Casa de la Ciudad
hoy desaparecida

La Casa de la ciudad o Casas capitulares o lo que hoy llamaríamos Ayuntamiento, se encontraba en el lugar donde hoy se sitúan los jardines conocidos como de la Audiencia o más vulgarmente, los jardines junto al Palacio de la Generalitat. Fue la casa de la ciudad, la sede del gobierno municipal de los valencianos.

El rey Jaime I el Conquistador cede en 1239 un edificio en la actual plaza de la Almoina (entonces conocida como plaza de Santa María) como casa de la Cort o tribunal de justicia, en ella además se reuniría a partir de 1245 el consell municipal para atender los asuntos de la ciudad, será esta por tanto la primera casa municipal de la ciudad.

En 22 de abril de 1311 el rey Jaime II de Aragón concede un privilegio para construir un nuevo edificio en la hoy desaparecida plaza de la Yerba, en el entramado de casas de la todavía no abierta plaza de la Virgen. Mientras tanto se construía, los jurados de la ciudad se reunían en el actual Convento de la Puridad o Cofradía de san Jaime. Oficialmente la casa de la ciudad quedaría terminada en 1342 y albergaría salas para los jurados de la ciudad (sala del consejo), sala de escribanía, tribunales de justicias de lo criminal y lo civil, prisión de hombres y mujeres, oficinas de notarías, sala del racional, salas de archivos, salas para los administradores de impuestos y capilla, elemento muy importante y necesario en el organigrama municipal de la época.

En 1376 nuevamente se amplia el edificio para construir una sala para el llamado "consejo secreto" o "consejo de los jurados", usada para las reuniones ordinarias de los representantes de la ciudad y otra sala para los administradores de impuestos. En estas obras interviene el maestro mayor de la fábrica de muros y fosos (fàbrica de murs i valls) de la ciudad, Bernat Boix. Hacia 1393 el pintor Marçal de Sax decoraría con pinturas murales, los muros de la sala del consejo secreto con escenas del juicio final, el paraíso, el infierno y el Ángel Custodio de la ciudad. Marçal de Sax fue un pintor de origen germano, activo en la ciudad entre 1393 y 1420. Su pintura más conocida es el retablo de san Jorge en la batalla del Puig junto al rey Jaime I, que se conserva en el Museo Victoria y Albert de Londres, y que es todo un icono de la Valencia foral medieval.

Entre 1418 y 1426 se concluye la conocida como sala dorada o cambra daurada conocida así por el rico alfarje (techumbre) que la cerraba. La sala se dedicaba a funciones representativas y protocolarias. Entre 1421 y 1423 se construyen además nuevas salas que van ampliando el perímetro y la altura del edificio. En 1458 todavía se trabajaba en detalles de menor importancia de las salas.

En 1423 la gran sala del consejo (sala del consell) que desde el primer piso miraba a la calle Caballeros, sufrió un incendio consumiendo la techumbre de la misma. Entre 1425 y 1428 se realizan obras de reparación bajo la dirección de Joan del Poyo y se construye una nueva techumbre de madera. Una vez reconstruida esta sala sería conocida como sala de los ángeles, debido al gran número de ángeles con escudos de la ciudad que decoraban la techumbre.

Hacia 1510 los jurados de la ciudad acuerdan construir una nueva capilla (la capilla de los jurados). Las obras tienen inicio en 1511 por el maestro de obras Jaume Vicent. Al poco de comenzar las obras, estas se paralizaron y no volvieron a reanudarse hasta 1517, dándose por finalizadas hacia 1520. El acceso a la capilla se realizaba por una ornamentada portada y una verja de hierro atribuida al rejero castellonense Gaspar Monsén en 1601. La nueva capilla, de planta cuadrada, y que hacía frontera con el torreón del Palacio de la Generalitat se cubría con una bóveda de crucería estrellada. En 1518 se contrata con el pintor Miquel Esteve († 1528) la decoración de la bóveda, con el trabajaría el también pintor Miquel del Prado († 1521). Los plementos de la bóveda fueron pintados al fresco con figuras de ángeles, mientras que los lunetos de la base estaban decorados con un apostolado completo.

El 15 de febrero de 1585 la casa de la ciudad sufre otro incendio, esta vez pavoroso y tuvo que ser reconstruido en gran parte. Ese último incendio parece ser que fue provocado por los presos que cumplían pena en los calabozos que se encontraban en la planta baja del edificio. Una de las consecuencias directas del incendio fue que algunos de los presos tuvieran que ser trasladados a la casa de la cofradía de san Narciso, (al inicio de la calle Salvador) y que a partir de ese momento dicha casa será conocida como Prisión de san Narciso (sant Narcís). De estas fechas es la construcción del balcón corrido de la fachada principal que destaca en los dibujos y grabados que se han conservado.

En 1853 la casa de la ciudad sufre un nuevo incendio y así entre 1854 y 1860 el edificio municipal que amenazaba ruina fue demolido y sus dependencias se trasladaron de manera provisional al actual edificio municipal, entonces casa de enseñanza de niñas creada por el arzobispo Mayoral en el siglo XVIII. Si bien la idea era habitar la casa de la enseñanza de manera provisional, en tanto se construía un nuevo edificio, finalmente y por problemas económicos nunca se llegó a construir el nuevo edificio y los jurados optaron por quedarse de manera definitiva en la casa de la enseñanza, lo que hoy es el actual Ayuntamiento.

Entre los grabados o dibujos de la casa de la ciudad que han llegado hasta nosotros podemos observar que se trataba de un edificio de planta rectangular que se distribuía alrededor de uno o dos patios centrales, tres alturas y rematado en sus extremos por dos torres cuadrangulares con terrazas y adornos de bolas. En el primer piso de la fachada principal un gran balcón corrido realizado en forja al que se abrían cuatro puertas o ventanas. Por encima del cuerpo central y entre las dos torres una galería o logia sostenida por columnas o pilares. La fachada principal recaía a la actual calle de Caballeros, mientras que la fachada trasera lo hacía a la actual calle Bailía. Su fisonomía de aspecto renacentista obedece probablemente a la reconstrucción sufrida después del incendio de 1585. Sobre la puerta de entrada figuraba la inscripción: "S.P.Q.V" y la fecha "1635". (SPQV senatus populusque valentinvs), cuya traducción es: el senado y el pueblo valenciano.

Sala dorada (cambra daurada) Esta sala también llamada Sala nova era donde se reunían los jurados de la ciudad en los actos más representativos, importantes y protocolarios. Destacaba como ya hemos dicho por su alfarje dorado con pan de oro de donde proviene su nombre. Esta sala sería la principal y más suntuosa del edificio y su destino eran las reuniones importantes de los jurados. Situada en el piso principal sus ventanas asomaban a la actual plaza de la Virgen.

Sala del Consejo (sala del consell) La sala acogía las reuniones plenarias de todos los representantes de la ciudad. Para estas reuniones debían estar presentes el justicia criminal, el justicia civil, el mustafaf, los seis jurados de la ciudad (dos por el sector nobiliario y cuatro por el ciudadano), escribanos de la ciudad, el mestre racional y los representantes de las parroquias y los gremios. La sala se cubría por una techumbre de madera con tallas de profetas y escudos de la ciudad sustentados por ángeles dorados, por lo que en ocasiones fue conocida como sala de los ángeles.

El mustafaf o almotacén, aunque por su nombre parezca que tenga orígenes musulmanes, era una institución de carácter cristiano. Era la persona encargada de los mercados, pesos, medidas y de la ordenación urbana de las calles y plazas. Fue un personaje muy importante en la Valencia foral.

Sala del racional El racional municipal se encargaba de la fiscalización de las cuentas de los magistrados y del orden de las cuentas municipales. Auditaba el dinero que se gastaban los jurados y los clavarios. Junto a él, colaboraban los clavarios que eran los encargados de la tesorería (hacienda municipal).

Restos materiales que se conservan de la casa de la ciudad De la casa de la ciudad solo nos han llegado algunos documentos gráficos de su fachada y alguna documentación. Ha llegado sin embargo hasta nosotros el alfarje (mal llamado artesonado) de la conocida como sala dorada, alfarje realizado en madera entre 1418 y 1438 por Joan del Poyo y que se salvaría de la destrucción al ser demolido el edificio, al ser amontonado en el antiguo Palacio arzobispal. Entre 1442 y 1445 la obra fue dorada y policromada dándose por terminada la obra. En la actualidad se encuentra restaurado y colocado desde 1920 en el piso principal del pabellón del consulado de la Lonja de los mercaderes. Los elementos que componían este alfarje se componen de motivos heráldicos de la ciudad, bustos de profetas, máscaras grotescas, alusiones musicales, ángeles y animales quiméricos entre otros elementos. Joan del Poyo dirigió los trabajos junto a un grupo de artífices entre los que destacan Bertomeu Santalinea, Juliá Sanxo, los hermanos Joan y Andreu Çanou, Domingo Minguez (tallistas y entalladores) y el pintor Jaume Mateu.

Joan del Poyo mestre de les obres de la ciutat, cuyo lugar de nacimiento se desconoce, falleció en Valencia en 1439. Es conocido por su actividad en nuestra ciudad entre 1403 y 1439 como encargado de las obras de la ciudad. En la casa de la ciudad son conocidas sus obras en la Cambra del Racional y en el Arxiu, amén de las ya mencionadas techumbres. También fue muy reconocida su pericia como encargado del reloj alojado en la torre del Miguelete.

Alfonso El Liberal
© Foto MNAC
Alfonso El Magnánimo
© Foto MNAC
Jaime el Conquistador
© Foto MNAC
Pedro el Ceremonioso
© Foto MNAC
 
También se dice que la Roca Valencia realizada en 1855 y que procesiona en la fiesta del Corpus Christi contiene elementos con madera procedente de la sala del consejo que como ya hemos comentado era denominada sala de los ángeles. Es un hecho no enteramente confirmado.

Está documentado que entre 1427 y 1428 los pintores Gonçal Peris Sarriá y Jaume Mateu realizaron una serie de pinturas sobre tablas de madera de pino con pinturas de reyes de la Corona de Aragón para esta sala del consejo, de las cuales solo se conservan cuatro en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

Otro elemento perteneciente a la desaparecida casa de la ciudad es la cancela de hierro que cerraba la capilla. Esta la podemos encontrar actualmente cerrando la antigua capilla en la planta baja de la torre de la Lonja de los mercaderes.

En el Museo de la Ciudad en el Palacio del marqués de Campo, se conserva la tabla central del tríptico del juicio final de Vrancke van der Stockt (* Bruselas ca. 1420 † ca. 1495). El tríptico estaba formado por la tabla central con una escena de Jesús en majestad entre san Juan Bautista y la Virgen María (la Déesis), y en la parte inferior al arcángel san Miguel pesando las almas de los condenados mientras el diablo intenta hacer trampa. Las tablas laterales se conservan en el Museo de Bellas Artes de Valencia y representan una de ellas a los bienaventurados camino del paraíso y la otra, a los condenados camino del infierno. En su parte trasera y para ser vistas una vez cerrado el tríptico, una representación de Adán y Eva y en la segunda tabla, el ángel con espada en alto que expulsa a los primeros del paraíso. Este tríptico fue adquirido en 1494 por los jurados de la ciudad con destino a un altar dedicado a san Miguel que se veneraba en la cámara del consejo secreto. Se da la circunstancia que aunque el tríptico completo se encuentra en la ciudad de Valencia, se encuentran sus partes divididas en dos museos diferentes sin que se haya podido llegar a un acuerdo para su reunificación.

En el Museo Histórico Municipal situado en el actual Ayuntamiento, se conservan cuatro lienzos enmarcados de apóstoles, antiguas pinturas al fresco que decoraban los lunetos de la bóveda de la capilla de la casa de la ciudad y que al momento de ser demolido el edificio fueron pasados a lienzo (1860) para su conservación. Son obras como ya hemos comentado de Miquel Esteve y Miquel del Prado. Del apostolado completo, solo se conservan ocho lienzos, dos de ellos imposibles de recuperar. También conservamos un fresco pasado a lienzo de san Vicente Ferrer, pintado por Joan Sariñena en 1601, procedente de una de las salas de la casa de la ciudad.