base de estucos de estilo barroco como todavía puede verse en el tramo conservado de la Capilla a los pies. Finalmente hacia 1772 tuvo que ser demolida y sobre ella se construyó una nueva capilla aún más amplia que la anterior. Así entre 1772 y 1781 se construiría otra en estilo academicista sobre planos del escultor José Puchol Rubio (Valencia 1743-1797). La dirección de las obras fueron llevadas por el mismo Puchol Rubio aunque tuvo problemas con la Academia pues no tenía el titulo de arquitecto y las obras tuvieron que ir firmadas por Antonio Gilabert. La parte escultórica corrió de cuenta de José Puchol hijo mientras que la pictórica le fue encargada a José Vergara Gimeno. El 17 de noviembre de 1772 se puso la primera piedra y se bendijo el 22 de abril de 1781.

La actual capilla de San Vicente, es de estilo neoclásico, tiene una sola nave de seis tramos con crucero, cúpula con tambor sobre pechinas y linterna. Las bóvedas son de medio punto con lunetos pintados al fresco y el cimborrio es cilíndrico. Tiene presbiterio de planta oval. Se decora la iglesia con columnas corintias, pilastras y zócalos todos ellos de mármol de distintos colores procedentes de diversos puntos del Reino de Valencia.

A los pies de la iglesia se encuentra el órgano de la iglesia. Este se corresponde como ya hemos comentado con el tramo de unión entre la desaparecida iglesia monacal y la capilla de San Vicente, actual iglesia. Este tramo se cubre con bóveda de crucería decorada al estilo rococó.

En el Altar Mayor encontramos un retablo de inspiración barroca. Este se alza sobre un banco cuyo frontal se decora con tres medallones en bajorrelieve de alabastro con atributos alusivos a las virtudes cardinales (Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza). El medallón del centro alude a la Prudencia y a la Justicia, el medallón de la izquierda hace alusión a la Fortaleza y por último el medallón de la derecha hace alusión a la Templanza. Flanqueando el retablo dos esculturas de bulto redondo de la Castidad (lado del evangelio) y la Religión (lado de la epístola) realizadas por Jose Puchol. Sobre el banco se alza el cuerpo principal del retablo formado por una hornacina central flanqueada por cuatro columnas en dos planos de profundidad con capiteles corintios dorados. En la hornacina se alza un talla policromada y dorada de San Vicente Ferrer con dos de sus atributos: un libro entreabierto y una azucena. Su dedo índice derecho se alza hacia el cielo y lleva sobre su cabeza el nimbo y una filacteria con la inscripción que le representa "Timete Deum et date illi honorem quia venit hora iudicii eius". Esta imagen pertenece casi con toda seguridad al retablo de la anterior capilla de finales del siglo XVII. Este conjunto sostiene un entablamento que a su vez alza un frontón curvo partido en cuyos extremos dos esculturas en mármol representan La Fe que porta una cruz y La Esperanza que lleva un ancla. En el espacio central del frontón se alza un cuerpo donde está representado en altorrelieve la Aparición de Jesucristo a San Vicente Ferrer que le cura de una enfermedad en presencia de Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Asís, hecho ocurrido en Aviñón cuando se encontraba al servicio del antipapa Benedicto XIII. Sobre este cuerpo central un frontón triangular con dos ángeles que portan la mitra episcopal y el cápelo cardenalicio honores a los que renunció el santo. Toda la obra escultórica que podemos encontrar en el Retablo Mayor es obra de José Puchol realizada en mármol.

A ambos lados del presbiterio encontramos dos puertas, la del evangelio permanece sellada y la de la epístola a la sacristía de la iglesia. Se decoran con dos altorrelieves circulares sostenidos por ángeles tenantes con los bustos de los padres de San Vicente, el notario Guillem Ferrer (puerta del evangelio) y su esposa Constanza Miquel (puerta de la epístola). Sobre los extremos del frontón curvo dos angelitos. Los medallones de los padres de San Vicente aparecen con una inscripción identificativa en el dintel de la portada.

El cielo del presbiterio se cubre con una bóveda de cuarto de esfera y se halla pintada por pinturas al fresco de José Vergara Gimeno, representa la Apoteosis Celestial de San Vicente Ferrer. En la imagen central San Vicente Ferrer y Santo Domingo de Guzmán ascendiendo entre nubes ante la Santísima Trinidad. Cristo lleva en su mano derecha la cruz de pasión y con la otra mano sostiene la corona de gloria que tiene preparada para el santo. Acompañan al santo en su ascenso celestial, grupos de ángeles mancebos, serafines y niños que cantan las glorias celestiales, dos ángeles (cercanos a la Trinidad) sostienen uno de ellos un incensario (la Oración), el otro lleva una llama en su mano izquierda (la Devoción). Junto a San Vicente un ángel mancebo lleva un medallón con el texto "Timete Deum", es su ángel de la Guarda; un poco más alejado otro ángel lleva un cetro del que pende una piedra y que es considerado una alegoría de las Dominaciones. Completa el conjunto angélico, todo un grupo de ángeles de distintas jerarquías con los distintos atributos que les representan. Entre estos: un ángel lleva un cetro rematado por un ojo (atributo al coro de las Virtudes), otro ángel lleva un triángulo dorado (el tetragrammaton) propio del coro de los Tronos, un ángel con yelmo sujeta a un dragón (representación del coro de las potestades), junto a él un ángel sujeta un pájaro que echa a volar (representación del coro de los querubines).

A la izquierda de San Vicente y Santo Domingo, vemos a una multitud de personajes, presidida por una mujer sentada en un trono con los atributos papales: es la Iglesia; sobre ella, una figura de mujer con el sol en una de sus manos (La Verdad). A continuación de la iglesia una larga cola con los personajes que la componen: un rey que besa su mano, dos obispos, nobles, caballeros, mujeres, una de ellas con un niño pequeño, dos apóstoles y el final dos sacerdotes de la antigua Ley con un incensario. Bajo la figura de la Iglesia dos personajes semidesnudos que portan serpientes en sus manos mientras son aplastados por el tropel eclesial, son las herejías derrotadas por la iglesia.

En el otro lado vemos más personajes relativos a la vida de la Iglesia. Preside la escena la figura de una mujer con los ojos vendados sobre un trono de nubes que porta un cáliz con la Hostia, es la Fe Cristiana. A un nivel inferior varias mujeres representan distintas virtudes: la Caridad (amamanta a un niño mientras acoge a otro), la Castidad (lleva unos azotes en sus manos), la meditación sobre la muerte (porta una calavera), la Obediencia, y la Religión Monástica.

En otro nivel inferior una serie de personajes alegóricos fácilmente reconocibles: el Llanto (mujer llorando), la ciudad de Valencia representada por una mujer que porta el escudo de la ciudad, la Monarquía Española, en forma de mujer con corona y manto de armiño que lleva las armas de Castilla y León en un escudo, la Orden dominica con el escudo de ésta religión, y los continentes Asia (con una tocado de flores en su cabeza) y acompañado de dos chinos, y de espaldas al espectador, África con un tocado en forma de elefante, y America que lleva un tocado de plumas en la cabeza. También están representados los siete pecados capitales representados por sus animales simbólicos (soberbia el pavo real, la avaricia el lobo, la envidia el perro, la cabra la lujuria, el oso la ira, el avestruz la gula y la tortuga la pereza).

El crucero que precede al presbiterio se cubre con cúpula semicircular con tambor y linterna. Bajo ella dos cuadros de Vicente Salvador Gómez (1637-1680), El Milagro del anuncio de las naves cargadas de trigo a Barcelona del año 1665 (lado de la epístola) y El compromiso de Caspe (lado del evangelio) de 1664. Podemos observar en el lienzo de las naves cargadas de trigo el autorretrato del pintor en la figura del escribano que toma apuntes. El resto de los personajes también son retratos reales de personajes de la época, principalmente monjes dominicos del convento o personajes cercanos a ellos. Estos dos grandes lienzos proceden de la antigua Capilla de San Vicente que fue demolida. Junto a estos dos lienzos existían dos más actualmente en paradero desconocido que representaban "la Aparición de Francisca Ferrer mientras celebraba misa su hermano San Vicente" y "la duquesa de Bretaña lavando los pies al santo ya difunto". Estas dos obras también de Vicente Salvador ya que los cuatro lienzos formaban un sólo conjunto.

Las pinturas al fresco de la cúpula y de las pechinas en que se apoya, forman un complejo, complicado y estimable conjunto pictórico obra de José Vergara Gimeno. En cada una de las pechinas figuran talladas dos esculturas de estuco obras de Francisco Alberola y sobre ellas en un óvalo un fresco alusivo a la vida de San Vicente, guardando entre ellas, pinturas y estuco relación simbólica. Este programa iconológico debió ser realizado por alguna persona culta, tal vez un monje del propio monasterio, conocedora de la simbología del programa iconológico de la Iglesia de los Santos Juanes que siguen una estructura similar y del tratado escrito en 1593 por Cesare Ripa (1555-1622) con una relación alfabética de emblemas, símbolos y alegorías de la iglesia católica. Tratado que lleva por titulo "Iconología".

Las esculturas de estuco representan a las doce tribus de Israel. Cada una de ellas lleva una cartela con su nombre y están representados con sus atributos particulares. Además cada uno de ellos representa una virtud que les caracteriza también escrito en una cartela. Entre ellos aparece una cita bíblica que guarda relación con el óvalo de la parte superior pintado por Vergara.

• 1ª pechina
Rubén (con un cetro y una liebre) y Leví (con las manos juntas elevadas al cielo)
Rubén representa la virtud del "Temor de Dios" y Leví la virtud de "La Esperanza"
Entre ellos una cartela dice "Spes mea tu in die aflictionis" (Tu eres mi esperanza en el día de la aflicción)
En el óvalo superior "Aparición de la Virgen y el Niño a San Vicente Ferrer que hace huir al demonio"

• 2ª pechina
Dan (con un pergamino enrollado en la mano derecha) y Benjamín (con un perro a sus pies)
Dan representa la virtud del "Silencio" y Benjamin la virtud de "la Contemplación"
Entre ellos una cartela dice "No desinis subvertere vias domini rectas" (No acabarás de torcer los rectos caminos del Señor)
En el óvalo superior "Aparición de la virgen y el Niño a San Vicente Ferrer ahuyentando a Satanás disfrazado de ermitaño"

• 3ª pechina
Judá (con un corazón inflamado en su mano derecha) e Isacar (con una guirnalda de flores en la mano derecha)
Judá representa la virtud de la "Caridad" e Isacar la virtud de la "Alegría"
Entre ellos una cartela dice: "Dedit integram sanitatem istem" (Dio entera salud a ese)
En el óvalo superior "San Vicente Ferrer sanando a un cojo ante una imagen de la Virgen"

• 4ª pechina
Simeón (con traje de guerrero) y Gad (con traje de guerrero y llevándose el dedo índice de la mano derecha a la boca mientras con la izquierda sostiene un pez)
Simeón representa la virtud de "La Compunción" y Gad la virtud de "La Abstinencia"
Entre ellos una cartela dice: "Quasi pater in filio complacet subi" (Como padre al hijo que agrada a sí)
En el óvalo superior "Aparición de Santo Domingo de Guzmán a San Vicente Ferrer"

Las cuatro tribus de Israel que faltan están representadas solamente en pintura ya que lógicamente no cabían en las pechinas. Son frescos realizados por José Vergara y los encontramos en los extremos de los diafragmas de los muros laterales del crucero flanqueando sendas ventanas. Son:

• Zabulón (acariciando la cabeza de un león) que representa la virtud de "La Severidad" y Aser (con una gavilla de trigo y una hoz) que representa la virtud de "La Paciencia".

• Neptalí (con un compás) que representa la virtud de "La Especulación" y José (con un buey o un toro) que representa la virtud de "La Discrección".

Este complejo programa iconográfico se completa con la decoración interior de la cúpula realizada por José Vergara al fresco. La cúpula interiormente se divide en ocho registros verticales y tres horizontales separadas por molduras de estuco que completan un total de veinticuatro casetones. En este punto hay que hacer notar la similitud decorativa de esta cúpula con la cúpula de la Basílica de San Pedro en Roma con la que tiene ciertas similitudes salvando las lógicas diferencias de tamaño. Esto nos hace pensar que el autor del programa pictórico de la Capilla podría conocer la cúpula de San Pedro de Roma.

Cúpula Capilla
San Vicente Ferrer
Cúpula de San Pedro
del Vaticano

En los ocho casetones que forman el registro superior del interior de la cúpula, José Vergara pintó una serie de ángeles entre nubes insertos en casetones de forma trapezoidal. De alguna manera es la representación del Cielo.

En los casetones del registro intermedio de la cúpula, se han pintado los siete dones del Espíritu Santo, dejando el octavo para la paloma. Cada uno de ellos es reconocible por la cartela que portan. Las pinturas con los distintos dones van insertas en registros ovalados representados por personajes tanto masculinos como femeninos.

• La Paloma del Espíritu Santo (dador de los dones)
• La Ciencia (mujer con una esfera en la mano derecha rematada por un triángulo)
• Entendimiento (hombre joven con un compás en la mano derecha)
• La Piedad (mujer con una llama en la cabeza, mientras se aprieta el seno derecho)
• Consejo (anciano con un libro en la mano izquierda y un corazón colgando del cuello con una cadena)
• Fortaleza (matrona con un león)
• Sabiduría (mujer que lleva en la mano una lámpara encendida)
• Temor de Dios (hombre que huye ante el toque de la trompeta [el ángel del Apocalipsis])

Los casetones del registro inferior que adoptan forma rectangular están ocupados por las Bienaventuranzas, las cuales están escritas en pergaminos que llevan las imágenes:

• Beati pauperes spiritu (Bienaventurados los pobres de espíritu). Pobreza de espíritu: representada por un varón que muestra con su mano derecha su corazón
• Beati mites (Bienaventurados los mansos). Mansedumbre: representada por un varón que acaricia a un cordero
• Beati qui lugent (Bienaventurados los que lloran). LLanto: representada por un varón que enjuga su lágrimas con un pañuelo
• Beati qui esuriunt et sitiunt iustitiam (Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia). Hambre y sed de justicia: representada por un hombre con una balanza
• Beati misericordes (Bienaventurados los misericordiosos). Misericordia: representada por un varón que lleva en su mano izquierda un rama de cedro
• Beati mundo corde (Bienaventurados los limpios de corazón). Limpieza de corazón: representada por un varón que lleva en su mano izquierda un corazón luminoso
• Beati pacifici (Bienaventurados los pacíficos). Pacífico: representada por un varón que prende fuego a un montón de armas
• Beati qui persecutionem patiuntur propter iustitiam (Bienaventurados los que padeccen persecución por la justicia). Persecución por la justicia: representada por un joven temeroso ante una espada

La interpretación iconológica de la Capilla de San Vicente está basado sobre el trabajo realizado por David Vilaplana de la Universidad de Valencia en su trabajo de La Capilla de San Vicente Ferrer de Valencia o la Apoteosis de la alegoría tardobarroca.

En los muros laterales del primer tramo del templo encontramos dos grandes lienzos de José Vergara Gimeno, representando La Imposición del habito a San Vicente Ferrer (lado del evangelio) y El venerable Juan Micó orando ante el altar de la celda de San Vicente (lado de la epístola). El prior que impuso el hábito a San Vicente fue fray Berenguer Gelasio. Este primer tramo se cubre con bóveda de cañón. En el techo encontramos una pintura al fresco realizada por José Vergara Gimeno en 1779 con el Milagro de la resurrección de una difunta en la Huerta del Convento de San Esteban en Salamanca por intervención de San Vicente Ferrer. En los lunetos de la bóveda podemos ver dos medallones con dos santos dominicos, uno de ellos San Luis Bertrán obra al fresco de José Vergara y el segundo medallón representa a Santo Domingo de Guzmán con el libro de la orden. Esta última obra es un lienzo pasado al muro, obra moderna de autor anónimo y que vendría a sustituir al fresco que por algún motivo se ha perdido. El fresco perdido representaba al también monje dominico fray Domingo Anadón.

La capilla se reabrió al culto de la feligresía en 1843 después de la Desamortización de Mendízabal y en 1878 pasó a ser parroquia castrense que hasta entonces prestaba la Iglesia de San Juan del Hospital.


Fachada de la iglesia Se supone que después de construir la Capilla de San Vicente Ferrer (la original gótica) se construyó la nueva fachada del convento, a iniciativa y pagada por el rey de España Felipe II.

La entrada a la iglesia se realiza por la Plaza de Tetuán, en ella encontramos la portada renacentista realizada a finales del siglo XVI en piedra jabalina (de Callosa). El autor de la portada es Francisco de Mora arquitecto mayor del duque de Lerma y marqués de Denia que había sido virrey de Valencia.

Es una portada de las llamadas "portada retablo" y se divide en dos cuerpos horizontales. En el primer cuerpo se encuentra la puerta adintelada y sobre ella un enorme tímpano semicircular en el que podemos observar el escudo de la orden de los dominicos entre dos perros tenantes, animales emblemáticos de la orden. El escudo se compone de una flordeliselada coronada por el escudo real. En su interior encontramos dos letras la "D" y la "F", que quiere decir "Dominicanus fratres" (frailes dominicanos).

A ambos lados de la puerta cuatro grandes columnas que se apoyan en un alto zócalo y que sostienen el segundo cuerpo de la portada. Entre cada par de estas columnas encontramos dos hornacinas superpuestas con las imágenes de los dominicos Santo Tomás de Aquino y San Alberto Magno (también pudiera ser San Pedro de Verona) en un lado y San Raimundo de Peñafort y San Antonio de Florencia en el otro. Las imágenes son obra de Miguel Andrés.

El segundo cuerpo se remata por un frontón triangular en cuyo interior encontramos una paloma (símbolo del Espíritu Santo). En la parte inferior se alojan tres hornacinas que representan a Santo Domingo de Guzmán, San Vicente Ferrer y San Luis Bertrán, los tres con un libro en la mano izquierda en alusión a su labor predicadora. San Vicente Ferrer extiende el dedo índice de su mano derecha hacia el cielo y Santo Domingo de Guzmán en el centro está acompañado por un perro. A ambos lados de estas figuras encontramos dos escudos con las armas reales de los reinos hispánicos: Castilla-León, Aragón, Navarra, Sicilia y Granada.

En la parte exterior de la fachada en lo que sería el testero de la Capilla Real, encontramos unos relieves en piedra donde se encuentran esculpidos tres de los reinos que conformaban la Corona de Aragón, la propia Aragón (en el centro), Sicilia (a la derecha) y Nápoles (a la izquierda). Los escudos se encuentran protegidos por una moldura a modo de guardapolvo.

El campanario de planta cuadrada y estructura barroca se comenzó en 1648, entre 1654 y 1667 es finalizado por fray Vicente Morales. Construido sobre la cubierta de la Capilla Real, consta de un primer cuerpo liso que finaliza en una cornisa-balcón con balaustrada, un segundo cuerpo donde se alojan las campanas con dobles columnas pareadas de orden toscano en cada uno de sus cuatro lados y el último cuerpo que lo forma una terraza con balaustrada decorada con dieciséis pináculos sobre el que se alza un edículo.

El remate de la torre es de 1755, pero fue desmochada por las tropas francesas en la Guerra de la Independencia y reconstruida en 1955. Los nombres de las campanas son: San Francisco de Asís (1935), San Vicente (1935), San Luis Bertrán (1991), María (1991) y San Andrés (1991).

Un elemento añadido que encontramos en la fachada es un balcón de hierro en lo que es el muro testero de la Capilla Real. Este balcón se corresponde con el primer piso de la sacristía de la citada capilla. Se apoya en tornapuntas de hierro y el sotobalcón dispone de azulejos decorativos.

Otro elemento es un panel de azulejos de reciente colocación, en el que se nos narra uno de los menos conocidos milagros de San Vicente Ferrer.

Nada mas atravesar la portada entramos en un pequeño claustro renacentista (patio toscano) que a su vez nos da paso al interior de la iglesia.

Este pequeño claustro construido por el dominico fray Pedro Gómez entre 1639 y 1640, se compone de ocho columnas de orden toscano sobre las que apean tres arcos de medio punto en los lados norte y oeste y un sólo arco en los otros dos lados. Asimismo en el centro de este pequeño patio claustral encontramos una escultura de San Juan de Ribera obra en bronce del escultor catalán Ramón cuello Riera (* Barcelona 1939) y el brocal de un pozo. En el pedestal sobre el que se alza San Juan de Ribera podemos leer: San Juan de Ribera / Capitán General del Reino de Valencia / 1602-1604.

En este pequeño claustro, patio o atrio, encontramos dos puertas, la situada al frente es la que da paso a la iglesia, mientras qua la situada a nuestra derecha da paso a la Capilla de los Reyes. Ambas puertas son góticas del siglo XV, aunque la que permite el acceso a la Capilla de los Reyes carece de ojiva.

Sobre la puerta que da acceso a la Capilla Real campean tres escudos. En el centro el escudo con los palos de Aragón representando al Reino de Aragón, a la derecha el escudo con los palos de Aragón y las águilas de Sicilia, representando al Reino de Sicilia y a la izquierda el escudo histórico representando al reino de Nápoles. Este último se encuentra dividido en cuatro cuarteles, el primero y el cuarto llevan los palos de Aragón, el segundo y el tercero, los propios de Nápoles, a saber, cuatro franjas horizontales representando el reino de Hungria, las flores de lis representando a la Casa de Anjou y las cruces del Reino de Jerusalén que estaba asociado desde tiempo atrás al Reino de Nápoles. Estos blasones fueron usados conjuntamente por primera vez con el rey Carlos III de Nápoles (1382-1386) y posteriormente serían asumidos por la Corona de Aragón al conquistar el reino de Nápoles. Estos tres escudos configuraban tres de los reinos que poseían los soberanos de la Corona de Aragón en el momento de construcción de la Capilla Real.

La portada de la iglesia es obra gótica de finales del siglo XV atribuida a Pere Compte. Se compone de una sencilla puerta formada por un arco apuntado acabado en una cruz floreada y una puerta adintelada. En su tímpano encontramos una imagen de la Virgen del Rosario y a ambos lados sendas imágenes de Santo Domingo y Santa Catalina de Siena, estas de época posterior (siglo XVII). La Virgen se alza sobre una peana con el escudo de la orden dominica. El arco apoya en dos ménsulas con la representación de dos ángeles, uno de ellos sostiene una filacteria en las manos mientras que el segundo toca un instrumento musical (bandolin). En la portada podemos observar el rastro de lo que fueron dos pináculos góticos ya desaparecidos.

Fachada del convento Los Virreyes de Valencia tenían su sede en el antiguo Palacio del Real. Con la llegada en 1707 del rey Felipe V al poder, el cargo de virrey desaparece y nace la figura del Capitán General que sigue ocupando el Palacio del Real. Con la destrucción del Palacio del Real en la Guerra de la Independencia, la sede de la Capitanía pasa al Palacio del Marqués de Campo y la Iglesia de San Juan del Hospital pasa a realizar funciones de parroquia castrense. La desamortización de Mendízabal de 1835 lleva a manos militares al Convento de Santo Domingo por lo que en 1842 las dependencias de Capitanía ocupan el antiguo convento, además de cumplir funciones de Cuartel de Artillería. En 1878 la antigua capilla de San Vicente pasa a ser nueva parroquia castrense sustituyendo a San Juan del Hospital.

El uso actual de esta construcción a excepción de la iglesia que ha quedado como parroquia castrense, es la de Sede del Cuartel General de Maniobra (antigua Capitanía General). Al construirse la actual Capilla de los Reyes en el siglo XV, la portería que ocupaba ese espacio es trasladada a este lugar. Esta nueva portería estaba presidida por una escultura de Santo Domingo de Guzmán y desaparecería al construirse la monumental fachada de estilo neoclásico en el siglo XVIII que actualmente tiene funciones militares y es la que ha llegado hasta nosotros.

La actual fachada fue diseño del arquitecto Manuel Blasco Vergara (* 1764 † 1825), realizada entre 1789 y 1791 por el maestro cantero Vicente Miner. En la parte alta de la fachada se levantaba una escultura de santo Domingo de Guzmán y dos alegorías de la Fé y el Santo Celo. En el tímpano se colocaron las armas de la orden dominicana. Toda la estatuaria fue obra del escultor Francisco Navarro y a día de hoy y con los avatares que ha sufrido el edificio, la estatuaria ha desaparecido.

Dicha entrada permitía el paso al interior del convento y al resto de las dependencias monacales. Destaca en su monumental fachada de ladrillo visto de color rojizo, un gran frontón triangular, cuyo interior estuvo ocupado durante décadas por el escudo de España de época franquista con el águila de San Juan y que recientemente ha sido sustituido por el actual escudo de España. Sobre el dintel de la puerta aún se puede observar el escudo de la dinastía borbónica usado por los reyes Felipe V, Luis I y Fernando VI.

Traspasada esta puerta se accede a un pequeño claustro conocido como Claustro de la Palmera. De planta cuadrada, fue realizado en el siglo XVIII en ladrillo vista de color rojo. Se compone de dos pisos, el bajo formado por arcos de medio punto que apoyan en pilares, mientras que el piso alto es utilizado como dependencias administrativas militares y se resuelve mediante ventanas y balcones. En origen sólo disponía de dos pandas, la norte y la sur. A finales del siglo XX se construyeron las pandas oeste y este siguiendo el mismo esquema arquitectónico que las otras dos. En este claustro es donde estuvo colocado la escultura del general Franco hasta su traslado.

En el suelo del claustro encontramos un bloque de piedra con los emblemas de la Orden Dominica, de la Capitanía General de Valencia y el escudo usado por el rey Pedro el Ceremonioso. En su frente una inscripción dice: Real Monasterio de Santo Domingo / Fundado por el rey D. Jaime I / que colocó la primera piedra 14-4-1239 / se pone la última piedra de su reconstrucción en / el DCCL aniversario y CL años como sede de la Capitanía / General Levante durante el reinado de su Majestad / D. Juan Carlos I y siendo Capitán General / el Excmo. Sr. D. Andrés Freire Conde 12-11-1991.

En uno de los muros de este claustro encontramos una lápida conmemorativa en piedra con un texto que dice: En el V centenario de la advocación de / Nuestra Señora de los Desamparados / las fuerzas armadas y Guardia Civil / de guarnición en Valencia / rinden un homenaje de devoción y afecto a / su generalísima del ejercito desde 1810 / y la reciben con todos los honores / en Capitanía General / por primera vez en sus 152 años de estancia en este convento de Santo Domingo / ¡Siempre a tus ordenes Mare de Deu! / Valencia 19 - XI - 1993.

Por último tal vez sea necesario hacer hincapié en la enorme suerte que ha tenido el edificio al ser convertido en su momento en Cuartel Militar, ya que si bien es cierto que durante mucho tiempo el convento sufrió los inconvenientes de tal circunstancia como fácilmente es de adivinar, sería a partir de ser nombrado el general Urrutia, Capital General de Valencia, cuando percatándose de la gran importancia que el monasterio tuvo en su momento inició obras de restauración y rehabilitación que otros capitanes generales han continuado con enorme acierto. Baste decir que el general Urrutia tiene dedicada una calle en su honor en la ciudad de Valencia y que en el claustro gótico encontramos un busto del mismo, como reconocimiento a su labor.

El convento de Santo Domingo en el recuerdo