Por encima de todos los edificios de la ciudad, un golpe de luz, de encanto, de fuerza
capaz de concentrar la mirada: es la Iglesia Colegial de Santa María, conocida en Xàtiva
y su comarca como la Seu. El edificio más importante de la ciudad de Xàtiva.
La antigua sede episcopal de Xàtiva desaparece con la invasión musulmana. El rey Jaime I
conquista la ciudad, y la antigua mezquita mayor es convertida en iglesia cristiana y consagrada
a Santa María de la Asunción.
El papa Benedicto XIII en 1413 eleva esta iglesia a la categoría de Colegiata y establece doce
canónigos y otros cargos eclesiasticos, al frente de ellos está el Dean.
El cabildo recibe numerosos privilegios por parte de los papas setabenses, Calixto III y
Alejandro VI. Algunos de los regalos que hicierón a la Seu pueden verse expuestos en el
museo colegial.
El 16 de octubre de 1596 se decide construir una nueva iglesia y en la fiesta de San Vicente
mártir de 1598, el arzobispo de Valencia, San Juan de Ribera, coloca la primera piedra. Al
emprender esta obra se piensa en dimensiones catedralicias. Los trazos originales se atribuyen
a Juan Pavía, también a Pedro Ladrón y también se habla de Francisco de Figueroa. Son, pues,
varios los arquitectos y maestros de obra los que intervienen en la construcción de esta
impresionante obra. Cerca de trescientos años dura su ejecución.
Tiene cuatro puertas, todas de sillería y de gran monumentalidad: la del ábside, de adscripción
serliana, realizado en 1600; las dos laterales, gemelas, ejemplos destacados del barroco y
la fachada principal construida con elementos de tradición románica y bizantina ajenos
a la decoración general y terminada en 1920.
La primera piedra del campanario se colocó el 2 de julio de 1796 y se termina en 1877.
Intervienen en la obra Francisco Cuenca y su hijo fray Vicente Cuenca, y les sigue José
Zacarías Camaña. Mide 60 metros de altura: elegante, monumental, con cuatro cuerpos
superpuestos. Se remata con un templete que cobija la imagen de la Virgen de la Seo.
Se puede visitar hoy hasta el cuerpo de las campanas, subiendo los 180 escalones.
Ante la fachada principal, sobre dos enormes pilastras de piedra, resaltan los papas setabenses,
Calixto III a la izquierda y Alejandro VI a la derecha.
Calixto III nació en la Torreta de Canals y fue bautizado en la Seu de Xàtiva. Papa de la
iglesia universal tan sólo tres años, murió el 6 de agosto de 1458. Alejandro VI
nació en Xàtiva, fue el primer arzobispo de Valencia; Papa del Año Santo de 1500, el primer
papa en abrir la Puerta Santa y establecer un ritual propio que todavía se celebra. Durante
su pontificado, Miguel Angel esculpió La Piedad y se pintaron las salas Borgia del palacio
pontificio. Estas dos estatuas de bronce son obra de Octavio Vicent en el año 1961, regalo de
don Gregorio Molina.
Nos encontramos ante un templo de clara influencia herreriana por su austeridad similar al
Escorial. De planta catedralicia, cruz latina con transepto perfectamente destacado y girola y
ábside poligonal; la nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos y las laterales situadas entre
contrafuertes con bóvedas vaídas; en el crucero destaca una grandiosa cúpula sobre pechinas. A la entrada dispone de un amplio
atrio descubierto donde se encuentran las estatuas de los papas setabenses.
El templo es Monumento Nacional desde 1931 y basilica menor desde 1973.
El papa Pablo VI declaró Basilica a la Colegiata y concedió el uso de la mitra abacial, anillo
y báculo al abad del Cabildo Colegial.
El altar mayor está dedicado a la Virgen de la Seo, patrona de Xàtiva; se le tributa una
profunda devoción multisecular. Su fiesta se celebra el 5 de agosto. La imagen actual es de
Mariano Benlliure de 1942, la original fue destruida durante la guerra civil española de 1936. Los
autores del retablo fueron Ventura Rodriguez y Pedro Juan Guisart y la dirección la llevó fray
Vicente Cuenca en el siglo XVIII. Se planteó un hermoso conjunto para resaltar la figura
de la Virgen María colocada en una hornacina rectangular, coronada con un frontón triangular
en el que resaltan tres ángeles; a los lados las figuras simbolicas de la Humildad y la
Castidad, culminando arriba los arcángeles Gabriel y Miguel. Sobre podios de mármoles y
jaspes se levantan monolíticas columnas y pilastras de mármol del Buxcarró; antes estas
columnas vemos las monumentales imágenes de san Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen.
Todas estas imágenes son obra del escultor José Esteve Bonet.
Se deben visitar dos retablos, por fortuna salvados de la quema de 1936, como son el de
san Vicente Ferrer de 1714 y el que da acceso a la sacristía mayor, hoy museo; ambos
renacentistas en su parte inferior y media, y el pleno y la parte superior barroco, obras
de canteros y escultores que labraron la piedra.
En el suelo de la capilla de San Vicente Ferrer encontramos la sepultura de Pedro
Benlloch. Merece la pena contemplar también el
retablo de madera del Nazareno, situado en el crucero parte derecha mirando al altar mayor.
Fue esculpido en 1750 según diseño de fray José Alberto Pina. Es de influencia rococó,
vigente entonces en España; su destino era el altar mayor, y al construir el actual, pasó a
este lugar.
La cúpula descansa sobre cuatro pechinas, con los cuatro evangelistas, lienzos de
Joaquin Tudela de 1962. La cúpula original se derrumbó en 1886 y fue rehecha por
Antonio Gomez.
La Colegiata, a pesar de todo lo sufrido en la guerra civil, guarda hermosas joyas en su
museo y archivo.
En una visita por el interior de la Colegiata podemos destacar:
Nave lateral (entrando a nuestra derecha)
Baptisterio pila bautismal de mármol, año 1754; la vidriera restaurada, es de
1945; el lienzo del bautismo del Señor se debe a Francisco Climent Mata y fue pintado en
1945; ha sido restaurado en 1998.
Retablo de los Martí siglo XV, se debe al Maestre de Xàtiva. Es un canto a la
Virgen María. Podemos contemplar el abrazo de san Joaquin y santa Ana, la Anunciación, la
Visitación, la Natividad y el Calvario. En el pilar de la izquierda esta colocada la imagen
del Inmaculado Corazón de María, obra de Claudio Rius, de 1942. A esta imagen se le profesa
gran devoción en Xàtiva; los fieles suelen besar el pie de la Virgen. Procede de la
iglesia de San Agustin.
Capilla del Sagrado Corazón de Jesús con retablo de madera e imagen del año 1957.
Capilla de la Asunción de la Virgen , obra de Efraín de 1964. Es la titular de la
parroquia. Retablo color madera.
Capilla del Santisimo en la capilla se venera el Cristo del Carmen, una
talla preciosa del siglo XVI.
Cristo de la columna colocado sobre una pilastra junto a la puerta de la
capilla del Santisimo, es del escultor Vicente Rodilla, sólo la cabeza de Cristo es
de la original, obra de Esteve.
En el transepto
Capilla Niño Jesús Nazareno
imagen original de Esteve Bonet.
Capilla de la Virgen de las tres Ave Marías
Virgen de las tres Ave Marías obra de Arturo Bayarri, 1952.
Santa Teresa de Lisieux
Sacristía decorada con paneles de cerámica del siglo XVIII.
Capilla de la Virgen de los Desamparados La escultura de la
Virgen de los Desamparados es obra de R.Grafín.
Capilla de la Virgen del Carmen
Virgen del Carmen
Capilla de la Virgen de Lourdes
Virgen de Lourdes
Retablo del Nazareno , la imagen es del escultor Rafael Alemany, 1942 y el
retablo es copia del que quemaron en 1938 durante la Guerra Civil española. Forma un
precioso templete de madera. Francico Garcés, en 1961, realizó esta imponente obra.
En la girola
Capilla de la Soledad preciosa imagen de la Virgen Dolorosa ante la muerte
de Jesús.
Capilla de San Pedro el
retablo está reconstruido con las piezas del siglo
XVI; es uno de los mas bellos de la Seu. La imagen del santo es de 1957, aparece
sentado y con ornamentos pontificales. En la pared izquierda esta colocado un lienzo
con la figura del beato Juan XXIII, el Papa Bueno. Se debe al pintor setabense Ernesto
García LLedó.
Capilla del Sagrado Corazón de Jesús obra de José Maria Ponsoda, perteneció a
la antigua iglesia de san Agustín. La capilla acoge también a los jovenes mártires claretianos
de Xàtiva. Está ya colocado el lienzo con el beato José Maria Blasco y pronto los otros
lienzos con los beatos Eduardo Ripoll y José Amorós; obra de Ernesto García Lledó.
Capilla de San Antonio de Padua con retablo de madera y pinturas de Francisco
Climent de 1959.
Capilla de San José Obrero , año 1957.
En el transepto
Capilla de san Julián y santa Basilisa esposos, de autor anónimo. En el ático, un
pequeño retablo muestra la crucifixión.
Retablo de Santa Teresa de Jesús con los desposorios misticos de Santa Teresa; le
acompañan Jesucristo y la Virgen María. El retablo esta coronado con una crucifixión; en el
rebanco: la Virgen, san Antonio abad, Jesucristo, san Antonio de Padua y el arcangel
san Gabriel.
Capilla de San Pancracio original de Francisco Bolinches, escultor setabense.
Capilla de la Piedad con un retablo de madera policromada del siglo XV que representa
el Descendimiento de Cristo.
En la nave lateral
Capilla de San Felix patrono de Xàtiva. Retablo de madera; la escultura es
Escuelas profesionales salesianas. En un lateral está colocada la imagen de Santa Rita
de Casia, original de Rausell y Llorens. San Felix, diácono y mártir, titular de la
antigua catedral visigoda, hoy iglesia del siglo XIII.
Capilla de san Jacinto Castañeda , misionero mártir en Tonkín, natural de Xàtiva y
bautizado en esta iglesia colegial; la imagen es antigua, el retablo de 1953. A ambos lados
se veneran los sagrados restos de los mártires de la Seu, el abad Francisco de Paula y el
canonigo Gonzalo Viñes martirizados en 1936 y beatificados por el papa Juan Pablo II el 11
de marzo de 2001. Los lienzos que los representa son de Ernesto García LLedó.
Capilla de la Milagrosa imagen de Ramón Granell de 1960, con retablo moderno de
estilo barroco.
Capilla dedicado al Cristo de la Expiación llamado el Cachorro, original de Francisco
Bolinches.
Museo Catedralicio:
•
Retablo del papa Calixto III o de Santa Ana de Jacomart. En la tabla central, Santa Ana sostiene a la
Virgen y ésta al Niño Jesús, a los lados san Joaquin y san Gabriel. En las tablas laterales
se representa a san Ildefonso con el cardenal Alfonso de Borja; en la izquierda está san
Agustín y, a su lado arrodillada y orante, su madre, santa Mónica. En la parte superior hay
dos escenas: la entrega de la casulla a san Ildefonso y en la otra el bautismo de San Agustín.
Otras dos tablas de Jacomart representan a santa Elena emperatriz y a
san Sebastián mártir
(tradicionalmente se le supone un retrato de Ausias March).
• Se exponen tablas del siglo XV, la Visitación de la Virgen a Santa Isabel. Del XVI se conservan
tres tablas de Cristóbal LLorens, Desposorios de la Virgen, Huida a Egipto y la Oración en
el huerto. Del siglo XVIII destaca san Julián, de figura robusta de estilo ribaltesco; san
Antonio ante la aparición del Niño; los Santos Juanes y otras tablas sin catalogar, san Andrés
Apóstol, Dolorosa, Crucifixión, etc.
•
Relieve de la Piedad, siglo XV. María, Mater Dolorosa, recoge en su amplio regazo el cuerpo
sin vida de Cristo; a los lados, Juan, el apóstol y María Magdalena; en segundo plano y en
otros que se van hundiendo hacia el fondo aparecen nuevas figuras, la cruz, visión de
Jerusalén, los soldados jugando a los dados.
• Cruz parroquial procesional, de plata y esmaltes, de finales del siglo XIV. Constituye una
de las obras más bellas de la orfebrería gótica española.
• Cáliz gótico de oro, regalo de Calixto III a la Colegiata.
•
Lignum Crucis gótico con esmaltes.
• Cáliz de oro, siglo XVIII, del cardenal Cerdán Valda, obra de Bernardo Quinzá.
• Portapaz neoclásico de plata de Pedro Valero, 1786, donado por el Canciller setabense Timoteo
Esteve.
• La custodia procesional constituye una pieza excepcional del siglo XV realizada en plata dorada,
regalo de Alejandro VI a la Colegiata. El Ostensorio está adornado con piedras preciosas y
perlas. Es sacada en procesión el día del Corpus.
•
Retablo de los Martí
•
Pila lavamanos de mármol
La iglesia de Xàtiva se honra de tener cinco santos mártires: Santas Anastasia y Basilisa,
según la tradición martirizadas en tiempos de Nerón; san Jacinto Castañeda, misionero dominico
martirizado en Tun-Kin (Vietnam) el 1 de noviembre de 1773; los beatos Eduardo Ripoll y José
María Blasco, claretianos, martirizados en Barbastro el 15 de agosto de 1936.
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