Las Torres de Quart (Cuart o Cuarte), conocidas antiguamente como
Portal de la Cal son una de las más conocidas puertas de la
muralla medieval cristiana de Valencia. Se le llamaba con tal nombre, porque desde 1650 toda la cal para la construcción que entraba en Valencia
tenía que hacerlo por esta puerta. Orientadas hacia poniente es la fachada oeste de la ciudad,
el camino de entrada y salida hacia los pueblos y ciudades del interior de la península.
Era la puerta hacia Castilla cuyo camino pasaba por la población de Quart de Poblet de donde toma actualmente su nombre. El nombre de Quart proviene
del latín at quartum milliarium que era la distancia a la que se encontraba la mencionada población. Un miliarium equivalía a mil pasos, y este
a su vez se correspondía con 1 milla romana que vendrían a ser actualmente 1.480 metros. Por tanto quartum miliarium equivale a cuatro veces una milla
romana, echar los cálculos correspondientes, y lo demás se dará por añadidura.
Se trata de una de las cuatro puertas mayores de la ciudad de Valencia (portals grans), y venia a sustituir
a un portillo anterior, construido en 1356, ya que se consideraba que este no estaba de acuerdo a la importancia
de la ciudad y al tráfico de personas y carros procedentes del interior de la península. Las otras tres puertas mayores eran las
Torres de Serranos en la fachada norte que mira al Turia, la Puerta de San Vicente al sur y la Puerta del Mar al este, estas dos últimas ya desaparecidas.
A título de curiosidad mencionaremos que las Torres de Quart son un metro más altas que las Torres de
Serranos. Mide 34 metros de altura frente a los 33 metros que miden las de Serranos.
Se encuentran emplazadas en la confluencia de las calles Quart y Guillén de Castro con la plaza de Santa Úrsula a sus espaldas. En sus
laterales todavía se puede contemplar, algún pequeñísimo tramo de la muralla construida a partir de 1356 por Guillèm Nebot,
durante el reinado de
Pedro IV el Ceremonioso y que se salvaron de la demolición de las murallas en el año 1865.
La construcción de las torres fue decisión dels jurats (los jurados)
de la ciudad, de la fábrica de murs e valls y del mestre racional.
El proyecto de construcción es obra de Francesc Baldomar y dieron comienzo en 1441 con los trabajos de preparación del terreno,
a continuación, en 1443 comenzaron las obras propiamente dichas. En las mismas junto a Francesc Baldomar, mestre piquer y autor del proyecto,
intervino Jaume Gallén como mestre d'obra de la vila (maestro albañil). Será a partir de 1444 cuando Francesc Baldomar se incorpore definitivamente
a pie de obra en el proyecto, con su cuadrilla de pedrapiquers.
A la muerte de Jaume Gallén en 1453, le sustituye como maestro albañil, Andreu Valero y continúa en las mismas Francesc Baldomar.
Andreu Valero trabajará en las obras hasta 1464 en que es sustituido por Pere Bonfill y posteriormente por Francesc Biulayga.
Francesc Baldomar como maestro de obras será sustituido en 1460 por su discípulo Jaime Pérez que ya trabajaba en las obras de las torres. El
motivo de la sustitución es que como maestro de obras que también era de la catedral valentina, tenía que dedicar todo su tiempo a ese menester. Jaume Pérez
queda por tanto al frente de las obras hasta 1468 en que se hace cargo de las obras Pere Compte que trabajará en ellas hasta 1469.
Maestros albañiles |
Maestros de obras |
Jaume Gallén | 1441 - 1453 |
Francesc Baldomar | 1441 - 1460 |
Andreu Valero | 1454 - 1464 |
Jaime Pérez | 1460 - 1468 |
Pere Bonfill | |
Pere Compte | 1468 - 1469 |
Francesc Biulayga | |
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El estilo de las Torres de Quart imita las torres del castillo de
Castelnuovo, en la ciudad italiana de Nápoles, castillo que fue construido durante el reinado de
Alfonso V el Magnánimo.
El estilo arquitectónico de las Torres de Quart es un gótico arcaizante de influencia provenzal.
La componen dos enormes torres cilíndricas construidas con mortero y cal por el sistema de encajonadas, utilizando la
piedra picada en los ángulos, los arcos y los cuerpos volantes. Están asentadas sobre una basamento en
forma de talud; son de base cilíndrica en su parte frontal y seccionadas verticalmente
en la parte posterior (de gola abierta). Ambas torres quedan unidas por un cuerpo central
compuesto por un arco de medio punto en su planta baja (el portal) y un conjunto defensivo almenado en su parte alta.
Por su funcionalidad defensiva la decoración no es un elemento por el que se pueda caracterizar este monumento.
Disponía de un foso que se podía llenar con agua, en la actualidad desaparecido.
Las torres distribuyen su alzado en planta baja, dos pisos altos y terraza. En la parte posterior podemos ver que la planta
baja está formada en su centro por la puerta y ambos lados por dos cuerpos cerrados. En el primer piso se abren tres grandes
galerías o miradores abiertas a la ciudad, mientras que en el segundo piso solo se abren dos galerías que se corresponden a cada una
de las torres. Estas galerías se abren a la ciudad mediante grandes arcadas ojivales.
La comunicación entre plantas se realiza a través de empinadas
escaleras de tradición gótica adosadas al muro. Las salidas de las escaleras a las terrazas se protegen por
garitas de planta rectangular y tejado de piedra.
Las bóvedas de las torres son de
cañón apuntado con plementería de ladrillo, las cuales se apoyan en arcos fajones que
descansan sobre ménsulas en el muro. En el cuerpo central la
bóveda es de aristas, a la más pura estética de Francesc Baldomar.
La mayor altura de las torres de Quart se alcanza en las
terrazas, amplias y diáfanas, solo interrumpidas por las garitas
cilíndricas de protección de los huecos de la
escalera de caracol por la que hay que subir para acceder a la terraza. Rodeando el perímetro una línea de
almenas reconstruidas
en la década de los años cincuenta del siglo XX, ya que las originales fueron destruidas durante la guerra de sucesión a la
corona de España.
Las torres cilíndricas se consideraban mas conveniente para resistir los nuevos cambios con el uso de la
artillería, así como la sustitución de la piedra tallada por un muro de tapia lisa que facilitaba la defensa.
En 1441 comienzan las obras y el 6 de marzo del año
siguiente, con el objeto de activar las obras se acordó que la asignación de mil
florines anuales que se habían otorgado se elevase al doble. El 22 de agosto del mismo año de
1442 se hacia público mediante crida o pregón por las calles de la ciudad, que en tanto se
efectuasen las obras de construcción del portal de Quart, nadie pudiese entrar cal en la ciudad, como no fuera con destino a estas obras.
Siguiendo el diseño trazado por el mestre Francesc Baldomar autor de excelentes obras en la
catedral y otros edificios notables de la época, se realizó la parte de la cantería,
trabajándose sin interrupción, y avanzando las obras de tal manera que en 29 de abril de 1444
se comienza a trazar el portal, festejándose ello con un obsequio de pan, vino y cerezas, a mestre
Baldomar y los demás trabajadores, a todos los cuales se les daría una comida extraordinaria
-según el manual de consells consistió en pan, seis espaldas de carnero al horno, fruta y vino
blanco y tinto- en 23 de junio del citado año 1444, con motivo de comenzar a paredar les pedres
que circundaban la base de las dos grandes torres.
Al maestro Francesc Baldomar, le sucede Jaime Pérez, encargándose después de la continuación de las obras el
famoso Pere Compte (molt sabut en l'art de la pedra), que tan excelentes obras realizaría en
Valencia, siendo la mas destacada la construcción del esplendido edificio de
la Lonja.
En el centro de la estructura, se encuentra la puerta que en su parte superior tenía al Ángel
Custodio de la ciudad, pero después fue sustituido por el escudo del
Reino de Valencia. A ambos lados del escudo del reino. a tamaño más pequeño los
escudos de la ciudad, que son los que se conservan en la actualidad.
En 1449 se colocaron las puertas de madera de entrada a la ciudad. Estas puertas
miden cuatro metros de altura cada una de ellas.
Al ser una torre de defensa, tiene pocos elementos decorativos, prácticamente reducidos a una
moldura que recorre la planta baja de las torres y que acaba en el talud inclinado. Cubre la
puerta una barbacana con merlones defensivos que no tiene funciones de camino de ronda, solo de defensa.
En el interior de las torres, encima del arco de la puerta, aparece un
balcón o hueco octogonal por el cual podía atacarse al enemigo que llegaba hasta la puerta. Por una
guía corría un rastrillo o portón que cerraba la entrada de manera más efectiva.
El actual
acceso a las torres se efectúa por una
empinada escalera de construcción reciente que accede al primer piso a través de una
puerta de arco apuntado.
Esta puerta se sitúa en el lateral de la torre derecha (según se mira hacia el interior de la ciudad).
Se cierra por una reja de hierro de estructura gótica y con dos escudos de la ciudad forjados en hierro.
Otra
puerta, esta ya situada
a nivel de calle se encuentra en el lateral de la torre izquierda, una
tercera puerta se sitúa a nivel de calle en
la parte posterior de la torre izquierda. Esta puerta la cierra una bellísima reja de hierro con el
escudo de la ciudad. Estas dos últimas puertas eran salidas secundarias de uso interno del personal de vigilancia y control.
Además de estas puertas, las torres tienen a la altura del primer piso una
puerta en cada lateral de la torre que comunicaba
con el paso de ronda de las murallas. Puertas hoy cerradas ya que como hemos mencionado las murallas
han desaparecido de la faz de la ciudad y han perdido toda su razón de ser.
Uno de los aspectos más singulares de esta obra es que la planta está dispuesta ligeramente en
oblicuo, para adaptarse al trazado del camino de Quart que no era perpendicular a la muralla,
sino que se abría en disposición diagonal
Desde un principio consta que el Consell de la Ciutat no utilizó las torres de Quart como
fortaleza para defensa de la ciudad, pues si bien en 1562 la Diputación de la Generalidad del Reino (la Generalitat)
almacenaba allí la pólvora necesaria para la defensa del territorio, lo hizo sin duda a titulo precario, puesto que fue breve la ocupación.
Sus dependencias interiores fueron desde muy pronto,
destinadas a diversos quehaceres. Como ya hemos comentado en 1562 la
Diputación de la Generalidad del Reino ocupó una
parte de las torres como almacén de pólvora, esto supuso el inicio de numerosas tensiones entre
la autoridad militar y el consell por el control y utilización del edificio, ya que los primeros la consideraban una obra de carácter militar mientras que los segundos
la consideraban una obra civil.
Por primera vez son utilizadas como prisión o cárcel en 1585, con motivo del
incendio de la antigua
Casa de la Ciudad que estuvo situada a la entrada de la calle de Caballeros,
junto al actual
Palacio de la Generalitat, incendio provocado por los presos que se hallaban recluidos en la cárcel
municipal. Después cuando se habilitó para prisión las Torres de Serranos, pasaron allí los que
aquí se encontraban, pasando las de Quart a ser prisión de mujeres en 1626, conocida en la época como Casa Galera.
En el siglo XIX el gobernador militar volvía a reivindicar el uso del edificio como prisión, esta vez militar. Seguramente
el hecho de que las torres estuvieran en uso como prisión es por lo que se libró de la piqueta cuando fueron
demolidas las murallas de Valencia en 1865, caso similar ocurrido con las Torres de Serranos.
El 1 de septiembre de 1931 el gobierno de la II República Española devolvía a la ciudad las Torres de
Quart, tras haber sido declaradas el 3 de junio de ese mismo año Monumento Histórico Artístico Nacional.
Con el inicio de la guerra de la independencia en 1808 y el avance de las tropas francesas, tuvieron que adecuarse las torres
como uno de los principales elementos defensivos de la ciudad. Se decidió trasladar a las reclusas
a otro lugar del interior de la ciudad amurallada y las torres se vistieron de ropa militar.
Cuando el 28 de junio de 1808 asomaron las tropas del mariscal Adrien Jeannott de Moncey (* Francia 31-06-1754 † París 20-04-1842) por la calle de Quart,
entre 8.000 y 10.000 franceses según las crónicas, estas fueron detenidas ante las Torres de Quart por el mariscal de campo
Felipe Augusto de Saint Marcq (* Bélgica 16-06-1762 † Madrid 1831). La valiente defensa de la ciudad del mariscal Saint Marcq obligaría las tropas de Moncey
a retirarse sin llegar a conquistar la ciudad. Según cuentan las crónicas, en la defensa de la ciudad participó activamente la figura de Vicent Domènech, el Palleter, hechos
que no han llegado nunca a demostrarse con total certeza.
Todavía en las torres, pueden observarse los impactos de la artillería francesa que bombardearon la ciudad de Valencia al
mando del mariscal Moncey durante la guerra de la independencia.
En el proceso de restauración se ha querido
dejar las huellas de los impactos de bala de cañón, en recuerdo del sitio y defensa de Valencia durante la
guerra de la independencia contra el francés, en total se han contabilizado 132 marcas de
bolaños (marcas de cañón) y más de 1.000 perforaciones de proyectiles de fusil.
Posteriormente, cuando en 1812 el mariscal Louis Gabriel Suchet (* Lyon, Francia 02-03-1770 † Marsella 03-01-1826), tras
largo asedio logra la rendición de la ciudad, las torres de Quart quedaron a disposición de la
autoridad militar, continuando en manos militares después de ser evacuada la ciudad por las tropas francesas en
1813. Desde entonces la grandiosa fortaleza quedó convertida en permanente prisión militar.
A pesar del derribo de las murallas en 1865, y la liberación en 1887 como cárcel vulgar de las
torres de Serranos, la corporación municipal quiso recobrar las torres de Quart y como las de
Serranos, efectuar obras de reparación para devolver al grandioso edificio la belleza y
esplendor que ocultaban las obras de interés carcelario allí realizadas.
De los avatares de la guerra de la independencia nos queda una
lápida conmemorativa con el escudo de la ciudad, colocada por la sociedad Lo Rat Penat, y que nos dice en letras rojas:
"Als heroes / de la guerra de la independencia / defensors de la ciutat / y de estes torres /
En XXVIII de juny de MDCCCVIII / Lo Rat Penat / Per a recort, en lo primer centenari".
Por encima de esta placa, otra lápida de mármol blanco dice: Ciudad de Valencia / Capital de Provincia / Puerta de Cuarte.
Y en letras rojas pintadas por encima de ambas lápidas un
vitor que alguien en alguna época quiso dejar para la posterioridad. Las letras dicen "D. Belda" y el gorro sobre la letra D parece indicar que el grafitero medieval pertenecía al
estamento eclesiástico.
A la izquierda de la portada, encontramos una placa en bronce hoy totalmente ilegible, pero que si que sabemos que decía:
"A gloria e honor de nostre senyor i Deu Jhesus Salvador e senyor e del beanventurad sant Jordi aquest portal
fon començat a XXII de juny de l'any de la nativitat de nostre senyor Mil CCCCXXXXIIII regnant lo escelent
rei e senyor Nalfons rei d'Arago e de les deus Cicilies: essent jurats en Pere Serra i mossen Guillem de Pertusa,
generosos i Pere Andreu, Guillem Zaera, Lois Frigola y Manuel Lorens ciutadans".
Desde su declaración en 1931 como Monumento Nacional, el Ayuntamiento emprendió lentas y costosas obras de reparación y rehabilitación en las torres, tanto las de
Serranos como en estas de Quart.
En la década de los años 50 se efectuaron reparaciones, entre las cuales se incluyó la colocación de nuevas
almenas en lo alto de ambas torres ya que las que tuvo habían sido destruidas durante la guerra de sucesión a la corona de España por las
tropas borbónicas de Claude François Bidal (* París 1665 † París 1743), marqués d'Asfeld. También de esta época es la liberación de las torres de todos los postizos y muros
efectuados para adecuarlas a su uso como cárcel. Por fin entre 1976 y 1982 el arquitecto municipal Emilio Rieta López procedió a una
rehabilitación integral del edificio entre ellas la instalación de la escalera lateral neogótica que en la actualidad es la subida
habitual a las torres, estando realizada con los sillares del desaparecido
Palacio de Parcent. En 2007 se realizó una limpieza total del
conjunto y se abren las torres a las visitas turísticas.
Las Torres de Quart en el recuerdo
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