Cementerio General de Valencia
Camino Viejo de Picassent
c/Santo Domingo de Guzmán nº 27

Desde la conquista cristiana de la ciudad de Valencia, los difuntos eran enterrados en los alrededores de las parroquias. Así nacieron los cementerios parroquiales, cada parroquia o iglesia tenía su propio cementerio y en ella eran enterrados los difuntos que pertenecían a la citada parroquia. Igualmente cada convento o monasterio disponía de su propio cementerio aunque estos normalmente se encontraban en el interior de los muros del convento.

Mediante una Real Orden expedida por el rey Carlos III en 3 de Abril de 1787, se mandó que a partir de entonces los difuntos fueran enterrados en cementerios generales alejados de la ciudad, ya que se consideraba y no le faltaba razón que la costumbre de enterrar a los muertos en el interior de la ciudad era antihigiénico e insalubre.

No será hasta principios del siglo XIX cuando la real orden se cumpla en nuestra ciudad, los terrenos de los cementerios parroquiales son vendidos y con el producto de la venta se construye el Cementerio General, entonces alejado de la ciudad en el conocido como Camino Viejo de Picassent.

La obra fue realizada entre 1805 y 1807 por el arquitecto municipal Cristóbal Sales Gutiérrez (* Valencia 1763 † Valencia 23-06-1833), en colaboración con el también arquitecto Manuel Blasco Vergara (* 1764 † 1825). Fue inaugurado el 7 de junio de 1807. Originalmente se componía de una planta cuadrangular en cuyo testero se situaba la capilla. En la actualidad con la constante ampliación del cementerio esta capilla ha quedado prácticamente en el centro de la superficie. La misma se encuentra bajo el patronazgo de la Virgen de los Desamparados.

En 1837 el cementerio tuvo que ser ampliado por la saturación de difuntos, en la ampliación colaboraron los arquitectos municipales Cristóbal Sales, Manuel Fornés, Francisco Calatayud, Joaquín Tomás y Timoteo Calvo Ibarra. En 1847 el arquitecto Jorge Gisbert realizó un proyecto de nueva ampliación. En 1901 nuevamente tuvo que ser ampliado por el arquitecto municipal Rafael Alfaro. Desde entonces las ampliaciones han sido constantes en todo momento y circunstancias.

El sistema de enterramiento al principio se hacia en fosas comunes, pero bien pronto se empezaron a construir nichos, considerándose este sistema como el más idóneo para economizar espacio e individualizar al difunto para que pudiera ser recordado por sus familiares. A mediados del siglo XIX comenzaron a construirse los primeros panteones por parte de la burguesía y nobleza local. Los primeros en ser construidos fueron los de la familia Romero, marqueses de San Juan (1849), familia Dotrés (1851) y la familia White-Llano en 1853.


El cementerio general siempre ha estado en constante ampliación debido sobre todo al constante incremento de la población en la ciudad. Todos los ciudadanos eran enterrados en este cementerio y en el caso de gente adinerada estos se hacían enterrar en panteones sólo al alcance de las gentes más pudientes. Los mismos eran realizados por grandes arquitectos o escultores de la época, lo que ha motivado que hoy día el cementerio general sea un referente cultural muy importante. Parte del cementerio puede ser visitado como referente museístico en el conocido como Museo del Silencio, donde se hace un recorrido por los panteones y tumbas más importantes por su carácter monumental o artístico, así como por los personajes que en el cementerio están enterrados, pongamos por ejemplo Vicente Blasco Ibáñez.

En contadas ocasiones el régimen de enterramientos sufría modificaciones, así en los casos de grandes epidemias y guerras, los difuntos eran enterrados en fosas comunes. Huelga decir que la fosa más conflictiva ya que no ha sido completamente investigada es la que se realizó en la guerra civil española. Para recordar estas grandes hecatombes se han levantado monumentos conmemorativos, destacando los dedicados a los muertos del cólera del siglo XIX, realizado en 1891 por el arquitecto Antonio Ferrer y el monolito conmemorativo levantado en memoria de los muertos de la guerra civil y posterior represión franquista.

En un primer momento el texto del monolito recogía una leyenda un tanto aséptica sobre la procedencia de los muertos, haciéndose hincapié en los muertos de ambos bandos. Posteriormente y con el cambio de gobierno municipal, el texto del monolito ha sido cambiado, refiriéndose solamente a las victimas del franquismo. En el frontal del actual monolito se dice: "En memòria dels / qui ací van ser llançats, / víctimes del franquisme, / l'odi i la intolerància". En ambos laterales del monolito se puede leer: en uno de ellos un poema del poeta oriolano Miguel Hernández ("Para la libertad"). El segundo texto es una declaración de principios.

El anterior texto que lucía este monolito decía así: "En memoria / de / todos / los que / dieron la vida / por la España / que / creían / mejor".

En 1988 se inauguró el Crematorio Municipal, anexo a las tapias del Cementerio General y fuera de sus muros, pero formando parte del mismo. Es obra del arquitecto Fernando Romeu. En el año 2000, un poco separado del cementerio, el arquitecto Jordi Pinyol construyó el actual Tanatorio Municipal.

El cementerio general está dividido por secciones, algunas de ellas con claras particularidades como son las secciones conocidas como Cementerio Civil y Cementerio Islámico, aunque en el primer caso tal distinción es irrelevante en la actualidad, pues los difuntos son enterrados en nichos por orden de llegada con independencia de sus creencias religiosas.

Destacan algunas lápidas, panteones o tumbas con claras alusiones ideológicas, personales, religiosas o sentimentales, así podemos ver una tumba con claras alusiones masónicas, al representar la imagen del "ojo que todo lo ve" en el interior de un circulo. Más común es la representación de ángeles en distintas actitudes o posiciones, así el ángel de la muerte es enviado por Dios para acompañar al difunto en su largo viaje. También puede encontrarse en algunas tumbas la estrella de David, clara referencia a enterramientos de personas de religión judía.

En la mayoría de las veces la tumba alcanza la categoría de monumento con la incorporación de elementos arquitectónicos y escultóricos. Otros más sencillos pero tétricos, como esa mano que parece querer agarrarse a la vida. Muy habitual es la presencia de las mascotas a los pies de su dueño y las más habituales de representar la efigie del difunto. A veces el recuerdo del difunto toma caracteres monumentales como es el caso de Alfredo Calderón situado en el cementerio civil, obra realizada en 1908 por el escultor Francisco Paredes García.

Una de las secciones más emblemáticas es el conocido como "los pórticos", espacio en forma de patio rodeado en todo su perímetro por un pórtico sustentado por más de 170 columnas de orden dórico. Construido hacia 1880 en estilo neoclásico por el arquitecto José Calvo Tomás y concluido en 1892 por el también arquitecto Antonio Ferrer Gómez. Se desconoce quien diseñó los planos y el proyecto de los pórticos, solo que en 1891 el arquitecto José Calvo Tomás firmó el pliego de condiciones de la obra.


Tumbas memorables dignas de ser visitadas por distintos motivos son: la del cantante Nino Bravo, el filántropo José Rodrigo Botet, el pintor Joaquín Sorolla, el escritor Vicente Blasco Ibáñez, el compositor Maximiliano Thous, el torero Manuel Granero Valls fallecido en 1922 a consecuencia de una cornada siendo el autor de la obra el escultor José Arnal García. También conocidos son Félix Pizcueta, la cantante Lucrecia Bori o la tumba de Amparo Meliá esposa del fundador del socialismo español Pablo Iglesias.

También el elenco de personajes famosos o curiosos pueden encontrarse en nichos: así destacamos el del último inquisidor que tuvo la ciudad de Valencia antes de su disolución, don Nicolás Rodríguez Laso (1747-1820) y como no el celebrado Vicente Blasco Ibáñez que se encuentra en un nicho en el conocido como Cementerio Civil. También encontramos la tumba del pintor valenciano Genaro Lahuerta.

La entrada principal al cementerio se realiza a través de un vestíbulo cerrado por una reja realizada en 1898 por el arquitecto José Manuel Cortina. Por una avenida recta se accede hasta la capilla que queda enfrentada con la puerta principal. En la parte superior de la reja y también realizada en hierro podemos ver la figura del búho, animal emblemático de la noche. El cementerio dispone de otras varias entradas, consideradas todas ellas como secundarias.

En el vestíbulo nos encontramos con una campana fundida en 1877 y con la inscripción Jesús, María y José. Esta campana servía en su época para avisar a los guardianes de la presencia de un entierro caso de encontrarse el cementerio cerrado o para avisarles de que alguien se había quedado encerrado en su interior. Hoy naturalmente esta campana esta fuera de uso.

En el interior del vestíbulo podemos encontrar dos inscripciones:

La primera dice: "Este cementerio general fue construido según proyecto del arquitecto municipal Cristóbal Sales, en colaboración con el también arquitecto y académico Manuel Blasco. Las obras comenzaron en julio de 1805 y concluyeron en 1807, inaugurándose la mañana del domingo 7 de junio. Un año después de esta apertura se alzaron los primeros ochenta nichos. 1 de noviembre de 2008. En conmemoración de sus 200 años de existencia. Excmo. Ajuntament de Valencia.

La segunda dice: Ni los más ostentosos panteones -ricamente decorados con intrincados relieves, junto a las sencillas lápidas de inscripciones anónimas borradas por la erosión del olvido trazan un desacuerdo ante el fin de la vida. Esta diferenciación está concebida por lo que quedan ... el oro se convierte en ceniza, los nombres desconocidos se remarcan y la guadaña, convertida en símbolo, recuerda la esencial igualdad. Rafael Solaz

Traspasado el vestíbulo enfrente nuestro queda el paseo central que lleva directamente a la capilla del cementerio. Realizada en ladrillo, en lo alto de la capilla podemos ver la imagen de la Virgen de los Desamparados, colocada en este lugar en 1960 según boceto del escultor Francisco Gutiérrez Frechina (* Sueca 19-11-1908 † 14-09-1950). Por debajo de la escultura una inscripción con las letras D.O.M, inscripción latina que quiere decir DEO OPTIMO MAXIMO y cuya traducción podría ser "Para el más grande y mejor Dios" expresión que la religión católica se ha apropiado de la mitología romana.

La capilla tiene planta rectangular y testero plano. Al fondo de la capilla, en una hornacina abierta en la pared y presidiendo el recinto, una escultura de Cristo Crucificado y en la mesa que hay a sus pies dos pequeñas imágenes de San José y de la Virgen de los Desamparados. A la derecha según nuestro punto de observación encontramos un óleo sobre lienzo que lleva por titulo San Vicente Ferrer, mediador de la paz. Obra de la pintora Fina Martín Balaguer (* Cheste-Valencia 1946), y que conmemora el sexto centenario de la muerte de San Vicente Ferrer que tuvo lugar en Vannes-Francia el 5 de abril de 1419. En el lienzo, bendecido el 2 de noviembre de 2018 vemos representado al Santo con el dedo levantado y un paisaje a través de una ventana con distintos edificios ligados al santo, siendo identificable el Micalet.

En el interior de la capilla podemos encontrar a ambos lados dos criptas, son las conocidas como Cripta de los Venerables y Cripta de los Regidores, en esta última eran enterrados los regidores de la ciudad de Valencia entre 1816 y 1969.

Y desde aquí alrededor de la capilla e irregularmente cuadriculado por secciones, se alzan los distintos nichos, sepulturas y panteones que forman el Cementerio General de Valencia. A destacar en la parte alta de una de las tramadas de nichos, la ubicación del osario o lugar donde son guardados los huesos de los difuntos una vez sacados de su lugar de descanso al haber caducado los derechos de enterramiento.

Sarcófago de Vicente Blasco Ibáñez

En el vestíbulo de entrada al cementerio general, podemos ver expuesto el sarcófago o más propiamente, el cenotafio del escritor Vicente Blasco Ibáñez. Este sarcófago debía formar parte de un gran monumento en homenaje al insigne escritor, que debía ejecutar el arquitecto Francisco Javier Goerlich Lleó. El sarcófago debía coronar el monumento donde reposarían los restos del escritor. El proyecto no se llevó a cabo y solo el sarcófago fue acabado en 1935. En 1940 este quedó guardado en los almacenes del Museo de Bellas Artes San Pío V. En 1998 el sarcófago fue expuesto en el Convento del Carmen (hoy Centro cultural del Carmen). En 2017 volvió a viajar al Museo de Bellas Artes para finalmente recalar en abril de 2021 en el cementerio general.

El sarcófago realizado en 1935 en bronce, mármol y latón por Mariano Benlliure tiene una inscripción que dice: "Valencia a Vicente Blasco Ibáñez". Nunca ha llegado a contener los restos del famoso escritor que murió en Mentón (Francia) en 1928, sus restos llegaron a Valencia en el acorazado Jaime I en 29 de octubre de 1933 siendo enterrados en el cementerio general donde reposan en un simple nicho. La llegada de los restos del escritor estuvo presidida por el presidente de la república española Niceto Alcalá Zamora, siendo alcalde de la ciudad Vicente Lambies Grancha (entre junio de 1932 y octubre de 1934).

En febrero de 1935 el entonces alcalde de la ciudad Vicente Alfaro encargó al escultor y amigo de Vicente Blasco Ibáñez, Mariano Benlliure, un cenotafio que debía coronar un monumento funerario que se iba a levantar en memoria del escritor. A los dos meses de recibir el encargo, Benlliure ya tenía finalizado el sarcófago (29 de abril). Puede sorprender a quien mire el sarcófago que tiene una forma un tanto extraño, ello obedece a que el acceso al mausoleo debía hacerse por la parte superior, entonces la primera visión del sarcófago sería desde arriba, y así podríamos ver la figura yacente de Blasco Ibáñez envuelto en un sudario, con la cabeza apoyada en un cojín y rodeado de ramas de laurel, cosa que vista al mismo nivel es difícil de observar.

En el frontal del sarcófago podemos ver el escudo de la ciudad de Valencia con dos mujeres semidesnudas como alegorías que representan a las Artes y a las Letras; en la parte posterior un globo terráqueo con la leyenda superpuesta "Valencia a Blasco Ibáñez" y la fecha "ABRIL DE MCMXXXV". Además dos cornucopias, dos águilas y en la parte superior una cabeza de la que irradian rayos de sol, tal vez alegoría de Prometeo, nombre de la editorial fundada por Blasco Ibáñez.

En los laterales encontramos una procesión de dieciocho figuras leyendo los libros de Blasco Ibáñez, mientras que por la parte inferior rodeando todo el sarcófago podemos leer los títulos de sus obras.

Panteones famosos, artísticos o curiosos:

Panteón de la familia Moroder panteón de estilo modernista realizado en 1907 por el arquitecto Antonio Martorell Trilles, con esculturas de Mariano Benlliure. Destaca la figura desnuda del ángel realizada en mármol blanco de Carrara que abre la puerta de bronce del panteón. En la parte superior dos figuras desconsoladas ocultan el rostro, mientras sujetan el Santísimo Sacramento. La inscripción del frontal dice: "Velad porque no sabéis el día ni la hora de la muerte".

Panteón de José Benlliure Gil y de Peppino Benlliure Ortiz panteón construido en 1969 por el Ayuntamiento de Valencia para acoger los restos mortales del pintor José Benlliure Gil y su hijo Peppino Benlliure Ortiz. Hasta esa fecha los restos de ambos se encontraban en un sencillo nicho del cementerio y con este panteón el Ayuntamiento quiso rendir homenaje a estos dos pintores valencianos.

Destaca una figura femenina en bronce, semicubierta por una túnica "dolorosa" y que fue fundida en bronce a partir del original realizado por Mariano Benlliure en 1928 para el monumento-fuente a Fernando León Castillo en las Palmas de Gran Canaria.

Panteón de Joaquín Sorolla Bastida (1863-1923) pintor valenciano universal. Un féretro de mármol con un sencillo escudo de la ciudad; en la base una corona de laurel y en su centro un nombre: SOROLLA

Panteón de la familia Burgos El panteón fue mandado construir por María Burgos Romero († 06-05-1925), casada con el industrial Felipe Olmos Cremades († 28-02-1915). A la muerte sin sucesión de María Romero, sus bienes fueron heredaros por su hermana Amparo Burgos Romero († 22-12-1957), casada con José Ricart Domingo († 26-03-1943). La hija de ambos fue Carmen Ricart Burgos († 09-08-1999), casada con el médico de origen gallego Isidoro Álvarez Souto († 22-05-1996). Carmen e Isidoro tuvieron a María Amparo Álvarez Ricart casada con el también médico José María Aragón Caro († Valencia 08-11-2006).

El panteón fue construido por el escultor Eugenio Carbonell Mir para la familia Burgos, conocidos en Valencia por ser los dueños de la casa del médico en la avenida del Puerto.

Panteón de la familia Pau Construido todo él en mármol. Sobre un basamento se alza un féretro mientras un ángel permanece pensativo y apoyado en él, en su mano sujeta una corona de flores.

Panteón de la familia Risueño Ortiz, de 1909, arquitecto Vicente Sancho Fuster, escultor José Carreras. El ángel apocalíptico toca la trompeta y varios difuntos se aprestan a salir de la tumba para ser juzgados. Es uno de los panteones más tétricos de todo el cementerio.

Panteón de la familia de los marqueses de Jura Real y Villatoya, obra del arquitecto Antonio Martorell Trilles, de estilo neogótico, realizado en 1886. Ostenta el escudo de armas de ambas familias sobre el dintel de la puerta.

Panteón de la familia Romero Es considerado el primer panteón construido en todo el cementerio y por tanto el más antiguo, fue levantado entre 1849 y 1850 por el arquitecto Sebastián Monleón Estellés a iniciativa de Juan Bautista Romero Almenar, marqués de san Juan. Su primer ocupante y para quien se construyó, fue el hijo del marqués de san Juan, Juan Bautista Romero Conchés que murió con 20 años en un duelo por amor, el 19 de agosto de 1845.

Destaca por un gran obelisco de tradición clásica. En el frontal del monumento vemos el retrato del difunto en un medallón, apoyados en el sepulcro dos esculturas: la Juventud (representado por un joven) y la Esperanza (representada por una mujer velada y una antorcha invertida). En la parte escultórica intervino el escultor Antonio Mazo. En el panteón además están enterrados Juan Bautista Romero Almenar († 19-05-1872), marqués de san Juan y su esposa Mariana Conchés Benet († 14-11-1877) viuda del marqués.

Panteón de la familia Dotrés Erigido en memoria de Virgnia Dotrés Guix muerta en 6 de febrero de 1851 de tifus, a los quince años de edad. El panteón levantado en 1853 por el arquitecto italiano Vivelli Benedetto Santo Verini, adopta la forma de un templo griego clásico. Fue traído desde Genova desmontado pieza a pieza y vuelto a montar en el cementerio. Virginia Dotrés era hija única del comerciante de origen catalán Gaspar Dotrés y de su esposa Antonia Guix, los cuales también están enterrados en el panteón.

En el centro de este templo se alza un sarcófago, en sus laterales están esculpidas diversas alegorías: la Caridad (un vaso de fuego sobre un cuerno de la abundancia), la Castidad (dos ramos de espinos entrelazados y en el centro una tórtola), la Religión (los Evangelios y una cruz) y la Prudencia (un espejo y una serpiente enroscada). Sobre la cubierta aparece una cruz entre dos coronas de lirios, símbolo de la virginidad. Bajo el panteón, en cripta subterránea se encuentran las tumbas de Virginia y sus padres.

Panteón familia Goerlich-Miquel El panteón fue realizado por el propio Javier Goerlich, como lugar de descanso de él mismo y de su esposa Trinidad Miquel Domingo. Es un panteón muy sencillo y nada ostentoso.


Panteón del Marqués de Sotelo obra del arquitecto Luis Matoses Rico († 1963). Carlos Sousa Álvarez de Toledo, marqués de Sotelo (1862-1937), fue alcalde de la ciudad de Valencia entre 1927 y 1930. Las esculturas son obra de Alfonso Gabino Pariente (* 1894 † Valencia 18-07-1975) realizadas en 1940.

Panteón del marqués de Campo Adosado al muro exterior izquierdo de la capilla del cementerio, se encuentra el panteón de José Campo y Pérez, marqués de Campo. Además del marqués en el mismo están enterrados sus familiares más directos como son la familia Soler Dhyver.

Panteón de Caro Si el panteón del marqués de Campo se sitúa a la derecha, el panteón de Caro se encuentra a la izquierda de la capilla. En el panteón está enterrado Ventura Caro y Fontes (* Valencia 14-07-1731 † Valencia 19-05-1808), capitán general que fue de Valencia. El marqués de Campo y Ventura Caro participaron en la financiación y construcción de la capilla del cementerio.

Panteón de la familia Giner realizado en mármol y con esculturas de Vicente Navarro Romero. A destacar la gran figura del ángel con las alas abiertas que destaca en el centro del panteón. El ángel se lleva el dedo a la boca solicitando silencio. Por detrás del ángel un friso en bronce, con bajorelieves representando una procesión de personas que quieren representar la amargura y el desconsuelo por los fallecidos.

Panteón de Ángel Cristo Un sepulcro curioso es el del domador de circo Ángel Cristo (* Huelva 17-10-1944 † Alcorcón, Madrid 04-05-2010) realizado por el arquitecto Juan José Ferrer Gila con esculturas de Ramón de Soto Arándiga. Inacabado, además los restos de Ángel Cristo están en el cementerio de la Almudena de Madrid y no en Valencia. Este panteón simula una carpa de circo; sobre la entrada se encuentra el "ángel de la muerte" realizado en bronce y a ambos lados de la puerta dos leones también en bronce. En principio el panteón fue construido para contener los restos de Renata Tanton († 1979), primera esposa de Ángel Cristo, pero la nueva boda con la artista Bárbara Rey, unido a problemas económicos hizo que el proyecto fuera abandonado. La ejecución del panteón corrió a cargo del marmolista Rafael Flores.

Panteón de la familia Puig Luna Este panteón destaca por la presencia de la gran cruz tallada por el escultor Rafael Rubio Rosell en 1921 y por los frisos esculpidos en los laterales de los sepulcros y en la base de la cruz obra del escultor Luis Bolinches Compañ también en 1921.

Panteón familia Vilarrasa-Alsina Curioso panteón que adopta forma de capilla de planta cuadrangular, inclusive un pequeño ábside en su testero. Dispone además de linterna central que proporciona luz cenital al interior del panteón. Su acceso simula una decoración de estilo románico y en ella se pueden ver dos escudos, las armas de la ciudad de Valencia y las de la población de Besalú. Este panteón guarda los restos de Salvador Vilarrasa Sicra (* Besalú, Gerona 1890 † Valencia 01-02-1970) y de su esposa Nuria Alsina Bassols († 02-05-1971) así como la de sus hijos. Salvador Vilarrasa fue el fundador de la famosa empresa de maderas muy conocida en la ciudad, de nombre "Vilarrasa S. A.".

Panteón de los marqueses de Colomina El monumento fue proyectado en 1881 por el arquitecto Antonio Martorell Trilles para la II marquesa de Colomina. En forma de templete o edículo, se corona por la escultura de un ángel con un libro en su mano derecha y mirada al frente. En la base cuatro figuras sedentes esculpidas por José Aixa Íñigo (al igual que el ángel) que representan: el trabajo, la industria, el comercio y la agricultura. Bajo el templete descansa un sarcófago de mármol (cenotafio). En el frontal del monumento vemos el escudo marquesal de la familia Colomina. La cripta con los moradores del panteón se encuentra bajo el monumento.

Cementerio Británico Internacional Declarado Sitio de Interés Local. Enfrente del Cementerio General encontramos un pequeño cementerio cerrado al público y que solo se abre en contadas ocasiones. Es conocido con nombres un tanto impropios como son el de cementerio protestante, cementerio británico e incluso algunos desconocedores del tema como cementerio civil. En realidad y como reza el cartel que luce su entrada es un cementerio internacional aunque si es cierto que la gran mayoría de las aproximadamente 350 tumbas son de ciudadanos británicos y que el rótulo de la pared de la portada reza: British Protestant Cementery.

La historia de este cementerio nace a mediados del siglo XIX cuando la ciudad de Valencia estaba inmersa en un programa de renovación industrial, con la construcción de líneas férreas, creación de consignatarios de buques y obras de ingeniería y construcción que trajo a nuestra ciudad, ingenieros y técnicos de distintas nacionalidades europeas. Muchas de ellas cuando no todas, de religiones distintas a la católica, que no podían ser enterradas en lugar sagrado católico, por lo que hubo que buscar una solución para estas personas no católicas y la solución consistió en la creación de un nuevo cementerio.

El lugar escogido fueron unos terrenos situados frente al cementerio general que habían sido adquiridos por ciudadanos británicos hacia 1830 para uso agrícolas. En 1872 los viceconsules Enrique Dart (británico) y Per Eknes (noruego) adquirieron estos terrenos para este nuevo cementerio de extranjeros no católicos. La adquisición fue realizada con dinero de la Corona Británica, motivo por el cual el cementerio es propiedad de la Corona Británica.

En 1879 el arquitecto valenciano Antonio Martorell Trilles construye le portada del cementerio e incluye en la misma el escudo de la Corona Británica. También construye una pequeña capilla acorde con la reforma luterana y desnuda de toda simbología católica. Desde 2017 el cementerio es regentado por la Fundación de cementerios británicos de España. Aunque no hay muchos casos de inhumaciones en este cementerio, en teoría se puede solicitar el enterramiento cumpliendo una serie de requisitos.