Catedral de Valencia
Iglesia Catedral Basílica
Metropolitana de Santa María

El arte es lenguaje de Fe
Índice de contenido
Puerta Barroca o de los Hierros Capillas exteriores La custodia
Puerta de los Apóstoles Pasos elevados Interior de la catedral
Puerta del Palau Paneles de azulejos Artistas
Cimborrio Criptas y enterramientos Reliquias y relicarios
Capilla del Santo Cáliz La guerra civil La capilla mayor
La girola y el ábside Las gárgolas El Miguelete
Sacristía mayor y salas contiguas El reloj de sol Episcopologio valentino
Las terrazas de la catedral Fotos antiguas de la catedral Videoteca catedralicia
Museo catedral de Valencia Obra nova Notas de prensa

Dicen las crónicas que el sábado 9 de octubre del año 1238 hacia su entrada en la recién conquistada ciudad de Valencia, el rey Jaime I el Conquistador. Inmediatamente se dirigió a la mezquita mayor, y previa purificación puso la nueva catedral bajo la advocación de "Nostra Dona Santa María". Jaime I había hecho promesa pública en Lérida el 28 de Octubre de 1236 de restituir la iglesia catedral de Valencia.

La catedral de Valencia desde su inicial consagración en 1238, se encuentra bajo la advocación de la Santísima Virgen María, ante cuya imagen (un icono de la Virgen pintada sobre madera) celebró la primera misa el obispo Pere de Albalat. Según la tradición, dicha imagen era propiedad del mismo Jaime I que la llevó consigo en toda la campaña de la conquista del reino musulmán de Valencia. Sobre el destino de esta imagen que se encontraba en la catedral desde los tiempos de la Reconquista, se sabe que fue quemada durante la guerra civil en 1936.

Sobre la consagración de la mezquita mayor existen muchas leyendas. Una de ellas narra como el rey, armado con un martillo de plata, destrozó las paredes del templo donde todavía quedaba decoración musulmana. A esta tarea se sumarían sus hombres, dejando la mezquita convertida en ruinas en pocas horas (recogido por Josef Teixidor en su libro Antigüedades de Valencia). Pero esto es solo leyenda, ya que la mezquita mayor fue usada como catedral hasta la construcción del actual templo.

La sede catedralicia valentina fue constituida desde el mismo momento de la reconquista en 1238, pero no será hasta el año 1262 cuando den comienzo las obras de construcción de una catedral de nueva planta. El nuevo emblema del poder cristiano se alzará en el estilo gótico imperante de la época. Desde 1238 hasta 1262 la sede catedralicia de Valencia sigue siendo la antigua mezquita musulmana reconvertida al culto cristiano, y así será durante casi veinticinco años después de ser ganada la ciudad a los musulmanes.

La catedral de Valencia se halla construida sobre la antigua Seo visigótica que, más tarde, se convirtió en mezquita, aunque no queda ningún resto importante de estos edificios. En las excavaciones efectuadas en la adyacente plaza de la Almoina, han dejado al aire, restos de la antigua Seo visigoda, como es el ábside. Se supone que bajo la actual catedral estarían los restos de la Seo visigoda.

Para la construcción de la catedral, se usaron piedras de las cercanas canteras de Burjassot y Godella e incluso de lugares mas alejados como son Benidorm y Jávea.

Partimos de la base que nadie discute, que la nueva catedral fue comenzada en 1262. La fecha es conocida porque la lápida fundacional de colocación de la primera piedra, estuvo situada en la cabecera de la catedral (en la actual capilla de san Jaime) hasta que en la reforma neoclásica del siglo XVIII desapareció. Por suerte el archivero de la catedral Joan Pahoner (* 1700 † 1781) tuvo la feliz idea en 1756 de copiarla, no solo el texto sino incluso reproduciendo fielmente el tipo de letra en que estaba escrita. En 1909 el canónigo de la catedral don José Sanchis Sivera (* 1867 † 1937) tuvo acceso al documento y de la vista del mismo se establece sin genero de dudas que la primera piedra de la catedral fue colocada el 22 de junio de 1262 siendo obispo fray Andreu Albalat (hermano de Pere Albalat) tercero de la diócesis. Por tanto, la última persona que pudo ver físicamente la lápida fundacional fue Joan Pahoner en 1756. Pahoner dejó testimonio de la lápida en su obra "Especies perdidas" (tomo I folio 33).

La lápida dice así:

Anno Domini M. / CC.LXII, X kalend.iu / lii fuit positus primarius lapis / in ecclesia beate Marie / sedis Valentie per / venerabilem patrem / fratem Andream / tertium Va / lentinae civitatis episcopum

En el año del Señor de 1262, a X de las calendas de junio (22 de junio) fue colocada la primera piedra en la iglesia de Santa María, Seo de Valencia, por el venerable padre Fray Andreu, tercer obispo de la Ciudad de Valencia.

Según una hipótesis de trabajo la antigua mezquita musulmana, se correspondería con el actual transepto de la catedral, siendo la puerta de los Apóstoles, la puerta de entrada a la mezquita y el lugar donde se encuentra la puerta de la Almoina el lugar donde se encontraba el mihrab.

Como suele ocurrir en obras arquitectónicas de esta magnitud la catedral tardó varios siglos en ser finalizada por lo que la mezcla de estilos artísticos es su característica más relevante lo que además la convierte en una joya de la arquitectura universal.

El gótico es el estilo básico y predominante de la catedral, ya que la nave principal y las capillas fueron construidas entre los siglos XIII al XV. El gótico valenciano se caracteriza por ser más bajo y alargado. En el caso de la catedral de Valencia, las ventanas se tapan con finas láminas de mármol blanco que dejan pasar la luz. Nuevo concepto de espacio, más amplio, ligero y luminoso. Todo está dispuesto para la adoración a Dios.

Las obras fueron iniciadas en 1262 por el maestro de obras Arnaldo Vidal y al contrario de lo que solía ser habitual en la época no se encuentra orientada canónicamente, es decir con la cabecera mirando al este. Existe constancia escrita en el Archivo de la Corona de Aragón de una anotación realizada en 1267 que dice: "Arnaldi Vitalis, magistri operis ecclesiae Sancte Marie civitatis Valentiae". No obstante, los primeros libros de obras de la catedral datan de 1380, hasta esa fecha los datos constructivos de la catedral son incompletos y fragmentarios.

Una aproximación cronológica de algunos de los maestros de obras de la catedral sería la siguiente: (las fechas son aproximadas)

Maestros de obras de la catedral
• Arnaldo Vidal (maestro de obras desde 1262 en que comienza la construcción de la catedral)
• Nicolás de Ancona (maestro de obras-obrero mayor de la Seo entre 1303 y 1354)
• Andrés Juliá (maestro de obras entre 1358 y 1381)
• Joan Franch (maestro de obras entre 1381 y 1399)
• Lluís Amorós (hacia 1402)
• Joan Llobet (maestro de obras entre 1404 y 1408)
• Pere Balaguer (maestro de obras entre 1408 y 1427)
• Marti Llobet (maestro de obras entre 1428 y 1439) activo en Valencia desde 1417 (hijo de Joan Llobet)
• Antoni Dalmau (maestro de obras entre 1441 y 1453) sustituyendo a Martí Llobet
• Francesc Baldomar (maestro de obras entre 1457 y 1476 -magister fabrice sedis o mestre d'obra de la Seu-)
• Pere Compte (maestro de obras entre 1476 y 1487 a la muerte de Francesc Baldomar)
• Juan Pérez Castiel (maestro de obras entre 1672 y 1708)

La catedral se construyó básicamente entre 1262 y 1356, originalmente se componía de tres naves con tres tramos, la nave central más ancha y alta que las laterales. La nave central es de tramos cuadrados, mientras que en las naves laterales los tramos son rectangulares. Disponía de una torre campanario en la fachada lateral de Levante (en la actual calle Barchilla), en 1419 se trasladan las campanas a la nueva torre campanario del Micalet y a partir de 1438 se procede a su demolición con el objeto de sacar piedra para las nuevas obras de la catedral.

El cuarto tramo que ahora dispone se construyó en el siglo XV, al objeto de unir el templo con la antigua Sala Capitular (hoy capilla del Santo Cáliz) y con la torre campanario (El Micalet) que se habían construido exentos. Por tanto el templo en la actualidad se compone básicamente de tres naves de cuatro tramos, nave de transepto, girola, y presbiterio poligonal. En las naves laterales cuatro capillas laterales a cada lado. La girola dispone de ocho capillas absidiales, y al ser par el número de capillas, el eje del edificio de separación es un pilar en lugar de una capilla como podemos encontrar en otras catedrales españolas. La cubierta se cubre con bóvedas de crucería cuatripartitas con plementería de ladrillo. Tanto los arcos de diafragma que soportan la nave central como los formeros que separan las naves entre sí, son arcos apuntados.

El recorrido por el interior de la catedral es muy rico y nos lleva de unos estilos a otros casi sin discontinuidad. La catedral comenzó a construirse por la girola o cabecera, también llamada deambulatorio, que es la parte semicircular donde se localizan las capillas principales y en cuyo centro se localiza el altar mayor. Antes de finalizar el siglo XIII se había concluido la girola con sus ocho capillas, avanzando la obra según se derribaba la mezquita hasta llegar a la puerta del Palau, en el brazo este de la nave del transepto.

Originalmente la girola era visible desde el presbiterio o altar mayor, al igual que ocurre en la actualidad con la iglesia de santa Catalina Mártir, pero en la reforma barroca de 1674 (siglo XVII) los arcos de comunicación fueron cegados y ornamentados con decoración propia de ese estilo.

Diversos planos e imágenes de la catedral


Entre 1300 y 1350 aproximadamente, se terminó el transepto y se iniciaron las obras de las tres naves hacia los pies, de tal modo que a esta etapa constructiva se deben dos de los aspectos más llamativos de la catedral, es decir la puerta de los Apóstoles en el brazo norte del transepto, y el cimborrio. Las obras fueron dirigidas por el maestro de obras de entonces Nicolás de Ancona.

El templo, que hasta entonces constaba de tres naves de tres tramos desde el crucero, dejaba la sala capitular (1356-1369) y la torre del Miguelete (1381-1425) separadas de la iglesia. En 1460 los maestros Francesc Baldomar y Pere Compte amplían en un tramo más la catedral, es la conocida como Arcada Nova o Arcada de la Seo, uniendo definitivamente la catedral con la sala capitular y el Miguelete que hasta entonces estaban exentos. Para permitir el paso entre la sala capitular y la catedral, Pere Compte construyó un pasillo de paso.

La descarga del empuje de las naves se realiza a través de arbotantes al exterior. Estos de una extrema sencillez, están formados por arcos de medio punto.

Los siglos XV y XVI, siglos del renacimiento, no se reflejaron en la arquitectura de la catedral de forma clara, aunque sí en su decoración pictórica, desde el altar hasta las capillas menores. En el orden arquitectónico, este estilo no supuso una ruptura violenta con el gótico, ya que éste ultimo tenía una gran aceptación. Se dio un regreso al lenguaje de la arquitectura clásica, órdenes clásicos, arco de medio punto etc. En lo decorativo, los elementos vegetales, guirnaldas, almohadillados, etc. eran predominantes.

En el siglo XVIII su estructura interior gótica fue sustituida por el estilo de la época el neoclásico, el 1 de Septiembre de 1774, bajo el arzobispado de Don Francisco Fabián y Fuero, los arquitectos Antonio Gilabert Fornés y Lorenzo Martínez comenzaron las obras de reforma interior, revistiendo la vieja catedral de pilares corintios, cornisas y archivoltas grecorromanas, estucos y dorados. Hace ya varias décadas, que se procedió a la retirada de todos estos elementos clásicos, volviendo a dar a la catedral su aspecto de iglesia gótica, dejando algunas capillas con su revestimiento clásico y poder contemplar ambos estilos que han marcado la historia de la catedral. Interesante resulta observar las capillas de la girola, unas con su estilo gótico original de piedra labrada y desnuda y otras con su revestimiento neoclásico.

Ya en el siglo XX y durante la guerra civil española, la catedral fue incendiada por lo que muchos elementos artísticos de la misma fueron destruidos. El coro situado en la parte central, fue desmontado en 1940 y se situó al fondo del altar mayor. Los órganos de música, que habían sufrido importantes daños durante el conflicto, no fueron reconstruidos. En 1972 se emprendió la tarea de repristinación de la catedral bajo la dirección de Fernando Chueca Goitia.

Asimismo en 1970 las llamadas Casas de los Canónigos, que eran unas construcciones adosadas a las capillas exteriores recayentes a la calle del Miguelete, fueron derribadas para devolver a la catedral su pureza original, aligerándola de aditamentos de escaso o nulo valor arquitectónico.

La catedral se cubre con bóvedas de crucería simple de potentes baquetones y plementería de ladrillo dispuesta a rosca. Esto sin embargo tiene una excepción, en la nave del transepto que desemboca en la puerta del Palau la plementería del primer tramo es de piedra en lugar de ladrillo. Probablemente esto sea así, porque por este lugar se comenzó a construir la catedral y si en un comienzo se pensó cerrar las bóvedas con piedra, al final se cambió de idea pasando a usar el ladrillo mucho más barato y más fácil de construir. Las naves muestran la escasa diferencia de altura entre la nave principal y las laterales. La nave del transepto se cubre con dos tramos a cada lado.

En total la catedral de Valencia tiene unas dimensiones de 94 metros de largo y 53,65 metros de ancho en la nave del crucero.

En 1492 y a petición del cardenal Rodrigo de Borja, la catedral de Valencia fue elevada al rango de Metropolitana, por parte del Papa Inocencio VIII. En recuerdo de tal efemérides se puso una placa adosada a una de las fachadas del Palacio Arzobispal.

La Puerta de los hierros o barroca (porta dels ferros)

La puerta principal, llamada "de los hierros", es la más moderna de las tres que tiene la catedral. Fue construida con la fortuna donada en su testamento por doña Mariana Pont de Aguilar fallecida en 1621. Esta puerta venía a sustituir a la anterior del siglo XV de la que no tenemos referencias pero de la que se cree debía ser muy sencilla y no acorde a la categoría de una catedral Metropolitana.

La portada fue diseñada y contratada con el escultor y arquitecto austriaco Konrad Rudolf en la parte escultórica y con Francisco Padilla en la parte arquitectónica. Se inició en 1703 y por azares del destino se alargó hasta 1741. Comenzada en 1703 por Konrad Rudolf, este había llegado a Valencia con el archiduque Carlos de Austria, pero después de la derrota de los austracistas en la batalla de Almansa abandonó la ciudad y marchó con el archiduque ya que era su escultor de cámara. Dejo paralizadas las obras en el año 1707 a la altura del primer cuerpo, mientras que Francisco Padilla había fallecido en 1704. Konrad Rudolf llamado el Romano, fallecería en Viena en el año 1732.

Las obras se reanudan en 1713 con la intervención del cantero montañés Domingo Laviesca (autor de las portadas de la iglesia de los Santos Juanes) y del cantero José Miner a quien el fallecido Francisco Padilla había subcontratado las obras de la fachada. En 1727 el escultor Francisco Vergara el Mayor retoma la obra escultórica de Konrad Rudolf. En la obra también intervendrían los escultores Andrés Robres y Luciano Esteve. En 1739 Francisco Stolz se haría cargo de ciertas esculturas de la portada y más adelante Ignacio Vergara realizaría algunos adornos escultóricos.

Es una obra barroca, grandiosa y bella, con esculturas que entonan un himno a los santos hijos de Valencia, san Vicente Ferrer y san Vicente Mártir. La puerta barroca o de los ferros como también se le llama (llamada así por la verja de hierro que circunda el atrio de entrada), es un monumento dedicado a la exaltación de la Virgen, de la iglesia y los santos valencianos. Su aspecto general se asemeja a un retablo de forma cóncava, con más de 36 metros de altura, resultando aparentemente forzada debido no sólo por las condiciones estilísticas del momento sino también por la necesidad de producir la ilusión óptica de una mayor sensación de espacio en un lugar realmente muy pequeño, ya que esta puerta fue concebida para ser vista desde la estrecha calle de Zaragoza que la enfrentaba, y que hoy ha desaparecido al abrirse la actual plaza.

La puerta de los hierros esta precedida por un pequeño atrio de forma elíptica, que se levanta sobre un zócalo de piedra negra y un banco corrido por el interior. Limita el espacio una verja de hierro, también barroca de donde toma el nombre la portada. Sobre el arranque de las verjas metálicas dos leones de piedra portan entre sus garras dos grandes medallones con la cifra del nombre de María.

La puerta se abre formando un arco peraltado de medio punto; el intradós del arco está decorado con figuras de cabezas de ángel con alas y decoración de estilo barroco. Bajo el arco que forma la entrada, en el suelo, dos lápidas: la de Mariana Mont de Aguilar fallecida en 1621 y que legó su fortuna a la catedral para que pudiera construirse la portada. Junto a ella la lápida de su sobrina Petronila Dionisia de Mont.

En el lado derecho de la portada una lápida escrita con caracteres latinos y con los símbolos del alfa, el omega y el crismón recita la siguiente oración: Cristo Jesús / verdadero Dios, verdadero hombre / redentor de nuestra humanidad / El mismo vive, El mismo reina, El mismo impera / salud, honor y gloria / por los siglos / Año 1 de enero de 1901.

La portada se desarrolla en tres cuerpos superpuestos:

En el primero, hay tres columnas a cada lado de la puerta, con fustes decorados y capiteles corintios, realizados por Konrad Rudolf entre los que se abren sendas hornacinas con las estatuas de santo Tomás de Villanueva dando limosna a los pobres y san Pedro Pascual que sostiene un libro, mientras recibe la mitra de Jaén de manos de un ángel. Ambas obras atribuidas a Konrad Rudolf. Sobre el arco de entrada destaca un bajorrelieve realizado por Ignacio Vergara, que representa el anagrama de la Virgen María. Este se enmarca en una gloria de ángeles y otros adornos en una venera o concha de estilo rococó. En la obra ejecutada hacia 1752 podemos ver a dos ángeles niños sosteniendo una coronal imperial sobre las letras en bronce del anagrama de María. En la parte inferior del anagrama dos ángeles en actitud de adoración al símbolo mariano.

El segundo cuerpo, más reducido, tiene cuatro columnas del mismo orden, en el intercolumnio del centro, un rosetón oval con una vidriera de la Asunción de la Virgen; y en los laterales, las estatuas de san Lorenzo obra de Francisco Stolz (Stolff) y de san Vicente Mártir obra de Konrad Rudolf y medallones con los bustos de los papas valencianos, Calixto III y Alejandro VI, con figuras alegóricas, a los pies del primero la Justicia y la Caridad, y a las del segundo la Fortaleza y la Esperanza, todas ellas obras de Francisco Vergara el Mayor.

Separando el segundo y el tercer cuerpo corre un friso en piedra decorado con diversos elementos alegóricos: libros, jarrones, cruces, campanas, guirnaldas, trofeos de la iglesia, etc.

En el tercer cuerpo, de menores dimensiones, se representa la Asunción de la Virgen en un altorrelieve salido de la mano de Ignacio Vergara, y en el ático, el símbolo del Espíritu Santo en relieve bajo un frontón partido, y a sus extremos, las esculturas de san Luis Bertrán y san Vicente Ferrer, ambas obras de Francisco Stolz.

Remata el conjunto una cruz sobre una esfera en bronce, adorada por dos ángeles tallados en piedra, uno de ellos de pie y el otro de rodillas. Nos encontramos a 36,66 metros de altura. La piedra de esta portada proceden de las canteras de Benigánim, Moncada y Ribarroja. En 1769 se terminaría el atrio de entrada con la colocación del asiento corrido junto a la reja de hierro.

Junto a la puerta de los hierros y uniendo la portada con la sala capitular, se encuentra una lisa fachada gótica, solo rota por algunos pequeños ventanales y sobre todo por un ventanal apuntado de dos huecos con labor de tracería en su parte superior. Esta fachada y ventanal es obra de Pere Compte, realizada en el siglo XV en el momento de construirse el último tramo de la catedral. El ventanal gótico fue completamente reconstruido en 2014 y se articula en tres arquivoltas abocinadas que descansan en delgadas columnillas con capiteles decorados. Una imposta a modo de guardapolvos remata la parte superior. La ventana tiene su correspondencia interior con la capilla de san Sebastián y no es visible desde el interior del templo al encontrase tapada por el retablo de la capilla. Un pequeño óculo cerrado por tracería se corresponde con la capilla dedicada a la venta de recuerdos, mientras que la más cercana a la Sala Capitular y realizada en esviaje corresponde a la capilla de san Miguel Arcángel.

Puerta de los Apóstoles (Porta dels Apòstols)

La puerta de los apóstoles, llamada así por las esculturas de los doce apóstoles de Cristo que figuran en la portada, fue construida entre los siglos XIII y XIV en estilo gótico. Algunos autores (José Sanchis Sivera) afirman que fue comenzada en tiempos del obispo Jazperto de Botonach (1276-1288) ya que según este, su escudo figura esculpido en la portada, pero se nos antoja una fecha demasiado temprana, dando por buena la fecha de 1262 como fecha de inicio de obras de la catedral. Si que se sabe que para 1354 la portada estaba terminada. No se sabe el nombre de su autor pero habitualmente se atribuye al italiano Nicolás de Ancona que era el maestro de obras de la catedral en el momento de su construcción. Nicolás de Ancona fue contratado en diciembre de 1303 para dirigir las obras de la catedral por el obispo Ramón Despont (1289-1312) al que parece había conocido durante la estancia de este en Italia. De cualquier modo se desconoce cual fue su grado de participación en la construcción de la portada, ya que su contrato especificaba claramente que tenía que hacerse cargo de todas las obras de la catedral.

La fachada resaltada sobre el muro que le sirve de encuadre está formada por dos cuerpos superpuestos. En el inferior se encuentra la portada, esta se resuelve con arcos apuntados con estructura abocinada y tres arquivoltas adornadas con estatuillas de ángeles, santos y profetas. Protege el conjunto un gablete apuntado gótico y una galería de personajes entre arcos apuntados ciegos decorados con tracerías.

El segundo cuerpo está ocupado por la figura omnipresente de un rosetón en piedra con la estrella de David, también llamada Salomó (sello de Salomón), de 6,45 metros de diámetro. Este rosetón tuvo que ser reemplazado en 1957 por el arquitecto Alejandro Ferrant Vázquez (* Madrid 1897 † 1976) ante el gran deterioro del mismo. El rosetón original se encuentra en la actualidad despiezado en dependencias de la catedral. Protege el rosetón un gablete gótico y flanquean al mismo dos pináculos adosados a pilares.

La presencia del rosetón con vidrieras policromadas (las actuales ya no son las originales) cumple función de iluminación de la nave del transepto en el interior de la catedral. La presencia del sello de Salomón inserta en el rosetón se interpreta como símbolo de Jesús, el Mesías, descendiente de la casa de David. En el momento de la sustitución del rosetón se encontraron indicios que en origen, este lugar estaba ocupado por una ventana lancelada similar a la que se encuentra sobre la puerta del Palau. Este segundo cuerpo y el rosetón está fechado entre 1461 y 1462, fechas en las cuales el maestro de obras de la catedral era Francesc Baldomar. Es por tanto este segundo cuerpo de fecha posterior al cuerpo inferior de Nicolás de Ancona.

En el tímpano de la puerta se encuentra la imagen de Santa María, titular de la catedral, con el Niño en brazos y que hasta 1599 se encontraba en el parteluz hoy desaparecido de esta misma portada. Los motivos que llevaron a retirar el parteluz de la portada, los veremos al comentar la puerta del Palau ya que fueron retirados al mismo tiempo. Flanquean a la Virgen seis ángeles tocando instrumentos musicales, y dos más por encima de su cabeza. Las arquivoltas se apoyan sobre seis pilares de sección prismática triangular. Sobre los mismos seis esculturas de apóstoles bajo doseletes. Las caras de los pilares se adornan con detalles escultóricos con imágenes de la Virgen, arcángeles, escudos nobiliarios, escudos reales ampliamente repetidos, representaciones gremiales o animales fantásticos.

Más al exterior a la derecha, las estatuas bastantes deterioradas de san Sixto papa y su diácono san Lorenzo Mártir, y a la izquierda, las estatuas también muy deterioradas de san Valero obispo y su diácono san Vicente Mártir, estas cuatro figuras insertas en unos pequeños nichos de arcos apuntados y sin doseletes por encima de sus cabezas. Bajo las esculturas de san Sixto y san Lorenzo podemos ver una garra en la piedra, resto de lo que debió ser una figura hoy desaparecida.

En resumen seis apóstoles se encuentran en el frontal de la portada, mientras que los restantes seis apóstoles se encuentran en la misma línea pero fuera del ámbito de la arquería, en los pilares que flanquean la portada, a razón de tres por pilar. Los doce apóstoles son los que están protegidos por doseletes.

En la puerta de los Apóstoles encontramos hasta un total de veintiocho escudos, dieciocho de ellos corresponden al escudo de la Corona de Aragón, los cuatro palos de gules sobre fondo de oro. Los diez restantes corresponden a diferentes personajes o linajes, algunos de ellos ya borrados por el tiempo y por tanto imposibles de identificar y aquellos que mantienen su iconografía presentan serias dudas sobre su pertenencia o atribución. De entre estos últimos encontramos:

• La familia Mercader cuyo escudo muestra tres monedas de las llamadas marcos de oro. Otros autores lo atribuyen al canónigo de la catedral Berenguer March uno de los antepasados del poeta Ausias March.

• Un toro pasante, atribuido al obispo Ramón Gastón bajo cuyo obispado (1312-1348) se construyó la portada. Algunos autores lo identifican con el justicia de la ciudad.

• Un escudo ajedrezado atribuido al procurador general del Reino, don Rodrigo Jiménez de Luna. Otros autores lo atribuyen al canónigo de catedral Pere de Escrivà. Consta de un ajedrezado de gules sobre campo de oro.

• El cuarto escudo que podemos observar en los relieves antes citados es el más representado de todos, pues figura la antigua heráldica de Valencia (una ciudad amurallada sobre aguas) antes de que fuera sustituida en 1377 por las armas reales del rey de Aragón (escudo en cairó con cuatro palos de gules en campo de oro).

José Sanchis Sivera en 1909 afirmaba que dicho escudo pertenecía al obispo Jazperto de Botonach (1276-1288); basaba su hipótesis en que tanto el retrato del obispo que hay en la sala capitular de la catedral, como en el sepulcro del obispo que se haya en la sacristía de la capilla de san Vicente Ferrer, aparecen representados como escudo propio del obispo una ciudad amurallada sobre aguas. Partiendo de esta base y dando por sentado que el escudo que aparece en la portada corresponde al obispo Botonach, atribuyó la construcción de la puerta de los Apóstoles al periodo de pontificado del obispo Botonach.

Investigaciones posteriores parecen confirmar una datación más tardía de la portada, por lo que se recupera la hipótesis de considerar que dicho escudo corresponde a la antigua heráldica de la ciudad de Valencia.

• Un quinto escudo, aunque difícilmente reconocible, se atribuye a Pere Esplugues, arcediano canónigo de la catedral. Ostenta su escudo una flor de lis, aunque su atribución hay que ponerla en cuarentena.

En las arquivoltas de la portada podemos encontrar un total 48 figuras, todas ellas bajo pequeños doseletes. Toda la estatuaria de la portada se encontraba policromada como fácilmente se puede observar por los restos que quedan. En la primera arquivolta podemos encontrar las figuras de dieciocho profetas, distribuidas en doce profetas menores, cuatro profetas mayores, más las imágenes de Moisés (base derecha) y Elías (base izquierda). La segunda arquivolta está reservada para dieciséis figuras de santos y santas y en la tercera encontramos una larga sucesión de ángeles con candelabros e incensarios.

Es de destacar que esta portada se encuentra en muy mal estado, debido a la mala calidad de la piedra utilizada, lo que ha obligado a una completa restauración y a la sustitución de las imágenes originales por copias, quedando las originales que se han podido salvar en el museo de la catedral.

En la parte superior de la portada, bajo el rosetón encontramos una galería con diversas esculturas muy mal conservadas, que se consideran representan a diversos reyes y personajes del antiguo Israel (Abraham, Jacob, David, Salomón, Isaías, Miqueas, Simeón y san Juan Bautista). Las figuras se enmarcan en arcos apuntados con tracería gótica. Según Sanchis Sivera los personajes representados son: san Atanasio, san Basilio, san Gregorio Nacianceno y san Juan Crisóstomo como padres de la iglesia oriental, mientras que los padres de la iglesia occidental están representados por: san Ambrosio, san Agustín, san Jerónimo y san Gregorio el Grande. Lo que es bien cierto, es que no existe constancia documental sobre quienes son los personajes y su estado de deterioro no ayudan a ello.

Los batientes de madera son del año 1438 y los clavos y herrajes son los originales de la época.

Al pie de la puerta de los apóstoles se reúne todos los jueves a las 12:00 de la mañana, el Tribunal de las Aguas desde el año 880 (siglo IX). Probablemente ya se reuniría este tribunal en este mismo lugar cuando la actual catedral era todavía mezquita musulmana. Llegado a este punto conviene destacar que esta portada disponía de un atrio o lonja rodeado por una verja de hierro y con una bancada de piedra. Sobre esta bancada se sentaban los miembros del Tribunal de las Aguas para ejercer justicia. Verja y bancada sería desmontada en 1798 por las molestias que ocasionaba en la entrada y salida del templo, sobre todo en las fiestas del Corpus.

La Puerta del Palau o de la Almoina (Porta de L'Almoina)

Sin lugar a dudas el elemento románico por excelencia de nuestra ciudad, es la puerta del Palau de la catedral de Valencia. Sobre la construcción de la puerta del Palau se establecen dos hipótesis:

La primera hipótesis es que la construcción de la puerta del Palau es una consecuencia lógica en el proceso constructivo de la catedral y que la puerta aunque estructuralmente anticuada obedece a que esta forma de construir (el románico) todavía tenía prestigio e incluso un cierto renacimiento en la corona de Aragón. Si nos atenemos a esta hipótesis habría que considerar como fecha probable de construcción alrededor de 1270. La puerta del Palau es por tanto una portada románica en un templo de características góticas, por lo que ha quedado como un curioso arcaísmo dentro de una época ya gótica. Esta hipótesis parece ser ampliamente mayoritaria entre los investigadores e historiadores del arte.

El canónigo de la catedral don José Sanchis Sivera en su obra escrita en 1909 La catedral de Valencia establece como primer maestro de obras de la catedral a Arnaldo Vidal. Existe constancia escrita en el Archivo de la corona de Aragón de Barcelona de una anotación realizada en 1267 que dice: Arnaldi Vitalis, magistri operis ecclesiae Sancte Marie civitatis Valentiae. No obstante, hay que decir que los primeros libros de obras de la catedral datan de 1380, hasta esa fecha los datos constructivos de la catedral son incompletos y fragmentarios.

La segunda hipótesis de trabajo que se maneja, es que convertida la mezquita mayor musulmana en catedral, y por lo tanto sin haberse comenzado a construir el actual templo, se estimó adecuado hacer una puerta de entrada a un templo cristiano cuyas formas todavía recordaban su pasado islámico. Era una forma de desdibujar su condición musulmana y para ello además se eligió la fachada de Levante donde se encontraba el mihrab o nicho hacia donde los musulmanes dirigen sus oraciones. Con esta operación la mezquita-catedral perdía parte de su esencia musulmana y se hacía más cristiana. Si este hecho es así, la construcción de la portada habría que fecharla entre 1238 y 1262 sin ningún género de dudas, aunque esta afirmación hay que ponerla con la debida cautela ya que no hay documentación alguna que lo pueda corroborar.

Esta hipótesis es la defendida por el que fue canónigo de la catedral de Valencia don Juan Ángel Oñate Ojeda (* Burgos 1913) que sitúa la construcción de la portada hacia 1240. Este razonamiento al que yo personalmente me sumo podría reforzarse con el argumento de que esta portada quedaba casi enfrente del palacio obispal y siendo como debía ser la entrada habitual del obispo, no sería extraño que se abriera una portada en el muro de la mezquita. No sabemos el espacio físico que ocupaba la mezquita pero se estima que debía ocupar el espacio que actualmente ocupa la nave del transepto o crucero, orientada este-oeste y que su entrada estaría por la actual puerta de los apóstoles.

También podríamos anotar que la norma general en la construcción de un nuevo templo era orientar la cabecera o el ábside hacia el este, caso que en nuestra catedral no se da, ya que la citada orientación la tiene en exclusiva la puerta del Palau; tal vez el hecho de que en el momento del inicio de la catedral este punto estuviera ocupado, obligó al maestro de obras a situar la cabecera en el lado norte respetando la mezquita y no perdiendo culto hasta tanto no se llegara a la nave del crucero. No se entiende que sin haber un accidente geográfico que lo impidiese, la catedral no se orientase hacia el este como era la norma habitual.

Recientes investigaciones realizadas por el canónigo de la catedral don Jaime Sancho Andreu (* Valencia 1942) han podido determinar la semejanza de las marcas de cantería de nuestra portada con las existentes en la ermita de san Miguel de Foces (Huesca), por lo que toma cuerpo la posibilidad de que los mismos canteros que trabajaron en aquel templo sean los mismos que trabajaron en esta portada. Refuerza esta tesis el hecho que Eiximino de Foces fue Procurador General del Reino de Valencia entre 1258 y 1259 y bien pudiera ser el personaje que encargara la construcción de la portada a canteros de su población de origen.

De lo que no cabe duda, es que es la puerta más antigua de la catedral. Además es interesante observar como un argumento a nuestro favor que la fachada en la que se inscribe nuestra portada es inequívocamente gótica, hecho que aunque sólo sea por una pura cuestión de estética no deja de llamar poderosamente la atención. Por encima de la portada podemos ver un gran ventanal apuntado (de estructura gótica) formado por tres arquivoltas que descasan en finas columnillas. Los vitrales que cierran este ventanal son de realización moderna, de 1962, pues se realizaron para conmemorar el 700 aniversario de la construcción de la catedral.

Esta portada ha recibido diversos nombres, aunque al final ha prevalecido el nombre de puerta del Palau por la que es conocida en la actualidad. Ha recibido los nombres de puerta de L'Almoina. La almoina era una institución caritativa creada en 1288 por el obispo Ramón Despont que se encargaba de dar socorro y limosna a los menesterosos y cuya casa se encontraba en las cercanías. El nombre de puerta del Palau se le daba por su cercanía al Palacio del Obispo; también se le ha llamado sencillamente la puerta románica. Además de los citados nombres ha sido conocida como de la Fruita por encontrarse en su plaza el lugar del mercado de frutas, Portada del Obispo, Portada de Lérida y también en algunas ocasiones ha recibido el nombre (sin demasiado acierto) de puerta bizantina, parece ser que por su leve aspecto oriental.

En primer lugar se observa la decoración de canecillos que figuran sobre dicha puerta, por encima de la arcada y sujetando el tejaroz. Allí se encuentran las cabezas con restos de policromía de siete parejas que según la tradición representan a siete matrimonios leridanos que llegaron a repoblar Valencia y trajeron con ellos a trescientas doncellas que debían casar con los nuevos colonos. Sus nombres aparecen inscritos entre ellas y son: Pedro y María, Guillem y Bartolomea, Ramón y Dolça, Domingo y Ramona, Francisco y Ramona, Bernardo y Floreta, Bertrán y Berenguela.


En realidad la atribución de las siete parejas que trajeron trescientas doncellas para repoblar Valencia, no es más que una leyenda antigua de la que se hizo eco el historiador Pere Antoni Beuter (1490-1554) en su libro "Segunda parte de la Crónica General de España" fechado en 1551, y probablemente representen a los donantes o bienhechores que contribuyeron con sus donativos a la construcción de esta portada, aunque esta aseveración no está demostrada, es ampliamente aceptada. También habría que hacer la salvedad que los nombres que se les atribuyen están entresacados de nombres propios de la época y que se basan en estudios comparativos realizados por el propio Beuter de nombres usados comúnmente en la zona de Lérida y que pudieran responder a las abreviaturas usadas, pero no existe constancia cierta y expresa de sus verdaderos nombres en ningún lugar. Desde el siglo XVI en que los cita Beuter han sido transcritos literalmente hasta hoy día, pero lo que es bien cierto es que, salvo lo que vemos escrito, es lo único que sabemos de sus nombres ni tampoco quienes eran los personajes.

Por su fisonomía (todos distintos) cabría suponer que los rostros fueran verdaderos retratos de los donantes, pero algunos detalles en su caracterización nos lleva a dudar de ello. Así se puede observar que en los rostros de los hombres se alternan un rostro sin barba y un rostro con barba, mientras que las mujeres alternan en sus cabezas tocados y coronas. Las que llevan tocados sobre las cabezas los llevan atados con cintas del mismo dibujo que el tocado. Completa la decoración bajo el tejaroz una estrecha franja con roleos a base de pámpanos de vid y unos rosetones entre las cabezas con una pequeña flor en el centro.

A continuación relacionamos las inscripciones que se pueden leer en la portada con la interpretación de sus nombres y su traducción al castellano:

Inscripción
   
Interpretación
   
Traducción
: EN : P: AM NA
: M : SA MULER
    : EN : P(ERE) : AM NA
: M(ARIA): SA MULER
    Pedro y María su mujer
: EN : G : AM NA:
B : SA MULER
    : EN : G(UILLEM) : AM NA
: B(ERTOMEUA): SA MULER
    Guillem y Bartolomea su mujer
: R : AM NA DO:
LÇA : SA MULER
    : R(AMON): AM NA DO
LÇA : SA MULER
    Ramón y Dolça su mujer
: BETRÁ : AM NA
BERGRA SA MULR
    : BE(R)TRÁ(N) : AM NA
BER(EN)G(UE)RA : SA MUL(E)R
    Bertrán y Berenguela su mujer
: D : AM NA : RA
MONA : SA MUR
    : D(OMÈNEC) : AM NA : RA
MONA : SA MU(LE)R
    Domingo y Ramona su mujer
: F : AM NA RA
MONA : SA MULER
    : F(RANCESC) : AM NA RA
MONA : SA MULER
    Francisco y Ramona su mujer
: BERNA : AM NA
: FLORETA : SA MUL
    : BERNA(T) : AM NA
: FLORETA : SA MUL(ER)
    Bernardo y Floreta su mujer

La puerta de Palau adscrita al románico de inspiración lemosina o leridana, se inscribe en un cuerpo saliente que permite aumentar el grosor del muro. La componen una serie de arcos de medio punto formados principalmente por un arco exterior, que es el guardapolvos, seis arcos o arquivoltas en degradación (abocinadas) y dos arcos internos que apoyan directamente sobre las jambas del muro interior y que enmarcan la puerta de madera. La decoración de los arcos están muy bien trabajados. Las arquivoltas descansan sobre una imposta corrida decorada con filigrana que a su vez se apoya en seis columnas por cada lado. En las columnas destacan sus capiteles decorados con escenas del antiguo testamento, en ellos encontramos hasta un total de veinticuatro escenas, dos por capitel que multiplicados por las doce columnas completan el número de veinticuatro escenas que hemos comentado.

La puerta del Palau de Valencia se ha puesto en relación con otras puertas que podrían haber servido de modelo en su construcción. Una de ellas es la puerta dels fillols de la catedral de Lérida, por lo que se ha querido ver la mano de algún maestro leridano en su elaboración. También se ha comentado la similitud entre esta puerta y la portada de la ermita de san Miguel de Foces en Ibieca (Huesca), la de santa María de Agramunt en Lérida y Nuestra Señora de Salas en Huesca.

Catedral de
Valencia
Catedral de
Lérida
San Miguel
de Foces
Santa María
de Agramunt
Nuestra Señora
de Salas
© A.García Omedes

Nuestra portada se compone como hemos dicho de seis arquivoltas de medio punto abocinadas y decoradas con motivos geométricos y vegetales en menor medida; las arquivoltas están sumamente elaboradas, con molduración variada a base de puntas de diamante, figuras de serafines, ángeles, arquillos, delicados follajes y molduras en zig-zag.

La rosca exterior la compone el guardapolvos con decoración de cordel de perlas realizada a trépano; destaca en la clave de dicho arco la imagen de una máscara diabólica (Leviatán, tomado como sinónimo del mal) a quien dos aves o dragones parece que le estiran de las orejas. De la boca y la cabeza de la máscara sale la decoración antes descrita con una sucesión de hombres trepando, seres fantásticos, animales, aves entremezcladas, todos ellos entre el entrelazado de la filigrana. Este entrelazado de filigrana acaba en las bases del arco en dos nuevas máscaras de similares características que la situada en la clave central. Quiero interpretar que el arco nos cuenta que de la boca y la cabeza del mal sale una maraña que nos envuelve y nos atrapa sin dejarnos salir. Tal vez una clara advertencia al poder del mal.

La primera arquivolta (la más externa y por debajo del guardapolvos) desarrolla su decoración en forma de puntas de diamante o cabezas de clavo, la segunda se decora con dientes de sierra, la tercera en forma de pequeños arcos lobulados, la cuarta repite las cabezas de clavo pero en este caso en una doble línea, la quinta es lisa o moldurada y la sexta o la situada en el arco interno se decora con una sucesión de serafines, querubines y ángeles hasta un total de veinte colocados uno a continuación de otro, a la manera del estilo gótico al que ya se aproxima. Por encima de las cabezas de los ángeles unos pequeños arquillos o castilletes con columnillas enmarcan las figuras de los ángeles. Algunas de estas columnillas se han perdido.

Por debajo de la última arquivolta, dos roscas decorativas descansan sobre el muro de la portada que hace de jambas, la primera de ellas está decorada con roleos con motivos vegetales, mientras que la segunda se decora con una doble fila de cabezas de clavo.

Las arquivoltas descansan sobre una imposta corrida y seis de pares de columnas con capiteles troncocónicos historiados, labrados con escenas del Génesis en su parte izquierda, y del Éxodo en la derecha. La línea de impostas dispone una cenefa con repertorio de filigrana y animales fantásticos. Las columnas apoyan en basas con decoración de oquedades realizadas a trépano, que se levantan sobre plintos y un zócalo corrido de piedra rosácea.

La puerta primitivamente poseía una columna divisoria o parteluz y también unos bancos de piedra a los lados para que los canónigos pudieran subir y bajar cómodamente de sus caballerías. Este parteluz fue retirado por el maestro de obras Vicente Leonart Esteve en 1599 para dar salida a las andas procesionales y permitir el paso del público en momentos de grandes aglomeraciones como fue el caso en que se trajeron a Valencia las reliquias del mártir san Mauro, declarado por cierto, tercer patrón de la ciudad de Valencia. La decoración de este capitel central se cree que narraba el episodio del Diluvio Universal y el Arca de Noé, escena que servía de separación entre ambos grupos de columnas que narraban en un lado el Génesis (antes del diluvio) y el Éxodo (después del diluvio). Este parteluz servía además de sustentación a un doble arco (arcos gemelos) que fue reaprovechado para formar la rosca interna de la portada.

Aunque esta disposición de doble arco no es muy habitual, no es extraña ni mucho menos en el románico hispano. Este tipo de portada con doble arco la podemos encontrar en la iglesia de Santiago del Burgo en Zamora, aunque en este caso en lugar de una columna parteluz, los arcos descansan en un capitel pinjante central. Salvando las lógicas diferencias nos podemos hacer una idea del tipo de portada.

"item pose en data de pagar al mateix Vicent Leonart Steve, pedrapiquer, setenta set lliures sis sous y dos dinés per lo stall de adobar les portes dos dites dels Apóstols y del Palau per haver levat en cada una porta la columnyna y los dos archs ...." Libro de Obras folio 134 de 1599.

Las escenas labradas en los capiteles de la izquierda narran como ya hemos apuntado escenas del Génesis, dos por capitel, mientras que los de la derecha son escenas del Éxodo, también a dos escenas por capitel. Cada escena del capitel está separada por una pequeña columnilla que en ocasiones han desaparecido por el paso de los siglos. Son pues en total veinticuatro escenas todas del Antiguo Testamento. Las escenas se encuentran bajo un gablete con elementos arquitectónicos con formas amuralladas y torres almenadas labradas en piedra. Entre capitel y capitel encontramos máscaras en piedra con gestos monstruosos de cuyas fauces nace filigrana vegetal que corre en paralelo a las columnas. Las escenas de los capiteles son parcas en figuras, algunas narran escenas como luego veremos de gran complejidad iconográfica que evidencian una preparación bíblica algo superior a las escenas a las que estamos acostumbrados a ver en otros templos románicos, incluso norteños.

Capiteles del lado izquierdo
1
Escena 1 EL ESPÍRITU DE DIOS SOBRE LAS AGUAS. El espíritu de Dios en forma de paloma aletea sobre las aguas
Escena 2

LA CREACIÓN DE LOS ESPÍRITUS. La creación del mundo (la luz y los ángeles). Vemos una figura que representa a Dios y frente a él una serie de personajes en actitud orante

2
Escena 1

DISPOSICIÓN DEL ORDEN DE LA NATURALEZA. Una figura de pie que representa a Dios pone orden en el caos ordenando el firmamento en círculos concéntricos

Escena 2

LA CREACIÓN DEL ALMA DE ADÁN. Dios se inclina sobre la tierra para formar a Adán del barro que se encuentra en el suelo. La figura de Adán prácticamente ha desaparecido

3
Escena 1 CREACIÓN DE EVA. Dios saca la costilla de Adán que se encuentra dormido y crea a la mujer
Escena 2

EL PECADO ORIGINAL. Adán y Eva junto al árbol con la serpiente enrollada. Vemos a Eva con los pechos desnudos, la figura de Adán está algo mutilada

4
Escena 1 ADÁN TOMA CONCIENCIA DEL PECADO AL VERSE DESNUDO ANTE DIOS. De esta escena sólo queda la figura de Dios
Escena 2 LA EXPULSIÓN DEL PARAÍSO. Eva llora sobre el hombro de Adán en presencia de Dios
5
Escena 1 EL ÁNGEL GUARDA EL PARAÍSO. Un querubín con cuatro alas y un ángel con espada guardan el paraíso
Escena 2

ADÁN Y EVA SON OBLIGADOS A TRABAJAR. Vemos a Adán con una azada (trabaja en el campo) mientras que Eva tiene en sus manos una rueca para hilar. Ambos están cogidos de la mano

6
Escena 1 EL SACRIFICIO DE ABEL. Dios recibe desde una nube la ofrenda que le hace Abel
Escena 2 EL CRIMEN DE CAÍN. Caín parece degollar a su hermano Abel

Capiteles del lado derecho
7
Escena 1 SEM, CAM Y JAFET MARCHAN A POBLAR EL MUNDO.
Escena 2

SEM CUBRE A SU PADRE NOÉ EMBRIAGADO POR EL VINO. Sem cubre la desnudez de su padre mientras que Jafet con una espada en la mano sujeta a Cam

8
Escena 1

LA ELECCIÓN DE ABRAHAM POR DIOS. Escena casi desaparecida, Abraham de rodillas escucha al ángel de Yahveh

Escena 2 ABRAHAM SE PONE EN MARCHA HACIA BETEL. Vemos a Abraham montado a caballo que se pone en marcha hacia Canaán
9
Escena 1 SACRIFICIO DE ISAAC. Abraham prepara el sacrificio de su hijo Isaac
Escena 2

EL CORDERO DEL SACRIFICIO. Vemos a Abraham con el cuchillo en alto y la mano de Dios que detiene el sacrificio. En primer plano vemos el cordero del sacrificio

10
Escena 1

APARICIÓN DE LOS ÁNGELES A ABRAHAM EN MAMBRÉ. Según el Antiguo Testamento, tres ángeles se presentan ante Abraham en el encinar de Mambré y le prometen que será padre de una numerosa descendencia

Escena 2

BANQUETE QUE OFRECE ABRAHAM A LOS ÁNGELES. Convite que ofreció Abraham a los ángeles enviados de Yahveh y la risa de Sara que no cree que pueda tener hijos debido a su avanzada edad (en el extremo derecho de la mesa)

11
Escena 1 LA ZARZA ARDIENDO. Moisés se descalza pues está pisando suelo sagrado mientras contempla la zarza ardiendo
Escena 2 MOISÉS IMPLORA POR SU PUEBLO. El capitel se encuentra en bastante mal estado, pero se aprecia la figura de Moisés con los brazos abiertos
12
Escena 1

INSTITUCIÓN DE LOS JUECES DE ISRAEL. Vemos a Moisés de pie instruyendo a los jueces (sentados) que se encargarán de regir el destino del pueblo de Israel

Escena 2

ENTREGA DE LAS TABLAS DE LA LEY. Vemos a Moisés que parece llevar un par de cuernos pero que en realidad son dos lenguas de fuego que surgen de su cabeza después de haber estado en presencia de Dios

Hay que mencionar que todos los capiteles se encuentran en bastante mal estado y su interpretación es difícil para ojos no avezados, por lo que para el seguimiento de los mismos hemos seguido la misma interpretación que la propia catedral da de ellos. Además la narración discurre ordenadamente de izquierda a derecha: Génesis y Éxodo, pero el capitel que narra el sacrificio de Isaac debería ir detrás del capitel de la aparición de los ángeles en Mambré y aquí el orden está alterado. No sabemos el motivo de este error.

Por encima de los capiteles corre una larga imposta que discurre desde un lado a otro de la portada, pasando por encima de los capiteles y el arco ornamental de la puerta. Este friso se encuentra decorado con un cordón de perlas entrelazado entre los que sobresalen figurillas que se encuentran como prisioneras del cordón. Algo bastante repetido en la decoración de esta portada.

Las hojas de la puerta son de madera de pino y no son las originales. Si son originales los 411 clavos que tiene la puerta, 201 en la hoja de la izquierda y 210 en la hoja de la derecha, así como los herrajes y aldabas que tiene, aunque de estas hay constancia de que han tenido que ser repuestas por haber sido robadas en alguna ocasión. El ventanuco que abre al exterior fue abierto en el siglo XIX para el control del sacristán que pasaba la noche en el interior de la catedral. La puerta dispone de dos aldabas situadas en alto que eran usadas por aquellas personas que usaban cabalgaduras, las dos más pequeñas que eran usadas a nivel de calle en la actualidad han desaparecido y sólo quedan las marcas de su ubicación.

En este lado de la fachada podemos observar una curiosa gárgola, en la parte superior derecha, donde se ve a una mujer que sostiene sus dos grandes pechos.

El cimborrio

De estilo gótico florido, siglos XIV y XV, se eleva en una altura de 40 metros. El cimborrio está formado por un prisma octogonal de dos cuerpos superpuestos, con ocho ventanales de fina tracería calada en cada cuerpo. El primer cuerpo o parte baja es de autor desconocido, del siglo XIV, mientras que el segundo cuerpo o parte alta se atribuye su construcción a Martí Llobet en el siglo XV, sobre el 1430, ya que este era el maestro de obras de la catedral en el momento de su erección. En total dispone de 16 ventanas de arcos ojivales.

    Galería fotográfica del cimborrio  

Aunque no se conoce la fecha ni el autor de la construcción del primer cuerpo del cimborrio, si que sabemos que en tiempos del obispo Vidal de Blanes (1356-1369) este ya existía, por lo que aventuramos que para 1369 el primer cuerpo ya estaba construido.

La función del cimborrio es dotar de luz natural al espacio más sagrado de la catedral. El interés de este magnífico cimborrio versa precisamente en la enorme cantidad de luz que deja pasar, ya que su armazón de piedra está reducido al mínimo dándole un aspecto de ligereza constructiva muy difícil de lograr desde el punto de vista arquitectónico. Las ventanas en la actualidad van cerradas con piedra traslúcida de alabastro. Originalmente las ventanas se cerraban con vidrieras policromadas.

El cimborrio descansa en cuatro trompas cónicas hoy en día simuladas como pechinas y se cierra con una bóveda de crucería compuesta por ocho nervios y plementería de ladrillo. A ambos lados, en el eje que forma la nave del transepto podemos ver, en el interior de un tondo laureado las imágenes del Sol y la Luna ocultando parcialmente el arco ojival de la antigua fábrica gótica.

La ausencia de contrafuertes y lo calado de sus muros, permiten considerar como un prodigio tanto su construcción como su permanencia. Tiene una altura total de 40 metros; el segundo cuerpo de 10,56 metros.

En las pechinas, bajo las trompas del cimborrio figuran los cuatro evangelistas acompañados por los atributos que los identifican: san Lucas con el toro, obra de José Puchol, san Juan con el águila obra de José Puchol, san Mateo con el ángel, obra de José Esteve y san Marcos con el león, de Francisco Sanchis. Se tratan de esculturas de estuco del siglo XVIII.

En el plano del padre Tosca elaborado en 1704 se aprecia una especie de torrecilla en la parte superior del cimborrio, era el conocido como cimboriet y servía para sustentar una pequeña campana. En 1729 esta estructura fue desmontada y en la actualidad la campana se sustenta por un pequeño castillete de hierro. La actual campana fue fundida en 1805 y ya no se utiliza, es conocida con el nombre de cimboriet en recuerdo de su antigua estructura.

Hasta el siglo XVII, la bóveda interior del cimborrio disponía de un complicado juego de poleas y cuerdas que permitía el movimiento alado y la subida y bajada de personajes (principalmente niños) que escenificaban escenas celestes en las representaciones teatrales (autos sacramentales) que se hacían en el interior de los templos. Además en la base de los ventanales del primer piso, se pueden ver unas pequeñas aberturas que eran utilizadas para situar en ellas a niños cantores que acompañaban las escenificaciones teatrales con sus cantos sagrados.

Capilla del Santo Cáliz (antigua sala capitular y cátedra de teología)

Se trataba de la sala destinada a la celebración de reuniones del capitulo de la catedral, recibiendo por ello el nombre de sala capitular. Su construcción se atribuye a Andrés Julíá maestro de obras de la catedral en ese momento. Originariamente era un edificio exento que sería unido al conjunto de la catedral en el siglo XV. El emplazamiento de esta sala capitular se encontraba sobre la plaza conocida entonces de les gallines (las gallinas), pues esta plaza se dedicaba al comercio de esta ave.

Fue mandada construir por el obispo Vidal de Blanes que rigió la diócesis valentina de 1356 a 1369, y en un principio fue destinada a cátedra de teología. Además sería usada para enterramiento de prelados y canónigos. En el subsuelo de esta sala se puede encontrar la cripta de enterramiento, aunque a día de hoy la misma se encuentra cegada. La sala sería usada también como estancia para celebrar las juntas capitulares (de donde toma su nombre de Sala Capitular) y en ocasiones, para reunirse y celebrar Cortes del Reino de Valencia.

Más tarde recibió el nombre de capilla del Cristo de la Buena Muerte, pero en 1916 se decidió el traslado del Santo Cáliz desde la sala de las reliquias a esta capilla, de donde tomó su actual y definitivo nombre de capilla del Santo Cáliz.

De planta cuadrada, está cubierta por una elevada bóveda de crucería nervada de ocho nervios y veinticuatro terceletes que forman una estrella de ocho puntas que descansan sobre ocho ménsulas policromadas con ángeles y santos. En las claves de la bóveda están los doce apóstoles y, en la clave central, la coronación de la Virgen en el cielo después de la Asunción, misterio titular de esta catedral. La clave central también está policromada. La planta del sagrado recinto es un cuadrado de trece metros por lado y una altura total de dieciséis metros, con paredes lisas de piedra oscura labrada y tres ventanales con vidrieras policromadas.

Ya en el interior de la capilla destaca el retablo gótico que enmarca la copa sagrada, realizado en alabastro entre 1441 y 1446 que preside la sala y que no es, sino el excepcional trascoro de la catedral que se colocó en esta capilla el 17 de julio de 1777, al ser sustituido este por otro neoclásico hoy desaparecido. Era la puerta central del trascoro por la que entraban procesionalmente los beneficiados, canónigos y obispos siguiendo el ceremonial de la catedral. Obra realizada por Antoni Dalmau (maestro de obras de la catedral por esta época) y el florentino Julià lo Florentí, también conocido como Julià Nofre y Giuliano di Nofri di Romolo (* Florencia ca. 1397 † Florencia 1458) que realizó los doce paneles con relieves entre 1418 y 1424. Además con Antoni Dalmau intervinieron los canteros Juan de Sagrera, Juan de Segorbe y Arnaldo de Bruselas.

En la parte superior del arco central del retablo podemos encontrar las imágenes góticas policromadas de la Virgen con el Niño (centro) flanqueada por santa Elena o santa Isabel de Portugal (izquierda) y al otro lado por san Luis de Francia (derecha). Estas imágenes son añadidos posteriores a la mazonería original del retablo.

En este marco destacan los doce paneles con relieves del florentino Julià lo Florentí, de nombre real Giuliano di Nofri di Romolo, que son una de las primeras obras del renacimiento en España. Giuliano di Nofri había llegado a Valencia en 1417 procedente de Florencia escapando de la peste que asolaba la ciudad y buscando nuevas perspectivas en su trabajo de escultor. Giuliano di Nofri nacido en Florencia hacia 1397 trabajó también años después en la catedral de Barcelona y en Italia. En ocasiones estos doce relieves han sido atribuidos a Giovanni da Poggibonsi, discípulo del italiano Ghiberti, pero según avanzaba el tiempo tal consideración ha ido perdiendo fuerza en favor de Julà Nofre.

El programa iconográfico de los relieves es una narración que cuenta la historia de la salvación. Las escenas inferiores corresponden al Antiguo Testamento, mientras que las superiores corresponden al Nuevo Testamento. De los doce relieves, seis están tallados personalmente por Julià, mientras que los seis restantes están tallados por colaboradores del florentino.

En cuanto a los relieves en el lado izquierdo y a su vez de izquierda a derecha podemos contemplar en el relieve inferior: Moisés levanta sobre un mástil la serpiente de bronce en el desierto y en el relieve superior Jesús es levantado en la cruz.

Le sigue en la parte inferior Sansón arranca las puertas de la ciudad de Gaza y las sube a la cumbre del monte que se encuentra frente a Hebrón y en la superior Jesús desciende a los infiernos pisando las puertas del mismo. En la escena de Sansón se supone que la ciudad de Gaza es una representación de la ciudad de Génova que por entonces era rival comercial de Valencia.

Continuamos en la parte inferior con el profeta Jonás, devuelto vivo a la playa desde el interior del vientre de una ballena después de permanecer en ella tres días y en la superior Jesús resucita del sepulcro al tercer día y sube a los Cielos. En la escena de Jonás, la ciudad bíblica de Nínive que aparece en el panel se cree pueda tratarse de la ciudad de Split en Croacia. A destacar en el mismo panel, el navío de época. La escena de la resurrección de Cristo está dañada y faltan algunos elementos de la composición.

En el lado derecho, de izquierda a derecha y manteniendo la misma lógica inferior y superior: Elías es arrebatado por un carro de fuego y llevado al cielo en presencia del profeta Eliseo y en el panel superior Jesús asciende a los cielos. En la escena de la Ascensión de Cristo hay una incoherencia, en un nivel inferior se encuentran la Virgen y los doce apóstoles, cuando en el momento de la Ascensión de Cristo a los cielos, el apóstol Judas Iscariote había muerto y el puesto se encontraba vacante (eran once apóstoles en ese momento), este sería ocupado por el apóstol Matías pero ya después de la escena representada. Se cree que el único personaje que mira al frente es un autorretrato del propio escultor. Todos los apóstoles incluida la Virgen miran a los cielos, excepto el supuesto autorretrato. Esta puede ser la explicación que en el panel se contabilicen doce apóstoles, como una licencia del escultor.

Los siguientes paneles, en el nivel inferior, Moisés recibe las tablas de la ley en el Sinaí y María con los apóstoles reciben el Espíritu Santo en Pentecostés, en el panel superior. En la tabla de Moisés se representan tres escenas, arriba a la izquierda Moisés recibe las tablas, abajo a la derecha Josué espera a Moisés a que baje de la montaña y abajo a la izquierda Moisés enseña al pueblo judío el contenido de la Ley. En la escena de la Venida del Espíritu Santo, en el basamento del asiento de la Virgen se puede leer la firma del escultor: G U L I A N.

Por último, en los paneles extremos de este lado, Salomón sienta a su madre Betsabé en un trono y en el panel superior Jesús recibe y corona a su Madre en el cielo. En la escena de la coronación de la Virgen destacan en el fondo un grupo de ángeles músicos, alguno de ellos tocan los instrumentos a través de una ventana.

Jesús es
levantado
en la cruz
Jesús desciende al
infierno pisando las
puertas del mismo
Jesús resucita del
sepulcro al tercer día
y sube a los Cielos
Jesús asciende a
los cielos
María y los apóstoles
reciben el Espíritu
Santo en Pentecostés
Jesús recibe y
corona a su Madre
en el cielo
Moisés levanta la
serpiente de bronce
en el desierto
Sansón arranca las
puertas de la ciudad
de Gaza
Jonás es devuelto vivo
del interior de una
ballena a los tres días
Elías es arrebatado
por un carro de fuego
Moisés recibe las
tablas de la ley
en el Sinaí
Salomón sienta a su
madre Betsabé en
un trono
Fotografías paneles trascoro: Revista catedral © Fotógrafo: Carlos Martínez

Como hemos podido observar las imágenes de la parte inferior con las de la parte superior se corresponden con las profecías del Antiguo Testamento que luego se harían realidad en el Nuevo Testamento. Se ha dicho también que las escenas inferiores glosadas en el Antiguo Testamento sirven de apoyo y sustentan las escenas superiores del Nuevo Testamento.

Se da la circunstancia que estos relieves no se trasladaron en 1744 a la sala capitular junto con el viejo trascoro gótico, sino que permanecieron en el nuevo trascoro neoclásico del siglo XVIII y no sería hasta 1943 cuando finalizada la guerra civil y desmontado este elemento, los relieves fueron restituidos a su lugar primigenio tal y como hoy los podemos observar. Hasta ese momento el lugar que hoy ocupan los relieves estaban ocupados por distintas tablas pictóricas de las muchas que poseía la catedral.

Flanqueando los relieves encontramos hasta dieciséis pequeñas esculturas distribuidas en dos niveles. En el nivel superior y comenzando de izquierda a derecha: san Lorenzo, san Sixto II papa, Santiago el Menor, san Simón, san Mateo, san Pablo, san Valero y san Vicente Mártir. En el nivel inferior y de izquierda a derecha: santo Tomás, san Felipe, Santiago el Mayor, san Pedro, san Andrés, san Juan, san Bartolomé y san Judas Tadeo.

Fotografías esculturas retablo capilla del Santo Cáliz
San Lorenzo
San Sixto
Santiago
Menor
San Simón
San Mateo
San Pablo
San Valero
San Vicente
Mártir
Santo Tomás
San Felipe
Santiago
Mayor
San Pedro
San Andrés
San Juan
San Barto-
lomé
San Judas
Tadeo

En el hueco que queda en la clave del arco central (neto del arco) encontramos la figura de un ángel con una cartela que dice: Aula Dei (Sala o Palacio de Dios). Las arquivoltas se decoran con figurillas de ángeles músicos; estas apoyan en pequeñas columnas con capiteles decorados, el capitel exterior izquierdo con una figura de un ángel con una cartela que dice: Domus Dei (casa de Dios) mientras que su correspondiente de la derecha lleva una cartela que dice: coeli porta (puerta del cielo).

En el suelo, frente al retablo, podemos encontrar la tumba del arzobispo de la diócesis valentina Valeriano Menéndez Conde Álvarez (1914-1916).

El tesoro más importante que alberga esta sala, y de donde recibe su nombre, es sin duda alguna, el Santo Cáliz, donado o mejor dicho entregado por el rey Alfonso el Magnánimo en pago de las deudas contraídas con el cabildo catedralicio. El Santo Cáliz fue trasladado a esta sala el 6 de enero de 1916, ya que hasta esta fecha la reliquia no estaba expuesta al culto, encontrándose guardada en la sala de reliquias de la catedral.

Hasta 1744 el vaso sagrado era usado con regularidad, pero en esta fecha se le cayó a un religioso al suelo y este se rompió, por lo que a partir de esta fecha se decidió que el Cáliz no fuera usado para culto alguno (solo es usado en contadas ocasiones). El vaso hubo de ser reparado y hoy se puede apreciar el lugar por donde se rompió. De este hecho y de la reparación se levantó en su época la correspondiente acta notarial.

El amplio arco central del grandioso retablo sirve de marco a la más valiosa reliquia que posee la catedral de Valencia, el Santo Cáliz que protegido por artístico fanal, descansa sobre una ménsula y afiligranado templete gótico.

La sagrada joya esta formada por un vaso o copa de piedra, de ágata oriental o calcedonia veteada, de la variedad llamada cornalina, de color rojo oscuro. Su diámetro es aproximadamente de diez centímetros y su altura de siete. La superficie exterior e interior es lisa. La base es pequeña, de forma circular y está datada en el siglo I d. C. El pie de la copa está constituido por una naveta en posición invertida, también de calcedonia, muy traslucida, ribeteada en oro. La unión entre el pie y la copa la forman un vástago prismático de oro, trabajado con primorosa decoración, así como las dos asas. La montura, de fina orfebrería, está engarzada con valiosas perlas y esmeraldas. Tanto el pie como las asas, fueron montadas en tiempos medievales casi con toda certeza en el monasterio de san Juan de la Peña.

La historia de la sagrada reliquia menciona en una de sus versiones que, a la muerte de Jesús, el Santo Cáliz donde Cristo había instituido la eucaristía fue guardada por san Pedro y llevada a Roma donde se le dio culto. Pero debido a las frecuentes persecuciones sufridas por los cristianos, el papa Sixto II entregó la preciada reliquia a san Lorenzo, su diácono, el cual hizo trasladar el cáliz a Huesca, su patria. Allí estuvo el santo Cáliz hasta el año 712, en que los cristianos, huyendo de los musulmanes, se refugiaron en los Pirineos y finalmente el Santo Cáliz recaló en el monasterio de san Juan de la Peña (Huesca).

De allí, según citan los historiadores, pasó a Zaragoza, al palacio real de la Alfajería, ya que el rey de Aragón Martín I el Humano solicitó en 1399 la entrega de la reliquia. El rey agradecido entregó a cambio a los monjes de san Juan de la Peña otro cáliz de oro. Dicen que el rey había manifestado reiteradamente deseos vehementes de poseer la sagrada reliquia.

Formando parte de los tesoros y reliquias de la capilla real, estuvo el Santo Cáliz en poder de los monarcas de la Corona de Aragón, hasta que en el año 1437, el rey Alfonso el Magnánimo, que había traído a Valencia las reliquias para la capilla de su palacio en el Real, habiéndose de ausentar del Reino de Valencia, las entregó en pago de sus deudas a la catedral, donde el Santo Cáliz fue venerado, junto a las demás reliquias, hasta que fue instalado en 1916, en la antigua aula capitular donde hoy se venera.

Actualmente, además del Santo Cáliz, en la capilla se guardan algunas piezas de interés histórico y artístico. En la pared principal el bellísimo retablo frontal, filigrana tallada en piedra que alberga el Santo Cáliz. La bancada de piedra que circunda el recinto y que sirvieron de asientos en la antigua aula de estudios que era esta sala capitular. En el muro de la derecha el magnifico púlpito gótico de piedra , desde el cual san Vicente Ferrer explicaba su cátedra de teología. A su derecha el cuadro La adoración de los reyes de Nicolás Delli, apodado el Florentino (* Florencia 1413 † Valencia 1470). Se trata de una pintura al fresco, restaurada y pasada a lienzo, que realizó el pintor en 1469 para demostrar su pericia pictórica ya que había sido encargado por el cabildo catedralicio para restaurar los frescos de la capilla mayor que habían sido dañados en un incendio. Nicolás Delli cayó enfermo antes de terminar el cuadro y el mismo quedó inacabado.

Frente al altar mayor, a mayor altura, se hallan colgados dos grandes trozos de gruesas cadenas (uno de los trozos con 59 eslabones, mientras que el segundo tiene 70 eslabones) y algunos elementos de abordaje. Son las que antaño cerraban el puerto de Marsella, base naval de la casa de Anjou, rival del rey aragonés Alfonso V el Magnánimo. El 19 de noviembre de 1423 el almirante de la corona de Aragón, Romeu de Corbera († Valencia 1445), al frente de sus naves atacó y saqueó la ciudad francesa. Los trofeos fueron traídos a Valencia y donados en 1424 por el propio rey a la catedral quedando expuestas en la capilla mayor hasta el año 1779 en que son trasladadas al aula capitular. Junto con las cadenas del puerto fueron traídas, robadas o sustraídas según versiones los restos mortales de san Luis de Tolosa que desde entonces ocupan una de las capillas de esta catedral.

Los elementos de abordaje que podemos ver son "una férrea barra recubierta de madera con una enorme punta en forma de lanceta y dos bolas de hierro sujetas con cadenas para servir de lastre". Este artilugio servía para romper las cadenas que cerraban los puertos antiguamente para evitar la entrada y salida de naves sin permiso.

Junto a las cadenas podemos encontrar en el muro, el sarcófago con restos de policromía del obispo Vidal de Blanes que ordenó construir esta capilla. La historia del sarcófago es harto curiosa, en primer lugar hay que decir que el mismo no es tal, se trata de un bloque de piedra monolítico por lo que nunca pudo contener los restos del prelado, su efigie sobre el sepulcro y su escudo de armas si que figuran en las paredes del mismo, por lo que más podemos considerarlo un cenotafio que un sarcófago. Este fue retirado de la sala capitular en el siglo XVIII al ser montado el trascoro en el muro frontal. El sarcófago fue enterrado y en 1960 en unas obras realizadas bajo el actual museo catedralicio reapareció el sarcófago siendo colocado entonces en el pasillo de acceso a la capilla del Santo Cáliz. En febrero de 2014 el sarcófago ha sido vuelto a colocar en la capilla del Santo Cáliz donde permanece y de donde no debió salir. Las dos ménsulas que sustentan el sarcófago-cenotafio representan a sendos profetas y no guardan relación con el mismo. Los restos mortales del obispo Vidal de Blanes descansan según se cree en la cripta de esta capilla desde el mismo momento de su fallecimiento. En la piedra del sarcófago se pueden ver repetidamente las armas del obispo: una cruz de plata en campo de gules (rojo) con restos de policromía original. Sobre la tapa del sarcófago estatua del obispo en posición yacente con mitra y báculo.

También en la sala podemos encontrar una sarga (tipo de pintura sobre tela) de hacia 1800, obra de Vicente López Portaña, representando a san Juan de Ribera expulsando a los moriscos y una gigantesca pintura sobre tabla de autor anónimo, del siglo XV, representando a san Cristóbal.

Frente al muro donde se encuentra el púlpito una puerta gótica, bellamente tallada, conduce al interesante museo de la catedral (antiguamente en este lugar se hallaba la librería). En el museo de la catedral hay interesantes y espléndidas obras de arte de Joan de Juanes, Jacomart, Osona, Castellanu, Correggio, Orrente, Espinosa, Vicente López, Camarón, y Francisco de Goya. Esta puerta de acceso al museo es una portada de pequeñas dimensiones, formada por un arco mixtilíneo encuadrado por una moldura dispuesta a modo de alfiz, en cuyas enjutas se aloja una Anunciación en alabastro, obra del alemán Johan de Kassel realizada en 1497. Esta puerta en su época daba acceso a la sacristía de la sala capitular y como hemos comentado hoy da paso al museo catedralicio.

Junto a la puerta de entrada/salida de la capilla encontramos adosada al muro de la pared una artística lápida conmemorativa en mármol blanco que con letras doradas dice: Aula Capitular antiga / restaurada per la / munificencia i devocio / de la excma. diputacio / provincial al sant caliç / de jesucristo en l'any / del senyor MCMLXXVIII.

La capilla mayor

Hacia 1670 el arzobispo de Valencia, Luis Alfonso de los Cameros decidió renovar la capilla mayor y encarga a Juan Pérez Castiel las obras de renovación de la capilla mayor. Estas comienzan el 12 de junio de 1674 y finalizan el 28 de mayo de 1682.

Es en la capilla mayor, donde la belleza de las formas y los vivos colores del retablo renacentista contrasta con la lujosa ornamentación barroca realizada entre 1674 y 1682 por el arquitecto Juan Pérez Castiel. La bóveda gótica de planta poligonal y cinco ventanales apuntados, se encuentra recubierta con una nueva bóveda y sus nervios recubiertos con una superposición de relieves vegetales entrelazados con amorcillos. Los ventanales góticos se adintelan y se decoran. Entre finales del siglo XIX y principios del XX José Aixa Iñigo realizaría las actuales cinco vidrieras que cierran estos ventanales.

Las paredes se llenan de lunetos, superposición de adornos, imágenes, pilastras, columnas salomónicas, modillones, cartelas, pechinas, frontones partidos, guirnaldas, ángeles dorados, jaspes etc. La riqueza de los mármoles y dorados, la suntuosidad de las formas y la profusa decoración recuerda en algunos casos el estilo rococó, tal es la decoración del ábside y su bóveda. Una capilla mayor de estilo gótico encapsulada por un recubrimiento barroco

Los cuatro arcos que permitían la comunicación entre la girola y el presbiterio están cegados y en ellos se abren cuatro puertas, dos de ellas practicables que comunican el presbiterio con el arranque de la girola, las otras dos interiores, están ocupadas por los tubos del actual órgano de música. Estas puertas están formadas por dos cuerpos; en el inferior se encuentra la puerta adintelada con columnas salomónicas en sus jambas y frontón partido curvo en el dintel. El cuerpo superior lo ocupan cuatro paneles con relieves de mármol importados de Génova, con escenas del martirio de san Vicente Mártir, san Francisco de Borja adorando la eucaristía, san Pascual Bailón adorando la eucaristía y martirio de los santos alcireños, los hermanos Bernardo, María y Gracia, y se deben al cincel del genovés Gabriel Solavo en 1687. Flanqueando los paneles encontramos cuatro parejas de niños-ángeles portando atributos de carácter mariano sacadas de las letanías lauretanas: El Sol, la Luna, el Espejo, el Templo, la Torre, el Ciprés, la Urna y una Palma.

Las estatuas, de madera dorada, que coronan el suntuoso cornisamiento con modillones, cartelas y óvalos que rematan el ábside, corresponden a san Vicente Ferrer, san Pedro Pascual, san Luis Bertrán, san Francisco de Borja, san Lorenzo y san Vicente Mártir, son tallas de Tomás Sánchez Artigues, doradas por Gaspar Asensi.

Junto con Pérez Castiel trabajaron en la reforma del presbiterio Diego Martínez Ponce de Urrana (que construiría la basílica de la Virgen de los Desamparados), Pablo Pontons (* 1640 † 1691) pintor valenciano discípulo de Pedro Orrente y Francisco Campos como dorador.


En junio de 2004 fueron encontradas por azar, cubiertas por la bóveda de Juan Pérez Castiel, unas pinturas de increíble belleza realizadas entre 1472 y 1483, fecha ésta última en que Paolo de san Leocadio firma la finalización del contrato de la obra. Las pinturas representan a doce ángeles tocando instrumentos musicales, que destacan sobre un intenso fondo azul. Son obra de los italianos Francesco Pagano y Paolo de San Leocadio. Los frescos se encontraban cubiertos por la falsa bóveda en una cámara de aire de 80 centímetros de ancho.

Según los archivos catedralicios, el 21 de mayo de 1469 un incendio fortuito destruyó parte del ábside de la catedral, por lo que en 1474 el entonces obispo-cardenal de Valencia Rodrigo de Borja y futuro papa Alejandro VI ordenó a ambos pintores que realizaran las pinturas al fresco que ahora tenemos el placer de observar. Junto con Paolo de San Leocadio y Francesco Pagano vino otro pintor de nombre Riquart, del que se sabe que era un experto en la pintura al fresco, pero del que no se tiene más información.

Los frescos venían a sustituir a la decoración pictórica mural que se quemó y que habían sido realizadas en 1432 por el pintor Miguel Alcañiz activo en Valencia durante la primera mitad del siglo XV. Las pinturas conocidas como de los ángeles músicos corresponden al periodo llamado primer renacimiento español. Las capitulaciones establecidas entre el cabildo de la catedral y los pintores establecían que los frescos deberían representar a "un trono de serafines de oro fino con ángeles en los entrepaños y con las crucerías pintadas con motivos florales y frutas." Estos rodearían la clave de la bóveda donde debía ir la figura de la Virgen en sustitución de la que había tallado Joan Sanou.

Los ángeles tocan los siguientes instrumentos: una pandereta, una trompeta, la cítara, un organillo, el dulcimer, el laud, la viola de arco, el arpa, la vihuela, la dulzaina, la flauta doble y otro segundo ángel otra trompeta.



La bóveda de Pérez Castiel fue desmontada y las pinturas restauradas. Después de un largo periodo de deliberaciones sobre la conveniencia de volver a montar la bóveda y tapar nuevamente las pinturas o dejarlas al descubierto, se ha optado por dejarlas al descubierto, tal y como estuvieron antes de la reforma efectuada por Pérez Castiel en el siglo XVII. Por tanto en la actualidad nos encontramos con una capilla mayor de estilo gótico, encapsulada por una decoración barroca a excepción de la bóveda que cuenta con pinturas al fresco renacentistas. Más fotos de los ángeles músicos

Sobre la clave del arco de triunfo de la capilla mayor, podemos observar el anagrama de la Virgen María sostenido por dos ángeles sentados en el extradós del arco.

El actual retablo mayor de la catedral de Valencia, se encuadra en el conjunto de lo que suele denominar retablo con puertas, y que consiste en un retablo resguardado dentro de un armazón o armario que lo protege. En nuestro caso en el interior del armario solo se cobija la imagen de la Virgen por haber desaparecido el retablo.

Las primeras noticias que tenemos de un retablo en el altar mayor de la catedral de Valencia, hacen referencia a un retablo de plata de estilo gótico, realizado entre 1367 y 1391 por los orfebres Pere Bernés y Bartomeu Coscolla (* Valencia ca. 1350 † Valencia ca. 1430). Este retablo quedó destruido en el incendio de 1469 al que ya hemos hecho referencia. No conocemos su distribución pero seguramente en el centro se encontraría la imagen de la Virgen a la que está dedicada la catedral.

Para sustituir al que había quedado destruido; entre 1489 y 1507 se realizó un nuevo retablo en plata realizado por el orfebre Bernabo Thadeo Piero da Pone (* Pisa, Italia) ya con un corte renacentista. Fue ayudado en su trabajo por los también orfebres Agustín Nicós (alemán) y los valencianos Juan Nadal Davo, Francisco Cetina y Jaume Castellnou Este nuevo retablo renacentista de plata, fue llevado a Alicante ante el avance francés a la ciudad y trasladado en 1812 a Mallorca donde sería fundido para acuñar moneda en la guerra contra Napoleón.

Para albergar este nuevo retablo de plata se construyó un gran armario en cuyo interior se guardaba. Lo normal es que las puertas del armario permanecieran cerradas y solo en grandes ocasiones litúrgicas se abrían y se mostraba al público el retablo de plata. Este se dividía en tres pisos y tres calles con un total de ocho paneles; y en el centro la imagen de la Virgen. Los paneles de plata hacían referencia a episodios de la vida de María: la Natividad, la Adoración de los pastores, la Ascensión, la Visitación, Pentecostés, La Anunciación y la Purificación.

En el tiempo que transcurre entre uno y otro retablo, se colocó de manera provisional un retablo en madera, del cual solo nos queda una tabla en el Museo de la catedral representando una escena del Transito de la Virgen.

En 1867 se volvió a realizar un nuevo retablo pero esta vez de cobre dorado. Realizado en un estilo neogótico fue destruido en el asalto e incendio de la catedral el 21 de julio de 1936 a comienzos de la guerra civil española. Las trazas de este retablo eran del arquitecto Ramón María Ximénez Cros, el modelista Francini y el fundido y cincelado fue realizado por el platero Leandro García. En el centro de este retablo se colocó una imagen conocida como la Virgen de Porta-Coeli, llamada así por haber sido tallada con destino a esta Cartuja, por Ignacio Vergara en el siglo XVIII. Desde 1874 esta imagen es la titular de la capilla mayor.

La Virgen de Portacoeli (puerta del cielo) es obra realizada en 1775 por Ignacio Vergara en madera policromada. La virgen se encuentra de pie, coronada, cubre su cabeza con un velo en señal de recato y se cubre con un manto azul. Lleva en sus brazos a Jesús Niño y ambos acarician la esfera del mundo con la cruz. A los pies de la Virgen dos ángeles, uno de ellos lleva una filacteria con un texto alusivo a la Cartuja de Portacoeli y el otro lleva un tallo de azucenas. Uno de los ángeles ha sido repuesto modernamente.

Finalizada la guerra civil se optó por no realizar más retablos y se colocó en el interior del armario al que hemos hecho referencia la imagen de la Virgen de Portacoeli que era lo único que se salvó del asalto a la catedral. Así la Virgen de Portacoeli se encuentra sobre un pequeño pedestal sobre un fondo de tela de color blanco. Anteriormente esta tela era de color rojo con bandas negras, por lo que es fácil ver imágenes de la Virgen con ese fondo.

Las grandes puertas que cierran el armario, ocupan una superficie de 75 metros cuadrados, están pintadas al óleo y al temple y son tan notables, que Felipe II, al verlas, dijo refiriéndose al retablo: "es de plata, pero las puertas son de oro". Las puertas del retablo del altar fueron pintadas por Fernando Yáñez de la Almedina y por Fernando de los Llanos, de quienes se dicen fueron colaboradores de Leonardo da Vinci y trajeron de Italia el estilo renacentista que habría de llegar al resto de la península a través de Valencia. Ambos son conocidos como los Hernandos. La obra fue contratada en 1507 y para el año 1510 ya estaba terminada.

Fernando Yáñez nació hacia 1450 en la Almedina provincia de Ciudad Real, mientras que Fernando de los Llanos nació en Santa María de los Llanos en la provincia de Cuenca. Trabajaron juntos en las pinturas de la catedral y a la finalización de los trabajos cada uno de ellos siguió por caminos diferentes.

Son en total seis tablas dobles, es decir pintadas por ambos lados, lo que hace un total de doce pinturas, de 1,94 metros x 2,27 metros cada tabla.

Las pinturas de la parte exterior de las puertas son:

Natividad de Jesús y Adoración de los pastores
Ascensión del Señor
Adoración de los Magos
Pentecostés
Resurrección de Jesucristo
Dormición y Asunción de la Virgen María.

Las pinturas de la puerta interior son:

Abrazo de san Joaquín y santa Ana ante la puerta dorada
Visitación de la Madre de Dios a santa Isabel
Natividad de María
Presentación del Niño Jesús en el Templo
Presentación de la Virgen María en el Templo
Descanso en la huida a Egipto.

Las pinturas atribuidas a Yáñez de la Almedina son: el abrazo ante la puerta dorada, la presentación de la Virgen, la Visitación, la Dormición, la Natividad de Jesús y la Purificación. El resto se atribuyen a Llanos a excepción de la Ascensión que se cree que trabajaron los dos en ella.

En el ático del armario-retablo podemos ver escrito en el interior de un ovalo la leyenda Mariae Virgini dicatum que traducido quiere decir "dedicado a la Virgen María".

Coro El coro es un conjunto de estalos (asientos del coro de las iglesias) donde se sentaba la clerecía de la catedral en los oficios divinos, en las celebraciones y en las reuniones que la liturgia obligaba. Era por tanto un lugar especial en el desarrollo de los oficios y debía revestir gran brillantez.

El primer coro del que se tiene noticias en la catedral data de hacia 1380 sin que sepamos apenas nada de él. El 24 de Octubre de 1384 el canónigo de la catedral y hombre principal de la ciudad Pere Dorriols (D'Orriols) establece un acuerdo con el cabildo catedralicio para la realización de un nuevo coro que será realizado entre 1384 y 1395 en madera de nogal y naranjo por los entalladores mallorquines Bernat Tosquella y su hijo Francesc Tosquella. A cambio se le permitiría ser enterrado en el interior del coro en sitio principal. Este coro se componía de dos hileras de sillas en dos niveles ocupando los laterales del espacio coral, cerrándose el espacio de atrás por un trascoro en piedra en el cual se abría una puerta central. Este trascoro fue realizado por el maestro de obras de la catedral Joan Franch entre 1382 y 1392. El conjunto del coro ocupaba los dos tramos de la nave central más próximos al presbiterio. Por la parte delantera el coro se cerraba por una reja y una puerta.

No debió gustar mucho este trascoro ya que el 21 de junio de 1415 se contrata con el escultor Jaume Esteve (Jacme Stheve) natural de Xátiva, Valencia, un nuevo trascoro en alabastro, pero a su finalización en 1424 este tampoco gustó y entre 1441 y 1446 Antoni Dalmau esculpiría un nuevo trascoro en alabastro que como hemos comentado preside actualmente la capilla del Santo Cáliz. Los relieves de Julià lo Florentí tallados para el viejo trascoro de Esteve se montaron en este nuevo trascoro de Dalmau.

Entre 1594 y 1604 el canónigo de la catedral Miguel Tomás Gómez Miedes encarga una nueva sillería de madera al carpintero Domingo Fernández Ayarza ya que la sillería de los Tosquella se encontraba muy deteriorada.

En 1777 el trascoro de Antoni Dalmau sería trasladado a la actual capilla del Santo Cáliz y en su lugar se construyó uno nuevo en estilo neoclásico al gusto de la época, reaprovechando nuevamente los relieves de Julià lo Florenti que se conservaron en este trascoro neoclásico.

Después de guerra civil, hacia 1943, el arquitecto Vicente Traver Tomás colocó al fondo de la capilla mayor lo que restaba de la sillería del coro realizado entre 1594 y 1604 en madera de boj y nogal. Sus autores fueron el tallista Domingo Fernández Ayarza y los milaneses Francisco María Longo, Juan Tormo y Jácome Antonio Como. Fue así como la sillería del coro paso a ocupar su actual espacio en el presbiterio. Originalmente constaba de 155 sitiales en dos alturas.

Vicente Traver Tomás dispuso además el altar mayor en el centro del crucero. Al retirarse el coro de la nave central, el trascoro neoclásico de mármoles y jaspes fue reutilizado por el arquitecto Vicente Traver que construyó un enorme baldaquino con destino al altar mayor. En la repristinación de la catedral realizada a partir de 1974, este baldaquino fue retirado y trasladado a la iglesia arciprestal de Liria donde permanece.

Desde que la catedral dispuso de coro en el centro de la nave central, los muros laterales exteriores del coro se adornaron con ocho capillas por lado, lo que permitía que se constituyeran distintos beneficios y derechos de enterramiento entre los canónigos y diversas jerarquías de la iglesia. Con la reforma del coro realizada en el siglo XVIII el número de capillas por lado se rebajó a seis. Entre las distintas titulaciones que han tenido algunas de estas capillas están: san Gregorio y san Bernardo de Alzira, santa Águeda, san Bernabé, santo Tomás de Apóstol, san Clemente y santa Marta entre otras muchas.

La girola y el ábside

Es una de las partes más antiguas de la catedral, por donde comenzó su construcción en el año 1262. La obra gótica del deambulatorio adopta la forma de tramos pentagonales, hasta un total de cinco. Esta se encuentra en parte, cubierta por la decoración neoclásica del siglo XVIII. Primitivamente permitía contemplar el altar mayor a través de los arcos del presbiterio (como en la iglesia de santa Catalina), pero estos fueron cegados en la reforma barroca del ábside en el siglo XVII.

La Girola es el espacio destinado a que los fieles puedan deambular a través de las capillas sin interrumpir el culto del altar mayor, se encuentra poco difundido en Valencia, observándose únicamente en la catedral y en la iglesia de santa Catalina. La girola cuenta con ocho capillas y tanto ésta como el resto de la iglesia fue recubierta por completo tras la reforma neoclásica que fue proyectada en 1771 por Antonio Gilabert. Tras la ultima restauración se limpiaron de tales ornamentos algunas partes de la catedral por lo que hoy podemos apreciar los arcos y muros góticos originales.

En el deambulatorio, frente a la sacristía se encuentran las campanas conocidas como "campanas del rotgle" o rueda de campanas que se utiliza todos los días, así como otras dos campanas pequeñas de avisos, que carecen de inscripciones, y que podrían ser las que trajo el rey conquistador en 1238 para marcar la nueva cultura sonora de los cristianos.

El ábside de planta poligonal, está cubierto por una bóveda gallonada de seis nervios. Tiene cinco ventanales ojivales y se comunica con la girola por dos puertas laterales. Tanto la bóveda como los muros estaban ornamentados con murales encargados a Miguel Alcañiz en 1432, y tras destruirse en un incendio la obra de éste, se encargaron nuevas pinturas a Paolo de San Leocadio y Francisco Pagano en 1472. Estas pinturas fueron cubiertas tras las reformas de 1674. Al exterior una línea de canecillos en forma de rollos recorre todo el perímetro del ábside. Las ventanas ojivales disponen de vidrieras de confección moderna, ya que las originales no han llegado hasta nosotros.

Sacristía mayor y salas anexas (nueva sacristía, nueva sala capitular y sala de reliquias)

La sacristía mayor es una de las partes más antiguas de la catedral. Su construcción original de estilo gótico es del siglo XIII.

Se encuentra en la esquina derecha al comienzo de la girola en su intersección con la nave del crucero. Es un espacio de planta cuadrada cubierto con bóveda de crucería octopartita que apoya sobre cuatro trompas. Los ocho nervios que la conforman confluyen en una única clave central y se apoyan en ménsulas troncopiramidales con decoración historiada. Tiene este espacio un gran ventanal gótico de seis metros de altura que permite la iluminación del interior a través de sus vidrieras no originales.

Decora sus muros algunas pinturas, las más interesantes dos sargas de Nicolás Falcó fechadas hacia 1505 y que representan escenas de la vida de san Martín: san Martín curando a los leprosos y san Martín a caballo.

Junto a ella se encuentra una sala, la actual sacristía nueva, construida por el arquitecto Joaquín Tomás Sanz (* 1769 † 1834) en 1826 en estilo neoclásico y en la que se halla la galería de retratos de todos los prelados que han ocupado la sede catedralicia. La galería de retratos fue encargo del Patriarca y Arzobispo de Valencia san Juan de Ribera a Joan de Joanes en el siglo XVI. Son retratos ficticios de los obispos y arzobispos de la sede valentina hasta san Juan de Ribera, y están realizados en óleo sobre cuero. A partir de este arzobispo los retratos están realizados por distintos pintores y algunos son fieles al retratado y otros no. Los lienzos actuales lógicamente si que se corresponden con la imagen real del Arzobispo.

También en esta sala podemos encontrar unos fragmentos de un retablo renacentista del siglo XVI junto a una imagen de Cristo en la Cruz.

  © foto: Marcos Buigues Metola
Una tercera sala realizada en corte neoclásico en 1827 por Joaquín Tomás Sanz (* Cocentaina, Alicante 1769 † Valencia 1834) cumple funciones de sala capitular. La misma se decora con un óleo sobre lienzo representando a Cristo muerto una vez ha sido bajado de la cruz. De planta rectangular, en la actualidad esta sala cumple funciones de sacristía vestuario.

Contigua a la sala capitular una pequeña habitación hace de sala de reliquias. En ella se conservaban las reliquias que posee la catedral, en la actualidad estas se encuentran en el museo catedralicio. Es una habitación de planta poligonal cubierta con bóveda semiesférica y linterna decorada con pinturas al fresco realizadas por Miguel Parra Abril (* Valencia 1780 † Madrid 1846). La sala es obra del arquitecto Joaquín Tomás Sanz realizada en 1827 al mismo tiempo que la sala anterior, pues en realidad la sala de reliquias era la cabecera de la sala capitular. En el interior de la sala encontramos tres armarios empotrados en la pared donde se guardaban las reliquias y que nunca estuvieron expuestas al público. Las puertas que cierran los armarios fueron pintadas en 1827 en su parte exterior por el pintor academicista Miguel Parra Abril y representan a san Luis, rey de Francia haciendo donación en 1256 de la Santa Espina de Cristo a la catedral (derecha), la entrega del Santo Cáliz a la catedral (centro) y la última representa al rey Alfonso el Magnánimo haciendo entrega de la veracruz y otras reliquias a la seo valenciana (izquierda).

Hasta el momento en que la catedral tuvo en custodia el Santo Cáliz, la espina de la corona de Cristo era la reliquia más importante que tenía la seo. En el lienzo de la puerta donde se representa la escena de la entrega del Santo Cáliz a la catedral, hay que destacar que algunos de los rostros de los efigiados se corresponden con canónigos y personajes de la catedral al momento de ser realizado el lienzo, y que el rostro del obispo que recibe la copa de Cristo, es la del arzobispo del momento Simón López García. En el año 2015 los armarios relicarios fueron vaciados y su contenido pasó a estar custodiado en el museo de la catedral donde pueden se pueden visitar.

Desde la sacristía, una escalera facilita el acceso al archivo-biblioteca, que ocupa dos plantas situadas sobre la sacristía y la actual sala capitular. Contiene el archivo: legajos, pergaminos, bulas pontificias, documentos reales y notariales, constituciones de la catedral, deliberaciones del capitulo, cartas, oficios etc. También y en este mismo lugar cabe destacar el archivo de música de la catedral.

Antes de entrar en la sacristía mayor, en el pequeño vestíbulo, se advierte en los muros, dos profundos canales labrados en los sillares de las paredes, y que servían para deslizar un rastrillo. Es la denominada por Sanchis Sivera puerta "caladissa" y fue colocada en 1521 ante el peligro que suponía para los bienes y personas de la catedral los disturbios producidos durante las Guerras de las Germanías. En tiempos pasados se cerraba y quedaba incomunicada la sacristía con el resto del templo. No obstante lo dicho parece ser que la puerta nunca se llegó a usar, la única vez que hubo ocasión de utilizarla se optó por proteger los bienes materiales de la catedral en uno de los pisos del Miguelete que ofrecía una mejor defensa ante las turbas descontroladas.

Sobre la puerta exterior de la sacristía encontramos un óleo de 4 metros de altura, obra de José Grassa y que representa la glorificación de los mártires valencianos. José Grassa natural de Gandia (Valencia) realizó este óleo sobre lino para la beatificación de los mártires valencianos de la guerra civil española en al año 2001. En él podemos ver la ascensión a la Gloria representada por Nuestro Señor sentado en un trono de nubes, de los mártires que salen de la ciudad de Valencia simbolizada en sus monumentos más representativos.

El día 11 de marzo de 2001, el Papa Juan Pablo II reconoció solemnemente el martirio del sacerdote José Aparicio Sanz y de otros 232 compañeros mártires que entregaron su vida por la fe en Cristo en Valencia durante la persecución religiosa entre 1936 y 1939. Estos sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares, hombres y mujeres, fueron así declarados "beatos", es decir, bienaventurados, pues, desde la gloria que tienen junto al Señor, pueden interceder por nosotros. Sus nombres fueron elegidos de entre los muchos más que compartieron la misma suerte gloriosa en esa época en la archidiócesis de Valencia.

Además de los sacerdotes diocesanos y de los seglares de Acción Católica y otras asociaciones piadosas, hay representantes de las siguientes órdenes religiosas: dominicos, franciscanos, franciscanos conventuales, capuchinos, capuchinas, jesuitas, salesianos, salesianas, terciarios capuchinos, reparadores, Hermanos de la Salle, Carmelitas de la Caridad (Vedrunas), Servitas, Escolapias, Misioneras Claretianas, Hermanitas de los Ancianos Desamparados y Terciarias Capuchinas.

En el interior de la sacristía, a media altura, hay un pequeño vano o entrada, al que solo se podía subir por una escalera de cuerda. Era la entrada a una cámara secreta, conocida como El reconditorio. En esta cámara es donde se guardaban las joyas o reliquias en tiempos de revueltas o guerras. En la actualidad una escalera metálica fija permite el acceso a la sala.

© Marcos Buigues Metola
       
© Marcos Buigues Metola

La entrada situada a cinco metros de altura, permite el paso a una sala cuadrangular de 3 x 3 metros y de una altura que permite estar de pie holgadamente. La sala se cubre con bóveda de crucería simple cuyos nervios apoyan en ménsulas.

Uno de sus muros se encuentra decorado con pinturas murales, representan escenas de la Pasión de Cristo según el evangelio de san Mateo. Las pinturas, adscritas al gótico lineal (siglo XIV), son sin duda, la única muestra pictórica que nos ha llegado de los inicios de la catedral valentina. Las pinturas hacen referencia a la Pasión de Cristo y a la Corona de espinas. En el centro sobre el nicho o sagrario de la pared, vemos a dos ángeles portando la corona de espinas, mientras que por encima de sus cabezas aparece la mano de Dios entre nubes. A ambos lados del nicho, dos escenas, la de la izquierda representa a Jesús atado a la columna mientras es azotado y a la derecha Jesús con la caña en la mano (Ecce-Homo) ante Pilatos (sentado) con la presencia del populacho y de Caifás (de pie bajo un arco). El nombre de los personajes representados están escritos en letras blancas sobre fondo azul. El nicho excavado en la pared está formado por un arco trilobulado y en origen disponía de una puertecilla que lo cerraba. Las pinturas se enmarcan en un fondo arquitectónico de arcos trilobulados con gabletes y torres almenadas simulando el palacio de Pilatos. Bajo el conjunto mural se encuentra también pintado una especie de faldón o cortinaje, cuya única función es cubrir la piedra desnuda.

La pintura está realizada con cola animal y diversos pigmentos sobre una base de yeso y carbonato cálcico y se datan hacia 1326.

Esta cámara se hizo para guardar allí las reliquias que se custodian en la Seo Valentina en caso de peligro evidente por cualquier causa. Una de las primeras reliquias que allí se guardarían fue sin duda la de la espina de la Corona de Nuestro Señor Jesucristo y que fue regalada en 1256 por el rey de Francia san Luis al rey de Aragón Jaime I. Fue el regalo de bodas por el matrimonio del descendiente del rey francés con la hija de Jaime I, Isabel de Aragón. La presencia de los ángeles con la corona de espinas sobre el nicho o sagrario viene a reforzar tal hipótesis.

La sala permaneció olvidada y oculta durante cientos de años, pero fue posible conocer de nuevo su existencia, debido a que durante el incendio y saqueo de la catedral en la guerra civil española en 1936, quedó al descubierto el hueco al caer el falso techo que cubría la sacristía.

Esta sala queda situada en la parte superior de la puerta de la entrada a la sacristía, en ella vemos la parte superior de la puerta caladissa de la que ya hemos hablado y que a través de guías permitía cerrar la sacristía con dicha puerta. También encontramos en la sala un mirador a ras de suelo que permite espiar lo que ocurre en la parte inferior de la sala.

Obra Nova o Tribuna de los Canónigos

En la plaza de la Virgen y junto a la puerta de los Apóstoles se encuentra una construcción conocida como Obra Nova, realizada en 1566 en estilo renacentista y diseñada por Gaspar Gregori. Inspirada en el tratado de Serlio, este conjunto de galerías en la cabecera de la catedral fue realizada por el cantero Miguel Porcar. A esta arquería también se le conoce como Lonja de los Canónigos, o también Tribuna de los Canónigos. Se trata de una tribuna-mirador semicircular de tres alturas, con arcadas abiertas al exterior destinadas a la contemplación de procesiones y actos públicos desde la propia catedral, sobre todo aquellas que se realizaban en la Plaza de la Seo (hoy Plaza de la Virgen).

Consta de tres galerías superpuestas formadas por vanos con arcos de medio punto. Los vanos que forman el piso bajo y que son cinco, se apoyan en pilastras de orden dórico y cuatro de ellos están cegados. El primero de la izquierda, el más alejado de la puerta de los Apóstoles está cerrado por una reja y alberga una pequeña capilla abierta al exterior con una talla de san Vicente Ferrer. El quinto vano, el más cercano a la puerta de los Apóstoles en lugar de estar cerrado en arco de medio punto lo hace en forma rectangular. En cada uno de los muros que tapan los arcos se ha abierto una ventana adintelada.

El segundo piso se sustenta en pilares y pilastras de orden jónico con arcos de medio punto, mientras que la tercera galería se apoya en columnas jónicas y permanece descubierta por su parte superior. En el siglo XX se suprimió la cubierta que cerraba esta arquería alta. Los arcos de este tercer piso se apoyan en columnas dobles menos dos de ellos que lo hacen en columnas sencillas. En las enjutas que forman los arcos encontramos pequeños óculos circulares sobre las columnas sencillas y pequeños vanos adintelados sobre las columnas dobles.

Capillas exteriores

Capilla de san Jaime Adosada a la parte exterior del ábside tenemos una capilla, cerrada por una puerta metálica, donde según la tradición se realizó la primera misa en la Valencia reconquistada. Una placa de piedra encima de la puerta hace referencia a tal hecho. La misma dice así: "En este lvgar, segvn tradición, se celebró la primera misa al ser reconquistada Valencia por el rey don Jaime. Excmo. Ayuntamiento de Valencia. 9-X-1952". En la placa además podemos ver los relieves de san Jorge a caballo, patrón del Centenar de la Ploma y el escudo de la ciudad de Valencia.

No hay constancia cierta que fuera en este lugar donde se celebró la primera misa en la Valencia reconquistada, pero si por lo menos, la capilla conmemora este momento. La capilla fue construida a mediados del siglo XIX al mismo tiempo que el muro que cierra la cabecera de la catedral. Aunque es llamada de san Jaime, ciertamente su dedicación no es esa, más adecuado debería ser llamada de san Jorge (sant Jordi) por ser este santo el protagonista principal de la capilla. En el altar que preside la capilla figura una pintura de la Virgen María sedente rodeada por los tetramorfos y los escudos de la Corona de Aragón y del Centenar de la Ploma que sufragaron el retablo que preside la capilla. Una inscripción dice: "In te domini speravit non confundar" (En ti Señor confiamos, no nos confundas).

En el interior de la capilla, sobre el altar, hay una tabla neo-gótica, con una pintura de sant Jordi y un letrero que dice: "sant Jordi en la batalla del Puig de Santa María. Any 1237". Este retablo está inspirado en otro casi similar, conocido como retablo del Centenar de la Ploma, realizado entre 1400 y 1405 por Marçal de Sax, retablo en la actualidad en el Museo Victoria & Albert de Londres. En el retablo podemos ver a sant Jordi a caballo matando a un musulmán y en segundo plano al rey don Jaime luchando con los moros en la batalla del Puig, donde según la leyenda se apareció sant Jordi a caballo. En los laterales del retablo podemos ver a san Vicente Ferrer y a san Vicente Mártir. El retablo es obra de finales de los años 70 del artista José Rodríguez Sambonet.

Este retablo tiene una polémica abierta porque en el original tanto sant Jordi, como el rey, como las gualdrapas de los caballos tienen pintados los colores de la Corona de Argón, mientras que el autor que nos ocupa ha cambiado dichos colores por los propios de sant Jordi y del Centenar de la Ploma cuyo patrón es dicho santo y que a la postre fueron los que sufragaron el retablo.

Capilla dels Tapiners En el mismo lugar donde se encuentra la Obra Nova se levanta una capilla cerrada por una verja de hierro. Es la antigua capilla "dels Tapiners". Hoy en día se encuentra dedicada a la figura de san Vicente Ferrer desde que fue rehabilitada en el año 2.006".

En su interior una imagen de san Vicente Ferrer, obra del escultor valenciano Rafael Orellano Iñigo. También encontramos una placa de cerámica con la siguiente inscripción: "La Ciutat de València i la Junta Central Vicentina en honor a sant Vicent Ferrer. Patró de la Comunitat Valenciana. sant Valencià Universal. Valencia 4 de noviembre de 2.006.

La imagen de 1,80 metros de altura descansa sobre una peana de piedra y representa al Santo en actitud de bendecir.

La capilla realizada en el siglo XV, tiene bóveda sexpartita. Durante un periodo de tiempo la capilla alojó la imagen de la Virgen de los Desamparados hasta que en 1667 pasó a la basílica. Más tarde fue entregada a la Cofradía de san Pedro llamada "dels tapiners", de donde le viene el nombre. En 1775 dejó de prestar servicio a la Cofradía, utilizándose a partir de entonces para diversos menesteres, entre ellos el sermón del Domingo de Ramos.

Pasos elevados

Paso elevado calle Emilio Aparicio Olmos En este lugar existe un paso elevado de estructura barroca, construido en el 1660 (siglo XVII) que une la catedral con la basílica de la Virgen de los Desamparados por encima de la calle Emilio María Aparicio Olmos. Se trata de un gran arco de medio punto sobre el que descansa el paso cubierto y al que se abren tres ventanas rectangulares en cada uno de sus lados.

Paso elevado calle Barchilla Otro paso elevado es el que ordena construir el obispo para unir la catedral y el Palacio Arzobispal por encima de la calle de la Barchilla. Este paso elevado fue ordenado construir por el obispo Hugo de Fenollet (prelado entre 1348 y 1356) a pesar de las reticencias del gobierno municipal. Finalmente y ante los hechos consumados tuvieron que ceder a la exigencias del obispo. Este paso elevado fue derribado en 1427 al mismo tiempo que se demolía la anterior torre campanario de la que ya no queda nada. El actual paso elevado fue construido en el siglo XVIII en estilo clasicista, lo forma un arco rebajado sobre el que se alza un conjunto arquitectónico rematado por un frontón triangular. En el centro del paso elevado y cubierto, un vano adintelado en cada uno de sus lados. Unos adornos en forma de jarrones en la cúspide dan la nota decorativa al conjunto.

Paneles de azulejos y cerámicos

Un poco más adelante en dirección hacia la plaza de la Almoina, un panel de azulejos (1,20 m. x 1.60 m.) en la pared de la catedral, realizado por Jaume de Scals Aracil nos recuerda la conmemoración del V Centenario de la Canonización de san Vicente Ferrer, a quien se le representa pacificando dos familias rivales de Valencia, la familia Vilaragut y la familia de los Centelles. El panel cerámico fue inaugurado el 18 de abril de 1955.

En el panel podemos ver al fondo una ciudad medieval: Valencia identificada por su escudo; sobre ella el santo Ángel Custodio de la Ciudad. En el centro del retablo san Vicente (Pare Vicent) separando a las dos familias rivales que llevan las espadas en alto. En la parte inferior una leyenda dice:

"Vosaltres si voleu rebre lo sant Esperit que hajau concòrdia uns ab altres, dexant males costums, vicis i rencors a son prosime". Que se puede traducir literalmente como: Vosotros si queréis recibir al Espíritu Santo, que haya concordia los unos con los otros, dejando malas costumbres, vicios y rencores a su prójimo.

Criptas, cementerios y fosares

Uno de los aspectos a destacar de la catedral de Valencia, es que la misma, es un gran cementerio. Hay reseñas históricas que nos hablan que en los alrededores de la catedral habían numerosos enterramientos, que incluso estaban a pie de calle y frecuentemente eran pisoteadas por las gentes. Pero no es de estos enterramientos de los que vamos a hablar, sino de aquellos que se encuentran en el interior de la catedral. Aquí convendría recordar la mentalidad del hombre medieval que consideraba que estar enterrado en suelo sagrado era garantía de llegar antes al cielo y con el perdón garantizado.

En concreto se sabe como anteriormente hemos dicho, que la sala capitular o capilla del Santo Cáliz, se pensó entre otras cosas para enterramiento de prelados y canónigos; pues bien dicha función la cumplió a la perfección, hoy en día debajo de esta sala se encuentra una cripta o cementerio. La entrada se realiza a través de una losa de piedra que hay debajo del púlpito de la capilla. Desgraciadamente cuando se fue a investigar las características de esta cripta, los investigadores se encontraron con que la misma estaba cegada por escombros, no se sabe el motivo. Entre los escombros se encontraron piedras correspondientes a trazas góticas, por lo que se supone que la misma fue cegada en el periodo de las reformas del siglo XVIII siendo usada como vertedero. El caso es que esta cripta permanece hoy sin investigar.

Por último cabe destacar que en lugar preeminente de la sala capitular, en el suelo frente al altar, nos encontramos con la lápida y enterramiento del arzobispo Valeriano Menéndez Conde († 1916).

En el año 1563 se construyó una nueva cripta destinada al cabildo, es el llamado cementerio o cripta de los canónigos. Se encuentra situada en la nave central entre el primero y el segundo tramo. Se accede por una losa en el suelo sujeta con argollas. Al interior de la cripta se baja por una escalera de 22 peldaños que nos lleva a una sala rectangular con 32 nichos abiertos en los muros. Preside la estancia una gran cruz colocada en las reformas que se realizaron en la catedral en 1754. La cripta fue usada hasta mediados del siglo XIX en que se prohibieron los enterramientos fuera del recinto del Cementerio General. Entre los difuntos enterrados en la cripta destaca la persona del arzobispo de Valencia, Francisco de Navarra cuyo pontificado se sitúa entre 1556 y 1563, fecha de su fallecimiento y construcción de la cripta por lo que se supone debió ser de los primeros en ocupar la cripta, aunque no consta que hubieran más prelados en la misma.

Y aún tenemos otra tercera cripta, el llamado cementerio de los beneficiados o cripta de los beneficiados, situado entre el primitivo coro y la puerta principal (bajo la arcada nova), a la izquierda del eje de la nave central. Construida en 1754, al interior se accede por una escalera de 16 peldaños que desemboca en una estancia presidida por una cruz. Desde esta antesala la cripta se divide en dos salas abovedadas separadas entres si y que bajan a un segundo nivel. Esta cripta mucho más grande que la anterior alberga más nichos que la primera y también el osario. A los pies de la cruz un texto en latín procedente del libro de los salmos dice: Quando veniam et apparebo ante faciem dei, que se podría traducir como "¿Cuando entraré a ver el rostro de Dios?" o también "¿Cuando será que yo llegue y me presente ante la cara de Dios?".

Como norma general, a los difuntos se les colocaba en los nichos abiertos en los muros y luego se tapiaban. En realidad estas criptas no eran lugares de descanso eterno; se trataban de enterramientos provisionales (los conocidos como pudrideros); cuando el cuerpo se había descompuesto en su totalidad, los huesos eran colocados en el osario que se encontraba en esta última cripta o bien se colocaban en un sarcófago para ubicarlos en el lugar elegido si así se había dispuesto.

A la existencia de estas criptas o cementerios, hay que sumar la de los obispos y arzobispos enterrados en las distintas capillas existentes en la catedral. Es norma todavía en uso que el deán de la catedral le pregunte al nuevo arzobispo cuando es elegido, en que lugar de la catedral quiere ser enterrado. También han sido enterrados en distintos lugares de la catedral relevantes figuras de la vida valenciana. Por no hacer una lista excesivamente larga de las personalidades enterradas en la catedral, destacaremos solo las más conocidas; en la capilla de san Luis Obispo, los restos de Luis de Anjou o san Luis de Tolosa (* 1274 † 1297), en la capilla de santo Tomás de Villanueva, él mismo, Miguel Roca Cabanellas († 1992), Marcelino Olaechea Loizaga († 1972) y Francisco Pérez Bayer († 1794) entre otros.

A la altura del presbiterio encontramos la lauda sepulcral y el enterramiento del arzobispo Prudencio Melo y Alcalde que quiso ser enterrado en este lugar, porque quería ser pisado por su fieles, como señal de humildad.

También están enterrados Gregorio Mayans y Ausias March, poeta renacentista de fama universal, aunque de este se tienen serias dudas de que realmente sus restos figuren en la catedral. Del mismo tenemos una moderna lauda sepulcral a la altura del transepto cerca de la Puerta del Palau. También junto al primer pilar del lado derecho de la nave principal fue enterrado Juan Bautista Cavanilles (* Algemesí, Valencia 06-09-1644 † Valencia 29-04-1712) que fue compositor y organista de la catedral.

Otro de los afortunados difuntos enterrados en la catedral es el general Elío. Francisco Javier Elío y Olóndriz (* Pamplona 05-03-1767 † Valencia 04-09-1822) fue ajusticiado mediante garrote vil en el entonces conocido como Campo de la Libertad (junto a las montañetas de Elío en los jardines de los Viveros). Siendo Capitán General de Valencia (1813-1820) durante el reinado de Fernando VII (el rey felón) ejerció una política de mano dura (muy dura) contra los liberales o constitucionalistas. Al instaurarse el trienio liberal (1820-1823) fue cesado de su cargo y detenido. En 1822 acusado de conspiración para reinstaurar el absolutismo fue ejecutado. Su cadáver fue enterrado en el cementerio de los ajusticiados del Carraixet pero al reinstaurarse la década ominosa (1823-1833) sus restos fueron exhumados y llevados en 3 de septiembre de 1823 a la capilla de san Sebastián donde fueron enterrados después de haber sido amortajado con sus mejores galas. En 1831 los restos del general Elío fueron llevados a la capilla de la Santísima Trinidad, pero fueron nuevamente sacados en 17 de abril de 1835 y a partir de ese momento se perdió la pista de donde fueron a parar sus restos. En 11 de diciembre de 1935 el periodista José Rico de Estasen redescubrió la momia del general en una de las criptas de la catedral, haciendo un detallado informe del estado de los restos y sus vestiduras. Se supone que los restos del general Elío siguen en la cripta conocida como de los beneficiados.

Y por último en el testero de la catedral están enterrados los cuerpos del obispo fray Andreu de Albalat, que en 1262, ordenó la construcción de la catedral, y también el infante don Alfonso de Aragón (* 1222 † Calatayud, Zaragoza 23-03-1260), primer hijo de Jaime I el Conquistador y su primera esposa Leonor de Castilla (* 1191 † Burgos 1244). El obispo Albalat fallecido en 1276 sería enterrado provisionalmente en el monasterio de san Vicente de la Roqueta.

Finalizada la guerra civil española, se decidió la repristinación de la catedral, es decir la devolución de la catedral a su aspecto gótico original, ya que hasta ese momento su aspecto correspondía a la reforma neoclásica realizada en el siglo XVIII. Uno de los elementos que se incluyó en la reforma fue la colocación de un nuevo suelo en toda la catedral por parte del arquitecto Vicente Traver Tomás, por lo que la mayor parte de las lápidas que se encontraban en el suelo fueron tapadas, pero estar están.

En el proceso de de repristinación del templo de 1970 se eliminaron las conocidas como casas de los canónigos que estaban adosadas al muro exterior de la catedral en la calle Miguelete.

La catedral y la guerra civil

En otro orden de cosas, la catedral de Valencia fue asaltada e incendiada los días 21 y 23 de julio de 1936, por milicianos republicanos en el inicio de la guerra civil española (1936-1939). Después de estos acontecimientos la iglesia metropolitana fue utilizada durante toda la guerra como almacén de artículos militares. Parte de los lienzos, el vestuario, los ternos, las casullas e imágenes de valor incalculable fueron quemadas o robadas. Parte de la riqueza artística pudo ser salvada gracias a los oficios del entonces Alcalde de la Ciudad que llevó todos los objetos que pudieron ser salvados a almacenes municipales donde quedaron en custodia. Al finalizar la guerra todo este valor patrimonial fue devuelto a la catedral. Sin embargo hubieron piezas que se quemaron, otras desaparecieron y lo que tenia valor material fueron robadas. Entre las piezas que desaparecieron citaremos los siguientes:

Lienzo de la Virgen del Amor Hermoso, obra del italiano Giovanni Battista Salvi (Sassoferrato 1609-Roma 1685). Fue robada el 21 de julio de 1936.

Icono de Santa María Se dice que era la imagen que trajo consigo Jaime I en la conquista de Valencia, que donó a la catedral y fue la primera imagen que presidió el altar mayor y de donde recibe su nombre la catedral, llamada como ya hemos dicho de Santa María. Se trataba de un icono del siglo XIII y permaneció en ese lugar hasta el siglo XV en que fue trasladada a una capilla de la girola. En el siglo XIX fue nuevamente trasladada, esta vez a la sacristía mayor, y allí se encontraba cuando fue destruida por el fuego un 21 de julio de 1936.

Uno de los preciados objetos que pudo ser salvado fue el Santo Cáliz de la Última Cena.

Los lienzos del retablo mayor, obra de Fernando Yáñez y Fernando de los Llanos fueron recuperados en el puerto de Cartagena (Murcia) a punto de ser embarcados con destino al extranjero. Por suerte pudieron volver a la catedral.

Entre los elementos que fueron custodiados en dependencias municipales hubieron algunos que al finalizar la guerra civil no fueron devueltos, entre ellos el escudo, la espada, la espuela y el freno del caballo del rey don Jaime que desde los tiempos de la conquista se encontraban en la catedral entregados en acción de gracias. En la actualidad se pueden ver en el Museo Histórico Municipal sito en el Ayuntamiento de la ciudad.

Las gárgolas de la catedral

La catedral de Valencia no es prodiga en gárgolas, en realidad sin contar las que luce "El Micalet", solo hay ocho gárgolas. Cuatro se encuentran en cada uno de los cuatro extremos que forman la nave del transepto, dos en la parte superior de la puerta del Palau y dos encima de la puerta de los Apóstoles. Las restantes cuatro se agrupan en la fachada oriental por detrás de las dependencias que rodean por esa parte la girola (a la derecha de la puerta del Palau). En algún otro punto de la catedral existe algún canal de desagüe pero no llega a la categoría de denominarla gárgola en el sentido que nosotros la interpretamos.

Las cuatro gárgolas que se encuentran en los extremos de la nave del transepto son muy parecidas entre si, representan a animales con las fauces abiertas por donde sale el agua. Las gárgolas de la fachada de la puerta del Palau son de trazas más sencillas que sus correspondientes de la puerta de los Apóstoles. Representan a animales fantásticos con alas. Las dos gárgolas de la fachada de la puerta de los Apóstoles adoptan un aire más amenazante, ya que abren sus grandes fauces por donde enseñan sus dientes. Representan a seres fantásticos alados a quienes se les ha esculpido las patas, cosa que no ocurre con sus compañeras del Palau. Adscritas al estilo gótico, puede que sean de las más antiguas de la catedral.

Las cuatro restantes gárgolas que podemos ver a la derecha de la puerta del Palau son más modernas, de estilo gótico, su talla se atribuye al alemán Johan de Kassel hacia 1495. Este escultor colaborador de Pere Compte, tiene en la catedral esculpida una Anunciación en la puerta de acceso al Museo de la catedral desde la Sala Capitular.

La primera gárgola es la archiconocida como mujer que sostiene sus dos grandes pechos, lo cual es algo más que evidente; la mujer de aspecto viejo lleva un tocado en la cabeza. Éste tipo de gárgolas se suelen considerar como representaciones alusivas a la lujuria.

La segunda gárgola representa a un hombre joven con un sombrero en la cabeza cuya interpretación no llegamos a comprender. Lleva entre sus manos una filacteria.

La tercera gárgola representa a un hombre que lleva una corta capa sobre los hombros. Probablemente se trate de un monje o un canónigo.

La cuarta y última es un hombre mayor que parece abrazar algún tipo de animal sobre su pecho, bien en actitud de protección o con intención de devorarlo.

Otro conjunto de gárgolas son las que se encuentran en la pequeña torre piramidal que protege la escalera de caracol que permite el acceso a las terrazas de la catedral. Una de ellas representa a un animal con garras, otra a una mujer con un velo sobre la cabeza y otra representa a un monje u hombre con capucha.

El reloj de sol

Un elemento bastante desconocido por pasar muy desapercibido es el reloj de sol que junto a la puerta de los Apóstoles (a la derecha) marcaría las horas si es que no hubiera perdido la numeración horaria con el paso del tiempo. Del mismo solo nos queda su puntero vertical (llamado nomón), que nos recuerda día a día que el reloj de sol estaba allí situado.

Las terrazas de la catedral

La cubrición exterior de la catedral se realiza mediante terrazas planas. En el siglo XVIII se cubrieron con una cubierta a doble vertiente, pero en las reformas de repristinación del siglo XX fueron eliminadas por un doble motivo; uno de ellos que no era un elemento original del templo y el segundo y más importante por que el peso de las mismas ponía en peligro la estabilidad del templo. En la actualidad por tanto se han recuperado su forma original de terrazas planas ligeramente inclinadas para permitir el desagüe del agua de lluvia.

El acceso a las terrazas se realiza a través de la capilla de san Dionisio y santa Margarita. En esta capilla una puerta abierta en el muro permite el acceso tanto a la Obra Nova como a las terrazas. El acceso se realiza a través de una escalera de caracol realizada en 1505 por Pere Compte, aunque este no llegó a finalizarla. Al exterior se visualiza esta escalera de caracol mediante una pequeña torre de planta cuadrangular que acaba en una estructura piramidal o pináculo con decoración gótica acabada en aguja. Esta torre visualmente se encuentra sobre la puerta de los Apóstoles y la Obra Nova. La torre tiene dos puertas, la primera permite el acceso a las terrazas del ábside y a la Obra Nova, y la segunda situada un piso por encima permite el acceso a las terrazas de las naves de la catedral. En el interior de la torre, la escalera de caracol acaba en una cúpula sexpartita que apoya en ménsulas con figuración humana y animal.

A destacar las espléndidas vistas que desde las terrazas podemos contemplar de la Plaza de la Virgen y de Zaragoza, así como de las cúpulas de las capillas laterales y edificios de los alrededores de la catedral. Todo un gozo para los sentidos.

En las obras realizadas en la terraza, apareció un capitel abandonado y que no corresponde a ninguna de las etapas constructivas de la catedral, por lo que se ha dejado "in situ" a falta de mejor ubicación.

Museo diocesano y de la catedral (Patrimonio Histórico Artístico)

El actual museo de la catedral de Valencia fue creado en el año 1966 por el arzobispo de Valencia Marcelino Olaechea y Loizaga (arzobispo valentino entre 1946 y 1966). Anteriormente habían existido el "Museo de Antigüedades" o "Museo Diocesano Valentino" fundado por el arzobispo Andrés Mayoral Alonso de Mella en 1761 e instalado en las dependencias del Palacio Arzobispal. Andrés Mayoral fue arzobispo valentino entre 1738 y 1769. Este museo desapareció durante la invasión francesa de 1808.

En el año 1922 el cardenal-arzobispo Enrique Reig Casanova (arzobispo valentino entre 1920 y 1923), constituyó el "Museo Arqueológico Diocesano" también en el Palacio Arzobispal con fondos de la diócesis de Valencia y de la propia catedral pero este también desapareció a raíz de la guerra civil de 1936.

En 1954 se creó el museo catedralicio y en 1966 el arzobispo de Valencia Marcelino Olaechea dispuso que el museo catedralicio pasara a ser también museo diocesano. Para ello se construyó sobre unas dependencias adosadas a la catedral y con entrada por el interior de la catedral el germen de lo que es el actual museo de la catedral. En el año 2015 una profunda reforma, ha permitido la habilitación del museo con un nuevo concepto expositivo y con la apertura de nuevas salas y nuevas plantas. Además en las obras de reforma y en las excavaciones del subsuelo han aparecido restos arqueológicos de época romana, visigoda, musulmana y cristiana, además de los cimientos de la antigua torre-campanario de la catedral del siglo XIII. Así en las excavaciones se han encontrado los restos de una calle romana de los siglos I y II, un aljibe y vestigios de ocupación y casas de época musulmana y cristiana.

En la actualidad el museo se articula en dos plantas y una planta subterránea donde se conservan los restos arqueológicos encontrados en la excavación. Una de las salas del museo se ha habilitado como Sala de Reliquias, donde se exponen los distintos relicarios y piezas con reliquias de santos y que hasta el año 2016, año en que fue inaugurado el nuevo museo, se encontraban en una sala anexa a la sacristía mayor.

La entrada al Museo se realiza a través de una puerta existente en la capilla del Santo Cáliz. Esta puerta da acceso a la primera sala del museo donde podemos contemplar una airosa columna helicoidal del siglo XV. Esta sala en origen era conocida como la antigua Librería o la Librería de los Borja.

En el interior del museo podemos encontrar las esculturas originales de la puerta de los Apóstoles, un relieve en madera policromada del Tránsito de la Virgen (siglo XV), un busto relicario de san Pedro en plata, la tabla de los improperios del Maestro de Alzira del siglo XVI, dos tablas de Vicente Macip, una de ellas representando a san Vicente Mártir y la otra a san Vicente Ferrer, así como diversos fragmentos de retablos. Finalmente la Custodia de la catedral, entre otras obras de arte.

En el museo también podemos encontrar la imagen de la Virgen del Milagro, procedente de la portada de la conocida como iglesia del Milagro y Hospital de Pobres Sacerdotes y la también conocida como Virgen del Milagro que se encontraba en la iglesia de san Juan del Hospital..

Una de las salas está ocupada por lo que antiguamente se conocía como las reliquias de la Corona de Aragón. Se trata de las reliquias que fueron depositadas en la catedral de Valencia por el rey Alfonso el Magnánimo y que hasta el presente momento se encontraban en una de las salas anexas de la sacristía mayor. Con ocasión de la apertura del museo, han pasado a ocupar un lugar de privilegio en el museo. Entre las más importantes o más llamativas, encontramos el relicario del Velo de la Virgen (plata sobredorada, autor anónimo, siglo XV), el relicario con cabellos de la Virgen y una espina de la Corona de Cristo, regalo del rey francés san Luis.

Además en el museo podemos encontrar varias maquetas de madera de la catedral, en sus diversas fases de construcción. También es interesante que destaquemos la colección de lienzos de grandes maestros de la escuela valenciana y diversas obras de imaginería de época gótica, renacentista y barroca principalmente. Una pequeña pero interesante colección. Otros elementos que forman parte del museo son las lápidas funerarias de canónigos, laicos o nobles que fueron enterrados en el templo. Destacamos:

• Lápida funeraria datada en el siglo XIII. Fue encontrada en unos trabajos realizadas en la capilla de santo Tomás de Villanueva, donde había sido olvidada o desechada en la reforma barroca de la catedral. Fue su propietario Raimundo Escorna, ciudadano de Valencia y señor de las villas de Olocau, Pardines, Almussafes y Rafelbunyol. Tiene una inscripción que traducida al castellano dice: "El 17 de febrero del año de nuestro señor Jesucristo 1291 murió Ramón Escorna, ciudadano de Valencia. Hombre que me miras, lo que tu eres yo fui, y lo que yo soy tu serás. Te pido que reces un padrenuestro por mi alma". En la lápida vemos al difunto en posición yacente y a unos ángeles turiferarios (portadores de incienso) que acompañan el alma en su ascenso a los Cielos, donde podemos ver la mano de Dios (Dextera Domini). Alrededor de la lápida vemos una serie de pequeños escudos que se corresponden con la familia Escorna: un toro pasante. En la inscripción lapidaria podemos leer el nombre del difunto: Raimundo Scorna, la fecha del óbito: 17 de febrero de 1291 y un curioso crismón invertido como inicio del texto que por estos lares no es frecuente, aunque si que lo sea por el norte peninsular. Esta lápida procedía de la antigua capilla de san Lucas, hoy desaparecida y que fue fundada por el propio Raimundo Scorna. Es la lápida más antigua que tiene la catedral.

• Imagen de la Virgen María de la puerta de acceso a la capilla del Santo Cáliz. De finales del siglo XIII o principios del XIV, está realizada en piedra caliza. Situada a 9 metros de altura, el original ha sido trasladada al museo, dejando una copia idéntica en el citado lugar. Se cree que esta imagen en piedra pertenecía a la antigua portada gótica que tenía la catedral y que fue demolida en el siglo XVIII para construir la actual puerta de los Hierros. Tal vez sea esta talla lo único que nos queda de aquella portada hoy desaparecida.

La imagen a la que le falta una mano, está ligeramente ladeada a la izquierda. Lleva la Virgen al Niño Jesús en brazos, mientras este sostiene una paloma, como símbolo del Espíritu Santo.

Relación de algunas obras propiedad del museo:
santa Bárbara. Óleo sobre tabla con marco. De autor anónimo, se data a mediados del siglo XVII. Donada por el sacerdote José María Belarte, en memoria de su tío, que fue canónigo de la catedral.
Oración. Óleo sobre tabla, firmado por José Mongrell Torrent (* Valencia 1870 † Barcelona 1937), tiene una dedicatoria: "A mi distinguido amigo D. Juan Porcar". Años veinte del pasado siglo. Representa una escena donde un grupo de fieles se encuentran en oración en el interior de una iglesia valenciana. Donación de una persona anónima a la catedral.
• Santo Cáliz suspendido en al aire. Óleo sobre lienzo, donación (2022) de la autora contemporánea María Gómez Rodrigo al museo de la catedral. La pintora María Gómez ha trabajado intensamente con la catedral en la restauración de algunas obras quemadas en la guerra civil.
• San Pedro con el Santo Cáliz. Óleo sobre lienzo, donación (2022) de la autora contemporánea María Gómez Rodrigo al museo de la catedral.

La Custodia

En el interior del museo de la catedral se encuentra la custodia procesional de la ciudad, llamada de los pobres por haber sido sufragada en su mayor parte por devotos y fieles.

El arzobispo Marcelino Olaechea la bendijo el 11 de junio de 1952 después de que el orfebre Francisco Pajarón Suay, la iniciara en 1942, con la ayuda de orfebres, tallistas, carpinteros, herreros y esmaltadores, quedando acabada en 1955. Los trabajos de esta nueva custodia fueron comenzados durante el arzobispado de don Prudencio Melo Alcaide y finalizaron con su sucesor Marcelino Olaechea Loizaga.

La catedral había poseído anteriormente dos magníficas custodias procesionales, una realizada entre 1442 y 1456 en plata dorada y adornos de pedrería por el célebre platero valenciano Joan de Castellnou, perdida en 1812 al fundirla en Mallorca para convertirla en moneda para financiar la resistencia contra Napoleón, y otra, de las llamadas de sol, de estilo barroco realizada en el siglo XIX, destruida en el saqueo de la catedral el 21 de julio de 1936. Esta custodia realizada por el platero de la catedral José Carlos Quinzá se erigía sobre un pedestal con cuatro ángeles sosteniendo la Sagrada Forma.

La actual custodia está formada por tres cuerpos que se levantan sobre un basamento; en el mismo figura la inscripción dedicada a la custodia de Cristo, los escudos de Valencia y los de los arciprestazgos de la ciudad, así como diferentes serafines que pronuncian alabanzas a Jesucristo. La inscripción dice en latín Sanctissimum sacramentun / refectio animarum / caeleste viaticum / pignus gloriae (Al santísimo sacramento, alimento de las almas, celestial viático, prenda de la Gloria) y en las esquinas: salus, honor, virtus, gloria (Saludo, honor, fuerza, gloria).

Las imágenes de los patriarcas, los profetas y de los apóstoles están en el primer cuerpo en cuatro casilicios dobles en las esquinas o chaflanes junto con los distintos santos valencianos, entre otros elementos.

El segundo cuerpo tiene forma octogonal y tiene varias figuras de santos valencianos pero en esta ocasión están presididos por la figura de la patrona de Valencia, la Virgen de los Desamparados, ángeles y representaciones de varias escenas del Nuevo Testamento.

Es octogonal también el tercer cuerpo del templete pero en está ocasión tiene un remate en forma de cúpula, parecida a un templete renacentista. En el arco central está la figura de Cristo Resucitado y otras figuras del cristianismo.

En su conjunto, con la custodia y las andas de plata, tiene 48 escudos de las principales familias de la nobleza valenciana alternadas por 71 campanillas; es la mayor obra de orfebrería del siglo XX de todo el mundo. La custodia mide 4,02 metros de altura y 2,26 metros de diámetro y es la más grande de la cristiandad, superando a la de Toledo que mide la mitad y uno de diámetro. Pesa más de 600 kilos sin contar el pedestal móvil. Lleva 159 imágenes, 44 relieves con escenas bíblicas y los 48 escudos de familias nobles del Reino de Valencia realizados en esmalte.

El jesuita Antonio de León impulsó en 1942 la construcción de la custodia actual, de diseño neobarroco. El orfebre valenciano Francisco Pajarón Suay, utilizó 13 años en acabar la obra, según diseño del arquitecto diocesano Vicente Traver Tomás.

El orfebre y sus ayudantes utilizaron casi 535.668 horas de trabajo, se invirtieron 11 kilómetros de soldadura, unos 35.787 tornillos y la cantidad de piezas que se trabajaron por separado pasó de 20.000

Los fieles y devotos de Valencia aportaron sus donativos, la mayoría en objetos de plata, oro y joyas, empleándose unos 600 kilos de plata, 5 kilos de oro y unos 750 gramos de platino. De ahí llamarla de los pobres por sufragarla el pueblo.

La custodia tiene como finalidad contener la forma consagrada, que es el pan cambiado substancialmente en el cuerpo de Cristo resucitado en la celebración de la eucaristía, como efecto de las palabras de Jesús: "Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo entregado por vosotros" y la invocación del Espíritu Santo.

En la procesión que se hace en la tarde de la solemnidad del santísimo cuerpo y sangre de Cristo (domingo siguiente a la Trinidad, comienzos de junio), esta custodia recorre las calles de Valencia bajo una lluvia de pétalos de flores y rodeada de la adoración del pueblo cristiano.

Visita por el interior de la catedral

Capilla de san Sebastián    Capilla del Sagrado Corazón de Jesús    Capilla del Beato Gaspar de Bono   
Capilla de san Miguel Arcángel    Capilla de la Virgen del Puig    Capilla de santa Catalina de Alejandría   
Capilla de san Pedro Apóstol    Capilla de san Rafael Arcángel    Capilla de san Francisco de Asís   
Capilla de san Francisco de Borja    Capilla del Cristo de la Buena Muerte    Capilla de san Antonio de Padua   
Capilla de san José    Capilla de san Jaime    Capilla de la Inmaculada Concepción   
Capilla de santo Tomás de Villanueva    Capilla de la Virgen del Pilar    Capilla de san Vicente Ferrer   
Capilla de santo Domingo de Guzmán    Capilla de san Jacinto María Castañeda    Capilla de san Luis Obispo   
Capilla de la Beata Josefa Naval Girbes    Capilla de san Dionisio y santa Margarita    Capilla de san Vicente Mártir   
Capilla de san Pascual Bailón    Capilla de la Resurrección    Capilla de la Santísima Trinidad   
Capilla de san Agustín    Órgano   

Entrando por la puerta de los hierros, a nuestra izquierda, encontramos la pila bautismal y sobre la pila bautismal, un óleo sobre tabla de Vicente Macip o su hijo Joan de Joanes, representando el Bautismo de Cristo en el río Jordán, por san Juan Bautista. Obra pintada hacia 1535. Asisten al acto cuatro doctores de la iglesia (san Gregorio Magno y san Ambrosio a la izquierda y san Agustín y san Jerónimo a la derecha) y el donante del cuadro, el venerable Juan Bautista Jerónimo Agnesio (* Valencia 30-03-1480 † Valencia 06-08-1553), que señala las páginas del Antiguo Testamento y mira al espectador. Desde el cielo, el Padre Eterno envía al Espíritu Santo sobre el Hijo y proclama en una filacteria: "Este es mi Hijo amado en quien me he complacido" (HIC EST FILIVS MEVS DILECTVS IN QVO MIHI CONPLACVI).

En el lado derecho de la puerta un cuadro con una escena del Descendimiento de Cristo, óleo del toledano Blas de Prado (* Camarena, Toledo ca. 1545 † Madrid 1599), pintado en el año 1581 y procedente de la parroquia de san Pedro de Madrid. Figura en este emplazamiento desde el año 1810 en que fue enviado por el rey Carlos IV a cambio de otro que se había llevado con anterioridad.

Según entramos empezamos por nuestra derecha y nos encontramos con las siguientes capillas:

Capilla de san Sebastián también conocida en menor medida como de los Covarrubias. San Sebastián era un oficial de la guardia del emperador Diocleciano. Acusado de ser cristiano fue condenado a morir asaetado por sus compañeros. Recogido con vida por los cristianos, una vez curado por santa Irene, se presentó ante el emperador para acusarlo de injusticia con los cristianos, siendo entonces azotado hasta la muerte. Se le llama por eso el doble mártir. Fue muy venerado como patrono de la peste.

Se trata de una capilla de estilo neoclásico (siglo XVIII) obra de Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez. La capilla se cubre por una bóveda con linterna que permite la iluminación del interior. Oculta por esta bóveda con linterna todavía se conserva la bóveda gótica original de crucería. En uno de los muros laterales, una puerta nos lleva a la pequeña sacristía de la capilla.

El retablo es renacentista del siglo XVII. En el centro del frontal encontramos un óleo realizado en 1616 por Pedro de Orrente (* Murcia 1580 † Valencia 1645) que lleva por título martirio de san Sebastián. Se trata de una de las pinturas más importantes de la catedral, sigue el estilo tenebrista de los italianos Jacopo Bassano y Michelangelo Caravaggio. En el ático del retablo encontramos un estuco con una representación de la Virgen de Lourdes a quien se amparan unos enfermos, mientras que de fondo vemos la imagen de la Virgen de los Desamparados y la torre del Micalet. Este relieve fue colocado en este lugar al poco de finalizar la guerra civil española, probablemente sustituyendo a un lienzo de Pedro de Orrente.

Sobre la mesa del altar podemos encontrar un óleo sobre metal de 1941, obra de Vicente Gay, que representa a la Virgen. Se trata de la imagen clásica de la Virgen del Perpetuo Socorro, que es una variante moderna, realizada en Italia del icono mariano llamado "del terrible socorro" y también Virgen de la Pasión, porque el Niño Jesús parece asustado por los ángeles que muestran los instrumentos de la pasión: la cruz, la corona de espinas, la lanza y la caña con la esponja. La Virgen muestra el semblante triste, porque conoce los vaticinios de la muerte de su divino hijo. La devoción a este título mariano fue difundida, junto con esta imagen, por la orden de los redentoristas, a partir de la iglesia de San Alfonso María de Ligorio en Roma, donde está la imagen original. Los rasgos más hieráticos del icono oriental se han ido haciendo más naturales en las versiones modernas de occidente.

En el lado izquierdo de la capilla encontramos el sepulcro del caballero de la orden de Montesa don Diego de Covarrubias (Diego de Covarrubias Sanz y López-Ortiz, * Cocentaina, Alicante 09-11-1544 † Madrid 05-11-1607), vicecanciller del rey Felipe III. En el lado derecho, sepulcro de doña María Diaz de Covarrubias (María Diaz Salcedo), esposa del anterior. En ambas obras realizadas en mármol blanco aparecen las figuras yacentes de los difuntos y debajo de cada una de ellas unas inscripciones lapidarias con sus nombres, virtudes y cargos. En el suelo de la capilla, bajo una losa de mármol blanco se encuentran enterrados diversos miembros de esta noble familia, cuya hija llegó a casar con un miembro del entonces linaje de los condes de Albaida que luego se convertiría en marquesado de Albaida.

En el friso superior de ambos sepulcros encontramos la siguiente inscripción: IN SPE RESURRECTIONIS MORIOR (muero en la esperanza de la resurrección). La inscripción del sepulcro de Diego de Covarrubias dice: D. O. M. HIC JACET EGREGIVS D. DIDACVS DE COVARRUVIAS MONTESIANAE MILITIAE ATQVE B. GEORGII DE ALFAMA SODALIS. PERPVNGENTI COMMENDATOR. ASSESOR GENERALIS REGIAE MIIESTATIS IN EADEM MILITIA. COLLEGA MAIORIS COLLEGII OVIEDI SALMANTICAE. CONSVLTOR GENERALIS IN QVISITIONIS. A CONSILIO REGBM PHILIPI SECVNDI ET TERTII. VTRVSQVE PROCANCELARIVS IN TOTA ARAGONIAE CORONA OBIIT HIS FVNGENS MUNERIBVS MADRITI V MES NOV. AN MDCVII AETATIS SVAE LXI que se traduce como: A Dios Optimo Máximo. Aquí yace el egregio D. Diego de Covarrubias miembro de la milicia de Montesa y de san Jorge de Alfama. Comendador de Perpungent. Asesor general de la regia majestad en la misma milicia. Colega del colegio mayor de Oviedo en Salamanca. Consultor general de la inquisición. Consejero de los Reyes Felipe II y III. Procanciller de ambos en toda la Corona de Aragón. Murió en el ejercicio de estos cargos en Madrid el 5 de noviembre de 1607, a la edad de 61 años.

La inscripción del sepulcro de la esposa dice: D. O. M. HIC JACET D. MARIA DIAZ ET DE COVARRUVIAS UXOR EGREGII D. DIDACI DE COVARRUVIAS ARAGONIAE PROCANCELARII ETC.— NVPTA PRIVS NOBILI VIRO IOANNI RVIZ DE CASTELL BLANCH ET DE LANZA EX QVO FILIAM PEPERIT D. MARGARITAM CASTELL BLANCH QVAE NUPSIT D. FRANCISCO MILANO DE ARAGON FILIO COMITIS ALBAYDA ET SETABIS GVBERNATORI OBIIT ILLA VALENTIAE que se traduce como: A Dios Optimo Máximo. Aquí yace doña María Diaz y de Covarrubias mujer del egregio don Diego de Covarrubias procanciller de Aragón, etc. Casada primero con el noble varón Juan Ruiz de Castellblanch y de Lanza de quien tuvo una hija, doña Margarita Castellblanch que casó con don Francisco Milá de Aragón hijo del conde de Albaida y gobernador de Játiva. Murió en Valencia.

En una esquina de la capilla y sobre un pedestal escultura de la Virgen de Lourdes cuyo nimbo proclama "Yo soy la Inmaculada Concepción". La Santísima Virgen se apareció en repetidas ocasiones a Bernardette Soubirous en 1858, en la pequeña localidad francesa de Lourdes.

En el suelo ante la verja, fuera del interior de la capilla, sepultura y lápida en mármol negro de mosén Gregorio Ridaura Pérez (* Alcoy, Alicante 1641 † Valencia 26-07-1704), presbítero beneficiado de la catedral. La inscripción de la sepultura dice: D. O. M. IACET HIC / VENERABILIS GREGORIVS RIDAVRA ALCODIEN / VALENTIN. ECCLES. BENIFICIARIVS / QVI / CARITATIS HVMILI TATIS PAUPERTATIS CASTIMONIAE EXI MIVS CVLTOR / CRVCIS MORTIFCATIONEM SEMPER IN SVO CORPO / RE CIRCVMTVLIT INFIRMA SEEPIVS VALETVDINE / SORTITVS ANIMAN BONAM RERVMQVE CAELESTIVM / APPRIME STVDIOSAM / IVGI VIRTVTVM OM NIVMMEXERCITATIONE MELIOREM REDDIDIT OPTIMAM POSSVIT / DIE XXVI IVLII ANN R.S. MDCCIV AETATIS SUAE LXIII PER-ILLUSTRE HVIVS METROP. ECCLES. CAPITVLUM ET CANONICI PIISSIMI SACERDOTIS EGREGIE DE SE DEQVE ECCLES. MERITI EXUVIAS E COMMVNI SEPVLCHRO IN HVNC HONOTATIONEM TVMVLVM DOM ARCH / DECRET TRANSFERI CVRARVNT ANNO R.S. MDCCXLI cuya traducción es: A Dios Optimo Máximo. Yace aquí / el venerable Gregorio Ridaura de Alcoy, beneficiado de la iglesia valentina, ejemplo eximio de caridad, de pobreza de castidad y de humildad. Llevó siempre en su cuerpo la mortificación de la cruz, a menudo con poca salud. Agraciado con un alma buena muy dada a las cosas celestiales. La mejoró con el continuo ejercicio de todas las virtudes, depuso su optimo espíritu el día 26 de julio de 1704 de la redención a los 63 años de edad. El muy ilustre cabildo y canónigo de esta iglesia metropolitana trasladaron los restos de este piadosísimo sacerdote, benemérito de la iglesia, del panteón común a este más honorable lugar, por decreto del arzobispo, año 1741 de la redención.

En este lugar podemos detenernos a contemplar el cancel o contrapuerta que cierra por el interior la puerta de los Hierros. Podemos observar tallada en la madera la existencia de cruces gamadas o esvásticas en los dos niveles inferiores decorativos. La existencia de estos símbolos no tiene ninguna connotación nazi, es un tipo de cruz muy conocida desde antiguo en Europa central y que podemos encontrar en algunas ocasiones en templos cristianos, sin ir más lejos en la catedral de Amiens (Francia) donde también están representadas.

Siguiendo nuestro recorrido, a la derecha nos encontramos con el pasillo de acceso a la capilla del Santo Cáliz.

La entrada a la capilla del Santo Cáliz se efectúa por un corto pasillo realizado hacia 1494 por Pere Compte (cantería) y Asensi Fos (albañilería) en estilo gótico florido. Se accede al mismo a través de un gran arco rebajado original del siglo XV y que ha sido redescubierto en las reformas del pasillo del año 2014. Este pasillo o Tránsito del Aula Capitular une el interior de la catedral con la Sala Capitular y está formado por dos tramos abovedados. El primer tramo, corto y de planta cuadrangular se cubre con una bóveda de crucería en cuya clave central destaca la faz de Cristo. Este tramo es de menor altura que su compañero que le sigue. El segundo tramo de planta rectangular se cubre con bóveda estrellada formada por nervios unidos en ocho claves historiadas más la central, con el resultado de una bóveda estrellada de ocho puntas con terceletes. La clave central representa a la Virgen protegiendo con su manto al Cabildo catedralicio. Realizada en barro en 2014 tomando como modelo una fotografía del Archivo Mas de Barcelona que ha permitido su reconstrucción. Como hemos indicado la altura de este tramo es bastante mayor que su compañero que le antecede. La bóveda apoya en ménsulas con los símbolos de los cuatro evangelistas. En la parte alta del muro que separan ambos tramos del pasillo vemos un óculo con tracería lobulada en piedra y vidrios de tonalidades verdosas. Esta vidriera está realizada en 2014 y es una interpretación libre del restaurador. Con anterioridad este óculo estaba cerrado por una estructura de madera en forma de ventana.

La portada de acceso a la capilla del Santo Cáliz, se encuentra situada al final de este corto pasillo, es obra de Pere Balaguer, de 1424, realizada en piedra y en estilo gótico con arcos apuntados. Formada por arquivoltas apuntadas y molduradas, gablete con frondas, florón en la parte superior y pináculos en los flancos. En la parte superior de la portada un gran rosetón cegado con una imagen de la Virgen y dos ángeles turiferarios (portadores de incienso). Las puertas de madera y hierro son obra del "fuster" Lluis Amorós realizadas hacia 1481.

Este rosetón cegado está formado por un gran trébol de cuatro hojas, más otros cuatro más pequeños. En el centro del trébol mayor vemos la imagen de la Virgen María sostenida por una peana con decoración de hojarasca y bajo un doselete gótico. Lleva en su brazo al Niño Jesús que a su vez sostiene a una paloma (símbolo del Espíritu Santo) sujeta por las alas. A ambos lados los dos ángeles turiferarios.

Se considera que este rosetón pertenecería a la antigua portada situada a los pies de la catedral, que debió existir antes de que se construyera hacia 1460 el último tramo del templo conocida como arcada nova. Al construir el nuevo tramo la portada fue desmontada y este elemento se colocaría en el pasillo de acceso al ser construido este. En la capilla de san Vicente Mártir situada en la plaza de la Almoina se encontraban cuatro ángeles, dos portando candelabros y otros dos con instrumentos musicales que se consideran también debían pertenecer a esta portada que comentamos, hoy desaparecida.

En uno de los laterales de este pasillo podemos encontrar dos pequeñas capillas góticas, una de ellas dedicada a san Miguel Arcángel y otra actualmente vacía. Con anterioridad estas dos capillas estaban bajo la titularidad de san Pedro Mártir y del santo Bulto de Jesús. Estas capillas se cubren con bóvedas cuyos nervios apean en ménsulas con decoración figurada, entre las que se puede apreciar las luchas de hombres con bestias (símbolo de la lucha entre el bien y el mal) o animales monstruosos. Estos capiteles siguen la estética que ya imprimió Pere Compte en sus figuras de monstruos de la Lonja.

Enfrente de estas capillas encontramos una puerta que permite el acceso a la contigua capilla de san Pedro Apóstol, visible y con entrada enrejada desde el interior de la catedral. En la parte superior de esta puerta encontramos los atributos pontificales de san Pedro (las llaves y la tiara). La iluminación de este pasillo se realiza través de una ventana apuntada gótica repristinada en 2014 y a la que se le ha añadido una vidriera de moderna realización. Desde el exterior de la catedral está ventana solo es visible parcialmente. Esta ventana con vidriera se ha reconstruido siguiendo el modelo original de la ventana que la enfrenta y que se abre en el muro exterior de la capilla de san Pedro.

En este pasillo encontramos cuatro sepulcros góticos de piedra: uno de ellos del deán Raimundo de Belestar con una inscripción en su tapa, un segundo del canónigo Pedro de Orriols, un tercero del arcediano mayor Matías Mercader y un cuarto de un miembro de la familia Mercader no identificado pero que lleva el escudo de esta familia y que habitualmente se atribuye a un miembro de esta familia. Los sepulcros fueron redescubiertos hacia 1966, en las obras de adecuación del Museo de la catedral. Los mismos habrían sido guardados o escondidos durante la reforma neoclásica de la catedral ya que dentro de la lógica de la época no se adecuaban a la estética del momento.

• El sepulcro de Raimundo de Belestar destaca por la presencia de una inscripción en su tapa que dice en una traducción libre al castellano lo siguiente: "Año del Señor 1289 / 18 de noviembre / muere Raimundo de Belestar / deán de Valencia / que su alma descanse en paz". En el frontal de la urna podemos ver la figura yacente del personaje, mientras que en los laterales de la urna y de la tapa podemos ver repetidamente el escudo familiar, sobre un fondo de gules (rojo), un monte con una flor de lis en oro (amarillo) y rodeando el escudo una bordura almenada (es de suponer que de oro).

El mismo escudo de nuestro personaje Raimundo de Belestar lo podemos encontrar pintado y repetido hasta en dos ocasiones en el muro interior junto a la entrada de la puerta de los Apóstoles y una vez más esculpido en piedra al exterior de esta misma puerta.

• El segundo sepulcro corresponde a Pedro de Orriols (Pere d'Orriols). Falleció el 20 de diciembre de 1404, fue canónigo de la catedral y propietario de la alquería que ha dado nombre a un barrio de Valencia. En su sarcófago se puede ver en su frente cinco hombres llorando más otros cuatro en los laterales. La figura yacente del difunto descansa sobre la tapa. En la cabecera de la tapa podemos ver esculpido el escudo familiar: dos hórreos y dos carneros en un escudo dividido en cuatro cuarteles. La atribución del sepulcro a la familia de los Orriols, está puesta en duda.

• El sepulcro del arcediano Matías Mercader (Macià Mercader, † 1489) destaca por la presencia del escudo nobiliario de los Mercader por distintos lugares del sarcófago. Este se compone de "marcos de oro" con ocho salientes almenados.

• El cuarto sepulcro no está identificado su titular, aunque lleva en su frontal el escudo de los Mercader. En este frontal podemos ver tres trifolios con los característicos "marcos" de los Mercader. En uno de los laterales del sepulcro podemos ver sin embargo otro escudo consistente en un castillo, que habitualmente se suele considerar de la familia Castellar. La tapa que cubre el sepulcro es un prisma trapezoidal liso. Habitualmente se suele considerar que los restos correspondían a una mujer del linaje de los March-Castellar.

Además en este pasillo podíamos encontrar a nuestra izquierda un Cristo Crucificado tallado en yeso y cartón-piedra imitando la madera, obra de José María Bayarri Hurtado (Valencia 1886 - Valencia 1970). Habría que destacar que la cruz del Cristo, tiene añadidos en ambos brazos y pies con el fin de hacer más grande la cruz, lo delata el distinto tono de color de la pintura. En marzo de 2.010 este Cristo ha sido prestado a la Parroquia de los Mártires Valencianos para que presida su altar mayor. Este Cristo presidió de manera provisional el altar mayor de esta catedral entre 1976 y 1981. Con motivo de las obras de rehabilitación de la contigua capilla de san Pedro Apóstol, se ha redescubierto en el mismo lugar que ocupaba el Cristo, una preciosa ventana apuntada de estilo gótico que hasta el momento se encontraba tapiada y que ha vuelto a ponerse en valor.

En la pared debajo de la ventana gótica, un fresco traspasado a lienzo que corresponde a una Adoración de los pastores, obra de 1472 del napolitano Francesco Pagano y de Paolo de San Leocadio, esta obra era uno de los frescos que realizaron estos pintores para demostrar su maestría y poder ganar el concurso para pintar el presbiterio de la catedral.

Junto a este, un lienzo bocaporte representando a san Miguel y san Pedro Pascual, obra de 1781 del valenciano Vicente López Portaña.

Capilla actualmente vacía antes dedicada a Venta de souvenirs. Siglo XVI. Antes de la guerra civil se encontraba bajo la titularidad de san Pedro Mártir, en la actualidad se encuentra vacía. Destaca esta capilla no por su contenido, sino por su arquitectura. De estilo gótico, destaca su bóveda nervada en cuya clave encontramos un relieve de la Virgen María con el Niño. Los nervios descansan en ménsulas con decoración figurada. En el testero de la capilla un óculo con labra en piedra permite la iluminación de la capilla.

En los muros laterales dos unas cinerarias de estilo gótico con escudos heráldicos. Parejas de leones a modo de ménsulas sostienen las urnas. Una de ellas lleva el escudo de la Corona de Aragón. Contuvo los restos del rey Jaime III de Mallorca. Jaime III falleció en Mallorca pero sus restos mortales fueron traídos a la catedral de Valencia por orden expresa del rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso. En el año 1905 por deseo del rey de España Alfonso XIII fueron devueltos sus restos a Mallorca a bordo del cañonero Yáñez Pinzón. En la actualidad reposan en la capilla de la Trinidad de la catedral de Palma de Mallorca.

Jaime III de Mallorca (* Catania-Sicilia 1315 † Lluchmayor-Mallorca 25-10-1349), apodado el Temerario, era hijo del infante Fernando de Mallorca y de Isabel de Sabrán. Era por tanto nieto del rey Jaime II de Mallorca y biznieto del rey Jaime I el Conquistador. Contrajo primeras nupcias con Constanza de Aragón y Entenza (hermana del rey Pedro IV el Ceremonioso de Aragón), en segundas nupcias lo hizo con Violante de Vilaragut. Mantuvo conflicto bélico con el rey de Aragón Pedro IV por la titularidad del reino de Mallorca, murió en 1349 en batalla contra las tropas del rey aragonés. Sus restos mortales fueron llevados a la catedral de Valencia para que sus seguidores mallorquines no pudieran acudir a su lugar de enterramiento. En primera instancia sus restos fueron depositados en el coro catedralicio, en 1809 pasaron a la Sala Capitular (hoy capilla del Santo Cáliz), y finalmente en 1905 devueltos a Mallorca donde reposan en la actualidad. Copia de la urna cineraria pero sin los restos del rey mallorquín fue colocada en en esta capilla del pasillo de acceso a la Sala Capitular en 2015.

En el muro del fondo de la capilla una inscripción lapidaria. En la actualidad conserva de manera un tanto provisional una tabla gótica de Santiago Peregrino.

Capilla de san Miguel Arcángel antes de la guerra civil se encontraba bajo la titularidad del santo Bulto de Jesús. La capilla es de comienzos del siglo XVI y estilo gótico, el arco de acceso descansa sobre ménsulas que se apoyan en el muro. Estas tienen unas curiosas representaciones de animales monstruosos luchando entre si. Se ilumina la capilla por una pequeña ventana en esviaje abierta en uno de los paños laterales de la capilla. La capilla se cubre con una bóveda nervada que arranca de una clave central. Los nervios apoyan en ménsulas con decoración de animales y hombres luchando entre sí.

El retablo de san Miguel atribuido al "Maestro de Cabanes" es considerado ahora una obra temprana de Vicente Macip, pintado a la manera del "Maestro de Artes" y con influencia de Paolo de San Leocadio. Si bien las pinturas muestran el tránsito al Renacimiento, tiene la estructura clásica de los retablos de los siglos XIV y XV. Es interesante comparar esta obra con el "Bautismo de Cristo" en esta catedral, obra de madurez de Vicente Macip, influido por Sebastiano del Piombo.

Dividido en tres calles, lleva en la central al titular san Miguel Arcángel vestido como general de los ejércitos celestiales, como tal vence a Satanás y defiende a las almas en el juicio después de la muerte (peso de las almas). Sobre el fino dosel está la coronación de la Virgen por la Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Las dos calles laterales llevan cuatro escenas de la vida de Jesucristo (de arriba a abajo y de izquierda a derecha), Anunciación de María, Nacimiento y Adoración de los pastores, Adoración de los Magos y Resurrección.

El guardapolvo o polsera lleva en lo alto a Cristo glorioso (Pantocrátor) y a sus lados dos vírgenes mártires, santa Lucía y santa Catalina, dos santos médicos, san Cosme y san Damian y en los laterales san Sebastián, el Ángel Custodio del Reino de Valencia, Santiago Apóstol como peregrino y san Onofre ermitaño.

En la predela o banco sobre el altar están san Francisco de Asís, la Virgen María, Cristo en el sepulcro (muerto y resucitado), san Juan Evangelista y san Juan Bautista.

Este retablo estaba en el antiguo Museo Arqueológico Diocesano. Ha sido recientemente restaurado pero se ha dejado un testigo -junto a la cabeza de Cristo resucitado- que muestra como fue dañado en el incendio del museo en el año 1936.

Llegado a este lugar podemos visitar la capilla del Santo Cáliz y posteriormente desandar el pasillo por el que hemos entrado para volver a la nave lateral y seguir nuestro recorrido por el interior de la catedral.

Capilla de san Pedro Apóstol De planta cuadrada fue mandada construir por el arzobispo de Valencia Rodrigo de Borja, más tarde papa Alejandro VI. Las obras se dilataron entre 1466 y 1486 y fueron realizadas por Francesc Baldomar y Pere Compte encargados de construir este último tramo de la catedral.

Remodelada en estilo barroco entre 1696 y 1703 por Juan Pérez Castiel, autor también de la decoración de la capilla mayor de esta catedral, se cubrió con cúpula semiesférica y linterna. En la media naranja se encuentran frescos con los siete sacramentos e incluso en alguna de las representaciones se dice está retratado Vicente de Victoria, responsable del programa iconográfico de la capilla.

El revestimiento interior se resuelve a base de estucos con: decoración vegetal, angelotes, hojarasca, rocallas, medallones y figuraciones realizadas por Antonio Aliprandi de Milán que ya había trabajado en la iglesia de los Santos Juanes de Valencia.

Desde su construcción fue sede de la parroquia de san Pedro, ahora extinguida. Con anterioridad la parroquia de san Pedro se encontraba en la actual capilla de santo Tomás de Villanueva en esta misma catedral.

Los muros laterales están decorados con frescos de Antonio Palomino (* Bujalance, Córdoba 1655 † Madrid 1726) realizados en 1703. En total son seis frescos con marcos de yeserías que representan sendas escenas alusivas a la vida de san Pedro.

Muro derecho
• San Pedro hundiéndose en el mar mientras Jesús le da la mano (centro)
• Liberación de san Pedro de la cárcel por un ángel (lateral)
• San Pedro ante la cruz de su martirio (lateral)

Muro izquierdo
• San Pedro postrado a los pies de Jesús (centro)
• El llanto de san Pedro después de haberle negado tres veces (lateral)
• Curación de un paralítico a la puerta del templo (lateral)

Cada uno de ellos tiene en su parte inferior un versículo alusivo a la escena de que se trata. Los frescos fueron muy dañados en el incendio provocado en la guerra civil de 1936 y han sido restaurados entre noviembre de 2011 y julio de 2013 bajo la dirección del arquitecto Salvador Vila Ferrer. Las partes que no se han podido restaurar se han dejado limpias en un color neutro.

Además por el interior de la puerta de entrada podemos encontrar dos medallones con representaciones de Cristo y la Magdalena en casa de Simón el fariseo y Cristo con los discípulos de Emaús, obras también de Antonio Palomino.

En las pechinas de la cúpula se conservan restos con representaciones de las cuatro virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza), obra del sacerdote y pintor Vicente Vitoria (* Denia, Alicante 1650 † Roma 1712), canónigo de la colegiata de Xátiva. En los muros laterales de la capilla podemos encontrar sendas puertas adinteladas con decoración de estuco con los emblemas de san Pedro y que permite el paso una, con el tránsito a la capilla del Santo Cáliz y la segunda a la capilla lateral adyacente de san Francisco de Borja.

La capilla sufrió importantes daños en el incendio de la catedral de 1936 y el retablo mayor fue destruido por el fuego. Durante muchos años permaneció cerrada y clausurada. En las obras de restauración del 2013 se ha repristinado la capilla gótica dejando visibles dos ventanas apuntadas que hasta el momento se hallaban ocultas por la reforma de Juan Pérez Castiel. En la actualidad se han colocado seis sargas de Nicolás Falcó y en el centro presidiendo la capilla un óleo sobre lienzo de san Pedro.

Los seis grandes lienzos que hacen la función de retablo fueron pintados por Nicolás Falcó a comienzos del siglo XVI y formaban parte de las puertas que protegían el órgano renacentista de la catedral. Representan los momentos principales de la vida de la Virgen María en relación con los misterios salvadores de Jesucristo que se celebran en el año litúrgico: la Anunciación, el Nacimiento de Jesús y la Adoración de los pastores, la Epifania y la Adoración de los Magos de Oriente, la Resurrección del Señor, la Ascensión al Cielo y finalmente, Pentecostés con la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles reunidos en torno a María. Están pintados con una capa ligera de óleo sobre lienzo y por eso se llaman "sargas". Algunos autores consideran que estas sargas proceden de las puertas que cerraban el retablo de la capilla de los armeros (hoy desaparecida) de esta misma catedral, en total estas puertas contenían doce lienzos, seis dedicados a la vida de san Martín (patrón de los armeros) y seis dedicados a los Gozos de la Virgen María que son los que se conservan.

Esta capilla que desde la guerra civil permaneció cerrada y usada como almacén, fue abierta con motivo de la visita del papa Benedicto XVI a Valencia en junio de 2006. En la actualidad a la capilla se le ha añadido una serie de sitiales (procedentes del antiguo coro) y hace funciones de sala capitular.

La reja que cierra la capilla es la única de la catedral que es original del siglo XV, el resto desaparecieron en la reforma neoclásica de finales del siglo XVIII. Realizada en 1467 por el manya Joan Pons Aloy, tiene la particularidad de disponer de dos puertas a los laterales en lugar de una central que suele ser lo habitual. La reja está realizada en hierro y en madera. Destaca en ellas unas curiosas representaciones de lo que parecen ser peces con cabeza humana.

Por encima de la puerta embocadura de la capilla, corre un friso con la siguiente inscripción: Tu es pastor ovium princeps apostolorum, cuya traducción podría ser: Tu eres el pastor de las ovejas, el príncipe de los apóstoles. En la parte superior un relieve de yesería dorada con un complicado juego iconográfico donde podemos ver a los cuatro evangelistas representados por sus animales simbólicos, en el centro el libro de los siete sellos del Apocalipsis de san Juan y el cordero (símbolo de Cristo). El hombre alado que representa al evangelista san Mateo lleva en sus manos la mitra papal alusiva a esta capilla.

Capilla de san Francisco de Borja se trata de una obra de estilo neoclásico realizada por Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez en el siglo XVIII. De planta cuadrada se cubre con cúpula semiesférica. Con anterioridad estuvo dedicada a san Jorge y también fue conocida como "capilla dels Riusechs".

La capilla se encontraba bajo el patrocinio de la familia Centelles, pero al contraer matrimonio en 1548 Magdalena de Centelles con Carlos de Borja y Castro, V duque de Gandia e hijo de san Francisco de Borja, la capilla cambió de titularidad pasando al patrocinio de la familia Borja.

San Francisco de Borja (* Gandia 1510 † Roma 1572), era IV duque de Gandia y Marqués de Llombay, era de la familia de los papas valencianos Calixto III (Alfonso de Borja) y Alejandro VI (Rodrigo de Borja). Carlos V le encargó llevar a Granada el cuerpo sin vida de la emperatriz Isabel. La vista del cadáver le inspiró la idea de "no servir a un Señor que se pudiese morir". A la muerte de su esposa en 1546, resolvió ingresar en la Compañía de Jesús recién fundada por san Ignacio de Loyola. Ordenado sacerdote en Roma en 1551, y como tercer general de los jesuitas (1565), promovió las misiones y los centros de enseñanza, como la universidad gregoriana de Roma.

En el altar central de la capilla lienzo bocaporte de san Francisco de Borja ante el cadáver de la emperatriz Isabel, óleo sobre lienzo de Mariano Salvador Maella (* 1739 † 1819), pintado en el año 1787. Vestido de caballero de la orden de Santiago, levanta el paño que cubre el rostro y las manos de la difunta y siente la llamada de Dios para abandonar las vanidades del mundo. Detrás del lienzo bocaporte se guardaba una escultura del santo tallada por la mano del escultor José Puchol, talla hoy desaparecida.

Sobre el frontón del altar central dos alegorías en estuco representando a la oración (izquierda) y la penitencia (derecha), realizadas por José Esteve Bonet ó José Puchol. La oración está representada por una mujer mayor con los brazos cruzados sobre el pecho mientras que la penitencia lleva en una de sus manos un azote y en la otra una cruz. En la parte superior del frontón un relieve de estuco representando el ingreso de san Francisco de Borja en la Compañía de Jesús, siendo recibido por san Ignacio de Loyola en Roma. En el tímpano del frontón se exhibe el escudo en madera de la familia Borja.

En el lado izquierdo de la capilla cuadro de san Francisco de Borja despidiéndose de sus familiares en su palacio de Gandia para ingresar en la Compañía de Jesús, óleo de Francisco de Goya y en el lado derecho, san Francisco de Borja asistiendo a un moribundo impenitente. San Francisco ya jesuita observa la sangre de Cristo que protege al pecador de los demonios que esperan llevarse su alma, óleos sobre lienzos de Francisco de Goya (Fuendetodos [Zaragoza] 1746 - Burdeos 1828). Pintados ambos en el año 1790 por encargo de la duquesa de Benavente esposa a su vez del duque de Osuna heredero colateral del ducado de Gandia del que fue titular san Francisco de Borja y heredero por tanto de la propiedad de la capilla de los Borja. La duquesa de Benavente realizó el encargo a Francisco de Goya por recomendación del pintor y amigo de Goya, Mariano Salvador Maella. Francisco de Goya por estas fechas se encontraba en la ciudad de Valencia por recomendación del médico de su esposa Josefa Bayeu a quien se le había recomendado un clima más calido y cercano al mar para las dolencias respiratorias que sufría. Durante su estancia en Valencia, Goya se alojó en el Palacio del marqués de la Romana.

En las pechinas encontramos altorrelieves de estuco con alegorías representadas por diversos atributos sostenidos por ángeles: La Templanza (la palma, el freno y el volante), La Fortaleza (escudo, columna y yelmo), La Corrección (libro abierto) y La Justicia Recta (balanza, espada con corona y un libro).

Junto a la capilla encontramos una pequeña habitación conocida como cuarto del chocolate que fue mandada construir en 1665 por el arcediano Francisco de Borja, familiar del santo.

Capilla de san José Obra neoclásica del siglo XVIII, de Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez. Anteriormente hasta 1936 la capilla estuvo dedicada a san Miguel Arcángel y san Pedro Pascual. La planta de la capilla es rectangular y dispone de cúpula elíptica.

En el altar central encontramos una imagen de madera policromada de san José con el Niño en brazos, obra de José María Ponsoda Bravo (1882-1963). En la parte superior del frontón del altar central, dos alegorías en estuco representando la de la izquierda a la Fortaleza y la de la derecha a La Caridad. La Fortaleza representada como una mujer con yelmo que porta una columna, mientras que La Caridad está representada como una mujer rodeada de niños. En la parte superior del frontón, estuco con una imagen de san José protegiendo a la iglesia, en este caso representada con una imagen de la basílica de san Pedro de Roma. Hay que recordar que san José está declarada patrono universal de la iglesia católica.

En los laterales de la capilla encontramos las imágenes del Arcángel san Miguel y san Pedro Pascual, pero antes de 1936 los altares de estos muros estaban dedicados al Santísimo Cristo y a la Longitud de Cristo.

En el muro lateral izquierdo encontramos el altar de san Miguel Arcángel, imagen de madera policromada obra de Francisco Sanchis (1740-1791), en el lado derecho imagen de san Pedro Pascual con hábito de canónigo del siglo XVIII, imagen de madera policromada realizada por Francisco Sanchis, ambas de 1777. Estas dos esculturas hasta el momento del cambio de titularidad de la capilla se encontraban en el retablo central. San Pedro Pascual lleva en sus manos un libro en el cual se puede leer una cita tomada del Cantar de los Cantares: "Tota Pulchra est amica mea / et macula non est in te", que hace referencia a la defensa de la virginidad de María que realizó san Pedro Pascual. (Eres toda hermosa, amada mía, en ti no hay ningún defecto).

En las pechinas de la cúpula estucos con alegorías de san José sostenidas por ángeles: el cepillo, la vara florida, la sierra y la escuadra de carpintero.

En el suelo tumba del arzobispo de Valencia Simón López García (1824-1831) y del cardenal Agustín García-Gascó Vicente, fallecido en Roma en mayo de 2011 y arzobispo de Valencia entre 1992 y 2009.

El arcángel san Miguel es protector de la iglesia, se le representa como príncipe de los ejércitos celestiales venciendo a Satanás.

San Pedro Pascual, de familia cristiana mozárabe, nació en Valencia poco antes de que fuera conquistada la ciudad por Jaime I. Perteneció al clero de esta catedral y a la orden de la Merced. Obispo en Jaén, fue apresado por los musulmanes y llevado a Granada, donde estuvo cautivo cuatro años hasta su martirio en el año 1300.

Junto a esta capilla encontramos un pequeño espacio abierto en el muro, en donde se puede encontrar una imagen de Jesús Ecce Homo. Se trata de una escultura realizada en madera policromada por el escultor Ignacio Vergara en el siglo XVIII.

Capilla de santo Tomás de Villanueva de estilo neoclásico y como todas las anteriores obra de Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez. Siglo XVIII. Capilla de planta cuadrada y cúpula semiesférica.

En el altar central busto relicario con el cráneo de santo Tomás de Villanueva y urna con los huesos del santo. La urna está realizada en madera plateada y está sostenida por ángeles entre nubes. Ambos, busto y relicario están realizados por José Esteve Bonet en 1781. Los restos mortales de santo Tomás de Villanueva se encontraban hasta la desamortización de Mendizábal en el Convento del Socós de Valencia. El busto-relicario se encuentra oculto por un lienzo bocaporte representando a santo Tomás de Villanueva protegiendo al cabildo metropolitano, en él vemos la figura del santo que protege con su manto a dos canónigos de la catedral mientras otros varios presencian la escena, uno de los canónigos a los que protege el santo es Francisco Pérez Bayer (* Valencia 1711 † Valencia 1794). Es obra al óleo del pintor José Vergara realizado en 1791.

Descansan sobre el frontón central dos alegorías en estuco realizadas en 1780 por José Esteve Bonet (1741-1802), la de la izquierda representa a la Misericordia y la de la derecha al santo celo. La misericordia está representada por una mujer que lleva en una de sus manos una rama de roble mientras que el santo celo se representa por un hombre anciano que lleva unos azotes o disciplina. En la parte superior del frontón central, relieve de estuco con el martirio de san Blas anterior titular de esta capilla, obra de José Esteve Bonet. En el tímpano del frontón relieve con los atributos episcopales: dos mitras, un báculo y una cruz.

San Blas (siglo IV) fue obispo de Sebaste (actual Sivas-Turquía). En la escena se ve el momento en que es degollado por sus verdugos cortándole la garganta con un cuchillo. Alrededor del personaje vemos a unos ángeles portando la palma del martirio. Se le considera patrono de los enfermos de garganta.

En el lado izquierdo de la capilla, altar de san Juan de Ribera, con un óleo de Rafael Montesinos Ramiro (* Valencia 1811 † Valencia 1877). En este vemos a san Juan de Ribera arrodillado adorando la Sagrada Forma que aparece milagrosamente en el aire. En el lado derecho La aparición de la Virgen a san Felipe Neri, (* Florencia 1515 † Roma 1595) óleo anónimo del siglo XVIII. En el lienzo vemos al santo, arrodillado y en éxtasis, a quien se le aparece la Virgen María con el Niño Jesús.

En las pechinas de la cúpula estucos con alegorías de las virtudes que poseía san Blas, el titular de la capilla: la Oración, la Doctrina, la Humildad y la Penitencia todas obras de José Esteve Bonet realizadas en 1780.

En el suelo, tumbas de los arzobispos titulares de la diócesis: Veremundo Arías Texeiro (1815-1824), Marcelino Olaechea y Loizaga (1946-1966), Miguel Roca Cabanellas (1978-1992) y del canónigo Francisco Pérez Bayer (* Valencia 1711 † Valencia 1794).

También encontramos la lápida sepulcral en mármol, trabajada en Génova, de la primera sepultura de santo Tomás de Villanueva, donada por don Jacobo y don Mauro Cardells Galea a la santa iglesia catedral de Valencia, ya que por azares del destino la tenían en propiedad. En el frontal vemos tallada en altorrelieve la figura yacente del arzobispo vestido con los ornamentos pontificales. El rostro de la lápida es la vera effigies del santo, tomada de un lienzo de Juan de Juanes que realizó al santo.

santo Tomás de Villanueva, cuyos padres vivieron en Villanueva de los Infantes, nació en Fuenllana-Ciudad Real en 1486. Religioso agustino y profesor de la universidad de Alcalá, Arzobispo de Valencia, reformó las costumbres relajadas de la diócesis, fundó el Colegio de la Presentación para aspirantes al sacerdocio y sobresalió por su caridad, pobreza, prudencia y celo pastoral. Murió en Valencia en 1555.

San Juan de Ribera (* Sevilla 1533 † Valencia 1611), fue patriarca de Antioquia y Arzobispo de Valencia. Aplicó las reformas del Concilio de Trento y fundó el Colegio del Corpus Christi, llamado el Patriarca para fomentar el culto a la eucaristía.

Frente a la capilla de santo Tomás de Villanueva, en el pilar de apoyo de la nave central encontramos una lápida en mármol que conmemora la celebración del 750 aniversario (1238-1988) de la restauración de la sede catedralicia por parte del Arzobispo Pedro de Albalat (Petrus archiepiscopus) y el rey Jaime I (Iacobo I). El aniversario se produjo siendo Arzobispo de Valencia Miguel Roca Cabanellas (Michael archiepiscopus), Joan Lerma como Presidente Autonómico (Ioannes Generalis Consilii Praeses) y rey de España Juan Carlos I (Ioannes Carolus hispaniae rex). En la parte superior de la lápida: los escudos del arzobispo, de la catedral y de la Generalitat Valenciana.

PETRVS ARCHIEPISCOPVS / TARRACONENSIS / IACOBO I REGE FAVENTE / ECCLESIAM CATHEDRALEM / VALENTIAE / DIE IX OCTOBRIS A D MCCXXXVIII / RESTITVIT / IDQVE DCCL ANNIS EXPLETIS / MICHAEL ARCHIEPISCOPVS / CVM CAPITULO ET CLERO / IOANNES CAROLVS HISPANIAE REX / IOANNES GENERALIS CONSILII / PRAESES / POPVLVSQVE VALENTINUS / SOLLEMNITER COMMEMORABANT / 750 ANIVERSARI / 1238 + 1988.

Pedro Arzobispo de Tarragona, con el favor del rey Jaime I, el día 9 de octubre del año de Nuestro Señor 1238, restituyó la iglesia catedral de Valencia. Pasados 750 años, el arzobispo Miguel con el cabildo y el clero, el rey de España Juan Carlos, Juan Presidente de la Generalitat y el pueblo valenciano, lo conmemoran solemnemente. 750 aniversario. 1238 + 1988.

Nave del transepto Ahora nos encontramos en el brazo este del crucero, cuya salida se corresponde con la puerta del Palau. Las cuatro capillas que encontramos en este lugar y las correspondientes al lado opuesto del transepto, se caracterizan por su escasa profundidad y por haber sido abiertas en la reforma neoclásica del siglo XVIII. También destacaremos que en la cornisa de las cuatro capillas de esta nave del transepto podemos encontrar seis figuras de apóstoles, que sumados a los seis apóstoles del lado opuesto suman un total de doce apóstoles con sus correspondientes símbolos, por lo que nos encontramos con un apostolado completo. Estas figuras realizadas hacia 1774 al mismo tiempo que la reforma neoclásica de la catedral, fueron realizadas en yeso por José Esteve, José Puchol y Francisco Sanchis.

Lado evangelio
San Pedro
Lado evangelio
San Andrés
Lado evangelio
Santo Tomás
Lado evangelio
San Felipe
Lado evangelio
Simón el Zelote
Lado evangelio
San Judas Tadeo
Lado epístola
Lado epístola
Lado epístola
Lado epístola
Lado epístola
Santiago Apóstol
Lado epístola

Con anterioridad a la reforma neoclásica en este brazo del transepto podíamos encontrar hasta seis altares, eran los dedicados a santa Bárbara, san Vicente de les Post, santa Escolástica, santa María Magdalena, Nuestra Señora del Milagro y san Agustín, titulaciones hoy desaparecidas en nuestra catedral.

Capilla de santo Domingo de Guzmán, de estilo neoclásico, siglo XVIII, obra de Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez.

En el centro del retablo santo Domingo de Guzmán, presbítero, óleo sobre lienzo de Pedro de las Cuevas (siglo XVII)

En el ático del retablo: santa Bárbara Virgen y Mártir, antigua titular de la capilla. El lienzo es de autor desconocido.

Santo Domingo de Guzmán nació en Caleruega (Burgos) en el año 1170 fundó la orden de los predicadores (dominicos), dedicada preferentemente a la difusión y defensa de la fe católica. Murió en Bolonia (Italia) en el año 1221.

Santa Bárbara virgen y mártir de Nicomedia, muerta en el 235. Según la leyenda, se hizo construir una torre con tres ventanas como símbolo de la Trinidad. Su propio padre la entregó al tribunal y la ejecutó, cayendo fulminado por un rayo poco después. Es patrona de la artillería y contra las tormentas.

Capilla de la Beata Josefa Naval Girbés, capilla de estilo neoclásico del siglo XVIII, obra de Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez.

En el ático del retablo, una pintura de la Asunción de la Virgen de autor desconocido.

En el centro del retablo la Beata Josefa Naval Girbés, virgen seglar, óleo sobre lienzo realizado en 2001 por Juan de Ribera Berenguer (* Valencia 14-01-1935 † Castellón 04-10-2016).

María Josefa Naval Girbés nació en Algemesí-Valencia el 11 de diciembre de 1820 y murió en la misma localidad el 24 de febrero de 1893. Desde su juventud consagró su virginidad el Señor para servir a la iglesia representada en su parroquia y bajo la dirección espiritual de sus sacerdotes. Llevó una vida profundamente piadosa, devoción que supo transmitir a sus vecinos, dejando una profunda huella espiritual que se concretó en muchas vocaciones religiosas y sacerdotales. Hizo mucho por la promoción humana y cristiana de las jóvenes, enseñándoles diversos oficios y elevando su dignidad social. En Algemesí y su comarca se le sigue recordando como "la señora Pepa". Fue beatificada por Juan Pablo II el 25 de septiembre de 1983, y es la primera fiel seglar de Valencia elevada a los altares.

En el suelo, lauda sepulcral de Ausias March, poeta valenciano del siglo XV. Ausias March nació en Valencia hacia el año 1397, fue hombre de armas y señor de Beniarjó. Entre sus obras destacan los poemas de amor, sus "Cants de mort" y el "Cant espiritual". Su obra muestra la influencia provenzal y del renacimiento italiano. Sus poesías se tradujeron a varias lenguas, entre ellas el castellano entre 1539 y 1579, teniendo una gran influencia entre los poetas del renacimiento español. Murió en Valencia en 1459. La losa sepulcral fue colocada en 1950 por la Sociedad "Lo Rat Penat" y el Ayuntamiento de Valencia y va rodeada de un verso del propio poeta que dice así: "Jo sóc aquest qui en la mort delit prenc, puix que no tolc la causa per què em ve" (Yo soy este quien disfrutó de la muerte, porque no rehuyó la causa por la que me viene). Hay que anotar que Ausias March dejó escrito en su testamento donde quería ser enterrado: "en los vas o capilla dels March, en lo claustre de la Seu prop lo capitol". No sabemos el lugar exacto de la capilla de los March pero se cree que el vaso funerario de los March se encuentra en este lugar, de ahí la colocación de la lápida en este sitio.

Flanqueando la puerta en su lado izquierdo, óleo sobre lienzo del valenciano José Vergara Gimeno (* 1726 † 1799), que representa el martirio de san Erasmo. José Vergara lo regaló a la catedral en el año 1790, junto con el martirio de san Vicente colocado en el otro lado de la puerta (derecha). San Erasmo fue obispo de Antioquía en Siria. Fue mártir en la persecución de Diocleciano a comienzos del siglo IV. La temática de san Erasmo fue escogida por el propio Vergara, ya que el día de su nacimiento se celebraba en el santoral san Erasmo. A destacar en el lienzo de san Vicente Mártir, la figura de un niño con túnica rosa que toca la pierna del santo, se considera que es el hijo del propio pintor que superó una grave enfermedad por intercesión del santo.

Le sigue la Capilla de san Pascual Bailón como las anteriores de estilo neoclásico, obra de Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez siglo XVIII

En el centro del retablo: san Pascual Bailón, religioso, pintura reciente. San Pascual Bailón nació en Torrehermosa en el 1540 donde era pastor. Ingresó en la orden de los frailes menores (franciscanos), y sobresalió por su devoción a la Virgen María y por su amor a la eucaristía. Murió en Villarreal de los Infantes (Castellón) en el año 1592. El Papa León XIII lo declaró patrono de las asociaciones y congresos eucarísticos en el 1897.

En el ático del retablo: san Cristóbal, de autor desconocido.

La última capilla del crucero antes de entrar en la girola es la Capilla de san Agustín de estilo neoclásico siglo XVIII, obra de Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez.

En el centro de retablo, san Agustín obispo y doctor de la iglesia, copia reducida (1970) del original de Claudio Coello (1642-1693) que se encuentra en el Museo del Prado de Madrid.

San Agustín de Hipona nació en Tagaste de Numidia (actual Túnez) en el año 354. Después de llevar un vida ligera e ideológicamente turbulenta, recibió el bautismo en Milán de las manos de san Ambrosio durante la vigilia pascual del año 387. Después de la muerte de su madre, santa Mónica, en Ostia en el año 387, que pidió mucho por su conversión, volvió a África y abrazó la vida monástica, fue ordenado presbítero y, finalmente obispo de Hipona. Murió en el año 430 cuando su ciudad episcopal estaba siendo atacada por los vándalos. Escribió muchas obras entre ellas las Confesiones, la Ciudad de Dios y comentarios a las Sagradas Escrituras. Es llamado el "doctor de la gracia".

En el ático del retablo, santa Teresa de Jesús obra de José Camarón Bonanat.

Santa Teresa nació en Ávila en el año 1515. A los dieciocho años entró en la orden del Carmelo, que luego reformó a partir del año 1562. Murió en Alba de Tormes en 1582. Sus escritos místicos le merecieron el título de doctora de la iglesia.

En el suelo, tumba del valenciano Gregorio Mayans y Siscar, erudito valenciano nacido en Oliva (Valencia) en el 1699. Junto a él también están enterrados algunos de sus familiares entre ellos Juan Antonio Mayans. Gregorio Mayans es un hombre de la Ilustración española del siglo XVIII. Catedrático en Valencia y director de la Biblioteca Real. Mantuvo correspondencia con los principales sabios y eruditos de su tiempo. Editó a los autores clásicos y destacó en la crítica histórica y literaria. Abogó especialmente por una radical reforma de los estudios de derecho, gramática y teología.

Llegados a este punto podemos observar sobre la puerta, que como hemos dicho se corresponde con la puerta del Palau, una vidriera policromada con rostros humanos. Se trata de una ventana gótica apuntada, que en el siglo XVIII fue reformada convirtiéndola en adintelada. En 1962 fue repristinada dejándola en su configuración original a excepción de la vidriera que fue confeccionada de nuevo. La ventana se configura en tres arquivoltas abocinadas que apoyan en tres columnas con capiteles decorados con motivos geométricos y vegetales. La entrada de luz queda dividida por una columnilla parteluz realizada en 1962, por tanto no original.

La vidriera fue realizada en 1962 por la empresa Vidrieras de Arte S.A. de Bilbao. Es un vitral conmemorativo del 700 aniversario de la colocación de la primera piedra de la catedral en el año 1262, siendo obispo fray Andreu de Albalat. Distribuidos por distintos lugares de la vidriera podemos leer y ver, si nuestra vista pudiera alcanzar la altura necesaria, una serie de leyendas y sellos. Entre estos últimos el sello del obispo Albalat (que dio inicio a la construcción del templo), el sello del arzobispo Olaechea bajo cuyo pontificado se cumplieron los 700 años y finalmente el sello del cabildo catedralicio. Además se pueden leer las siguientes leyendas y mensajes: el sello de fray Andreu Albalat dice: sello de fray Andrés por la gracia de Dios, obispo de Valencia. En el sello de Marcelino Olaechea se puede leer: sello de Marcelino Olaechea, por la gracia de Dios, y de la sede apostólica, arzobispo de Valencia. En la cima del vitral se puede leer la siguiente leyenda: Pintó Juan Bautista Castro. Hizo Félix Cañada Bello. Directores Alejandro Ferrant Vázquez Arquitecto. Vicente Castell Maiques presbítero y Felipe Mateu Llopis.

Las cabezas de las vidrieras representan los matrimonios esculpidos como canecillos en la cornisa de la puerta románica del Palau. Son parejas ligadas a la historia de la repoblación de Valencia después de su conquista en el siglo XIII por el rey don Jaime I, o quizás sean los donantes del mencionado portal románico. De cualquier modo no debía de ser este el motivo historiado de la vidriera original, el cual se desconoce, siendo la presente representación una libre interpretación decorativa.

Continuamos por la girola, y la primera puerta a nuestra derecha, se corresponde con la sacristía y a continuación las ocho capillas de la girola:

Capilla del Sagrado Corazón de Jesús de estilo neoclásico, siglo XVIII. Obra de los arquitectos Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez. Fue intitulada como capilla de san Antonino Mártir, más tarde bajo la advocación del santo Bulto de Jesús y desde finales de la década de los cuarenta del siglo XX bajo la titularidad de la Virgen del Rosario. Actualmente del Sagrado Corazón de Jesús.

En el centro del retablo imagen del Sagrado Corazón de Jesús, esculpida y decorada por el escultor imaginero afincado en Valencia José María Ponsoda Bravo (* Barcelona 1882 † Valencia 1963). Hasta julio de 2013 en este lugar se encontraba la Virgen del Rosario, imagen de madera policromada del siglo XVIII de la escuela de Vergara y de quien tomaba el nombre la capilla.

En las paredes de la capilla: urnas sepulcrales, la de la izquierda es el sepulcro de Berenguer Guillem de Entenza, tío del rey don Jaime I el conquistador, muerto en la batalla del Puig el 2 de agosto de 1237, un año antes de la reconquista cristiana de Valencia. Adornado con pequeños escudos con las armas reales de Aragón. A la derecha el sepulcro de Berenguer de Blanes, gobernador de Valencia, fallecido en 1413. Ostenta cuatro escudos decorados con cruces rodeadas de seis veneras (conchas de peregrino).

Además dos lienzos de José Camarón (siglo XVIII) del antiguo trascoro: La Virgen entrega el rosario a Santo Domingo de Guzmán y otro lienzo dedicado a san José con el Niño Jesús en brazos.

Capilla de la Virgen del Puig también de estilo neoclásico, del siglo XVIII, obra de nuestros amigos Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez. Esta capilla desde su creación en el siglo XIII siempre ha estado bajo la titularidad de la Virgen del Puig, patrona del Reino de Valencia.

En el centro de retablo: Nuestra Señora de los Ángeles del Puig (Mare de Déu dels Àngels del Puig), óleo pegado sobre tabla de Agustín de Ridaura, discípulo de Francisco Ribalta. Siglo XVII. En la base del marco, bajorrelieve representando una vista panorámica de la Valencia del siglo XVIII, del escultor valenciano José Cotanda (* 1758 † 1802). En el mismo se puede apreciar una vista de Valencia desde la otra orilla del río frente a las Torres de Serranos, así podemos apreciar: el cimborrio de la catedral, el Miguelete, la Basílica de la Virgen, la iglesia de santa Catalina y la puerta de Serranos con su puente.

En el ático del retablo: el cuerno de la abundancia, símbolo romano de la ciudad de Valencia y que algunos autores consideran como el primer escudo de la ciudad de Valencia. Óleo sobre lienzo de autor desconocido. Siglo XVIII.

Sobre el altar: nicho con la estatua yacente (trance místico) de san Francisco Javier, atribuida al escultor Ignacio Vergara. Siglo XVIII. Esta estatua yacente, procede de uno de los altares del desaparecido trascoro neoclásico.

San Francisco Javier, jesuita y apóstol de oriente, de noble familia navarra, fue uno de los primeros discípulos de san Ignacio de Loyola. Murió en Japón en 1552, y su cuerpo se conserva en la ciudad india de Goa. Este tipo de estatua yacente, semejante a la de santa María Magdalena en la capilla contigua de san Rafael, es característica del estilo barroco italiano y representa el ensueño o trance místico del santo representado como peregrino del Evangelio.

En la pared de la derecha, óleo sobre tabla de san Antelmo, (* 1107 † 1178) obispo de Belley, actual Francia y a la izquierda óleo sobre tabla de san Hugo de Lincoln, obispo de Lincoln-Inglaterra (* Castillo de Avalón-Borgoña-Francia ca.1140 † Londres 16-11-1200), obras ambas del siglo XVII atribuidas a Francisco Ribalta. Ambos obispos y monjes cartujos. Las tablas fueron donadas en 1875 a la catedral de Valencia por el canónigo José Matres y proceden probablemente de la cartuja de Portacoeli. Los atributos iconográficos de san Hugo de Lincoln son un cisne y un cáliz del que sale un Niño Jesús. Normalmente va vestido de cartujo y ornamentos propios de obispo.

En la pared izquierda de la capilla: urna sepulcral posiblemente de don Josep Jofré, señor de Pardines. Decorado con cuatro flores de lis (azucenas).

Cuando las tropas cristianas asentadas en El Puig, pequeña montaña al norte de Valencia, preparaban la conquista de Valencia en el año 1237, se halló en aquel lugar un icono en piedra representando a la Madre de Dios, de estilo bizantino. El hallazgo dio tales ánimos a las huestes del rey don Jaime I el conquistador que vencieron en desigual combate, en los mismos campos del Puig, llamado desde entonces de Santa María, a las tropas musulmanas, y luego se adueñaron de Valencia. El rey cristiano atribuyó la conquista al favor de la Santísima Virgen; por eso la proclamó patrona del nuevo reino cristiano de Valencia y, de inmediato, hizo levantar en aquel lugar un santuario que encomendó a los religiosos de la Orden de la Merced. Desde entonces el Monasterio del Puig de Santa María ha sido centro de peregrinaciones y corazón de la tierras valencianas. La imagen de Santa María fue coronada canónicamente el 9 de octubre (aniversario de la conquista de Valencia) del año 1954.

Capilla de san Rafael Arcángel de estilo neoclásico, obra de los arquitectos Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez (siglo XVIII).

Con anterioridad se ha dedicado a la beata Catalina (Caterina) Tomás y en origen a la "Almoyna de Santa Lucia". Se encontraba bajo el patronato de la familia Romeu.

En el centro del retablo: san Rafael arcángel, acompañado por el joven Tobías, imagen de madera policromada de José Ponsoda (1882-1963). Durante los años posteriores a 1939, este afamado escultor valenciano hizo para la catedral, además de la imagen de este altar, las de la Inmaculada Concepción y de san José (en sus capillas) y de Cristo crucificado (capilla de san Pedro).

En el ático del retablo: martirio de san Andrés apóstol, óleo sobre tabla del siglo XVII, de autor desconocido.

Sobre el altar, nicho con la estatua yacente (trance místico) de santa María Magdalena, atribuida a la escuela de Ignacio Vergara del siglo XVIII. Esta escultura procede de la capilla del Ecce-Homo del desaparecido trascoro neoclásico de la catedral.

En los laterales, lienzos de José Camarón del siglo XVIII: Santo Tomás de Aquino con una coronación de Espinas y de Luis Planes (siglo XVIII): san Mateo y san Joaquín con la Virgen niña.

San Rafael es uno de los cuatro arcángeles, con Miguel, Gabriel y Uriel. Su nombre significa en hebreo "medicina de Dios". El libro de Tobías (Antiguo Testamento) cuenta que guió al joven Tobías para ir a buscar esposa, y luego le hizo pescar un pez con cuya hiel curó luego la ceguera de su padre.

María Magdalena la santa "mirófora" o portadora de perfumes, fue la primera que vio a Jesús resucitado cuando fue al sepulcro para embalsamar su cuerpo. Según la tradición, expió su vida anterior de pecadora viviendo en soledad y haciendo penitencia. La imagen yacente la representa en trance místico, contemplando la cruz, con el vaso de ungüento, el libro (signo de la vida contemplativa) y las disciplinas o azotes (signo de mortificación) y la cruz.

San Andrés hermano de san Pedro, fue crucificado en Patrás (Grecia).

Capilla del Cristo de la Buena Muerte de estilo neoclásico del siglo XVIII. Arquitectos: Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez.

Con anterioridad a su actual denominación ha estado dedicada a san Dimas (el buen ladrón) y antes a la Pasión de la imagen (Passione Imaginis). También se ha rendido culto en esta capilla a la Santa Espina.

En el centro del retablo: Cristo crucificado, escultura de madera policromada atribuida a Alonso Cano o a Juan Muñoz, estilo barroco castellano del siglo XVIII. Procede de la desamortización del monasterio agustino de Nuestra Señora del Socorro (el Socós). Es una de las obras de mayor calidad de toda la catedral.

El Cristo tiene como fondo un Calvario, representando a Santa María, madre de Jesús y san Juan el discípulo amado, junto a la cruz. Pintura sobre tabla atribuida por unos a Baccio Bandinelli (siglos XV-XVI) o a un anónimo maestro de Alzira. Estilo renacimiento manierista. Felipe Garín lo atribuye a Vicente Macip.

En el ático del retablo: La Virgen de Montserrat, óleo sobre lienzo del siglo XVII o XVIII de autor desconocido.

Como reseña el evangelio según san Juan, cap 19, 25-27
"Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María la de Cleofás y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella, al discípulo a quien amaba, dijo a la madre, Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo. Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa".

En las paredes de la capilla: urnas sepulcrales. En el muro izquierdo, ataúd de madera del tercer obispo de Valencia, fray Andrés de Albalat O.P. (Orden de los Predicadores-Dominicos), que puso la primera piedra de la catedral en el año 1262. Falleció en Viterbo-Italia en 1276. Sobre el ataúd está pintada aunque muy desgastada la figura yacente del prelado y las armas heráldicas de la familia de los Albalat (un ala abierta). Se da la circunstancia que el sepulcro del obispo Albalat se encuentra dividido entre dos capillas, la parte inferior del sepulcro, en esta capilla, mientras que la parte superior del sepulcro en piedra lo podemos encontrar en la contigua capilla de san Jaime. La siguiente urna en el muro de la derecha, sepulcro del caballero mosén Jaume Castellà, sepultado aquí en el año 1431. En el frontal del sepulcro dos escudos con las armas de los Castellà, un castillo de tres homenajes.

En la pared: Cristo atado a la columna, óleo sobre lienzo anónimo del siglo XVII.

El buen ladrón óleo sobre tabla, obra de Miguel Esteve siglo XVI. Presidió esta capilla desde 1745 hasta 1916. Según el evangelio de san Lucas (23, 42-43), invocó a Jesús desde la cruz en el Calvario "Jesús acuérdate de mi cuando llegues a tu reino" y el Señor le contestó: "Hoy estarás conmigo en el paraíso". En el fondo del cuadro se describe la leyenda del buen ladrón (san Dimas) según el evangelio apócrifo de Nicodemo. Cuando la Sagrada Familia huyó a Egipto, les defendió de sus compañeros bandidos y les protegió. Volvería a encontrar a Jesús treinta años después, crucificado junto a él. Restaurada esta pintura se reintegró a esta capilla el 4 de abril del 2000.

Capilla de san Jaime Apóstol como las anteriores obra neoclásica del siglo XVIII de Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez. Por esta capilla comenzaron en 1262 las obras de construcción de la catedral.

En el centro del retablo: Aparición de Jesucristo y la Virgen María al apóstol san Jaime. Obra de Bernabé Thadeo de Piero de Pone, a finales del siglo XV. Realizado en plata repujada y esmaltes.

En el muro lateral junto al retablo: san Jaime (Santiago el Mayor) ayudando a los cristianos en la batalla de Clavijo, óleo sobre lienzo de Evaristo Muñoz (* 1684 † 1737) del siglo XVIII. Esta pintura en origen, era un lienzo bocaporte que cerraba o abría la hornacina central del retablo dejando al descubierto el grupo de plata en función de las fiestas litúrgicas.

En el ático del retablo: la Asunción de la Virgen, óleo sobre tabla del siglo XVII o XVIII, de autor desconocido. La mayor parte de las pinturas de los áticos de los retablos proceden de retablos góticos anteriores a la reforma neoclásica del siglo XVIII. Bajo el retablo central pequeña tabla de la Sagrada Familia sobre la puerta del Sagrario.

En las paredes de la capilla: a la izquierda, parte escultórica y pétrea del sepulcro gótico del tercer obispo de Valencia, fray Andrés de Albalat O.P. (fallecido en 1276) que colocó aquí la primera piedra de la catedral el 10 de junio de 1262. Sería el complemento del sepulcro que se halla en la capilla contigua (Cristo de la Buena Muerte) y que fue desmontado en el siglo XVIII. Podemos ver la figura yacente del obispo con báculo y mitra bajo tres arcos apuntados.

A la derecha bajo un arcosolio del siglo XIII, urna sepulcral con los restos del primogénito del rey Jaime I el Conquistador, don Alfonso de Aragón fallecido en 1260 en Calatayud y los de su esposa Constanza. En el frontal escudos con las armas reales de Aragón. Los restos fueron trasladados hasta esta catedral desde el Monasterio de Veruela. No obstante hay autores que dudan que este traslado se produjera y avanzan la hipótesis de que los restos de la urna correspondan a otros miembros de la familia real aragonesa y que el sepulcro proceda del Monasterio de san Vicente de la Roqueta.

Junto al sepulcro se ha colocado una reproducción de la lápida fundacional de la catedral que ya hemos tenido ocasión de comentar y que desapareció en el siglo XVIII.

Como reseñan los evangelios, san Jaime, llamado también Santiago, y san Juan, pescadores, hijos de Zebedeo, fueron llamados por Jesús en las orillas del lago de Galilea. El Señor los llamó, por su vehemencia, "Los hijos del Trueno". San Jaime fue el primer apóstol en morir como mártir de Cristo, en Jerusalén. Según la tradición, predicó el evangelio en España, donde fue animado por una aparición de la Virgen María en Zaragoza y, después del martirio, sus discípulos trajeron su cuerpo a Galicia donde es venerado su sepulcro en la ciudad de Santiago de Compostela, meta del camino de Santiago, que recorre toda Europa central. Durante la reconquista de España, los cristianos, especialmente navarros, gallegos, leoneses y castellanos, tuvieron a Santiago como santo protector, y así se cuenta, que el rey Ramiro I en el año 844, tuvo una batalla en el lugar riojano de Clavijo, en la que venció a los musulmanes con la ayuda de una aparición del Apóstol montado sobre un caballo blanco, como lo representa el cuadro de esta capilla. Se trata de una tradición posterior a la verdadera batalla, que tuvo lugar en Albelda (La Rioja) sin que los datos históricos mencionen la aparición de Santiago.

Capilla de la Virgen del Pilar de estilo gótico siglo XIII, suprimida la decoración neoclásica del siglo XVIII. Arquitecto Arnau Vidal, primer maestro de obras de la catedral. En origen bajo la advocación de san Cosme y san Damián y posteriormente a santa Catalina Mártir, en la actualidad a la Virgen del Pilar desde 1939. La Virgen del Pilar es patrona de la Hispanidad y de Aragón.

Retablo del siglo XVIII, en su centro imagen de la Virgen del Pilar, de madera policromada y autor desconocido, realizada al acabar la guerra civil española. Sobre el altar: san Fernando rey de Castilla y León, escultura de S. Agudo, tallada en el año 1956. En el ático del retablo: san Juan Bautista, pintura sobre tabla, resto de un retablo del siglo XV de autor desconocido.

A la izquierda sepulcro gótico de don Raimundo Gastón, obispo de Valencia, redescubierto en diciembre del 2003 en la capilla de san José, donde había sido llevado y enterrado en el siglo XVIII. En la tapa del sepulcro vemos la figura yacente del obispo vestido de pontifical y con un león a los pies. En el frontispicio y en los laterales, relieves del cortejo funerario, donde cada personaje se encuentra en el interior de un arquillo.

En las paredes Pentecostés y milagros de san Andrés, pinturas sobre tabla de Juan de Borgoña (siglos XV y XVI).

Según la tradición la Virgen María, antes de su tránsito al cielo, se apareció al apóstol san Jaime, a orillas del Ebro, para reconfortarlo en su misión cuando se encontraba muy desanimado en Zaragoza, por la falta de respuesta a su mensaje evangélico. Nuestra Señora le dejó entonces como señal un pilar o columna que es venerado en la basílica de su mismo nombre en Zaragoza.

Fernando III el Santo nació en Valparaiso (Zamora) en 1201. Rey de Castilla desde 1217 y de León desde 1230, era primo hermano del rey Jaime I el Conquistador. Inició las catedrales de León y Burgos y conquistó a los musulmanes las ciudades de Jaén, Córdoba, Sevilla y Cádiz. Reprimió la herejía albigense. Murió en Sevilla en el año 1252.

La reforma neoclásica de la catedral. El 1 de septiembre de 1774, siendo arzobispo de Valencia, don Francisco Fabián y Fuero, se inició una total renovación del templo para ocultar su primitiva traza gótica con un revestimiento de estilo inspirado en los cánones greco-romanos y renacentistas, conforme a las normas académicas del siglo XVIII. A esta reforma algunos autores la han denominado la reforma ilustrada, por ser contemporánea en el tiempo con el auge cultural conocido como la Ilustración.

Dirigieron las obras los arquitectos Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez. Se construyeron de nueva planta las capillas de las naves laterales, los arcos ojivales se transformaron en otros de medio punto, se cubrieron las pilastras góticas con columnas corintias y los muros con estucos y dorados. Solo quedaron a la vista los nervios góticos de la crucería de las bóvedas. De todo ello es buena muestra el conjunto de la girola, restaurada en 1998.

En el año 1961, bajo la dirección del arquitecto Juan Segura del Lago, se comenzó la recuperación del estilo gótico primitivo de la catedral, suprimiéndose los tejados a doble vertiente y retornando a la cubierta primitiva de terrazas; se suprimió la decoración neoclásica del cimborrio, y se devolvió el estilo gótico original a las naves y bóvedas del templo. En estos trabajos colaboraron Fernando Chueca Goitia (1911-2004) y Luis Gay Ramos (1912-1996). Este proceso de devolución a sus orígenes góticos originales se le ha llamado repristinación de la catedral.

A destacar que este proceso de repristinación no se pudo llevar a cabo en las capillas laterales, por la sencilla razón que las capillas góticas originales fueron demolidas para construir las capillas neoclásicas de nueva planta. A título informativo podemos añadir que antes de la reforma neoclásica, la catedral disponía de cerca de 90 capillas distribuidas por todo el interior del templo, muchas de ellas de pequeño tamaño, adosadas a los muros laterales del coro o también en los pilares de sujeción de las bóvedas.

Capilla de san Jacinto María Castañeda y de los mártires valencianos del siglo XX de estilo neoclásico siglo XVIII, obras como no de Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez.

En origen se encontraba bajo la advocación de san Andrés (hasta 1397) y más tarde de san Andrés y santa Catalina y posteriormente a Nuestra Señora de la Peste (cuya advocación anterior se encontraba en la actual capilla de san Luis Obispo). En la actualidad dedicada a san Jacinto María Castañeda. El patronato de la capilla la ostentaba la familia Esplugues.

Centro del retablo: Martirio de san Jacinto María Castañeda, presbítero, y de san Vicente Liern, religioso, óleo sobre lienzo de autor desconocido.

Sobre el altar: Virgen de los Dolores, óleo sobre tabla atribuido a José Vergara o a su discípulo Juan Bautista Suñer (* 1753 † 1797) en el siglo XVIII. En la tabla se puede ver a la Virgen María sosteniendo la corona de espinas mientras un puñal le atraviesa el pecho.

Ático del retablo: san Gabriel Arcángel, óleo sobre tabla de autor desconocido fechado en el siglo XVI. Se trata de un fragmento de retablo. El arcángel Gabriel, cuyo nombre hebreo significa "fortaleza de Dios", anunció a la Virgen María que sería la madre del Salvador.

En los laterales dos óleos sobre lienzos realizados en el año 2001 por el pintor de Játiva, Ernesto García Lledó. Representan al Beato José Aparicio Sanz, presbítero en Enguera y a 232 compañeros mártires sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares asesinados en la guerra civil de 1936. Son los mártires valencianos del siglo XX. Algunos de los representados son retratos reales de los personajes, otros son retratos idealizados por no disponer de fotografías del personaje.

Bajo el altar de esta capilla encontramos una urna que contiene las reliquias de estos mártires, urna realizada en 2001 en los talleres de los Hermanos Piró (Piró Orfebres SL).

Muro derecho de la capilla: Urna sepulcral del canónigo arcediano Pere d'Esplugues († 1337) capellán del Papa, canónigo de Lérida y fundador de la población valenciana de La Pobla Llarga, también conocida en épocas pasadas como La Pobla d'Esplugues o La Pobla de L'Ardiaca.

Entre esta capilla y la que le sigue se encuentra una pequeña sala que era el antiguo vestuario canonical.

San Jacinto María Castañeda, nació en Xàtiva (Valencia) a mediados del siglo XVIII. Entró muy joven en el convento setabense de la Orden de Predicadores (dominicos). Pidió ser enviado a las regiones más remotas de Asia y fue incorporado a la provincia del Santísimo Rosario en las islas Filipinas. Predicando el evangelio en China fue detenido y procesado, sufriendo el martirio con el hermano de Orden Vicente Liern a la edad de treinta años. El papa san Pío X lo beatificó junto con el mencionado Vicente y otros seis compañeros de la orden de Santo Domingo. El papa Juan Pablo II declaró santos a estos mártires, canonizándoles el 19 de junio de 1988.

El beato José Aparicio Sanz, párroco de Enguera (Valencia), fue martirizado en Valencia el 29 de diciembre de 1936. Encabeza la lista de 233 mártires de la persecución religiosa (1936-1939), entre otros muchos más que derramaron su sangre por Cristo en la archidiócesis de Valencia. Fueron beatificados por el papa Juan Pablo II el 11 de marzo del 2001.

Capilla de san Dionisio y santa Margarita Estilo gótico del siglo XIII. Obra de Arnau Vidal. San Dionisio, primer obispo de París (siglo III) y santa Margarita virgen y mártir del siglo III.

Antigua capilla de san Antonio Abad repristinada en el año 1961. Antiguamente estuvo bajo el patronazgo de la familia Catalá de Valeriola.

Retablo de san Dionisio y santa Margarita: Temple y óleo sobre tabla de Vicente Macip (finales del siglo XV). Procedente de la iglesia de san Juan del Hospital.

Tabla central: san Dionisio, obispo y mártir y santa Margarita virgen y mártir. Laterales: Adoración de los Magos, Ascensión del Señor, Pentecostés y Transito de la Virgen. Sobre la tabla central Aparición de Jesús resucitado a la Virgen María, acompañado de los justos del Antiguo Testamento que ha salvado en su descenso al lugar de los muertos. En los guardapolvos: santos, san Sebastián, san Pedro mártir, santa Isabel, san Cristóbal, Santos Cosme y Damián, san Miguel y Ángel Custodio del reino de Valencia. Además de La Trinidad, Cristo imagen del Padre y el Espíritu Santo. En la Predela: Escenas de la pasión, oración de Jesús en el huerto, flagelación, camino del Calvario y descendimiento. En el centro Cristo varón de dolores puesto en el sepulcro. En la cimera del retablo: Cristo en la Cruz.

En el suelo lápidas sepulcrales del obispo fray Raimon Despont muerto en 1312, del arzobispo Andrés Mayoral Alonso de Mella, muerto en 1769, y bajo la misma lápida, los arzobispos Luis Alfonso de los Cameros muerto en 1676 y Juan Francisco Ximénez del Río muerto en 1800.

En el muro derecho lápida memorial de don Gilaberto Carroz de Centelles, nacido Vicente Catalá de Valeriola y Castellví († 08-04-1766), adornado con el escudo familiar de los Catalá de Valeriola. También en esta capilla fue enterrada la última duquesa de Almodovar e hija del anterior, doña Josefa Dominga Catalá de Valeriola Luján y Gongora († 07-02-1814). Con la muerte de la III duquesa de Almodovar se puso fin al linaje de los Catalá de Valeriola en la ciudad de Valencia.

La lápida anterior dice: El ilustre señor don Gilaberto Carroz / de Centelles, antes don Vicente Catalá / de Valeriola y Castellví, marqués de Nules / y Quirra, que murió en 8 de abril de 1766 / está sepultado en esta capilla de san Antonio Abad / renovada a expensas de su hija la Exma. / doña Josefa Dominga Catalá de Valeriola / Castellví Luján y Gongora, duquesa / de Almodovar y marquesa de Quirra / como patrona de ella, en 17??.

A destacar que las capillas de la Virgen del Pilar y la de los santos Dionisio y Margarita, se les ha retirado su reforma neoclásica y se han dejado en su estilo gótico original, mientras que en el resto de las capillas se ha mantenido la reforma neoclásica del siglo XVIII. Esto se ha hecho a propósito con el fin de que el espectador pueda comprobar el modelo gótico original del siglo XIII de las capillas y los cambios sufridos con la reforma neoclásica del XVIII.

Capilla de la Resurrección Para hablar de esta capilla seguiremos la estela del sacerdote valenciano don Josep Martínez Rondan que localizó en diversos archivos de la catedral y del Patriarca, documentación acreditativa del comitente y de los autores de esta capilla.

En la parte del trasaltar, nos encontramos con la capilla de la Resurrección, (llamada popularmente La Coveta), obra en alabastro traslucido de las canteras de Niñerola de Picassent. La capilla se encuentra cerrada por un magnífico pórtico de alabastro de tres arcos. Fue labrado entre 1523 y 1535 a expensas del notario y escriba de la sala de jurats i consell de la ciutat de València, Gaspar Eximeno († 1530) como su lugar de enterramiento. La obra contó con la participación de Luis Muñoz (escultor), Joan Baptiste Corbera (presbiter et magister artis de pedrapiquer cedis Valentiae) y el maestro Jagnes a quién no se ha podido identificar pero se cree puede referirse a Fernando Yáñez de la Almedina, pintor que participó en la confección de las tablas del retablo mayor. De la dirección de las obras quedaron encargados Bernat Joan Cetina (mestre argenter de la Seu) y el ya mencionado Luis Muñoz.

El diseño de la capilla se adapta perfectamente a la forma poligonal de la girola y es una clara representación del arte renacentista a lo romano en la ciudad de Valencia. Formado por tres arcos, el central muy rebajado (carpanel) y los laterales formados por arcos de medio punto en esviaje, estos se articulan por columnas de orden compuesto y entablamento, y permiten mostrar un interesante repertorio decorativo de formas italianizantes, águilas con las alas desplegadas, jarrones, querubines, zarcillos vegetales, grutescos y motivos varios de inspiración renacentista. En su parte superior una balconada se abre al interior de la girola. En los extremos de esta baranda superior dos pequeñas figurillas rematan la capilla, representan a san José y a la Virgen María. En origen había cuatro estatuillas pero dos de ellas se han perdido y solo restan las dos actuales.

En su interior, como más importante, destacaremos un bellísimo altorrelieve de la resurrección del Señor obra en piedra alabastrina pulida y abrillantada de estilo renacimiento, realizada a expensas de los herederos del citado Gaspar Eximeno entre 1535 y 1536 y atribuido sucesivamente a Damián Forment, Alonso Berruguete, Bartolomé Ordóñez y otros, pero finalmente se ha documentado como del burgalés Gregorio Pardo (hijo del escultor Felipe de Vigarny). Conserva restos de policromía y del dorado que lo decoraban en su aspecto primitivo.

En el centro del relieve vemos la figura de Cristo Resucitado saliendo del sepulcro acompañado de varios ángeles, mientras que varias figuras que representan a los guardias gesticulan asustados, otros personajes de menor tamaño situados al fondo se interpretan como las tres Marías camino del sepulcro. La incorporación de todos estos personajes parece ser que tiene la clara intención de dar una sensación de movimiento y profundidad a la escena, dotándola de un dramatismo que sea percibido por el espectador.

En esta capilla se encuentra expuesto el brazo incorrupto de san Vicente Mártir, que fue donado a la catedral en 1970. san Vicente mártir, diácono de Zaragoza, fue martirizado en Valencia en el año 304. Su culto se difundió con rapidez en la iglesia universal y su figura fue tenida por el santo más representativo de España. Su basílica sepulcral de san Vicente de la Roqueta, situada extramuros de la ciudad de Valencia, era muy visitada; pero, durante la dominación musulmana, las sagradas reliquias del santo desaparecieron, escondidas o dispersas.

Hacia el año 1103 o 1104 el entonces obispo mozárabe de Valencia Teudovildo, marchó en peregrinación a Tierra Santa, y llevó consigo el brazo izquierdo del santo patrón. A dicho prelado le sobrevino inesperadamente la muerte en Bari (costa del Adriático, Italia), y allí quedaron sus despojos mortales y cuanto él llevaba en la valija. Teudovildo fue enterrado en la basílica de san Nicolás de Bari y sus pertenencias, entre ellas el brazo del santo, quedaron en custodia de Elías, obispo de la diócesis de Bari. Hasta comienzos del siglo XVII el brazo del santo permaneció en Bari, estando luego documentada su presencia a mediados del siglo XVIII en el convento dominico de santo Domingo di Castello en Venecia y en él permanecería hasta principios del siglo XIX en que el monasterio fue abandonado por la llegada de las tropas napoleónicas y escondida en el parvulario de la Santa Madre de Dios en la misma Venecia. En 1948 consta que es dueño de la reliquia don Pietro Zampieri (* Vigovono, Venecia 1922 † 2013) y que estaba depositada en la iglesia de la Sagrada Familia de Padua. Es Pietro Zampieri quien decide en 1966 donar la reliquia a la ciudad de Valencia y ofrecérsela al arzobispo valentino Marcelino Olaechea.

Antes de aceptar la donación el arzobispo Olaechea quiso hacer un estudio pormenorizado del brazo del santo. El trabajo de campo fue encargado al investigador y canónigo de la catedral, Vicente Castell Maiques (* Algemesí 1918 † Algemesí 1998) quien entre 1966 y 1970 se encargó del estudio del brazo junto con médicos e investigadores de distintas disciplinas. Los estudios forenses fueron llevados a cabo en el Instituto de cirugía plástica de la Universidad de Padua. Se realizaron una serie de estudios forenses y se llegó a la conclusión, que el brazo correspondía a un varón de una altura aproximada de 1,70 metros, de 25 a 30 años y lo que es más importante que el brazo presentaba quemaduras del tipo que se describen en las actas martiriales del santo, lo que a juicio del cabildo catedralicio era prueba suficiente junto con los documentos que se poseían, de la autenticidad de la reliquia. Al brazo le falta el dedo pulgar, falta que está documentada desde 1749. En 1969 el entonces patriarca de Venecia, Albino Luciano, futuro papa Juan Pablo I, expidió un documento autentificando la reliquia.

El documento oficial de donación lleva fecha de 22 de enero de 1970 firmado en Padua, la entrega de la reliquia a las autoridades valencianas se realizó el 11 de octubre de 1970, llegando al puerto de Valencia a bordo de la fragata española Sarmiento de Gamboa el 16 de octubre de 1970. Junto con la reliquia del brazo izquierdo del santo llegó el artístico relicario que lo contiene, un relicario de bronce regalo de la villa italiana de Vigonovo.

El relicario que contiene la reliquia del santo es obra en bronce plateado del veneciano Giancarlo Fecchio, realizado en Padua. Se encuentra coronado por una cruz al estilo de las iglesias venecianas. En la parte inferior lleva un bajorrelieve con una escena alusiva a san Vicente Mártir. En ella vemos a san Vicente Mártir entronizado en una silla y junto a él, san Lorenzo (con la parrilla), san Esteban, san Nicolás de Bari, san Antonio de Padua, san Pedro y san Juan Bautista. Arrodillados a los pies del santo, el donante de la reliquia y el arzobispo García Lahiguera. También podemos observar una pequeña cabeza de león simbolizando la ciudad de Venecia y escudos de la ciudad de Valencia y Vigonovo (en los laterales).

Coincidiendo con la festividad del santo, en enero de 2021 las monjas agustinas de san José y santa Tecla con casa en el Vedat de Torrente, entregaron y donaron a la catedral de Valencia, la cadena y la argolla que según la tradición habían sujetado al mártir Vicente en el siglo IV y que las monjas custodiaban desde que tuvieran su convento en la calle del Mar ya que el mismo había sido construido parcialmente sobre una de las cárceles del santo. Las reliquias (cadena y argolla) acompañan por tanto al brazo de san Vicente ahora en la capilla y hacen de esta, un gran memorial a la vida y muerte de san Vicente Mártir.

En la parte trasera del relicario, dos placas laudatorias en latín nos dicen: BEATI VINCENTII / ARCHILEVITAE CAESARAUGUSTANI / ET PROTOMARTYRIS VALENTIAE / PRAECLARA RELIQUIA SINISTRI BRACHII / MIRAE PASSIONIS SIGNATI VESTIGIIS / HAC IN URNA RECONDITI, cuya traducción un tanto libre y voluntariosa podría ser: san Vicente / archidiácono de Zaragoza / y protomártir de Valencia / preclara reliquia brazo izquierdo / con las huellas evidentes de su asombrosa pasión / en esta urna se conserva. La segunda inscripción dice: S. METROPOLITANAM VALENTINAM ECCLESIAM / CUM EIUS ESSET ANTISTES / JOSEPHUS M. GARCÍA LAHIGUERA / QUAM LIBENTISSIME DONAVIT / PETRUS ZAMPIERI / III ID. DEC. MCMXXII VICINOVI ORTUS / IN VENETA PROVINCIA / ATQUE FILIUS VALENTIAE CIVITATIS / AB EIUSDEM PRINCIPIBUS BENIGNE / RENUNTIATUS A REPARATA SALUTE MCMLXX y cuya traducción libre podría ser: Pietro Zampieri de Vigonovo, provincia de Venecia, nacido en 3 de diciembre de 1922, hijo de la ciudad de Valencia, hizo donación a la santa metropolitana iglesia de Valencia, siendo arzobispo José María García Lahiguera. En el año 1970.

En la parte superior de la capilla de la resurrección encontramos El trasaltar:

El trasaltar fue reconstruido en el siglo XVIII en la reforma neoclásica de la catedral, contiene elementos anteriores y es un monumento a la Sagrada Eucaristía. Era conocido como altar del Corpus.

En la puerta del Sagrario: Cristo Salvador (Cristo eucarístico), pintura sobre tabla de Vicente Macip realizada hacia 1525. Estilo renacimiento. Por encima de ella La última cena, óleo sobre lienzo de la escuela de Ribalta realizado en 1606.

En el coronamiento: Un ángel lleva pan al profeta Elías, obra de Luis Antonio Planes del siglo XVIII. Estilo neoclásico.

En el ático relieve alegórico de la Santísima Trinidad con el cordero místico sentado sobre el libro de los siete sellos.

A los lados del sagrario: pinturas murales representando motivos eucarísticos, el jarro de vino y la mesa con los panes de la proposición y relieves de estuco con espigas y racimos de uvas.

Frente a la capilla de la resurrección y en la misma girola, se sitúa la Virgen del Coro o Mare de Déu de la Cadira (silla en valenciano), imagen de piedra alabastrina policromada y dorada a tamaño natural, del siglo XV. En esta imagen Nuestra Señora aparece sentada sobre un rico trono; sobre la cabeza luce una corona y azucenas de plata en una de sus manos. Realizada hacia 1465 por escultor y platero valenciano Joan de Castellnou. La silla de la imagen es del siglo XVIII. La corona que lleva la Virgen y los rayos que emergen de la cabeza del Niño Jesús, no son las originales de Castellnou, estas fueron sustituidas en 1631 y las que ahora luce la escultura son de factura reciente. Además Joan de Castellnou sería el autor de la custodia de oro de la catedral, que desaparecería al ser fundida en 1812. La imagen del Niño Jesús descansa sobre la pierna izquierda de la Virgen. Tiene su mano derecha en actitud de bendecir y en la izquierda sostiene la bola del mundo. La talla de la Virgen se situaba originalmente en la parte superior de la puerta de entrada al trascoro (damunt lo portal del Cor, d'alabaust). No se sabe con certeza en que momento se decidió trasladar la Virgen desde su lugar en el trascoro hasta la girola.

Existe una costumbre, como es la de invocar a la Santísima Virgen en vísperas del parto; y por ello, muchas futuras madres rezan ante esta imagen y dan nueve vueltas a la catedral, en recuerdo de los nueves meses en los que Santa María esperó el nacimiento de su hijo Jesucristo.

Sobre esta costumbre de que las embarazadas den nueve vueltas a la catedral, hay que situarse en el trasfondo de la época y en las circunstancias de las mujeres en ese momento. Hoy es bien sabido que los médicos recomiendan a las mujeres embarazadas que caminen para permitir que el feto se sitúe en posición adecuada para el parto. En el siglo XIX los médicos ya sabían lo bueno que era andar, por eso y dado que en aquella época las mujeres trabajaban hasta el último momento de dar a luz, encontraron la excusa perfecta para obligar a las mujeres a andar y nada mejor que dar nueve vueltas a la catedral y encomendarse a la Virgen.

Órgano En los muros inmediatos a esta capilla encontramos el órgano de la catedral. Formado por algunas tallas renacentistas salidas de la mano de Luis Muñoz sobre planos de Fernando Yáñez de la Almedina. Son diez relieves (cinco a cada lado) en madera oscura en su color natural que representan a ángeles cantores o llevando instrumentos musicales. Y decimos algunas tallas porque el órgano de la catedral, sufrió importantes daños en la guerra civil lo que obligó a su desmontaje y a reconstruir un nuevo órgano mucho más pequeño que fue este; situado en la capilla mayor. Parte de los pedazos que lograron salvarse se encuentran en el Museo de la catedral y otra parte se utilizaron para este nuevo órgano.

En realidad hay que decir que la catedral disponía de dos órganos, situados a ambos lados del coro que se encontraba en el centro de la nave central. Ambos casi idénticos fueron realizados en el siglo XVI por Pedro Andrés Teixidor y Diego Ortiz, ambos organistas de la catedral. Después de la guerra civil tanto los órganos como el coro tuvieron que ser desmontados, eliminados de su emplazamiento original y sus distintos elementos reaprovechados en la misma Seo. Los órganos eran conocidos como mayor y menor pues aunque ambos tenían similares características, los diferenciaba el tamaño de los mismos.



El actual órgano de la catedral es por tanto un mueble reconstruido a partir de 1939 con piezas del antiguo órgano situado anteriormente sobre el coro en la nave principal y que fue destruido durante la guerra civil. Formado por dos cajas, las tallas de madera son de puro estilo renacimiento diseñadas entre 1510 y 1513 por Fernando Yáñez de la Almedina, discípulo de Leonardo da Vinci y pintor de algunas tablas junto con Fernando de los Llanos de las puertas del retablo mayor. Es obra en madera ejecutada por el tallista valenciano Luis Muñoz. La maquinaria, tubos, teclados etc. del órgano son posteriores a 1939 y no tienen interés artístico. A principios de este siglo el órgano fue reparado, recuperando una acústica adecuada a su fin, permitiendo además la celebración de conciertos de órgano en momentos especiales.

Imágenes de los restos del órgano antiguo de la catedral

Avanzamos al brazo oeste de la nave del transepto que da salida a la puerta de los Apóstoles y a la Plaza de la Virgen.

A nuestra derecha en el arranque de la girola podemos ver una puerta que da acceso al vestuario de canónigos. Sobre la puerta del vestuario, Cristo coronado de espinas, lienzo de Vicente Inglés (siglo XVIII). El vestuario de canónigos está formada por una antesala y el vestuario canonical propiamente dicho.

El vestuario de canónicos ocupa parte de la capilla que estuvo dedicada a la Virgen de los Desamparados. En las claves de la bóveda aún se pueden ver algunos restos con simbología de la Cofradía de la Virgen de los Desamparados. La antesala se cubre con bóveda de crucería con terceletes y claves historiadas.

Siguiendo el orden de la visita, a nuestra izquierda vemos el púlpito gótico del siglo XIV llamado de san Vicente Ferrer. Recibe este nombre por que se dice que desde el mismo, predicó san Vicente Ferrer en la catedral. Cierto es, que la catedral disponía de cuatro púlpitos góticos, cada uno de ellos adosado a una de las columnas del crucero. En la reforma neoclásica del siglo XVIII, tres de ellos desaparecieron y solo quedó este cuarto intacto. Que san Vicente Ferrer predicó en la catedral es seguro, que lo hiciera desde este púlpito en particular, no lo sabemos con certeza pero la historia así nos lo cuenta. Sobre el púlpito, óleo sobre tabla de san Vicente Ferrer, obra de 1982 del pintor Adolfo Ferrer Amblar (* Valencia 1906 † 1993), copia del original que se conserva en el Museo de Bellas Artes.

También podemos observar a nuestra derecha el rosetón gótico con la estrella de David, encima de la puerta. Es obra del siglo XIV, muestra el trazado de la estrella de David con la cruz en su centro.

En el lado izquierdo encontramos un óleo sobre lienzo del valenciano Vicente Inglés (muerto en Valencia en 1821) que representa a san Pedro liberado por un ángel. En el lado derecho otro óleo del mismo autor representando el Martirio de san Bartolomé. Ambos cuadros fueron regalados por el pintor en el año 1791. San Bartolomé, apóstol de Jesucristo, fue martirizado en Armenia y san Pedro fue liberado por un ángel de su prisión de Jerusalén, conforme se relata en los Hechos de los Apóstoles.

Bajo el lienzo una lápida conmemorativa del primer aniversario de la visita del papa Benedicto XVI a Valencia en 2006 con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias. La losa realizada por Mármoles Mabello con piedra de Ulldecona tiene una inscripción en latín que dice: A.P.R.M. / BENEDICTVS PAPA XVI / DIE VIII IVLII A. D. MMVI / PANCOSMII FAMILIARVM V CONVENTVS / OPORTVNITATEM ARRIPIENS / AB AVGVSTINO GARCÍA GASCO ET VICENTE / ANTISTITE VALENTINO COMITATVS / HOC CATHEDRALE TEMPLUM INVISIT / IESV CHRISTI VICARIVM / HISPANIAE EPISCOPI / CAPITVLVM CLERVS / OMNESQVE SANCTIMONIALES / QVIBVS BENEDICTIONEM APOSTOLICAM IMPERTIIT / PERMAGNO GAVDIO HONESTARE. Y se traduce por: Para perpetur memoria / BENEDICTO PAPA XVI / El día 8 de julio de 2006 / con motivo del V Encuentro Mundial de las familias / visitó este templo catedral / acompañado por el arzobispo de Valencia / Agustín García-Gasco Vicente / El vicario de Cristo fue aclamado / por los obispos de España / el Cabildo, Clero, Religiosos y Religiosas / a los que impartió la bendición apostólica. En los ángulos de la lápida se han grabado los escudos del papa Benedicto XVI, del arzobispo valentino monseñor García Gascó, de la catedral y el del V Encuentro Mundial de las Familias.

Cerca de esta, otra lápida conmemorativa dice: "1355 - 2005 / En conmemoración / del seiscientos cincuenta / aniversario de la procesión / del Corpus Christi / de la ciudad de Valencia / 29 de Mayo de 2005 / Ajuntament de Valencia / L'Associacio / Amics del Corpus / de la ciutat / de Valencia. Lleva los escudos de la ciudad de Valencia, el Santo Cáliz con la Hostia Eucarística y dos cirialots personajes de la procesión del Corpus.

En este muro de la nave del transepto podemos ver pintados en las paredes, distintos escudos heráldicos. A la izquierda de la portada tres escudos: el central correspondiente a la familia Castellar (un castillo) y flanqueando a este, dos escudos correspondientes a la familia de Raimundo de Belestar, cuyo sepulcro se encuentra en el pasillo de acceso a la capilla del Santo Cáliz. A la derecha de la portada podemos ver dos escudos pintados en la pared.

Desde este punto y levantando la vista a la bóveda, podemos observar en la clave, una imagen de san Vicente Mártir en el ecúleo (instrumento de tortura). Esta representación es única en la catedral, no así en la capilla cárcel del santo situada en la cercana plaza de la Almoina, que conserva una clave casi idéntica a la presente. La clave conserva restos de policromía y se considera que es original del momento de la construcción del templo.

Capilla del Beato Gaspar de Bono de estilo neoclásico, del siglo XVIII. Obra de los arquitectos Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez.

Centro de retablo: Beato Gaspar de Bono, presbítero, óleo sobre lienzo, obra de la escuela valenciana de pintura del siglo XVIII.

Ático del retablo: san Francisco de Paula, ermitaño, fundador de los Mínimos, óleo sobre lienzo de la escuela valenciana del siglo XVIII. San Francisco de Paula murió en Tours en el año 1507.

Gaspar de Bono nació en Valencia. Fue mercader y soldado antes de entrar en la orden de los Mínimos en el Convento de san Sebastián de su ciudad natal, desde donde destacó en la confesión, la predicación y la caridad. Fue provincial de su orden. Falleció el 14 de julio de 1604. Sus reliquias se conservan en la iglesia de san Nicolás de Valencia.

Capilla de santa Catalina de Alejandría de estilo neoclásico del siglo XVIII. Arquitectos Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez.

Centro del retablo: santa Catalina, virgen y mártir, óleo sobre lienzo de Vicente Salvador y Gómez (siglo XVII), discípulo de Jerónimo Jacinto de Espinosa (Cocentaina 1600-Valencia 1680).

Santa Catalina nació en Alejandría (Egipto) de familia noble. Sufrió varios tormentos y contradijo públicamente los errores de los filósofos páganos. Antiguamente era patrona de los estudiantes y profesores de Filosofía. Es patrona de relojeros a causa de la rueda dentada (rueda catalina) con que la torturaron. Fue decapitada por orden del emperador Majencio en el año 307.

Ático del retablo: san Nicolás obispo, óleo sobre lienzo de autor desconocido.

San Nicolás, obispo de Mira (Turquía) en el siglo IV. Sus reliquias fueron trasladadas a Bari (Italia) en el año 1087.

Sigue también en el crucero la Capilla de san Francisco de Asís de estilo neoclásico del siglo XVIII, obra de Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez.

Centro del retablo: san Francisco de Asís confortado por un ángel, óleo sobre lienzo de José Camarón Bonanat.

Ático del retablo: san Francisco de Asís recibiendo los estigmas de la pasión de Jesús, lienzo atribuido a José Camarón Bonanat (siglo XVIII).

San Francisco nació en Asís (Italia) en el año 1182. Renunció a su patrimonio y a su familia, para dedicarse libremente a Dios, abrazando a la "dama pobreza" con quien se desposó. Dio sabias reglas a los que le siguieron, con el nombre de Hermanos Menores (franciscanos). Inició una orden de monjas y una sociedad de seglares penitentes (Orden Tercera). Inició la tradición de los "Belenes" de Navidad e influyó en la vida religiosa y cultural de la baja edad media. Murió en Asís en 1226.

Capilla de san Antonio de Padua de estilo neoclásico del siglo XVIII. Arquitectos Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez.

Centro del retablo: san Antonio de Padua, presbítero, imagen de madera policromada, obra de Vicente Marco (1907).

Ático del retablo: Martirio del diácono san Lorenzo, óleo sobre lienzo de autor desconocido.

San Antonio nació en Lisboa hacia el año 1195 y fue bautizado con el nombre de Fernando. Al contemplar los despojos de los primeros mártires franciscanos de Marruecos, siendo canónigo regular, se sintió movido a entrar en la Orden de frailes menores (franciscanos), cambiando su nombre por Antonio. Fue profesor de Teología y misionero popular en Italia y Francia. Después de haber predicado una Cuaresma, agotado, murió en Padua (Italia) el 13 de junio de 1231. fue canonizado muy pronto y declarado posteriormente Doctor de la iglesia.

San Lorenzo, diácono de la iglesia de Roma, fue mártir en la persecución de Valeriano, cuatro días después que su Obispo, el papa san Sixto. fue ejecutado el 10 de agosto.

En el primer pilar de apoyo de la nave central en la nave del evangelio encontramos una lápida conmemorativa de características similares a la que encontramos a la misma altura pero en la nave de la epístola, que conmemora la visita del papa Juan Pablo II a la ciudad de Valencia y a esta catedral en particular, el 8 de noviembre de 1977.

Capilla de la Inmaculada Concepción Ya en la nave lateral del evangelio, nos encontramos con la capilla de la Inmaculada Concepción. Es obra de Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez, de estilo neoclásico del siglo XVIII. De planta cuadrada se cubre con cúpula semiesférica. Estuvo dedicada desde sus orígenes a los "Siete gozos de Nuestra Señora". En esta capilla se veneró en el siglo XVII un lienzo de Nuestra Señora que se consideraba ayudaba en la lucha contra la peste. Con la reforma neoclásica del siglo XVIII, la capilla pasó a intitularse de la Inmaculada Concepción, advocación que todavía se mantiene.

Altar central: la Inmaculada Concepción, imagen de madera policromada de José María Ponsoda Bravo (* 1882 † 1963). Esta obra sustituye a una anterior destruida en la guerra civil que fue realizada en 1781 por José Esteve Bonet. A la virgen le acompañan dos ángeles niños que portan uno de ellos un espejo y el otro una azucena, ambos símbolos de la Virgen. Originalmente la imagen estaba cubierta por un lienzo bocaporte pintado por Vergara que representaba también a la Inmaculada, en la actualidad el lienzo se encuentra en el altar mayor de la capilla del Palacio Arzobispal.

Sobre el altar central arriba: estuco de san Pascual Bailón adorando al Santísimo Sacramento, obra de José Esteve Bonet (1741-1802). Sobre el frontón del altar central: figuras alegóricas de la Castidad de la Virgen María (Judith) (izquierda) y de su victoria sobre Satanás (Jahel) (derecha). Judith lleva en una de sus manos la cabeza de Holofernes general de Nabucodonosor que asediaba la ciudad judía de de Betulia. Jahel está representada en el momento de quitar la vida a Sisara; la escena representa el momento en que Jahel clava con un martillo un clavo en la cabeza del general cananeo. Estucos de José Esteve Bonet.

En el lado izquierdo, altar de san Luis Bertrán, copia del original de Joan de Sariñena del siglo XVII que se conserva en el Museo del Patriarca. san Luis Bertrán (* Valencia 01-01-1526 † Valencia 09-10-1581), dominico, es patrono de Colombia. El santo aparece con crucifijo, cáliz con serpiente y vara de azucenas.

En el lado derecho: altar de beata Josefa María de santa Inés de Benigánim, óleo de Carlos Giner Vidal (1834-1917). La beata Josefa María de santa Inés (* Benigánim-Valencia 09-02-1625 † 21-01-1696), religiosa agustina descalza. La beata aparece con las manos extendidas hacia el Niño Jesús, acompañan a la misma un crucifijo y una calavera sobre un libro.

En las pechinas de la cúpula estucos referente a los títulos de la Virgen María: El sol y la rosa (Electa ut sol-Escogida como el sol), la luna y las azucenas (Pulchra ut luna-Hermosa como la luna), el cinamono aromático (Sicut cin. aromat.-Como cinamono aromático), el espejo (spec.sine macula sap.-Espejo sin mancha), los cuatro estucos obra de José Esteve Bonet. Las leyendas latinas están escritas en una filacteria situada en la parte superior de la pechina. El cinamono es un árbol aromático del que se extrae un aceite perfumado.

En el pavimento: tumbas de los arzobispos José María Salvador y Barrera (1917-1919), Pablo García y Abellá (1848-1860), Joaquín Company y Soler (1800-1813) y del cardenal Sebastián Herrero y Espinosa de los Monteros (1898-1903).

Capilla de san Vicente Ferrer. Antiguamente capilla de Todos los Santos. La capilla gótica primitiva fue mandada edificar por el obispo Ramón Despont (obispo entre 1289 y 1312). La actual capilla es de estilo neoclásico, planta rectangular y cúpula elíptica. Finalizada hacia 1781. Autores Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez. Al exterior es la única capilla que mantiene los muros de piedra de su anterior estructura gótica con dos gruesos contrafuertes y una gran ventana apuntada en su testero.

En el altar central: Aparición de la Virgen con el Niño Jesús a san Vicente Ferrer, óleo de Vicente Inglés (muerto en Valencia en 1821). La Virgen entrega al santo una azucena (símbolo de pureza) y el Niño Jesús una corona de laurel (símbolo de triunfo).

Imagen procesional de san Vicente Ferrer, de madera plateada, obra de Francisco Eva (1606).

En la parte superior del altar central: relieve de estuco de san Vicente Ferrer en la iglesia del cielo. San Vicente Ferrer se arrodilla ante la Santísima Trinidad flanqueada por la Virgen María y san Juan Bautista.

Estucos sobre el frontón del altar central: figuras alegóricas de la Elocuencia (izquierda) y de la Templanza (derecha), ambas virtudes atribuibles al santo titular. La elocuencia está representada como una mujer con una mano extendida abierta y la otra cerrada por debajo del vestido. La templanza se representa como una mujer que vierte agua desde un recipiente a otro para aguar el vino.

En los muros laterales dos óleos del pintor Vicente Inglés con dos milagros del santo. En el muro izquierdo: san Vicente Ferrer convierte a unos judíos de Salamanca, y en el muro derecho: Resurrección de una difunta por san Vicente. Este milagro también acaeció en Salamanca, en el huerto del convento de san Esteban.

En las pechinas de la cúpula: estucos con escenas de la vida de san Vicente: Bautizo, Curación milagrosa del santo en Avignon, muerte del santo en Vannes acompañado por la duquesa de Bretaña y la Apoteosis del santo ante la Santísima Trinidad.

El escudo del tímpano en el frontón del altar pertenece a la familia Fernández de Córdova.

San Vicente Ferrer nació en Valencia en el año 1350 y fue bautizado en la iglesia de san Esteban. Miembro de la orden de los predicadores (dominicos) enseño filosofía y teología en esta ciudad, en la actual capilla del Santo Cáliz de la catedral. Como predicador recorrió muchas regiones de España y de Europa, tanto en la defensa de la verdadera fe y de la unidad de la iglesia, como en favor de la paz entre los pueblos y la reforma de las costumbres. Murió en Vannes (Bretaña francesa) el 5 de abril de 1419 y allí se conservan sus reliquias. Es patrono de la Comunidad Autónoma de Valencia.

Anexa a la capilla de san Vicente Ferrer, en su lado derecho y oculta a la vista del público se encuentra la antigua sacristía, conocida como capilla del Penitenciario. Construida en el siglo XIV en estilo gótico, es una de las estancias más antiguas de la catedral. De dos tramos, ambas se cubren con bóveda de crucería simple. En su interior encontramos el sepulcro del obispo de Valencia Jazperto de Botonach y los restos óseos de su sucesor Ramón Despont bajo cuyo obispado se construyó la capilla. En la clave central de la bóveda figuran las armas del obispo Despont (un puente de tres ojos). Raymundo Despont (* Fraga-Huesca † Tarragona 1312), obispo de Valencia entre 1289 y 1312, era de obediencia dominica. La lápida del obispo Despont se encuentra en la girola en la capilla de san Dionisio y santa Margarita, mientras que sus huesos se encuentran en una urna empotrada en el muro en esta pequeña capilla.

Jazperto de Botonach (* Gerona † Valencia 03-04-1288) fue el cuarto obispo de la diócesis entre 1276 y 1288. Sus restos fueron inhumados en esta capilla de san Vicente Ferrer y posteriormente (siglo XVIII) trasladados a la capilla del penitenciario. En su sepulcro podemos encontrar su estatua yacente sobre la urna funeraria y un epitafio alabando las cualidades del difunto.

Capilla de san Luis Obispo Estilo neoclásico. Siglo XVIII. Arquitectos Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez. Capilla de planta cuadrada y bóveda semiesférica. La capilla fue finalizada en 1797 por Cristóbal Sales mientras que la decoración escultórica es obra de José Cotanda realizada hacia el 1800.

Altar central: Reliquias de san Luis, Obispo de Toulouse, urna y busto relicario de plata sobredorada en el interior de una vitrina de cristal. Flanquean las reliquias dos pequeñas esculturas doradas que representan a los padres del santo, mientras que en la parte superior hay un ángel.

En el tímpano del frontón encontramos los símbolos de san Luis: mitra, cruz, báculo y un escudo con las flores de lis propias de la realeza francesa.

En la parte superior del altar central sobre el frontón, relieve de estuco con, la glorificación de san Luis, que es elevado al cielo por unos ángeles mientras la escena es contemplada por un monje franciscano arrodillado. Es obra de José Cotanda.

San Luis de Anjou, conde de Provenza, nació en 1274 en Brignoles (Francia), era hijo del rey Carlos II de Nápoles y Sicilia y de Beatriz de Provenza. Estuvo retenido siete años en Barcelona en lugar de su padre, renunció al trono de Nápoles en favor de su hermano Roberto y siguió a san Francisco de Asís. Designado obispo de Toulouse (Francia), murió probablemente de tifus, en Brignoles a los veintitrés años (19 de agosto de 1297). Sus restos fueron llevados al convento de padres franciscanos de Marsella. Cuando Alfonso V el Magnánimo saqueó Marsella en 1423, trajo a Valencia los restos del santo patrono de Provenza, junto con las cadenas que cerraban el puerto de Marsella. Los restos del santo y las cadenas fueron donadas en 1424 a la catedral de Valencia. Las cadenas se encuentran actualmente en la capilla del Santo Cáliz. Luis de Anjou fue canonizado en 1317 por el papa Juan XXII.

Sobre el frontón del altar central dos alegorías en estuco representando a la Castidad (izquierda) y la Humildad (derecha), ambas virtudes que se atribuyen a san Luis Obispo. La Castidad sostiene con una mano una tórtola y lleva sobre el pecho un sol dorado; en la otra mano llevaba una rama de laurel pero ésta hoy día se ha perdido. La Humildad está representada por una mujer con los brazos cruzados sobre el pecho llevando una bola en sus manos y una corona a sus pies. Los estucos son obra de José Cotanda.

Las pechinas se decoran con estucos representando dos de ellos a la Anunciación, y el otro el Traslado de la Casa de la Virgen a Loreto. Estos estucos fueron colocados después de la guerra civil y no guardan relación con el programa iconográfico de la capilla. Los otros dos representan el Voto de Castidad de san Luis Obispo y la vida penitente del santo. Los estucos a excepción de los dos primeros son obra de José Cotanda.

La muros laterales de la capilla se decoraban con tres lienzos pintados en 1795 por José Vergara Gimeno que se perdieron en la guerra civil, uno de ellas llevaba por titulo "san Luis de Anjou coronando a su hermano Roberto como rey de Nápoles", un segundo llevaba por titulo "san Luis de Anjou lavando los pies a un mendigo" y el tercero titulado "La última comunión de san Luis de Anjou". Como hemos comentado no se conservan los originales, solo los bocetos de los cuadros que se conservan dos de ellos en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Zaragoza y uno en la Academia de Bellas Artes de san Fernando de Madrid.

En la actualidad la decoración pictórica de los muros laterales no guardan por tanto relación con el titular de la capilla. Esta se compone en su lado izquierdo por un lienzo realizado en 1795 por Vicente López Portaña, representando a san Antonio Abad. En el mismo vemos al santo vestido con traje de ermitaño apoyado en un cayado en forma de tau. Un segundo lienzo de hacia 1795 representa la Huida de la Sagrada Familia a Egipto, también de la mano del valenciano Vicente López Portaña. Éstos lienzos estaban en el altar de la actual capilla de san Dionisio y santa Margarita en la girola.

En el muro derecho, pintura de la Virgen de Guadalupe, óleo del mexicano José de Ibarra (Guadalajara, México 1685 - Ciudad de México 1756), copiado del original en el año 1747. Esta obra originalmente se encontraba en una de las capillas de la nave del transepto. La Virgen de Guadalupe es patrona de México y considerada emperatriz de América.

Antes de su conversión en capilla neoclásica, la capilla gótica conservaba un óleo sobre lienzo de Nuestra Señora contra la Peste, devoción muy querida por los valencianos, ya que se le atribuía su intercesión en la finalización de la peste de 1647. Este lienzo en la actualidad se encuentra en el museo de la catedral. En el pavimento: tumba del arzobispo Joaquín López Sicilia (1832-1835).

Capilla de san Vicente Mártir de estilo neoclásico del siglo XVIII. Arquitectos Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez. Capilla realizada entre 1792 y 1800.

Altar central: imagen de san Vicente Mártir, diácono y mártir. La actual escultura es una copia del original, desaparecida en la guerra civil el 21 de julio de 1936. Esta era una obra en madera plateada realizada por José Esteve Bonet en 1798 y cincelada por el platero Bernardo Quinzá. Esta escultura junto con las andas con las que procesionaba fue sufragada por el canónigo de la catedral, Francisco Pérez Bayer.

Sobre el frontón del altar central dos alegorías en estuco: La Fe (izquierda) y la Fortaleza (derecha) realizadas por José Esteve Bonet. La Fe está representada por una mujer joven que lleva en una de sus manos una cruz y en la otra un libro abierto. La Fortaleza está cubierta con un yelmo y porta una espada, un escudo y a sus pies un león. En la parte superior del frontón relieve en estuco con la Apoteosis de san Vicente Mártir que lleva el ecúleo mientras es elevado por ángeles. Obra de José Esteve Bonet.

La decoración de la capilla antes de la guerra civil la componían tres lienzos, el primero llevaba por titulo san Vicente Mártir en presencia de Daciano del pintor Vicente López Portaña de 1796. Un segundo lienzo representaba el Sueño de san Martín y el tercero el Milagro de las moscas de san Narciso, ambos realizados hacia 1795 por José Vergara Gimeno. Estos lienzos desaparecieron en la guerra civil pero se conservan los bocetos en la Real Sociedad de Amigos del País de Zaragoza.

Actualmente encontramos en el lado izquierdo una talla del siglo XVI de Jesús en la Pasión (Ecce Homo) y en el lado derecho la Virgen del Lluch (patrona de Alzira) y los santos patronos también de Alzira, Bernardo, María y Gracia, del escultor valenciano Ramón Granell Pascual donados en 1969 por la colonia alzireña de Valencia. El conjunto escultórico se encuentra protegido en el interior de una urna de cristal.

Los relieves en estuco de las pechinas de la cúpula están realizadas por José Cotanda (1758-1802) y representan diversas escenas del martirio de san Vicente. Los temas representados son: La Flagelación de san Vicente, san Vicente Mártir es consolado por dos ángeles que tocan instrumentos musicales, La muerte de san Vicente y por último san Vicente Mártir es arrojado al muladar mientras su cuerpo sin vida es protegido por unos cuervos.

San Vicente Mártir era diácono del obispo de Zaragoza, san Valero. Durante la persecución del emperador Diocleciano, ambos fueron traídos a Valencia, y aquí Vicente fue torturado hasta la muerte, un 22 de enero del 304, mientras que san Valero era desterrado. Es patrono principal de la diócesis y de la ciudad de Valencia. En la girola de esta catedral se venera el brazo izquierdo de este santo.

Capilla de la Santísima Trinidad de estilo gótico, finales siglo XV. Maestros de obras: Francesc Baldomar y Pere Compte. Capilla repristinada en el siglo XX.

Frontal del retablo: la Santísima Trinidad, óleo de Luis Antonio Planes (* 1745 † 1821). Ático del retablo: san Joaquín y la Virgen María, de Luis Antonio Planes. Predela del retablo: Anunciación, san José y santa Ana de Luis Antonio Planes.

En el muro lateral izquierdo: sepulcro en mármol blanco del cardenal arzobispo Mariano Barrio Fernández († 1876) que participó en el Concilio Vaticano I. En el muro del sepulcro hay dos inscripciones en letras carmesí: la de la izquierda dice: EMUS. AC RMUS / DR. D. MARIANUS BARRIO FERNANDEZ / S.R.E. / PRESBYTER CARDINALIS / NATUS JACCAE / DIE 21 NOV / 1805. La inscripción derecha dice: AL EPISCOPATUM / CARTAGINIENSE / ASSUMPTUS 1847 / AD VALENTINUM / ARCHIEPISCOPATUM / 1861 / A PIO IX P.M. CARDINALLIS CREATUS 1873. En el muro por encima del sepulcro lienzo de autor anónimo con las figuras de santo Tomás de Villanueva, san Juan de Ribera, san Vicente Mártir y san Vicente Ferrer, todos ellos santos ligados a la diócesis valentina.

En el lado derecho: sepulcro del arzobispo Martín de Ayala († 1566), realizado en mármol. Participó en el Concilio de Trento. En la base del sepulcro se puede leer: HIC SITUS EST MARTINUS DE AIALA ARCHIEPISCO / PUS VALENTINUS QUI LICET TRES ECCLESIAS REXERIT, GUADIXENSEM, SEGOVIENSEM ET HANC POSTREMO VALENTINAM, IN QUA DECESSIT, NIHIL TAMEN SEMPER TULIT AEGRIUS QUAM PRAE ESSE. OBIIT NONIS AUGUSTI MDLXVI que se traduce como: "Aquí está Martín de Ayala arzobispo de Valencia, que aunque rigiese tres iglesias: la de Guadix, la de Segovia y últimamente la de Valencia en la que murió, nada empero le costo más que el presidir. Murió el 5 de agosto de 1566".

Este sepulcro fue colocado en esta capilla en el año 1941 y para los amantes de las curiosidades diremos que en este espacio antes estuvo el sepulcro del general Elio, cuyos restos se encuentran hoy día en una de las criptas de la catedral.

En el suelo hay tres losas que permiten el acceso a una cripta sepulcral, todo parece indicar que corresponden a los patronos de la capilla, los Miñanas y más tarde los condes de Carlet, emparentados con los Castellví y los Castellá.

Arcada Nova (siglo XV)

En este lugar, concretamente en el espacio llamado Arcada Nova, encontraremos la puerta de acceso al Miguelete, y estaremos nuevamente situados en la puerta por donde hemos entrado, en la puerta de los Hierros que da acceso a la plaza de la Reina.

Este espacio llamado Arcada Nova, es obra de Francesc Baldomar (magister fabrice sedis), maestro de obras de la Seo; fue comenzada el 10 de enero de 1460 y terminada en 1480 por Pere Compte, con un parón en las obras entre 1468 y 1472. Al fallecimiento de Baldomar en 1476 le sucedería su discípulo Pere Compte (autor de la Lonja de los Mercaderes de Valencia).

Este nuevo tramo lo que hace es alargar la catedral, uniendo definitivamente los pies de la catedral a la Torre del Miguelete y a la Sala Capitular, que hasta entonces estaban exentas. Es por tanto un nuevo tramo que sigue los cánones de las tres restantes. Es de destacar en los muros laterales la disposición de las ventanas denominadas en "esviaje" o en ángulo oblicuo y que permite una mayor iluminación de la nave central.

Hasta este momento este espacio estaba ocupado por un atrio o un pequeño claustro como es denominado a veces, pero sin que esta denominación nos haga pensar de la existencia de un claustro al uso, cosa que la catedral de Valencia nunca ha tenido. Este atrio era un espacio abierto que ponía en comunicación la entrada a la catedral por la nave central, el Miguelete y la entonces llamada Aula Capitular, hoy del Santo Cáliz.

La entrada al Miguelete se hace a través de una portada en ángulo, una vez traspasada podemos ver la bóveda aristada que cubre el paso entre la torre y el interior del templo (Arcada Nova). Esta se compone de tres tramos, el primero adopta forma triangular con tres aristas, mientras que el segundo y el tercer tramo se resuelve con bóvedas estrelladas con cuatro terceletes. La puerta de acceso al Miguelete se fecha en 1462 siendo el artífice de la misma Francesc Baldomar. Las puertas en ángulo exigen unos conocimientos de geometría y de corte de la piedra que no estaba al alcance de todos, por lo que debemos considerar esta obra como una verdadera obra maestra de la cantería medieval.

Uno de los aspectos más desconocidos, es que hasta el momento de construirse este cuarto tramo o Arcada Nova, la fachada de acceso a la catedral por los pies se encontraba en este lugar. De esta fachada y de su destino poco o nada se conoce; parece ser que se trataba de una fachada formada por tres portadas, una por cada nave y que fue desmontada en 1468 para construir precisamente este tramo. De la nueva portada que Francesc Baldomar construyó a los pies de la catedral y que cerraba la Arcada Nova nada se sabe. Se cree sin embargo que la actual portada que podemos encontrar al final del pasillo de acceso a la capilla del Santo Cáliz, sea la portada que hubo en este lugar y que fue desmontada en el siglo XVIII para construir la actual puerta de los Hierros.


A destacar como curiosidad, la existencia en la base del pilar del lado de la epístola, de un sillar romano con la inscripción lapidaria: "CENS ET VIRIA A". Este sillar de piedra caliza debió formar parte de algún monumento funerario de época romana y que al igual que tantas veces hemos visto en nuestra ciudad fue utilizado como elemento constructivo al ser hallado en las cercanías del templo o en el mismo templo. La inscripción que solo se conserva parcialmente, se ha interpretado que identifica dos nombres: "CENS" que debe referirse a "Crescens" nombre propio de un ciudadano romano-valentino y "VIRIA A" debe hacer referencia al nombre femenino "Viria Acte". Esta lápida que se conocía desde antiguo debió ser ocultada durante la reforma del siglo XVIII y redescubierta en 1975 en las obras de repristinación de la catedral.

Así mismo en este mismo pilar, podemos ver esculpidos en sus capiteles, tres imágenes que según el erudito investigador Arturo Zaragozá podrían corresponder a rostros reales de tres personajes relacionados con la catedral y con la construcción de la Arcada Nova en particular: estos serían Francesc Baldomar (constructor de la Arcada Nova), Antoni Bou (canónigo encargado de la obra) y Rodrigo de Borja (papa Alejandro VI) que prestó el apoyo necesario para las obras.

El siguiente paso, puede ser avanzar por la nave central, hasta llegar al crucero, y observar desde abajo el impresionante cimborrio y el altar mayor, nos encontraremos en la parte más sagrada de la catedral. Otras dos opciones son subir al Miguelete o visitar la capilla del Santo Cáliz.

Aviso Los textos referentes a las distintas capillas, están recogidas de las notas informativas de la propia catedral.

Los artístas

Antoni Dalmau Aunque conocido como maestro de cantería, su verdadera especialidad era la de tallista. Activo en Valencia entre 1435 y 1453. Se le supone de origen valenciano, nacido hacia 1410 o 1415. Casó con Na Francescha el 12 de noviembre de 1442. Falleció en nuestra ciudad el 14 de abril de 1453. Fue maestro de obras de la catedral entre 1441 y 1453 sustituyendo a Martí Llobet. Quiso ser enterrado en el cementerio de la parroquia de san Esteban (Sant Esteve) donde reposaban su padre y dos de sus hijos.

Dalmau es conocido principalmente por la realización de la mazonería o arquitectura del trascoro de la catedral y por su intervención en la construcción del Monasterio de la Trinidad de nuestra ciudad y el sepulcro de la reina María de Castilla, esposa del Magnánimo.

Antonio Gilabert Fornés Arquitecto nacido en Pedreguer (Alicante) en 1716 y fallecido en Valencia en 1792. Elegido director general de la Real Academia de Bellas Artes de san Carlos de Valencia. Además de las obras de reforma de la catedral de Valencia, trabajó en la iglesia de las Escuelas Pías de Valencia (1767-1771), en la celda de san Luis Bertrán y en la capilla de san Vicente Ferrer del Convento de Santo Domingo, el retablo del Monasterio de la Zaidia, en la antigua Aduana de Valencia y en la iglesia arciprestal de san Juan Bautista de Callosa d'En Sarriá.

Fernando de los Llanos pintor manchego que vivió entre los siglos XIV y XV. fue discípulo de Leonardo y a su vuelta de Italia, se encargó, junto a Yáñez, del retablo de la catedral de Valencia. Su pintura se caracteriza por la pesadez de los cuerpos y el uso de pocos colores. Otras obras suyas se encuentran en la iglesia de Montserrat de Orihuela.

Fernando Yáñez Nació en Almedina provincia de Ciudad Real, hacia 1460 y murió en 1550. Trabajó en Valencia, aunque todavía joven viajo a Italia donde fue discípulo de Leonardo da Vinci. En 1506 fue contratado por la catedral de Valencia para pintar, junto con Llanos, el retablo. Este es una obra capital del Renacimiento español. También realizó la Anunciación, del Colegio del Patriarca. Desde 1531 trabajó en la catedral de Cuenca.

Francesc Baldomar Pocas cosas se sabe de este cantero medieval. Su fecha de nacimiento se desconoce, si que se sabe que nació en Valencia y se cree que fue alrededor de 1395. Falleció en Valencia en 1476 ostentando el cargo de maestro de obras de la catedral. En 1457 fue nombrado maestro de obras de la catedral de Valencia, compaginando este cargo con el de maestro de obras de la ciudad. Por razones no muy bien explicadas el 7 de Octubre de 1461 cesa como maestro de obras de la ciudad, trabajando en exclusiva al frente de las obras de la Seo.

Estuvo en activo entre 1425 y 1476 fecha de su fallecimiento. En 1425 trabaja en las obras del Puerto de Valencia y en 1440 en la construcción de la capilla de Santa María de los Inocentes dependiente del Hospital General. Entre 1442 y 1451 es maestro de obras del Palacio del Real. Entre 1439 y 1463 construye la capilla Real del Convento de Santo Domingo, obra maestra de la arquitectura medieval valenciana. Entre 1441 y 1460 trabaja en la construcción de las Torres de Quart y entre 1457 y 1476 es maestro de obras de la catedral de Valencia (magister fabrice sedis). En la catedral es recordado por la construcción de la conocida como Arcada Nova.

Tuvo como discípulo a Pere Compte y fue creador junto con este del Gremio de Canteros.

Sanchis Sivera en su obra "La catedral de Valencia" nos cuenta algunas anécdotas protagonizadas por Francesc Baldomar. La primera de ellas, aquella en que sus gafas le fueron arrebatadas para aparecer posteriormente llenas de mierda, por lo que Baldomar elevó protesta ante el Cabildo: "son estades preses les seues ulleres e empastrades de merda".

La venganza de Baldomar para con sus colaboradores consistió en llenar de orina las calabazas de vino "les carabacetes del vi" de donde bebían los picapedreros que trabajaban en las obras.

La venganza final de los picapedreros consistió en subir el borrico propiedad de Baldomar a lo alto del Micalet. Lo subieron a palos por la escalera de caracol y allí lo abandonaron. A la mañana siguiente, cuando Baldomar vio a su animal en lo alto del Micalet montó en cólera, pero de nada sirvieron sus protestas. De todos es sabido lo difícil que es hacer subir a un borrico por unas escaleras, pero imposible que un animal de pezuña pueda bajar escaleras y menos tan estrechas y empinadas, por lo que se hizo necesario bajarlo por el aire con ayuda de una grúa. Los gastos de la bajada tuvo que pagarlos de su propio bolsillo Baldomar, ya que hubo que contratar a una colla de marineros que con ayuda de maromas y poleas bajaron al animal.

Francesco Pagano o Francesco Neapoli Nacido en Nápoles. Junto con Paolo de San Leocadio llegó a Valencia en 1472, fueron los realizadores de las pinturas de la bóveda de la capilla mayor. Está acreditada su estancia en Valencia durante el periodo que duró el trabajo encargado, después desaparece de los libros de obras, por lo que se supone, que volvió a Italia.

Francisco Vergara el Mayor www

Gaspar Gregori Arquitecto y escultor valenciano que vivió en el siglo XVI. Su actividad es conocida entre 1563 y 1566, etapa en la que realizó parte del artesonado del Salón de Cortes de la Diputación Provincial de Valencia y la Obra Nova de la catedral.

José María Ponsoda Bravo Nacido en Barcelona en 1882 y fallecido en Valencia en 1963. En 1900 se traslada a Valencia y colabora en el taller de Damián Pastor y Juliá. Establece un taller propio donde realiza numerosas obras con destino a Valencia y Murcia principalmente. Colaboran con él escultores de la talla de Carmelo Vicent o José María Rausell. Recibió la medalla "pro Ecclesia e Pontífice" por su gran labor de escultor de imágenes religiosas.

Juan Pérez Castiel www

Konrad Rudolf escultor y arquitecto alemán autor de la puerta barroca de la catedral de Valencia, conocida como "dels ferros". Se encuentra influido por la obra de Bernini. Fallecido en 1732.

Luis Antonio Planes (1742-1821). Pintor. Hijo del pintor Tomás Planes y discípulo de Camarón y Collado. Ocupó la dirección de las Academias de san Carlos de Valencia y de la de san Fernando de Madrid. Realizó algunos frescos para el convento de Jesús de Valencia, para las iglesias de Cheste, de Buñol y para el monasterio de Porta Coeli.

Luis Muñoz (Lois Munyos) (mestre carpentarius) († 1531). Escultor en piedra y madera. Activo en la primera mitad del siglo XV. En la catedral de Valencia trabajó junto con Fernando Yáñez de la Almedina en el órgano de la catedral (1510-1512). Se le atribuye la capilla de Todos los Santos en la cartuja de Portacoeli y diversas obras en el palacio de la Generalitat.

Paolo de San Leocadio o Pablo de Areggio Nacido en Reggio Emilia-Italia el 10-09-1447 y fallecido en Valencia ca. 1520. Junto con Francesco Pagano fue el realizador de las pinturas de la bóveda de la capilla mayor. Llegó a Valencia el 19 de junio de 1472, estuvo casado tres veces, la última con la valenciana Isabel López de Perona. Uno de sus hijos habido de su segunda esposa, Felip Pau de San Leocadio también fue pintor.

Pere Balaguer www

Pere Compte www

Reliquias y relicarios

Por último queda hacer una pequeña mención a las reliquias que se encuentran en la catedral de Valencia. A la vista de las mismas queda a juicio del lector el creer o no creer, allá cada uno con sus creencias o su buen entender.

Con la apertura del museo catedralicio en su actual configuración en 2015, las reliquias de la catedral pasaron a estas nuevas instalaciones, más modernas, más accesibles al público y con un nuevo concepto expositivo para ellas. Hasta ese momento las reliquias se custodiaban en una sala anexa, situada junto a la conocida como Aula Capitular por haber cumplido esta función durante mucho tiempo. La sala, conocida como Sala de las Reliquias se encuentra en la cabecera de la catedral y para acceder a ella hay que pasar obligatoriamente por la sacristía mayor, lo que hacía que su visita fuera algo complicada.

Las reliquias se guardaban en un conjunto formado por tres grandes armarios que albergaban las principales reliquias que dispone la catedral. La sala relicario donde se encuentran estos armarios tiene su paso obligado por la sacristía mayor, ya que esta se encuentra al fondo del conjunto de salas que fueron construidas a principios del siglo XIX como ampliación de la sacristía mayor.

Las reliquias de la catedral fueron entregadas en 1437 en su mayor parte por el rey Alfonso V el Magnánimo junto con el Santo Cáliz y eran las reliquias que disponía el rey en su propio relicario. La donación fue realizada en nombre del rey por su hermano Juan (futuro rey Juan II de Aragón).

Las reliquias se guardan en relicarios de oro y plata; durante siglos estos se custodiaron en la catedral, pero con la guerra de la independencia y ante la posibilidad de que estos cayeran en poder de los franceses, fueron enviados a Mallorca. Allí y con el fin de conseguir fondos para el sostenimiento de la guerra, muchos de ellos se fundieron, al finalizar la guerra las reliquias volvieron a la catedral pero algunas ya sin sus relicarios.

Entre las reliquias que se encuentran en la catedral y que hoy se encuentran en el museo catedralicio citaremos:

Relicario con un trocito de la esponja avinagrada con la que dieron a beber a Cristo en la cruz. Fue un regalo del emperador Manuel II Paleólogo de Bizancio (1391-1425) al rey de Aragón Martín I el Humano hacia 1400. Tuvo entrada en la catedral de Valencia en 1437.

Relicario de la túnica de Cristo. Tuvo entrada en la catedral de Valencia, junto con el resto de reliquias que el rey Alfonso el Magnánimo entregó a la catedral en 1437. La presente reliquia fue un regalo realizado hacia 1400 por el emperador de Bizancio Manuel II Paleólogo, con el objetivo de conseguir el apoyo del rey de Aragón en sus campañas militares. La reliquia se encuentra protegida entre dos trozos de cristal, sustentado en una peana de latón. Es un pequeño fragmento de tela de algodón de 10 x 10 cm. La túnica completa, actualmente se guarda en la catedral de Tréveris en Alemania. Según se cuenta la túnica habría sido traída a Europa por la emperatriz santa Helena (madre de Constantino) al igual que los lignum crucis repartidos por el mundo.

Relicario del lignum crucis de la emperatriz Constanza de Hohenstauffen, fallecida en Valencia y enterrada en la iglesia de san Juan del Hospital. Esta reliquia es la que besó el papa Juan Pablo II en su visita a Valencia.

Constanza de Hohenstauffen (* 1230 † Valencia 1307) era hija del rey de Sicilia y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico II Hohenstauffen. Constanza de Hohenstauffen estuvo casada con el emperador de Bizancio Juan III Dukas Vatatzés († 1254). A la muerte de su esposo tuvo que huir de Nicea y llegó como refugiada al Reino de Valencia donde murió en 1307.

A su muerte en nuestra ciudad, una de las reliquias que tenía en su poder, era un lignum crucis. La reliquia quedó en manos del arzobispo de Toledo Juan de Aragón (albacea de la emperatriz) quien finalmente la donaría a la catedral de Valencia en 1326. El relicario realizado en el siglo XV en plata sobredorada, es obra del orfebre valenciano Joan de Castellnou.

Relicario conocido como del "brazo de san Jorge de la reina de Chipre". Se trata de un trozo del cubito de san Jorge que la reina Leonor de Chipre regaló al rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso. Leonor de Aragón y Foix, era nieta del rey de Aragón, Jaime II el justo y de su esposa Blanca de Anjou. Contrajo matrimonio en 1353 con Pedro de Lusignan, que llegaría a ser rey de Chipre, con el sobrenombre de Pedro I de Chipre. Leonor de Chipre, nació en el castillo de Falset (Tarragona) ca.1333 y falleció en Barcelona en 26 de diciembre de 1416.

La reliquia fue donación en 1377 de la reina Leonor de Chipre a su primo el rey de Aragón, Pedro IV el Ceremonioso. Cerrando la reliquia en los engarces de plata figuran esmaltes con los escudos de la casa de Aragón, la casa de Chipre y otro alusivo a san Jorge. El relicario que guarda la reliquia es obra atribuida al orfebre valenciano Pere Bernés. La parte superior del relicario (la mano) es original, el resto de la pieza es de madera chapada en plata de confección posterior. La reliquia tuvo entrada en la catedral de Valencia en 1437 cuando las reliquias del rey Alfonso el Magnánimo fueron entregadas a la catedral.

Relicario del brazo de san Jorge. Este es el segundo relicario con reliquia del brazo de san Jorge, el primero es conocido con el sobrenombre de la reina de Chipre, por ser esta la anterior propietaria. El relicario está realizado en plata sobredorada por el orfebre catalán Pere Moragues en un taller de Barcelona (siglo XIV); fue un regalo realizado en 1372 por el rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso, a la Cofradía valenciana del Centenar de la Ploma cuyo patrón era el santo. El relicario adopta forma de brazo y en su interior se conserva un pequeño hueso del santo (reliquia).

Relicario de la espina de Jaume Castellà. Toma su nombre del caballero valenciano Jaume Castellà que en 1422 hizo donación de la reliquia para su capilla funeraria en la catedral de Valencia. En un solo relicario se albergan varias reliquias, siendo las más importantes, un trozo del lignum crucis y una espina de la corona de Cristo.

Relicario de san Pedro. Reliquia ósea (la nuez de la garganta) de san Pedro, donación realizada a la catedral de Valencia por el papa Calixto III en 1457. El relicario adopta forma de escultura de mediano tamaño, de bulto redondo y con atributos propios del apóstol (las llaves y un libro). El relicario es obra de finales del siglo XV, aunque en 1620 el orfebre Eloi Camanyes (* ca. 1546 † Tortosa, Tarragona 16-04-1630) realizó modificaciones en el mismo.

Reliquia de una moneda de Judas Iscariote. La catedral conserva una de las treinta monedas con las que fue vendido Jesucristo a los sacerdotes judíos.

Relicario de los corporales de Aniñón (Zaragoza). El paño corporal es un trozo de tela blanco que suele utilizarse para depositar sobre él, el cáliz en la eucaristía. En 1280 en la población zaragozana de Aniñón, la iglesia parroquial sufrió un aparatoso incendio que llevó a la total destrucción del templo, de todo el conjunto quemado solo se salvó un paño corporal en el que habían sido envueltas cinco pequeñas formas consagradas y otro paño corporal donde se guardaba una forma consagrada grande. Al abrir los corporales se encontraron que de las formas (hostias) había manado sangre y habían manchado la tela.

El relicario de los corporales de Aniñón, tuvo entrada en la catedral de Valencia en 1437 como depósito por el préstamo que la catedral levantina hizo al rey Alfonso el Magnánimo para sufragar los gastos de la guerra en Nápoles. El relicario está realizado en plata sobredorada, excepción de la base que es de madera dorada y que fue realizada en el siglo XIX, ya que el pie del relicario se había perdido con los avatares del tiempo.

Relicario de la Virgen y el Niño. Obra trabajada hacia 1411 en plata sobredorada por el orfebre Bartomeu Cruylles. Fue una donación del obispo valentino Hugo de Lupia (obispo entre 1398 y 1427), cuyo escudo figura al pie. El relicario adopta forma de escultura de bulto redondo de mediano tamaño. En el pecho de la Virgen encontramos protegido por un cristal el hueco conteniendo la reliquia.

Relicario de la espina de Cristo del rey san Luis de Francia. El relicario de estilo gótico y plata sobredorada, del siglo XIV, guardaba una espina de Cristo que el rey san Luis de Francia (* Poissy 25-04-1214 † Túnez 25-08-1270 / rey de Francia 1226 -1270) regaló en 1256 al rey Jaime I el Conquistador y que se encontraba custodiada en la Sainte Chapelle de París. Fue el regalo de bodas por el matrimonio del hijo del rey francés, Felipe III de Francia con la hija de Jaime I, Isabel de Aragón. La espina de Cristo que hoy día ha desaparecido, fue la primera reliquia importante de la catedral, hasta tal punto que queda confirmada su presencia incluso antes de dar inicio a la construcción de la actual catedral.

En la sacristía mayor de la catedral hay una pequeña sala en alto, conocida como "reconditorio", este lugar fue construido ex profeso para guardar la reliquia de la espina de Cristo. Con esta reliquia, la catedral de Valencia, tiene el honor de disponer de un total de dos espinas de la corona de Cristo, esta del rey san Luis y una segunda que se guarda en el relicario de Jaume Castellá.

Relicario del cabello de la Virgen María. El relicario toma forma de peine, realizado en el siglo XIV en plata sobredorada y piedras preciosas. La reliquia (cabellos) que contenía el relicario se perdió durante la guerra civil española. Tuvo entrada en la catedral de Valencia en 1437 junto con el resto de reliquias que fueron entregadas por el rey Alfonso el Magnánimo. La reliquia pertenecía a la Corona de Aragón por donación en 1394 de Juan de Valois (* 1340 † 1416), duque de Berry e hijo del rey de Francia, al rey aragonés Juan I el Cazador.

Urna relicario con fragmentos de lignum crucis. Pequeña arqueta realizada en plata sobredorada en un taller de la ciudad de Barcelona. Tuvo entrada en la catedral en 1437 con la donación que el rey Alfonso el Magnánimo hizo a la Seo a través de su hermano Juan. Tiene sobre la tapa las armas de Sicilia con los palos de Aragón. En la actualidad no contiene ninguna reliquia, todo parece indicar que además de algún fragmento de lignum crucis, debía de guardar algunas otras pequeñas reliquias que desconocemos.

Reliquia del lignum crucis del rey Martín el Humano. Tuvo entrada en la catedral en 1437 con la donación que el rey Alfonso el Magnánimo hizo a la Seo por mediación de su hermano Juan, en garantía del préstamo que la catedral había realizado al rey. Realizada en plata sobredorada, adopta forma de doble cruz (patriarcal). El relicario fue hecho en Sevilla, aunque el pie es de fecha más reciente (siglo XVIII o XIX). La reliquia fue un regalo realizada hacia 1396 por el papa Benedicto XIII al rey de Aragón Martín el Humano por quien toma el nombre la reliquia.

Relicario de la camisita del Niño Jesús, bordada por la Virgen. La reliquia, de mediados del siglo XIV, se encuentra en el interior de un relicario de plata sobredorada, resguardada en un cilindro de cristal. En el pie del relicario vemos esmaltados los escudos de la corona de Aragón, y otro de ellos también de Aragón pero con la cruz de Iñigo Arista. Tuvo ingreso en la catedral en 1437 con la donación efectuada por el rey Alfonso el Magnánimo.

Relicario de la Verónica de la Virgen María. El relicario de plata sobredorada y estilo gótico, fue realizado a finales del siglo XIV por el orfebre Bartomeu Coscolla (* Valencia ca. 1350 † Valencia ca. 1429). En el pie del relicario esmaltes con los escudos de la casa de Aragón. En un contenedor en forma de marco, encontramos la reliquia, una copia de un dibujo de la verdadera cara de la Virgen María realizada por san Lucas Evangelista. La reliquia tuvo entrada en la catedral junto con el resto de reliquias entregadas en 1437 por el rey Alfonso el Magnánimo.

Urna relicario con un niño inocente de los que Herodes el Grande mandó degollar. En el interior de una urna acristalada, encontramos la reliquia de un niño infante momificado. El relicario es obra de Joan Calderó realizado en el siglo XVI. La reliquia tuvo entrada en 1437 en la catedral junto con el resto de reliquias que el rey Alfonso el Magnánimo entregó a la Seo. La reliquia fue donada por el dux de Venecia al rey de la corona de Aragón en 1388. Este tipo de reliquias era relativamente habitual en la edad media, ya que en aquel momento y a través de las cruzadas, el tráfico de reliquias entre Oriente y Occidente era habitual.

Relicario de las espinas de Cristo. La reliquia tuvo entrada en la catedral de Valencia en 1437 junto con el resto de reliquias donadas por el rey Alfonso V el Magnánimo. El relicario actual está realizado en la ciudad de Valencia y es obra del siglo XIX. En la parte superior del relicario se guarda un pequeño trozo del viejo relicario hoy desaparecido, que contenía varias espinas de la corona de Cristo.

Relicario de san Sebastián. En el interior de una teca y envuelta en un papel plegado, una saeta (flecha) de las que le clavaron a san Sebastián. El relicario original fue fundido en 1812 durante la guerra de la independencia, solo la teca con la reliquia se salvó y se devolvió acabada la guerra. El relicario original era una escultura del santo en cuyo pecho se encontraba la teca con la reliquia. En el relicario y por los inventarios conocidos se destaca que en el mismo figuraban las armas del linaje de los Torrella, quienes pudieron ser los dueños de la reliquia. Fue una donación realizada en 1458 por el papa Calixto III.

Relicario de san Bartolomé. En el interior de una teca y protegida por un papel doblado encontramos un pequeño trozo de hueso del apóstol de Jesús. El actual relicario es de madera dorada realizado a mediados del siglo XIX, el original que fue fundido durante la guerra de la independencia, debía adoptar forma de escultura del santo, guardando la reliquia en el pecho de la figura. La reliquia fue entregada por el papa Calixto III en 1458.

Arqueta relicario de las ágatas. Fue una donación realizada en 1458 por el papa Calixto III a la catedral. Confeccionada en madera y forrada con laminas de plata sobredorada, exteriormente se decora con piedras semipreciosas, principalmente ágatas de color rojo de donde toma su nombre la arqueta. Se trata de una arqueta para guardar reliquias, pero hoy día el arca está vacía.

Arqueta relicario del marfil. Al igual que la anterior, regalo del papa Calixto III en 1458. Se encuentra decorada con dieciocho placas de marfil con escenas alusivas a la historia de Paris y Helena. Fue realizada en Italia en el taller de los Embriacchi familia de plateros muy conocidos en Italia y en la corona de Aragón.

Relicario de los santos médicos. Tuvo entrada en 1458 formando parte de la donación realizada por el papa Calixto III a la catedral de Valencia. Lo que podemos ver ahora es una pequeña teca de cristal en cuyo interior se guardan las reliquia de san Cosme y san Damián (los santos médicos). La teca se apoya en una base de madera dorada bastante simple que sirve de soporte a la teca.

Relicario de los santos de la piedra. San Abdón y san Senén, son conocidos como los santos de la piedra, por ser protectores contra los daños causados por el pedrisco en relación a la agricultura. El relicario adopta forma de cilindro de cristal, se sustenta en un pie de madera dorada confeccionado nuevamente después de la guerra de la independencia. En el interior del cilindro se encuentran las reliquias de ambos santos.

Las reliquias fueron entregadas por el papa Calixto III en 1458 formando parte del conjunto de reliquias entregadas por el papa a la catedral.

Relicario de san Lorenzo y san Esteban. Fue donada por el papa Calixto III en 1458 junto con otro grupo de reliquias que se guardan en la catedral. Esta en particular desapareció en la guerra civil española. Adoptaba forma de escultura, en su pecho en el interior de una teca se encontraban las reliquias de ambos santos. desaparecido

Relicario del brazo de san Lucas. En el interior de un cilindro de cristal encontramos el brazo derecho momificado de san Lucas Evangelista. La reliquia tuvo entrada en la catedral valentina en 1437 junto con el resto de reliquias entregadas por el rey Alfonso el Magnánimo. El relicario adopta forma tubular, está construido en plata sobredorada, el pie es de madera dorada ya que durante la guerra de la independencia fue expoliado y regresó a la Seo sin pie. Hacia 1818 se restituyó con uno nuevo de madera.

Relicario de san Dionisio (sant Dionis). En el interior de un pequeño cilindro de cristal se guarda un pequeño trozo de hueso de la tibia de san Dionisio. La teca de cristal se resguarda a su vez en un fanal de cristal con apoyo en una base de madera. Se desconoce las circunstancias de su entrada en la catedral, así como el donante.

Busto relicario de la Virgen María. Realizada en plata sobredorada y con partes de madera. Tuvo entrada en la catedral de Valencia hacia el año 1500, ligada probablemente con la llegada al papado de Alejandro VI, que había sido arzobispo de Valencia y por su vinculación a la archidiócesis valenciana. El relicario adopta la forma de busto de mujer, en su parte inferior a la altura del pecho encontramos una teca donde se guarda un pequeño fragmento del velo de la Virgen.

Una inscripción en latín dice: Qui me invenerit, inveniet vitam et hauriet salutem a Domino que traducido quiere decir: "El que me halle hallará la vida, y obtendrá salvación del Señor".

Relicario con reliquias de múltiples santos. Este relicario realizado en plata, adopta forma de portapaz por su aspecto exterior, pero su interior está dividido en pequeños receptáculos que aloja cada uno de ellos una reliquia de un santo distinto. Debajo de cada reliquia está inscrito el nombre del santo o santa a quien pertenece. El relicario tiene en la parte trasera la fecha de 1513, que se debe corresponder con la fecha de realización. Por las inscripciones que se pueden leer, el mismo está realizado en un taller del ámbito germánico.

En las puertas frontales del exterior del relicario podemos encontrar grabadas dos imágenes: una de santa Úrsula y otra de santa Bárbara. En el interior de las puertas: la Natividad y la Adoración de los Magos. En la parte trasera del relicario encontramos una escena grabada con el tema de los desposorios de santa Catalina de Alejandría, motivo por el cual en ocasiones este relicario es conocido como de santa Catalina.

Se desconoce el origen, procedencia y fecha de entrada de las reliquias en la catedral, se supone que el relicario debió realizarse para guardar las reliquias que ya disponía la catedral y que no disponían de un continente digno para su custodia.

Relicario del fémur de san Jorge. El relicario es un alto cilindro de cristal con el hueso del santo titular. Se sustenta por una peana o pie de madera dorada. Desconocemos las circunstancias de su procedencia o propiedad anterior, aunque tuvo entrada en la catedral en 1437 junto con el resto de reliquias entregadas por el rey Alfonso el Magnánimo.

Relicario de la capa de san Vicente Ferrer. En el interior de una urna de cristal se encuentra un trozo de la capa de este santo valenciano. La primera mención de la reliquia es de 1455 aunque se desconoce su procedencia y las circunstancias que rodean la misma. Tiene una inscripción con las letras QUIN / ZA probablemente el apellido del platero que realizó la urna. San Vicente Ferrer falleció en Vannes (Francia) y los objetos personales que llevaba y por supuesto su capa debieron quedar en esa ciudad junto con sus restos, que permanecen en la catedral de Vannes.

Relicario de la mirra. Se trataba de un relicario que contenía una reliquia de mirra que los Reyes Magos llevaron al Niño Jesús. Reliquia y relicario desapareció en la guerra civil española. desaparecido

Relicario de María Magdalena. Este relicario hoy día ya no se encuentra en la catedral pues desapareció durante la guerra de la independencia. Por referencias se sabe que era un frasco o recipiente de alabastro para contener aceites y ungüentos. El mismo se encontraba en el interior de una arqueta. Tuvo entrada en la catedral en 1437 junto con el resto de reliquias entregadas por el rey Alfonso el Magnánimo. desaparecido

Reliquia de la sangre de Cristo. La historia de esta reliquia tuvo lugar en 1370 y está ligada al milagro eucarístico de Cimballa, población cercana a Calatayud en Zaragoza. Según cuenta la tradición, el sacerdote de Cimballa en el momento de consagrar la hostia eucarística, tuvo dudas sobre si en ella realmente estaba presente la sangre de Cristo, inmediatamente de los hostia brotó sangre y cayó sobre el corporal de la mesa. Hacia 1385 el futuro rey Martín el Humano solicitó a Cimballa le entregaran la reliquia para su mejor custodia, pasando a formar parte del relicario de la corona de Aragón. A la catedral valenciana llegó en 1437 junto con el resto de reliquias que Alfonso el Magnánimo hizo entrega a la seo valentina. No se sabe en que momento de la historia, la reliquia desapareció y en que circunstancias. desaparecido

Reliquia de la Verónica de la Virgen María. El donante de la reliquia fue el obispo Vidal de Blanes. Se desconoce su aspecto y las circunstancias que rodeaban la reliquia, ya que solo se sabe de su existencia por los inventarios de la catedral. desaparecido

Relicario del cuerpo de san Luis de Anjou. El relicario es un arca de plata sobredorada y cristal que contienen los huesos de san Luis de Anjou (* 1274 † 1297). Fueron donados en 1424 a la catedral de Valencia, en pago de algunas deudas, por el rey aragonés Alfonso el Magnánimo, que los había obtenido como botín de guerra en el asalto a la ciudad de Marsella (1423) en el contexto de las guerras entre la Corona de Aragón y el Reino de Francia.

La urna relicario se encuentra en una capilla lateral que el santo francés tiene dedicada en esta catedral. Junto al arca también se conserva un busto relicario del mismo santo que guarda la calavera y que fue entregada a la catedral algunos años después por el rey Alfonso.

Relicario con los restos de santo Tomás de Villanueva (* Fuenllana-Toledo 1486 † Valencia 09-09-1555 / arzobispo de Valencia entre 1544 y 1555) que se encuentra en su capilla lateral en el interior de la catedral.